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Chantaje

Chantaje

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Anime: Bleach

Rating: M

Pareja: Aizen & Rukia

Sinopsis: One-shot. Lo que Sosuke Aizen desea lo obtiene; y la jovencita frente a él, semidesnuda sobre la cama, no es la excepción. Aunque para ello tuviese que forzarla a compartir su cama... a cambio de salvar a su padre de la ruina económica.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Lo que Sosuke Aizen desea, Sosuke Aizen lo obtiene.

Y la jovencita frente a él, semidesnuda sobre la cama, no es la excepción.

Desde que la vio por primera vez, sin saberlo o quererlo, ella atrajo su atención. Kuchiki Rukia es una jovencita bellísima, pequeña y frágil, orgullosa de su apellido, pero suave y delicada. Y tenía esos hermosos ojos que atrapaban a cualquier hombre, incluso a él, un magnate temido en el Japón por su poderío financiero y sobre todo por las oscuras inversiones y conexiones.

Y gracias a sus tretas, ahora tenía a la chica a su merced.

* ¡ Eres hermosa, divina en verdad !. *

Le dijo él mientras se le acercaba con una sonrisa de superioridad.

* No !!. *

Casi gritó Kuchiki, entre asustada y furiosa, provocando que la sonrisa del castaño se hiciera más amplia. La vio temblar ligeramente ante la inevitable situación; Aizen no sabía si eso le gustaba. Es decir, por una parte le agradaba la sensación de poder, especialmente el que ejercía sobre ella, su nueva muñeca, pero por otro lado, al ver la delicadeza e inocencia de la joven, solo podía pensar en complacerla y ofrecerle el mundo entero, cubrirla con su cuerpo y hacerla gritar su nombre mientras lloraba de puro placer.

Ese hombre nunca se sintió así y no le gustaba pues se sentía confundido y débil. Pero la deseaba. . . demasiado.

* Creo que tenemos un problema, preciosa, porque tu padre irá a la quiebra y. . . *

* ¡ Basta !. *

Le rogó ella con voz entrecortada. No quería recordar la razón del porque estaba en esta situación, aunque el recordarlo era lo único que la mantenía firme.

Odiaba a ese hombre, por su culpa, su familia estaba a punto de perderlo todo. Pero Aizen le había ofrecido salvar a su padre de la humillación de la ruina económica.

““Si tan solo aceptas compartir mi cama una noche…””

Le había susurrado al odio, haciéndola estremecer de asco y pánico.

Fue hace un mes. Ella se negó, claro, pero ver la desesperación en el rostro de Byakuya la hizo resignarse y finalmente aceptar.

Rukia no podía olvidar la sorpresa y satisfacción del empresario una vez que lo buscó en su oficina, y más aún al decirle, sin ser capaz de mirarlo a los ojos, que aceptaba su propuesta. Para su mala suerte, Aizen elevó el costo de “su ayuda”. Ahora no le pedía una noche, sino un fin de semana completo. Y esta era precisamente la primera velada.

El hombre se deleitó con la exquisita figura de la mujercita que yacía sobre la cama, indefensa, frágil y con tan solo el sencillo conjunto de ropa interior negra cubriendo su pequeño cuerpo.

* Encaje !. *

Susurró el castaño, preguntándose si la chica lo había elegido pensando en él. Las sonrojadas mejillas le dieron la respuesta.

Con total parsimonia Aizen deslizó sus toscas manos por las suaves curvas de la pelinegra, haciéndola estremecer de terror y asco. O eso fue lo que reflejaron sus hermosos ojos que ahora se tornaban azules.

Los ojos del mayor recorrieron fugazmente el cuerpo de su acompañante, primero las piernas, tersas y perfectas, su sexo, cubierto por las bragas.

““¡ Me va a costar entra en ella !.””

Pensaba, excitado ante la idea de lo deliciosamente apretado que estaría.

Su mirada se desplazó más arriba por el vientre plano y finalmente se clavó en los pequeños senos que eran apresados por el brasiere.

Sosuke no se resistió más. Posándose sobre la jovencita, se inclinó hasta atrapar el seno izquierdo en su boca, mordiendo ligeramente por encima del encaje.

Rukia reprimió un gemido; una corriente eléctrica la había atravesado al sentirlo, pero no estaba segura de nada. Sentía cierto fastidio ante las caricias de su compañero, cuyas manos iban y venían por su cuerpo, conociéndolo, memorizándolo. Y estaba también su hábil boca que atendía sus pechos por encima del sostén.

Kuchiki no pudo evitar sonrojarse y sentir que su cuerpo ardía en calor que ella no deseaba. Pero también se sentía débil, como si ya no pudiese luchar más contra ese hombre. Y así fue. . . Aizen la atrapó entre sus brazos sin ella poner la menor resistencia. Rukia tan solo yacía allí en la cama, recibiendo gustosa, aunque ella lo negase, las caricias del hombre a su lado.

* Eres exquisita, pequeña mía !!. *

Susurró Sosuke, poco antes de posar sus labios sobre los de la pelinegra en un beso lleno de pasión y lujuria. Ella no supo cómo es que empezó a corresponderle, pero es que debía admitir que ese hombre sabía besar y muy bien. Le encantó sentir la lengua masculina penetrando en su boca, explorando e invitándola a jugar con él.

Las pocas fuerzas y resistencia de la ojivioleta se vinieron abajo al sentir los dedos traviesos de Aizen hundirse en su vulva, hurgando en su intimidad, regalando un intenso placer al entrar y salir de ella con suavidad.

* ¡ Estas mojada !… mucho !!. *

Le susurró entre besos, sin dejar de masturbarla de aquella manera. Y Rukia solo podía gemir ante todas las deliciosas sensaciones que este hombre sembraba en ella.

Los labios del castaño descendieron hasta el sexo de la joven, retirándole las bragas con los dientes e inmediatamente después, enterrando la cara entre las piernas femeninas y enterrando también su lengua en la vulva, degustando el néctar que, por la indeseada excitación, el cuerpo de Rukia liberaba.

* Aahhh !, n-no !, nnooo !!. *

Rukia gritó en medio del placer, aun resistiéndose a este. Pero Aizen no atendía sus suplicas, sabía que ella rogaba, pero que su cuerpo quería y necesitaba más del gozo que él le ofrecía. Así que, la lengua del castaño seguía entrando y saliendo de la intimidad de la Kuchiki, mimando o succionando de vez en vez el hinchado clítoris hasta que la chica fue vencida por un fuerte orgasmo producido por las expertas lengua y boca de su acompañante.

Cuando las sensaciones se calmaron, Rukia respiraba agitada, su mirada perdida en el techo mientras Sosuke abandonaba su sexo y la miraba fijamente. Se relamió los labios, degustando la miel que la pelinegra le dio a beber tras su orgasmo.

Pequeñas lágrimas se amontonaban en los lindos ojos de la joven, eran a causa de la humillación y el coraje.

Con sensualidad y deseo, Aizen le lamió una mejilla, probando la sal de las lágrimas, luego se acomodó entre las piernas de la chica, frotando su duro pene contra la mojada y sensible vulva de la jovencita.

Al sentirlo, Rukia se agitó bajo el musculoso cuerpo de su verdugo. No quería llegar tan lejos, no. Pero la fricción entre el exterior de su sexo y la verga de aquel hombre, estaba nublando por completo su mente.

Sosuke la colocó en cuatro sobre la cama para él acomodarse de tras de ella, restregando su pene contra aquel perfecto traserito.

* No, onegai !... *     _Suplicó ella._     * ¡ soy virgen !. *

* Lo sé. *     _Le susurró él al oído, mordiéndole suavemente la oreja._     * ¡ Por eso quiero tenerte !. *

Tras estas palabras, Aizen empujó con suavidad, clavando en ella tan solo la punta de su pene.

* NOOO !!. *

Kuchiki gimió desesperada. No quería que esto pasara y sin embargo, la sensación de aquel pedazo de carne enterrándose en ella la hacía vibrar. Más el ligero placer duró poco, pues de pronto el castaño empujó fuerte, clavándose totalmente en la vagina de la pelinegra, quien gritó ante el dolor de su virginidad que se iba y la dureza del intruso masculino que la lastimaba.

* I-ittai !… sácalo, ¡ duele mucho !. *

Se quejó con voz quebrada. Sosuke permaneció inmóvil por unos segundos, aguardando a que la chica se acostumbrase a tenerlo dentro suyo. Pero no podía quedarse tan solo mirando su frágil espalda, así que desplegó besos por todas las partes de ese divino cuerpo que estaban a su alcance. Se concentró en la blanca piel del cuello, marcándola como suya.

Cuando los sollozos de Rukia se tornaron en débiles gemidos de placer, Aizen supo que había llegado el momento de gozar en serio, así que comenzó a mover las caderas con suavidad, saliendo casi totalmente tan solo para hundir nuevamente su verga en la cálida intimidad femenina.

Tres, cuatro, cinco estocadas fueron dadas con lentitud antes de que el castaño se desesperara y fuera poseído por la lujuria y el deseo.

Las penetraciones se volvieron más fuertes y constantes, casi brutales, pero igual los gemidos y jadeos de Kuchiki ya no eran tímidos, ahora su voz llena de gozo se escuchaba por toda la habitación del lujoso hotel. Aquella sensual voz era como combustible para que el hombre no cesara en sus embates. Y Rukia había comenzado a pedir más. . . y más duro.

* Así, así… más fuerte !… m-másss !!. *

* Sí, preciosa, es todo tuyo !. . . ¡ toma, pequeña, toma !. *

Decía Aizen, con una sonrisa de lujuria y satisfacción mientras sus grandes manos sujetaban las caderas de su amante y de vez en cuando oprimían con fuerza los redondos y tersos glúteos.

A esas alturas, la misma Rukia se movía casi sincronizada con aquel hombre, lanzando su traserito al encuentro del tremendo y delicioso pedazo de carne viva que la estaba llenando de placer.

* Sí, dame más !… ¡ lo quiero todo !. *

Aizen se pegó totalmente al cuerpo de la joven; su pecho sobre la espalda de la ojivioleta, sus manos se deshicieron del sostén y ahora estrujaban los redondos pechos al tiempo en que sus embates seguían intensos y profundos.

Tanto era el placer de Kuchiki, que algunas lágrimas escapaban de sus lindos ojos. Rukia había sido completamente dominada por la lujuria y había sucumbido ante las debilidades de su propio cuerpo.

