Antologa

Antología

Sinopsis: '’Ella soltó una risa que sonó como un suspiro, vio como su cuerpo dejo de estar tenso y sus ojos se le llenaron de lágrimas. Compartieron una mirada, que se convirtió en una sonrisa compartida’’. 

Palabras: 2, 944

‘’Antologia: Que es extraordinario, de excelente calidad o digno de ser resaltado’’

Jason era mi amigo. Mi único amigo.

Todo el mundo tenía una percepción de él: El chico dorado de la legión, el hijo de Júpiter, el pretor, un líder...La lista es larga, yo misma le di nombres, creí que lo conocía mejor que nadie.

Éramos él y yo contra el mundo. Era más que una simple amistad, éramos cómplices; teníamos metas en común.

Sólo puedo hablar por mí, desconozco los sentimientos de Jason. De cualquier forma, ya no importa.

Yo...Crecí pensando que el amor era una debilidad, si se descuida la llama del amor se vuelve un infierno. Sé que un corazón roto no mata a nadie, pero si duele.

El amor te volvía dependiente, blanda y frágil. Con el tiempo mi percepción fue transformándose, veía a tanta gente era completada, no era solamente depender de alguien, era tener la certeza que había alguien esperando, que si caía otro me podría levantar, tener la espalda de alguien. Lo veía en sus ojos, en la voz y los movimientos de las parejas que me cuestioné si era tan malo como la idea que me fue plantada en la cabeza.

De pronto, empecé a sentir mariposas, a creer que existiría un futuro donde podría tener ese final; darle mi confianza a una persona que me respaldaría en mis elecciones, ese alguien tendría la libertad de contradecirme, corregirme y levantarme.

Mi mundo está lleno de mentiras, apariencias, sobornos y aspiraciones al poder. Vi la luz, y creó que ese fue mi error...

No me malinterpres, no culpó a Jason. Ya no.

Tardé un tiempo en darme cuenta de que no fue su culpa, e incluso cuando desapareció y volvió de la mano de una chica no me alteré, sabía que no podía terminar bien. La punzada de traición casi me derrumbó, él había cambiado, no me dirigió segundas miradas y me ignoró sitiado por una hija de Venus...Perdón, Afrodita, pero cuando vi como la miraba me di cuenta...

Él se había enamorado. Nunca había tenido esos ojos para mí, con nosotros hubo acuerdos, aspiraciones, formalidades y planes, tanto que llegué a sentir que modelamos nuestros destinos. Yo no podría mirarlo sin preocuparme porque lo vieran como mi debilidad, dejar que arriesgará su vida por mí, sostener su mano y mostrar cuanto me gustaba en público. No podía darme por completo.

La profecía que me susurró Venus en Charleston me perseguía cada vez que lo miraba, cada ocasión que intentaba que me volviera a abrir y a veces lo ignoraba queriendo borrar mis sentimientos. Quería eliminarlos de mí, vomitarlos fuera de mi cuerpo como si fueran algo podrido, más adelante podrían decir que confundí mis sentimientos. Le estaba poniendo punto final a nuestra historia antes de que pudiera empezar.

Sería su mejor amiga, su voz de la razón y la persona que lo acompañaría en las sombras. Podía ser eso.

"No encontrarás en amor donde deseas o esperas. Ningún semidios curará tu corazón"

Sólo era una niña. Era una chica suspirando en los rincones cada vez que veía su sonrisa brillante, aprendía el lenguaje de sus miradas y la manera en que enfrentaba sus batallas, parecía un héroe sacado de las páginas de un libro de historia. Él volaba hacia la batalla, veía fuerza en los débiles, podía ser tonto y denso, pero lo admiraba, me inspiraba a querer ser más.

Me empuje a entender que no sería mío, me forcé a pensar que terminaría rompiendo mi corazón y jamás sería feliz teniéndolo, sin embargo, cada vez que me regalaba un pedazo de su atención mi corazón saltaba de la alegría y me dolía porque se suponía que no debía sentirme así. Al final ni siquiera fue mi decisión.

Las mentiras y tapaderas giraban a nuestro alrededor, como un silencioso monstruo, ese era mío. Mi pasado fue enterrado en lo profundo de mi ser, lo protegí y recé porque jamás fuera despertado, pero no pude quitar el peso de mi silencio. No le conté la verdad.

