catarsis96 - Tulipanes De La Escritura
Tulipanes De La Escritura

Amo leer, me encanta el anime, series y muchas cosas más, 27 años, espero poder escribir algo pronto por aquí, mexicana. I hope they continue to take care of themselves against the covid and you are well

225 posts

Grief Comes In Waves Like A Heartrate On A Cardiograph Sometimes Adrian Tepes Thinks Everything Is Going

grief comes in waves like a heartrate on a cardiograph― sometimes adrian tepes thinks everything is going okay, until he realises that the euphonious sound of your voice is fading from his memory completely.

what does your face look like again? he swore you had these adorable little dimples framing your smile perfectly, like you were some angel. ironic, wasn't it?

his heart feels like a hummingbird, and the very thought of you, kills his mind.

adrian was all too familiar with that throbbing sensation of losing a loved one, he just never thought it would be you. he never thought he'd be catching himself doing the things you loved to do. he never thought he'd be crying while washing the dishes and thinking of you. he never thought he could miss you so much.

he almost felt...empty inside― no one could ever come close to filling that void, the overwhelming hole bringing out the worst in him. he's turning bitter, like his old man.

don't let him turn into what he feared the most...

"i feel strange." he'd think deeply, unsure of what the connotation to that word actually meant. but he felt misplaced, crazy, even.

"i know she's dead. and i've accepted that." yet...no matter how long time draws by, he still can't shake the guilty feeling of needing to wait for you to come back to him.

"it should have been me, instead of her."

"no, it shouldn't"

your voice would often come to him in the dead of night― the all mighty alucard, son of dracula, having nightmares over a mere human?

"you could've just turned her into one of us. what a miserable and pitiful, young boy."

"he takes after his father. tsk. keeping pets was his favourite hobby, after all."

was he cruel to be laughing over these meaningless ideas? accusations? stabs of jests?

you were so pure in your true, unrefined form, because, he was half-human after all. that icy veneer he kept himself locked up in, melted instantly when you came into his life.

he's starting to have his doubts...maybe he should have turned you into one of them. would you have still loved him the same way? would you have forgiven him? made that forever promise, come true?

maybe, in another life, it will.

  • multifandoms27-blog
    multifandoms27-blog liked this · 1 year ago
  • uh-hah
    uh-hah liked this · 1 year ago
  • nuffintop
    nuffintop liked this · 1 year ago
  • angrychocolatesquirrelartisan
    angrychocolatesquirrelartisan liked this · 1 year ago
  • andy0dandy
    andy0dandy liked this · 1 year ago
  • who-let-me-write-this
    who-let-me-write-this liked this · 1 year ago
  • chenlelover
    chenlelover liked this · 1 year ago
  • suckerfortrephacard
    suckerfortrephacard liked this · 1 year ago
  • crimbabyops
    crimbabyops liked this · 1 year ago
  • shark-2
    shark-2 liked this · 1 year ago
  • marzzrambles
    marzzrambles liked this · 1 year ago
  • coppola68
    coppola68 liked this · 1 year ago
  • nonstopadhdkid838
    nonstopadhdkid838 liked this · 1 year ago
  • mia9o9
    mia9o9 liked this · 1 year ago
  • comeblogwithme
    comeblogwithme liked this · 1 year ago
  • alucardsdaddyissues
    alucardsdaddyissues liked this · 1 year ago
  • nyxalthorne
    nyxalthorne liked this · 1 year ago
  • allis7dark
    allis7dark liked this · 1 year ago
  • pequeno-atlas
    pequeno-atlas liked this · 1 year ago
  • pearlopal
    pearlopal liked this · 1 year ago
  • constantshitposter
    constantshitposter liked this · 1 year ago
  • multifandomgirl2018
    multifandomgirl2018 liked this · 1 year ago
  • rayis-blog
    rayis-blog liked this · 1 year ago
  • lollixgoddess
    lollixgoddess liked this · 1 year ago
  • derpmeep
    derpmeep liked this · 1 year ago
  • ren2004
    ren2004 liked this · 1 year ago
  • fphantomhive
    fphantomhive liked this · 1 year ago
  • aniniaina
    aniniaina liked this · 1 year ago
  • anotherrunawaytrain
    anotherrunawaytrain liked this · 1 year ago
  • minekidd
    minekidd liked this · 1 year ago
  • roryx0x0
    roryx0x0 liked this · 1 year ago
  • kawaiiskeletoneggsnerd
    kawaiiskeletoneggsnerd liked this · 1 year ago
  • vr00m-vr00m
    vr00m-vr00m liked this · 1 year ago
  • mothsnow
    mothsnow liked this · 1 year ago
  • neptunamoth
    neptunamoth liked this · 1 year ago
  • jikapu-2-0
    jikapu-2-0 liked this · 1 year ago
  • unfortunatesoul707
    unfortunatesoul707 liked this · 1 year ago
  • 0pearlmarmalade0
    0pearlmarmalade0 liked this · 1 year ago
  • charmedfart
    charmedfart liked this · 1 year ago
  • princesslikesfanfics
    princesslikesfanfics liked this · 1 year ago
  • fancyreviewtimemachine
    fancyreviewtimemachine liked this · 1 year ago
  • solaeirr
    solaeirr liked this · 1 year ago
  • wilhelmina-tepes
    wilhelmina-tepes liked this · 1 year ago
  • stellasfictionalworld
    stellasfictionalworld reblogged this · 1 year ago
  • stellasfictionalworld
    stellasfictionalworld liked this · 1 year ago
  • startron9
    startron9 liked this · 1 year ago
  • hellothisiskittywy
    hellothisiskittywy liked this · 1 year ago
  • gardznbees
    gardznbees liked this · 1 year ago
  • catarsis96
    catarsis96 reblogged this · 1 year ago