Llegó al máximo de su entrega cuando las desesperadas penetraciones del castaño le produjeron un cosquilleo que se expandió a su vientre y luego a todo su cuerpo. La jovencita estaba experimentando el orgasmo más intenso de aquel encuentro y no pudo más que arquearse y gritar su placer y el nombre de su amante mientras este no paraba de clavarse en ella en un delirante éxtasis que estaba consumiéndolo a él también, pues las contracciones del sexo de la pelinegra lo estaban volviendo loco.

Era una sensación tan intensa, como si aquella vagina quisiera succionar el pene entero, y eso era tan delicioso que el castaño no pudo más que rendirse a tan fuerte y placentera caricia.

Así, con un par de gruñidos y su último esfuerzo, Aizen se vació en una abundante venida que llenó la vagina de Kuchiki, quien suspiró agradada de sentir el semen dentro suyo, y poco después, escurriendo entre sus piernas al él abandonar la cálida y suave intimidad. Después, ambos se quedaron sin fuerza y colapsaron, ella sobre la cama, Aizen sobre Rukia.

  No dijeron nada y lo único que compartieron era el silencio y sus agitadas respiraciones.

Aizen se recostó de espaldas sobre la cama, acomodando a la pelinegra sobre su cuerpo. La miraba triunfante y satisfecho, ella seria, un tanto molesta, pero sonrojada. No hubo palabras, fue el brillo en sus miradas lo que confirmó lo que ambos deseaban.

Rukia se acercó a él hasta que sus bocas se unieron.

Kuchiki se acomodó a horcadas sobre el musculoso cuerpo de aquel hombre sin siquiera romper el beso, deleitándose ahora ella con él. Todo mientras el castaño guiaba su verga a la vulva de la chica, que escurría sus fluidos mezclados con los de él.

Y Aizen, duro otra vez, la penetró completamente de una sola estocada, haciéndola romper el beso y gemir al instante. Comenzando ambos a moverse y sincronizar sus cuerpos en otra entrega desenfrenada, llena de lujuria y deseo.

Lo mejor de todo es que el fin de semana apenas comenzaba.

  Totalizado.

 *~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Me encanta esta pareja (aunque no exista ¬¬’).

Me habría gustado que hubiese algo de ellos en el anime, al menos por parte de Aizen, no sé, una insinuación, o que profundizaran más en porque él eligió a Rukia para ir a Karakura y encontrarse con Ichigo, pero bueno, el shounen no es perfecto T-T.

Me gustó como quedó este fic, aunque siento que le di muchas vueltas al asunto, pero creo que está un poquito fuerte y es lo que importa ^0^ .

Quería que el título de este fic fuese en inglés, pero siento que Blackmail no suena muy interesante. . . ¿no? ¬¬’ .

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 30 de Mayo de 2011.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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4 years ago

1/3 de mis puros sentimientos.Capítulo 1

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Anime: Rurouni Kenshin

Rating: M

Pareja: Sanosuke & Kaoru

Sinopsis: Songfic. Aunque te ame al punto de quiebra, no sería capaz de decirte un tercio de lo que siento. Puros sentimientos corren y no soy capaz de decirte que te amo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 1 ::.

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La luz del sol cae sobre el Dojo Kamiya; Kaoru-chan despierta después de una larga y agradable noche de sueños relajadores y de descanso.

Aun algo somnolienta, escucha las risas de Ayame y Susume, quienes juegan con Kenshin como cada mañana.

Por lo regular ella es la primera en levantarse pero esta vez tenia un peculiar cansancio que la había debilitado por completo.

Salió de su habitación y lo primero que escuchó fueron los "saludos" de Yahiko. "¡Qué eres floja?!, es casi medio día y apenas te estas levantando, irresponsable, no tienes nada que hacer?!". Entre otros comentarios.

Otra cosa rara es que Kamiya lo ignoró por completo y solo respondió con un...

* Buenos días Yahiko. *

Pasó de largo sin prestarle mayor atención al chiquillo y dirigiéndose al patio, encontrándose con Kenshin y las niñas.

"Buenos días, te sientes bien?". Palabras que se dejaron escuchar; respondidas con tanta tranquilidad que asustaba.

Otras personas que se encontraban en el Dojo eran Sanosuke y Fox-Lady. Maravilloso, hasta ellos se levantaron antes que ella.

* Vaya, la niña está cansada; no puede con el ritmo de vida de un adulto. No me sorprende. *

Sí, era un día medio normal, tomando en cuenta el agradable saludo de Megumi el día podría considerarse como normal.

Claro que los saludos no terminaron ahí, Takani siguió dando indirectas a Kamiya, hasta que alguien intervino...

* Ella es una chica ingenua y dulce, no como tu, que eres oportunista y experimentada... no dejaré que sigas molestándola. *

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Aunque te ame al punto de quiebra

no sería capaz de decirte un tercio de lo que siento;

puros sentimientos corren y no soy capaz de decirte

"te amo", mi corazón.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Las palabras de Sanosuke, no habían sido escuchadas por vez primera en ese lugar o por todos los presentes.

Ya había dicho algo semejante en ocasiones atrás, especialmente cuando Megumi molestaba sobremanera a Kaoru.

Kamiya le ofreció una ligera sonrisa al muchacho en agradecimiento, sonrisa que de hecho iba a ser correspondida, pero, el joven desvió la mirada, para después soltar una gran carcajada.

* Claro, a menos que no esté yo... puedes molestarla cuanto quieras en mi lugar. *

Justo entonces Kaoru recordó la razón de su cansancio de los últimos días, era cierto, de todos los adultos que vivían en el Dojo, era ella la única que trabajaba y mantenía a duras penas a todos; aunque no se quejaba, lo cierto es que las constantes bromas por parte de sus amigos solo lograban ponerla de mal humor, lo que daba como resultado que estuviera estresada y sin ánimos para hablar con ellos.

Bueno, tampoco podía quejarse, le habían traído tantas alegrías que nada más importaba, por eso mismo y para no explotar, salió un rato del lugar.

* Ja, muy gracioso Sanosuke, pero no lo suficiente. *

Dijo poco antes de salir sin saber siquiera a donde se dirigía. No era extraño, de vez en cuando salía y al poco rato regresaba, igual, sin decir nada.

La joven mujer caminó algún rato por las calles tratando de despejarse un poco; se fue al rio para sentarse en la orilla y pensar... pensar en nada y todo al mismo tiempo.

Las horas pasaron y el atardecer llego al lugar; los pigmentos semi-naranja cubrían el cielo con delgadas nubes cruzándolo, un sol agonizante se desvanecía en el horizonte... ya era momento de regresar a casa y... dormir un poco más, vaya que lo necesitaba, sin razones se encontraba con gran cansancio, quizá era el estrés.

Mientras cruzaba el puente se encontró a dos hombres que le impedían llegar al otro lado.

* A ti te conozco, eres la dueña del Dojo Kamiya. *

Alcanzo a decir uno de los sujetos, el otro se llevó la mano derecha a la cabeza y después de un par de risas, también habló...

* Sí, es cierto, dicen que no hay hombre capaz de domarte, mujer. *

Ambos individuos sonrieron maliciosamente; esa estúpida sonrisa que cruzaba sus desagradables rostros decía más de lo que mil palabras pudieran explicar. Esos depravados querían algo de Kaoru, algo no muy decente por la forma en que clavaban sus miradas en el cuerpo de la mujer.

Kaoru ni se inmutó, ni sorprendió con las insultantes miradas sobre su cuerpo, sencillamente quiso pasarlos de largo sin armar un escándalo y ya, pero no pudo; uno de esos hombres le sujetó el brazo izquierdo, impidiéndole dar un solo paso. Carcajadas por parte de ellos resonaron por todo el lugar; un brillo de lujuria se hizo característico en los ojos de los mismos... Kaoru-chan comenzaba a asustarse, en esos momentos vestía un kimono por lo que no había pensado en portar su espada de bambú, y para colmo esos dos traían con sigo espadas; de seguro ningún miembro de la policía los había visto hasta esos momentos.

Uno de ellos haló a la chica para que estuviera más cerca de él y poder comenzar con su "jueguito".

Las pupilas de la muchacha se contrajeron al imaginarse las negras intenciones de sus atacantes. Kamiya interpuso sus manos entre su cuerpo y aquel individuo.

Maldición !!, tenía que admitirlo, su fuerza física no era suficiente como para oponerse a esos pervertidos.

La chica estaba al borde de la desesperación, cuando...

* No quiero ver sus asquerosas manos sobre el cuerpo de ella, así que suéltenla. *

Aquella voz juvenil hizo que el corazón de Kaoru diera todo un vuelco.

Escuchar a Sagara la hizo sentirse aliviada; la aceleración que sufriera su corazón ante el temor de sufrir se detuvo repentinamente ante el alivio de sentirse segura.

Ahí estaba Sanza, con ambas manos en los bolsillos de los pantalones y mirando con desprecio a esos locos. Un aire frío se dejo sentir en el puente para dar paso a más y más nubes que comenzaban a cubrir el cielo para teñirlo de gris.

En poco tiempo el cielo indicaba que dejaría caer una fuerte lluvia; así pues al caer la primera gota, Sano se lanzó al ataque en contra de esos sujetos, quienes desenfundaron sus espadas, atacando a Sagara al unísono.

A pesar de que estaban armados, Sanosuke los evadió con facilidad para poco después propinarles varios golpes certeros que los dejaron inconscientes.

Para entonces la lluvia ya había comenzado; los atacantes yacían sin conocimiento en el suelo.

Mientras, el chico de cabello rebelde se giraba para ver a Kaoru; ella parecía tener la mirada perdida, permanecía estática en medio del puente, empapada y con el agua cayendo insistentemente sobre ella.

Sano se le acercó y al estar frente a frente la chica pareció salir de su trance para mirarlo a los ojos. El muchacho solo le sonrió ligeramente, ella... se lanzo llorando a sus brazos, no solo por lo ocurrido sino también por su estado de ánimo de los últimos días, el Dojo, Megumi... todo, ya no aguantó más y explotó en un inconsolable llanto que Sanosuke no supo como detener; solo pudo abrazarla y dejarla desahogarse.

* Anda, regresemos que ya es tarde y seguro nos enfermaremos con esta lluvia. *

Al decir esto, la soltó; Kaoru no supo explicarse porque pero cuando el se alejo sintió un gran frío recorrer todo su cuerpo, un fuerte y punzante frío; se abrazó a sí misma para tratar de contrarrestar esa sensación pero no sirvió de mucho.

