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Empy hope

Capitulo 1

Rehabilitación

No todos están preparados para acompañar a personas como nosotros. Pero me considero afortunado de tener a Jungkook. Él siempre viene por mas que le pida que no vuelva.

Es como si realmente tuviera un corazón de acero.

Yoongi se quedó en silencio tras aquellas palabras enmarcado una leve sonrisa al pensar en su joven amigo. La terapéuta, que se encontraba del otro lado de la habitación casi sumida en la oscuridad de la habitación le dio lugar a aquel silencio.

Yoongi quiso poder aportar más palabras pero prefirió guardarsela. Miró a la mujer fugazmente dando a entender de que ya mo tenia más nada que decir.

—Jungkook sin duda es alguien confiable. Has mejorado, eso no es solo bueno para tí Yoongi, también para él.— Agregó la mujer cerrando el cuaderno que reposaba en sus piernas. — ¿Qué tal te va con tus compañeros? Tengo entendido que estuviste compartiendo el descanso con Jung.

El chico al escuchar el apellido de Hoseok arrugó la frente pensativo, la verdad no sabía porque últimamente estaba compartiendo tiempo con aquel joven. —Hoseok.. él.. es diferente.— la terapeuta al notar la mirada decidió no hacer más preguntas, se veía que el chico aún estaba muy ajeno a todo lo que le rodeaba por lo que dejaría que él solo clasificará sus emociones y sentimientos.

—Bien Min, eso es todo. Esta fue una buena semana, te dejo disfrutar del lugar. Hasta la semana que viene.

Sin decir más la mujer se levantó dejando un cuaderno y una lapicera sobre un viejo piano antes de retirarse, Yoongi la observó y esperó a que se fuera para acercarse a el piano.

Tomó el cuaderno, como esperaba, era un cuaderno de partituras en blanco.

Yoongi había sido internado en una casa de rehabilitación por desorden alimenticio, hacía ya ocho meses de eso. Una de las cosas que le habían restringido al ingresar era la música, ya que pasaba horas con el piano en su casa salteandose comidas, aislándose del resto de las personas hasta el punto crítico que lo llevó a ese lugar.

Pero desde que ingreso no había empezado a mejorar sino hasta que conoció a Hoseok. De alguna forma su energía animaba a aquel chico palido, como lo llamaban en el lugar, sumado a la persistencia de las visitas de su amigo Jungkook, eran cosas que le animaban a salir adelante, el cumplir con metas para salir de ese lugar para disfrutar de más momentos con ellos que no sea la sala de visitas por solo una hora a la semana.

Dejó el cuaderno a un lado para poder acariciar las teclas de aquel piano con tanta dulzura como melancolía. Llenó sus pulmones de aire pensando ¿Podría tocar alguna melodía? Hacia tiempo no lo hacía y temía haberlo olvidado, de ser así no quería saberlo.

En su interior se estaba desenvolviendo una mezcla de tristeza y enojo consigo mismo pero la risa de Hoseok que estaba en el patio jugando a un juego de mesa con los demás lo distrajo. Se asomó a observar aquel ambiente tan tranquilo.

Sin duda esto es como una prisión, sin embargo, no se cómo, él logra convertir este ambiente en algo bueno, armónico, como si fuéramos libres y todo estuviera bien, como en un día de campo.

Kook, cuando vengas, tengo que presentarte a alguien especial.