More Posts from Catarsis96

1 year ago

¡Hola! Perdón por desaparecer, no he tenido buena salud últimamente y por eso no publicaba nada, gracias por leer también, me alegro mucho cuando veo que alguien leé mis tonterías, sé que no tengo muchos seguidores pero me hace feliz cuando alguien leé lo que he publicado. Aquí está otro drabble y espero sea de su agrado.

.

Título: Hechicera.

Resumen: A veces se preguntaba si eras una hechicera, porque solo tú podías hacer que se perdiera en tu mirada, un solo minuto de ella y Alucard quedaba hipnotizado. Lo tenías hechizado sin saberlo.

Alucard Tepes x lector

Hola! Perdn Por Desaparecer, No He Tenido Buena Salud Ltimamente Y Por Eso No Publicaba Nada, Gracias

Recostado en su amplía cama, con un libro olvidado y prefiriendo la cálida compañía de su esposa, Adrián Tepes, el primogénito, el hijo de Drácula y una mortal, aquél que los valacos llamaba Alucard, ese hijo que había terminado con la vida de su propio padre, prefería sentir la cercanía de una mujer mortal, tal como lo había hecho su padre.

Antes de conocerla y dejar que existiera una cercanía tan pura entre ellos, ya había aceptado vivir alejado del mundo. Él no merecía nada, más que estar oculto de los demás. 

Pero tan pronto como entraste en su vida, supo que ya no podría alejarte. Llegando como un rayo de sol, después de que cometiera aquél terrible acto contra su progenitor. 

Él siendo una mezcla de un vampiro y una mujer humana, alguien que podía tener tanta vida como un vampiro normal, desgarrar y arrancar el último aliento a los demás si se lo propusiera, había caído ante el hechizo que desprendes.  Ya sea que supieras que lo tienes atado entre tus dedos o no, él estaba a tu merced. Puedes pedirle lo que sea y él, con gusto, lo haría. Mándalo a las montañas más heladas y él iría. 

“ Alucard…” Tu voz hizo acto de presencia, acariciando los fuertes brazos que te tenían, mientras tus ojos buscan los de él.

A veces se preguntaba si eras una hechicera, porque solo tú podías hacer que se perdiera en tu mirada, un solo minuto de ella y Alucard quedaba hipnotizado.

Lo volviste a llamar, tu ceño fruncido y ojos buscando cualquier indicio que te dijera que algo andaba mal con él. Sin saber que tenías un gran poder sobre aquel hermoso hombre. 

“¿Si, querida?” 

“¿Te sucede algo?” Preguntas.

Él también quería saber qué sucedía, cada vez que estaba ante ti, tu voz llamándolo, tus ojos cálidos y amorosos, un solo toque tuyo o tu sola presencia provocaba que entrara y cayera ante tu poder. Eras una mujer normal, sin magia pero parecía que la tenías porque lo hacías caer en un estado de debilidad. 