Jason nunca juzgó a nadie, siempre fue valiente, noble, amable y sincero en sus afectos. Si se enteraba de quién era en realidad, no sabía cómo iba a reaccionar y era una verdad tan grande que afectaría todo, no se trataba de mi reputación ni del estatus, si me iba ¿Quién se haría cargo? Sería Octavian u otro peor.

Parricidio.

El peor crimen romano, sería juzgada y ejecutada, arrojada en un saco de tela junto a un perro rabioso al río Tíber. Podía defenderme del perro, pero no tendría corazón para asesinarlo, el oxígeno disminuiría, el impacto contra el agua sería doloroso; el Tíber es un río de poca profundidad, pero bravo. El agua es helada, tormentosa, así que sí no moría ahogada o de hipotermia, sería arrastrada por la corriente empujada contra las piedras hasta morir. El río desemboca en el mar, donde sería encontrada por los mortales, el cuerpo moribundo de una chica extranjera magullada, rota y abandonada.

El destino tiene sus propios planes, ¿no?

Hylla nos había llevado en la isla de Circe donde vivíamos en un refugio disfrazado de paraíso, ahí podíamos ser libres de la profecía de Bellona y de los recuerdos de nuestro padre. Huir de lo que habían profetizado sobre nuestras vidas.

El destino me encontró. Cuando escogí el campamento Júpiter consideré todo, sabía en qué me estaba metiendo. No quería ser como Hylla, las amazonas realmente no iban conmigo, en el fondo las enseñanzas de Circe se quedaron más con ella que conmigo. Mi hermana al escoger a las amazonas esquivó su procedencia, podía seguir cambiando en lo que quisiera; no era capaz.

Al ir a Nueva Roma me estaba atando, tomaría la profecía entregada a los Ramírez-Arrellano, yo moriría por Roma, quizás con eso liberaría a Hylla. Pensé en la oportunidad de empezar de nuevo, en tener una familia y lo que podría conseguir si me esforzaba, ignoré todo lo demás.

Incluso si mi padre y/o Bellona modelaban mi vida, yo fui quién hizo su camino hacia la casa del lobo en Sonoma y se presentó delante de Lupa.

Elegí cada una de mis acciones, incluso escogí poner distancia entre Jason y yo después de Charleston.

Nadie puede odiarte con más intensidad que alguien que solía amarte.

No odie a Jason Grace cuando me ignoró, no lo hice cuando Percy Jackson me rechazó. Entendía el odio, pero el rencor y la amargura me siguieron como fieles compañeros, llegué a pensar que nada me podría salir bien.

La misión de la Atenea Parthenos me cambió. Tenía amigos, un puesto y un lugar que llamaba hogar, pero seguía sola.

Nico tenía a Will.

Percy tenía a Annabeth.

Frank a Hazel.

Jason a Piper.

Cada vez que los miraba dolía. No tenía que sentirme así, finalmente estaba limpia del sentimiento por mi antiguo amigo y compañero pretor, verlo en acción fue lo que cauterizó mi corazón.

¿Te han cauterizado? Usan ese método para quemar lo herido y evitar las hemorragias. En el campamento Júpiter lo emplean los curanderos en semidioses con heridas profundas, atan las extremidades a la cama, ponen trozos de tela en sus bocas para que no griten, calientan fierros hasta que brillan al rojo vivo y cauterizan cualquier arteria o vena problemática. El olor putrefacto a carne asada se eleva por el aire, la sangre es hervida y el fierro ingresa en la herida escaldando todo a su paso e hiriéndolo.

Justo así se sentía.

Y ahora...

No me importa el amor, no creo que exista para mí; en los cuentos se narran historias sobre chicas que se atreven a pelear contra el mundo, ellas consiguen ser parte del mundo de sus compañeros, pero ¿Qué hay para las con amores muertos?, ¿Las que jamás encuentran el amor y las que no se pueden deshacer de su pasado?

No aprecio la autocompasión, detestó que se lamenten y quejen de sus vidas, los romanos no se quejan. Como líder debo mantener la mirada alzada, los ojos duros y una buena cara neutral, me hice hasta el punto de que no me reconocí entre Reyna y la pretor de la duodécima legión.

He visto muertes, vi el cuerpo fallecido del antiguo pretor y observé de primera mano el sufrimiento de su compañero, aún después de abandonar la legión tardó en que vuelva a aparecer por el campamento, nunca volvió a ser él mismo parecía que una parte de él murió en esa batalla. Aun cuando fue enterrado con todos sus honores admire su fuerza interior al no mostrar su dolor, el amor de su vida acaba de ser enterrado para siempre y sólo sería parte de sus recuerdos; su mirada rota nunca lo abandonó.

