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Gaby / 16 / México / Baby / Fujoshi / KpoperFanfics de B.A.P EXO u otros grupos kpop ^^ Fanfiction is real ~
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Ahora puedo morir en paz...
Sabemos los bromances de los Idols traen como mucho (quizás más) alegría a los fans como romances de Idols, y en honor a B.A.P siendo seleccionado como nuestra Estrella de la Semana, estamos destacando algunas de nuestras parejas favoritas de B.A.P. Sabemos que los chicos son cercanos, pero...
Antes del yo estás tú
Capítulo 4.
Zelo y Jongup pasaron el resto del día hablando mientras paseaban por los jardines del hotel hasta que llegaron a la piscina y se sentaron en una de las sillas de allí, contendiendo las increíbles ganas que tenían de nadar en ella. Fueron reconocidos por algunos de los huéspedes un par de veces lo cual los alegró de sobremanera.
Cuando se dieron cuenta ya había caído, las luces se encendían y todos se dirigían a sus habitaciones, ellos por supuesto no fueron la excepción.
- ¿Y qué harás cuando llegues? – Preguntó el más bajo mientras oprimía el botón que los llevaría a su piso.
- Esconderme – Contestó sin ganas, sabía a lo que Up se refería.
- Supongo que tienes razón – Y así era, él sabía perfectamente que su líder era incapaz de hacerle algo malo.
- Oh, me llegó un mensaje de Himchan hyung – Escuchó decir al castaño que revisaba su teléfono. – Al parecer él y Yongguk hyung están molestos.
- ¿Por qué? – Le preguntó ignorando el vuelvo al escuchar el segundo nombre.
- Hyung dice que es muy tarde ya, al parecer Yongguk hyung lo llamó para preguntar si no nos había visto.
- Oh… – Claro, ellos dos eran como sus padres.
- Es raro que Yongguk hyung no te llamara, ¿No llevas tu teléfono? – L e preguntó confuso el bailarín, sabía que en caso de estar preocupado el líder llamaría a Zelo.
- Lo dejé en el cuarto – Respondió avergonzado el menor por su descuido.
- Al menos ellos se preocupan por nosotros, Daehyun hyung y Youngjae hyung a penas entraron en su habitación dejaron de preocuparse por los demás y empezaron otra de sus peleas – Comentó entre risas Jongup.
La puerta del elevador se abrió y ambos chicos salieron, uno sonriente y el otro nervioso.
- Relájate, no es como que tú sintieras algo especial por él – Le dijo el bajo en son de burla, pero Zelo ni rió, solo se quedó allí pasmado como si algo en su mente llamara su total atención. – Buenas noches, trata de dormir algo – Bromeó una vez más el bailarín antes de caminar lejos del alto.
Quizás gracias a sus comentarios Junhong no podría dormir para nada, y lo sabía, pero tenía que hacerlo pensar y ayudarlo un poco a que se diera cuenta de lo que sucedía, y continuó caminando rumbo a su habitación donde debía esperarlo un preocupado Himchan y escucharía su sermón con una sonrisa.
Zelo permaneció allí por unos momentos, pensado en lo que Jongup le había le hacía dicho. Esa idea claro que había pasado por su mente, pero la había desechado muy pronto.
Él no podía estar enamorado de Yongguk, de ninguna forma, era su líder, su hyung favorito, incluso se asimilaba a una figura paterna. Simplemente era absurda la idea de estar enamorado de Yongguk.
Así que comenzó a caminar directo a su habitación, a la habitación que compartía con Yongguk, ¿Porqué la vida era así con él? Había perdido la cuenta de cuantas veces se había preguntado eso.
Llegó a la puerta que plasmaba el número 205, el número indicado de su habitación, respiró profundamente, armándose de valor para cruzar por esa entrada y no huir al mirar al mayor. Entró a paso firme, pero sintió sus piernas temblar al observar los ojos del líder mirarlo tan fijamente desde un escritorio que había en la habitación.
- ¿Dónde estabas? – Preguntó con expresión seria el mayor.
- Con Jongup hyung – Contestó él algo intimidado por la actitud del rapero.
- ¿Hasta estas horas? – Inquirió denotando lo molesto que estaba el líder.
- No nos habíamos dado cuenta de que ya era de noche, lo lamento – Se sentía tal y como un niño que acaba de hacer una travesura y ahora debía enfrentar al adulto, solo que esto era aun peor.
En primer lugar no le gustaba ver a Yongguk molesto, y mucho menos si era con él porque eso le dolía demasiado. En segundo lugar porque realmente lo sentía pero no podía hablar de lo intimidado que estaba.
Yongguk sintió la culpa invadirle al ver como el maknae bajaba la mirada al suelo, como si temiera verlo. Si, estaba enojado, porque Zelo había estado mucho tiempo lejos de él junto a Jongup. Estaba celoso.
Porque sabía que esos dos chicos no eran capaces de escapar solos, ni si quiera de hacer una travesura, sólo estaba molesto por la cercana relación entre los maknae, irritado por la manera en que Junhong buscaba a Jongup en vez de él y celoso por su relación.
Pero no podía ver al menor así, no podía soportar el hacerlo entristecer o afligirlo, por lo que relajó su expresión y suspiró acercándose al peliazul con el sentimiento de culpa aun invadiéndolo.
- No te disculpes, no hicieron nada malo – Le dijo alzando con su mano el rostro del chico para mirarlo.
- ¿Está enojado? – Inquirió temeroso Junhong al mayor.
- No, solo estaba preocupado – Contesto regalándole una media sonrisa que hizo al alto mirarlo alegremente. – No podría enojarme contigo.
- ¿Enserio?
- Si – Le contesto relajado.
Eran estas situaciones las que lo hacían igualmente perder el control de lo que sentía, solo Yongguk era capaz de hacerlo experimentar la preocupación, el miedo, la culpa, el alivio y la alegría en menos de diez minutos. Y a veces esto le hacía preguntarse muchas cosas y otras ocasiones prefería dejarlo pasar.
¿Qué significaba Yongguk para él que lo hacía sentir tantas cosas?
- Quizás yo…
¿Podría tratarse de eso?
- ¿Y usted siempre se preocupa por mí? – Cuestionó mirando los ojos castaños llenos de misterio del mayor.
- Siempre.
- ¿Por qué?
Esa era también la cuestión, ¿Porqué Yongguk era así con él? O tal vez…
- ¿No lo sabes?
Quizás, pero era confuso, necesitaba escucharlo de los labios que rapeaban tantas cosas tan profundas.
- Creo que no.
Y Yongguk estaba cerca de él, tanto como esa mañana en su habitación donde casi lo besó, tanto que podía admirar su atractivo y varonil rostro. Sabía que era guapo ¿Pero por qué ahora lucía mucho mejor?
Lo vio volviendo a sonreír, y sintió deseos de nunca dejar de ver esa sonrisa, porque empezaba a gustarle demasiado.
- Es porque te quiero.
- ¿Me quiere?
- Exacto – Dijo para luego alejarse y caminar hacia otro lugar de su habitación.
Y Zelo estaba allí, tratando de descifrar esas simples palabras, te quiero, ¿Cómo qué? ¿Cómo a un hermano? ¿Cómo un amigo? ¿Cómo un hijo? ¿O algo más?
Y también había sentido insatisfacción al verlo alejarse, algo en él le decía que no lo dejara apartarse, pero no podía hacerle caso a esa voz ¿Qué iba a pensar Yongguk de él? Que era un dongsaeng extraño seguramente.
Entonces quedó con otra gran incógnita, y se abstuvo de preguntar algo más pues no creía que era el momento adecuado para ambos.
- Deberías cambiarte, es hora de ir a dormir – Le dijo el mayor sacándolo de su burbuja personal.
- Voy – Habló mientras iba hacia su maleta para buscar algo cómodo.
Optó por mejor cambiarse en el baño, pues de alguna manera con todos los acontecimientos sucedidos le daba algo de pena cambiarse junto al líder además de que nada le aseguraba que no sentiría su penetrante mirada sobre él mientras se quitaba su ropa –no es que insinuara que Yongguk fuera un pervertido, simplemente era que a veces creía que lo observaba demasiado–, y eso ya sería mucho.
Salió con una camisa sin mangas y un pantalón para dormir que tenía cómicos dibujos de animales pequeños en el, Yongguk al verlo no fue capaz de de reprimir la gracia que le causaba ver eso.
- No se reía de mí – Pidió avergonzado el adolescente al ver como el rapero trataba de reír con todas sus fuerzas.
- Lo siento – Se disculpó el mayor logrando controlarse finalmente.
- Debo lucir ridículo – Comentó ahora mucho más avergonzado el rapero y bailarían.
- Para nada – Se apresuró a corregir Bang, de hecho lucía tierno, tal y como siempre lo era. – Dijo para acercarse luego a la gran cama. – Luces lindo.
Eso provocó que el rostro del maknae adquiriera el mismo color de sus amados tomates cherry, ¿Yongguk lo llamó lindo? Bueno, era costumbre entre sus miembros denominarlo de esa forma, pero cada vez que lo escuchaba de él era como si le diera un ataque al corazón.
- No soy lindo – Dijo en voz baja tratando de disimular la sonrisa que quería escapar sin ninguna razón de sus labios.
- Lo eres – Aseguró sin rechistar el líder. – Bien, hay que dormir de una vez.
Junhong cayó en cuenta de la verdad, lo había olvidado por completo, tenían que dormir en la misma cama. Y los nervios volvieron, pero trató de desecharlos, nada pasaría si dormían juntos ¿Verdad?
- ¿Qué esperas? – Le cuestionó el hyung al verlo aun de pie mirando hacia donde él se encontraba.
- Nada – Contestó lo más calmado que podía y con una sonrisa nerviosa.
Yongguk estaba ya recostado en la cama, él llego junto a él sintiendo como su corazón quería salir por su boca, rayos, estaba demasiado nervioso.
Alzó la sábana que cubría su lado –el derecho– y se adentró en aquella cálida cama, con Yongguk a su izquierda sin emitir palabra alguna.
Realmente no había nada de malo, no es como si fuera la primera vez que dormían juntos, cuando en su época de debut el tuvo pesadillas el mayor se había ofrecido para dormir con él y así despertarlo en caso de que tuviera algún problema, cabe decir que no podía dormir porque su acompañante siempre lo abrazaba, pero al menos no volvía a tener pesadillas desde entonces.
Bang apagó las luces apenas vio al menor recostarse, Zelo se acomodó mejor en dirección contraria al líder, no quería hacerlo pero no había otra forma para que pudiera conciliar el sueño, de otro modo lograría ver, aunque fuera entre la obscuridad y a muy duras penas el rostro de Yongguk.
Guk observó a Zelo darle la espalda, algo que lo decepcionó, pero no iba a reclamarle nada tampoco. Él también se acomodó para no mirar la delgada figura del menor, no fuera que terminara por abrazarlo.
Transcurrieron minutos, un cuarto de hora y más, dentro de poco ambos cayeron sumergidos al mundo de los sueños, uno de ellos sin muchos problemas y el otro después de calmar todo su interior.
Bang dormitaba pacíficamente, y así hubiera seguido de no ser porque unos movimientos al lado de él lo despertaron, abrió los ojos encontrando la obscuridad casi envolviendo la habitación de n ser por la tenue luz que se colaba por las cortinas.
Casi cae dormido una vez más, pero volvió a sentir eso movimiento brusco cerca de él, esta vez miró hacia su derecha cuestionándose que era lo que lo causaba; era Zelo, quien en sus sueños se removía y fruncía el ceño, Yongguk supo de inmediato de que se trataba, estaba teniendo una pesadilla. De inmediato comenzó a sacudir cuidadosamente el hombro del menor y a llamarlo en un intento por levantarlo.
- Zelo, Zelo – Trataba de despertarlo para sacarlo de ese mal sueño. – Junhong.
Y Zelo abrió los ojos asustado, pues aun se creía dentro de aquella pesadilla, pero no encontró algo que le provocara temor, si no el rostro preocupado de Yongguk cerca del suyo.
- ¿Yongguk hyung? – Cuestionó al mismo tiempo en que éste prendía la lámpara para iluminarlos.
- Estabas teniendo una pesadilla – Comenzó a decirle el mayor.
- Lo siento, lo desperté – Dijo penoso el maknae, hacia mucho que no volvía a tener esa clase de sueños.
- No importa, ¿Ya estás mejor? – Le cuestionó el rapero.
- Si, gracias por despertarme – Agradeció el peliazul, no era un pesadilla de esas que le inundaban de miedo, pero aun así le agradecía mucho.
