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Chantaje
Chantaje
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Anime: Bleach
Rating: M
Pareja: Aizen & Rukia
Sinopsis: One-shot. Lo que Sosuke Aizen desea lo obtiene; y la jovencita frente a él, semidesnuda sobre la cama, no es la excepción. Aunque para ello tuviese que forzarla a compartir su cama... a cambio de salvar a su padre de la ruina económica.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai
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Lo que Sosuke Aizen desea, Sosuke Aizen lo obtiene.
Y la jovencita frente a él, semidesnuda sobre la cama, no es la excepción.
Desde que la vio por primera vez, sin saberlo o quererlo, ella atrajo su atención. Kuchiki Rukia es una jovencita bellísima, pequeña y frágil, orgullosa de su apellido, pero suave y delicada. Y tenía esos hermosos ojos que atrapaban a cualquier hombre, incluso a él, un magnate temido en el Japón por su poderío financiero y sobre todo por las oscuras inversiones y conexiones.
Y gracias a sus tretas, ahora tenía a la chica a su merced.
* ¡ Eres hermosa, divina en verdad !. *
Le dijo él mientras se le acercaba con una sonrisa de superioridad.
* No !!. *
Casi gritó Kuchiki, entre asustada y furiosa, provocando que la sonrisa del castaño se hiciera más amplia. La vio temblar ligeramente ante la inevitable situación; Aizen no sabía si eso le gustaba. Es decir, por una parte le agradaba la sensación de poder, especialmente el que ejercía sobre ella, su nueva muñeca, pero por otro lado, al ver la delicadeza e inocencia de la joven, solo podía pensar en complacerla y ofrecerle el mundo entero, cubrirla con su cuerpo y hacerla gritar su nombre mientras lloraba de puro placer.
Ese hombre nunca se sintió así y no le gustaba pues se sentía confundido y débil. Pero la deseaba. . . demasiado.
* Creo que tenemos un problema, preciosa, porque tu padre irá a la quiebra y. . . *
* ¡ Basta !. *
Le rogó ella con voz entrecortada. No quería recordar la razón del porque estaba en esta situación, aunque el recordarlo era lo único que la mantenía firme.
Odiaba a ese hombre, por su culpa, su familia estaba a punto de perderlo todo. Pero Aizen le había ofrecido salvar a su padre de la humillación de la ruina económica.
““Si tan solo aceptas compartir mi cama una noche…””
Le había susurrado al odio, haciéndola estremecer de asco y pánico.
Fue hace un mes. Ella se negó, claro, pero ver la desesperación en el rostro de Byakuya la hizo resignarse y finalmente aceptar.
Rukia no podía olvidar la sorpresa y satisfacción del empresario una vez que lo buscó en su oficina, y más aún al decirle, sin ser capaz de mirarlo a los ojos, que aceptaba su propuesta. Para su mala suerte, Aizen elevó el costo de “su ayuda”. Ahora no le pedía una noche, sino un fin de semana completo. Y esta era precisamente la primera velada.
El hombre se deleitó con la exquisita figura de la mujercita que yacía sobre la cama, indefensa, frágil y con tan solo el sencillo conjunto de ropa interior negra cubriendo su pequeño cuerpo.
* Encaje !. *
Susurró el castaño, preguntándose si la chica lo había elegido pensando en él. Las sonrojadas mejillas le dieron la respuesta.
Con total parsimonia Aizen deslizó sus toscas manos por las suaves curvas de la pelinegra, haciéndola estremecer de terror y asco. O eso fue lo que reflejaron sus hermosos ojos que ahora se tornaban azules.
Los ojos del mayor recorrieron fugazmente el cuerpo de su acompañante, primero las piernas, tersas y perfectas, su sexo, cubierto por las bragas.
““¡ Me va a costar entra en ella !.””
Pensaba, excitado ante la idea de lo deliciosamente apretado que estaría.
Su mirada se desplazó más arriba por el vientre plano y finalmente se clavó en los pequeños senos que eran apresados por el brasiere.
Sosuke no se resistió más. Posándose sobre la jovencita, se inclinó hasta atrapar el seno izquierdo en su boca, mordiendo ligeramente por encima del encaje.
Rukia reprimió un gemido; una corriente eléctrica la había atravesado al sentirlo, pero no estaba segura de nada. Sentía cierto fastidio ante las caricias de su compañero, cuyas manos iban y venían por su cuerpo, conociéndolo, memorizándolo. Y estaba también su hábil boca que atendía sus pechos por encima del sostén.
Kuchiki no pudo evitar sonrojarse y sentir que su cuerpo ardía en calor que ella no deseaba. Pero también se sentía débil, como si ya no pudiese luchar más contra ese hombre. Y así fue. . . Aizen la atrapó entre sus brazos sin ella poner la menor resistencia. Rukia tan solo yacía allí en la cama, recibiendo gustosa, aunque ella lo negase, las caricias del hombre a su lado.
* Eres exquisita, pequeña mía !!. *
Susurró Sosuke, poco antes de posar sus labios sobre los de la pelinegra en un beso lleno de pasión y lujuria. Ella no supo cómo es que empezó a corresponderle, pero es que debía admitir que ese hombre sabía besar y muy bien. Le encantó sentir la lengua masculina penetrando en su boca, explorando e invitándola a jugar con él.
Las pocas fuerzas y resistencia de la ojivioleta se vinieron abajo al sentir los dedos traviesos de Aizen hundirse en su vulva, hurgando en su intimidad, regalando un intenso placer al entrar y salir de ella con suavidad.
* ¡ Estas mojada !… mucho !!. *
Le susurró entre besos, sin dejar de masturbarla de aquella manera. Y Rukia solo podía gemir ante todas las deliciosas sensaciones que este hombre sembraba en ella.
Los labios del castaño descendieron hasta el sexo de la joven, retirándole las bragas con los dientes e inmediatamente después, enterrando la cara entre las piernas femeninas y enterrando también su lengua en la vulva, degustando el néctar que, por la indeseada excitación, el cuerpo de Rukia liberaba.
* Aahhh !, n-no !, nnooo !!. *
Rukia gritó en medio del placer, aun resistiéndose a este. Pero Aizen no atendía sus suplicas, sabía que ella rogaba, pero que su cuerpo quería y necesitaba más del gozo que él le ofrecía. Así que, la lengua del castaño seguía entrando y saliendo de la intimidad de la Kuchiki, mimando o succionando de vez en vez el hinchado clítoris hasta que la chica fue vencida por un fuerte orgasmo producido por las expertas lengua y boca de su acompañante.
Cuando las sensaciones se calmaron, Rukia respiraba agitada, su mirada perdida en el techo mientras Sosuke abandonaba su sexo y la miraba fijamente. Se relamió los labios, degustando la miel que la pelinegra le dio a beber tras su orgasmo.
Pequeñas lágrimas se amontonaban en los lindos ojos de la joven, eran a causa de la humillación y el coraje.
Con sensualidad y deseo, Aizen le lamió una mejilla, probando la sal de las lágrimas, luego se acomodó entre las piernas de la chica, frotando su duro pene contra la mojada y sensible vulva de la jovencita.
Al sentirlo, Rukia se agitó bajo el musculoso cuerpo de su verdugo. No quería llegar tan lejos, no. Pero la fricción entre el exterior de su sexo y la verga de aquel hombre, estaba nublando por completo su mente.
Sosuke la colocó en cuatro sobre la cama para él acomodarse de tras de ella, restregando su pene contra aquel perfecto traserito.
* No, onegai !... * _Suplicó ella._ * ¡ soy virgen !. *
* Lo sé. * _Le susurró él al oído, mordiéndole suavemente la oreja._ * ¡ Por eso quiero tenerte !. *
Tras estas palabras, Aizen empujó con suavidad, clavando en ella tan solo la punta de su pene.
* NOOO !!. *
Kuchiki gimió desesperada. No quería que esto pasara y sin embargo, la sensación de aquel pedazo de carne enterrándose en ella la hacía vibrar. Más el ligero placer duró poco, pues de pronto el castaño empujó fuerte, clavándose totalmente en la vagina de la pelinegra, quien gritó ante el dolor de su virginidad que se iba y la dureza del intruso masculino que la lastimaba.
* I-ittai !… sácalo, ¡ duele mucho !. *
Se quejó con voz quebrada. Sosuke permaneció inmóvil por unos segundos, aguardando a que la chica se acostumbrase a tenerlo dentro suyo. Pero no podía quedarse tan solo mirando su frágil espalda, así que desplegó besos por todas las partes de ese divino cuerpo que estaban a su alcance. Se concentró en la blanca piel del cuello, marcándola como suya.