Pienso en Piper, ella lo conoció mucho mejor de lo que pude hacerlo, aún al haber terminado seguían queriéndose. No reconocí a Jason cuando volvió, lo conoció en su confusión cuando intentaba definirse a sí mismo y lo amó, aun cuando podría recordar algo de su vida pasada y dejarla.

Probablemente hubiéramos tenido algo en el futuro. Sin Juno o Hera, pero es tarde para decirlo, lo más posible es que hubiera roto mi corazón, lo hubiera apartado o no sé... Creó que viviría pensando que lo nuestro era delicado, sin importar cuantas veces lo quisiera lejos, fingir que no lo veía e ignorar el color de sus ojos, cuando echaba la cabeza hacia atrás cuando reía a carcajadas como un niño o su cicatriz se fruncía; seguía inclinándome hacia él, derritiéndome en algún punto.

La cicatriz de nuestra amistad fue extensa e incluso si hubiéramos vuelto a hablar nada sería igual. Nuestra amistad terminó el día que volvió a Nueva Roma, ambos habíamos tomado caminos alternos.

Otro él, otra yo; otro ahora.

Debí disculparme, buscarlo o darme un espacio libre de mi apretada agenda. Jason había escogido hacer su hogar en el campamento Mestizo, no me sorprendió y habló con pasión sobre su promesa de convertirse en un sacerdote, como Pontifex Maximus haría un tributo para cada dios olvidado.

"No hay lugar que escoger" dijo. Los senadores se miraron entre sí, luego me miró con una sonrisa "Tenemos dos hogares" repitió mis palabras.

Esa fue nuestra última conversación, no hubo palabras sólo una mirada, nos estábamos perdonando, él se disculpa y yo lo entendía. Ya había eliminado el sentimiento de mi cuerpo.

No sería Orión, y Jason no era mi Artemisa. Éramos dos amigos que se habían separado por mucho tiempo.

Me podía quedar con eso.

Incluso si me había fallado, lo seguí admirando. Reconocía su poder, lo fuerte que era y que el cambio lo había transformado en algo mejor de que podría ser en nuestro campamento. Jamás creí que la próxima vez que lo viera estaría en un ataúd y mi único contacto con él sería a través de una historia contada por otras personas.

Su ausencia aún duele.

Jason Grace fue un amigo, un antiguo amor que nunca llegó a ser correspondido, aún con todo quisiera verlo otra vez.

Apolo se quedó callado.

Reyna abrazó sus piernas. Apoyada contra el árbol enredada en su capa morada bendecida por diosas de la guerra se veía como una niña pequeña y no la líder sabía del campamento Júpiter.

Su larga trenza cayó como una cadena ónix. Sus ojos no derramaban lágrimas, pero veía el dolor reprimido en sus ojos, era una vieja cicatriz que dolía con el frío.

Apolo se vio a sí mismo, pero él nunca pudo ser tan fuerte. Había habido tantos amores en su vida, tantos fracasos, tantos errores, pero los que amo de verdad murieron de maneras trágicas, Dafne había sido la criatura más hermosa que vio en siglos, la perdición de Jacinto fue devolver sus sentimientos, cada muerte la había llorado, aun se arrepentía, pero Reyna... No lloró por Jason, pronunció un discurso delante de una multitud nostálgica y aturdida; siguió siendo la pretor fuerte.

"El amor no puede forzarse; no puedo obligarte a que me ames, así como no puedes obligarme a que deje de hacerlo"

¿En qué punto se había dejado atrás?

Mirar a Reyna lo hacía recordar, se le revolviera el estómago. Era nublado por los recuerdos, era algo nuevo y familiar, le traía una vieja nostalgia cubierta por una nueva experiencia.

Los ronquidos de Meg resonaban en el improvisado campamento. La carpa de Reyna descansaba en la pradera, el obsequio de las cazadoras de Artemisa se erguía en el campo.

Arrugó la cara al escuchar los ronquitos demasiado fuertes para ser reales.

—Ahora lo sabes—Reyna apoyó su cabeza en sus rodillas. Lo miró a los ojos—. Esa es mi historia.

Miró al cielo, enfrentó las estrellas y la luna. La solitaria titán Selene brillaba contra la oscuridad, cuya historia de amor aún se susurraba entre los mortales; se preguntó porque tan pocos inmortales podían alcanzar el amor verdadero.