Al darse cuenta, Sagara se quitó la camisa para dársela a ella; como Kaoru ni se inmutó y solo se le quedó mirando, el mismo se la puso al rededor de la espalda.

* Anda, que todos se han de preguntar donde estás. *

Kamiya afirmó con la cabeza y ambos se dirigieron al Dojo. Ella aun temblaba; el muchacho no sabía si se debía a lo ocurrido o a la copiosa lluvia que caía sobre Tokio y que por consiguiente provocaba que sus cuerpos tuviesen frío.

Sano quería hacerla sentir mejor, bien sabia que lo que tuvo que soportar con esos locos fue demasiado desagradable. Por eso puso su brazo derecho al rededor de la chica, tratando de decirle que ya estaba bien, no debía preocuparse más... él la protegería y no permitiría que le hiciesen daño.

La chica bajó la mirada para ver como se destrozaban las gotas de agua al estrellarse en el suelo, y también para ocultar el ardor de sus mejillas... sonrojada, solo por un "abrazo".

Durante el camino, no pronunciaron una sola palabra; la tensión era incomoda pero así se mantuvieron hasta llegar.

Al entrar al Dojo se encontraron con Kenshin, quien preguntó si se encontraban bien pues ya era algo tarde y además andaban quien sabe donde con esa lluvia. Lo más sospechoso era ver que Kaoru-dono trajera la camisa del guerrero cubriéndola del frío.

* Descuida Kenshin, estuve jugando a la guerra con unos tipos, luego me encontré a Jo-chan camino acá, la lluvia nos sorprendió y no pudimos llegar más temprano. *

* Si así fue... que bien que no les pasó nada, verdad Kaoru. *

Kamiya no respondió, estaba ocupada en sus propios pensamientos hasta había dejado de disimular el rojo de sus mejillas; dijo buenas noches y se retiró a su habitación sin decir más ante las miradas curiosas de Kenshin y Sanosuke.

* ¿Acaso le pasa algo malo?.*

Preguntó el samurai, rogando por una respuesta negativa.

* No, solo debe estar cansada, no te preocupes. *

Decía el chico alto mientras salía del lugar, acompañado de la mirada del pelirrojo, que se había percatado de su rara actitud.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

En las largas noches de insomnio

mis pensamientos hacia ti murmuran "eso es amor".

Los temblorosos latidos de mi corazón,

que hablan incesantemente,

cambian a suspiros mezclados

con un alta fiebre.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Sagara caminaba por las calles camino a su casa, con la lluvia a mediana fuerza cayendo sobre la ciudad; solo quería dormir, esta... ¿cómo decirlo?, aburrido, cansado.

Así pues, al llegar a su casa se recostó y trató de dormir... pero no pudo. Se pasó gran parte de la noche tratando de conciliar el sueño pero no podía.

La misma razón de siempre... ella, la niña que de una u otra forma se apoderaba por completo de sus pensamientos, pero desde esa tarde sin saber porque, cada vez que su rostro volvía a su mente un desesperante pero agradable cosquilleo surgía en su pecho y los latidos de su corazón aumentaban en velocidad... ¿qué demonios era?.

Esa noche no pudo dormir en lo absoluto. Se sentía acalorado, con grandes deseos de que la tortura de la noche terminara; y como una brisa que refrescaba su extraña fiebre, el rostro de Kaoru Kamiya regresaba fugazmente a sus pensamientos haciendo que sus pupilas se dilataran ante la extraña sensación de recordarla; luego la mujer volvió a aparecer en su mente con ese rubor delicado que cubría sus mejillas, la mirada clavada en el, su cuerpo empapado... su cabello rendido ante la lluvia que escurría por su rostro. Y por supuesto, el kimono pegado a su frágil cuerpo debido a la lluvia.

Esa imagen la había podido contemplar por la tarde y la verdad es que... le agradaba mucho.

Y entre tantas dudas que invadían la mente de Sanosuke, una que parecía ser la más importante y fuerte de todas logró salir del interior del chico, en forma de palabras, pregunta... quizás afirmación.

* ¿La amo?.*

La noche siguió sin dar cabida a una respuesta segura para aquella pregunta. Torturando así al muchacho, que no entendía bien lo que estaba pasando o lo que estaba sintiendo.

Los rayos del sol alumbraban las calles de Tokio.

Por primera vez en mucho tiempo Sanosuke Sagara se había levantado más o menos temprano, para él, permanecer un rato más en al cama hubiera sido tortura; se encontraba más cansado, era uno de esos días en que el cuerpo sin razón alguna, no tienen fuerzas ni para andar a pie unos minutos.

Se dirigió al Dojo, necesitaba comer y obviamente ahí podía conseguir comida gratis, también estaba la opción del Akabeko pero tenía la necesidad de ver a Jo-chan, aunque su comida no fuera igual de buena, se conformaría con verla.

~*~

~*~

~*~

Sano entró al Dojo, ya ni siquiera necesitaba tocar la puerta principal o ser invitado; de hecho nunca fue necesario, nunca pidió permiso el solo entraba y ya.

Se quedó parado en el pasillo que daba al jardín del lugar, saludó esperando que alguien le contestara; por unos momentos pareció que nadie se encontraba ahí, hasta que escuchó su voz...

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Dame sonrisas y días brillantes

con tu sonrisa.

Luego hasta el frío de la noche helada

sería bueno y yo lo aguantaría.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Kaoru lo saludó con más ánimos que el día anterior; la resplandeciente sonrisa que la caracterizaba estaba en su rostro, eso la hacía verse un millón de veces más linda que con los ojos distantes y la mirada triste... aunque aun así era muy linda.

* Vaya Sanosuke no esperaba verte hoy. Creo que últimamente vienes a visitarnos más seguido. *

Sagara no contestó, no articuló palabra o sonido alguno, solo la miraba atento; no estaba sonrojado, ni nervioso... tan solo sumergido en los profundos ojos de la mujer.

Kaoru no entendía nada; Sano no era tan callado, si había algo importante que decir, o algo estúpido daba igual, el lo decía sin mayor problema.

Creyendo que no era importante, tomó a Sanza por el brazo derecho y....

* Déjame adivinar... ¿Quieres desayunar?. *

Le decía la chica mientras lo invitaba al interior de la casa, sacándolo por completo de su trance y sumergiéndolo inmediatamente en otro más profundo aun.

* Vamos, a estas alturas me sorprende que esperes a ser invitado... nunca lo haces. *

Seguía diciendo mientras servía ramen. Sus movimientos eran seguidos con amplia precisión por los ojos del luchador; y a diferencia de la gran mayoría de las veces, siempre !, en que la comida es servida, Sagara no "atacó" al instante... tenía la mirada baja ahora esperando una reacción por parte de Kamiya.

Cuando la niña se dio cuenta de que el tazón del chico seguía intacto se atrevió a preguntar si algo le preocupaba ya que estaba realmente extraño esa mañana; a lo que Sanosuke contestó:

* Jo-chan... quiero hablar contigo es de algo que, que me inquieta y que en verdad es importante. *

Las palabras dejaron a la chica algo pensativa. ¿Qué podría ser tan importante para Sagara?; si el por lo regular no le da gran importancia a las cosas.

Kaoru aun sostenía el tazón; se encontraba entre confusa y tranquila, quizás no era nada, solo... deseos de hablar.

Sin finalizar.

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Las canciones de Rurouni Kenshin son las únicas que pueden competir contra las de Escaflowne, según yo.

Por eso me decidí a hacer mi primer songfic, que por cierto este primer capítulo no tiene nada de hentai, a lo más "perverso" que llegué fue a dar insinuaciones de un intento de violación, pero no pasó a mayores.

Para los siguientes dos capítulos sí habrá hentai 7w7.

Solo puse los primeros tres versos de esta canción, los demás vienen en el siguiente capítulo.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 14 de Diciembre de 2001.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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                                  || Capítulo 2 ||


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4 years ago

Porque me pertenece. --Capítulo 3--

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Hao & Anna

Sinopsis: Ella simplemente ha nacido para él, para Hao. Está destinada a él, porque le pertenece, siempre fue así... porque él la ama.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 3: “Te quiero solo para mi” ::.

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* Yo... lo siento... *

Ni siquiera el mismo Hao podía creer sus propias palabras.

Sin embargo, la itako estaba demasiado ocupada con su dolor como para prestarle atención. El shaman la miró atento; aun permanecía dentro de ella, y la joven ya ni siquiera lo insultaba.

Ya la había lastimado, ¿qué más daba si continuaba con esto?.

 A sabiendas de que el dolor de la sacerdotisa seguía latente, Hao dejó que un par de sus dedos se deslizaran cerca de la vagina de la chica, buscando cuidadoso el clítoris, ese pequeño botón fuente del placer femenino. No le costó encontrarlo. Apenas lo sintió, masajeó la zona... primero lenta y suavemente de forma que el movimiento de sus dedos estimulase a la itako y contrarrestara un poco su dolor.

Cuando sintió la humedad del sexo femenino aumentó poco a poco la velocidad de sus atrevidos dedos.

* Ha-Hao... nooo !!. *

Al shaman le era difícil creer que la sacerdotisa le suplicase de forma tan dócil y excitante.

 * Por favor, no... *

Se sentía tan impotente, tan ultrajada; Anna no podía creer lo que pasaba.

De pronto, la rubia cerró los ojos mientras se mordía el labio inferior; los dedos del shaman se apoderaron por completo de su clítoris. Esos dedos varoniles que jugaban, iban y venían frotando su botón de placer, esos hábiles movimientos hicieron estragos en ella.

Incluso el insoportable dolor que sintiera al ser penetrada sin delicadeza ya había sido olvidado.

 Él ya lo sabía, y conforme ella apretaba los dientes para no dejar escapar un gemido delatador, pudo sentir como su vagina se humedecía más y más.

Cuando la velocidad de sus “caricias” estaba por vencerla, ella trató de contenerse, de no sentir nada, pero le fue inútil.

 El contacto de los dedos del shaman con su hinchado clítoris la hicieron gemir descontrolada...

* No, no... ahhh... mmm !!... *

 Pero ya no pudo más. Un indeseado pero delicioso orgasmo recorrió su cuerpo. Hao se aprovechó de las sensaciones que experimentaba la itako para forzar el resto de su miembro al interior femenino. El poco dolor de tener toda la hombría del shaman dentro de ella fue algo que apenas y sintió.

