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Miedo

Miedo

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Anime: X-1999

Rating: M

Pareja: Sorata & Arashi

Sinopsis: Songfic. One-shot. El temor invade su ser, acosándola constantemente, tantos miedos que la atormentan... la vida, la muerte y el amor. ¿Cuál de todos podrá Sorata disipar, si él mismo aun no los puede controlar?.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

* Arashi !!... que hermosa te ves hoy. *

Por favor solo escúchenlo; las mismas palabras de todos los días, ¿acaso cree que logrará algo con su amabilidad?, pues no con migo. Mi carácter no me permite hacer caso a sus locas propuestas.

* Arigatou, Sorata-san. *

Le respondí tratando de ser amable; aunque la verdad es que este hombre ha llevado mi paciencia al límite. A veces me pregunto si realmente es un Dragón de Cielo. No lo sé, no se comporta como tal. Parece más interesado en coquetearme que en salvar esta ciudad, e incluso, su propia vida.

Para hacer más difíciles las cosas, hoy es uno de esos días en que le seguimos los pasos a los Dragones de la Tierra. Y por decisión de Sorata, ¿o deberé decir terquedad?, soy su compañera de pelea, supongo que las cosas no pueden ser peor.

* Arashi. *

* Mmm *

Trato de no hacerle caso, pero el guarda silencio y hace que surja la curiosidad en mi; dirijo mínimamente mis ojos hacia el. O no... esa mirada. Esa mirada tierna y suplicante por una respuesta afirmativa para sus futuras palabras. Mirada que he evitado en más de una ocasión; esa expresión es la que tiene cuando grita a los cuatro vientos que el, que el...

* Te amo, lo sabes. *

Guardo silencio y una vez más intento ignorar sus palabras, algo muy difícil por cierto. ¿Cómo ignorar esas palabras?, cómo?; si hacen que mi corazón se derrita. ¡Oh, maldición!, el solo hecho de que Sorata sea aquel que, según Kaede, se enamoraría de mi, me cuesta creerlo, y además... y además, sus palabras me hacen sentir... conmovida.

* Lo sabes, ¿verdad?. *

* Bueno, yo... *

Guardo silencio nuevamente y reinicio la caminata para no continuar escuchando su voz. Sorata me sigue y pronto esta hombro con hombro con migo, lo mire fugazmente, y para mi sorpresa, sus ojos reflejan algo que en mis otros rechazos nunca note; parecía ser un brillo casi imperceptible, esperanzas quizás. Bueno, Arisugawa es muy persistente y hay que admitir eso.

El día ha comenzado a morir y el oscuro manto de la noche lucha por mantenerse victorioso sobre el día, por hoy, a terminado nuestra difícil tarea de Dragones del Cielo; según Hinoto, ellos no darán problemas por unos días, eso al menos me tranquiliza un poco.

Finalmente llegamos al templo de Ise; lo miro sin interés por unos momentos. Por fin me despido para dirigirme al interior del templo, pero su mano se posa sobre mi brazo y me hace girar ciento ochenta grados para verlo de frente; el dice mi nombre y yo... yo trato de zafarme de su agarre, aunque por más que trato no lo logro; no me lastima, pero es más que obvio quien tiene mayor fuerza física.

* Por favor. * -Me dice.- * Déjame demostrarte cuanto amor por ti se desborda de mi corazón. *

Sus palabras son una suplica por que le dé aunque sea una migaja de mi cariño... pero no puedo, el destino que me aguarda como Dragón del Cielo me impide amar a alguien. Ya es suficiente con las batallas a muerte como para todavía poner mi corazón en las manos de una persona.

* No me interesa, déjame en paz. *

Por más que le ordeno que me suelte, el parece apretar más mi brazo para no dejarme ir. Justo antes de que libere mi espada para darle un escarmiento, Sorata en un acto desesperado por lograr que le dé un poco de cariño, me acerca rápidamente a el y une firmemente sus labios a los míos. Yo, impresionada, abro completamente mis ojos ante lo que hace mi compañero... este, mi primer beso y que no estaba dispuesta a dárselo a nadie, me es arrebatado por Arisugawa. Por fin !!, logro alejarme un poco de el, sus fuertes manos aun aplican fuerza sobre mis brazos para no dejarme escapar...

* Qué pasa contigo?, Acaso estás loco??... ¿No tienes miedo?... *

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Miedo.... es lo que debe tener el cielo;

Será invadido....

Por amantes delirantes por un beso.

Por profetas y dementes exiliados.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

No le respondo... no quiero responder esa pregunta porque me entristece pensar en esa palabra.

¿Es justo lo que le pasa a la tierra?; que de pronto los profetas como Hinoto o de cierta forma Kanoe, aparezcan y recluten a aquellos que deberán pelear a muerte por decidir el destino de esta ciudad y después, del mundo. Es justo?. Que personas desquiciadas como lo son Seishirou y todos los Dragones de la Tierra, quieran eliminar a la vida que habita este planeta. Y... es justo, que yo, amando tanto a Arashi, en un momento de delirio, le robe un beso.... ¿es eso justo?. Con todo esto... No es posible tener miedo. Y sin embargo, tengo miedo solo de una cosa...

Tampoco entiendo porque aun retengo a Arashi; ella es la mujer que amo y en cierta forma la estoy lastimando, pero... daría lo que fuera por volver a sentir sus labios unidos a los míos y de hecho... lo haré... con un poco de fuerza, no mucha, haló a la chica hasta mi pecho, la retengo, la abrazo con fuerza para que no escape de mi; es entonces cuando me inclino para robarle un beso más, y en el, sin que a ella le interese, le doy mi vida y amor enteros... si solo me correspondiera.

Arashi logra zafarse de la prisión que mis brazos formaron para no dejarla ir; su mirada refleja cierto odio hacia mi, se apresura, me abofetea con gran fuerza... el sonido que produjo su mano contra mi mejilla aun se escucha en mi mente; ese eco que al parecer me despertó de mi delirio de amor.

Baje la mirada... ¿Cómo fui capaz de obligarla a besarme?, como??.

* Lo siento... no sabía lo que hacía. *

Traté de disculparme, pero no importaba; ella jamás me perdonaría lo que acababa de hacerle.

* Es solo que mi amor es tan grande, que me dejé llevar... *

* Tanto me amas?. Si así fuera no lo hubieses hecho. *

* Tú no entiendes... y eso es porque no sientes nada por mi. *

* Eso no es cierto.*

Gritó; nunca la vi alterarse de esa manera; su compostura fue interrumpida por sus emociones y eso no es nada común en ella.

" ¿Qué quieres decir?. "

La interrogué, sus palabras me hacían pensar que tenia un poco de esperanzas con ella, pero... Ella solo dio media vuelta y entro al templo; no respondió, ni dijo nada, ya ni siquiera se despidió. No entendí, no supe porque, pero... la seguí, entre al templo y la busque...

Ahí estaba!, estática frente a un altar; con la mirada fija en un solo punto y llena de frialdad... esa frialdad que solo protegía sus emociones, yo lo sabía, no sé como pero lo sabía.

* Arashi... *

* ¿Cómo lo sabes?, que me amas... no lo entiendo. *

Quise hablarle pero me interrumpió cuestionando mis sentimientos. El que no entendía era yo, porque hacer tantas preguntas cuando sencillamente no hay respuestas, solo amor.

* No lo sé; solo lo siento, siento como vibra mi corazón con solo verte. *

* ¿Cómo creerte?. *

* Déjame demostrarte cuan grande es mi amor. *

* ¿Cómo?. *

No di respuestas; me acerque lenta y sutilmente a ella, a escasos centímetros de su cuerpo, me detuve, la mire con ternura por un lapso de tiempo que no sentí transcurrir. "Eres hermosa", le dije; ella solo clavó sus ojos en mi y sentí como si hubiese sido en el alma... dios!, cuanto la amo.

Finalmente eleve mis brazos para alcanzar su figura, la abracé... con suavidad atraje su cuerpo al mío; la estreche con inmenso cariño y suavidad, y también, cerré los ojos para disfrutar la magia de aquel momento, tenerla tan cerca mío era demasiada felicidad; nunca lo hubiese soñado.

De pronto, abrí los ojos con sorpresa; Arashi... ella, correspondía a mi abrazo con cierto temor, quizás de decepción. No, eso jamás, nunca le haría semejante mal. Con alegría, mire como cerraba sus ojos para dejarse llevar igual que yo. ¡Cielos!, ¿acaso esto es un sueño?, entonces, imploro no despertar.