- De nada, ¿Seguro que estás bien? – Quiso asegurarse de que el chico estaba en serio bien.
Junhong asintió calmadamente, entonces Bang apagó la lámpara y ambos volvieron a recostarse entre el colchón y las sábanas, esta vez mirándose de frente.
Zelo no estaba nervioso, a pesar de aquel mal sueño todo miedo de olvidó a penas distinguió la cara de aquel a quien llamaban líder, y no se hiso un manojo de nervios, estaba relajado, tanto que podía mirar al mayor sin huir a su mirada.
- ¿Estás volviendo a tener pesadillas? – Se dejó escuchar la gruesa voz de uno de ellos.
- Sólo fue esta noche, hacía un año que no las tenía – Respondió mirando atreves de la obscuridad la expresión apacible de quien estaba junto a él.
Ambos recordaron el incidente ocurrido hacía tanto tiempo, cuando el líder decidió dormir junto a su maknae para ayudarlo con sus malos sueños. Entonces a raíz de eso, una mañana ocurrió lo que inició con todo ese problema.
Una mañana Zelo besó a Yongguk, y esa misma mañana también Yongguk besó a Zelo.
Y todo lo que el menor había comenzado a sentir creció a partir de ese momento. Hasta volverse lo que era ahora.
Extrañamente, esta vez el deseo de no haberlo besado no apareció, pero el recuerdo de ese momento le hizo bombear su corazón dulcemente.
Junhong sintió un brazo rodear su cintura debajo de las sábanas, el cuerpo del mayor se acercaba al suyo, ahora sí se alarmó, pero solo un poco, ya que no lo esperaba de ninguna manera.
- ¿Hyung? – Inquirió al ver ahora a ese hombre tan cerca de él.
- ¿Lo recuerdas? Cuando no podías dormir yo hacía esto – Le dijo en respuesta el mayor.
Cálido. Era así como se sentía ahora. Cálido y nostálgico. Una posición que Banf recordaba muy bien, pues le gustaba mucho abrazar a ese chico, entonces aprovechó esas noches para atreverse a hacer aquello, quizás sonaba cobarde o hasta incluso pervertido, pero no era así, lo hacía porque no había otra forma en que pudiera sentir al menor tan cerca de él.
- Lo recuerdo – Lo hacía muy bien.
- Duerme, yo te despertaré si vuelves a tener otra pesadilla – Le habló estrechando el agarre en su cintura.
- No volveré a tener otra pesadilla – Aseguró acercándose un poco más a esa persona. – ¿Sabe por qué?
- ¿Por qué?
- Por que hyung está conmigo.
Y Yongguk sonrió mientras Junhong cerraba sus ojos dispuesto a descansar.
Junhong solo tuvo buenos sueños esa noche.
Go Home
Resumen:
Minho siente que le ha fallado a esa personita tan especial para él, y gracias a un mal entendido es capaz finalmente de hacerle saber al menor de sus sentimientos.
Aunque quizás para Taemin, esto no sea una sorpresa.
Pareja: 2min (SHINee)
Género: Romance
Sus dedos se deslizaban entre las hebras castañas, la suave y relajada respiración del chico recostado en sus piernas le transmitía un sentimiento de paz, así como contemplar la sonrisa que se plasmaba en sus labios en esos momentos.
Trató de acomodar mejor la cabeza que descansaba en sus piernas, admiró el rostro durmiente de ese chico tan especial para él. Por unos momentos se preguntó si él era una persona especial para Taemin, debía serlo pues éste chico que había caído a brazos de Morfeo hace tan solo minutos mientras estudiaban siempre permanecía a su lado en todo momento, quizás y hasta le gustaba.
Porque Lee Taemin era una persona complicada, aunque no lo aparentara. Detrás de la sonrisa de ángel se escondían secretos de ese joven que nadie más que él conocía, muchos pensamientos ocultos debajo del brillo de sus ojos que ni siquiera Minho, su mejor amigo, comprendía del todo.
Taemin era una persona extraña, pero aun así lo amaba más que a cualquier novia que hubiera tenido antes.
La pregunta era ¿Taemin también lo amaba? Era una cuestión imposible de responder pues tampoco estaba del todo seguro como para afirmarlo o negarlo.
– Minho… – Susurró ese muchacho entre sueños.
Choi sonrió, no sabía con exactitud que sentía ese chico por él, pero al menos, mientras lo tuviera a su lado sería feliz.
– Pero no quiero que te vayas. – Exigía el menor sujetando del brazo al deportista quien trataba de soltarse.
– Taemin tengo que ir a la práctica. – Le dijo el mayor queriendo convencer al castaño para que lo dejara ir.
– Pero si te vas ahora me dejarás sólo y no me acompañarás a casa. – Lee lo miró suplicante, odiaba volver solo.
– Te prometo que estaré contigo cuando la práctica termine, sólo espérame diez minutos ¿Si? – Usó como último argumento para persuadir al que lo retenía.
Intuyó que lo había logrado, pues el castaño relajó un poco su expresión y aflojó el agarre de sus manos en el brazo del Choi, no quería dejarlo ir, pero sabía que para Minho la única cosa tan importante como él era el futbol y no quería privarlo de algo tan preciado para Minho.
Minho notó como la presión en su extremidad iba disminuyendo hasta que el menor terminó por soltarlo, le agradeció revolviendo sus cabellos ante la atenta mirada insegura del más bajo.
– No te preocupes, estaré contigo pronto. – Dijo para calmarlo.
– ¿Lo prometes? – Inquirió queriendo asegurarse el menor de sus palabras.
– ¿Cuándo te he decepcionado? – Respondió con otra pregunta y una sonrisa en sus labios.
Y con una última sonrisa tranquilizadora Minho caminó rápidamente hacia a cancha verde donde su equipo lo esperaba con la eterna mirada de Taemin puesta sobre sus hombros.
El cielo se tornando cada vez más de un color anaranjado, y con ello sus dudas sobre la promesa del pelinegro incrementaban. En esa preparatoria era habitual salir más tarde comparada a las otras escuelas, normalmente él y Minho solían ir juntos a casa –y con eso se refería a ir ambos a casa del mayor y quedarse allí por un buen rato hasta entrada la noche, después de todo eran vecinos–, pero desde que las prácticas del equipo de futbol habían cambiado de los sábados en la mañana a jueves después de la escuela les era difícil seguir con su rutina.
Él no quería que Minho dejara de asistir al club de futbol, pero tampoco quería por ningún motivo volver solo, le daba miedo pasar siempre por la calle donde habían dos chicos enormes y con cara de delincuentes, sus miradas intimidantes le calaban hasta los huesos llenándolo de terror.
Miró el reloj en su muñeca, 6:32, llevaba esperando a Minho más de media hora aproximadamente, y por lo que veía desde las gradas el entrenador los pondría a correr un par de vueltas alrededor de la cancha y seguir con el entrenamiento.
Suspiró, quería aguardar por Minho, pero parecía que éste iba a tardar mucho más tiempo del esperado. ¿Qué tan difícil sería volver a casa por su propia cuenta? Sabía el camino y podría pasar lo más rápido que pudiera por ese camino tan desagradable para él. Aunque la idea no era del todo segura, necesitaba llegar pronto y comenzar una investigación muy importante que le habían asignado de tarea, si no comenzaba ahora nunca la terminaría.
Miró a Minho una vez más, no tenía pinta de que fuera a dejar el entrenamiento, corría concentrado escuchando los extraños sermones del entrenador y sus advertencias sobre el próximo partido.
Tomó su mochila colgándola a su hombro dispuesto a por lo menos ese día no depender de Minho y hacer algo por sí solo, después de todo ¿Qué podría pasar?
Soltó un largo bostezo acompañando de unas involuntarias lágrimas que de inmediato se encargó de limpiar. En ningún momento dejó de buscar a Taemin por los pasillos repletos de estudiantes mientras se dirigía a su salón.
Le debía una disculpa al pequeño, ayer el entrenador les había asignado un estricto y agotador entrenamiento pues el torneo se acercaba cada día más y era tan importante que no terminaron si no una hora y media más tarde de lo común.
Cuando hubieron terminado con su pesado entrenamiento buscó en las gradas la figura menuda del menor, al no verlo allí pensó que quizás podría estar en otro lugar de la escuela, pero le parecía raro, Taemin siempre lo esperaba hasta el final. Les había preguntado a sus compañeros si no habían visto al chico de casualidad y éstos le dijeron que lo habían visto irse de allí hace como media hora.
El pánico lo inundó muy deprisa, si Taemin había decidido regresar solo quién sabe qué cosas podrían ocurrirlo, quizás los chicos que siempre los miraban como presas cada vez que pasaban por una calle de mala reputación lo hubieran atacado, o quizás se haya extraviado y se encontrara en un lugar desconocido, ¡Incluso podía haber sido secuestrado!
Todos estos pensamientos negativos y alarmantes le hicieron tomar su teléfono dispuesto a marcar el número de ese chico para preguntarle dónde y cómo se encontraba, sin embargo éste objetivo se vio interrumpido al encontrar un mensaje del mismo Taemin quien lo tenía hecho un manojo de nervios.
De: Taeminnie
Estoy en casa.
Decía simplemente ese mensaje que había abierto ansiosamente, suspiró mucho más relajado al verlo. Seguramente Minnie estaba enojado con él, pero al menos estaba salvo.
Cuando llegó a casa fue directo a su habitación, el cuerpo le dolía a horrores y estaba agotado, pensó en llamar a Taemin pero al ver la habitación oscura frente a su ventana dedujo que el chico debía estar ya durmiendo y sinceramente él quería también hacerlo. Cerrando sus ojos prefirió descansar ese día, mañana se encargaría de disculparse con ese chico que tanto quería.
Y así llego el día siguiente, Minho salió de casa dispuesto a ir junto a Taemin a la escuela ya que ellos tenían la costumbre de caminar todos los días juntos –si, su vida a veces era como un dorama o película romántica– , pero ese día cuanto tocó la puerta nadie contestó, pasó varios minutos llamando al menor sin obtener respuesta alguna.
– Debe seguir molesto conmigo. – Pensó el.
Así es como llega hasta éste momento, buscando al muchacho de sus ojos para pedirle perdón y ver esa única sonrisa que lo hacía soportar todas las aburridas clases hasta volver a verlo.
Lo buscó por todos los pasillos, incluso por los que no frecuentaba, preguntando a los amigos del castaño por él pero todos decían no haberlo visto.
– ¿Se habrá retrasado? – Se preguntó consternado, no, en caso de que hubiera sido así lo habría visto en el camino, cosa que no ocurrió.
Mucho menos probable era que hubiera faltado, Taemin no era de los que faltaban a clases además de que había estado tocando la puerta escandalosamente y nadie había aparecido.
Entonces ¿Dónde se hallaba Taemin?
La campana avisó que era momento de iniciar con la jornada escolar, Minho acompañaba los pasos de los alumnos que se dirigían a clases con una sola persona en mente y sin poder sacarla de allí
– No lo he visto en todo el día. – Le respondió el más bajo.
– Yo tampoco he sabido nada de él. –Contesto ahora Onew a su pregunta aumentando su preocupación. – ¿Qué ha pasado?
– No lo sé, ayer regresó a casa sólo y me lo comprobó pero hoy cuando fui no había nadie y estoy seguro de que no asistió hoy. – Le contó todo lo que sabía a los mayores revolviendo sus cabellos con frustración.
– ¿No le has preguntado a Key? – Le sugirió Onew, de hecho no había tenido oportunidad de hablar con él debido a que había estado ocupado todo el día y era la única persona que le faltaba por interrogar.
– ¿Preguntarme qué? – Cuestionó el recién llegado al escuchar su apodo.
– ¿Sabes si algo le ocurrió a Taemin entre ayer y hoy? – Estaba angustiado, si Key no sabía nada de Taemin entonces no había nadie más a quien pudiera recurrir.
– ¿Eh? – Musitó confuso la diva confuso ante la pregunta. – ¿Acaso no te lo dijo?
Miraba la pantalla del teléfono con pereza, el hombrecillo que controlaba con sus dedos corría de un lado a otro para atrapar los dulces que caían de una máquina extraña, un juego aburrido tal como el día que estaba teniendo.
Permaneció en cama en todo momento desde que llegó a casa tratando de soportar el dolor en su cuerpo, quizás no había sido buena idea volver sólo.
– Tonto Minho. – Se quejó como si el mayor estuviera allí y pudiera escucharlo.