Cuando los sollozos de Rukia se tornaron en débiles gemidos de placer, Aizen supo que había llegado el momento de gozar en serio, así que comenzó a mover las caderas con suavidad, saliendo casi totalmente tan solo para hundir nuevamente su verga en la cálida intimidad femenina.
Tres, cuatro, cinco estocadas fueron dadas con lentitud antes de que el castaño se desesperara y fuera poseído por la lujuria y el deseo.
Las penetraciones se volvieron más fuertes y constantes, casi brutales, pero igual los gemidos y jadeos de Kuchiki ya no eran tímidos, ahora su voz llena de gozo se escuchaba por toda la habitación del lujoso hotel. Aquella sensual voz era como combustible para que el hombre no cesara en sus embates. Y Rukia había comenzado a pedir más. . . y más duro.
* Así, así… más fuerte !… m-másss !!. *
* Sí, preciosa, es todo tuyo !. . . ¡ toma, pequeña, toma !. *
Decía Aizen, con una sonrisa de lujuria y satisfacción mientras sus grandes manos sujetaban las caderas de su amante y de vez en cuando oprimían con fuerza los redondos y tersos glúteos.
A esas alturas, la misma Rukia se movía casi sincronizada con aquel hombre, lanzando su traserito al encuentro del tremendo y delicioso pedazo de carne viva que la estaba llenando de placer.
* Sí, dame más !… ¡ lo quiero todo !. *
Aizen se pegó totalmente al cuerpo de la joven; su pecho sobre la espalda de la ojivioleta, sus manos se deshicieron del sostén y ahora estrujaban los redondos pechos al tiempo en que sus embates seguían intensos y profundos.
Tanto era el placer de Kuchiki, que algunas lágrimas escapaban de sus lindos ojos. Rukia había sido completamente dominada por la lujuria y había sucumbido ante las debilidades de su propio cuerpo.
Llegó al máximo de su entrega cuando las desesperadas penetraciones del castaño le produjeron un cosquilleo que se expandió a su vientre y luego a todo su cuerpo. La jovencita estaba experimentando el orgasmo más intenso de aquel encuentro y no pudo más que arquearse y gritar su placer y el nombre de su amante mientras este no paraba de clavarse en ella en un delirante éxtasis que estaba consumiéndolo a él también, pues las contracciones del sexo de la pelinegra lo estaban volviendo loco.
Era una sensación tan intensa, como si aquella vagina quisiera succionar el pene entero, y eso era tan delicioso que el castaño no pudo más que rendirse a tan fuerte y placentera caricia.
Así, con un par de gruñidos y su último esfuerzo, Aizen se vació en una abundante venida que llenó la vagina de Kuchiki, quien suspiró agradada de sentir el semen dentro suyo, y poco después, escurriendo entre sus piernas al él abandonar la cálida y suave intimidad. Después, ambos se quedaron sin fuerza y colapsaron, ella sobre la cama, Aizen sobre Rukia.
No dijeron nada y lo único que compartieron era el silencio y sus agitadas respiraciones.
Aizen se recostó de espaldas sobre la cama, acomodando a la pelinegra sobre su cuerpo. La miraba triunfante y satisfecho, ella seria, un tanto molesta, pero sonrojada. No hubo palabras, fue el brillo en sus miradas lo que confirmó lo que ambos deseaban.
Rukia se acercó a él hasta que sus bocas se unieron.
Kuchiki se acomodó a horcadas sobre el musculoso cuerpo de aquel hombre sin siquiera romper el beso, deleitándose ahora ella con él. Todo mientras el castaño guiaba su verga a la vulva de la chica, que escurría sus fluidos mezclados con los de él.
Y Aizen, duro otra vez, la penetró completamente de una sola estocada, haciéndola romper el beso y gemir al instante. Comenzando ambos a moverse y sincronizar sus cuerpos en otra entrega desenfrenada, llena de lujuria y deseo.
Lo mejor de todo es que el fin de semana apenas comenzaba.
Totalizado.
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Me encanta esta pareja (aunque no exista ¬¬’).
Me habría gustado que hubiese algo de ellos en el anime, al menos por parte de Aizen, no sé, una insinuación, o que profundizaran más en porque él eligió a Rukia para ir a Karakura y encontrarse con Ichigo, pero bueno, el shounen no es perfecto T-T.
Me gustó como quedó este fic, aunque siento que le di muchas vueltas al asunto, pero creo que está un poquito fuerte y es lo que importa ^0^ .
Quería que el título de este fic fuese en inglés, pero siento que Blackmail no suena muy interesante. . . ¿no? ¬¬’ .
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.
Totalizado el 30 de Mayo de 2011.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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Porque me pertenece. --Capítulo 5--
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Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Hao & Anna
Sinopsis: Ella simplemente ha nacido para él, para Hao. Está destinada a él, porque le pertenece, siempre fue así... porque él la ama.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 5: “Lujuriosos pensamientos” ::.
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* ¿Le dijiste?. *
Con esa pequeña pregunta lo recibió.
Él había ido a hablar con su hermano; tenía que decirle que ella estaba bien y que no se preocupara más. Fue un favor que la itako le vino pidiendo durante varios días y que él aceptó.
Lo hizo por ella, por sus lindos ojos negros que suplicantes lo miraban, además aprovechó para hacerle la vida imposible a su gemelo menor.
Sí... le dijo cuanto disfrutaba de hacerle el amor a la joven sacerdotisa, y como ella terminó por entregársele plenamente. Ahh, ver la mezcla de furia y tristeza en el rostro de su hermano sería un grato recuerdo que permanecería en su mente por mucho tiempo.
Pero ahora tenía cosas mucho más importantes que hacer, que pensar... que desear.
Sin responderle a la chica, el shaman se acercó a ésta para abrazarla suave pero firmemente.
Quiso mirarla a los ojos y vagar en el mar de sensaciones que esto le provocaba; le gustaba hacerlo pues al clavar la mirada en esas bellas gemas negras, éstas le reflejaban lo que el joven de largos cabellos tanto deseaba saber... que le pertenecía. Era como si la misma Anna se lo dijera con palabras.
Deseoso por completo de ella, la besó intensamente, permitiendo que su lengua se aventurase a viajar el interior de la boca femenina para jugar traviesamente hasta encontrar a su compañera de juegos... la lengua de la chica.
Hao la sostenía aferrado a su pequeña y fina cintura, en tanto ella ni siquiera lo abrazaba, tan solo se dejaba hacer. Que el shaman la recorriese y besara a su entero gusto.
Y si bien pareciera que ella poco participaba en aquel contacto, sus ojos cerrados y el rojo en sus mejillas le hacían ver al joven lo mucho que su amante disfrutaba de sus caricias, sin mencionar que la rubia, al igual que él, parecía querer comérselo a besos.
Pronto el shaman de largos cabellos castaños deslizó sus ardientes labios hasta el cuello de la sacerdotisa; quería tatuar las huellas de sus besos en esa blanca piel de porcelana, esas marcas prueba de que la mujer era de él y solo de él.
* E-en serio, Hao... ¿solo le dijiste que no se preocupara, ni me buscara más?. *
La duda hizo que la itako, entre jadeos, insistiese en saber hasta que punto llegó esa conversación entre hermanos. Conocía al hombre que ahora la besaba; no iba a conformarse con solo decirle eso a su hermano, no!... seguro lo molestaría con, con...
* Le dije todo... * _Confesó sin siquiera hacer caso a las palabras de la rubia._ * ... que eres mía, que me amas, y que mejor se olvide de ti. *
Terminó de decirle mientras deslizaba los finos tirantes del vestido de Anna, haciendo que estos bajaran develando un poco del cuerpo de su linda mujer.
* Pero, Hao... no debiste de... *
Anna no pudo terminar de quejarse pues los labios del apasionado shaman habían vuelto a ocupar los suyos, elevándola suavemente y haciéndola olvidarse de todo aquello que no fuera el hombre frente a ella.
El joven de morena piel dejó que los tirantes del vestido se deslizaran por completo, provocando así que la prenda de ceda blanca cayera al piso.
En cuestión de segundos la itako quedó expuesta ante Hao, siendo la delgada ropa interior el único obstáculo para el shaman de fuego.
* Luces muy linda así. *
Las mejillas de la sacerdotisa volvieron a adquirir tonalidades rojas gracias a las palabras de su amante.
No sabía si el chico intentaba sonar tierno o sensual con aquella frase. Sin embargo no pudo pensar más en ello, Hao la besaba nuevamente y cada vez con más deseo mientras permitía que sus grandes manos exploraran el frágil cuerpo de la mujer.