“Por supuesto, cariño.” Contestó, había notado como buscabas algún indicio que te dijera que algo estaba pasando en él.

Murmuras algo para tí sola, no te creías nada de lo que te dijo.

“Me preocuparé si estás enfermando de algo que afecte a los vampiros.”

Una risa suave fue lo único que recibiste de él.

“Te lo prometo, no tengo nada y no estoy enfermo.” Sus brazos se movieron para acercar el cuerpo delicado de su esposa, escuchar el latido de su corazón era para él la más perfecta melodía. Te preocupas tanto por él, después de la guerra contra su padre había pensado que ya nadie se preocuparía por él. Pero ahí estás tú, haciéndolo.

“Solo para estar segura, mañana iré a la bóveda Belmont y buscaré algún libro que explique si los vampiros pueden enfermar de algo raro.” 

“Te preocupas demasiado…” De un santiamén, estabas sobre él. Sus manos aferradas a tu cintura, mientras te miraba deseoso. 

“Alucard.” Estabas sorprendida, no habías predicho su movimiento.

“¿Y si le demuestro a mi  dama que no estoy enfermo?”

Tus ojos se nublaron en lujuria y buscaste los de él, haciéndolo perderse en tí.

Si, eras una hechicera.


Tags :
1 year ago

He visto que varios blogs ponen reglas, no sé que tipo de reglas podría poner pero espero que estas funcionen como reglas para mi blog:

Respetar, por favor, tanto a las personas que leen como al escritor.

Si eres menor de edad, no te gusta el contenido adulto o lo que se escriba en el blog, no lo leas.

No acepto solicitudes, quizás con el tiempo sí.

Tener paciencia, ya que cuando escribo un fanfic con más capítulos, tiendo a tardar en publicar, también porque mi salud no es la mejor y hay tiempos en los que me alejo de la escritura por esas razones.

Antes solía escribir y ahora he decidido volver a retomarlo. Espero que las personas que lleguen a leer mis ideas, les gusten y puedan compartirlas.


Tags :
1 year ago

Tengo unos problemitas para publicar esto. Espero que esta vez no suceda nada, hice esta idea un poco tonta para practicar mi escritura Smut, espero que sea del agrado de los demás, agradezco también a quienes han leído mis otras publicaciones.

Advertencia: estructura +18, si eres menor de edad o no te gusta este tipo de lectura, no leas.

Adrian Tepes x lector femenino.

Tengo Unos Problemitas Para Publicar Esto. Espero Que Esta Vez No Suceda Nada, Hice Esta Idea Un Poco

El Damphir que se robó una doncella prometida. 

Para las jóvenes doncellas estar comprometidas con un buen hombre era una gran ilusión, corrían con la suerte de casarse con alguien de buena familia y estarían con alguien que las amaría, pero no siempre era así. 

Estabas comprometida, mejor dicho, tus padres te estaban vendiendo a un hombre horrible, en el momento en que tuvieron la oportunidad decidieron que sería una buena idea entregar a su única hija al dueño de un negocio del pueblo. Ellos eran tus padres, ¿Cómo era posible que hicieran esto? Pero no les importaba, solo el dinero que recibirían al entregar a su hija como si no sucediera nada. 

Su matrimonio no era uno normal, tu padre un completo borracho que solía tener deudas por su incontrolable adicción al alcohol y tu madre… a ella no le importaba su marido, solo se había casado con él en cuanto supo de su embarazo y sacarle lo poco que le diera. 

Sinceramente no te importaban ya. Pero ahora que habían hecho aquél trato con ese hombre, enfureciste. 

No tenías a nadie con quien desahogarse en casa, así que fuiste con la única persona que te entendía muy bien. Caminaste por el bosque hasta llegar al castillo que se instaló muy cerca del pueblo en que vivías, el castillo de Drácula. 

Tener tan cerca ese imponente castillo había llamado su atención, la curiosidad llamaba y, en un momento donde huiste de tu hogar y de las discusiones de tus padres, fuiste a explorar cerca. No habías pensado que llegarías a conocer a Alucard, aquél que habías escuchado mencionar por un orador. Fue un poco extraño conocerlo, quizás porque él era diferente a un humano. Pero lo extraño y sobrenatural te atraía. Y desde aquella vez, comenzaron a tener una extraña pero hermosa amistad. 