Nunca antes había tenido un orgasmo y este, por el ser el primero, la dejó completamente confundida y cansada. No obstante, poco tiempo tuvo para pensar o disfrutar esa sensación, pues el joven no esperó para iniciar un rítmico mete y saca en la maltrecha vagina de la sacerdotisa.

 Anna se olvidó de todo.

Sentir aquel grueso y duro pedazo de carne deslizándose dentro de ella, le hizo olvidar que él no era su prometido, que se suponía debía estar con Yoh. No, nada de eso cruzó su mente. Ni siquiera que minutos antes rogó por que la dejara en paz y no le tocase un sólo cabello... ahora...

 * Hao, Hao... no, no... por favor de-detente... no quiero sentir más. *

 Nunca haría tal barbaridad. ¿Cómo iba a hacerlo?. El muchacho estaba en la cima del placer; hacer suya a Anna era algo demasiado placentero como para detenerse.

Saberse el primero fue todavía mejor, no por que le importase mucho si Anna era virgen o no, sino porque esto era algo con lo que podía torturar a su hermanito.

 Pero por ahora, verla tan entregada, moviendo las caderas en busca de un mayor contacto con su miembro... lo volvía loco de deseo.

 De un momento a otro, las grandes manos del shaman atraparon los senos de Anna; jugó entretenido con los erectos pezones de la rubia. Esas pequeñas aureolas que coronaban los pechos de la joven y que tanto le atraían a él.

Después, Hao dejó que todo el peso de su cuerpo cayera sobre la suave y frágil figura de la sacerdotisa mientras seguía aferrado completamente a los senos de la itako, y sin dejar de entrar y salir de su apetecible vagina.

  * Te dije que te gustaría.... ¿no es así?. *

Hao acercó los labios al oído de la joven con el único objetivo de susurrarle aquellas palabras, y de paso... morder levemente el lóbulo de la oreja de la chica.

 * Hao... sí... ¡ me gusta !. *

La joven olvidó por completo el orgullo.

Y es que lo deseaba, a él y a su instrumento varonil que tanto placer le estaba dando.

  Los gemidos de gozo que Anna emitía no tardaron en volverse gritos al sentir como las paredes de su vagina recibían al pene de Hao.

A la joven le era exquisito sentir como aquel miembro masculino entraba hasta el fondo y salía totalmente una y otra vez en un agradable ciclo de éxtasis.

 El shaman se movía de un forma desquiciadamente excitante, aun para ella, haciéndole sentir el gran placer de ser penetrada. Él, a su lado, sigue susurrándole cosas que ella responde solo gracias a las nuevas sensaciones de pasión y placer.

Pero Hao, viendo el cambio de actitud de Anna, quiso arriesgarse con sus palabras y sacar provecho de la situación; solo deseaba que ella quedase atada a él después de esto...

 * Anna... voy a detenerme. *

* No, no... no lo hagas, sigue !!... *

* ¿Por qué he de hacerlo?... yo no soy quien debería estar haciéndote el amor ahora. *

* Síii, sí lo eres... mi único hombre... ¡ mi dueño !... no quiero hacerlo con nadie más. *

 La itako apenas y pudo creer que todas esas palabras habían sido suyas, pero los orgasmos que le procuraba ese hombre eran tan intensos y continuos.

Además no mentía, al menos no en ese momento, pues en verdad en ese instante lo sentía su hombre... quería tenerlo completamente dentro de ella, que la hiciera suya de las formas que él quisiera.

Este shaman la había hecho olvidarse de Yoh.

 Quien sabe como se estaría pasando la noche el menor de los Asakura, pero Hao la estaba pasando de maravilla, de verdad estaba disfrutando de esto, y ni que decir de Anna... ella estaba fuera de si.

  La sacerdotisa ya no pudo resistir las delirantes penetraciones de Hao; gimiendo como hasta ahora no lo había hecho, y moviendo las caderas más rápido. Alcanzó un nuevo orgasmo.

Tembló entera y su cuerpo se puso rígido mientras su vagina se contraía haciendo que sus músculos internos apretaran el miembro del joven.

 El shaman salió de ella; pero le sorprendió que la itako lo abrazara y besara apasionadamente.

No era para menos, la rubia seguía agradecida y caliente aun, lo suficiente como para continuar moviéndose justo después de que su amante le introdujera una vez más su pene.

Se encontraba aferrada a él; lo mordía, lo besaba, le decía: “quiero sentirte hasta el fondo de nuevo”.

 * Te gustó, amor?. *

La pregunta surgió por parte de un Hao que parecía no poder estar más satisfecho de lo que había logrado en ese hermoso cuerpo antes virgen.

 * Oh, sí... soy solo tuya ahora. *

* ¡ Siempre lo fuiste !. *

 Anna no entendió esas palabras, aunque poco le importaron. Estaba tan entretenida en sus momentos de placer, que no quiso meditar más.

Solo sabía que ahora, quizá por el placer, estaba dispuesta a cualquier cosa con tal de darle gusto al shaman. Por eso estaba completamente fuera de sí; realizaba movimientos de sube y baja por ella misma mientras sentía como Hao se limitaba a ajustar sus grandes manos a su estrecha cintura de mujer.

El rodear el cuello del shaman con sus brazos, le facilitó a este el deleitarse con el frenético movimiento de los senos de la sacerdotisa, era como si “brincaran” rítmicamente para excitarlo todavía más. Como una pequeña danza que lo invitaba a probarlos hasta saciarse por completo... danza a la que no se pudo negar.

 Así pues, el amo del espíritu de fuego dejó que sus labios se saciaran de aquel par de suaves y pequeños pechos que se le ofrecían y que lo estaban volviendo loco.

Estaba tan excitado que lamió y succionó de forma imparable, incluso mordió los duros pezones mientras sus manos apretaban tan hermosos atributos de la mujer; a veces suave, a veces fuerte... las manos del shaman simplemente no podían quedarse quietas.

 Los gemidos ahora más constantes y casi descarados, pero incitadores, de Anna ayudaron mucho. Hao sentía que podía quedarse así toda la noche.

“O Toda lo vida”.

Pensaba el shaman; la idea de estar posado entre las piernas de la itako era una muy agradable, tanto que quería permanecer así por siempre.

 Entonces la besó como si fuere la única cosa importante en la vida. Acarició los labios femeninos con los propios para luego abrirle paso a su traviesa lengua.

Quiso mirarla; los lindos ojos de la rubia, aunque entrecerrados, reflejaban pasión y lujuria, un infinito deseo que debía ser apagado por él... solo por él.

 * Anna... te amo. *

* Hao, yo... *

 Un nuevo beso silenció a la rubia.

Las palabras del muchacho habían sido firmes y sinceras; en cuanto a la sacerdotisa, Hao prefirió no saber su respuesta... no ahora.

 * Anna. *

Ella, respondiendo nuevamente a su llamado, lo miró profunda y curiosamente, encontrándose con la maliciosa sonrisa del shaman.

 Lo sintió salir completamente de su exhausto cuerpo mientras apoyaba las varoniles manos sobre sus caderas. Lo que siguió fue tan repentino como inesperado...

El joven de largos cabellos la penetró de una sola vez hasta el fondo, provocándole choques eléctricos a la sacerdotisa, quien se abrazó a él mientras trataba de jalar aire por la boca; la embestida de su compañero había sido tan tremenda que casi la dejó sin aire.

  No pasó mucho tiempo para que le viniera otro orgasmo a la sacerdotisa, que gritaba en la cima de su excitación.

Las palabras al aire se resumían en gemidos de una sola letra, o en pronunciar entrecortadamente el nombre del shaman que, si bien a la fuerza intentó tenerla, terminó haciéndole el amor de una forma que incluso fue correspondida.

Cuando su cuerpo no aguantó más, Anna se dejó caer sobre el cuerpo, empapado de sudor, de Hao.

Aun era agradable, aun era hermoso; la sensación de las paredes de su vagina al contraerse era plena, y prueba de que había disfrutado de esto de forma inimaginable.

Por su parte el shaman de fuego no iba a poder contenerse durante más tiempo pues su pene era apretado y aprisionado por el sexo femenino.

 Sujetando la barbilla de la joven, la miró directo a sus cansados ojos para decirle algo...

* Anna, yo... quiero llenarte. *

 Ella sólo acarició una de las mejillas del chico y luego lo besó como respuesta; estaba completamente entregada a él... Hao en verdad la estaba llenando.

En el momento que el muchacho de morena piel no pudo soportar más, permitió que un orgasmo recorriera su miembro y que dicha sensación se expandiera en su cuerpo.

Cuando se dio el lujo de vaciar su esencia dentro de Anna, no podía sentirse más satisfecho.

 Ellos seguían, ahí, abrazados mientras el liquido blanco iba a desembocar en la dilatada vagina de la itako.

Tuvo que pasar un rato para que Hao abandonara el cuerpo femenino permitiendo que el semen escurriera por las piernas de la rubia.

 De inmediato y como si recuperara la cordura, Anna se alejó de él; le dio la espalda de forma tan fría, que al shaman le fue imposible no sentirse rechazado. Una vez más... volvían a empezar con ese juego en el que se lastimaban mutuamente sin desearlo.

Él la observó con atención, creía que ya lo había entendido, pero la escuchó llorar. A pesar de que la sacerdotisa se rehusaba a derramar lagrimas o sollozar, no podía evitarlo, el sentimiento de culpa era muy grande.

 * Anna, escucha... *

* Déjame en paz !. Se supone que debí estar con Yoh, no contigo... ¿cómo pude hacerle esto?, dime. *

 El shaman intentó tocarle el hombro, pero la joven se había girado para enfrentarlo; estaba prácticamente histérica hasta que finalmente se calmó un poco al gritarle todo aquello a su nuevo amante.

* ¿Cómo voy a verlo a la cara después de esto?. *

Sus ojos negros amenazaron con derramar más lágrimas, hasta que Hao la abrazó. Esos ojos, hasta ahora entrecerrados por acumular el agua salada, se abrieron con sorpresa al sentirse estrechada de forma tan suave y sutil.

Fue extraño, pero tenia la sensación de que el shaman nunca le haría daño, al menos no desde ahora.