Hundo el rostro en su cuello, quiero respirar su dulce aroma; también, dejo un pequeño beso en el lóbulo de su oreja y posteriormente le susurro que la adoro... mis deseos me llevan a buscar sus labios y atraparlos con los propios. Esa es una sensación nueva, no se compara en nada con los besos que le robe; quizá sea porque ahora ella me esta correspondiendo con cierta reserva, pero al fin y al cabo acepta mis labios.

Aprisiono su cintura con mis brazos y comienzo a besarla con desesperación y locura... siempre quise tenerla cerca y ahora que la tengo, no puedo soltarla. Sé que mientras ella me permita besarla esto se convertirá en un vicio para mi.

Al momento en que mis besos se vuelven más profundos y atrevidos, Arashi me pide que me detenga; aun contra mis deseos, yo la escucho y complazco.

" Aquí no, por favor. "

Me pide; no entiendo a que se refiere. Que diferencia hay en que la bese aquí o en cualquier otro lugar?. Parece notar mi confusión, mira en dirección al altar y luego baja la mirada hasta el suelo... entonces entiendo. Supongo que besarse en un lugar sagrado no es muy buena idea, si lo sabré yo.

Me quedo ahí parado sin decir nada; ella, toma la iniciativa, me ala del brazo y me guía lejos de aquel lugar. Recorremos el interior del templo hasta llegar a una habitación mediana... un segundo!!... es su habitación. Ante mi asombro la miro con cierta curiosidad; ¿por qué me trajo a su habitación?, no lo entiendo.

Ella me mira fugazmente para luego darme la espalda y explicarme que ahí nadie nos molestara, o que mejor dicho, ahí no ofenderemos la figura de un altar.

La abracé por detrás mientras pausadamente le daba pequeños besos a su hermoso cuello; tan tiernos, no puedo más que experimentar ternura en estos momentos. Hago girar su cuerpo con cuidado; me mira fijamente...

* Te amo. *

Le digo entre incontables besos de verdadera pasión. La besaba largamente porque no sabía que haría al terminar de besarla, no lo sabía...

* ¿Cómo lo harás?, ¿Cómo vas a demostrarme ese amor que dices tener por mi?. *

Me preguntó. Vaya, la pregunta era muy buena porque yo tampoco estaba muy seguro de cómo iba a demostrarle ese cariño. Detuve mis insistentes labios por un segundo, recargué mi frente sobre la de ella mirándola penetrantemente a los ojos.

" ¿Cómo quieres que lo demuestre?; tu pídeme lo que quieras y yo te complaceré..."

Le dije mientras posaba mis manos sobre sus sonrosadas mejillas.

* No lo sé, quizás... no, olvídalo. *

Intentó decirme, aunque sus deseos fueron vencidos por su orgullo y postura de frialdad. Volví a abrazarla, le pedí que me dijera que era lo que quería que hiciera por ella; yo lo haría sin importar lo que fuera... si me pedía la vida a cambio, estaba dispuesto a dársela... así sería.

* Yo, es que...* -Titubeó.- * Me... harías el amor?. *

Dijo finalmente. De todas las cosas que creí que me pediría, jamás pensé en esta. Esa no era la Arashi Kishuu que yo conocía; ella jamás me hubiese pedido semejante cosa.

¿Por qué me pedía acostarme con ella?.

* Arashi, ¿Por qué quieres hacer eso?, yo no quiero aprovechar el momento de esta manera, yo... *

Intente hacerla cambiar de opinión; no es mi estilo aprovecharme de una mujer; es decir, hacerla mía es lo único que deseo en el mundo pero... en realidad no me refería a hacerle el amor cuando le dije que le probaría que mis sentimientos son bastante fuertes.

Sin embrago, ella me interrumpió con un sorpresivo beso que comenzaba a disipar todas mis dudas... ella en verdad quería hacerlo, estaba hablando muy en serio.

* Yo... no quiero morir sin antes haber experimentado lo que es... estar con alguien... amar, no quiero. *

Esas palabras estaban llenas de tristeza, sentí como si la sacerdotisa presintiera su destino... sus palabras no me agradaron en lo más mínimo.

* NO. * - La reté.- *¡Tú no vas a morir!, ¿entiendes?. Yo decidí dar mi vida a cambio de la de la mujer que amo... y así lo haré. *

* No quiero que hagas eso. *

Me dijo, y poco después se envolvió ella sola entre mis brazos; siendo ahora ella la que me robara un par de besos.

La besé, sí... la besé insistentemente y con locura; sus hermosos y tiernos labios ya eran más míos que de ella; saber que nunca, nadie había probado ese exquisito sabor a ella me hacia increíblemente feliz.

Su cuello... también mis labios recorrieron ese lugar dando pequeñas succiones a su piel, haciéndola gemir más de dolor que de placer.

De cierta forma me complacía mucho tenerla abrazada a mi, con esa timidez de mujer que dejó de lado al convertirse en un Dragón de Cielo.

* ¿Por qué siempre has querido protegerme?; es que no le temes a la muerte?. *

Me preguntó.

Miedo. Miedo...

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Miedo... es lo que debe tener la vida;

Será enfrentada...

Por los presos y los brujos solitarios.

Por las animas de niños enjuiciados.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Miedo debería tener la misma vida. Esta ciudad será arrasada por las fuerzas de aquellos que quieren "purificar" el planeta, y quizás no solo sea Tokyo... quizá esa suerte sea la que sufra todo el planeta a menos de que hagamos algo. La magia, o bien, poder espiritual que muchos poseen solo traerá muerte y destrucción al mundo.

A veces, entre sueños, veo las almas de aquellas personas que han perecido por culpa de esta batalla; me desespero, más aun cuando las almas de muchos de ellos son niños que no tenían nada que ver en esto, que ni siquiera imaginaban que a su corta edad morirían.

Así que... Miedo?. No!, no le temo a la muerte, quizás la vida me provoque más temor... más aun, si en esa vida no esta la mujer que amo... si ella dejara de existir yo, aahh... por eso la protejo.

* No. *

Es la única palabra que sale de mis labios. No quiero hablar más sobre ello; sí ya sé lo que me depara el futuro, entonces mi única preocupación es vivir este presente y amarla... amarla como un loco por esta noche, mañana volveré a preocuparme por vivir.

Le quito, desesperado, un beso a mi bella sacerdotisa quien deja de cuestionar mi forma de aceptar mi muerte futura. Ansioso, llevo mis desesperadas manos hasta su cuerpo y comienzo a recorrer esa hermosa silueta; Arashi entrecierra sus bellos ojos ante aquella sensación, lo disfruta tanto como yo... y eso me hace feliz.

No soporto más el calor y dejo mis manos sobre ambos senos de la chica. Ella, abre de golpe y con sorpresa los ojos... se tranquiliza y me mira con rubor en sus mejillas mientras yo empiezo a explorar sus atributos femeninos... para mi, esto es el paraíso. Tener su cuerpo, solo, solo para mi... en verdad lo que me hace sentir el tenerla, es indescriptible.

Estoy nerviosa, confundida. Sorata recorre mi cuerpo a su entero gusto, y yo... yo solo me limito a disfrutar de aquellas suaves y ardientes caricias. Jamás había experimentado tal sensación; es tan nuevo, tan placentero, tanto... que mis piernas no soportan el peso de mi cuerpo y no pueden sostenerlo más; me dejo caer y Sorata me sujeta con sus fuertes brazos; me besa. Nuestros labios se buscan insistentemente, con pasión, desesperación. Solo puedo recibir sus labios y tratar por todos los medios que no se alejen de mi.

Siento como si el me hubiese robado las fuerzas porque aun sostiene, mi ahora, débil cuerpo; me toma entre sus brazos y me lleva hasta el futon, ahí, me recuesta con algo de cuidado y suavemente deja caer su pesada figura varonil sobre mi. "Aaahhh", suspiro, el calor que me prodiga es tan exquisito. Sus locas manos insisten en recorrer mi cuerpo y esta vez con más desesperación y fuerza, oprime mis pechos y con este contacto le doy algunos gemidos de gozo... sonríe, enreda sus dedos entre mi cabello para guiarlos poco después por todo mi cuerpo.