Afrodita había jugado tantas veces con sus sentimientos, tiraba de los hilos enredándolo con los de otros mortales solo para que siempre los viera morir, romperse en enfermedades o siguiendo con sus vidas encontrando un amor que podía ofrecerle todo lo que jamás les podría proporcionar, uniendo su vida con amores no correspondidos solo para ser objeto de diversión y sus chismes que lograban convertirlo en un chiste para el entretenimiento de los dioses.

Sintió una profunda pena por el juego descarado y vil que había jugado Afrodita a con esta chica.

—¿Cuántos años tenías cuando recibiste la profecía?

Ella parpadeó sorprendida. Levantó la cabeza, miró alrededor del campo como si estuviera peinando el área; casi sintió que prefería enfrentarse a los emperadores que tener una charla abierta.

Hubo un silencio incómodo, tan duro que quiso romperlo con cualquier cosa, decir lo primero que se le viniera a la mente, mover los brazos para desviar su atención o simplemente decirle que no importaba, que iban a seguir adelante con los fragmentos de confianza que le regalará. No la iba a presionar.

—Tenía catorce años—Finalmente, dijo. Su voz fue un susurro, no había angustia sino una resignación paciente como si se estuviera entregando a un final trágico.

Era sólo una niña, pensó con enojo. Reyna no lo merecía, Afrodita no tenía derecho jugar con ella, pero ¿Acaso él era diferente? ¿Cuántas veces tuvo amores no sintiendo nada por ellos? Cómo Apolo había jugado con vidas humanas, como si estuviera sacrificando peones en el enorme tablero de ajedrez.

¿Quién era él para condenar a Afrodita?

Optó por quedarse callado. Le dirigió una mirada profunda a Reyna, su armadura brillaba contra la luna dejando destello plateados; sus manos estaban entrelazadas sobre sus rodillas, un anillo descansaba sobre su dedo pudo ver cómo jugaba con el objeto.

Le sonrió.

—Aun con tu pasado y las profecías, pienso que lo has hecho bien—Le frunció el ceño, extrañada por sus palabras. Se pateó a sí mismo—es decir, has superado los obstáculos. Eres una de las mujeres más fuertes que he conocido.

Ella apartó la mirada y su voz apenas fue un susurro—Bueno, has vivido mucho.

Por Hades.

—¿Lo estoy arruinando? —Ella lo miró. Era difícil leerla, no es que fuera un lector ávido de emociones humanas, pero su rostro era un lienzo, no sabía que estaba pensando poco o mucho. Reyna soltó una pequeña sonrisa, fue pequeña, pero iluminó su cara. Sintió un empujón de valentía como la fuerza de gravedad que ejercía la tierra—. No pretendo enseñarte lo que es el mundo, me falta también—Observó su rostro. La miró a los ojos—. Di lo que piensas, lo que sientas y lo que tú creas en el momento. Sólo sé tú misma—sonrió con la mirada baja.

Hace cuánto había dejado de ser él mismo y preocuparse por cosas sin sentido, de tener amistades verdaderas, amigos que lo valorarán y estuvieran dispuestos a arriesgarse para ayudarlo, rodearse de mortales que sabiendo el valor de su existencia eran valientes, fuertes e inspiradores. Cómo dios sabía que era invulnerable, divino e inmortal, así no se preocupaba si mañana recogía una enfermedad mortal, si le ocurría un accidente o perdía a un miembro de su familia, estaba tan lleno de vanidad y jactancia que sólo se molestaba en entregar su preciada presencia, como si estuviera envuelto en un ramo de rosas y todo el mundo lo quisiera.

Qué equivocado estaba.

Jason Grace tenía amigos que lo querían, personas que lo mantendrían en su memoria y cumplirían con sus propósitos, era mucho más de lo que podía esperar, aun así... aun así, aquí estaba a mitad de la noche dándose cuenta de sus errores, reflexionando sobre su vida y por primera vez preso de este momento.

Miró la luna brillando en el cielo nocturno, las estrellas, la brisa ligera que besaba su piel y el suave aroma a pasto húmedo por el rocío de la noche.

Cerró los ojos.

—¿Estás llorando?

Reyna lo observó, dándole una mirada analítica—Vale la pena ciertas cosas.

Ella soltó una risa que sonó como un suspiro, vio como su cuerpo dejo de estar tenso y sus ojos se le llenaron de lágrimas. Compartieron una mirada, que se convirtió en una sonrisa compartida.

Por primera vez en semanas podía llorar sin sentir tristeza, simplemente dejar ir todo y vivir el momento. Es hermoso.