Los besos eran tan intensos y ardientes, que la rubia ni siquiera se dio cuenta en que momento fue despojada del resto de su ropa; viéndose a si misma desnuda, una vez más, frente a aquel shaman de mirada seductora.
Era inevitable, ella también lo deseaba a pesar de no encontrar razón alguna para hacerlo.
Anna lo despojó de aquella ropa que tanto le estorbaba en ese momento; atenta, observó como los pantalones del joven caían al suelo, mostrándose ante ella el miembro erecto de su amante. No podía creerlo, él ya estaba listo para penetrarla y no había pasado mucho tiempo desde que se dieron el primer beso de la noche.
Las ideas iban y venían sin dejar recuerdos claros en ella; sintió como el shaman la tomaba entre sus brazos y la llevaba hasta la cama, haciéndola sentarse al borde de ésta.
Callada, nerviosa, observaba como Hao le separaba lentamente las piernas; los escalofríos llegaron a ella conforme los traviesos dedos del joven le recorrían la piel, incluso arqueó al espalda al tiempo en que emitía un sin fin de gemidos placenteros.
Así, el shaman aprovechó para posar la cabeza entre las piernas de la itako. Las ansias eran tantas que de inmediato se dedicó a explorar el sexo femenino.
* No espera, Hao... no hagas... aahh !!. *
De nada servían las palabras de la sacerdotisa; el joven se dio a la tarea de separar cuidadosamente los labios vaginales de la itako para introducir lo más posible su lengua.
Anna se sintió incapaz de abrir los ojos, las caricias de su amante la estremecían y ni que decir de su lengua fungiendo como intrusa en su cuerpo.
Lo que hubo comenzado como pequeños besos a su clítoris cada vez se volvió más intenso, la mujer solo podía retorcerse conforme los labios del muchacho succionaban su vagina.
Fue entonces que la rubia separó completamente las piernas para que el contacto fuera mayor; le encanta lo que estaba sintiendo, le producía un placer increíble, era una sensación de choques eléctricos que la hacia jadear y gemir sin poderse controlar.
Estaba completamente agitada, apretando las sábanas mientras se retorcía de placer; hasta que llevó las manos a la cabeza del shaman, enredando los dedos en su largo cabello castaño, acariciándolo suavemente ya sin poder apartar la mirada de ese hombre tan apuesto.
Se mordía los labios para no gritar, no quería que esto terminara todavía. Y aunque hubo momentos en que estuvo muy emocionada y jadeaba sin parar, sentirlo introducir su lengua en su vagina mientras ésta se abría paso para permitirle la entrada a Hao, era algo que la estaba volviendo loca.
Su insaciable amante introducía y sacaba su lengua cada vez más rápido produciéndole a la joven una sensación de ansiedad muy grande dentro de ella y que crecía segundo a segundo.
* Hao, aahhh... Haaooo !!. *
Gimiendo locamente debido a un delicioso orgasmo, la itako se retorció nuevamente aun con la cabeza del chico entre sus piernas.
El corazón le latía rápidamente y respiraba agitada; terminó por extender los brazos hacia arriba como tratando de relajarse.
* No sé porque... pero creo que te gustó. *
* ¡Baka!. *
El joven Asakura rio divertido.
No era la primera vez que le hacia algo así a la sacerdotisa, pero siempre se sorprendía de la forma en que la chica gemía por él; adoraba escucharla.
La itako se encontraba cansada, pero el shaman apenas estaba entrando en calor, calor que lo llevó a deslizar sus atrevidas manos por todo el cuerpo femenino, sintiendo, explorando y disfrutando de cada rincón que tocaba.
Hasta que ajustó las manos a los bellísimos senos de la rubia, acariciándolos suave y lentamente, disfrutando de la incomparable sensación de sentirlos con sus manos, para luego estrujarlos con fuerza y excitación.
Complacido la escuchó gemir; estaba dispuesto a seguir hasta que....
* No, espera... * _Fue detenido por Anna._ * ... es que a veces... me lastimas. *
* ¿Te lastimo?. *
Su amante la miró incrédulo.
Solo le había hecho daño una vez, la primera noche que estuvieron juntos, cuando se la quitó al imbécil de su hermano. Recordaba muy bien el dolor opacando la belleza de rostro, estaba más que arrepentido de haberla forzado, pero... incluso ahora suprimía casi toda su fuerza con tal de no hacerle el más mínimo daño... porque la amaba.
La itako lo miró como si leyese su mente.
Él se excitaba tanto que la poseía de una forma tan fuerte y violenta que a veces le causaba dolor, aunque también mucho placer...
Permanecieron en silencio por unos momentos mientras se acariciaban mutuamente. Poco después, el shaman reinició con la lluvia de besos sobre aquel cuerpo de pálida piel, entreteniéndose con el sensible cuello de la chica con lo que la hizo gemir sutilmente.
* ¡ Lo siento !. *
¿Había escuchado bien?; se había disculpado con ella de la forma más tierna y tranquila que pudiera recordar.
Agradada, lo besó con pasión inusual en ella; primero posando sus labios sobre los del muchacho para luego trazar un camino por todo su musculoso y perfecto cuerpo.
Viajando de la boca al cuello del shaman para seguir bajando lentamente hasta detenerse frente al pene que ya varias veces había estado dentro de su cuerpo.
Ahí estaba ella, de rodillas observando el miembro de su amante. Contemplándolo por apenas unos pocos segundos; alzó la mirada y buscó la del chico cuyos ojos se hallaban clavados en ella.
El joven pasó la lengua alrededor de sus labios, como saboreando lo que Anna iba a hacer.
Hao le sonrió lujuriosamente a la rubia, incitándola a continuar y llevar a cabo los morbosos pensamientos que ocupaban su mente...
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Otro encuentro en la cama, aunque éste está algo suavecito.
La situación está inconclusa ya que la continuaré en el siguiente capítulo, que por cierto, contendrá el final.
Soy perversa, lo sé, dejé la parte más interesante para después 7w7.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 12 de febrero de 2004.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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|| Capítulo 6 ||
Los pecadores más felices del mundo
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Anime: Angel Sanctuary
Rating: M
Pareja: Setsuna & Sara
Sinopsis: One-shot. Me duele el corazón porque somos culpables, llenos de pecado y aun así... los más felices del mundo.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
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. . . ADVERTENCIA . . .
Este fic contiene amor filial; NO estoy a favor de él, ésta solo es una historia ficticia, con personajes ficticios, que no debe pasar más allá de la simple lectura.
~*~
No les habían dejado otra salida, así que se escaparon juntos, de todo, de todos.
Ángeles y demonios, bah!; ellos eran, quizás, los que menos le preocupaban al joven, Setsuna Mudou. Fue la maldita moral, las normas de la estúpida sociedad que no lo dejaban ser feliz al lado de su hermana.
¿Hermana?, no, eso no, ya no más. . .
-Solo somos dos adolescentes que pretenden amarse, solo eso.-
Pensaba, tratando de justificarse, pues aunque ansioso, también estaba consciente de que esto estaba mal, tenía miedo y, debía admitirlo, le resultaba un poco extraño estar así con Sara.
* Setsuna, espera. *
La voz dulce de su chica lo sacó de los profundos pensamientos que en ese instante lo envolvían.
* No puedo esperar más, Sara. *
El rubio apretó fuertemente la mano de la joven.
Esto era lo que siempre soñó hasta casi volverse loco, y ahora. . . no podía contenerse.
Las manos del muchacho se aferraban a la cintura de la mujer, moviéndose de arriba hacia abajo, haciendo que la chica suspirara.
Tanto deseo llevó al mayor de los hermanos a besar, casi delirante, el cuello de su compañera al tiempo que trataba de quitarle el lindo vestido azul que llevaba, más por la ansiedad y los nervios, simplemente no pudo. Y fue Sara quien se despojó a sí misma de casi todas sus prendas, conservando tan solo las pequeñas pantaletas. Haciendo gala de sus perfectos senos, adornados por sonrosados y duros pezones, como pidiendo ser explorados, y claro, Setsuna no lo pudo evitar. . .
* Ah, onii-chan. *
La chica suspiró entrecortada.
Su compañero palpaba y estrujaba cariñosamente sus pechos, amasándolos a placer.
Y volvieron a besarse, ahora con más pasión, con más deseo, casi hasta a acabarse el aliento. Tenían la extraña sensación de que debían hacerlo rápido, porque quizás se arrepentirían en cualquier momento, o peor aun, que esta sería la primera y única vez que pudiesen amarse. Y esa era una sensación que sinceramente le daba miedo a Setsuna.