Se detiene... toma mi camisa escolar y con prisa me la quita; me despoja de ella para que, ante el, se muestren mis pechos ahora cubiertos solo por un pequeño sostén de encajes. Me sonrojo, es algo incomodo el que sus ojos se claven en esa parte de mi cuerpo mirándolo fijamente. Sorata acerca su rostro a mi pecho, y ahí, recarga la cabeza sobre mis senos; con ambos ojos cerrados, el chico parece oír atento el latir de mi corazón y respirar mi perfume... se ve tan tranquilo, tan tierno con el rostro inundado de paz.

* Sorata-san. *

Susurre en respuesta, el joven me abraza, lleva sus manos hasta mi espalda y la recorre con suavidad. Se topa con el sostén y con un movimiento lo desata aflojando la prenda; con rapidez desliza sus traviesas manos hasta el cierre de mi falda escolar, bajándolo con lentitud y dejando caer posteriormente la falda. Ahí, entre sus brazos estaba yo casi totalmente desnuda, descubriendo ante él el más intimo de mis secretos... mi desnudez.

* Eres hermosa. *

Me dijo totalmente hipnotizado con lo que veían sus ojos. Solo me miraba con cierta fijación, sin morbo, ni lujuria... tan solo un poco de ternura con un toque de erotismo.

No entendía muy bien el porque, pero me avergoncé por aquella situación; trate de cubrirme el cuerpo con los brazos aunque sinceramente dudo haberlo logrado.

* No puedo seguir, creo que... me adelante, no estoy lista para esto. *

Le dije, el parecía no comprender o mejor dicho no aceptar mis pretextos. Ahora que había retomado la cordura era Arisugawa quien de cierta forma me suplicó que continuara. A decir verdad, dudo que el hecho de que no se detuviera signifique que me estaba rogando.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Antes que muera, déjame amarte en vida,

Hasta que el cielo.... se caiga por nosotros.

Antes que muera, déjame amarte en vida,

Hasta que el sol.... se escape con la luna.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

* Por favor, Arashi. * -Me dijo.- * Permíteme amarte sin descanso hasta que el mismo cielo se derrumbe por nuestro pecado; que más que nada es solo apaciguar el fuego que funde mis sentimientos junto con mi corazón. Deja que mi único deseo antes de completar mi destino... se cumpla. *

Esas palabras llenas de ternura, sinceridad... amor, hicieron de lado todas las razones que, en algún momento, tuve para rechazarlo y no seguir más.

Me estrechas entre tus brazos y besas mi frente. Un acto tan tierno que se ve opacado por una oleada de pasión que nos consume a ambos.

Mi dios del trueno comenzó a recorrer mi cuerpo con sus labios saboreando cada rincón... mis cabellos, labios, manos... mis senos; se deleito con ellos como si fuesen un banquete ante el, me sentí complacida al ver su rostro inundado de placer. No entendía con exactitud, ¿por qué?, por qué deseaba hacerte feliz tal y como lo hacías con migo?.

Mientras disfrutaba de mis atributos, Sorata dejo que sus manos viajaran por los contornos de mi cuerpo; al llegar a mi cintura sus dedos se toparon con mis bragas, y sentí como con suaves movimientos me liberaba de ella para estar completamente descubierta ante el...

Su mirada me examino de pies a cabeza; con gracia observe como se dibujaba una sonrisa de tonto en el rostro del chico. Eso me hizo sonreír a mi también y olvidarme de la vergüenza.

Sin retirar los ojos de mi desnudo cuerpo, Arisugawa se despojó de las prendas que llevaba en ese momento: pantalón, camisa, tenis, boxers... todo, para quedar tan libre de toda prenda como yo. Ahora, era yo quien lo miraba con atención y curiosidad.

"Él es... cielos!, ¡ él es perfecto !".

Pensé en aquel instante.

Nos mantuvimos inmóviles por un rato tratando de conocer el cuerpo del otro, con mucha emoción, hasta que nos dimos cuenta del rubor que cubría las mejillas de ambos; bajamos la mirada hasta el suelo. Es gracioso tener vergüenza, aun, a estas alturas.

* Tengo frío. *

Ni siquiera sé porque dije eso, supongo que quería que me abrazara y no tenia el valor para decírselo. Mi acompañante me sonrió ligeramente para posteriormente abrazarme con suavidad... se sentía bien el contacto de nuestros cuerpos desnudos, y el cálido refugio de su piel me hacia sentir especial; no pude evitarlo, recargue la cabeza sobre el pecho de Sorata; él, había logrado sacar a relucir los pocos sentimientos que aun conservaba mi corazón... y todos eran por el y para el.

El imponente chico no aguantó más; me recostó nuevamente en el futon y se lanzó de inmediato contra la intimidad de mi sexo. Ni siquiera me dio tiempo para protestar o avergonzarme, de un momento a otro y sin aviso, una oleada de sensaciones nunca conocidas por mi atacaron mí cuerpo entero.

Estaba gozando en verdad, sentir el contacto de sus labios con mi suave piel, el como se habría paso con su lengua para adentrarse más en mi... fue, es tan exquisito.

Sorata introdujo su lengua instintivamente en mi, una y otra vez con un ritmo delirante; sin cansarse, todo lo contrario, extrayendo fuerzas de mi cuerpo para quedárselas.

Fuertes y suaves gemidos, por igual, salían de mi boca para encontrarse con el aire impregnado del aroma a sexo, a amor, que había por toda la habitación. Lleve las manos hasta mi cabeza para enredarlas en mi oscuro cabello y tratar de resistir las sensaciones placenteras; resistirme a desbordarme por completo en Sorata. Y con los ojos cerrados, buscaba una forma de agradecerle a Arisugawa lo feliz que me estaba haciendo.

Cuando las sensaciones llegaron a un punto en que no podía controlarlas, deje de emitir sonidos de cansancio; mis pupilas se contrajeron y en ese momento solo pude arquear la espalda para intentar que los labios del joven no se separaran de mi.

Respiraba apresuradamente con las manos apretando el futon; Arisugawa colocó su rostro a la altura del mío... me besó, profunda y lentamente. De esta forma tratando de relajarnos a ambos, solo preparándome para lo que venía después.

Note como Arashi cerraba gradualmente sus lindos ojos tratando de mantener la calma de aquellos momentos. ¡ Me abrazó !, con cierta suavidad y, al mismo tiempo, con una fuerza considerable; ¿No quería que terminara?, no, no finalizaría de forma tan pacifica... yo, yo deseaba más de ella.

Coloque mi cabeza a la altura de sus firmes pechos para volver a atacarlos con los labios; necesitaba deleitarme con su cuerpo una y otra, y otra vez, así que...

* ¿Estás lista?. *

Pregunté, indicándole mi impaciencia.

Arashi miró mi entrepierna y entendió a que me refería. Necesito de ella con urgencia y estoy más que listo para llegar al punto de mayor placer de esta relación.

Kishuu me observa con cierta reserva; y dudosa, besó mi mejilla derecha respondiendo afirmativamente a mi pregunta anterior.

* ¿Meterme todo eso?, ¡ me partirás en dos !. *

Dijo con cierto rubor; creo que después de todo si le teme al dolor físico.

* Oh, Nee-chan... el amor duele. *

Mencioné y mis palabras fueron acompañadas por una sonrisa maliciosa que al parecer no le agrado mucho a mi compañera, quien hizo un gesto de enfado para con migo. Lo único que hice para calmarla fue darle un tranquilo beso, lleno de sinceridad y cariño.

* Me hice una promesa. Que jamás dejaría que una mujer llorara por culpa mía. *

Confesé; ella pareció mirarme con tristeza, su enojo se había esfumado por completo. Entonces, se lanzo a mis brazos para rodear mi cuerpo con los mismos, para estar más cerca el uno del otro, para besar mis labios, mejillas, los ojos, la frente una y otra vez, sus muestras de cariño no hacían otra cosa más que aferrarme más a ella y, eso era lo único que quería.

* Sorata-san, ¿qué es esto que siento en mi pecho?; esa sensación que me desespera a tal grado de querer salir corriendo y huir, sin conseguirlo, pues lo que siento esta dentro mío. Es algo que no entiendo, no comprendo... no puedo explicar. *

* Después de esta noche quizás, quizás tu misma puedas responder esa pregunta. *

Su confusión interna la hizo mirarme con curiosidad. Y yo no pudiendo postergar más mi amor y deseo por ella, tome su mano derecha para besar cada uno de los dedos, con cierta pasión, con cierto deseo... con cierta ternura.