Apagó el teléfono y miró su reflejo en la pantalla, el parche blanco en su mejilla le molestaba, quien sabe cuándo podría deshacerse de el o cuando desaparecerían los moretones en sus delgados brazos y piernas.
Suspiró irritado, debió haber esperado a Minho.
Decidió mejor prender la TV, con suerte encontraría algo bueno para ver. Con lentitud recostó su espalda en el respaldo de la cama haciendo una que otra mueca de, todos sus músculos le dolían a horrores, sólo esperaba que su querido hyung apareciera para poder olvidar ese dólar y concentrarse sólo en él.
Trató de controlar su respiración jadeante al llegar a la puerta hogar de los Lee, definitivamente no volvería a correr desde la escuela hasta allí, hacía que su corazón quisiera salir por su boca.
Tocó fuertemente la puerta con su puño, tal y como en la mañana nadie contestó, lo cual solo lo puso peor, sacó de su saco la llave de repuesto que tenía, los padres de Taemin habían insistido en que podía tenerla, pues confiaban en él para cuidar de su hijo, cosa que ahora él se tenía que cuestionar.
Se atrevió a entrar a aquella elegante casa buscando por todos lados al menor de esa familia, al no verlo supuso que debía encontrarse en la planta superior.
Minho puede asegurar que su corazón va tan rápido como sus pisadas por las escaleras para llegar a la habitación de Taemin, y lo único que quería encontrar en ella era al chico para pedirle perdón por haberlo dejado solo y por todo lo que ocurrió.
– Está en casa, recuperándose de las heridas.
Esa frase, esa única frase de 7 palabras logró hacerlo correr sin importarle que Key continuara llamándolo, porque no se imaginaba en qué estado podía encontrarse su Taeminnie.
Estaba convencido de que habían sido esos delincuentes que todos los días les miraban con odio, procuró siempre acelerar el paso y proteger al menor de esas miradas cada que cruzaban por ese camino, nunca permitió que esos tipos se acercaran a él y a Taemin.
Pero ahora había sido descuidado, y dejó a Taemin expuesto y por su culpa debía de encontrarse repleto de golpes y sufriendo por su culpa. Sentía que le había fallado a Taemin, y si hoy no se había encargado de esos tipos por estar más preocupado por el estado de su chico mañana se aseguraría de hacerlos pagar.
Divisó la puerta del cuarto del adolescente, con un poco de temor tomó el picaporte girándolo rápidamente abriendo esa puerta, haciendo que ésta se estrellara con la pared precipitadamente asustando al que descansaba en su cama con audífonos puestos.
Minho lo miró con culpabilidad, Taemin lo vio contrariado.
– Taemin. – Sólo atino a decir acercándose hasta el chico a grandes y apresurados pasos.
– Minho ¿Cómo entraste? – Le preguntó confuso el otro más callo en súbito al sentir su mallugado cuerpo ser rodeado por los fuertes brazos del mayor.
Lejos de ser una sensación dolorosa o incómoda, Taemin se dejó abrazar con satisfacción, pues siempre se sentía protegido y mejor cuando el mayor le dedicaba esa atención.
– Lo siento mucho todo es mi culpa. – Comenzó a disculparse Choi mirando con preocupación cada moretón y corte visible en el castaño.
– No es gran cosa. – Aseguró el menor quien a pesar de que en un principio había querido reñir al moreno ahora quería tranquilizarlo.
– No debí dejar que te fueras solo ayer, lo lamento. – Continuó disculpándose ignorando las palabras del que permanecía en cama.
– Relájate, no me pasó nada grave. – Quiso convencerlo Taemin, la verdad es que no era un gran asunto y no sabía porque Minho estaba tan preocupado.
– Te prometo que mañana tomaré a esos estúpidos y los haré pagas por esto. – Habló ahora con ira el pelinegro.
– ¿A quiénes? ¿De qué hablas? – Taemin solo podía mirar al alto con confusión, ¿Qué estaba ocurriendo?
– De esos malditos que te hicieron esto. – Contestó con mucha molestia.
– Minho no sé cómo has llegado a esa conclusión pero no me hice esto por culpa de ellos. – Habló ahora el castaño confuso por las palabras del chico.
Logró hacer que Minho dejara de removerse en su lugar buscando más heridas en su cuerpo, pues su respuesta lo había consternado.
– ¿Qué? – Inquirió mirándolo extrañado.
– Que esto no me lo ha hecho nadie más que yo mismo. – Explicó ahora mejor el menor.
– ¿De qué hablas? ¿No fueron esos dos tipos quienes te golpearon ayer?
– No, más bien fue mi culpa. – Dijo ahora más apenado por la verdad. – Ayer cuando volvía a casa quise pasar lo más rápido que podía por allí así que corrí todo el camino, pero cuando llegué a unas escaleras me caí desde arriba. – Continuó con su explicación sintiendo sus mejillas adquirir un calorcillo y se avergonzaba por su descuido. – Fue así como terminé de ésta manera, nadie más que yo tuvo la culpa.
– Entonces eso chicos no… – Quiso asegurarse el mayor.
– No.
Minho analizó la historia del menor, era por eso que Kibum lo había llamado cuando él salió corriendo a casa de Taemin, para contarle el resto de la historia, pero él en su precipitación había sacado una conclusión errónea. Aun así, nada en esa explicación lo convencía de no sentir culpa.
– Hey. – Taemin lo llamó mientras su mano se ponía sobre la suya. – No te sientas mal, ya te dije que fue porque me descuidé, no tienes que sentirte culpable por nada. – Le dijo al adivinar sus pensamientos, la mirada en esos grandes ojos lo delataba todo.
– Pero si yo–
– No es cierto, yo debí esperarte o ir con más cuidado. – Interrumpió el castaño.
– Taemin fue mi error por dejarte ir solo. – Insistió apretando la mano que lo tomaba.
– Ya basta Minho, no soy un niño para que deban cuidar de mí, me molesté y me fui por mi cuenta así que fue culpa mía. – Esta vez lo dijo demandante, no le gustaba que Minho pensara que debía de cuidar de él o algo parecido. – Además, si sigues diciendo que es tu culpa me sentiré peor.
Minho miró el rostro del menor, el parche blanco permanecía en su mejilla, algunos moretones y cortes menores también se hacían presentes, y aún así se preguntaba cómo ese puchero seguía luciendo irresistible, tanto que no pudo reprimir una sonrisa que el menor notó y aceptó gustoso.
– Me gusta más verte sonreír. – Comentó el menor aun algo avergonzado, logrando este mismo impacto en Minho.
– Y a mí me gusta que te quedes a mi lado. – Uso como contraataque el mayor, pues para él es como si Taemin hubiera lanzado un cohete lleno de corazones a su enamorada persona.
– ¿Cómo llegaste a esa conclusión por cierto? – Preguntó sin decirle que podría saltar de felicidad al escucharlo decir esa última frase.
– Un error mío. – Se limitó a responder el moreno.
Fue allí cuando ambos notaron que el agarre en sus manos permanecía uniendo sus dedos, un sonrojo se asomó en ambos y una risilla nerviosa se escapó de los labios del menor.
– Dime, ¿Estabas tan preocupado por mi? – Le preguntó el castaño sin intenciones de soltar la mano del alto.
– Mucho, sabes que siempre tengo que saber cómo estás para vivir tranquilo. – Respondió relajado el moreno. – ¿Porqué no me dijiste lo que te pasó ayer?
– Cuando llegué a casa estaba muy cansado y adolorido así que mi hermano me curó y me dio algo para el dolor muscular. – Comenzó a relatar. – Esa cosa me calmó el dolor pero me dio mucho sueño, iba a contártelo pero sólo logre enviarte ese mensaje antes de dormirme.
– ¿Y hoy en la mañana porqué no me contestaste cuando te llamé? – Siguió preguntando el moreno.
– Debí seguir dormido, cuando desperté recibí una llamada de Key hyung y le conté todo, pero pensé que él te lo iba a explicar.
Claro, lo iba a hacer, pero él no le dio la oportunidad al salir corriendo hacia éste lugar. Tal vez su pequeño Taemin verdad ya no era el niño que cuidaba hace años, y también era lo suficientemente maduro para como para calmarlo a él en vez de que el asunto fuera al revés, pero eso no quitaba el hecho de que él no dejaría nunca de pensar primero en él ni de protegerlo.
– No vuelvas a irte sin mí. – Advirtió con la voz detonando lo mucho que quería que esa frase se cumpliera, aun así no era amenazante, sino más bien lo pedía como una súplica.
A Taemin ésta oración lo sorprendió, siendo que también la manera tan profunda en que Minho se lo había pedido lo impactó al mismo tiempo en que lo conmovió que Minho lo quisiera tanto.
– Te lo prometo. – Le dijo sonriendo acercándose un poco a él.
– ¿En serio?
– ¿Cuándo te he decepcionado? – Rió usando las palabras dichas por el mayor con alegría.
Choi no reprimió la felicidad que sentía, pues el chico aunque se encontraba lastimado no se veía tan mal y no estaba molesto con él, dos cosas que lo ponían de muy buen humor, casi tanto como ver la hermosa y brillante sonrisa en los labios esponjosos del castaño.
Taemin estaba cerca, tanto que podía aspirar al aroma a fresas que desprendía de su persona, tan embriagante que lo obligó a aproximarse más a ese chico que frecuentaba sus pensamientos, Taemin no se alejó, solo se quedó quieto, esperando por el siguiente movimiento del futbolista, sea cual fuera.
Podía ser despistado, algo torpe y hasta infantil, pero cualquiera se daría cuenta de que le gustas a alguien al sentir sus constantes miradas y por la forma en que te trata.
Y él… Él ama a Minho tanto como éste a él.
Desde siempre, desde el primer día que lo conoció, y nunca quiso alejarse de él, ni dejarlo irse con alguna chica, por más egoísta que fuera no quería que Minho dejara de mirarlo.
– Taemin. – Llamó dulcemente posando su frente sobre la del menor.
– ¿Qué? – Respondió admirando la mirada serena del Choi.
– Te quiero.
Sonrió, inevitablemente.
– No, yo te quiero a ti. – Y se atrevió a besarlo, lenta y dulcemente.
No lo creyó posible, porque siempre pensó que se hacía demasiadas ilusiones, porque él quizás le yo también le gusto no prometía mucho.
Pero era cierto, todas sus suposiciones eran acertadas, Taemin también lo quería.
– Gracias por decírmelo finalmente. – Le dijo cariñosamente acariciando aquella mano que sujetaba.
– ¿Lo sabías? – Le preguntó sorprendido alejándose un poco el mayor.
– Si, desde hacía mucho tiempo. – Contesto riendo por la manera tan sorprendida en la que Minho abría los ojos sorprendido.
– ¿Cómo te enteraste? – Cuestionó sin poder creerlo.
– Pues, comencé a tener sospechas cuando al crecer siempre permanecimos juntos, a mí ya me gustabas desde siempre, pero tenía dudas de si yo también te gustaba. – Taemin sonrió de medio lado ante los recuerdos que siempre le traían alegría a su corazón. – Cuando mis padres tenían la intención de cambiarme una vez de escuela y tú fuiste con ellos pidiéndoles que por favor no lo hicieran, me pareció muy lindo y sospechoso.
Ah, claro que Minho recordaba eso, aquella vez en que llegó a casa de Taemin alterado cuando este le envió un avión de papel desde su ventana con lágrimas en sus ojos. Entonces fue a casa del menor en pijama –recordó que eso ocurrió cuando él tenía unos 14 años– y le rogó a sus padres que no cambiaran al niño de escuela, que siempre lo cuidaría y se aseguraría de que sus calificaciones mejoran. Dijo todo tipo de cosas que conmovieron a los Lee para que su hijo permaneciera en esa escuela.
– La vez en que alejaste a Onew hyung de mi cuando me pidió salir con él me hiso pensar muchas cosas, estaba casi seguro de que tu también me querías pero aun me faltaba una última prueba.
Cierto, esa ocasión en donde un chico mayor a ellos y de brillante personalidad llegó a Taemin pidiéndole una cita, en ese momento una parte oscura de él salió a luz y no permitió a Taemin contestar ni a Onew acercarse más al menor, después de todo, aunque no fuera algo que había dicho alguna vez en voz alta todos sabían que Lee Taemin era de Choi Minho. Después de eso Onew se rindió al ver como el menor al parecer también estaba interesado en el deportista, pero consiguió hacerse amigo muy cercano de ambos.