 * No lo verás de nuevo. *    _Le dijo con voz firme._    * Porque eres mía, solo mía... te quiero solo para mi y no solo por esta noche... serás mía para siempre... Jamás, óyeme bien, jamás volverás a ver al estúpido de mi hermano. *

* Pero, Hao... *

 El muchacho se atrevió a mirarla, encontrando un lindo tono rosa en sus mejillas, seguramente por sus últimas palabras.

Sujetando el rostro de la rubia con ambas manos, limpió las lagrimas que a sus mejillas surcaban, entonces, al sentirla más tranquila se dedicó a besarla suavemente; con besos cortos, con besos largos... quería memorizarse aquella incomparable sensación de besarla.

Anna simplemente le correspondió; en parte se sentía estúpida porque el pequeño discurso de Hao la había convencido por completo, dejándola sin intenciones de oponerse a los deseos del shaman. También se dejó envolver por sus fuertes brazos mientras gemía tímidamente entre los tantos besos del joven.

 No permanecieron mucho tiempo así, Anna se dejó vencer por el sueño pues estaba completamente agotada. Terminó recostada en el hombro derecho del shaman mientras este la rodeaba con su brazo.

  La miró por algunos minutos; tan tranquila, tan hermosa, con la tenue luz de la luna iluminando su fino y hermoso rostro.

No pudo evitar sonreír con diversión, batalló mucho para tenerla incluso la obligó, pero todo había valido la pena.

 Ahora, tan cansado como ella, cerró los ojos con la seguridad de que esta no seria la última vez que la tendría entre sus brazos, y que mañana, al despertar, ella estaría ahí a su lado, dispuesta a entregarle los días de su vida....

... Porque así lo deseaba, porque ahora era suya... porque la amaba.

  Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Ahora sí... llegamos al lemon. Creo que la pareja es linda, e inexistente como la que tanto me gusta T_T.

Bueno, este capítulo tiene un poco más de romance, según yo, puesto que el otro se tornó un tanto violento, ni tanto ¬¬’. El siguiente capítulo no tiene lemon, pero todavía tengo más intimidades que contar sobre esta pareja.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 12 de febrero de 2004.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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                                      || Capítulo 4 ||


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4 years ago

La mitad de ti

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Anime: Card Captor Sakura

Rating: M

Pareja: Eriol & Sakura

Sinopsis: One-shot. Lloraba amargamente... por un mal entendido había traicionado a Shaoran, su esposo, a quien amaba más que todo en el mundo. Lloraba... porque lo quería también a él, a Eriol.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai

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Este one-shot está relacionado con el fic “MIS 2 AMORES”, ya que narra como Sakura y Eriol terminaron como amantes.

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Mujer de hermosos ojos esmeralda. ¿Qué haces caminando bajo la lluvia de Tomoeda?, ¿Qué razón existe para que permanezcas aquí?, no tienes a dónde ir?... Mis pensamientos me acosan de nuevo; me pregunto cosas que de sobra tienen respuesta. No puedo más, comienzo a correr bajo la lluvia dejando que mis lagrimas se unan con el agua que cae del cielo. Corro lo más rápido que puedo, quiero escapar de todo, de mis problemas, de él. Es que yo... yo los vi abrazados en nuestra casa. ¿Cómo pudo hacerme esto?; creí que me amaba. ¿Por qué Shaoran?, por qué te abrazabas con Tomoyo en nuestra casa?. Lo entendería de Mailing, ella es tu prima pero... de Tomoyo, jamás.

Y ahora que me detengo, la lluvia sigue incesante; tengo frío y creo que no debo sufrir este dolor físico por él. Giro la vista al otro lado de la calle; un bar. Vaya!, nunca he entrado a uno pero creo que esta ocasión amerita un considerable número de copas pata tratar de olvidar. Entro al lugar casi sin pensarlo; no hay muchas personas quizá soy la única que necesita de este sitio para olvidar. Me siento frente a la barra y espero a ser atendida; pido un vaso de sake y me lo bebo de un trago, le indico al barman que me sirva otro, y otro y así consecutivamente. Continuo con lo mismo por largo rato; no sé, esta vez parecía no tener fondo. ~*~

~*~

~*~

He perdido la cuenta de las copas y la noción del tiempo, me he emborrachado de verás y aun así no puedo olvidar lo que me hizo mi esposo, al contrario, me siento más deprimida; el ahogar mis lagrimas en el sake no ha sido de gran ayuda. Así que salgo a duras penas del lugar. Afuera, me encuentro con un joven, alguien a quien conozco.

* ¿Sakura?, qué haces en un lugar como este?. * Una voz masculina se oye detrás mío; me giro para encontrarme con un hombre guapo, alto y con un par de lentes que lo hacen ver muy maduro, claro, a sus veintisiete años supongo que lo es. Me sonríe ampliamente lo cual me hace preguntarme lo mismo interiormente. Trato de evadirlo; realmente conversar con alguien no es lo que deseo, así que me alejo con dificultad de aquel lugar con Eriol siguiéndome de cerca. Estuve a punto de caer en casi tres ocasiones por lo que el chico me sujeto del brazo y ofreció llevarme a casa. * No quiero !!. Podría ir a cualquier lugar excepto ahí. * Le grité como respuesta y aun así él no dejaba de sonreírme. * ¿Te enojaste con Lee?. * Apenas acabo de mencionar eso y comencé a llorar nuevamente. Sentí como sus brazos me rodeaban con suavidad y me desahogue ahí mismo. La lluvia había cesado hacia ya un rato al igual que mis lágrimas. El mencionó que no me obligaría a que le hablara de lo sucedido, además me ofreció pasar la noche en su apartamento lo que me pareció buena idea considerando que por ningún motivo regresaría a ver como esos dos me engañaban, además estaba muy cansada como para seguir caminando sin rumbo y tomando en cuenta que Hiragizawa era mi único amigo no habría ningún problema; nunca pensé que él... cuan equivocada estaba. ~*~