Mientras avanzaba por la longitud de su brazo, admiraba como su rostro adoptaba expresiones de placer y falta de fuerza.

Mis labios llegaron a su cuello donde atacaron con locura, logrando que Kishuu gimiera en más de una ocasión por más de aquella caricia. Finalmente nuestros labios se encontraron y se unieron con desesperación, me sorprendí a mi mismo abriéndome paso con la lengua para explorar la boca de la chica y hacer que ambas lenguas se tocaran y buscaran insistentemente; eso me excitó por completo, haciéndome tomar a la joven por la cintura, apretándola una vez más.

Con cuidado, separa sus piernas para abrirme paso e iniciar con la unión de nuestros cuerpos.

Con el miembro apuntando a la entrada femenina, observe su rostro mientras me acercaba a ella; no espere más, introduje la punta de mi espina en su interior y note como abría los labios para intentar gemir.... un gemido ahogado de esos que se cortan debido al gran placer que se experimenta. Yo suspiré largamente al sentir el contacto con su mojada piel interior.

Más que excitante, fue realmente hermoso; el como mi primer paso para entrar en ella se alargó un rato, queriendo disfrutar cada detalle, y como la excitación se incrementó a tal punto que empujaba con cierta fuerza y rapidez para adentrarme aun más.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Muerte... abrazarás...

A demonios hechos carne por un sueño,

A los cuerpos hechos polvo sin justicia.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Y entonces, sentí como si hubiese llegado al limite de Arashi, pensé que no podía entrar más en ella y luego, empuje con fuerza. Ese fue mi error, porque la escuché gritar de dolor; me despertó, estaba tan atento a lo que sentía que parecí olvidar que era su primera vez... que tenía pureza y yo, no midiendo mi fuerza, la lastime.

Me sentí de lo peor, algo así como los Dragones de Tierra, que solo piensan en liberar a la tierra sin detenerse a pensar en el dolor que provocan, en que lastiman a personas inocentes. Mi comparación con ellos era perfecta. Solo pensé en mi y no en el dolor que le provocaba a la mujer que amo, solo por el sueño de tenerla, de cierta forma me porte como un demonio, y destroce interiormente su cuerpo.

Note unas cuantas lagrimas recorrer su rostro y unas más aferrándose a no salir de sus ojos , no quise mirar más abajo pero... a fin de cuentas era necesario. Observe su entrepierna y lo que vi no era muy grato: nuestros sexos teñidos de rojo, de sangre... su sangre.

Arashi no dijo nada en absoluto, solo reprimía su dolor no queriendo externar sus emociones, ni sensaciones, así es ella.

La abrace con fuerza mientras ella cerraba los ojos para intentar apaciguar su dolor; yo me disculpe incontables veces por haberla lastimado, nunca había herido así a una mujer, yo mismo lo había prometido, nunca hacerlo. Pero ahora lastime a la única mujer que he amado en la vida, a mi querida Arashi...

Pero, como un consuelo, la chica me estrecho sin fuerzas y respirando rápidamente sobreponiéndose al dolor.

* Tenias razón... ¡ El amor duele !. *

Apenas alcanzó a decir, su voz era débil; estaba cansada y adolorida pues.... después de todo solo somos humanos.

Lo que me dijo me desconcertó, no era solo el que aceptara y perdonara que la haya lastimado, sino que pronunciara la palabra "amor"... la forma en que lo dijo y lo que sentí al escucharla..... ¿Es posible que me ames, Arashi?.

* Sabes Sorata-san?. Este dolor era inevitable, pero... me has hecho muy feliz también, es el precio que debo pagar por esa felicidad, solo quiero que continúes haciéndome sentir de esta manera, hacerme sentir deseada, tranquila, sin tener que pensar, aunque sea por una noche, en que soy un Dragón de Cielo. *

* Arashi...*

Eso que dijo fue como una daga de doble filo, me aliviaba el alma con sus palabras con el hecho de que en parte significaban que quería que siguiera a su lado, de esta manera, pero también significaban la enorme tristeza que siempre había guardado en su corazón, el miedo de ser un Dragón de Cielo y todo lo que esto representa, el miedo a sentir y no sentir sentimiento alguno.

Pero, si bien el dolor que experimentó era normal cuando se hace el amor por primera vez, entonces, eso no quería decir que debía sentir solo dolor; desde este momento solo quiero que el placer inunde su cuerpo.

Así que la besé de nuevo, probé sus cansados labios y le di mi cariño y amor en aquel contacto lento y suave, mientras clavaba más profundo mi hombría en ella.

Empujé insistentemente hacia adentro; una y otra vez tratando de causarle el mínimo dolor posible, dudo haberlo logrado, la sentí temblar entre mis brazos un par de veces, pudo ser dolor, o la fría noche, la sensación nueva de tenerme como complemento de su cuerpo.

Hubo momentos en que note como apretaba las sabanas; para poco después dar un suspiro muy profundo de alivio, el dolor había cesado considerablemente para que así se acostumbrase más a mi cuerpo.

Bendito sea el momento en que ella no lo medito o no le importo lo que hacia y me dio un beso desesperado, profundo, exigiendo más de aquellas frenéticas embestidas por alcanzar el límite de su cuerpo.

Me complació más aun cuando inicio movimientos de entrada y salida por ella misma. Jamás olvidaré estos momentos... el como abrazó mi cabeza y acerco mi rostro hasta sus suaves senos; la forma en que mis grandes manos se colocaron sobre su estrecha cintura; cuando devoraba sus pechos intentado saciarme con ellos, lográndolo de cierta forma y al mismo tiempo estando muy alejado de conseguirlo.

* Aahh, aahh... Sorata. *

Sus gemidos se dejaron escuchar en toda la habitación; complaciéndome y excitándome cada vez más.

Dejo en paz sus pechos por un momento, la miro y me percato de que me observa con cariño, su mirada refleja sentimientos no la frialdad que siempre han portado desde que la conocí.

* Nunca, jamás dejaré de amarte mi querida Arashi... Dragón de Cielo. Así muera, mis sentimientos por ti permanecerán vivos. *

* Sorata...*

Alcanza a susurrar en una mezcla de felicidad y tristeza por aquellas palabras.

Nos abrazamos con fuerza; no dejando de entrar en ella, hundo el rostro entre sus senos, beso con suavidad cada uno y los dejo en paz al fin.

Alzó la mirada y me pierdo en sus grandes ojos; sus mejillas arden en rojo por la pasión. A cada instante el placer sigue insoportable y me veo obligado a posar las manos más abajo de las caderas de la mujer.

La penetro con insistencia, entrando y saliendo rítmicamente de ella. Los gemidos de cansancio y pleno gozo son permitidos por ambos, escuchándose y confundiéndose sin cesar; a pesar de que entro con facilidad en ella, su vagina empieza a aprisionar mi espina, escucho su pesado respirar entrecortado por los quejidos que emite.

* Te amo, te amo, te amo. *

Digo en un número de veces que perdí.

De pronto, la chica apretó el abrazo... la sentí temblar bajo mi cuerpo debido a una serie de espasmos que la atacaron desde el interior.

Cansada, se deja caer aun entre mis brazos, respirando apresurada. Yo, que aun no llego al punto cumbre, sigo embistiéndola con fuerza logrando ocasionarle un orgasmo más durante el cual me besó con desesperación; me gusta verla expresarse de ese modo.

Segundos después, sintiendo que no podría soportar más, le susurré...

* Arashi, por favor... déjame terminar dentro tuyo, amada mía. *

La única respuesta que recibí de ella fue un fuerte beso proseguido de un abrazo un tanto débil y cansado. Nuestras mejillas se rozaron mientras las suaves manos de Kishuu viajaban por mi espalda provocándome cosquillas y una sensación de tranquilidad.

Empuje con lentitud al interior de la chica en un par de ocasiones y luego... me desborde dentro de ella no pudiendo retener más el placer y el liquido seminal.

Ahora ambos estábamos igualmente agotados; yo con mi cuerpo sobre la frágil figura de mi mujer, devorándonos los labios mientras seguía dentro de ella para seguir con lentos y débiles movimientos que a fin de cuentas nos producían un cierto placer relajante.

Sus manos juguetearon un rato con mi rebelde cabello mientras nos besábamos el rostro. Salí de ella con lentitud como queriendo no hacerlo, acostándome de nuevo, envolviéndola con mis brazos y cubriéndonos a ambos con una sabana.

