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Cuando tienes vacaciones te aburres, cuando vuelves a clases ya te quieres ir.

Mi felicidad es temporal, mis emociones son opcionales, pero mi soledad es eterna.

-No esperes a que te hablen-

Es curioso para mi, pero me dicen que yo no espere a que me hablen, que yo debo hablar. Cuando me espero a que me hablen; no suele pasar mucho que mi plan funcione. Pero cuando yo hablo; no me hablan, yo tengo que volver a hablar, o si no, no me vuelve a hablar la persona(más que cuando nos dirigimos la mirada, pero termina siendo el mismo resultado negativo). Eso al menos me suele pasar cuando intento conocer a una persona en la escuela, aunque tampoco me es muy diferente en las redes sociales.

Una señal de que no tengo una vida: es esperarme a que el icono de la aplicación Calendar de Google, cambie al pasar las 12:00 a.m.

Dejame salir.

Cuando estoy encerrado en mi casa, con las cortinas cerradas, con tarea que hacer, recordando situaciones vergonzosas e indeseadas del pasado, que pude haber evitado o incluso mejorado. Me viene un deseo intenso de libertad, de salir a respirar, a sentir el aire, a dejar mis responsabilidades a un lado y salir. A hacer lo que sea, bueno, sólo salir. A un parque, a un café, a caminar por las calles, a caminar por mi vecindario, y un enorme etcétera. Pero después me doy cuenta en donde me encuentro. En un país en donde si sales, te pueden de secuestrar a robar tus intestinos. Pero bueno, no es para temerle a salir, pero sí para ser precavido. De echo, me estoy yendo del tema principal. Como sea, me doy cuenta al final que mis responsabilidades no me dan la libertad que yo deseo. Mis tareas, trabajos a entregar, no me lo permiten. Y no es sólo eso, también me lo impide mi edad, la cual no se las diré, pero con lo que he dicho ya se la han de estar calculando. También está el dinero(otra pista para que adivinen mi edad). Y bueno, también está otro obstáculo; yo mismo. Pero en fin, es lo que quería escribir aquí, compartir lo que pienso ahora que estoy aquí, encerrado en mis pensamientos. En una cárcel de 4 paredes. Mi hogar.

- Quiero verlo todo, pero no puedo sin mis lentes. - Aunque quizá no tenga que ver lo que quiero, sino lo que necesito ver.