Más ahora, en este instante, nada en el mundo, ni ángeles, ni demonios, ni mucho menos los tabúes, podían frenar el ferviente deseo que el muchacho tenía por su hermana.
Así, el joven se atrevió a deslizar sus labios sobre los cálidos pechos de la que pronto se convertiría en su amante; besando tranquila y cariñosamente el pezón izquierdo, mordiendo y succionando delirante casi al final.
Por su parte, la pequeña Sara no podía hacer más que abrazar a su apuesto hermano; acariciando su rebelde cabello, reteniéndolo allí para hacerla gozar de este pervertido amor.
* Ah, Setsuna, por favor. . . * _Le hablaba ella entre jadeos._ * . . . te necesito ahora, ¡ te necesito ya !. *
Apenas la escuchó, Mudou se detuvo un momento para fijar su mirada en los bellos ojos de la dama que yacía, voluntariamente prisionera, bajo su cuerpo. Que feliz era al saber que ella compartía el mismo sentimiento que lo quemaba y consumía cada día.
Se arrepentía tanto de haberle roto el corazón.
- Aunque hubiese sido por su bien.-
Pensaba el muchacho, mientras miraba endiosado y deseoso a su chica; ya no su hermana, ya no, ya no más.
Setsuna acarició con ternura una de las mejillas de Sara, para luego trazar un amoroso camino de besos que inició en los labios de la joven, pasando por su cuello, deteniéndose por largo rato en los pechos femeninos y finalizando en la intimidad de la rubia, quien jadeó fuertemente al sentir la lengua masculina deslizarse de arriba hacia abajo en toda la extensión de su abertura vaginal.
Clavándose dentro suyo de vez en cuando, le causó un placentero cosquilleo.
* Maravilloso, Setsuna. . . ¡ oh, amor !. *
La chica respiraba agitada, gimiendo por el gozo que envolvía a su cuerpo.
Y ella misma terminó pidiéndole que la penetrara, que entrara en su cuerpo para volverse uno solo. Si fue el placer intenso, o el inmenso amor que tenía por el ángel, no importaba, solo, solo. . . sabía que lo necesitaba.
El mayor miró a su dulce y pura hermana; estaba sorprendido, ligeramente confundido, podía decirse que la desconocía, Sara no era así, y sin embargo ahora. . .
-Parece desesperada, esta totalmente dominada por la lujuria.-
Pensaba el muchacho, creyéndose el culpable del drástico cambio en la actitud de su compañera, y aunque así era de alguna forma, no era razón suficiente para considerar la posibilidad de no ir más lejos.
* Oni-chan, por favor. *
Más de pronto, la voz de la joven formó una suplica que sacó al muchacho de sus pensamientos, despejando también cualquier duda que aun envolviese su pobre corazón.
Así, Setsuna guio cuidadosamente su pene a la vagina de la chica, presionando con suavidad, entrando en ella poco a poco.
* ¡¡ Oh, mi amor !!, anhelé tanto este momento. *
Al escucharla, el ángel lo entendió realmente.
La chica no era dominada por la lujuria, era el amor lo que la desesperaba, ese pecaminoso amor que no les permitía estar juntos; a ello se debía su ansiosa impaciencia.
Mudou sentía la calidez de la intimidad de su pequeña hermana, quien lo abrazaba con fuerza y delicadeza a la vez; jadeó excitado por la caricia tan placentera, complacido con la estrechez de la vagina femenina y peleando contra el desesperado deseo de clavar totalmente su hombría en el cuerpo de la chica.
-Oh, kami-sama, después de esto. aceptaré el castigo que decidas, pues no me arrepiento del enorme pecado que ahora mismo estoy cometiendo. Soy feliz. . . soy muy feliz.-
Bellos pensamientos de la chica Mudou; a pesar de lo culpable que se sentía, no iba a renunciar a Setsuna y a su amor por él.
Y simplemente no podía entender como podía estar mal algo que se sentía tan bien y que además la hacia inmensamente dichosa.
* ¿Cómo puede ser esto un pecado, si es maravilloso?. *
Sin darse cuenta, lo que debió ser solo un pensamiento, escapó de los suaves labios de la mujer, formando una oración.
Entonces, Setsuna la miró fijamente; melancolía y tristeza reflejaban sus ojos. En su cabeza, aun sonaban las palabras de su madre. . . que si quería que Sara terminase en el infierno. . .
Claro que no.
* Por eso quise alejarte de mi, yo. . . *
* Sshhuu. *
El muchacho fue callado por un dulce beso de su amada y reconfortado por los brazos de la misma que lo rodearon tranquila y cariñosamente.
* Ya no pienses más en eso, no tienes nada de que preocuparte, pues yo también te amo. *
Le dijo ella, acariciando con ternura una de sus mejillas.
Él solo sonrió, olvidándose de todos sus problemas y concentrándose por completo en hacerle el amor a la chica entre sus brazos.
Logrando controlar sus fuertes deseo y lujuria, la penetró dulcemente, con suma suavidad y paciencia, robándose la virginidad de la joven sin causarle mucho dolor.
Así, Setsuna miraba complacido como su pene se deslizaba ya sin problemas, dentro de aquel hermoso cuerpo; entrando y saliendo en un ritmo constante, cuyo roce entre sus sensibles pieles, los acercaba poco a poco al éxtasis.
* Oh, Setsuna, no quiero que esto termine, nunca, nunca. . . *
Fueron las palabras de la chica, quien, debido al placer, se movía intranquila bajo el cuerpo de su amante, su propio hermano.
Sus lindos pechos subiendo y bajando, moviéndose al compás de su agitada respiración; ante la delirante escena, el ángel no pudo contenerse, y dejando caer todo el peso de su cuerpo sobre la frágil figura de la mujer; dejó a sus labios y lengua juguetear un poco con aquel perfecto par de pezones, lamiendo uno mientras apretaba el otro.
Su miembro seguía refugiado en la cálida vagina de Sara, aquella que le estaba regalando la caricia más intima que pueden compartir un hombre y una mujer.
Le estaba regalando placer, le estaba regalando su cuerpo y su voluntad. . . le estaba regalando todo su amor.
Setsuna estaba más que complacido y satisfecho al ver como su hombría se enterraba en el cuerpo de la chica, cuyos ojos reflejaban un brillo intenso, radiante de felicidad, felicidad que la embargaba por el solo hecho de sentir a su hombre dentro suyo. Definitivamente nunca olvidarían este momento.
De pronto, el joven de rubios cabellos comenzó a jadear con fuerza; el placer se estaba volviendo cada vez más fuerte, casi insoportable.
El constante roce entre sus sexos por fin los había hecho llegar al máximo gozo. . .
Habían comenzado a moverse, aumentando la velocidad de la penetración; Sara se mordió el labio inferior para no gritar , mientras la respiración de ambos se agitó y les costaba jalar aire. Los amantes estaban temblando.
Sara retorció las sábanas de la cama que la soportaba a ella y a su amante, y lanzando un suave gemido, sintió como las paredes de su vagina se contraían con fuerza, gracias al orgasmo que la estaba recorriendo por completo.
Y Setsuna, por su parte, disfrutaba de la intensa y exquisita sensación de sentir como su pene era aprisionado por el delicado sexo de su hermana, llevándolo a el mismo a embestirla con más fuerza, hasta que su propio orgasmo lo hizo colapsarse agotado sobre el cuerpo de su amada, al tiempo que el semen corría libremente dentro de la joven, provocándole una sensación tranquilamente placentera.
Exhausto, con los ojos cerrados, Setsuna dio un largo suspiro.
Permanecieron abrazados por un buen rato, sin palabras que adornaran el aire, tan solo el entrecortado sonido de la respiración de ambos.
Irónicamente, aquel momento, por bello que fuese, también resultaba incomodo, pues aunque se sentían llenos y completamente felices, aun estaba la pequeña espina del pecado.
Eran hermanos y ese era un lazo que difícilmente iba a desaparecer, por mucho que se amasen.
* ¿Te arrepientes?. *
Preguntó el muchacho.
La incertidumbre acerca de los pensamientos de su hermana, lo hacia temblar.
* Ie. *
Ella negó con la cabeza para luego besarlo con ternura, dejando que él descansara la cabeza sobre sus senos.
Así, desnudos, abrazados sobre la cama de un hotel, ajenos estaban al mundo que les impedía amarse.
Habían cometido uno de los peores pecados, y sin embrago, no se arrepentían.
-Somos felices.-
Pensaban los enamorados.
Una tranquila sonrisa plasmada en sus rostros.
Sí, se merecían el infierno después de esto, más eso era algo que poco les importaba.
Por ahora, tan solo por ahora, querían seguir así, pues al menos, en este mundo, serían los pecadores más felices.
Finalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Basado en los ovas, cuando Setsuna y Sara se escapan juntos; el ángel dice esta frase y poco después se ve a los dos jóvenes sobre la cama, para luego despertar. . .
Lo hicieron y mi mente no pudo dejar de imaginar como 7w7.
Por supuesto este es un tema muy delicado, después de todo son hermanos, muchos creerán que una historia con una pareja como esta es simple morbo, más yo la considero una historia muy triste y si han tenido la oportunidad de ver los ovas, lo entenderán.
Tengo la sensación de que este fic está muy suavecito, quizá por lo difícil del tema ¬¬'.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de "Fallen Angel".
Totalizado el 01 de Septiembre de 2005.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
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1/3 de mis puros sentimientos.Capítulo 3
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Anime: Rurouni Kenshin
Rating: M
Pareja: Sanosuke & Kaoru
Sinopsis: Songfic. Aunque te ame al punto de quiebra, no sería capaz de decirte un tercio de lo que siento. Puros sentimientos corren y no soy capaz de decirte que te amo.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 3 ::.
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Ya estaba la noche bien entrada en el Dojo Kamiya.
Kenshin permanece dormido en su habitación; su sueño solo pudo ser interrumpido por una sensación en el aire y unos débiles quejidos que apenas lograba escuchar.
Curioso, se dirigió al lugar de donde provenían aquellos sonidos: la habitación de Kaoru-dono.
Con extremo cuidado entreabrió la puerta corrediza de la recamara, sobreabriendo los ojos al presenciar lo que estaba pasando ahí dentro...
Kaoru; la "pequeña" Kaoru, estaba desnuda y empapada de sudor, con su largo cabello sobre sus hombros y espalda... ¡hermosa!.
Sí, realmente linda, si no fuera porque alguien estaba con ella con el cuerpo igualmente desnudo y bañado en sudor; un hombre bastante alto estaba sentado sobre el futón de la mujer, y además tenia a esta sentada sobre su cuerpo, tocando el mismo con ansias sin apagar.
Esas imágenes sorprendieron al rurouni... ver a la jovencita en esas condiciones sencillamente no le agradaba y mucho menos estando con alguien que no era él.
* Ahh, ah... sí, por favor sigue. *
Las suplicas de Kamiya trajeron a Kenshin al mundo real; la jovencita estaba gozando aquella situación; sus mejillas estaban sonrosadas y sus ojos entrecerrados por el esfuerzo.
* Jo-chan, eres maravillosa. *
Esas palabras... "Jo-chan". Sanosuke era el único que la llamaba así, entonces... él era...
En ese momento, el amante de Kaoru giró su rostro en dirección a Kenshin, no porque lo hubiese visto, sino porque buscaba el cuello de la chiquilla para recorrerlo con sus labios. Sí, definitivamente era Sanosuke, ¿Por qué él?.
El pelirrojo recordó que el jovencito le comentó en cierta ocasión, cuanto quería a Kaoru... pero Kenshin no pensó que se refería a quererla de ese modo. Pensó que Sano la quería como a una hermana pequeña y que por ello la protegía de todo, cuando el mismo no podía, o aunque pudiera... el trataba de que nada le pasase a la mujer.
Además, la forma como se portaba con ella; siempre la molestaba, le gustaba hacerlo... como un hermano mayor. Jamás creyó que su cariño fuera diferente.
Ahora que lo pensaba desde ese punto de vista, desde hace unos meses esos dos permanecían juntos gran parte del día; al principio Himura pensó que quizás habían logrado llevarse mejor... y vaya que así era, pero no pensó que tanto.
Una lluviosa tarde, Kaoru y Sanosuke habían llegado juntos al Dojo; empapados. Kaoru con la camisa del chico cubriendo su cuerpo y con cierto rubor en sus mejillas. No le tomó importancia en ese momento, pero ahora todo tenía más sentido... ese día había pasado algo.
Ahora, ahora Sanosuke tenía a la pequeña Kaoru entre sus brazos y de espaldas a él; aprisionando los senos de la mujer con sus fuertes manos y haciéndola subir al cielo y caer de nuevo a la tierra con cada beso, con cada caricia.
Observando como iba recorriendo el frágil cuerpo de Kaoru-dono; deslizándose desde sus pequeños senos hasta la intimidad de su vagina, y de paso recorriendo sus delicadas piernas... el rurouni comenzó a enfadarse, si seguía viendo esas escenas Battousai saldría a relucir y aniquilaría a Sanosuke por muy su amigo que fuese.
Mientras podía mantener el control, seguía "admirando" la unión de los cuerpos de los jovencitos. El pene erecto de Sagara estaba listo para entrar en el cuerpo de la chiquilla... seguramente ya llevaban rato juntos y estimulando sus cuerpos mutuamente.
Antes que nada, Kaoru le dio un largo beso en los labios a Sanosuke; el joven se sonrojó y correspondió al beso con tal entusiasmo y dedicación, como si quisiese llevarse hasta el alma de la chica, explorando las profundidades de su boca.
Sus lenguas se encontraron e iniciaron su propia comunicación, se unían y deslizaban rozándose mutuamente buscándose y hallándose en cada beso, en cada mordida... se unían.
El fuego que alimentaba su pasión debía ser apagado lo más pronto posible; era casi imposible seguir soportando el calor... debían apagarlo y la única forma de hacerlo era uniéndose.
* Por favor Sano, deja de jugar y toma mi cuerpo. * -Pidió la jovencita.- * No ves que me torturas con tus caricias?. *
Sagara sonrió traviesamente por hacer sufrir a su victima; indicó que estaba de acuerdo en dejarse de juegos y llegar a la parte más emocionante de su encuentro.
Con cuidado, Sanosuke acostó a su chica sobre el piso; el se recostó suavemente sobre el cuerpo femenino y dejó que sus labios jugaran un rato con los de la muchacha.
Sin saciarse aun y tratando beber de la sangre de su Kaoru, el muchacho se enfocó en los pechos de la joven.
""Bendita sea la naturaleza por crear a las mujeres; aun más por darme a Kaoru y por supuesto... por los cambios femeninos que se han acentuado en su cuerpo.""
Pensaba Sanosuke, hipnotizado por la belleza y fragilidad del cuerpo al que poseía.
Con suavidad, llenó de besos el cuerpo femenino, cual lluvia que cae sobre la tierra... con gran insistencia.
* Cada beso que mis labios te brindan; cada beso en tu cuerpo y labios... suman lo mucho que te quiero... los has contado?. *
Confesó entrecortado por la emoción de tenerla entre sus fuertes brazos, de saberse y sentirse el primero en su cuerpo, vida y corazón.
Tal cual era la emoción del muchacho, que para nada se percató que tenia publico presenciando su momento más intimo y privado.
Sagara se deslizó con extremo cuidado entre las piernas de su Jo-chan. A sabiendas de que la mujer era demasiado frágil a pesar de que trataba de demostrar lo contrario. Luchaba contra su excitación tratando de no lastimar a la chica que en una tarde lluviosa de verano, le robara el corazón.
* ¡ Mmm !. *
Un débil quejido de incomodidad, quizás de dolor, alertó al muchacho.
Envolvió a Kaoru con sus brazos y prodigándole un calor que solo fluía para ella, la sentó sobre sí sin dejar de introducir su pene en la vagina de la chica, haciendo que su hombría entrara en ella con cada embestida, con cada empujón a la intimidad femenina.
Amasando el seno izquierdo mientras la miraba a los ojos, Sano logro entrar por completo en la cavidad de Kamiya; ella se refugió en sus brazos... descansando la cabeza sobre el hombro del joven; cerró los ojos dejando que un amplia sonrisa le inundara el rostro.
El joven al que amaba, en verdad amaba, estaba dentro de su cuerpo... mejor, mayor placer no conocía ni deseba conocer.
Pero... ¿y Kenshin?. Creía haberle tenido amor, pero no era así solo le tenia un incomparable cariño y respeto que fácilmente confundió con amor.
Cierto día se dio cuenta de cuan equivocada estaba... Sagara entro de golpe en su corazón con tan solo una sonrisa, y con tan solo un beso logro enamorarla por completo. O quizás solo esperaba a que el chico exteriorizara su sentir para con ella.
Por su parte, Sanosuke también sonreía, tanto su rostro como su interior. Se sonreía a sí mismo por lograr la plena felicidad al unir su cuerpo al de Jo-chan.
La vida no había sido muy bondadosa con el; no sabía que era la felicidad hasta que conoció a sus amigos, muy en especial a la jovencita.