Alucard solía ser un poco callado pero sarcástico, cálido a pesar de que parecía esconder ese lado suyo, era guapo y esos pectorales, no eras ignorante de la seducción que Alucard poseía y no negabas que habías comenzado a sentir una gran atracción por él. Había muchas cualidades y razones en él que te hacían tener mariposas en el estómago cuando estaban juntos.

El castillo estaba frente a ti, subiendo los escalones sabías que él sabía que estabas ahí. La gran puerta fue abierta para que pudiera entrar y Alucard te vio desde las escaleras de caracol.

“... Que alegría verte.”  La sonrisa en su rostro era evidente.

“Yo también me alegro de verte, Alucard.” Saludándolo, caminaste hacia él.

Alucard notó cómo su rostro estaba ligeramente molesto, normalmente cuando estabas así era por los problemas de tu familia, él lo sabía, desde que comenzaron a entablar amistad no le ocultaste nada sobre tus "amorosos papás". Alucard comprendió, no juzgó, pero si le molestó que unas personas fueran tan irresponsables y quisieran llevarse entre todos sus problemas a alguien que no lo merecía.

Él quería hacer algo para ayudar, el tiempo que estuvieron conviviendo ha sido lo mejor para él, habías aparecido justo cuando sentía que estaba perdiendo la cordura. 

Ver a otro humano, después de que la guerra contra su padre terminó, fue lo mejor que le pasó, eras lo mejor que le habías pasado. Esa curiosidad tuya por las cosas sobrenaturales, tu forma de pensar y ese brillo en los ojos cuando jugaban juntos, era como un dulce regalo, pero no solo eso le llamaba de ti, cada vez que jugaban a atrapar el uno al otro, había estado viendo tus caderas al momento en que corrías, tus pechos esponjosos cuando necesitabas tomar aire después de tanto correr; Adrian quería ver tus lugares más privados. 

Se sentía como un pervertido pero no podía evitarlo, lo tentabas. 

“¿Qué sucede ahora?” Ignorando sus pensamientos lujuriosos, se atrevió a preguntar. 

Mordiéndo tu labio por la frustración, comenzaste a hablar:

“Ay, Alucard, mis padres han hecho algo espantoso” Corriste a él y lo abrazaste con desesperación.

Para Alucard fue una sorpresa repentina cuando te aferraste a él, como pidiendo protección.

“¡Me han comprometido con un señor!”

“¡¿Qué?!” No solía sorprenderse tanto, pero en cuanto dijiste aquello, fue como si le hubieran dicho la pesadilla más espantosa. “¿Ellos hicieron qué?”

“Prometido, pero en realidad me cambiaron por unas simples monedas en cuanto tuvieron la oportunidad” Susurró sabiendo que él escucharía. “No quiero casarme con un anciano, Alucard.”

Sus brazos rodearon tu cuerpo, como si fuera un refugio donde nadie entraría a dañar.

“Yo quiero estar con la persona que amo.”

Aquello llamó la atención del damphir y una ráfaga de celos lo invadió, estabas enamorada de alguien.

“¿De quién?” Su voz masculina salió de sus labios por sí sola. Tenía que saberlo, quería escuchar quién era ese alguien que amabas.

“Yo… Uh…” La vergüenza te tomó. ¿Por qué era difícil decir a quién amas?

“Dime, ¿A quién amas?” Los dedos de su mano derecha tomaron tu barbilla. Sus ojos miel te miraban como si estuvieran tratando de hipnotizar tu mente.

Labios masculinos se acercaban a unos femeninos, deseosos de probarlos, tu corazón parecía golpear tu caja torácica, pensaste si era posible que saliera de tu pecho por la forma en que palpitaba como loco. Lo que pensaste que nunca podría suceder, pasó, Alucard te estaba besando y era mejor que en tus sueños.

Sus esponjosos labios se movieron con maestría atrapando los suaves y torpes por la repentina acción. Con sus colmillos mordió su labio inferior pidiendo permiso para profundizar más ese beso y lo hiciste, le estabas dando permiso a hacer lo que quisiera, su lengua lamió la tuya como si la estuviera seduciendo; un pequeño gemido brotó y no supiste si fue tuyo o de él.

