Nuevamente Volv A Sonrer Tontamente Como Bobo Enamorado Al Recibir Mensajes De Alguien Que Consider

Nuevamente volví a sonreír tontamente como bobo enamorado al recibir mensajes de alguien que consideré especial. Tal vez me dejé llevar muy pronto. Me encariñé (voy a reconocer) demasiado rápido esta vez, pero la soledad y la desesperación por tener el cariño de alguien, por el deseo de que sea mutuo de una vez, o de por lo menos sentirme querido nuevamente, de ser la razón de la felicidad de alguien, me hicieron ilusionar tan, pero tan rápido que otra vez vuelvo a las lágrimas y la tristeza, a la incertidumbre y adrenalina que me deja intranquilo y pensativo, nostálgico.

Pero insisto: es todo muy pronto y precipitado como para imaginar o firmar un desenlace, pero han pasado ya unos días en que no recibo respuesta, y por experiencia no tengo buenos augurios, siempre pienso lo peor porque sé lo que es perder a alguien que se quiere. Sé cómo son los últimos mensajes, cómo se alejan las personas: sin decir nada; y esta madrugada, antes de despertar, pensé cosas y no quería dejar pasar lo que por mi mente sucedía.

Deseo encontrar a alguien que me haga bien, alguien con quien reír y soñar. Necesito y quiero encontrar la felicidad, poder depositar mi confianza en alguien que dé lo mismo que yo le daría: amor y compañía, afecto y gratitud, y tantas, pero tantas cosas…

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Octubre 6, 2022 | 04:30 -

Septiembre 3, 2023 | 17:09

Son las últimas lluvias, los últimos fríos de este invierno tan particular. Es el tramo final de esta estación. Estación llena de emociones, en la que tuve un metejón. Estación en la que me ilusioné y lloré un nuevo desamor, en la que volví a tener esperanzas y a sufrir un nuevo engaño.

La primavera traerá color y hojas nuevas en las flores, paisajes verdes llenos de vida y alegría; y yo ciego y nuevamente herido, preso de mi melancolía y sufrimiento por algo que no fue, por algo que pudo haber sido, que deseé que fuera, y no fue.

Ya no la extraño, sólo recuerdo lo linda que era, y las cosas que compartíamos. Lo bien que me hacía sentir. Y nuestros abrazos. El vacío que llenaba. Nuestras miradas y sonrisas.

¿Ya no la extraño?

Arruiné la última esperanza de salir de la eterna espiral de sufrimiento. Me odio.

Tengo miedo de volverme a ilusionar.

Siempre se extrañan los momentos, no a las personas.