– Pero cuando aquella chica que se te declaró hace varios meses pidió hablar contigo en privado, no lo sé, los seguí en secreto, estaba muy celoso en esos momentos. – Le dio un pequeño golpe indoloro al hombro del mayor causando en éste algunas risas por su linda actitud. – En el momento en que se te declaró pensé que había perdido mi oportunidad, pero cuando la rechazaste y ella te preguntó si ya había alguien más para ti y asentiste, fue allí cuando lo supe, que tú también me correspondías.
Por supuesto, ese momento en que Minho la rechazó amablemente fue escuchado por el menor, pero lo que Taemin no había escuchado es que aquella chica había preguntado por ese chico, le preguntó directamente si se trataba de Taemin quien ocupaba su corazón, y él se quedó callado, y como quien dice el que calla otorga.
Aun recordaba ese momento, cuando la joven le preguntó por qué.
¿Por qué amaba a Lee Taemin?
Porque era la persona que su corazón había elegido para hacerlo feliz.
– Nunca te lo dije porque quería que tú mismo me lo dijeras. – Finalizó aclarando un último punto.
Entre tanto Minho no sabía si reír o llorar por ser tan obvio que hasta Taemin notó lo que sentía por él.
– Pero no te quedes con la boca abierta, ya saber que tú también me gustas. – Bromeó para luego volver a depositar un cálido beso en los labios del deportista.
Y Minho decidió que era mejor sonreír, porque ahora que Taemin le besaba tan dulcemente sabía que desde ahora nunca más volvería a irse sin él, ni él lo dejaría alejarse tan siquiera un poco.
One Word
Pareja: Bangdae
Género: Romance
Drabble
Un amigo, una persona especial, un tesoro, un amante, muchas de esas palabras lo ayudaban a definir a esa persona de perfecta voz. Pero tenía que encontrar una que le terminara por convencer, una palabra que para él fuera lo suficientemente acertada para definir a ese muchacho. Daehyun era tan cálido como un día de primavera, pero ardiente como el mismo sol del verano, aunque también era nostálgico como el caer de las hojas en otoño, y te congelaba con una sola mirada tal como una fría ráfaga del cruel invierno. Jung Daehyun también era un misterio, al mismo tiempo que un libro abierto.
Una persona sin límites, pero también una con muchos obstáculos por superar.
Era amor, tan dulce como el cariño de un tierno infante, pero era también pasión como la del fuego ardiente dentro de sus corazones en sus noches de amor. Era contradictorio, pero eso no era lo que lograba definirlo.
¿Cómo definir a Jung Daehyun en una sola palabra? - Hyung, bésame. Quizás era imposible, pero podía decir esto: Era indispensable, de eso estaba seguro Bang Yongguk mientras tomaba la esbelta figura del menor entre sus brazos y devoraba sus labios con necesidad. Tal vez, la palabra fuera adictivo.
Crash
Capítulo 15. Incógnita
*Pov DaeHyun*
En algún momento me quedé dormido en casa de YoungJae, la razón fue porque su voz había terminado de adormecerme y eso, junto con lo exhausto que me sentía, logró vencerme. Ahora abría mis ojos pesadamente aun con el sueño presente en mí, pero algo me decía también que tenía que despertar de una vez.
- Veo que despertaste – Escuché la voz de Jae apareciendo por las escaleras.
- Si, fue una buena siesta – Levanté mis brazos tratando de estirarme, un agudo dolor en los costados me hizo bajarlos rápidamente y hacer una mueca.
- ¿Te duele mucho? – YoungJae llegó a mí rápidamente con expresión preocupada. – Te llevaré al doctor.
- No es necesario – Le dije yo, no quería ir por ningún motivo a un hospital. – Lo que tengo es hambre.
- ¿Recibes una paliza y lo que más te preocupa es comer? – Me miró incrédulo ganándose mi risa.
- Básicamente – Reí tratando de animar a mi amigo, y realmente estaba hambriento.
- No es necesario, iré a casa y comeré algo – Debo admitir que enserio me apetecía comer algo que el mismo YoungJae podría prepararme, pero tenía que volver a casa de una vez antes de que la madre de Zelo tuviera que irse. – ¿Seguro que tú estás bien?
- Que si, y no tienes preocuparte tanto por mí, debería ser al revés.
- Como tu digas – Apoyé mi espalda entumecida en el sofá. – Oye.
- ¿Qué? – Vi que él sacaba su teléfono y comenzaba a hacer algo con él.
- Cuando me quede dormido ¿No ocurrió nada? – Le pregunté curioso, siento como si algo importante hubiera pasado y no pudiera recordarlo.
- ¿Por qué lo dices? – Noté al cambio en la voz de YoungJae.
- No lo sé, siento que olvido algo.
- ¿No estabas dormido? – Volteé a verlo, él sin embargo parecía más ocupado en su celular aunque más bien pienso que solo no quería verme.
- Si, pero estaba hablando contigo antes de eso algo pasó, pero no puedo recordarlo – Le miré suspicaz, su actitud era demasiado sospechosa. – ¿Qué me ocultas?
- Nada – Creo que vi como sus mejillas adquirían otro color.
- Dime – Le pedí con el tono demandante que en realidad era en juego, en serio pienso que me estaba olvidando de algo muy importante.
- Ya te dije que no es nada – Debido a que Jae seguía en plan de no contestarme comencé a hostigarlo.
- Yo sé que me ocultas algo, ¿Qué es? ¿Dije algo tonto? ¿Hice algo extraño?
- No tu – Lo escuche apenas susurrar.
- ¿Eh?
- Nada – Lo miré rendido, creo que era claro que no me diría nada.
- Está bien, no me digas, pero lo recordaré – Aseguré levantándome del sofá ganándome la inconforme mirada de mi amigo.
- ¿Estás seguro de que puedes llegar a casa?
- Si, además mi tía me comentó que saldría pronto de viaje o algo así y tengo que estar allí para hacerle saber que cuidaré de los chicos – Lo había olvidado por unos momentos, tenía que apresusarme para llegar a tiempo.
- ¿Estarás bien? – A juzgar por rostro noté que no estaba convencido de dejarme ir.
- Lo estaré, ya verás que dentro de poco no sentiré nada de esto – Dije refiriéndome a los golpes y heridas que me cause, solo espero que así sea. – Hasta otra, y lamento todo los problemas que te cause.
- Esa es mi línea.
Me burle del puchero de YoungJae, siendo impulsado como siempre por mis instintos apreté sus mejillas entre mis manos y salí de su vista lo más rápido que pude antes de que éste comenzara a reclamarme.
Apenas puse un pie fuera de esa casa sentí que mi cuerpo me pedía recostarme de nuevo en aquel mullido sofá. Ciertamente los golpes que había recibido no habían sido nada compasivos, pero tuve mucha suerte al no salir peor.
Mientras hacía el camino a casa trate de rememorar lo ocurrido en casa de YoungJae, estoy seguro de que llegué allí casi a rastras, luego me quede en el sillón un rato esperándolo, llego con un botiquín y me curó las heridas.
Luego comenzamos a charlar y fue allí donde comenzó a darme sueño, poco a poca las imágenes y sonidos se iban formando en mi mente como si los volviera a vivir.
Yo en el cómodo sofá, un ardor soportable en mi labio y ceja, cerré los ojos que sentí pesaban más que un yunque y continuamos hablando. Extrañamente su voz me adormeció más. Una agradable sensación se situó en mi cabeza, casi como el toque mágico de una criatura angelical en otro mundo, entre el de los sueños y la realidad.
YoungJae me preguntó algo calmadamente, quiero recordar que porque siento que debo hacerlo. Entonces, cuando mis ojos están cerrados y caigo al mundo de los sueños, solo un segundo antes sintió una dulce textura posicionarse sobre mis labios inmóviles, y de la misma manera como llegó de impasible y discreto desapareció.
- ¿YoungJae me besó? – Paré en seco a unos momentos de llegar a la puerta, quedé estático.
¿Acaso fui besado por Yoo YoungJae?
*Fin POV DaeHyun*
JunHong se removió incómodo buscando una posición más cómoda para dormitar, al ser esto no posible debido a que el sueño comenzaba a desaparecer optó por levantar la parte superior de su cuerpo quedando así sentado a lo largo del sofá. Bostezó, talló sus ojos y estiro sus brazos sobre su cabeza para alejar la rigidez al dormir tanto tiempo en ese lugar.
Como un rayo, y sin que él en ningún momento lo hubiera deseado, aparecieron varias imágenes que le recordaron lo que había sucedido antes de haberse dormido. Busco por instinto al castaño, aún no sabía con certeza que era lo que pensaba en concreto, si lo perdonaba o de lo contrario no quería verlo. Todo un remolino de inseguridades se formó dentro de su cabeza. Miro por todos lados, no había rastro de JongUp, de cierta manera sintió un poco de soledad pues después de tremenda discusión lo mínimo que quería era ver a su amigo junto a él, pero no lo podía culpar después de todo, si Up estaba molesto con él por ocultarle tal verdad durante tanto tiempo no le reclamaría nada. Escuchó a una persona bajar por las escaleras, a diferencia de ser unos zapatos normales podía adivinar que se trataban de unas zapatillas, su madre, quien al ver a su hijo finalmente despierto corrió hacia el comprobando que estuviera en perfecto estado.
- Finalmente despiertas bebé, ¿Cómo te sientes? – Le pregunto está mientras seguía examinando el rostro cansado de su pequeño.
- Sólo algo cansado, siento mucho lo que hice esta mañana, no era mi intención gritarte – El sentimiento de culpabilidad hizo presencia en él al recordar su última conversación con ella.
- No importa eso bebé, me alegra que hayas despertado – Lo estrechó contra ella transmitiéndole la seguridad que el más alto había estado buscando, finalmente el preguntó.
- ¿Dónde está JongUp? – Preguntó separándose lentamente de esa mujer.
- Sólo sé que salió hace rato con un chico – Contesto ella sin poder recordar más.
- ¿Salió? – JunHong no podía estar sólo sorprendido, si no intrigado, su mejor amigo JongUp había salido sin él, y más aún se preguntaba de quien podría tratarse.
- Si, no debe tardar mucho en llegar – Comentó ella pensando que quizás el menor se sentía solo sin su mejor amigo.
- Mamá, él lo sabe – Dijo con tristeza embargada en su mirada, las dulces manos de su madre acariciaron sus cabellos.
- Los escuché, lo lamento mucho no era mi intención dejar el expediente allí.
- No es tu culpa – Zelo dio un largo suspiro, no quería volver a deprimirse tan rápido. – De todos modos se iba a enterar, tenías razón, tardé demasiado en decírselo.
- Bebé no tienes que sentirte tan mal – SoYoung podía notar fácilmente la tristeza reflejada en las orbes de su hijo.
- Pero fue mi culpa, debiste verlo, estaba completamente decepcionado de mi – Era como si aún pudiera sentir esa mirada sobre él, pesada y completamente herida, no podía soportarla.
- Relájate, es JongUp, estoy segura que está mucho más preocupado por tu salud antes que nada, no te atormentes más, sé que será capaz de perdonarte.
- Eso espero.
- JunHong, hay algo que tengo que hablar contigo.
- ¿Qué es?
- Verás, ayer recibí una llamada de tu padre. El médico nos llamó diciendo que necesita unos estudios más antes de decidir si en el peor de los casos necesitas ser operado.
- ¿Voy a ser operado?
- Aun no lo sabemos hijo – SoYoung trató de sonar lo más calmada posible, de lo contrario podría asustar aun más de lo que ya estaba al adolescente. – Por eso es necesario que te hagamos un estudio más e ir a ver al médico en persona.
- ¿Tenemos que regresar?
- Es allí donde quiero que tú decidas, el médico necesita hablar con tu padre y conmigo debido a que necesitamos firmar unos papeles y explicarnos muchas cosas sobre tu condición, pero si tú quieres puedes permanecer aquí con JongUp y DaeHyun, solo que en caso de que necesitas la intervención quirúrgica tendrás que regresar lo más rápido posible.
- ¿Tú te irás?
- Me temo que si, tenemos que estar ambos, tu padre y yo, por eso te lo pregunto ¿Quieres ir o quedarte aquí?
¿Qué si quería ir? Para nada, solo estaría hecho un manojo de nervios, pero no sabría que hacer sin su madre, por un lado era como si perdiera la seguridad que sentía cuando ella lo abrazaba y le decía que todo estaría bien. Pero no, no quería ir por ningún motivo, lo admitía, estaba demasiado asustado. Además, si regresaban ahora no solo arruinarían las vacaciones que había planeado junto a JongUp, lo tendría también preocupado por sobre todo, no quería eso.