El que no sonreía para nada era el samurai, en el, había renacido ese extraño e incontrolable deseo de matar, matar al hombre que estaba dentro de Kaoru-dono; matar a aquel que esa noche, quizás muchas atrás, dejara de ser su amigo, su mejor amigo.
Permaneciendo a la expectativa, desenfundaba su espada con extrema cautela y lentitud... estaba decidido a aniquilar al maldito traidor de Sano, pero...
* Te quiero. * _Pronunció Kaoru._ * En verdad, si no estuvieses conmigo, me moriría de dolor, no soportaría perderte ahora que te tengo. *
Esas palabras lastimaron a Kenshin tanto o más que el hecho de ver como esos dos fundían sus cuerpos en uno solo. Lo despertaban a la realidad y le hacían ver que matar a Sanosuke no arreglaría nada, no porque no lo hiciese sentirse mejor, sino porque Kaoru lo odiaría como nunca hubiese odiado.
El hecho de que no lo amase ya era demasiado como para todavía soportar el dolor de su desprecio. Todo eso sin contar que lo que más amaba Himura en la chiquilla era su pureza y bondad, el saber que nunca había sentido odio y rencor; si ella sintiese esas emociones al aniquilar a Sano, sería solo por su culpa y por consiguiente, la causa de que su espíritu se manchara... no quería eso.
Desistió de su intención de eliminar al chico, mientras presenciaba las interminables embestidas que Sanosuke daba al cuerpo de la mujer.
Como el sudor de ambos chicos se confundía al recorrer sus cuerpos y los gemidos de placer que la muchacha emitía en reacción a las caricias de Sagara.
Los interminables besos que intercambiaban los labios de aquella pareja... y esas miradas llenas de ternura que por supuesto nunca había visto en ninguno de ellos, todo; todas las demostraciones de amor que se prodigaban: besos, caricias, miradas, suspiros y sonrisas; todas y cada una de ellas eran más letales que la herida más profunda que cualquier espada pudiese hacerle a su cuerpo.
Le causaban más dolor y sufrimiento a su alma, y le hacían derramar lagrimas, quizás no sangre, pero vaya que dejar fluir las lagrimas era mucho más desesperante que ver una herida sangrar... Maldito destino.
Mientras tanto, Sanosuke devoraba a Jo-chan con besos y ella apenas era capaz de responder a las exigentes caricias del joven.
Con más rapidez, pero moderando su fuerza, Sagara se deslizaba con facilidad dentro de Kaoru, no en balde ya habían hecho el amor algunas veces atrás, además la excitación de la chica facilitaba las cosas.
* Jo-chan. *
La llamó mientras recorría su cuello y suspiraba con suavidad.
* ¿Sí?. *
* ¿Sabes cuanto te quiero?. *
* Sí, lo sé. *
Respondía ella, tratando de poner completa atención a sus palabras.
* ¿Pero que tanto?. *
* Lo suficiente para estar conmigo ahora. *
* Así es. * -La interrumpió.- * Y tanto... tanto que me duele el corazón... yo...*
Inesperadamente los labios de Kaoru se posaron sobre los de Sano, impidiéndole seguir confesando su sentir.
La emoción hacia vibrar no solo los cuerpos, sino también sus corazones.
¿Cuánto más podían soportar el fuego y calor que llevaban dentro?. Varias veces se hicieron esa pregunta y al final terminaban buscándose para acabar embriagados el uno del otro...
Kenshin cerró con cuidado la puerta y se dispuso a dejar en paz a la pareja. Debía irse, el era un vagabundo y aunque quisiera no podría ofrecerle algo a Kaoru... al menos Sanosuke tenía la juventud que él ya comenzaba a perder.
Caminó a lo lejos acompañado por los gemidos de amor de los muchachos, con eso, incapaz de dar marcha atrás.
Kaoru y Sanosuke no tenían la más remota idea de que alguien los había visto, mucho menos sabían que ese alguien ya se había alejado de sus vidas.
Estaban tan inmersos en si mismos que nada más importaba en esos momentos, solo la emoción y pasión que los desbordaba.
Intentando apagar las llamas que consumían sus cuerpos y corazones, se movieron frenéticamente; elevándose al cielo con cada roce entre sus cuerpos.
Respirando entrecortadamente y con dificultad, se desbordó el mar de sentimientos que escondían; Kaoru se aferró a los brazos de Sagara al sentirse desfallecer por el dolor y placer que experimentaba. Sano apretaba contra si el cuerpo de Jo-chan tratando de no dejarla ir jamás de su lado mientras besaba con pasión el cuerpo de la chica.
Entrando y saliendo del cuerpo femenino por última vez en la noche, dejando escapar el líquido seminal que hubiese retenido a lo largo de la relación, sólo para llenar a la mujer con su esencia.
Kamiya se dejó recostar en el suelo con el cuerpo de Sano sobre el de ella mientras respiraban apresuradamente.
Sanosuke recargó la cabeza sobre los pechos de Kaoru, tratando de escuchar el latir de su corazón; ese latir apresurado e incesante que clamaba por él; dejando pasar unos minutos para que ambos se repusieran del esfuerzo corporal.
Con su pulso e ideas más tranquilos, conversaron un rato en si debían debelar su relación o si era mejor mantenerla como un secreto para los demás durante un tiempo.
No quedaron en nada concreto, lo único que quedó claro fue que se querían y que seguirían teniendo esos tórridos encuentros de pasión.
¡Ja!, pensaron que el mayor problema sería Kenshin, que al enterarse él, se podrían complicar las cosas; no tenían ni idea de que su único problema se alejó del Dojo para seguir siendo un rurouni, llevándose los recuerdos de sus amigos... amigos que sin saberlo, ni desearlo... lo dejaron muerto en vida.
Totalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
La pareja Kaoru x Sanosuke, no es muy popular, de hecho K&K me gusta muchísimo pero Sano tiene un no sé que, que sé yo... en fin, el caso es que Sano me encanta y Kaoru me cae bien por eso se me ocurrió hacer un fiction de ellos.
Lo siento Kenshin ¬¬' .
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.
Totalizado el 14 de Diciembre de 2001.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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1/3 de mis puros sentimientos.Capítulo 1
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Anime: Rurouni Kenshin
Rating: M
Pareja: Sanosuke & Kaoru
Sinopsis: Songfic. Aunque te ame al punto de quiebra, no sería capaz de decirte un tercio de lo que siento. Puros sentimientos corren y no soy capaz de decirte que te amo.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 1 ::.
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La luz del sol cae sobre el Dojo Kamiya; Kaoru-chan despierta después de una larga y agradable noche de sueños relajadores y de descanso.
Aun algo somnolienta, escucha las risas de Ayame y Susume, quienes juegan con Kenshin como cada mañana.
Por lo regular ella es la primera en levantarse pero esta vez tenia un peculiar cansancio que la había debilitado por completo.
Salió de su habitación y lo primero que escuchó fueron los "saludos" de Yahiko. "¡Qué eres floja?!, es casi medio día y apenas te estas levantando, irresponsable, no tienes nada que hacer?!". Entre otros comentarios.
Otra cosa rara es que Kamiya lo ignoró por completo y solo respondió con un...
* Buenos días Yahiko. *
Pasó de largo sin prestarle mayor atención al chiquillo y dirigiéndose al patio, encontrándose con Kenshin y las niñas.
"Buenos días, te sientes bien?". Palabras que se dejaron escuchar; respondidas con tanta tranquilidad que asustaba.
Otras personas que se encontraban en el Dojo eran Sanosuke y Fox-Lady. Maravilloso, hasta ellos se levantaron antes que ella.
* Vaya, la niña está cansada; no puede con el ritmo de vida de un adulto. No me sorprende. *
Sí, era un día medio normal, tomando en cuenta el agradable saludo de Megumi el día podría considerarse como normal.
Claro que los saludos no terminaron ahí, Takani siguió dando indirectas a Kamiya, hasta que alguien intervino...
* Ella es una chica ingenua y dulce, no como tu, que eres oportunista y experimentada... no dejaré que sigas molestándola. *
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Aunque te ame al punto de quiebra
no sería capaz de decirte un tercio de lo que siento;
puros sentimientos corren y no soy capaz de decirte
"te amo", mi corazón.
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Las palabras de Sanosuke, no habían sido escuchadas por vez primera en ese lugar o por todos los presentes.
Ya había dicho algo semejante en ocasiones atrás, especialmente cuando Megumi molestaba sobremanera a Kaoru.
Kamiya le ofreció una ligera sonrisa al muchacho en agradecimiento, sonrisa que de hecho iba a ser correspondida, pero, el joven desvió la mirada, para después soltar una gran carcajada.