~*~

~*~

Llegamos a su apartamento poco después de las once de la noche y lo primero que hice fue sentarme en el sofá de la estancia para tratar de descansar. Eriol me ofreció una toalla para secar mi mojado cabello, comenzando con esto una platica que se extendió por un par de horas... * Y eso fue lo que ocurrió. * Dije tristemente recordando aquella escena que me oprimía el corazón. Finalmente le había contado todo a aquel hombre que ahora parecía ser mi único apoyo; desahogue mis penas y me sentí aliviada de cierta forma, aunque herida a fin de cuentas. Eriol no dijo nada en absoluto, solo me abrazó, no sé porque pero lo hizo. Ya me sentía mejor y no había necesidad de hacer eso. * Lo que el te hizo debió haberte herido. * _Me dijo._ * Déjame consolarte y hacerte verdaderamente feliz. * Al terminar de decir aquello se apresuro a atrapar mis labios con los suyos; abrí los ojos lo más que pude, lo que estaba haciendo el joven me impresionaba en verdad, sin embargo me parecía bastante placentero y el toque de erotismo me embriago por unos instantes por lo que lentamente comencé a devolverle el beso. Noté como cerrabas los ojos y dejabas de tensar el cuerpo, fue entonces cuando te estreche con fuerzas al grado de casi lastimarte. Quería que tu cuerpo estuviese pegado al mío, ¿por qué?: sinceramente siempre me atrajiste físicamente, desde niños. Y ahora que estas casada con Lee el  desear tenerte, para mi, se ha vuelto una obsesión... y la quiero hacer realidad. Mis manos se aferran con fuerza a tu cintura, te sujeto con violencia y hago que tu cuerpo se extienda sobre el sofá; mi cuerpo cae pesadamente sobre el tuyo para detener cualquier oposición que llegues a externar. Siento tus manos que se interponen entre nosotros; has reaccionado y te resistes a mis besos y caricias; sin embargo todos tus esfuerzos por separarte de mi son inútiles, mi fuerza física es mayor y la aprovecho bien para doblegar tu cuerpo, además el alcohol aun tiene entorpecidos tus movimientos. * Sakura... resistirse está de más; es justo que le pagues a Lee con la misma moneda después de lo que te hizo. * Tu mirada se vuelve dura, me desprecias, lo sé. Aunque eso realmente no me importa ahora que tengo tu cuerpo a mi entera merced. Pero, de pronto siento un inmenso poder emanar de ti, tus ojos se tornan de un rojo ardiente. En verdad estas enfadada; con un grito haces explotar todo ese poder mágico que aun conservas en lo más profundo de tu ser. Tanto es tu poder que me arrojas hasta la pared; mis lentes quedan botados en el piso, alzo la mirada y te expreso mi rencor por lo que acabas de hacer. ¿Cómo pudiste hacerle esto al brujo más poderoso de la tierra?. El error fue mío por bajar la guardia ante la emoción de casi poseerte. Aprieto los dientes enfadado, me reincorporo y te reto con al mirada; me desquitaré de lo que has hecho y verás que será una forma muy dolorosa o placentera para ti... todo depende de como quieras verlo. Te lanzo un hechizo, que igual que con migo, te lanza hasta la otra pared. Te dejo lastimada; no importa cuan fuerte seas pues yo siempre lo seré más que tu. Maldición !, ¿qué está pasando?, qué?. No es mi realidad. Mi esposo y mejor amiga me engañan; Eriol quiere acostarse con migo por todos los medios y si sigue utilizando ese nivel de magia me vencerá en cuestión de segundos. Levanto el rostro y te veo; esos ojos llenos de furia, poder, deseo y lujuria: me asustas. Lo peor es que no traigo con migo las cartas pues hace mucho que no las necesitaba para defenderme; además mi poder mágico parece insignificante ante el tuyo. Levantas mi cuerpo adolorido y me aprisionas entre la pared y tu cuerpo. Haces que tus manos viajen libremente por los contornos de mi figura, retirando todos los obstáculos que encuentran en su camino, la falda, el saco... Intento resistirme de nuevo y solo gano que me lances un hechizo que me roba las fuerzas. Me siento débil... no, ¡ soy débil !. Si no hubiese dejado de practicar la magia esto no estuviese ocurriendo. * Te amo, Sakura. Y no importa el como, pero serás mía. * * Detente Eriol, por favor. Me estás lastimando. * No importan las suplicas, no dejas de explorar mi cuerpo ahora desnudo en su totalidad... gemidos escapan de mis labios y tu mencionas que he comenzado a disfrutar de esto. No, no, no... todos los sonidos son de dolor, tienen que ser de dolor. Me lastimas con tus manos al recorrer mi cuerpo, pero me lastimas más con tu actitud; siempre creí que éramos amigos y ahora... yo ya no sé. Tomo tu cuerpo entre mis brazos; te llevo a mi habitación y te dejo caer sobre la cama; me quito toda la ropa y me hinco sobre ti. Mi espina va tomando fuerza y se alza victoriosa sobre el aire. Lagrimas recorren tu rostro. ¿Por qué?, yo quiero que disfrutes de esto tanto como yo. Dejo caer mi cuerpo sobre el tuyo y me bebo tus lagrimas. Te lleno de besos; una y otra vez insistentemente pruebo tus labios y creo que te siento responder a mi favor. Te declaro mi amor nuevamente, me dices que estoy loco y con tus palabras solo logras que me aferre más a tu cuerpo. Es cierto estoy loco, loco por ti, loco de amor y loco de celos. Y hoy, esta noche quiero gozarte locamente, vivir con locura por tener una oportunidad de conseguir tu amor. Beso tus hermosos senos y te escucho suspirar; me dejo llevar, disminuyo mis fuerzas e intento tocar y besar tu cuerpo con la mayor ternura posible pero me es difícil, la poca ternura que siento en estos momentos se ve severamente opacada por la pasión y excitación que invaden mi  ser. Lleno de besos tu delgada figura; recorro con mis insistentes labios tu suave piel y te siento temblar ante mis insultantes caricias. Te miro, has dejado de llorar y respiras agitada, te aterra lo que hago contigo pero te aseguro que más tarde me suplicaras que sigamos juntos. Mis labios reinician su camino hasta llegar a tu entrepierna; exploro tu vagina con desesperación para intentar saciar el deseo que tengo por ti desde hace más de dieciséis años. Succiono tu intimidad y entre mi delirio te escucho gemir en repetidas ocasiones con un respirar apresurado. No soporto más mis ansias y me reincorporo. Te observo completa... desnuda, cansada sobre mi cama; admirando tu perfección física noto que tus mejillas se han tornado de un color rojo. Es más que obvio, por fin logre que disfrutaras de esto tanto como yo y lo mejor es que aun no ha terminado. * Eriol, no sigas más. No quiero que... * * ¿Esto llegue al punto más placentero. ? * _Interrumpí._ * A pesar de todo esto sé que le eres fiel a Lee... pero yo arreglaré esa situación. No importa cuantos años me tome lograrlo... te arrebataré de sus manos. * Me miras tristemente ante aquellas palabras. Después de lo que he conseguido hacer sentir a tu cuerpo, bien sabes que lo que planeo no es del todo imposible. Te observo con seriedad por segundos y cambio esa mirada por una maliciosa... * Lo siento, Sakura. Pero estoy muy impaciente. * Apenas dije esto último y enterré mi miembro en tu cuerpo. Abriste la boca al querer gritar y no te lo permití; callé tus labios con los míos y así los probé una y otra vez mientras te enterraba más y más aquella espina que te destrozaba por dentro. Nunca podré describir lo que sentía en esos momentos; tu vagina me apretaba tan bien que difícilmente creía que te hubieses acostado con Lee anteriormente. Además el deseo de tenerte y que se me volvió obsesión por fin se estaba haciendo realidad... la frustración de no poseerte a pesar de ser tan poderoso se estaba aliviando. Empuje una y otra vez hacia adentro y, con violencia, me desbordaba de pleno gozo... entonces te sentí abrazarme; abrí los ojos sorprendido. Aquí estamos, cubiertos por el manto de la noche y en tu habitación con los cuerpos enredados entre si. Y te abrace... sentado tú sobre la cama y yo sobre ti, unidos... Me miras, no tienes idea del porque de mi cambio de actitud. Desde que todo esto comenzó mi mente ha sido atormentada por las imágenes de ellos dos engañándome y aun así me he resistido a entregarme a ti, pero... no puedo más; tus besos y caricias me provocan y además, el refugio, consuelo que tus brazos me brindan son mi única salida. Es irónico, a pesar de las circunstancias, de que te has aprovechado de mi utilizando tus grandes poderes me siento extrañamente tranquila y desahogada, quizás... pagarle a Shaoran con la misma moneda es lo que me hace sentir un poco mejor... la venganza es dulce. Y aun así tengo una guerra contra ti, entre amarte u odiarte por obligarme a esto. Cierro los ojos, no quiero contemplarte más pues mi inseguridad aumentaría. Siento la humedad de tus labios entre los míos... por primera vez en la noche me estas besando con tranquilidad y ternura y yo... te agradezco eso infinitamente. Acaricias mi cuerpo con suavidad. Yo hago lo mismo, ¿por qué?, necesito sentirme amada, querida, al menos deseada. Después de lo que paso con mi esposo no me siento así. Me siento sobre ti; tu ingresas a mi cuerpo con fuerza y rapidez; las embestidas son tan profundas que me siento desfallecer en cada una de ellas. Me besas con desesperación, tanto me has deseado?. Tus labios han recorrido mi rostro en repetidas ocasiones, lo mismo has hecho con mis senos. No sé si esta bien aceptarlo, pero... me gusta lo que haces; no sé si sea el que me siento sola, el querer desquitarme de mi esposo de alguna forma, o el morbo de la infidelidad lo que me provoca este placer, pero... quiero estar así, con nuestros cuerpos entrelazados y llenos de candor... siempre. * Siempre te desee, Sakura; y ahora que te tengo, te deseo aun más. * Me dices, con un tono de deseo tranquilo que apenas esta siendo aliviado por el contacto de nuestros cuerpos. Mientras, yo te abrazo con cierta reserva debido a la poca vergüenza que aun me queda. Conduces tus labios hasta mi cuello y me haces gemir un par de veces; creo que te entregue por completo mi voluntad. Tus estocadas fueron más fuertes y profundas cada vez; en ellas me arrancabas gemidos que bien podían pasar como gritos de placer prohibido por mi situación actual. * Dame más. * Te pido. Quiero más y más de esta sensación que me provocas, más de tu cuerpo, más de ti. Me sorprendo a mi misma al compararte con Shaoran en la cama. Ambos me hacen disfrutar al borde del cansancio total, pero... tu, tu eres distinto; cuando dijiste que me harías tuya lo dijiste muy en serio, tanto que ahora me siento solo tuya mientras que Lee es tan solo un extraño que ya no importa más. * Ahh... Eriol, no puedo más. * Menciono, todos mis recuerdos y pensamientos se borran de pronto y solo hay lugar en mi mente para el orgasmo que recorre mi ser. Toda mi figura tiembla incontrolable por el sentir; comienzo a llorar para soportar esta plena sensación que apenas y puedo creer estar experimentando. ¿Acaso existe un placer tan grande como este?; si es así, y lo es, entonces me quedare a tu lado, Eriol. Giro la mirada hacia ti y de igual forma me miras. Sonríes ampliamente por lo que has logrado en mi, y también, porque de pronto un torrente de semen emana de tu miembro y desemboca dentro mío. Esta caliente; me provocas un orgasmo más durante el cual te escucho gemir insistentemente y mencionar palabras que no escuche bien. Me aferro a tu espalda, mis senos están frente a tu rostro y los besas con suavidad, relajado y relajándome a mi. El esfuerzo físico ha terminado, dejo caer mi cuerpo pero me sostienes con firmeza y haces que te mire directo a los ojos. * ¿Qué somos ahora?. * Me preguntas; es gracioso que la respuesta, no importa cual sea, siempre terminara en una historia de cama. * Te quiero. * Como toda respuesta te digo algo que creo no haber pensado siquiera. Es cierto que somos amigos de años atrás pero en esos años no tuve ojos más que para Shaoran, y hoy... yo ya no sé. Sonríes y me besas con profundidad y hasta con ternura y amor. Acariciando mi cuerpo mientras yo solo me dejo hacer. * Te amo, te amo... * Dices constantemente como cualquier hombre que ha logrado poseer al objeto de sus deseos. En un par de ocasiones te dije: "te quiero"; una verdad a medias. Pero debo agradecerte el que por unas horas me hicieras olvidar a Shaoran y el dolor que me provoca; sé que al menos te tengo a ti. Mis ojos comienzan a cerrarse y lo último que ven es tu rostro lleno de satisfacción. Estoy cansada!, todo el día fue una odisea llena de engaños, magia, peleas, sexo y hasta auto sorpresas. Siento tus brazos que rodean mi cuerpo y como me acercas a ti, recargo la cabeza sobre tu pecho y me rindo al sueño.

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~*~

~*~

Ya es medio día, estamos frente a la puerta principal de mi apartamento. No quiero dejarte ir ahora que ya eres mía y sin embargo se que no puedo hacer más para convencerte, por ello es que prácticamente te ruego que te quedes a mi lado, que escapes con migo y dejes a Lee, pero... por ahora no puedo convencerte, sé que después conforme pase el tiempo tu serás totalmente mía y para entonces estaré completo, lo tendré todo. Te acaricio y beso con insistencia para retenerte un rato más; apenas y puedes zafarte de mis brazos y, entre risas juguetonas y de complicidad, finalmente nos despedimos. Me sorprendiste cuando te lanzaste a mis brazos y me besaste con ternura, te devolví el beso con mayor ternura aun, tanto así que te sonrojaste. Ja!, parecemos una pareja de enamorados; lo irónico es que somos amantes solitarios que están unidos más que de cariño, por las circunstancias. * Debo irme... te llamo luego. * Susurraste aun abrazada a mi. * Está bien. Desde hace un par de horas que llamó, parece estar muy preocupado por ti. Aunque has estado en muy buenas manos... lastima que el no lo sepa. * Sonreíste divertida ante aquellas palabras. Me gusta más esa sonrisa en ti que la tristeza y amargura que tenias cuando te encontré ayer. Ahora te vas a su lado; no sé como quedarás con el, pero lo que si sé es que la mitad de ti ahora es mía y esperaré el día en que me pertenezcas solo a mi y a nadie más. "Ya verás, Lee, que te arrebataré a tu esposa sin que si quiera te des cuenta".