Esto ser un humano.

Listen, I have a lot of emotions about “The Burning Maze” and everything that unfolded in this particular book. It destroyed my soul in many ways, but it also gave me an immense amount of satisfaction and joy.

But, to start it off in the same way that I’ve started my other two posts about “The Hidden Oracle” and “The Dark Prophecy”, I will start with my favorite sun god, Lester Apollo.

    I’m really happy with how profound his character development has become.

“All of this,” I announced, “is my fault.”

You can imagine how difficult this was for me to say. The words simply had not been in the vocabulary of Apollo.

We have this former Olympian who was used to having everything he could ever desire and who was arrogant and self-centered (though in the first book he admitted that his self-centeredness was a pretense, something to hide how lonely and heartbroken he actually was, more specifically on the twenty-seventh chapter, on page 258) I add the source to show that I’m not making shit up. And through the course of his trials he has, in a way, grown to accept his fate as a human.

He still laments his fate, and he still wishes he could become a god and leave all those problems behind, but he has grown to understand what it means to be a human, and to accept his emotions and to feel.

“In times past, I would have scoffed at any nymph who dared to call me poor thing. Now, Mellie’s show of concern caused a lump to form in my throat. I was tempted to rest my head on her shoulder and sob out my troubles.”  

“Gods wouldn’t normally mourn the loss of a griffin, or a few dryads, or a single ecosystem. The longer I was mortal, the more affected I was by even the smallest loss.”

There are several parts where he is gentle to Meg and to Grover when they seem to be hurting. The Apollo from the first book would have never done that, he would’ve cared only about himself and his own feelings.

The few times he mentioned how much he missed being a god, he wasn’t thinking only about how he could simply pass his duty to the demigods and return to the safety of Olympus, he was also thinking about the lives he could’ve saved had he still been the god of healing.

This part, however, shows great depth because in the past (around the first book maybe), he wouldn’t have given the choice a second thought, he would’ve just left:

I wondered, if my own father, Zeus, appeared to me just then and offered me a way back to Olympus, what price would I be willing to pay? Would I leave Meg to her fate? Would I abandon the demigods and satyrs and dryads who had become my comrades? Would I forget about all the terrible things Zeus had done to me over the centuries and swallow my pride, just so I could regain my place in Olympus, knowing full well I would still be under Zeus’ thumb?

Also, the little fucker tried to sacrifice himself so many times in the story I was about to tear my hair out. I lost it when he actually impaled himself with the Arrow of Dodona, I was very, as the scientists call it, shooketh.

“Let my friends go,” I said. “All of them. Then you can have me.”

The emperor’s eyes gleamed like a strix’s. “And if I don’t?”

I summoned my courage and issued a threat I never could have imagined in my previous four thousand years of life. “Ill kill myself.”

On a familiar note, Apollo is starting to realize that perhaps Zeus had a valid reason for sending him down to Earth as a mortal, which shows more growth, because on the last books he had only seen his punishment as something unfair.

“I began to wonder if maybe, just maybe, Zeus had been right to send me to earth, to correct the wrongs I had allowed to happen.

 Sassy Apollo is the best thing to happen:

“Girl, I see you- I felt like saying- You are not subtle, and we really need to have a talk about crushing on dryads.”

“Full points for vagueness, girl, but I want the dirt.”

Supporting (and charming) Apollo is also an amazing thing:

“Such a gorgeous blade held by the most beautiful woman ever to walk the earth. (No offense to the billions of other women out there who are also quite enchanting; I love you all.)”

Also, this part in which he was literally the Dad Friend?

“Meg!” I chided. “Sit back and buckle up, please. Grover, stop eating your seat belt. Your setting a bad example.”

Just imagine this scene please, “Meg summoned her golden swords. Grover fumbled for his reed pipes. I prepared to run away screaming.” because I pictured little Lester shifting uncomfortably on his spot as his friends prepared to fight like in a scene of The Avengers, and he just, he had nothing.

The time in which Meg was a straight up savage:

“Unbelievable,” I muttered. “After four thousand years, I am still discovering new things.”

“Like how dumb you are,” Meg volunteered.

“No.”

“So you already knew that?”

 Caligula’s character.

Caligula wants to be the new fucking sun god, and his whole plan to extract what is left of Apollo’s divinity? Fucking twisted but at the same time so…I don’t know how to explain it. I hate his character and I would die if anything happened to Apollo (I’d be damned if by the end he doesn’t go back to being a god) but at the same time, that plan shocked me to my very core. Its unnerving and unsettling but it makes sense. He always wanted to be seen as a god.