Y por último, quería disfrutar de todo la diversión que aún les queda por experimentar, junto a DaeHyun y sus amigos, junto a YongGuk. Por alguna razón desconocida y profunda no quería considerar si quiera la idea de no volver a ver a esa persona.
- Me quedaré – Sus palabras, antes de poder reconsiderarlas, salieron solas de sus labios.
- De acuerdo – Se reconfortó al ver que su progenitora no lucía enojada con él. – Mañana en la mañana iremos a hacerte unos estudios, en la tarde tendré que partir.
- Si.
- JunHong, solo Jongup lo sabe ¿Qué piensas decirle a DaeHyun?
- Lo haré, no te preocupes – A pesar de que seguí estando inseguro de hablar con los demás de eso se sentía algo más confiado en poder decírselo a su primo.
- De acuerdo, ahora solo ve a descansar, te ves aun preocupado.
- No te preocupes, esperare a JongUp – Aclaro procurando poner la mejor sonrisa que podía en esos momentos.
Moon JongUp podía sentir el aliento del mayor casi sobre sus labios, esperando por ser presionados contra los del mismo ante la ansiedad de tenerlo tan cerca. Ambos, tanto el castaño como el pelinegro, dejaron de pensar y articular, JongUp cerró sus ojos ante la atenta mirada de HimChan quien no quería perder detalle alguno del menor. Sus labios se acercaron hasta llegar a un roce mínimo y casi imperceptible.
Entonces sonó, estridente y ruidoso, el celular de JongUp clamando una llamada.
Ambos se separaron notoriamente exaltados, con las bocas abiertas y si lograr encontrar palabras que decir. La magia del momento se había roto y ahora solo quedaban dos muchachos completamente avergonzados por lo que estuvieron a punto de hacer.
JongUp, quien era quizás el más nervioso, buscó escapar de eso contestando el teléfono sin siquiera preguntarse de quien se trataba, lo único que quería era huir ahora.
- ¿Hola?
- JongUp, soy DaeHyun.
- Ah DaeHyun – Se sorprendió al encontrar esa voz por el auricular, supuso que se trataba del teléfono de JunHong pues este no conocía su número. – ¿Qué ocurre?
- Nos preguntábamos dónde estabas, ya es de noche así que es peligroso que estés afuera a estas horas.
- No soy un niño – Reprochó al mayor con quien sentí algo de confianza.
- Casi – Respondió desde otro lado DaeHyun – ¿Dónde estás?
- Am, realmente no lo sé – Contestó mirando hacia sus lados, al mirar por la derecha encontró la atenta mirada de HimChan sobre él, ambos apartaron sus ojos de inmediato notablemente sonrojados.
- ¿No lo sabes? – Cuestionó ahora más preocupado el mayor. – ¿Me estás diciendo que estás a sólo y fuera de casa sin saber dónde te encuentras?
- Lo siento, pero estoy con HimChan hyun – Le contestó tratando de así evitar que se preocuparan más por él, cuando pronunció el nombre del pelinegro su voz tembló un poco, pero esperaba que ninguno de los dos hyuns lo notara.
- ¿Con HimChan? – Inquirió mucho más confuso DaeHyun. – ¿El mismo que conociste ayer?
- Si – Claro, no era que lo conociera de ayer precisamente.
- ¿Por qué estás con él?
- Es otra historia – Dijo para ahorrarse la vergüenza que le daba decirle que eso no era una cita, que solo había salido a pasear un rato con HimChan para distraerse de ciertas cosas. – Ahora vuelvo a casa.
- De acuerdo, trata de no demorar mucho, Zelo parece estar esperándote – Le dijo de último logrando traer la atención de JongUp.
- ¿Está despierto? – Cuestionó.
- Si ¿Por qué? ¿Ha pasado algo?
- No, nada – Decidió permanecer callado, no podía contarle a DaeHyun algo que el mismo JunHong debía hacer. – Como sea, voy para allá.
- Está bien, te veo acá.
HimChan, quien había permanecido en silencio todo ese tiempo contemplaba al menor, primero sorprendido, luego nervioso y finalmente incrédulo. Porque al escuchar su conversación –o lo que podía de ella– podía llegar a la conclusión de que tendría que irse en esos momento, y esa idea, por alguna razón lo entristecía, pero también le daba consuelo pues no sabría como mirar al pequeño después de lo que estuvieron a punto de hacer.
- HimChan hyun – Fue llamado por el menor una vez que éste termino con su llamada.
- ¿Volverás a casa cierto? – Se adelantó a lo que iba a informarle el chico.
- Si – Éste desvió su rostro notablemente incómodo, comprendía perfectamente el por qué. – Yo…
- Fue mi culpa – Dijo el mayor sorprendiendo a Up quien lo vio confuso. – Lo siento, sé que no dejo de hacer cosas raras, pero no te preocupes, no significó nada.
- Claro – Le siguió la corriente, solo que algo en su interior parecía punzarle. – Sé que no podía significar algo.
- ¿Nos vamos? – Le preguntó Himchan ahora con un semblante más serio.
- Claro hyun.
JongUp siguió durante el trayecto de camino al auto del mayor en silencio, de la nada la comodidad entre ellos se volvió polvo. Las palabras del Kim le habían dolido, pero no sabía por qué, y HimChan, él solo había dicho eso para no intimidar a JongUp una vez más, aunque su interior comprendía que en efecto algo debió significar ese casi beso.
Mientras un HimChan conducía a la residencia de los Jung JongUp permaneció quieto, mirando por la ventana, preguntándose por que no podía sacarse de la mente las palabras de HimChan y porque le dolía recordarlas.
Antes del yo estás tu
Capítulo 3.
Junhong miraba el suelo mientras caminaba corriendo el riesgo de tropezarse con algún huésped del hotel, pero sabía que en caso de levantar la mirada podría encontrar una imagen que no podría aguantar más, al mayor mirándolo. Y en esa situación, en donde estuvo a punto de besarlo no podía ni verlo al rostro sin querer salir corriendo ¿Qué haría ahora que compartirían habitación? - Cuidado – Escuchó la advertencia del líder demasiado tarde. Una mujer que parecía trabajar allí chocó contra él, por suerte no había dejado caer ninguna de las cosas que traía en mano. Junhong comenzó a disculparse, a causa de la vergüenza solo conseguía trabarse en sus palabras y la mujer lo miraba entre divertida y curiosa por ello.
- Discúlpelo por eso, es un niño algo distraído – Fue Yongguk quien dio un paso cerca de ellos.
- No se preocupe – Dijo aquella mujer que, si bien no lo ocultaba, usaba un tono coqueto hacia el mayor. Y ella se retiró, no sin antes darle una última mirada despectiva a los dos ídolos, caso comiéndose con sus ojos castaños delineados al mayor de los raperos. Zelo, quien no perdió detalle alguno de las acciones de ambos frunció el ceño inconforme, ¿Qué tenía esa mujer que mirarle a su hyun? ¿Con qué derecho de atrevía a hacerlo? Antes de que se diera cuenta de lo que pensaba sintió la mano del más bajo -por cuestión de sólo centímetros- tomar la suya, este no le había prestado ni la más mínima atención en esa mujer, tenía ojos para una sola persona. Comenzó a jalar de la muñeca del menor para que éste continuara caminando. - Creo que si no hago esto serás capaz de chocar con una pared – Le dijo retomando su camino con media sonrisa del lado.
- No lo haría – Replicó el chico, no le gustaba que lo tratarán como a un niño.
- Júramelo – Soltó un risa ahogada, Zelo siempre lo hacía reír. Junhong lo miro, ahora más seguro, quizás sólo porque no veías más que su espalda, pero trato de tranquilizarse, no es como si nunca hubiera tomado de la mano a Yongguk, hubieron muchas ocasiones cuando fueron traines donde lo hicieron. Eso fue hace mucho, a decir verdad hacía tiempo que no hacía algún contacto con Yongguk debido a lo inseguro que se sentía, y ahora que volvía a sentir sus delgados dedos rodeando su palma podía comprender lo nostálgico que era. De alguna manera extrañaba la época en donde podía permitirse tomarlo de la mano o jugar con él solo por diversión. - Si tan sólo no hubiera tenido esa tonta idea de besarlo – Esa frase parecía torturarlo cada día desde ese incidente, simplemente nada había siendo normal desde entonces. - Wow - Se manifestó la voz de Bang con un deje de sorpresa. No notó el momento en que se habían detenido, ni cuando la puerta fue abierta, pero el momento en el que observó la habitación curioso por la reacción del mayor no pudo si no desear que la tierra lo tragara y no lo dejara volver nunca. Allí, siendo casi lo primero que se podía apreciar de ese cuarto se encontraba una gran cama en donde sabía ambos, el líder y maknae, deberían dormir juntos. Definitivamente algo debió haber hecho para merecer tal castigo, aunque no sabía que fue exactamente. - Esto es…
- Si, y al parecer no somos los únicos – Habló Guk mirando la pantalla de su teléfono – Himchan me acaba de enviar un mensaje preguntándome si también nuestra habitación era así, supongo que Daehyun y Youngjae deben estar igual, seguramente fue un error al hacer las reservaciones.
Mientras Zelo admiraba como el mayor tomaba sus maletas calmadamente y las dejaba dentro de la habitación, se tomaba su tiempo para asimilar las cosas: Compartiría habitación con Yongguk y dormiría en la misma cama que Yongguk ¿Qué demonios sucedía con su vida?
- Bien, supongo que ahora no hay nada más que hacer – Lo vió a él, a poco de distancia y lucía tranquilo.
¿Qué sucedía con él? ¿Acaso no se daba cuenta de que eso no estaba bien? ¿Qué se besaron más de una vez y que por esa misma razón no podían compartir habitación? ¿De lo asustado que estaba por sentir tantas cosas que eran desconocidas para él?
- Zelo – Fue llamado una vez más, el menor permanecía exactamente en el mismo lugar donde había parado al adentrarse a la habitación, Bang al notarlo perdido en sus pensamientos quizo llamar su atención. – ¿Te pasa algo?
- Es obvio que me pasa algo, pero no sé qué es y eso me da miedo.
- ¿Junhong?
- Nada hyun – Mintió y no importaba si Yongguk le creía o no. – Iré a ver a Jongup un rato – Informó para que éste entendiera que ahora que salía precipitadamente de la habitación no significaba nada malo.
Creyó escuchar al mayor decirle algo mas no obstante el sólo cerró la puerta y se apoyó unos momentos en ella procediendo a hacer un esfuerzo para calmarse y hacer una llamada.
- ¿Qué sucede Zelo? – Contestó el otro chico por la línea.
- Necesito verte ahora Jongup hyun – Habló mientras tomaba el camino que recordaba conducía hacia el elevador, necesitaba razonar las cosas cuanto antes.
- ¿Y ahora qué pasó? – Preguntó vacilante el otro. – Mejor me lo dices en persona, solo ve hacia la recepción y allí te encuentro, le diré a Himchan hyun que tengo que verte ahora.
- De acuerdo – Cortó y oprimió el botón que lo llevaba a la planta baja suspirando cansadamente.
Debido a que fue la única persona en tomar el elevador –Jongup debía estar convenciendo a Himchan de que no iba a escapar del hotel– no tardó mucho en llegar al último piso, allí se dirigió a recepción y decidió que prefería sentarse en uno de los muebles que estaban en el fondo, esto para que no fuera visto por las fans y para tener algo más de privacidad.
Jongup apareció solo momentos después, no le fue nada difícil localizar la cabellera azul entre los muebles café oscuro, lo miró con pena, en el trayecto asumió que lo que debió alarmar de esa manera el maknae debió ser el asunto de compartir habitación y aparte cama con el líder, su amigo debía estar pasándola mal.
- Hey – Llamó su atención mostrando sus pacífica sonrisa para no preocuparlo más.
- Estoy loco – Soltó de la nada el alto.
- ¿Eh?
- Que estoy loco – Repitió que entendiera. – Creo que en verdad algo me pasa.
- ¿Por qué lo dices?
- Hoy en la mañana, cuando tú no estabas en el cuarto, estuve a punto de besar a Yongguk hyun – Relató en un susurró pues tenía miedo de ser escuchado por alguien más que no fuera el más bajo.
- ¿Enserio? – Jongup abrió los ojos desconcertado, si bien sabía de los sentimientos ocultos de Zelo no se esperaba que fuera capaz de algo así.