Él se separó de tu boca, un pequeño hilillo de saliva los mantenía unidos, sus ojos parecieron brillar más.

“ A mi habitación” Sin perder el contacto con tus ojos, te tomó por la cintura, te dejaste llevar por él y no querías dejar su cercanía.

Llegaron a su habitación dejando atrás el salón principal, la luz se filtraba por las ventanas haciendo que el lugar se notara un poco acogedor y como un lugar para descansar cómodamente. Tuvo que soltarle para poder cerrar la puerta, aun sabiendo que no habría nadie que les interrumpiera. Miraste a tu alrededor y su cama. Sabías lo que sucedería a continuación.

“No haré nada si no lo deseas, pero…”

“Quiero hacerlo.” Respondiste, no había duda de que quisieras.

Caminó hacia ti para poder besarse otra vez, hacer eso era como una invitación a lo prohibido, a la tentación. Y él quería llegar a eso, contigo. Los gemidos y suspiros entre besos eran escuchados, pero Alucard quería más que solo besarse, ambos querían más. 

Con pasos decididos llegaron a su cama y te tumbó delicadamente en ella.

“He querido hacer esto contigo” Reveló con un poco de timidez. Su cuerpo más grande descansaba sobre ti.

“Yo también.” Con voz acalorada, lo miraste.

Ambos estaban igual de avergonzados, pero con el calor del momento y el deseo consumiendo sus cerebros, las caricias lascivas debajo de la ropa se hicieron presente, ambos querían tocar, explorar la piel del uno y del otro. La ropa comenzó a estorbar y a desesperarlo, necesitaba verte tal y como eras. No podía esperar más, con sus grandes manos no le fue difícil sacarte de ese molesto vestido. 

Sus ojos brillaron cuando la vio desnuda por primera vez.  Alucard iba a comerte y tú no lo impedirías.

Comenzó a recorrer tu cuello con dicha, con cada paso de sus labios por tu nervioso cuello, pechos y mejillas; un suspiro dejabas escapar para él.Guiaste tus manos hacia su cuerpo, querías quitarle la ropa como él hizo contigo, al ver lo que pretendías, ayudó a quitarse la camisa y pudiste ver sus músculos, pecho y cicatriz, era como si te hechizara cuando tus manos lo comenzaron a recorrer.

“¿Te gusta lo que ves?” Preguntó socarrón, no podías dejar de tocar y mirar, todo su pálido cuerpo, cada parte de él estaba haciendo que no alejaras las manos.

Y ahí estaba su modo burlesco, incluso en este momento de placer. Lo tomaste del cabello para besarlo con lujuria, mordiendo un poco sus labios. Gimió cuando lo tomaste así. Su mano comenzó a deslizarse desde tus pechos a la parte baja entre tus muslos, quería tocar ese lugar secreto entre tus piernas. Sus dedos tentaron hasta que por fin entraron en esa calidez, encontrando ese botón nervioso.

Sorprendida por lo que te hacía sentir comenzaste a gemir, las caderas se movieron por sí solas en cuanto sus dos dedos comenzaron a jugar con su clítoris, sus dedos parecían estar acostumbrándose a sentir lo cálida que eras en esa área sedosa. Necesitaba oír más de tí, comenzó a hacer que entres en desesperación por lo bien que te hacía sentir solo con eso. El nudo en tu estómago parecía reventar, un toque tras otro y otro cuando ya no pudiste más y llegaste al primer orgasmo de la tarde. 

Tu cara ardía por haber terminado en su mano, con la respiración cansada de haber acabado en sus grandes dedos. El te miró, se le hacía agua la boca por verte así, los pantalones comenzaron a molestarle, con la necesidad de poder hacer algo por la dureza de entre sus piernas, se quitó lo último de su vestimenta, no iba a parar, separó tus piernas para estar enmedio de ellas, una mirada más a ti y un asentimiento le bastó para poder entrar poco a poco en tu interior. La respiración se le cortó cuando entró por fin, los dulces pétalos de tu cuerpo se separaron para recibir su longitud como si lo estuvieran esperando desde hace mucho tiempo.

Se sentía tan bien, tan húmedo y caliente, sus caderas comenzaron a moverse lenta y firmemente, provocando que gimieras para él. El repentino dolor por su grueso eje invadiendo tus confines, comenzó a desaparecer con cada destello de placer. 