On the past book, the second emperor revealed turned out to be a former lover of Apollo, but on this book, it is shown that Caligula’s personality startled the god since ancient times. I find it curious how he seems to have history with each emperor.

Finally, Caligula laughed. “Well done!” He patted my shoulder, then snapped his fingers. One of his servants shuffled forwards and handed me a heavy pouch of gold coins.

Caligula whispered in my ear, “I feel safer already.”

After that, I stayed away from Rome for decades. It was a rare man who could make a god nervous, but Caligula unsettled me. This particular part though, I could almost feel the sexual tension, and no one can convince me otherwise that this wasn’t Caligula flirting with the disguised Apollo.

Another thing I found really interesting is the explanation for when Apollo became the new sun god, and his words to Helios nearly at the end of the book:

“But I remember you- your brilliance, your warmth. I remember your friendship with the gods and the mortals of the earth. I can never be as great a sun deity as you were, but every day I try to honor your memory- to remember your best qualities.”  

Now let’s move on, kids.

Let’s talk about Piper, Grover, and Jason for a moment.

I had forgotten how amazing Piper McLean was, specifically, how caring and sweet she is? She comforted Meg a lot of times thorough the book, and she was such a badass too? I love her? She’s the best? How could anyone hate her?

I also like how well she clicked with Apollo. It was cute.

Piper gave me a wry smile. “That’s nice. I like that. You’re sure you’re not the god of wisdom?”

“I applied for the job,” I said, “but they gave it to someone else. Something about inventing olives.” I rolled my eyes.

She burst out laughing, which made me feel as if a good strong wind had finally blown all the wildlife smoke out of California. I grinned in response. When was the last time I’d had such a positive exchange with an equal, a friend, a kindred soul? I could not recall.

I liked this too:

Piper arched her eyebrows. “Are you sensing a disturbance in the Force?”

“Please,” I muttered. “I’m sensing my usual bad luck.” Because RELATABLE.

Grover is still a sweet, dorky child. I like that we had more information about him as the book proceeded, specifically that he is yet to see Percy again (when will we have that reunion? I don’t know, but I need that to happen asap) and that he has never been to Camp Jupiter. All those months he had been in Palm Springs dealing with the natural disasters happening all around and with the disappearing dryads. It warmed my heart how he was so happy to go back to Camp Half-Blood, to his home.

I wasn’t expecting the news of Piper and Jason’s breakup, but I like that at least we got an explanation and that it was rational.

“You’re wondering who you are without all the pressure.”

Piper loves him, but their relationship had a wrong start.

Hera messed with their memories, made them start dating for a reason that did not exist. Her mother, the goddess of love, made her believe that she needed to have a boyfriend to be a proper daughter of Aphrodite. It’s only reasonable that after everything ended and they tried to settle down she’d realize that she doesn’t know where that leaves her. She needs time to decide who she is- not the daughter of Aphrodite, not as one of the Seven of the prophecy- as her own person.

And even when they’re not a couple anymore, they’re still partners.

It struck me how easily they talked together, even about difficult things, and how well they seemed to understand each other.

Jason Grace. This part is certainly harder to write.

Let’s start with nice things:

“I tried to talk sense into Zeus. I told him it was wrong to punish you. He wouldn’t listen.”

I stared at him blankly, whatever remained of my natural eloquence clogged in my throat. Jason Grace had done what?

Zeus had many children, which meant I had many half-brothers and half-sisters. Except for my twin, Artemis, I’d never felt close to any of them. Certainly, I’d never had a brother defend me in front of Father. My Olympian brethren were more likely to deflect Zeus’ fury by yelling Apollo did it!

This young demigod had stood up for me. He’d had no reason to do so. He barely knew me. Yet he’d risked his own life and faced the wrath of Zeus.

My first thought was to scream ARE YOU INSANE?

Then more appropriate words came to me: “Thank you.”

Jason took me by the shoulders- not out of anger, or in a clinging way, but as a brother. “Promise me one thing. Whatever happens, when you get back to Olympus, when you’re a god again, remember. Remember what it’s like to be human.”

A few weeks ago, I would’ve scoffed. Why would I want to remember this?

Now, however, I had some inkling of what Jason meant. I had learned a lot about human frailty and human strength. I felt…different towards mortals, having been one of them.

“I promise,” I told Jason.