- Si, solo me detuve por que Himchan hyun lo llamó, si no fuera por el yo… – Trató de hacerse una imagen mental de él cometiendo ese acto que para sus ojos era prohibido, no, no podía ni imaginarlo sin ponerse rojo hasta las orejas.
- No me lo creo – Comentó aun asombrado el castaño. – ¿Entonces por eso querías cambiar de habitación?
- En parte, ¿Qué voy a hacer? Estoy seguro de que Yongguk hyun no me verá de la misma forma ahora – Se quejó claramente disgustado.
- No creo que lo haga, después de todo él te beso antes ¿No?
- No me lo recuerdes – Escondió la cara entre sus manos lo que provocó una risa en Jongup.
- Zelo ¿Has pensado en que significa todo esto? – Cuestionó ahora más comprensivo, quizás era la oportunidad para que el maknae entendiera que era lo que ocurría con él.
- ¿Qué cosa? – Respondió confundido el menor.
- Te avergüenzas estando con Yongguk hyun pero a la vez te gusta su compañía, no solo te ha besado él si no que tu también querías hacerlo.
- Yo no quería–
- No me interrumpas, estás muriendo por que compartirás cama con él y has estado sentido muchas cosas que nunca antes habías sentido – Hablaba pausadamente entra frase y frase tratando así de que su amigo asimilara las pistas.
- ¿A qué te refieres?
- Escucha Zelo, sé que debe ser difícil para ti asimilar todo esto, pero te juro que si piensas las cosas con calma y mantienes tu mente abierta comprenderás que lo que te pasa es algo muy común, solo que como nunca antes lo habías experimentado estás inseguro de eso.
- ¿No me dirás de que se trata verdad? – Le cuestionó con una media sonrisa resignada.
- No, ya te dije que tú mismo debes descubrirlo – Respondió el otro volviendo a su estado de felicidad como es habitual. – ¿Quieres hacer algo de mientras o prefieres volver a la habitación con Yongguk hyun?
- Después de salir de la nada cuando vuelva me pedirá alguna explicación, mejor solo hagamos algo tú y yo para que pueda tranquilizarme – Le pidió ya mucho más calmado el rapero.
- De acuerdo – Jongup le dedico una de esas sonrisas que siempre le subían el ánimo.
Yongguk continuó mirando la puerta por donde su pequeño había salido apresuradamente en solo cuestión de minutos.
De acuerdo, sabía que Junhong estaba intimidado por su actitud, pero tampoco sabía que a ese punto, no había hecho nada para alterarlo de esa forma –al menos no los últimos momentos–, quizás se estaba arriesgando mucho con su plan.
Llamó a Himchan para comprobar que en efectivo Zelo había ido a ver a Jongup, no es que desconfiara de él, si no que siempre tenía que asegurarse de todo para prevenir cualquier imprevisto. Al tercer timbre fue que el pelinegro finalmente contesto pues al mayor le molestaba que no atendiera el teléfono a la primera.
- ¿Qué sucede Bang? – Fue lo primero que dijo el visual al oprimir el botón verde.
- ¿Jongup está contigo? – Respondió el en cambio con otra pregunta.
- No, acaba de salir diciéndome que iba a ver a Junhong – Aclaró sus dudas el comandante. – ¿Por?
- Nada, solo curiosidad – Estuvo a punto de despedirse de Himchan de no ser porque éste comenzó a hablarle primero.
- Si claro, como si fuera a creerme eso – Comentó el otro con ironía marcada en su voz. – Bang, sé que algo tramas, así que será mejor que me digas de una vez de qué se trata.
- ¿Yo? No sé de qué me hablas – Intentó persuadir a Kim aparentemente desinteresado en el tema.
- Deja las evasiones conmigo, te conozco demasiado bien, sé que el manager no te dejaría como compañero del maknae ni a mí con Jonguppie, dime de una vez lo que tramas.
Yongguk sonrió del lado, era de esperar que esto sucediera. Sabía que en algún momento Himchan lo atraparía, pero pensó que si hacía que éste compartiera habitación con el bailarín podría distraerlo un poco para seguir con su plan, pero al parecer a él, la madre del grupo, no se le escapaba nada.
- ¿Enserio quieres que te lo diga? – Le cuestionó el mayor con burla.
- Si y basta con los juegos – Himchan comenzó a hartarse de esa actitud infantil de supuesto líder del grupo.
- Bien, te lo diré, pero debes mantenerlo en secreto.
- Lo haré.
- Bien… – Lo pensó por segundos, la manera correcta en decirle la verdad a Himchan sin que éste enloqueciera. – Estoy enamorado de Zelo.
Silencio por uno, dos, tres.
- ¿¡Qué tú qué!? – Le gritó tan fuete que Bang tuvo que alejar el aparato de su oído antes de quedar sordo.
- Lo que escuchaste, sabía que ibas a gritar pero no pensé que tan fuerte – Se quejó sin exaltarse en lo absoluto Yongguk.
- ¿Bang Yongguk como pudiste hacer eso? – Himchan, sin embargo, estaba apunto de tomar cualquier cosa que le sirviera de bate en su habitación para ir donde ese líder y golpearle la cabeza.
- ¿Por qué estás tan molesto? – En realidad sabía el porqué, solo quería vacilar al comandante.
- ¿Por qué? Sabes que él aun es casi un niño y nunca se ha enamorado de alguien, es demasiado inocente para tu mente pervertida y sucia – Comenzó a protestar extremadamente alterado la diva de B.A.P.
- No soy un pervertido.
- Claro que sí, el mismo personaje de shishimato te delata.
Yongguk tuvo que alejar una vez más el teléfono de sí, esta vez debido a que estaba a punto de estallar en carcajadas.
- Relájate reina del drama, sabes mejor que nadie que nunca sería capaz de hacerle daño a Junhong – Le dijo ahora más serio.
- Lo sé pero… ¿Desde cuándo te sientes así? – Le cuestionó Himchan tratando de calmar sus instintos maternos que le obligaban a querer proteger al menor de ellos.
- Desde que éramos una subunidad – Eso sería prácticamente un desde siempre.
- Oh dios cómo es que nunca antes lo vi.
- No lo sé, me esforcé por ocultarlo y no intentar nada con él, si la empresa se entera será el fin para ambos – Yongguk esta vez dejó las bromas del lado, ese tema era muy serio para todos.
- Y por eso nunca me lo dijes antes ¿No?
- Exacto.
- Yongguk, no que es que sea un mal amigo o que quiera proteger a Zelo por siempre pero, date cuenta de que si alguien que no sea yo o del grupo se entera sería muy difícil para todos – Razonó el joven desde otra perspectiva.
- No creas que no lo he pensado, pero Himchan, lo he ocultado por más de un año, no puedo seguir simplemente escondiendo mis sentimientos por él – De acuerdo, Yongguk podía ser algo rudo, pero cuando se trataba del menor podía cambiar por completo. – Además, estoy seguro de que él también siente algo por mí en el fondo, sólo que aun no lo sabe.
- ¿Y qué es lo que piensas hacer al respecto?
- Haré que se dé cuenta de que me ama – Escuchó perfectamente como el Kim suspiraba, quizás de cansancio o frustración.
- Sabes que solo quiero todos los miembros del grupo estén bien, pero esto es demasiado, aunque si tú estás tan seguro de que estás en lo correcto, sé que no podré detenerte si ya estás dispuesto a cumplir ese objetivo – Terminó de decirle tratando de sonar lo más comprensivo que podía.
- ¿Eso quiere decir que no se lo dirás a nadie? – Yongguk se sorprendió no solo por lo relajado que sonaba su amigo, si no por la manera tan rápida en que asimiló todo.
- Nunca lo hubiera hecho, pero escúchame bien, si llegas a hacerle derramar una sola lágrima haré que no solo la compañía te destruya, si no yo también.
- No sé si tomarme esa advertencia a la ligera o no – Después de todo nadie se mete con los dongsaengs de Himchan sin que éste les de su merecido, no importaba si se trataba incluso del líder, no dudaría en destrozarlo.
- Hazlo, y por favor no quiero verte haciendo cosas indebidas con él o incomodándolo.
- Lo haré – Rió por dentro, si tan solo supiera las cosas de las que se estaba perdiendo. – Gracias por comprenderlo.
- De nada, te veo mañana.
- Adiós.
Se hecho de espaladas a la cama, bueno, al menos una de las mayores amenazas –Himchan– había sido lo suficientemente comprensivo para entender cómo se sentía, si tan solo fuera así de sencillo –o no tanto– hacer comprender a los demás de que sus intenciones con el maknae del grupo eran sinceras y para nada malignas podría vivir con menos preocupaciones.
Cambió su muda de ropa a una más cómoda, comenzaba a hacerse tarde así que Zelo y Jongup tendrían que regresar a sus respectivas habitaciones tarde o temprano. A juzgar por lo nervioso que Junhong estuvo ese día se dijo a sí mismo que tendría que ser menos atrevido o lo que fuera para que el menor no se asustara de él –lo cual solo lo perjudicaría–.
Entonces se quedó allí en la habitación, esperando por el chico de tierno rostro que tantos problemas le causaba y que aun así logró enamorarlo perdidamente.
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Shortly after Bap's mv was released
Mom:....
Me: -bops head-
Mom: .....weren't you doing this last night
Me: Last night was infinite tonight its BAP
Mom: .....are you going to be doing this every night
Me: Not really
Mom: ....Ok just turn off the lights before you sleep
How to make B.A.P Song:
"Chyeah!"
Daehyun High Notes
Random english
Crash
Capítulo 14. Nostalgia
HimChan se miraba en el retrovisor quizás por octava vez, lucía bien, como siempre lo hacía, sin embargo no podía evitar hacerlo.
Tenía una cita ¿Con JongUp? Más bien ¿Era aquello una cita? Pero había otra cosa que lo tenía más atento, el no actuar extraño. Se comprometió a cumplir tres cosas:
No lucir nervioso.
No hacer nada tonto.
No sobrepasarse.
Llegó a casa de DaeHyun, era extraño no ir por él si no por otra persona. Tal y como si su cuerpo fuera controlado por otra persona sin darse cuenta había llegado a la puerta y tocado el timbre, ¿Porqué estaba tan nervioso? No era un crío de secundaria que iba a tener su primera cita con la chica que le gustaba. Los pasos se escuchaban por dentro, JongUp salió de la puerta con una tímida sonrisa en el rostro.
- ¿Estás listo? –Le preguntó el mayor una vez que el chico salió por completo.
- Si – Moon miró una vez más la sala, en ella dormía Zelo profundamente sin dar señales de despertar pronto. – Vamos – Y cerró la puerta dispuesto a, por al menos ahora, aclarar su mente.
- ¿A dónde quieres ir? – HimChan y él llegaron al auto, JongUp tomó el asiento del copiloto.
- Ya que no conozco el lugar ¿Porqué mejor no vamos a donde usted quiera? – El menor se sorprendió así mismo al poder hablar tan sueltamente.
- Entonces será una sorpresa – HimChan sonrió emocionado, tenía una idea de adonde podían ir.
JongUp se limitó a permanecer en silencio el resto del trayecto, se sentía algo culpable por irse sin decirle nada a Zelo y más en su estado, pero de no ser así el resto del día sería una tortura mental para él, se quedaría pensando en Zelo y su enfermedad tan delicada, entonces, al no dejar eso del lado terminaría mucho más afectado de lo que ya estaba, así que para poder continuar con la amistad que había tenido con JunHong desde siempre lo mejor era ignorar ese problema y seguir como si nada hubiera pasado.
HimChan conducía hacia lo que se podía llamar el centro de GonEun, ese lugar con pequeños establecimientos interesantes en donde una podía disfrutar caminado por allí. Estacionó el auto en cuanto llegaron, miró el lugar con una agradable sonrisa, hacía tiempo que no pasaba por esos lugares.
- ¿Qué te parece? – Le preguntó interesado a su acompañante.
- Esta parte me recuerda a Seúl – Con muchas personas y puestos, algo así como el abultado ambiente de su ciudad, sonrió algo más animado.
- Es una parte muy extraña de éste lugar – Dijo el mayor comenzando a caminar seguido por el castaño. – Como si fuera sacado de una ciudad.
- Eso mismo pensaba – JongUp miró cada puesto que pasaban con la esperanza de olvidarse de Zelo.
- ¿Sucede algo? – HimChan notó que el menor lucía decaído, tan encimado estaba con su propia emoción que hasta ahora lo tomaba en cuenta.
- Para nada –Respondió rápidamente el menor al verse descubierto.