~*~

~*~

~*~

Llevo al rededor de quince minutos esperando frente a la puerta principal de la casa, nuestra casa o algo así; no sé que hacer... después de todo ambos nos traicionamos. Me decido y entro finalmente, me dirijo a la estancia; oh!, genial, estas ahí con Tomoyo. Ambos se giran a mirarme y expresan lo que para mi es una falsa felicidad. Te incorporas de inmediato y me abrazas con fuerza. * Oh, Sakura. ¿Dónde estabas?, me dejaste preocupado. * Dijiste, no te creí. Fingí una sonrisa y puse de pretexto a mi padre que volvía a la ciudad repentinamente. Tomoyo se unió a la conversación diciendo haber estado preocupada también. Que falsos y mentirosos. * Sabes?, Sakura. Tomoyo va a casarse con un joven que conoció en el extranjero en uno de sus viajes. Nos lo presentará pronto. * * Sí, estoy tan feliz que ayer cuando se lo conté a Shaoran no pude evitarlo y lo abrace hasta casi asfixiarlo. Ya sabes, es como mi hermano. * Mis ojos se contraen. A caso esa era la razón por la que ayer, ellos?... No, no, deben estar fingiendo o algo así, pero... la mirada de ambos es tan sincera que...

"Oh, dios mío. ¡¿Qué hice?!..." * Entonces... felicidades amiga. * Fingí interés en cuanto a ese tema. Contuve el llanto y me disculpe con ambos antes de retirarme a mi habitación, argumentando que estaba tan cansada que apenas y me mantenía en pie. Me miraron sin decir o entender nada. Entré a la recamara para poco después encerrarme con llave; me desplome sobre el suelo para comenzar a llorar amargamente. Por un estúpido mal entendido había traicionado a Shaoran, a mi esposo; que me amaba más que a todo en el mundo, prueba de ello fue aquel abrazo que me había dado hacia apenas unos momentos; me hizo estremecer de cariño. Lo peor no fue la traición, sino que en cierta forma no me arrepiento. Eriol despertó un hambre de placer que sinceramente solo el puede apaciguar. No... el "te quiero" que le dijera a Hiragizawa no estaba del todo errado. En estos instantes a pesar del sentimiento de culpa que siento no puedo evitar recordar la noche anterior que el me regalo, lo hermosa que me hizo sentir y el hecho de que extraño su cuerpo, sus caricias y besos; el que me haga el amor. Aun siento deseos de ti, Eriol. Y el hecho de que no pienso, ni quiero hacer de cuenta que entre la reencarnación de Clow y yo no hay nada. El que quiero estar contigo de nuevo, Eriol, me hace sentir como la peor mujer del mundo. * Te extraño, Eriol. * Digo en un suspiro y me dejo llevar por las lagrimas. Lloro inconsolable al saberme traidora del cariño puro e incondicional de Lee, y también, lloro porque te quiero... hechicero más poderoso... mí Eriol.

Finalizado.

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Para entender este fiction no es necesario leer el de "MIS 2 AMORES" y viceversa. Ya que este resulta independiente del otro.

Esto es un S/E/S. ~*~ Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 01 de Abril de 2002. La dama del Hentai: Maeda Ai. *~*~*~*~*~*~*~*~*~*


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4 years ago

Mis 2 amores. --Capítulo 1--

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Anime: Card Captor Sakura

Rating: M

Pareja: Eriol x Sakura x Shaoran

Sinopsis: En verdad le gusta como le hace el amor. No es que su marido no la haga sentir placer, esto es diferente... simplemente los ama a los dos.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai

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.:: Capítulo 1: ¡ El maldito placer que me provocas ! ::.

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* Rayos, espero que no demore más en llegar. *

Un hombre alto, de tez blanda, cabello negro y que impone respeto y temor a pesar de su amable mirada, espera ansioso la llegada de alguien.

Las once menos quince y aun no llega; dos horas esperándola en el mismo lugar de siempre, pero hoy no ha llegado. Jamás llega impuntual a sus encuentros y esta espera lo hace ponerse furioso de tan solo pensar que se esconde de el, aunque esto sea inútil... pero también siente miedo de que de alguna u otra forma ella empiece a escaparse de sus brazos para ser completamente de él; de ser así, jamás lo soportaría... ¿Cómo vivir si eso pasara?.

Las luces de un taxi alumbran la oscuridad del lugar de encuentro; una hermosa mujer de cabello castaño-corto baja del auto y se dirige sin titubear hacia el joven que la aguarda. La chica se detiene a un par de metros de su "cita" y lo mira con seriedad absoluta... quizás con algo de rencor.

El hombre pasa su mano por su frente, siguiendo por su cabello y mientras muestra una sonrisa maliciosa, le dice:

* Tan agresiva como siempre; ¿lista para una noche más de intensos pasión y sexo?. *

Su acompañante femenina se enfureció visiblemente; se acercó a él y le dio una bofetada con todas las fuerzas y coraje que tenia en ese momento, volteando a un lado el rostro del chico.

El joven no puso resistencia a la "agresión", y la miro de frente aun con la misma sonrisa insultante; toco su roja mejilla y...

* Me encanta que hagas eso, pero me gusta más escuchar tus suplicas por que no me detenga, o cuando dices que no hay mejor hombre que yo, que nadie te hace gozar tanto en la cama... ¿no, Sakura?. *

Kinomoto siente impotencia, coraje, humillación y varias emociones recorrer su cuerpo; los momentos de placer le habían hecho decir cosas que no quería, ¿o si deseaba decirlas?.

Aquel hombre la tomó del brazo y la guio hasta su auto; ofreció llevarla al lugar que ella deseara, pero Sakura se opuso, argumentó que quería terminar con eso lo más pronto posible.

* Ah!!... estás ansiosa por estar con migo, ¿no?; descuida, te dejaré tan satisfecha como siempre. *

Ella solo atinó a sonrojarse de vergüenza e ignorar ese comentario tan atrevido y descarado.

~*~

~*~

~*~

Al termino de unos minutos ambos llegaron a un hotel, el mismo de siempre. Era propiedad del joven que la acompañaba... "su nido de amor", o más bien su templo de traición e infidelidad.

El chico se puso a hablar de algo con la recepcionista y ésta le entregó unas llaves. El volvió con Sakura y la guio hasta su habitación.

Ambos estaban frente a la puerta de la suite 404; el la sujetó y la cargó sobre su hombro por si se oponía. Al entrar, la dejó caer sobre la cama.

* Brusco !... no tenías que hacer eso. *

Dijo ella mientras su acompañante cerraba la puerta con varios seguros.

* Siempre reservas la misma suite, ¿verdad?. *

Ella no obtuvo respuesta de inmediato, por el contrario, el muchacho parecía ignorarla. Estaba ocupado despojándose de su ropa. Al estar totalmente desnudo, Kinomoto, avergonzada y ruborizada, cubrió su rostro con ambas manos, cosa que le causo gracia a su "amigo", y como no?, si varias veces atrás lo había visto totalmente desnudo, de todas formas, ella siempre se avergonzaba al verlo así.

* Este inmueble es mío, por ello lo de la habitación. ¿Sabes que nadie ha ocupado esta suite, solo tu y yo?. *

Le mencionó él, como respuesta a su anterior comentario.

""Esto no es justo, yo no tengo una sola prenda encima y ella esta bastante arropada, hay que hacer que las cosas estén iguales.""

Pensó su "carcelero" mientras se acercaba a ella y se posaba sobre la cama, de frente a su amiga. Dejo sus lentes a un lado, estrecho a la mujer, la apretó contra su cuerpo lo más que pudo; la besó apasionadamente casi sin dejarla tomar aliento.

El contacto entre sus labios la hizo vibrar de deseo, y él lo sintió; Así que recorrió lentamente el cuerpo de la mujer con sus manos, sintiendo las curvas del mismo bajo las palmas de sus manos.

Retiró cada prenda con cierta violencia, dejando a su compañera en la misma condición en que el se encontraba.

* Por favor, detente... ya no deseo hacerlo más. *

Suplicaba la hechicera, aun sabiendo que las suplicas no le ayudarían en nada. Él, solo sonrió irónico sabiendo que sus ruegos, al final, serían para continuar amándola.

El muchacho, ni lento, ni perezoso, guio sus labios a los labios vaginales de su acompañante, succionando el interior y probando desesperadamente lo que el consideraba como un regalo del cielo. Introdujo su lengua lo más profundo posible, explorando el secreto que guarda cada mujer en su cuerpo desnudo, secreto que el había descubierto en una mujer ajena, que pertenecía ya a otro hombre, el cual ni enterado de esto estaba.

Y sin importarle aquello, el hacia el cuerpo de Sakura más suyo que de nadie, aunque dispusiera de ella a medias, con cierta limitación.

Saber que en ese momento la tenía para él, solo para él... no solo lo hacia feliz, lo volvía loco de deseo, excitación y poder; ella era lo único que le faltaba para tenerlo todo en el mundo.

Embriagado con su aroma de mujer y el exquisito sabor de su vagina, el muchacho saboreó por última vez en la noche de los placeres de la intimidad de Kinomoto; haciendo círculos al rededor del clítoris de la chica... mordisqueándolo suavemente y finalmente succionándolo por unos instantes, acto que le provocó un fuerte orgasmo a Sakura... la fuerza del placer máximo que recorría su cuerpo la hizo gritar de gozo, grito que fue acompañado por el nombre de su amante...

* Ahh !!... Eriol, Eriiooooll !!. *

A Hiragizawa le complacía mucho que su amante suplicase de esa forma por él.

Comenzó a subir por el cuerpo de la chica besando cada rincón del mismo con gran intensidad y desesperación.

Su vientre, jugueteaba con su ombligo; unos minutos disfrutando sus pequeños, pero apetecibles y bien formados senos, y por último sus labios rosa muerto, tenue.

Eriol saboreó el lápiz labial que cubría los labios que tanto amaba y la profundidad de la boca de Sakura, mientras que ésta, alcanzaba a beber un poco de sus flujos vaginales, los cuales aun sobrevivían en la boca de su amante.

Sakura estaba totalmente rendida de pasión y ansias ante su poseedor de noches prohibidas y condenadas.

Por lo general, siempre era de esa forma; ella se resistía a seguir reuniéndose con él, pero de una u otra forma terminaba entregándosele en alma y cuerpo.

¿Por qué?, si ella amaba a otro hombre... ¿Cómo pudo enredarse con otro?.

Sucede que en una ocasión, con copas de más y un pequeño mal entendido con su marido, cayó inevitablemente en las redes de Eriol, y a pesar de que con lo poco consciente que estaba trató de resistirse y evitar acostarse con él, no estaba lo suficientemente sobria como para lograrlo. Además, Hiragizawa prácticamente la violó... pero si la obligó, entonces por que sigue acostándose con él?. ¿Habrá utilizado algún hechizo, era atracción física?... no.