“Adrian…” Murmuró entre gemidos.

No comprendiste a qué se refería, hasta que te diste cuenta de que te pedía que lo llamaras por su nombre, su nombre real y no Alucard.

“A-Adrián” Lo complaciste y él agradeció embistiendo esos nervios de placer. Gemiste fuerte cuando su miembro golpeó con más fuerza, él iba a hacer que gimieras su nombre para él, se aseguraría de eso. Tu clítoris parecía entrar en un estado de excitación cuando la cabeza de su entrepierna lo golpeaba hasta querer hacerlo estallar. 

El olor a sexo comenzaba a volverse más fuerte entre ese cuarto, los gemidos; los golpes de piel contra piel y esos gruñidos como de un ser sobrenatural eran la clara evidencia de lo que se estaba haciendo ahí. Un ser de la noche estaba corrompiendo a una doncella. Y no se arrepentía, la marcaría como suya, su compañera, de él y de nadie más.

Sus instintos naturales lo guiaban a querer poseerla por completo, a marcar a esa mujer como su compañera y amante. El clímax final estaba por llegar, ambos lo podían sentir como hilos de electricidad recorriendo sus cuerpos sudorosos. Sentiste ese nudo romperse otra vez y no pudiste evitarlo, te corriste sobre su duro miembro y creiste ver estrellas cuando sucedió. Adrian pudo sentir el momento justo en que llegaste al orgasmo y él pronto te acompañaría a la cima, su miembro parecía tener ligeros temblores, indicios de que pronto estaría igual que tu, una y otra embestida más bastaron para que él finalmente sintiera lo que llegaste a sentir, derramando su semilla en tu estreches. Y fue el placer más grande que pudo haber sentido en su vida y lo mejor es que fue contigo. Su cuerpo cansado cayendo sobre ti, sin lastimar.

“A ti, Adrián, a quien amo es a ti.” Dijiste por fin, tus brazos lo tomaron en una abrazo.

“Yo también te amo” Sonrió con sinceridad.”

El sueño te recorrió, tus ojos comenzaban a pesarte, te vio cerrar los ojos y para él fue como si viera dormir a un ángel. La noche estaba ya puesta en el cielo, con ella era imposible que regresara a casa, pero era muy seguro que no te irías, con lo cansada que habías quedado.

Mientras dormías,  sus pensamientos lo llevaron al suceso que los trajo ahí, te habían prometido, cambiado habías dicho, pero por lo que hicieron y las confesiones, ese compromiso ya no era válido. Se levantó, tomó sus pantalones y buscando hoja y tinta comenzó a escribir una carta a tus padres.

Estimados señores:

La carta que les hago llegar es para hacerles saber que me enteré de que han prometido a su hija, la mujer que amo y ahora está durmiendo en mi cama, ahora con eso dicho ya no podrán seguir con sus planes, porque ahora ella es mi esposa.

Se despide: Alucard Tepes, el damphir que se ha robado a su hija”


Tags :
1 year ago

Quise escribir otro yandere y practicar este tipo de fanfics, espero sea del agrado del lector. Gracias por leer mis otros drabbles.

Quise Escribir Otro Yandere Y Practicar Este Tipo De Fanfics, Espero Sea Del Agrado Del Lector. Gracias

Advertencias: Yandere Alucard Tepes x Reader femenino. No acepto o consiento cualquier comportamiento dañino, obsesivo y/o posesivo cualquier otro. Esto es sólo una ficción.

Alucard no había sido egoísta en su vida. Pero cuando lo fue por primera vez él mismo se sorprendió de serlo. Fue como un nuevo descubrimiento de sí mismo, de algo que no pensó que había en su ser..

El sentimiento de querer que tú solo te interesaras en él y en su amor, lo volvió loco, no necesitabas a nadie más, no necesitas convivir con tus amigos y tu familia, podían hacer una nueva familia juntos, tan grande como quisieras, porque solo debías estar con él, amarlo, adorarlo, como él hace contigo.

Su amor por ti era tan grande que lo hacía querer poseerte en el momento en que estuvieran solos.