- Si no te agrada podemos ir a otro lugar.
- No es por esto – Se apresuró a corregir al mayor, se reprendió al hacer que esa persona tan amable se estuviera tomando esas molestias por él. – Es solo que recibí una mala noticia hoy que me dejó algo triste, pero no tiene que preocuparse por mí.
- ¿Quieres volver a casa? – Volvió a interrogar el pelinegro.
- No – De hecho era lo que menos quería hacer en esos momentos. – Prefiero dejar de pensar en eso y divertirme un rato – JongUp se esforzó en mostrar la mejor sonrisa que en esos momentos podía otorgarle al mayor, para su alivio al parecer fue suficiente.
- De acuerdo, pero si quieres volver sólo dímelo y te llevaré a casa de DaeHyun tan pronto como pueda.
- No será necesario – Moon pensó que podría reír por la innecesaria preocupación de HimChan, era un muy buen hyun a su parecer.
HimChan se convenció de dejar de insistir tanto, que eso podría de lo contrario fastidiar a su acompañante. Si JongUp le había dicho que quería distraerse entonces haría que dejara de pensar en cualquier problema a como dé lugar.
Así que comenzaron a caminar por todo el lugar, le habló de distintas cosas, cualquier tema y de vez en cuando hacía una broma o contaba una anécdota ridícula con tal de sacarle una sonrisa al pequeño, no podía sentirse más orgulloso de sí mismo cada vez que tenía éxito.
Por momentos sentía que las personas a su alrededor se desvanecían, como si sus ojos se enfocaran solamente en ese chico y en su sonrisa que deseaba nunca desapareciera. Pero ¿Era un sentimiento normal? ¿Siempre quiso cuidar tanto de una persona? Quién sabe, lo pensaría luego, ahora solo quería disfrutar de su tiempo con el menor.
Entre tanto, JongUp no podía creer que en tan poco tiempo se encontrara riendo despreocupadamente. Normalmente al recibir una noticia de ese tipo cualquier otra persona estaría devastada, pero allí estaba él, sonriendo como antes lo hacía. Y le agradecía internamente a HimChan mil veces por ello, por hacerlo tan feliz con su simple presencia.
- ¿Quieres uno? – Se ofreció al notar la mirada furtiva con la que el pequeño miraba los algodones de azúcar que un hombre preparaba.
- Creo que si – Se sintió avergonzado por ser tan obvio.
Ambos permanecieron callados por tan solo momentos mirando al hombre preparar sus nubes de azúcar, detrás de ellos pasaron un grupo de personas escandalosas que con sus movimientos descontrolados empujaron a JongUp haciendo que perdiera el equilibrio, antes de que éste callera los brazos de HimChan lograron detenerlo y apoyarlo junto a él.
- Yah ¿Qué les sucede? – Reclamó molesto mirando a esas personas alejarse de ellos sin hacerles caso.
- Emm… – JongUp permaneció quieto contra el mayor sin saber cuándo moverse.
HimChan miró a quien tenía entre brazos, lo soltó tan rápidamente como su mente le permitió y sus blancas mejillas pronto adquirieron un tono rojizo.
- Lo siento – Claro, primero lo besaba y ahora esto, era como si no dejara de cometer un error tras otro.
- No importa, gracias por lo de antes – A JongUp esta vez la situación le causo gracia debido a los nervios del mayor.
- Parece que no dejo de tomarme muchas libertades – Se atrevió a hacer un comentario irónico.
- Supongo que eso nos hace más cercanos – Más tarde debía felicitarse por lograr hablar tan abiertamente con alguien.
HimChan emitió una risa ahogada, al parecer JongUp ahora tomaba cómicamente todos sus pasados acercamientos.
Al ser llamados por el hombre frente a ellos recordaron la razón por la que estaban esperando, ante la curiosa mirada del señor sobre ellos siguieron su camino tranquilamente, ésta vez el mayor los condujo a un lugar tranquilo para que pudieran sentarse y disfrutar de su dulce.
- Ya que estamos sentados sin nada, cuéntame algo de ti – En realidad había estado buscando el momento para averiguar más sobre él sin parecer nada extraño.
- No hay mucho que contar, soy gran admirador de Chris Brown, hago ejercicio, me gusta bailar.
- Eso lo noté ayer – Soltó con una risa que contagió al más joven.
- Eso es todo, no soy tan interesante – JongUp dio el primer bocado a su algodón perdiéndose en el sabor extremadamente dulce que tenía.
- Vamos, deben haber más cosas que esas.
- ¿Cómo qué?
- ¿Desde cuándo conocer a JunHong? – Pregunta algo tonta, pero aun así sentía curiosidad.
- Desde siempre, prácticamente no criamos juntos, no recuerdo una sola vez en la que no estuviéramos juntos – Miró al suelo dándose fuerzas internamente.
- Pero ahora estás aquí conmigo – En realidad no había nada implicado en esa oración, fue un simple comentario que se le ocurrió hacer.
- La primera excepción entonces – Y sería un buen recuerdo.
- ¿Y qué me dices de alguna novia? – Esperaba que el menor no lo considerara una persona molesta por tantas preguntas que hacía.
- Tampoco, además, si me llegara a enamorar de una persona haría todo lo posible para olvidarla – Miró a HimChan sin sorprenderse de la expresión incrédula de éste.
- ¿Por qué? – Esa respuesta lo había dejado anonadado, sobre todo porque JongUp no parecía del tipo de persona que odiaban las relaciones.
- Pienso que cuando estás enamorado sólo ves lo que tú quieres y te olvidas de la realidad – JongUp mordió su labio inferior inseguro, muchas cosas se le venían a la mente. – Además, si te haces ilusiones con esa persona puede que cuando le digas sobre cómo te sientes no te acepte, eso sería doloroso.
- ¿Y a qué se debe ese concepto? – Buscó la mirada del menor, éste no había dejado de mirar el suelo en ningún momento.
JongUp sentía su cuerpo tensarse, el solo hecho de recordar a la persona que le había roto el corazón lo ponían en mal estado. Se sintió observado por HimChan, quería por un lado contarle la razón, pero por el otra parte hacía mucho tiempo que no hablaba de eso y la única persona con la que se atrevía a hacerlo estaba durmiendo en un sofá muy lejos de ellos. ¿Sería lo correcto contárselo a la persona que en un principio volvió a traer esos recuerdos a luz?
Alzó el rostro, HimChan no lo presionaba a hablar, más bien le transmitía la seguridad para hablar. Respiró hondamente preparándose para lo que sería una tormenta de sentimientos que aparecerían sin dudar.
- Había un chico un curso mayor al mío – Comenzó su historia sin estar del todo preparado. – Él era una persona muy interesante, llamaba mucho la atención y sabía hacerse amigo de todos.
- Ajá – Dijo solamente el mayor absteniéndose de decir algo al escuchar la palabra chico.
- En cierta manera era parecido a usted – Ciertamente el parecido en cuanto a personalidad era innegable.
- ¿A mí? – HimChan no sabía que debía pensar ante esa confesión.
- Si, parece brillar donde quiera que éste, cuida de los demás, los hace reír – Sonrió amargamente ente sus palabras comenzando a cuestionarse a quién de los dos estaba describiendo en verdad. – Un día tropecé con él en el pasillo cuando buscaba a Zelo, como soy una persona muy tímida solo comencé a disculparme sin poder mirarlo, pensé que haría lo que todos los demás hacían conmigo, alejarse.
Callado y desde su posición el mayor no perdía detalle de la historia ni de las expresiones del chico que jugaba con sus dedos mientras le contaba su relato.
- Pero él se disculpó conmigo y me ayudo a levantarme y recoger mis cosas, fue la primera vez que alguien me trataba así – Claro, a excepción de su mejor amigo; era como si pudiera recordarlo todo a la perfección a pesar del tiempo que había transcurrido. – Pasaron los días y aunque nunca hablé con él directamente cada vez que nos cruzábamos me saludaba, los demás me miraban cuando yo le devolvía el saludo, un día Zelo me preguntó si éramos amigos, le dije que no, no paró de decirme que hablara con él y siempre me negaba, pero comencé a verlo a lo lejos – En vez de contárselo al mayor pareciera que JongUp se lo estuviera contando así mismo.
- Te empezó a gustar – Fue el comentario que salió de los labios de HimChan sin pesar.
- Si – La nostalgia se reflejaba perfectamente en su expresión. – Sólo porque me habló una vez, creo que fue algo así como amor a primera vista, como sea, me enteré de muchas cosas de él, y cuando me di cuenta de lo que hacía para observarlo era demasiado tarde, estaba enamorado, no sabía qué hacer ya que era la primera vez para mi, sólo me quedé con ese sentimiento que al paso del tiempo siguió creciendo, no dejaba de pensar en él y preguntarme qué pensaba de mi. Un día comprendí que no podía soportar más tiempo guardándomelo.
Paró, mordió su lengua y pensó en cómo debía continuar, el mayor también comenzaba sentirse afectado por lo que escuchaba.
- Siempre supe era imposible tener una oportunidad con él, pero muy en el fondo aun lo pensaba aunque fuera tonto. Un día lo vi solo, junte todo el valor que tenía y de la nada le dije “me gustas” – Nuevamente se detuvo, era doloroso recordar esa parte. – Él se detuvo y me miró sorprendido, estaba a punto de decirle que no esperaba nada con él, que solo quería que supiera mis sentimientos, pero antes de hacerlo comenzó a hablar, me dijo que eso era raro – Formó un puño al sentir una punzada en su pecho. – Que yo era raro por tener esos sentimientos y que daba miedo, me miró como si estuviera loco.
Se movió finalmente, HimChan posó su mano sobre el puño del menor, éste al notarlo jadeó y lo miró recordando que estaba allí. Todas sus emociones negativas disminuyeron con ese simple toque, cierto, era el paso y había quedado muy atrás.
- Se alejó de mí y yo me quedé allí por mucho tiempo sin poder reaccionar – Pasó saliva por su garganta, era suficiente de recordar. – Al año siguiente cambió de escuela, nunca supe si fue cierto que se mudó o fue por mi culpa, sólo me comprometí a olvidarlo – Volteó su rostro a HimChan mucho más tranquilo – Esa es la razón.
- Idiota – El mayor, al haber concluido la historia, solo había dicho lo primero que vino a su mente.
- ¿Eh? – A decir verdad JongUp se esperaba otra reacción.
- Ese tipo, es un idiota por tratarte de esa forma – Su sangre se sentía hervir ¿Cómo alguien podía ser así con un chico tan lindo como él?
- Lo sé, ahora que lo pienso fue realmente estúpido enamorarme solo porque me trataba algo distinto a los demás, pensé que era distinto.
- Quiero golpear a alguien – Ante su comentario, que por cierto era honesto, JongUp soltó una carcajada.
- No hay porqué, ahora sabes la razón de mi concepto del amor – Ahora estaba mucho más relajado, hablar finalmente de eso le había sacado un peso de encima.
- Sé que debió ser una experiencia dolorosa, pero aun pienso que puedes considerar cambiar tu forma de ver las cosas.
- Eso quisiera, pero siempre pensaré que si me enamoro de nuevo será de la persona equivocada, no quiero cometer el mismo error.
- Nada te asegura que será alguien como él.
- Aunque no fuera ese tipo de persona dudo mucho que alguien se interese en mí.
- Yo lo haría – Esta vez no importaba lo que pensara, no iba a dejar que el pequeño siguiera con ese terrible concepto.
Sus manos seguían de cierta manera juntas, el castaño volvió a encontrarse con el lado serio de HimChan. La mano que permanecía sobre la suya era cálida, le hizo sentir varias cosas, pero era interesante el hecho de que todas eran agradables.
Su corazón latió con más fuerza, my apresuradamente y no dejo en ningún momento de contemplar al mayor al igual que éste lo hacía con él. Y en su mente solo había una cosa: Kim HimChan.
Todas las variedades de sentimientos se volvieron uno solo que parecía conocer muy bien, solo que distinto a como lo recordaba, ésta vez era mucho mejor.
A causa de todo esto no se permitió mover un solo músculo, ni siquiera cuando sentía el aliento del mayor casis obre sus labios.
Antes del yo estás tu
Capítulo 2.
En el hogar de B.A.P podían escucharse las pisadas de diversas personas llendo de un lado a otro haciendo los últimos preparativos a sus maletas o terminando de arreglarse.
- DaeHyun no puedes llevarte esas frituras en la maleta – Se escuchó la voz de cierto vocalista.
- No eres mi mamá para decirme que no – Le dijo el de Busan molesto.
