Cada Vez Nos Guardamos Ms.

Cada vez nos guardamos más.

Hace unos años, me dijo que, cada vez, sentir nos cuesta más.

Hoy sé que todo lo que nos concierne a nosotros mismos, se controla, se gana, con lucha. Se pierde, se deja atrás, dejando el campo de batalla en el momento correcto.

Pero así como ciertos miedos se van aferrando a nuestra piel, el coraje nos va acompañando a nuestras camas, cada vez que nos vamos por no sentir.

Y cuando pieles se tocan en una cama, el reto es no perderse entre el sutil forcejeo del saber y el sentir.

Pero sentir, sentir... Sentir no es lo que cuesta. Lo que cuesta, es sentir aún sabiendo.

Lo que cuesta es sentir aún viendo.

Guardar el cariño en las manos y no colmarse el alma con falta.

Superflua

Allá va aquella pobre solitaria en medio de la lluvia incesante, va cargando a cuestas miles de penas y llorando por algunas que ya no tienen sentido.

Lleva en sus hombros el peso de no hacer las cosas bien y el deseo de poder devolver el tiempo.

Caminando por aceras llenas de cuerpos sin alma, dejando su dolor en los vidrios de aquellas tiendas donde la gente entra y sale presurosa solo para gastar el poco aliento que les queda.

Allá va aquella en la que me veo reflejada, mi espejo, la que vive mi vida, la que gasta mi aire.

Allá voy yo en medio de la lluvia incesante siendo una pobre solitaria.

-Phoenix.

Siento que las cosas partirán en algún punto y me dolerá severamente, me pregunto que tanto seguiras, que tanto seguiré y que tanto seguiremos. Ya lo sé pensar mucho a veces es malo pero incluso en estos momentos quiero vivir de una ilusión, tenerte y quererte sin limitaciones, me duele tener que aceptar que a veces las cosas no son como uno quiere y me aterra el hecho de poder perderte para siempre, se que son solo pensamientos que rondan ahora en mi cabeza pero el hecho de que sea así no cambia el sentimiento agobiante en mi pecho.

Poeta maldita

Lo que no he querido soltar

Me he puesto a pensar que es lo que a ti me hace regresar, lo que no he querido soltar.

No he querido soltar los “buenos días, amor” con los que me despertabas todas las mañanas.

No he querido soltar los abrazos que me dabas cuando en llanto yo me quebraba.

No he querido soltar la ternura de tu mirada, esa que sin aliento me dejaba.

No he querido soltar las palabras de apoyo que me brindabas cuando sin esperanzas me quedaba.

No he querido soltar la mano que me dabas cuando paseabamos los fines de semana.

No he querido soltar los gestos caballerosos, esos que ya casi no se ven en estos tiempos.

No he querido soltar la paciencia que me tenías para arreglar los problemas cuando yo pensaba en mandar todo a la mierda.

No he querido soltar la ayuda que me brindabas cuando de ti yo necesitaba.

No he querido soltar las tardes que pasamos simplemente besandonos.

No he querido soltar las reuniones a las que íbamos con la familia o amigos.

No he querido soltar las maravillosas emociones que me hiciste experimentar.

No he querido soltar los viajes que hicimos a lugares desconocidos.

No he querido soltar las lágrimas de alegría que brotaban de tu cara con las palabras que te dedicaba.

No he querido soltar la maravillosa persona que conocí durante todo el tiempo que junto a ti viví.

No he querido soltar las tardes que nos quedábamos en tu casa o la mía viendo alguna película o haciendo cualquier tontería.

No he querido soltar nuestra primera cita cuando aún con el miedo me atreví a darte un beso.

No he querido soltar la primera vez que me dijiste te amo en el camino que recorríamos a diario.

No he querido soltar la primera vez que a ti me entregué, cuando me trataste con tanto cuidado que creí que al cielo había llegado.

No he querido soltar las tardes en carro cantando canciones que nos habíamos dedicado.

No he querido soltar los planes que construimos para poder un día cumplirlos.

No he querido soltar los besos que me dabas, que hacían que me olvidara del tiempo que pasaba.

No he querido soltar la seguridad que me dabas con tus actos y palabras.

No he querido soltar la manera en la que me cuidabas, haciendome sentir como si yo fuera lo que más te importaba.

No he querido dejarte ir porque sé que me llevaría una vida arrancarte de mí.

Me he puesto a pensar y he llegado a la conclusión de que no quiero dejar ir todo aquello que alguna vez me hizo feliz, todo aquello que pienso que podría ser de nuevo si ponemos los dos un poco de esfuerzo.

“This is the light of the mind, cold and planetary. The trees of the mind are black. The light is blue.”

— Sylvia Plath, from “The Moon and the Yew Tree” ​

No entiendo, desde un principio fui conciente de lo que era participe pero ahora, no lo sé, no me siento a gusto, no me siento conforme, me incomoda, me molesta, me desagrada.

¿Porque?

Quizá simplemente no lo logro entender pero no comprendo sinceramente, y sí… Todo empezó tan bien pero ahora va tan mal, siento que solo vamos en decadencia, si viste algo que no te gusto solo dime, estoy seguro que entenderé así me duela por un rato, al cabo que todo duele en un inicio y es algo que he aprendido, deberías ahorrarte el camino y simplemente resumir todo, estoy sentad(o/a), casi entre lágrimas pensando en que hacer, no veo solución, eres muy ensimismad(o/a), y es molesto, te contradices, debiste haber empezado por allí.

¿No crees?

Así desde un principio sabría a qué atenerme como tú lo hiciste conmigo, desde un principio te fui direct(o/a) en todo lo que soy, en lo que siento pero a decir verdad estoy dudando en que tú lo hayas sido, estoy dudando, puesto que tus palabras extrañamente van a corde de tus acciones y eso que lógica tiene, me confundes, me confunden mensajes, tus letras, tus movimientos, y no sé en quien o que creer, dame un indicio, una señal.

Dime por favor qué mis conclusiones están equivocadas, y no es así, aclara mi mente, deja que el agua con sus males fluyan por el cuerpo y, así comprender lo que realmente sucede dentro de vos.

Por Favor…

Un-Chico-Solitario