I really loved that part. I think it defines exactly the kind of person that Jason Grace was.

All right, let’s move on.

His death. Jason Grace’s death.

I won’t describe the scene, out of respect, but I honestly think that (while he didn’t deserve to die) he died as a hero, and that it is the only thing that matters. He died to protect his friends- his brother and his ex-girlfriend- and he knew what would happen, he was ready for it. He made his choice. It hurts, of course it does, but he had a hero’s death.

Other parts I liked about the story:

How were heroes with accessibility needs supposed to enjoy this death trap?

 Grover summoned the cry of Pan again.

You humans. You’re why we gods can’t have nice things. Are you sure, Apollo? Because I’m pretty sure that Percy Jackson could do a flawless PowerPoint presentation on how wrong you are.

That could be my life motto, I thought. He takes a lot of damage. Same, Apollo, same.

Imagine this scene, please, because it honestly gave me life:

Behind me, Grover wrestled with Coach Hedge, who was desperately trying to claw open a family fun pack of grenades while cursing the tamper-proof package.  Apollo is trying to be diplomatic and remain calm while they’re being threatened to life, and behind him are two satyrs wrestling over opening or not a big pack of grenades.

The Ares-so-lame video that went viral in mount Olympus that Apollo was definitely not responsible for uploading.

I enjoy running people over in a chariot as much as the next deity, but I did not like the idea of being the guy run over. Honey, now you know how demigods feel.

Apparently, Hephaestus throws great pool parties.

 If a goat wears a goatee, is it a man-tee?

 Apollo’s bitterness towards his family: “The Olympians allowed Zeus to strip me of my powers and toss me to earth. They’ve done half Caligula’s job for him. They won’t interfere. As usual, they’ll expect heroes to set things right.” Tune down the salt, Apollo, not a month before that moment you were one of the gods that expected heroes to fix everything.

This quote: “It’s been my observation that you humans are more than the sum of your history. You can choose how much of your ancestry to embrace. You can overcome the expectations of your family and your society. What you cannot, and should never do, is try to be someone other than yourself.” 

Mount Olympus Mega-God lottery.

The oracle’s riddles; the little game they had to solve to get to her. 

 The multiple mentions of Apollo’s love handles.

Imagine this, please: I still have nightmares about Hermes skating through Olympus with his big hair and gym shorts and high striped socks, listening to Donna Summer on his Walkman.  

Carry him away! I prayed, knowing that no god would listen. Please, just let Tempest get him to safety. This part wrecked me. How pained everyone was to Jason’s death, how a former god knows that his kind never listen to those kinds of prayers because they don’t care.

The maze giving Apollo the middle finger.

Apollo’s imminent rage and heartbreak when the maze used Hyacinthus against him.

Apparently Camp Half-Blood has a satyr school for young satyrs that want to be protectors?

Very few people look as good in tights as Spider-Man. 100% agreed.

Who cared about Apollo? I DO, BITCH, I DO.

How Apollo thought of his family when he was under Medea’s spell. Of his parents, of his twin sister.

The heartbreak that came with Crest’s death. How much it affected Apollo. The poor thing was just a child, and he died to protect them.

REYNA AVILA RAMIREZ ARELLANO IS GOING TO APPEAR ON THE NEXT BOOK. YES. MY QUEEN.

How Jason wanted to fulfill the promise he made to the sea goddess he met with Percy all those months before.

Leo’s arrival broke my heart. He couldn’t say goodbye to Jason. I pictured Piper and Leo’s reunion a million times, but I never imagines that.

I found myself crying. It was ridiculous, gods don’t cry. But as I looked at Jason’s diorama in the seat next to me, all I could think about was that he would never get to see his carefully labeled plans finished. As I held my ukulele, I could only picture Crest playing his last chord with broken fingers.

This line: “I would not allow those who had sacrificed themselves to do so for nothing.”

And the ending: But from now on, I would be more than Lester. I would be more than an observer. I would be Apollo. And I would remember.  

Everything that happened on this book has shaped Apollo, has made him more human. I think on the next book his promise of being more than an observer (or remembering) will come true- I think he will be stronger than before, because he wants to honor the memory of those that died for his cause.  

I want to see Reyna interact with Meg and Apollo, but most of all, I’m kind of worried for Thalia Grace. She deserves to know what happened to Jason, but I know that it would break my heart. She could react in so many ways…It’s only going to be painful.

But I’m so ready for it! (NOT)

As a whole, I loved the book. I’m really looking forwards to “The Tyrant’s Tomb.”