Nos mantuvimos en silencio por largo rato, yo recargaba la frente en el pecho de mi hombre; pensé que quedaríamos dormidos de inmediato debido al cansancio, pero no fue así.

Tenía una guerra interna con mis expectativas y convicciones. Acababa de entregarme a uno de los Dragones de Cielo más poderosos, y además... fue más que en cuerpo, disfrute mucho físicamente pero confieso que mi corazón latía de alegría y felicidad que solo sentía al estar con Sorata, y hoy... con más fuerza.

¿Qué es este sentimiento?, Sorata-san dijo que podría responderlo por mi misma al terminar la noche. Será que... acaso te amo Sorata Arisugawa?. Me pregunto, pero no puedo darme una respuesta, así que giro la vista hacía ti tratando de responderme.

Me sorprendo y sonrojo, tu me miras con ternura, esa ternura que me ha llegado a desesperar y que en ocasiones como esta hace que mi corazón se derrita de... Amor.

Acercas tu rostro al mío y mientras cierro los ojos poco a poco, veo como acercas tu cuerpo y como unes tus labios a los míos nuevamente.

* Te amo. *

Me dices.

Yo solo cierro los ojos y te abrazo. Pienso que los demás sufrirán una gran sorpresa cuando nos vean como una pareja de recién casados. ¿Por qué digo esto?: Pues, hace unos segundos decidí que quiero estar junto al Dragón por lo que me resta de vida y sé que no es mucho.

Tu rostro toma una expresión de seriedad, pensé que estabas enfadado o al menos eso reflejaba tu mirada...

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Antes que muera, déjame amarte en vida..

Hasta que el sol... se escape con la luna...

Hasta que el sol... se escape con la luna.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

* Antes de que muera, déjame amarte un día más tal y como lo hicimos hoy, no importa si el mismo cielo se cae por nuestro "pecado". Hasta que el sol y la luna se escapen juntos en un eclipse... permíteme demostrarte que mi amor, no es solo por una noche... ¡ Es eterno !. *

Me dijiste tan serio como nunca antes te había visto. Te sonrío, había olvidado que a pesar de que eres muy vivaz, alegre y bromista, cuando se debe ser serio tu lo eres más que nadie; que a las cosas les das la importancia que realmente merecen.

* Es verdad, esto aun no se acaba... nunca terminará. *

Sonríes ampliamente ante mis palabras; sabes bien que son una afirmación a tus peticiones anteriores. Te beso una vez más, creo que ahora se me esta volviendo obsesión unir mis labios a los tuyos.

Nos separamos ligeramente, apenas por milímetros; y aun con los ojos cerrados y reflejando paz en tu rostro, me dices:

* Escogí mi destino aun antes de conocerte. Que te protegería, que daría mi vida a cambio de la de la mujer que amo, y bien sabes que esa mujer eres tu, Arashi. *

Abres los ojos al terminar de hablar, esperas mi reacción a esas palabras. Observas la expresión irónica de mi rostro; te sonrío ligeramente y me preguntas la razón.

* Yo... no permitiré que hagas semejante locura. *

Escuchas mis palabras, me besas con ternura y algo de enfado. Dices que no te importa en absoluto lo que yo piense con respecto a ese tema pues ya has tomado una decisión.

A esto yo te respondo que de igual forma que tu, he tomado una decisión, me miras interrogante ante lo que digo y yo te respondo:

* Vencer los dos miedos que me carcomen el alma... Mis sentimientos hacia ti, y tener una vida sin ti. No le temo a nada más.*

Me miras con sorpresa, más aun porque te abrazo y sonrío con jovialidad, una gran felicidad y un extraño cariño.

" ¿El sentimiento que tienes por mi? ".

Recalcas interrogante, queriendo saber a que me refiero con eso.

* Sorata... yo también daré mi vida por la tuya y no me importa lo que pienses al respecto; no eres el único que ha decidido morir por la persona que amas, porque yo... también te protegeré, siempre, porque yo... *

* Arashi, tu... *

Me interrumpes al ver un par de lagrimas viajar por mis mejillas.

* Ai Shiteru. *

No dejándote terminar, concluyo mi frase con el par de palabras que siempre quise decirte. Te beso, te abrazo; siento latir tu corazón con fuerza y emoción... por mi, por nosotros.

Ahora me refugio en tus brazos hasta que llegue la luz del día, hasta que llegue el fin de nuestras vidas... hasta que después de cumplir nuestro destino, podamos estar juntos, tu y yo en el cielo... por la eternidad.

Finalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Tema: MIEDO.

Interprete: CAIFANES.

~*~

MIEDO...

Miedo a la muerte.

Miedo a vivir sin la persona que se ama.

Miedo a lastimar a quienes amamos.

Miedo a experimentar sentimientos como el amor.

Miedo a la vida misma.

En fin, solo algunas clases de temor, de eso se trata el fic. Mi, hasta ahora, primer lemon de "X". También es uno de los pocos lemon en español de este anime, más aun, de la pareja que forman Sorata y Arashi.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 14 de Marzo de 2002.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


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4 years ago

Rebasando dimensiones

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Anime: Tsubasa Reservoir Chronicle

Rating: M

Pareja: Kurogane & Tomoyo

Sinopsis: One-shot. Él quería quedarse en su mundo, más no podía. Pero amaba a esa mujer y por ello. . . sabía que el sentimiento estaba más allá de las dimensiones mismas.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Tomoyo no pudo evitar que una sutil sonrisa le adornase el rostro.

Kurogane por fin había regresado a este reino.   Y estaba tan cambiado, a pesar de su expresión exasperada, el hombre sentado frente a ella no era el mismo de antes.

 Su sonrisa se tornó triste, mientras veía la divertida escena de una discusión entre Kurogane y Fai.    Y ni que decir de la pequeña Mokona que siempre lo hacía enfurecer.

A pesar del daño que le hizo, él era feliz.   La verdad es que la princesa estaba celosa; conocía a ese guerrero mucho más que sus compañeros de viaje y nunca pudo hacerlo sonreír cómo ellos.   Kurogane siempre se había mantenido inexpresivo, y ahora...

* Oye Kuro-guauko, partimos mañana, no es cierto?. *

* ¿Para qué preguntas si ya lo sabes?. *

 Tomoyo alzó la mirada con sorpresa.   Creía que el ninja se quedaría en este reino, pero él pretendía seguir el viaje junto con sus nuevos amigos.

 * Entonces. . . *  _La voz de la jovencita de largos cabellos parecía quebrarse._  * ¿te vas?. *

* Por supuesto, aun no encontramos todas las plumas de la chiquilla, además. . . no podrían sobrevivir sin mi. *

* Entiendo. *

 Tomoyo volvió a bajar la mirada, resignada y sin ser capaz de decir nada más por el resto de la cena.

  Cuando todos se retiraron a sus habitaciones, la princesa caminaba por los pasillos del palacio; buscaba a Kurogane, pero se acobardó a mitad del camino.

Grande fue su sorpresa al encontrar al muchacho frente a la puerta de su recamara.

 * No te vayas. *

 Kurogane se giró sorprendido al escuchar esas palabras.

Resignado, estaba a punto de retirarse y volver a su habitación y dormir, cuando escuchó esa voz a sus espaldas.   Era la princesa, quien no pudo contenerse más y le pedía que se quedase.

 * Es mi deber. *

 Le dijo él con expresión seria, retomando su camino, más la joven de largos cabellos le sujetó la capa con sus pequeñas manos, suplicante.

 * Onegai. *

 El guerrero se quedó helado al escuchar la voz apagada de su princesa, se giró a verla, pero hubiese preferido no hacerlo. . .

Lagrimas saladas resbalaban por las suaves mejillas de la niña mientras sus lindos ojos reflejaban la tristeza y el dolor en su corazón.

 * No puedo y lo sabes. *

* Gomen nasai. . . lamento haberte enviado con Yuuko, y aunque se que me odias por eso, por favor no te vayas. . . *

 La voz de Tomoyo sonó desesperada.

Lo sabía, lo entendía muy bien, Kurogane la aborrecía por exiliarlo del reino y condenarlo a vagar de mundo en mundo hasta volver al suyo.   Se arrepentía tanto y ahora que él estaba aquí con ella, no quería dejarlo ir.

Enviarlo con la bruja de las dimensiones fue una decisión muy difícil pues ella lo quería y fue quien le infringió esta carga, este castigo.

 El ninja apretó fuertemente los puños.