* Claro, a menos que no esté yo... puedes molestarla cuanto quieras en mi lugar. *
Justo entonces Kaoru recordó la razón de su cansancio de los últimos días, era cierto, de todos los adultos que vivían en el Dojo, era ella la única que trabajaba y mantenía a duras penas a todos; aunque no se quejaba, lo cierto es que las constantes bromas por parte de sus amigos solo lograban ponerla de mal humor, lo que daba como resultado que estuviera estresada y sin ánimos para hablar con ellos.
Bueno, tampoco podía quejarse, le habían traído tantas alegrías que nada más importaba, por eso mismo y para no explotar, salió un rato del lugar.
* Ja, muy gracioso Sanosuke, pero no lo suficiente. *
Dijo poco antes de salir sin saber siquiera a donde se dirigía. No era extraño, de vez en cuando salía y al poco rato regresaba, igual, sin decir nada.
La joven mujer caminó algún rato por las calles tratando de despejarse un poco; se fue al rio para sentarse en la orilla y pensar... pensar en nada y todo al mismo tiempo.
Las horas pasaron y el atardecer llego al lugar; los pigmentos semi-naranja cubrían el cielo con delgadas nubes cruzándolo, un sol agonizante se desvanecía en el horizonte... ya era momento de regresar a casa y... dormir un poco más, vaya que lo necesitaba, sin razones se encontraba con gran cansancio, quizá era el estrés.
Mientras cruzaba el puente se encontró a dos hombres que le impedían llegar al otro lado.
* A ti te conozco, eres la dueña del Dojo Kamiya. *
Alcanzo a decir uno de los sujetos, el otro se llevó la mano derecha a la cabeza y después de un par de risas, también habló...
* Sí, es cierto, dicen que no hay hombre capaz de domarte, mujer. *
Ambos individuos sonrieron maliciosamente; esa estúpida sonrisa que cruzaba sus desagradables rostros decía más de lo que mil palabras pudieran explicar. Esos depravados querían algo de Kaoru, algo no muy decente por la forma en que clavaban sus miradas en el cuerpo de la mujer.
Kaoru ni se inmutó, ni sorprendió con las insultantes miradas sobre su cuerpo, sencillamente quiso pasarlos de largo sin armar un escándalo y ya, pero no pudo; uno de esos hombres le sujetó el brazo izquierdo, impidiéndole dar un solo paso. Carcajadas por parte de ellos resonaron por todo el lugar; un brillo de lujuria se hizo característico en los ojos de los mismos... Kaoru-chan comenzaba a asustarse, en esos momentos vestía un kimono por lo que no había pensado en portar su espada de bambú, y para colmo esos dos traían con sigo espadas; de seguro ningún miembro de la policía los había visto hasta esos momentos.
Uno de ellos haló a la chica para que estuviera más cerca de él y poder comenzar con su "jueguito".
Las pupilas de la muchacha se contrajeron al imaginarse las negras intenciones de sus atacantes. Kamiya interpuso sus manos entre su cuerpo y aquel individuo.
Maldición !!, tenía que admitirlo, su fuerza física no era suficiente como para oponerse a esos pervertidos.
La chica estaba al borde de la desesperación, cuando...
* No quiero ver sus asquerosas manos sobre el cuerpo de ella, así que suéltenla. *
Aquella voz juvenil hizo que el corazón de Kaoru diera todo un vuelco.
Escuchar a Sagara la hizo sentirse aliviada; la aceleración que sufriera su corazón ante el temor de sufrir se detuvo repentinamente ante el alivio de sentirse segura.
Ahí estaba Sanza, con ambas manos en los bolsillos de los pantalones y mirando con desprecio a esos locos. Un aire frío se dejo sentir en el puente para dar paso a más y más nubes que comenzaban a cubrir el cielo para teñirlo de gris.
En poco tiempo el cielo indicaba que dejaría caer una fuerte lluvia; así pues al caer la primera gota, Sano se lanzó al ataque en contra de esos sujetos, quienes desenfundaron sus espadas, atacando a Sagara al unísono.
A pesar de que estaban armados, Sanosuke los evadió con facilidad para poco después propinarles varios golpes certeros que los dejaron inconscientes.
Para entonces la lluvia ya había comenzado; los atacantes yacían sin conocimiento en el suelo.
Mientras, el chico de cabello rebelde se giraba para ver a Kaoru; ella parecía tener la mirada perdida, permanecía estática en medio del puente, empapada y con el agua cayendo insistentemente sobre ella.
Sano se le acercó y al estar frente a frente la chica pareció salir de su trance para mirarlo a los ojos. El muchacho solo le sonrió ligeramente, ella... se lanzo llorando a sus brazos, no solo por lo ocurrido sino también por su estado de ánimo de los últimos días, el Dojo, Megumi... todo, ya no aguantó más y explotó en un inconsolable llanto que Sanosuke no supo como detener; solo pudo abrazarla y dejarla desahogarse.
* Anda, regresemos que ya es tarde y seguro nos enfermaremos con esta lluvia. *
Al decir esto, la soltó; Kaoru no supo explicarse porque pero cuando el se alejo sintió un gran frío recorrer todo su cuerpo, un fuerte y punzante frío; se abrazó a sí misma para tratar de contrarrestar esa sensación pero no sirvió de mucho.
Al darse cuenta, Sagara se quitó la camisa para dársela a ella; como Kaoru ni se inmutó y solo se le quedó mirando, el mismo se la puso al rededor de la espalda.
* Anda, que todos se han de preguntar donde estás. *
Kamiya afirmó con la cabeza y ambos se dirigieron al Dojo. Ella aun temblaba; el muchacho no sabía si se debía a lo ocurrido o a la copiosa lluvia que caía sobre Tokio y que por consiguiente provocaba que sus cuerpos tuviesen frío.
Sano quería hacerla sentir mejor, bien sabia que lo que tuvo que soportar con esos locos fue demasiado desagradable. Por eso puso su brazo derecho al rededor de la chica, tratando de decirle que ya estaba bien, no debía preocuparse más... él la protegería y no permitiría que le hiciesen daño.
La chica bajó la mirada para ver como se destrozaban las gotas de agua al estrellarse en el suelo, y también para ocultar el ardor de sus mejillas... sonrojada, solo por un "abrazo".
Durante el camino, no pronunciaron una sola palabra; la tensión era incomoda pero así se mantuvieron hasta llegar.
Al entrar al Dojo se encontraron con Kenshin, quien preguntó si se encontraban bien pues ya era algo tarde y además andaban quien sabe donde con esa lluvia. Lo más sospechoso era ver que Kaoru-dono trajera la camisa del guerrero cubriéndola del frío.
* Descuida Kenshin, estuve jugando a la guerra con unos tipos, luego me encontré a Jo-chan camino acá, la lluvia nos sorprendió y no pudimos llegar más temprano. *
* Si así fue... que bien que no les pasó nada, verdad Kaoru. *
Kamiya no respondió, estaba ocupada en sus propios pensamientos hasta había dejado de disimular el rojo de sus mejillas; dijo buenas noches y se retiró a su habitación sin decir más ante las miradas curiosas de Kenshin y Sanosuke.
* ¿Acaso le pasa algo malo?.*
Preguntó el samurai, rogando por una respuesta negativa.
* No, solo debe estar cansada, no te preocupes. *
Decía el chico alto mientras salía del lugar, acompañado de la mirada del pelirrojo, que se había percatado de su rara actitud.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
En las largas noches de insomnio
mis pensamientos hacia ti murmuran "eso es amor".
Los temblorosos latidos de mi corazón,
que hablan incesantemente,
cambian a suspiros mezclados
con un alta fiebre.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Sagara caminaba por las calles camino a su casa, con la lluvia a mediana fuerza cayendo sobre la ciudad; solo quería dormir, esta... ¿cómo decirlo?, aburrido, cansado.
Así pues, al llegar a su casa se recostó y trató de dormir... pero no pudo. Se pasó gran parte de la noche tratando de conciliar el sueño pero no podía.
La misma razón de siempre... ella, la niña que de una u otra forma se apoderaba por completo de sus pensamientos, pero desde esa tarde sin saber porque, cada vez que su rostro volvía a su mente un desesperante pero agradable cosquilleo surgía en su pecho y los latidos de su corazón aumentaban en velocidad... ¿qué demonios era?.
Esa noche no pudo dormir en lo absoluto. Se sentía acalorado, con grandes deseos de que la tortura de la noche terminara; y como una brisa que refrescaba su extraña fiebre, el rostro de Kaoru Kamiya regresaba fugazmente a sus pensamientos haciendo que sus pupilas se dilataran ante la extraña sensación de recordarla; luego la mujer volvió a aparecer en su mente con ese rubor delicado que cubría sus mejillas, la mirada clavada en el, su cuerpo empapado... su cabello rendido ante la lluvia que escurría por su rostro. Y por supuesto, el kimono pegado a su frágil cuerpo debido a la lluvia.