Ella sigue entregándosele por la simple razón de que la satisface bastante en la cama.

La primera vez, a pesar de haber sido violada, terminó rendida de placer y aceptando colaborar para que fuera cosa de dos y no sólo de una persona.

En verdad le gusta como le hace el amor, no es que su marido no la haga sentir mujer; esto es diferente, el posee su cuerpo de una forma especial... quizás por su alto nivel de magia, no sabría decir porque; y aunque quiera negarlo... le tiene cariño a la reencarnación del amo Clow, y eso hace las cosas un poco más complicadas.

Kinomoto se involucró un poco más en su relación e inclino su cabeza a la entrepierna de hechicero. Tomó entre sus manos el pene erecto de su amante y lo introdujo en su boca una y otra vez.

Oh, Dios !!, eso desquiciaba a Eriol; era en ese punto cuando Sakura tenía el control de la situación.

Con los ojos entrecerrados por la agonía del placer, Hiragizawa gemía débilmente para no doblegarse ante su compañera; tratando de alejar los desesperados labios de Sakura de su ya extremadamente sensible miembro, le dijo...

* Es, espera... terminaré viniéndome en tu boca y lo que deseo más que nada es, es... entrar lo más profundo en tu cuerpo.*

* Hazlo, hazlo que no puedo dar marcha atrás... en estos momentos nada me importa, solo tú y estas cuatro paredes que nos aprisionan. *

La confesión de la Card Master no hizo sino convencer a Eriol de que él siempre tendría control sobre ella; la tenia en la palma de la mano. Estaba seguro de que si en ese momento le pedía fugarse con él, lo haría, aunque se arrepintiese después.

Kinomoto parecía no estar en sus cabales, no estar con sus cinco sentidos funcionando, parecía ser otra, ¿Es que acaso su amante la hizo cambiar?.

Prueba de ello es que adoptó una posición en cuatro, mostrándole el trasero a su otro hombre, rogándole, suplicándole que la penetrara de inmediato y sin consideraciones.

* Quiero tenerte aquí, dentro mío, y que esta noche como muchas otras no nos importe el mañana... solo hacer el amor sin limitaciones, ni preocupaciones por lo demás. *

Así pues, Eriol se posó de tras de ella con su pene apuntando a la ardiente vagina que ya lo esperaba palpitante de excitación y lo suficientemente húmeda como para garantizarle un placer inigualable.

El muchacho se deslizo sin problemas por la vagina de su amante; de todas las veces que había entrado en ella, sin considerar las que hubiese entrado el miembro del esposo de Sakura, la cavidad de la chica ya estaba bastante trabajada.

Eso lo sabia por que la primera vez que la hizo suya, el recibidor de su miembro estaba algo estrecho, claro, si ella no tenía muchos meses de casada.... era casi nuevecita. Ahora su pene entraba y salía sin dificultad alguna.

Hiragizawa mantenía su miembro ocupado con un ritmo constante de mete y saca del interior de Kinomoto, y sus manos de igual manera ocupadas, pero sosteniendo los sensibles senos de la mujer, los cuales saltaban al ritmo de las embestidas que el joven Eriol daba al cuerpo de su prisionera.

Las mejillas de Sakura estaban ardiendo en rojo por la excitación; algunas lagrimas caían de sus ojos y recorrían las mismas mejillas, solo por el placer que tenia que desahogar de alguna manera; además un delgado hilo de saliva se escapaba de su boca... es que realmente no podía reprimir las sensaciones que la recorrían.

Ambos habían logrado una sincronía en el movimiento de sus cuerpos, con algo de velocidad.

De pronto, Eriol se detuvo, sus pupilas estaban algo dilatadas; apoyando sus manos en las caderas de la mujer, solo dio un último empujón al interior de Sakura llevando su pene hasta el limite y desbordando un torrente de semen en la chica, la cual enterró la cara en una almohada, sorprendida al saber que una vez más su amante la mataba de placer inigualable.

Hiragizawa se separoó de ella y la lleno de besos por todo el cuerpo, deleitándose con el, sabiendo que a pesar de que volvería a tenerla entre sus brazos, quizá eso tardaría algo de tiempo, todo dependía de que tanto lo necesitase la mujer.

Un sorpresivo y último beso en los labios de Sakura y un entrecortado "Te amo", finalizaron aquella velada de pecados y traiciones.

Las palabras del joven simplemente confundían más a Kinomoto, cada vez que le decía ese par de palabras lo hacia tan sinceramente que estaba cien por ciento convencida de que eran verdad, lo malo, es que esas palabras solo la ataban más a él.

~*~

~*~

~*~

Unos ojos esmeralda recién alumbran la oscuridad de la habitación, la dueña de estos yace desnuda al borde de la cama. Sobre su cuerpo, un hombre, su amante, descansa con su cabeza sobre los senos que saboreó horas atrás; una delgada y solitaria sábana los cubre del frío de la madrugada, todas las demás cayeron al suelo por la loca noche.

Las cuatro más veinte... debía irse y rápido; su esposo regresaría ese mismo día y no quería que se enterase de nada.

Con cuidado, se desliza dejando el cuerpo cansado de su amante, solitario en la inmensidad del lecho; se viste y trata de despejarse antes de irse. Desvía su mirada hacia su condena... aquel hombre y esa cama; se sonroja y una triste mirada toma posesión de su rostro; gira su cabeza para sacar todos esos pensamientos y quita los seguros de la puerta uno a uno. La abre, se detiene... una débil voz la retiene...

* Sakura... en verdad te amo !. *

Menciona entre sueños su compañero en la traición, la chica derrama lágrimas sin cesar; cierra la puerta, sale corriendo apresurada y comienza a minimizar el paso bajo el manto de la madrugada.

* También te amo, Eriol... pero no como a él. *

Dice para si la que traiciona la confianza de un esposo, quizá sin desearlo, pero haciéndolo a fin de cuentas.

Sigue caminando sin rumbo, después de lo que hizo esta noche no tiene el valor para mirar los ojos de su esposo... al menos, aun le queda algo de vergüenza.

Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Este fiction tendrá solo dos capítulos T-T.

Esto es un S/E/S.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 01 de Septiembre de 2001.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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                                      || Capítulo 2 ||


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4 years ago

Don’t stop the party. Capítulo 1

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Un fic que estaba guardadito y que ve la luz para “international ichiruki hentai weekend”. IIHWE 2020.

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Anime: Bleach

Rating: M

Pareja: Ichigo & Rukia

Sinopsis: AU. Cuando Rangiku la invitó a su despedida de soltera, Rukia imaginó que la rubia haría algo fuera de lo común, especialmente considerando la forma de ser de su amiga. Pero nunca, jamás. . . imaginó aquello.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 1 ::.

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Cuando Rangiku la invitó a su despedida de soltera, imaginó que la rubia haría algo fuera de lo común, especialmente considerando esa obsesión que tenía por el sexo. Pero nunca, jamás. . .

""... ¡ imaginé esto !.""

Rukia se preguntaba: ¿cómo lo que hace apenas veinte minutos parecía una despedida de soltera común y corriente, había terminado en esto... una orgia, no una verdadera orgy party?.

La pelinegra miraba en varias direcciones, buscando a sus amigas.

Encontró a Orihime sobre la barra, siendo penetrada brutalmente por un peliazul con cara de mafioso al tiempo en que devoraba el pene de un tipo de cabello negro y ojos verdes, quien a pesar del "servicio" que la pelinaranja le hacía, no reflejaba placer alguno en su rostro.

* ¿Quién la viera?, tan modosita e inocente que parece. *

Susurró para sí la ojivioleta, girando el rostro a la izquierda y encontrando a la festejada en el escenario siendo protagonista de una doble penetración en la que Gin la embestía por la vagina y Hisagi la sodomizaba sin compasión. Por la gran sonrisa en su rostro y la saliva escurriendo de su boca, era evidente que la mujer lo estaba disfrutando.

Rukia se agitó. A donde quiera que miraba había personas fornicando, parejas, tríos y un montón de combinaciones. Hombres y mujeres valiéndose de manos y lengua o simplemente de sus genitales para obtener el tan ansiado placer. Era inevitable no sentirse excitada pero igual se sentía sofocada.

Rangiku la había engañado al decirle que no habría nada extremo, pero lo cierto es que la intimidad no existía en medio de tanta locura, incluso había quienes, animados por la lujuria y la pasión, se entregaban a actos lésbicos y yaoi, profiriendo jadeos y gemidos cargados de placer.

Kuchiki miró en varias direcciones buscando una salida, la que fuese, solo quería salir de allí, todo le daba vueltas.

A nadie parecía importarle que todos los mirasen, total, todos allí estaban haciendo lo mismo.

La pelinegra divisó la salida a unos cuantos metros, estaba tan cerca, era cuestión de dar unos cuantos pasos. Y justo cuando bastaba con estirar el brazo, algo, mejor dicho alguien, la detuvo impidiéndole avanzar más, impidiéndole huir.

Rukia podía ver la puerta, tan cerca y tan lejos, pero no podía moverse; unos fuertes brazos la aferraban firmemente manteniéndola pegada a un cuerpo masculino que ella imaginaba perfecto, pues podía sentirlo a sus espaldas. Un torso musculoso y tan duro como un muro, pegado a su frágil espalda, y la verga ya erecta, aun apresada dentro de los pantalones, se restregaba sobre el lindo y perfecto traserito de la ojivioleta.

* No, tame !!. . . *

Kuchiki se mordió el labio para evitar que cualquier sonido de placer la delatara. El toque de ese hombre era delicioso, pero no podía, no debía.

Cuando las grandes y toscas manos se posaron sobre cada uno de los pechos, la joven hizo amago de la poca cordura que le quedaba para soltarse de aquellos brazos. Lo que vino después pasó en cuestión de segundos. . .

Sin finalizar.

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Originalmente, este era un one-shot larguísimo (bueno, no tanto ^v^ ). Preferí dividirlo en unos cuantos capítulos. Este primero quedó, según yo, perfecto. . . y muy "picante" ^¬^ .

No tenía idea de que título poner a este fic, mis opciones eran "Crazy party" o simplemente "Party". Cierta canción, pegadiza, y muy repetitiva ¬¬', me dio la idea. También me gustaba "Don't stop me now" ^^ .

_I LOVE ICHIRUKI_

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 22 de Agosto de 2011.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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                                 || Capítulo 2 ||


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