 * Yo no te odio. *

 El hombre quería quedarse en su mundo, pero no podía.   ¿Cómo hacerla entender?.

 * Ai shiteru. *

  Tomoyo se llevó las manos a la boca, cómo si hubiese dicho algo indebido.   Kurogane le clavó la mirada, sorprendido e incluso incrédulo.   La princesa no pudo más por lo que, apenada, sollozó y se apresuró a su habitación, siendo seguida por el ninja.

 * Lo siento, no sé que me pasa ni lo que digo, por favor olvídalo. *

 Pero a pesar de sus palabras, las lagrimas parecieron tomar fuerza, delatándola.

Entonces, con delicadeza, Kurogane la hizo girarse, esos preciosos ojos negros le regalaban lagrimas que el no merecía; sus suaves mejillas se encendían en rojo, arrepentida y avergonzada por lo que sus palabras habían provocado. . . y su dulce boquita temblaba ligeramente, invitándolo a calmarla.

 El guerrero no pudo soportarlo más y asaltó aquellos labios, devorándolos con los propios, brusco y fuerte y sin embargo, dulce y embriagador.

Con su cuerpo, el ninja cubrió la pequeña figura de la princesa, perdiéndose en su fragilidad y su pureza.

 * E-espera, ¿qué haces?, no podemos. . . *

 Pero el muchacho no pretendía soltarla esta vez.

Lo había apartado de su lado, lo condenó a vagar por incontables dimensiones y no le permitió protegerla, cómo era su deber.

Mañana partiría y estaba consciente de que quizás no volvería a este reino y no la vería de nuevo.

¿Cómo le pedía detenerse?.   No podía, no quería. . . la necesitaba y necesitaba en verdad una razón para volver a su lado.

 Así que los intentos de la princesa por frenar la pasión de su guerrero fueron vanos, pues este la besó con tal pasión, que al poco tiempo yacían en el futon, él sobre ella, recorriendo su frágil silueta por encima de las finas ropas.

La mente de Tomoyo era un caos de pensamientos en los que Kurogane era el protagonista.   No podía apartar la mirada de su atractivo rostro, su seriedad y su frialdad no combinaban con sus manos que la quemaban exquisitamente.

 Solo la refrescante brisa que entró por el balcón le hizo saberse desnuda ante aquel guerrero, su guardián.

El rojo volvió a sus mejillas mientras su corazón se aceleraba.   ¿En verdad lo harían?, la tomaría para dejarla después?.

 * Y-y no sé. . . *

 La voz de la princesa se apagó y Kurogane le tomó la mano, besándole la palma, luego el brazo hasta llegar a sus hombros, recorriéndole el cuello, la barbilla. . . sus labios.

La atrajo más hacia su cuerpo, aferrándose a su pequeña cintura.   Entonces, con manos temblorosas, Tomoyo lo despojó poco a poco de sus ropas.

Ante ella, el perfecto cuerpo de un hombre esculpido por las innumerables batallas.   Cada duro músculo le parecía perfecto, bajó un poco la mirada, sonrojándose ardientemente.

Su pene, grande y grueso, había cobrado vida gracias a los besos y tiernas caricias de la princesa.

 Tomoyo se avergonzó y volvió a subir la mirada para luego llenarle de besos el rostro, desesperada, ansiosa.

Robó y dejó que le robaran el aliento, frotando su tibio cuerpo contra el del ninja.   Suspiros y jadeos se escucharon en la habitación.

 Era tan mágico, tan hermoso que la princesa se encontró rogándole al cielo por que este momento fuese eterno.   Más sus pensamientos se desvanecieron de golpe al sentir cómo las caricias llegaban a sus pechos pequeños y poco después a su intima flor.

 * Ohh, Kurogane, nnooo !!. *

 La joven arqueó su espalda al sentir cómo los dedos de su amante jugaban y se escondían una y otra vez en el interior de su vagina, explorando, palpando y apremiando.

Tomoyo se llevó las manos a la boca, tratando de acallar los gemidos que se le escapaban, pero era inútil.   Pequeñas lagrimas resbalaron de sus ojos, Kami, quería más, mucho más.   Todo el placer que este hombre le pudiese dar. . . lo quería todo, lo quería a él.

 De un momento a otro, la princesa se hallaba meciendo las caderas, ondulando, buscando un poco más de aquella atrevida caricia que la llenaba de gozo.

Se aferró al ninja, susurrando su nombre mientras aquella pequeña caricia la recompensaba con un orgasmo.   Kurogane mantuvo sus dedos en la vagina de la chica, queriendo complacer a su princesa, quien lo recompensó con besos suaves en todo el rostro, en su boca.

Tomoyo estaba cansada y esto apenas iba a comenzar.

 Kurogane la sentó sobre sus caderas, frotando suavemente su hombría con la línea vaginal de la chica.

Los ojos de Tomoyo se opacaron, mitad lujuria, mitad tristeza y amor.

 * En verdad puedo?. *

* Hazlo !!. *

 La princesa suspiró su respuesta para luego tomar el rostro del ninja entre sus pequeñas manos y besarlo con pasión, abrazándolo con todas sus fuerzas; gimió llena de gozo al sentir cómo la penetraba poco a poco.

Y se mordió el labio inferior cuando algo dentro suyo se hubo desgarrado y cálidas lagrimas resbalaron por sus mejillas, pero escuchar el ronco gemido de Kurogane era pago suficiente para su dolor.

 * Gomen nasai. *

* S-si esto compensa de alguna forma la humillación y el sufrimiento que te cause al condenarte a ese viaje, entonces yo. . .*

* No, no lo digas. *

 Los ojos del guerrero se dilataron con horror.   Él nunca, jamás le haría daño por simple venganza.   ¿Cómo podría?.

 * Yo te amo. *

 Nuevas lagrimas nacieron de sus negros ojos.

La alegría que le producían esas palabras. . . una hermosa sonrisa deslumbró al muchacho, quien inició un lento y suave mecer de caderas, negándose a seguir lastimando a su princesa, su diosa.

Ya no lo haría de todas formas, el dolor se había ido para dar paso al delicioso placer que abrazó el frágil y pequeño cuerpo de Tomoyo.

 * Exquisita. *

 Le susurró él al oído, aumentando la fuerza de sus embestidas.

Su princesa lo había sumergido en un mundo perfecto en el que solo existían ellos dos.   Y quería oírla gritar su nombre.

La sujetó con fuerza por las caderas mientras refregaba su miembro contra la vagina de su amada, al tiempo que sus labios se saciaban del mero gozo de beber de sus senos, sentirlos, acariciarlos, enterrar el rostro en ellos sin querer apartarse jamás.

 * Te amo, Kurogane, tanto que. . . *

La princesa le confesó de nuevo sus sentimientos cuando el placer fue tanto que la obligó a arquear la espalda, entregándose al éxtasis.

Fuertes y constantes pulsaciones aferraban el pene dentro suyo mientras las lagrimas resbalaban por sus mejillas. Necesitaba expresar el infinito gozo que abrazaba a su cuerpo. . . el fuego que la quemaba por dentro era hermoso.

 Se sintió desfallecer por el orgasmo que la había dejado agotada.

Más apenas pudo escuchar la ronca voz de Kurogane que le decía que la amaba, una y otra vez sin dejar de penetrarla con fuerza para llenarla con su esencia. . . caliente, abundante. . . delicioso.

Tomoyo no supo de nada más por unos instantes, estaba agotada, extasiada y satisfecha.

 Esperaba que al abrir los ojos él ya no estuviera a su lado, que se marcharía una vez completada su venganza, cómo le pasó tantas veces en pesadillas; ese era su mayor temor, que él le hiciera el amor y luego la desechara.

 “”No es más que el castigo que merezco.“”

 Pensó. Pero grande fue la sorpresa y su alivio al verlo a su lado, no solo abrazándola, sino también acariciando sus largos cabellos.

 * Estás aquí. *

* Solo hasta el amanecer. *

 Tomoyo curveó sus cejas con tristeza.   Así que después de esta maravillosa noche, él se iría y se había quedado para echárselo en cara.

Se mordió el labio pues las lagrimas se empujaban unas a otras, empezando a escapar de la prisión de sus ojos.

 * ¿Me esperarás?. *

 Ella abrió desmesuradamente los ojos, liberando las lagrimas.

Las palabras del guerrero la habían tomado por sorpresa.   Una linda sonrisa se formó en su rostro mientras el ninja le secaba las lagrimas y afirmaba en silencio.