- Pero no puedes llevarlas – Siguió insistiendo Yoo inconforme.
- ¿Por qué no? – Inquirió irritado el mayor.
- No haces más que comer cosas chatarra, terminarás por engordando.
- No voy a engordar.
- Lo vas a hacer así que dame eso – YoungJae bufó molesto al ver como el mayor se apartó de él cuando intentó quitarle la comida.
- ¡No!
- Es mi comida y no me la puedes quitar – Dijo DaeHyun antes de salir corriendo hacia cualquier lugar con tal de terminar sus amadas frituras.
- ¡Dame eso! – Y YoungJae, quizás como buen amigo, corrió en busca de él.
Zelo escuchaba desde su habitación un escándalo armarse seguramente protagonizado por la línea vocal como de costumbre.
Terminaba de empacar sus últimas cosas en una mochila, cargadores, laptop, celular, cepillo de dientes, colonia, entre otras cosas personales. Buscó por último el cargador de su teléfono, se lo había prestado a JongUp la noche anterior y ahora no sabía dónde podía haberlo dejado. Procedió a buscar por toda la habitación, su amigo estaba bañándose así que no podía ir y preguntarle en dónde lo había dejado. Cuando estaba de rodillas mirando debajo del escritorio escuchó la puerta de la habitación abrirse, se levantó pensando que se trataba de su compañero.
- ¿Dónde dejaste mi cargador hyun? – Preguntó de espaldas a esa persona, dándose media vuelta mientras se levantaba del suelo juraría que pudo sentir cómo su corazón dejaba de funcionar por un micro segundo al encontrar allí a YongGuk en vez de a JongUp.
- ¿Qué? – Inquirió el líder sin saber de que hablaba.
- Nada, pensé que era JongUp hyun – Contestó el moviéndose al mismo tiempo en que el mayor se acercaba a la cama del segundo makane.
- Lamento no ser a quien buscas – Desinteresadamente se sentó sobre la cama con ambos brazos apoyados en ella y se dedicó a hacer una de las cosas que más disfrutaba: mirar a Zelo.
- No es eso – Rió nervioso, continuó buscando su cargador.
- ¿Estás molesto? – Soltó la pregunta Bang de la nada.
- ¿Molesto? – JunHong fingió acomodar unas cosas en mochila una vez que se rindió de buscar su cargador, no quería hablar del tema.
- Porque te besé ayer – Simple y directo, YongGuk temía a nada.
- Ah… no lo estoy – Se dio el valor de reír entre nervios sin mirar al mayor. – Sé que no lo hizo a propósito.
- ¿Quién dice que no? – Su voz profunda raspaba con el ambiente. A pesar de tener la visión de la espalda del menor era como si pudiera visualizar perfectamente su rostro. – ¿Y si en verdad quería besarte?
- ¿Por qué querría hacer eso? – Sus manos detuvieron sus movimientos.
- ¿Tú por qué crees que sería? – Dijo suavemente como si en cualquier momento el menor fuera a huir.
- Porque… – ¿Por qué? Quizás era sencilla la respuesta. – ¿Me quieres?
Y quizás YongGuk podía leer sus pensamientos, porque de un momento a otro se sintió contra el cuerpo escultural del rapero, sus bocas tan cerca para sentir sus alientos pero no tanto como para fundirse. Dejó de pensar, tal como si la batería de su personaje robótico acabara de descargarse.
YongGuk lo miraba, sencillamente, pero en sus ojos había un sinfín de cosas que expresar, entre ellos era una ansiedad por que el joven le respondiera.
- Dilo – Pensó sin apartar su mirada del perfecto ejemplar de adolescente. – Dime por qué.
El tiempo se congeló, todo quedó en silencio y el resto de mundo desapareció, sólo estaban ellos dos, tan cerca que la mínima distancia entre ellos parecía un pecado, se deseaban, se soñaban. Pero uno de ellos no lo sabía, pero estaba a punto de descubrirlo.
JunHong dejó de articular, no legaban a su cabeza pensamientos razonables, sólo existía para él YongGuk. Solo ellos dos, solos y a unos milímetros de distancia. No pensó que sería él quien acabaría con ellos, pero sentía el instinto de su persona le exigía aquellos delgados labios de ese hombre, y se acercó, poco a poco y en un especie de trance, casi a punto de unir sus bocas.
- ¡Bang YongGuk! – Resonó la voz de HimChan buscando al líder en todas las habitaciones.
Y JunHong, como si fuese impulsado por algún tipo de resorte, se alejó lo más que pudo del matoki rojo hasta chocar con la mesa estrepitosamente. Abrió sus ojos sorprendido ¿Qué estaba a punto de hacer?
Bang lo miraba de otra forma, inconforme, pero algo le decía que no era con él si no con otra persona. YongGuk suspiró molesto, pero solo por fuera, porque por dentro sintió más que nunca la necesidad de asesinar lenta y dolorosamente a Kim HimChan, pero no podía, eso pondría muy triste a cierto conejito verde.
Así que cerró los ojos y contó hasta diez tratando de controlar el instinto asesino. Miró una vez más al alto, sonrió ahora más complacido, desordenó los cabellos azules y salió de la habitación ante la congelada posición del menor.
Zelo quedo allí, de pie, sin ser capaz de decir algo. Solo en el momento en que YongGuk desapareció de su vista exhaló todo el aire contenido en sus pulmones, como si su corazón se acelerara a mil por hora sus latidos cardíacos amenazaban con perforarle el pecho. En serio ¿En qué estaba pensando? ¿Acaso estuvo a punto de besarlo?
- Me estoy volviendo loco – Se dijo sentándose pesadamente en el mismo lugar donde hace minutos estuvo el líder.
YongGuk salió de la habitación solo para encontrarse a un apresurado HimChan buscándolo.
- ¿Qué quieres? – Le preguntó tratando de disimular su enojo.
- ¿Cómo que quiero? ¿Sabes que se nos está haciendo tarde? – Le contestó éste molesto.
Bang comprobó la hora en el teléfono, ciertamente si no salían ahora del edificio iban a ser regañados.
- Demonios ¿Dónde están los demás? – Preguntó tomando su mochila que había dejado al lado de la puerta de esa habitación.
- YoungJae y DaeHyun están listos ya, sólo faltan JongUp que se esta terminado de vestir y Zelo ¿Dónde está el por cierto?
- Ya saldrá – Dijo alejándose de allí rumbo a la entrada. – Demonios, perdí mi oportunidad, pero al menos fue él quien se acercó.
Llegó a la entrada, allí estaban en la puerta con las maletas en mano los demás chicos, DaeHyun comía felizmente unas frituras mientras YoungJae ocultaba su boca y se veía notablemente sonrojado.
No tardaron mucho en llegar al aeropuerto e irse camino a Taiwán, allí tendrían una presentación y luego podrían disfrutar de su tiempo libre todo lo que quisieran. No hace falta decir que, por obvias razones, el maknae iba con miles de pensamientos en su cabeza los cuales no desaparecieron hasta llegar por la tarde a su destino.
Cuando llegaron a Taiwán tomaron la van que los llevaría finalmente a su último destino.
- ¡Wow! – Exclamó DaeHyun mirando por la ventana. – Ya casi puedo sentirme paseando por estos lugares.
- Recuerda que primero es la presentación y luego la libertad – Le recordó HimChan como toda una madre a un hijo.
- Lo sé.
- ¿Y ahora a dónde vamos? – Preguntó JongUp.
- Al hotel donde nos hospedaremos – Respondió el líder.
- Me pregunto si tendrá una piscina – Zelo miraba cada lugar ansioso.
- Espero que la tenga, quiero nadar – JongUp apoyó la idea del menor emocionado.
- Yo quiero tirar a alguien a la piscina – Dijo de la nada Youngjae ganando la mirada curiosa de los demás miembros. – Eso no quiere decir que lo vaya a hacer.
- Si claro – DaeHyun denotó el sarcasmo en su comentario.
- Como sea, cuando llegemos nos asignaran habitaciones y mañana tendremos la presentación, así que hoy tenemos que practicar una vez más – Comenzó a hablar el mayor de todos.
- ¿Quién asignara las habitaciones? – Preguntó curioso DaeHyun voleando a ver al rapero.
- Sé que el manager lo hizo, pero no sé cómo nos asignó.
JunHong al escuchar la conversación solo pudo pensar en una cosa: Que no le tocara por ningún motivo compartir habitación con YongGuk. Después de lo estuvo casi a punto de hacer no podía ver al líder directamente sin sentir su rostro arder, así que si le tocaba compartir habitación con él no podría sobrevivir sin ser víctima de su vergüenza o de algún comportamiento extraño de YongGuk.
Finalmente llegaron al hotel, era grande y se notaba era elegante, las Babyz que se habían reunido para verlos llegar no tardaron en emocionarse y alzar sus carteles y fotos de los chicos con emoción, fue un milagro que no pasaran arriba de ninguna de ellas.
Después de bajar de la van junto con sus maletas fueron recibidos por el señor Kang en recepción, éste al verlos le dio unas rápidas instrucciones a YongGuk para luego salir apresuradamente despidiéndose de ellos apenas unos momentos.
- ¿Qué sucede? – HimChan llegó junto al mayor intrigado por la actitud del mayor.
- Nada malo, solo me dijo que tenía una junta importante ahora así que no podía quedarse con nosotros y unas cosas más – Bang con una sola mirada indició a los demás chicos que se reunirán cerca de de ellos dos. – Al parecer por ciertas razones el evento se pospondrá para unos días después, el manager ya nos dirá cuando llegue.
- ¿Entonces qué haremos ahora? – Preguntó confuso YoungJae.
- De mientras nos quedaremos en nuestras habitaciones por el resto de día, no podemos salir de aquí sin el permiso del manager así que ni se les ocurra irse a mis espaldas – Miró a los miembros cauteloso, conocía perfectamente su instinto de libertad.
- ¿Te dijo el orden de las habitaciones? – HimChan volvió a interrogarlo.
En ese momento Zelo, quien hasta ahora había permanecido callado e indiferente a la conversación, prestó más atención a ésta. Es entonces que volvía a rezar a los dioses existentes para que no tuviera que compartir habitación con el líder o de lo contrario no sabría que podía ocurrir durante su estancia.
- Si – Desvió sus ojos al rapero, éste al notarlo desvió su mirada notablemente incómodo y nervioso. – Serán tú y JongUp, YoungJae con DaeHyun y yo con Zelo.
Y YongGuk sonrió, casi riendo, al ver como el rostro del menor palidecía y abría sus ojos desmesuradamente, quizás de miedo. Pero mordió sus labios disimuladamente, no podía dejar que nadie lo descubriera.
- ¿No puedo dormir con JongUp hyun? – JunHong trataba de no sonar muy afectado y así no alterar a los demás hyuns.
- ¿Por qué? – Quien lo había cuestionada no pudo ser otro más que el mismo matoki rojo aparentando curiosidad.
- Pues… – Sentía a los demás clavando su mirada y esperando por su respuesta ¿Qué iba a decir? ¿Qué no que quería compartir habitación con YongGuk porque se habían besado y casi lo habían vuelto a hacer esa misma mañana?
- ¿Te da pena estar con YongGuk hyun? – DaeHyun buscó ayudarlo a hablar pensado de que podría negarse el pequeño.
- No, es solo que siempre duermo en la misma habitación que JongUp hyun así que ya es costumbre – Ante sus nervios no pudo inventar peor excusa que esa, estaba a punto de arder en llamas.
- Pero no tiene nada de malo dormir con YongGuk hyun, después de todo somos del mismo grupo – Intervino el cerebro de B.A.P dejando así corto al maknae, era obvio que no podría aunque quisiera negarse ahora.
JunHong suspiró, dando así por terminada esa conversación, los seis chicos tomaron cada uno sus respectivas maletas y se dirigieron junto compañero a su habitación destinada, el más joven de ellos podía mirar con envidia como los demás chicos caminaban entre pláticas agradables con quienes tenían que compartir habitación, él, entre tanto, solo seguía a una distancia prudente a YongGuk en completo silencio mirándolo de tanto en tanto para comprobar que no se había alejado de él.
Bang al contrario del menor seguía conteniendo la sonrisa complacida y burlona que amenazaba con salir de sus labios, se abstendría incluso de las inmensas ganas que tenía de contarle a HimChan de que en realidad era él con quien tenía que compartir habitación, todo para que su plan no fallara.
Su descanso apenas comenzaba, y tenía muchas cosas por hacer hasta entonces.