Esa imagen la había podido contemplar por la tarde y la verdad es que... le agradaba mucho.
Y entre tantas dudas que invadían la mente de Sanosuke, una que parecía ser la más importante y fuerte de todas logró salir del interior del chico, en forma de palabras, pregunta... quizás afirmación.
* ¿La amo?.*
La noche siguió sin dar cabida a una respuesta segura para aquella pregunta. Torturando así al muchacho, que no entendía bien lo que estaba pasando o lo que estaba sintiendo.
Los rayos del sol alumbraban las calles de Tokio.
Por primera vez en mucho tiempo Sanosuke Sagara se había levantado más o menos temprano, para él, permanecer un rato más en al cama hubiera sido tortura; se encontraba más cansado, era uno de esos días en que el cuerpo sin razón alguna, no tienen fuerzas ni para andar a pie unos minutos.
Se dirigió al Dojo, necesitaba comer y obviamente ahí podía conseguir comida gratis, también estaba la opción del Akabeko pero tenía la necesidad de ver a Jo-chan, aunque su comida no fuera igual de buena, se conformaría con verla.
~*~
~*~
~*~
Sano entró al Dojo, ya ni siquiera necesitaba tocar la puerta principal o ser invitado; de hecho nunca fue necesario, nunca pidió permiso el solo entraba y ya.
Se quedó parado en el pasillo que daba al jardín del lugar, saludó esperando que alguien le contestara; por unos momentos pareció que nadie se encontraba ahí, hasta que escuchó su voz...
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Dame sonrisas y días brillantes
con tu sonrisa.
Luego hasta el frío de la noche helada
sería bueno y yo lo aguantaría.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Kaoru lo saludó con más ánimos que el día anterior; la resplandeciente sonrisa que la caracterizaba estaba en su rostro, eso la hacía verse un millón de veces más linda que con los ojos distantes y la mirada triste... aunque aun así era muy linda.
* Vaya Sanosuke no esperaba verte hoy. Creo que últimamente vienes a visitarnos más seguido. *
Sagara no contestó, no articuló palabra o sonido alguno, solo la miraba atento; no estaba sonrojado, ni nervioso... tan solo sumergido en los profundos ojos de la mujer.
Kaoru no entendía nada; Sano no era tan callado, si había algo importante que decir, o algo estúpido daba igual, el lo decía sin mayor problema.
Creyendo que no era importante, tomó a Sanza por el brazo derecho y....
* Déjame adivinar... ¿Quieres desayunar?. *
Le decía la chica mientras lo invitaba al interior de la casa, sacándolo por completo de su trance y sumergiéndolo inmediatamente en otro más profundo aun.
* Vamos, a estas alturas me sorprende que esperes a ser invitado... nunca lo haces. *
Seguía diciendo mientras servía ramen. Sus movimientos eran seguidos con amplia precisión por los ojos del luchador; y a diferencia de la gran mayoría de las veces, siempre !, en que la comida es servida, Sagara no "atacó" al instante... tenía la mirada baja ahora esperando una reacción por parte de Kamiya.
Cuando la niña se dio cuenta de que el tazón del chico seguía intacto se atrevió a preguntar si algo le preocupaba ya que estaba realmente extraño esa mañana; a lo que Sanosuke contestó:
* Jo-chan... quiero hablar contigo es de algo que, que me inquieta y que en verdad es importante. *
Las palabras dejaron a la chica algo pensativa. ¿Qué podría ser tan importante para Sagara?; si el por lo regular no le da gran importancia a las cosas.
Kaoru aun sostenía el tazón; se encontraba entre confusa y tranquila, quizás no era nada, solo... deseos de hablar.
Sin finalizar.
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Las canciones de Rurouni Kenshin son las únicas que pueden competir contra las de Escaflowne, según yo.
Por eso me decidí a hacer mi primer songfic, que por cierto este primer capítulo no tiene nada de hentai, a lo más "perverso" que llegué fue a dar insinuaciones de un intento de violación, pero no pasó a mayores.
Para los siguientes dos capítulos sí habrá hentai 7w7.
Solo puse los primeros tres versos de esta canción, los demás vienen en el siguiente capítulo.
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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.
Totalizado el 14 de Diciembre de 2001.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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|| Capítulo 2 ||
Don’t stop the party. Capítulo 3

Anime: Bleach
Rating: M
Pareja: Ichigo & Rukia
Sinopsis: AU. Cuando Rangiku la invitó a su despedida de soltera, Rukia imaginó que la rubia haría algo fuera de lo común, especialmente considerando la forma de ser de su amiga. Pero nunca, jamás. . . imaginó aquello.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 3 ::.
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.
* ¡¿Qué demonios?!. . . *
Ichigo torció la boca, dando un ligero respingo ante la sorpresa de sentir como otras manos, que no eran las de Rukia, se habían apoderado desde a tras de su pene, recorriéndolo en toda su longitud y sopesando los testículos. Un par de segundos después otro par de brazos femeninos rodearon su pecho, tocando cuanto podían de sus esculpidos pectorales.
Una oleada de fastidio lo recorrió y entonces miró a Kuchiki, quien estaba visiblemente molesta y quizás también celosa.
""Sí, ¡ se muere de celos !.""
Pensó, agradado con la idea, no tanto con las nada bienvenidas caricias.
* ¡ Suéltenme !. * _Susurró entre dientes. Rukia alzó el rostro, mirándolo; él sonreía._ * ¡ Yo solo quiero estar con ella !. *
Tras aquellas palabras, la ojivioleta le regaló la más hermosa y tierna sonrisa, cautivándolo. En ese momento, la deseó más que nunca.
Pero las mujeres entrometidas no dejaron de acariciarlo, y el Kurosaki tuvo que alejarlas de un empujón carente de toda delicadeza.
Las chicas se asustaron y, entre reclamos, burlas y palabras altisonantes, se fueron. La pareja ni las escuchó, en cambio se miraban fijamente con complicidad.
La distancia entre ellos se borró cuando sus labios se unieron en un beso suave y lento. Una mano del pelinaranja acariciaba la mejilla izquierda de Rukia, mientras su otra mano rodeaba la cintura femenina y la aferraba contra él. Todo esto al tiempo en que Ichigo frotaba su verga contra la vulva suave y húmeda de su compañera.
Pero, de alguna forma, el ambiente se estropeó.
Kuchiki se separó del pelinaranja apenas unos centímetros.
* ¡ No !. * _Su voz sonaba agitada._ * No quiero hacerlo enfrente de todo el mundo, ni en el piso. *
Ichigo la escuchó con cierta impaciencia. Quizás resultaba un tanto exigente, especialmente considerando el lugar en el que estaban, pero estaba de acuerdo con ella. Ese no era el lugar correcto para poseer a una mujer tan perfecta y. . . ¡ adorable !.
Buscó rápidamente con la mirada un lugar más cómodo. . . y lo encontró.
Con Rukia entre sus brazos, y ella aferrada a él con brazos y piernas, Ichigo la llevó al que sería su improvisado lecho de placer y lujuria.
Mientras caminaba, el joven aprovechaba para frotar su pene contra el sexo femenino, que ya escurría su miel vaginal a causa de la gran excitación que el mismo Ichigo había encendido en ella.
Con tan solo deslizar una cortina, ambos jóvenes entraron a la que sería su "suite privada", que por cierto tenía una excelente vista. Es decir, era una especie de privado, delimitado tan solo por las negras cortinas traslucidas.
Por fuera, solo se podía ver que el recinto estaba ocupado, por dentro, los amantes podían ser testigos de todo el desenfreno que allí acontecía; podían ver las escenas más eróticas, lujuriosas y hasta lascivas, pero nadie podía verlos a ellos en su entrega. . . y ese era el plan.
Sin finalizar.
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No quise darles identidad a las chicas que quisieron tener "un poquito del Kurosaki", pudieron haber sido Senna, Nell, Nozomi, bueno, hay muchas candidatas, pero no consideré importante profundizar más en ello.
Me gustó que Ichigo fuese brusco con ellas, porque, vamos, hay gente que no entiende con palabras ¬¬'.
Ahora sí, el siguiente es el último capítulo, y también donde, a mi parecer, viene lo más fuerte ^¬^ .
_I LOVE ICHIRUKI_
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.
Totalizado el 22 de Agosto de 2011.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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|| Capítulo 4 ||