Volvería a su lado así tuviera que amenazar a la bola de azúcar para que no lo dejase a la deriva en algún otro mundo.

 Tomoyo se refugió en el fuerte pecho del guerrero para rato después ser vencida por el sueño.

 “”Esperaría una eternidad.””

 Fue lo último que cruzó la mente de la princesa.

Kurogane la contempló mientras dormía, si no fuese por ella no habría conocido a sus amigos, ni estuviese viviendo aquella aventura que lo llenaba de vida.

No la odiaba, nunca podría, él al amaba y sabía que el sentimiento estaba rebasando las dimensiones mismas, literalmente.

 Sonrió, por primera vez en su vida, desde que sus padres murieron, tenía un lugar a donde regresar, al lado de la mujer que lo había obligado a jurarle lealtad y a quien él, en silencio, le juró amor eterno.

  Finalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

ADORO esta pareja. Sinceramente Tomoyo nunca fue un personaje que me interesara... hasta ahora, pero hay que darle las gracias a Kurogane ^0^.

Cómo sea, no sé si él regrese a su mundo, así que tuve que hallar una forma de unirlos.

Por supuesto, que este no será el único fic que haga de este par.

  ~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai.  Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 29 de Marzo de 2007.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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4 years ago

Mis últimos días

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Anime: Dragon Ball Z

Rating: M

Pareja: Goku & Milk (Goku & Chichi)

Sinopsis: One-shot. El presentimiento de que no sobreviviría a esta batalla, lo hizo dedicar sus últimos días a su esposa, para que ella tuviese un bonito recuerdo de él y, de ser posible, un regalo también.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Goku cruzó los brazos sobre su cabeza, tratando de protegerse de la ira de Milk quien tenía serias intenciones de arrojarle la mesa encima. Más la ira de la mujer se desvaneció de pronto, dando lugar a una profunda tristeza. * Mi Gohan no vendrá a casa a pocos días de pelear con un monstruo y a ti no te importa. * Milk se llevó las manos a la cara, llorando como hacía tanto no lo hacía. Esta no era ella, débil, pero no podía evitarlo, tenía un mal presentimiento y no podía más, en algún momento tenía que derrumbarse. Su esposo se acercó a ella, abrazándola desde atrás.

* Todo estará bien, te lo prometo. * La mujer se giró y se refugió en los fuertes brazos de su esposo. * Tengo miedo. * Le dijo ella, ocultando su rostro en el ancho pecho de Goku, quien le besó la frente para luego sonreírle con picardía. La verdad es que él había planeado quedarse a solas con su esposa. Sin esperar más, el guerrero dejó que sus grandes manos recorriesen la espalda de la joven, su cuello y así hasta llegar a sus cabellos que liberó de su amarre para dejarlos caer delicadamente sobre los hombros de la joven madre. * ¿Sabes, Milk?, me gustas mucho más con el cabello suelto. * * Baka, no estoy para esas cosas. * * ¿Tu crees?.   Hace mucho. . . que no lo hacemos, por eso dejé a Gohan en el templo sagrado. Creí que tal vez tu y yo. . . * Milk se sonrojó y alzó el rostro para mirar con sorpresa al rubio frente a ella ¿Era ese su Goku?.   ¿De cuándo acá le proponía él hacer el amor?.   No es que ella no quisiera o que no le gustara, es solo que esa proposición era tan repentina. Y sinceramente, su vida sexual con el sayajin siempre fue muy pobre y es que él solo pensaba en pelear, pelear y pelear; ese pequeño cerebro suyo no podía procesar nada más. Más Milk no pudo seguir dudando de la sinceridad de su marido, pues este se inclinó, buscando su boquita para besarla con ternura, con tanta suavidad que la hizo estremecer y a su corazón latir de pura felicidad. Milk se aferró a él; el enojo y la soledad que sintiese hace unos momentos, simplemente se transformaron en pasión y deseo. Así, la mujer rodeó firmemente el cuello del guerrero, quien la tomó entre sus brazos, dirigiéndose a la habitación que compartían. Goku la recostó en el lecho; sus miradas se encontraron, compartiendo el agradable silencio que los rodeaba. Ella se sentó sobre la cama, mirando atentamente como su esposo se despojaba rápidamente de todas sus ropas, mostrando ante ella los perfectos y marcados músculos resultado de tantos entrenamientos y batallas. La mujer se sonrojó sin poder apartar la mirada de su hombre. “”¿En qué momento cambió tanto su cuerpo?. . . no me di cuenta.”” Pensaba la mujer, consciente de que quizás se preocupaba tanto por su hijo, que había descuidado a su marido. * ¿Pasa algo?. * * Ehh?. * El sayan sonrió y le acarició el cabello a la joven, quien estaba muy distante.   Ni siquiera se había desabotonado el vestido, tal vez deseaba que fuese él quien la desnudara. Así, el sayajin dejó que sus toscas manos se hicieran cargo de la ropa de su joven esposa, teniéndola desnuda entre sus brazos en contados instantes. Milk lo besaba apasionada, dejando que su sentido del tacto se deleitase con los duros músculos de ese hombre. La mujer estricta y amargada se fue por esta noche, dando paso a la chica tierna y ansiosa por hacer el amor con el hombre que siempre ha amado. Pero antes de eso. . . * ¿Podrías. . . deshacer la transformación?.   Me gusta más el Goku normal. * El guerrero parpadeó un par de veces. ¿Qué tenía de malo el súper sayajin?, este era mucho más fuerte y, bueno. . . “”A veces olvido que ella ve las cosas de distinta manera.”” Meditaba el sayan, sonriendo con ternura y complaciendo a su esposa; su cabello pasó del rubio al negro, luego la rodeó por la cintura con toda la delicadeza del mundo. Sus manos temblando, tenía miedo de lastimarla, se había vuelto tan fuerte y hace tanto que no tenía intimidad con ella. Goku suspiró hondo y poco a poco fue recostando a la mujer sobre la cama y él sobre ella, sus labios se buscaron, hambrientos de un sentimiento para el que no tuvieron tiempo para expresar por tantos años, pero ahora. . . Ansioso y hasta entusiasmado, el sayajin alojó un par de dedos en el sexo de su esposa, encontrándola más que dispuesta. * ¡ Estás húmeda !. * * Te deseo !!. * Milk comenzó a mover las caderas al ritmo en que su esposo movía sus dedos dentro de ella, acariciando su intimidad, sus pliegues y de vez en cuando el pequeño e hinchado botoncito que en ella desencadenaba el placer. La joven se aferró al sayan, mordiéndole el hombro, presa del intenso gozo que recorrió su cuerpo cuando Goku aumentó la rapidez de su travesura. Milk perdió fuerzas y se dejó envolver por los fuertes brazos de su marido mientras disfrutaba de las palpitaciones de su piel interna. * Hacía tanto que no. . .  sentía esto. * La mujer respiraba agitada; cerró sus ojitos sin poder creer que estuviese ella tan agotada. “”Antes podía soportar mucho más.”” Pensaba ella, recordando todas las veces que ha estado con el sayajin. Milk alzó la mirada, buscando un beso, encontrando no solo los varoniles labios del guerrero, sino también la lengua del mismo. Y la mujer se preguntaba: ¿en qué momento su Goku aprendió a hacer eso?. No hubo tiempo para responder, pues el sayajin la sujetó por las caderas, elevándola unos cuantos centímetros apenas, sobre su duro pene que se alzaba vigoroso, dispuesto a la batalla. Goku frotó la punta de su pene con la línea vaginal de su esposa, excitándola, excitándose.   Adoró ver el placer en el lindo rostro de la mujer; sus mejillas coloreadas en rojo y su boquita entreabierta, gimiendo, rogando por más, más. “”Es lo único que puedo hacer por ella.”” Pensó el sayan; su expresión se tornó seria para luego finalmente penetrar a Milk de una sola embestida. Ella abrió sobremanera los ojos, quiso gemir dolorida, pero la voz se le apagó, quizá por la sorpresa.   Dios santo, ¿tan grande era la virilidad de su esposo?.   No lo recordaba así. Unas cuantas lágrimas resbalaron por sus mejillas, y sonrió, se sentía como en su noche de bodas. La chica se dedicó a besar a su esposo, distrayéndolo mientras su vulva se volvía a acostumbrar a él.   Pronto, Milk volvió a mecer las caderas, envolviendo a ambos en un baile de lujuria, apasionado y sofocante, pero perfecto. El sayan prácticamente la dejó brincar sobre su pene, siendo ella quien controlase las embestidas. Al guerrero le costaba acostumbrarse a su nueva fuerza, no quería lastimarla por no saberse controlar, así que dejó que la fémina se hiciese cargo de todo.   Y ella agradada, gemía sin control, disfrutando del inmenso placer que el miembro de su marido ejercía dentro de ella. Su voz resonando en la casa entera, sus ojitos cerrados, su boquita pronunciando una y otra vez que lo amaba y sus largos cabellos descansando sobre sus hombros, queriendo ocultar un poco de sus pequeños senos.   La imagen de todo eso en conjunto, era suficiente para el sayajin, quien con movimientos lentos para él, acompañó a su esposa, regalándole lo único que podía, placer. Milk se clavó a sí misma el duro y grueso pene de Goku, alcanzando el ansiado clímax; formando un arco con su frágil espalda y gritando el nombre de su pareja, la chica recibió el gozo más puro que hubiese sentido en toda su vida, aquel que desencadenó las fuertes pulsaciones en el interior de su vagina. . . también recibió la semilla del guerrero. Goku solo suspiró su éxtasis, para luego respirar ligeramente agitado, y quedarse largo rato mirándola con absoluto detalle, no es que no lo hubiese disfrutado.   Aunque no lo demostrase, el sayajin disfrutaba en verdad de la intimidad con su esposa.  Pero esta vez era diferente. En sus ojos se adivinaba la tristeza.   El mal presentimiento de que no sobreviviría a esta batalla, lo llevó a tomar la decisión de dedicar sus últimos días a su esposa, para que ella tuviese un bonito recuerdo de él y de ser posible, un regalo también. Fueron pocos los minutos que Goku se pasó acariciando el largo cabello de su esposa, aun clavado en ella, su pene aun dispuesto a la batalla, seguía erecto negándose a rendirse. Milk buscó los labios de su hombre, encontrándolos en un beso lento y hermoso, entregándose a él en esa caricia. Al separar sus bocas, le sorprendió la sonrisa que el muchacho le dedicó, pero le sorprendieron más aun las palabras que vinieron después. . . * Hagámoslo otra vez, Milk. * Finalizado. *~*~*~*~*~*~*~*~*~* Tenía que hacer un fic sobre esta pareja, aunque fue difícil, Goku no es muy apasionado que digamos, es como un niño ^^’.