Hablaba con un tipo sobre la inclusión y derechos de la comunidad LGBTQ+ Me quedó mirando y me preguntó si yo era lesbiana. Ay *Se palmea la frente* No necesitas ser parte de la comunidad para defenderlos ni.

Kaz Brekker

Reblog if you agree

Oh, it's so cute! [gasps] Oh!

would you ever write Apollo x Reyna? I feel like, what with Venus' curse and Reyna questing with Apollo in the next book riordan might sail this ship

I would! Especially in a canon setting. It would be fun to explore their dynamic. Not exactly sure how to write Apollo. He seems confident and arrogant but with the events in the latest series, I’m wondering if it’s starting to humble him. I have this very vague fic idea right before Apollo gets his power back and Reyna asks if he ever wanted to stay mortal. Here’s some random snippet bit I just thought of.

“Give up all your powers and live a normal life?” With me. Apollo mentally added to Reyna’s question as he takes in her strong profile. She wouldn’t say that though. The young woman has too much pride to ask that outright. He’s amazed she would ask the question in general. 

“Will you miss me?” Apollo asked instead, laying on the grass with his arms tucked behind his head. Her shoulders tensed as she looked at him. Her dark eyes sharp and piercing but there’s something soft and sad underneath. Apollo wanted to reach out, pull her towards him and kiss her that look away. She shook her head.

“You would visit. We can’t keep you out.”

Well, that was fun. I’m also curious about Apollo’s past lovers and what kind of personalities they have. Like is Reyna his type? Or is she vastly different? 

If there are any fics of Apollo/Reyna, feel free to send them my way!

Apolo y Reyna

No es un secreto que mi personaje favorito es Reyna, le he dedicado muchas horas y si haz leído mi blog antes, ya lo debes saber. 

 He estado escribiendo un fanfic en que hice investigación, averigüe la verdadera historia de los Ramírez de Arellano, releí los libros y escribí hasta el amanecer. No estoy presumiendo, pero juró que podría recitar de memoria algunas de sus líneas en los libros. 

 Soy muy fanática de Apolo, me parece un buen personaje y es mi dios griego favorito dentro y fuera del universo de Rick Riordan. 

 Hace unos días, salieron a la luz unos spoilers de "La tumba del Tirano", iba a guardarme mi opinión hasta que saliera el libro, pero Tumblr es mi red social favorita y hoy estaba revisando con los hashtags de The Trials of Apollo y todo eso, y me topé con varía gente diciendo que lo que estaba pasando era una basura. "Que Reyna merecía esto...Que Apolo era esto y no sé qué más..." 

Luego, salieron con que Rick había empeorado con el pasar de los años 🙄 Gente, creo que cualquiera tiene derecho a tener su opinión, pero Rick no se merece esto. Él ha trabajado un largo tiempo en sus personajes, el hombre es humano y son sus libros, él puede hacer lo que estime conveniente con sus personajes. No es perfecto, por los dioses. 

 Pero he aquí mi pequeña defensa hacia Apolo y Reyna (No digo que apoyo 100% a la pareja. Quiero una buena historia como cualquiera), pero está ganando más odio del que debería el libro TODAVIA NO SALE EL LIBRO A LA VENTA. 

Necesitan calmarse.

He aquí: 

 Al final de La Sangre del Olimpo, Reyna habla con Piper y le confío la profecía de Venus, Piper dice que la voz se le rompió. 

Reyna ha tenido una mala vida, está llena de un montón de cosas que no cualquiera aguanta (Contando lo que va a pasar ahora), ella necesita a alguien en quién confiar. 

Puedo tener mis opiniones, pero sí ella es feliz y sé siente cómoda, yo voy a apoyar su relación con Apolo aún si en el fandom usan el argumento que un día van a terminar, que Apolo es un... (Lo que sea, pero saben las relaciones no son perfectas, un día terminan. Es la realidad y queremos ver retiradas relaciones que se casan, tienen hijos y viven felices para siempre, cuando NO ES ASÍ) 

 Sobre Apolo: ¿Alguien ha leído la saga? Apolo es un personaje que disfraza su tristeza y soledad con arrogancia, y su evolución de personaje es muy buena. Una de mis líneas favoritas es su canción en The Hidden Oracle cuando cuenta sobre sus fracasos y lo vacía que era su vida en realidad. 

 ¿Podemos dejar de lado eso de decir que no se merecen? 

 Ambos merecen amor y felicidad. 

 Siéntete libre de corregirme.