Sabías que te amaba, te lo había dicho, pero fuiste tan ingenua y rechazaste lo que te ofrecía, a él lo enfureció. ¿Cómo podías no amarlo? Él era perfecto y mejor que un hombre común, tenía todo lo que pudieras desear, te daría todo lo que le pidieras, pondría el mundo ante tus pies si se lo pidieras; pero fuiste tan tonta y decidiste rechazarlo.

Y ahora, como consecuencia de tu decisión, Alucard te había secuestrado, llevado con él a su casa y puesto en lo más oscuro de su castillo.

"Corazón mío." La puerta de acero chirrió, lo miraste entrar, viste sus ojos dorados, parecían brillar con un toque de oscuridad.

La poca luz de las velas lo ayudaban para que pudiera apreciar tu belleza, aunque no las necesitaba ya que su vista le hacía apreciar muy bien todo.

" Hace mucho frío esta noche. Te traje unas mantas para que puedas cubrirte." Adrián caminó hacia ti, dejando en el suelo las cobijas.

"¿Cuándo me dejarás salir de aquí, Alucard?" Preguntaste, estabas molesta y al mismo tiempo triste por lo que él hacía. 

"¿Me amas, al fin?" Ahora preguntó él, mirando entre tu ser.

"... No."

"Entonces aún no podrás dejar este lugar"

"¡No puedes tenerme aquí! ¡No puedes obligar a alguien a qué te ame!"

Alucard ignoró tu grito, estaba caminando hacia la puerta por dónde había entrado momentos antes, sentiste que tus esperanzas de salir de ese frío calabozo se iban con él.

"¡Alucard, por favor!'' 

Escuchó que le llamaba, pero ya era tarde cuando la gran puerta se cerró.

Sabía que estaba haciendo mal, su lado humano se lo decía, pero aún así la tenía retenida. Solo quería que lo amaras, que fueras tan devota a él. Y si tenía que hacer esto para que cambiaras de opinión y le dieras lo que quería, entonces lo haría. Haría cualquier cosa para que dijeras que estarías con él para siempre, voluntariamente o no.

Amar era una locura letal para los vampiros.

Ahora entendía a su padre.


Tags :
1 year ago

Reblog de mi propio fic

Quería practicar mi escritura y también quería escribir un poco de contenido SMUT, así que esto salió jajaja. 

Espero que sea del agrado del lector.

Advertencias: escritura +18 o adulto, si eres menor de edad o no te gusta este tipo de lectura, no leas.

Alucard Tepes x lector femenino.

Título: Resistente.

Resumen: Habías leído en uno de los muchos libros de la biblioteca, sobre lo resistente que eran los vampiros, tu curiosidad te venció y quisiste comprobar. 

“¿No dijiste que querías ver qué tan resistente era? Tenemos el resto de la noche, amor.” Alucard se lamió los labios, la lujuria volvió a él y lo podías sentir por como se había endurecido su miembro.

Quera Practicar Mi Escritura Y Tambin Quera Escribir Un Poco De Contenido SMUT, As Que Esto Sali Jajaja.

Resistente.

En cuanto la oscuridad tomó posesión del cielo y el bosque que rodeaba aquella majestuosa edificación, las dos almas que lo residían  habían decidido estar en la calidez de su habitación marital.

No tenían nada que hacer, solo amarse en esa noche estrellada. Las sábanas a punto de caer de la cama y la ropa esparcida, los golpes de piel con piel y los gemidos y gruñidos, delataban sus actividades.

Aquellos ojos dorados que tanto amabas y no podías olvidar, te miraban hambrientos, él quería comerte, lenta y deliciosamente.

Nada ni nadie lo iba a detener. 

Tus piernas abiertas de lado a lado, le daban la bienvenida a su cuerpo lleno de músculos definidos, la dureza de su miembro entrando y saliendo de la suavidad femenina, era como una adicción que no quería detener. Solo quería estar así contigo, encima de ti, amando y besando cada parte de tu cuerpo.

“A-Alucard…” Gemiste en su oído, querías que él escuchara y supiera que te volvía loca por él. Otro suspiro erótico brotó de ti, el placer que te daba te hacía lloriquear.

“Eso es nena… Gime para mí.” Susurró, sus ojos vagaron hacia abajo, para encontrar sus senos, los pezones endurecidos por las succiones que les había prodigado y algunos destellos de chupetones, lo hacían sentirse malvado, ya que él fue el culpable de que estuvieran así.

Sentiste una embestida dura y posesiva, las terminaciones nerviosas parecían recorrerte en cuanto lo sentiste atacarte así. Un suspiro mudo fue lo único que soltaste como respuesta, querías más, más de él, más de su amor. Llevando tus manos a su cabello, lo acertaste más a ti, los jalones que le dabas lo hacían volverse más salvaje, sentiste como se desesperaba por obtener todo de ti.

Tus caderas se movieron, encontrando las de él. Alucard se movió un poco, sacando su dura excitación para después volver a entrar en ti, sintiendo como lo mojabas con tu esencia, caliente y adictiva. Él amaba esto, ser un solo cuerpo contigo. Estabas por entrar en un clímax delicioso, lo podías sentir,  tu cabeza cayó hacia atrás en cuanto sentiste el duro eje de Alucard poseyéndote, llevó uno de sus grandes dedos hacia abajo para buscar y mimar tu clítoris, Alucard podía ver cómo su mujer se derretía cada vez más. Y le gustaba.

Alucard sonrió, bajando lentamente su afilada mirada desde tu rostro de porcelana, hasta donde ambos estaban conectados, las paredes vaginales y suaves lo torturaban y apretaban con frenesí. 

“¿Te encanta, querida?” Susurró en su oído, deleitándose con tus suspiros. “¿Te encanta ser devorada por el vampiro?, responde.”

“¡Oh!” Tus labios dejaron escapar, cuando su cadera atacó tu sensible coño. 

“Te hice una pregunta.” Otra embestida más y te vió perder la cordura.

“¡Sí, sí, sí! Amo ser presa tuya, amo todo de ti, te amo.” Y lo decías en serio, amabas todo de él, su inteligencia, su sarcasmo, los momentos de calidez de hogar que te proporciona y lo mucho que te protegía como si temiera perderte en un segundo y amabas estar con él, entregando todo de ti entre sus manos y él tener la confianza de entregarte su cuerpo y alma de esta manera.

Sus palabras lo hicieron sentirse afortunado, sabía que todo lo que había dicho ella era verdad, así como era verdad lo mucho que la amaba a ella, daría su corazón en bandeja de plata si se lo pidieras, nadaría en un mar bendecido solo por llegar a ti. Podría ser dramático todo lo que haría solo por tenerte, pero el amor que te tenía lo movía a querer hacer todo eso, con tal de sentir que estás en sus brazos. 

Sentías que llegarías al orgasmo, tu clítoris parecía estallar en placer y querías sentirlo. Tus caderas se movieron, sintiendo que la energía pronto se te acaba, el resto de ella querías hacer que valiera la pena.

“¡Alucard!”  Gritaste en cuanto tu clímax te golpeó tan fuerte, que sentías que podías ver las estrellas a tu alrededor. 

El damphir amó el momento en que sintió como tu placer lo mojaba más, ya no podía resistir su propio clímax. Con lo último de su fuerza le daba movió sus caderas hasta que sintió aquel placer que sentiste, pronunció tu nombre con amor y lleno de gozo hasta que se derramó en lo profundo de tí. 

“ Te amo, te amo.” Buscó tus labios, quería hacerte saber que lo decía en serio, en cuanto capturó tus labios y besó con necesidad. 

“... Yo también te amo.” Murmuras cansada y feliz. “Te amo, Alucard.” 

El silencio gobernó entre ustedes, la luz de la luna se asomaba por las ventanas de su habitación, solo se admiraban el uno al otro, como si fueran un descubrimiento único.

“ Tengo sueño.” Alucard te vio en cuanto dijiste aquello.

“¿En serio? Que mal…” Dijo como si estuviera decepcionado.

“¿Qué ocurre?” Aquello había llamado tu atención.

“Porque yo quiero un poco más.” 

Tan pronto como reveló, te dejó boquiabierta, antes le habías dicho que habías leído en uno de los muchos libros de la biblioteca, sobre lo resistente que eran los vampiros, tu curiosidad te venció y quisiste comprobar. 

Pero ahora..

“¿No dijiste que querías ver qué tan resistente era? Tenemos el resto de la noche, amor.” Alucard se lamió los labios, la lujuria volvió a él y lo podías sentir por como se había endurecido su miembro.

Tendrías una larga noche.


Tags :