Pero por alguna razón Goku decidió dejar a Gohan fuera de casa. Es muy sospechoso, ¿no creen?.

Y Hablando de Gohan. . . no recuerdo bien donde se quedó, ¿en Kame house o en el templo de Kami?.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 13 de Septiembre de 2007.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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4 years ago

La imaginación vuela 0w0

Ichiruki Month 2018 - Day 31: Personal Space

Ichiruki Month 2018 - Day 31: Personal Space

4 years ago

La primera de tantas noches

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Yoh & Anna

Sinopsis: One-shot. Comprometidos desde pequeños, nunca pensaron en la primera noche que compartirían como esposos... hasta que esta llegó.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

La silueta recorrió con sigilo las escaleras. La sombra de una mujer subía y bajaba acompañando a su dueña en el recorrido. Ella temblaba, estaba nerviosa y no era para menos.

Hoy, esta noche, es su noche de bodas, aquella en la que nunca se puso a pensar aun cuando estuvo casi toda su vida prometida a un hombre, el mismo que seguramente la esperaba en la habitación que de ahora en adelante sería para ambos. Más sin embargo la razón de sus nervios no sólo era esa; también existía el hecho de que la noche anterior su ahora esposo y ella tuvieron una especie de acercamiento intimo, algo que el joven shaman deseaba con toda el alma y por ello no pudo esperar para intentarlo, pero ella se negó.

No es que no lo desease también, era sólo que... cuando los besos y caricias se volvieron más intensos la chica no tuvo el valor para continuar.

En ese momento fue cuando la idea de complacer íntimamente a su esposo apareció por vez primera en sus pensamientos.  Se aterró y era comprensible, sería su primera vez y temía todo aquello que fuera a ocurrir.

Ayer pudo escaparse de las manos del prometido, pero definitivamente dudaba poder escaparse hoy de las de su esposo.

* Ahhh, supongo que ningún pretexto me ayudará esta vez. *

La voz de la reciente novia sonó resignada. Siguió caminando y para cuando se dio cuenta ya estaba frente a la habitación, deslizando la puerta para posteriormente pisar el interior de la alcoba, cerrando la puerta tras de si.

Más una vez dentro se paralizó completamente, pudiendo tan sólo mirar la silueta que descansaba sobre el futón.

A simple vista parecía que su marido ya estaba dormido, lo que la hizo preguntarse si este ni siquiera había tenido la delicadeza de esperarla. Después de eso, Anna por fin había sido capaz de moverse, dando un paso al frente para quizás hablar con su cónyuge.

* Yoh?. *

Anna lo llamó con voz baja y amable; agudizo la vista en tanto sus dedos jugaban nerviosamente con la cinta de su yutaka. En parte quería que el joven ya estuviese dormido, por otro lado no.

Los nervios de esta nueva situación la seguían acosando, pero sus sentimientos por el shaman eran lo suficientemente profundos y sinceros como para no dejarse vencer por el miedo.

* Yoh, y-yo... *

La voz de la itako se vio de pronto apagada ante la sorpresa que la invadía. En un rápido movimiento, Asakura estiró la mano derecha para alcanzar y jalar a su ahora esposa. Si la asustó?: no exactamente, sólo la había tomado por sorpresa.

Él sólo deseaba abrazarla y eso era justo lo que estaba haciendo. Anna había perdido el equilibrio y cayó entre los brazos del joven Yoh, donde fue bien recibida. Fue gracioso, Kyouyama se sonrojó de forma tal que aun en la oscuridad que imperaba en la habitación él pudo notarlo; sonrió con cariño y emoción.

* Y- Yoh... yo. *

* ¡ Gomen ne !. *

Él se disculpo, y Anna sabía muy bien porque lo hacía. Ella no pudo evitar sonrojarse todavía más mientras se acurrucaba en el regazo de su esposo. Si, este era el Yoh al que ella quería, el tierno, amable y cariñoso... su verdadero Yoh.

En cuestión de segundos la itako se vio envuelta ya no sólo entre los cálidos brazos del muchacho, sino también por los ansiosos labios de este. Ella apenas se estaba acostumbrando al abrazo que él le brindaba cuando inesperadamente la boca del shaman reclamó la suya de forma suave y cariñosa.

Para la sacerdotisa este era un regalo del cielo pues los labios de su amado le hacían saber cuán sinceras y puras eran sus intenciones; claro, era su esposa y la amaba... siempre la amó.

Pasado un rato la pareja tuvo que separarse para tomar un poco de aliento y de paso mirarse un momento.

Ella yacía tendida sobre el futon con respiración agitada y mejillas encendidas en rojo, él, arrodillado frente a ella atento a cada facción, cada gesto de esta divina criatura.

Y vaya que estaba increíblemente atento, más aun cuando la joven sujetó un extremo de su prenda, deslizándola, mostrando su coqueto hombro derecho, desnudo al igual que el resto de la parte superior de su silueta. Pero eso no fue todo, ella no tardó en mostrarle, también, sus pechos desnudos, coronados por dos pequeños botones rosados que se tornaban duros y elevados al aire.

Le demostraban excitación, le demostraban frío.

* Annita. *

La llamó, quería decirle algo más, tantas cosas que iban y venían en su confundida mente; que era hermosa, pero la necesidad de besarla fue tanta que prefirió callarse a si mismo al probar el dulce néctar que le embriagaba e incitaba a probar un poco más.

Hubo varios suspiros que Anna emitió totalmente entregada a la sensación, gustosa en hacerle saber a su nuevo amante que esta vez si estaba lista, esta vez se sentía segura. Él no la defraudaría.

* Espere tanto por esto. *

Conforme la excitación en su cuerpo aumentaba, Yoh tomaba el valor suficiente para decirle aquellas cosas que nunca se atrevió. Esas palabras que apenas expresaban una mínima parte de su profundo sentir.

Sus labios se encontraban entretenidos devorando los de la joven, y sus manos comenzaron a jugar ligeramente con las rodillas de la rubia, acariciándolas para luego deslizar las manos a través de los costados de esas hermosas piernas que poco a poco se separaban para que el sexo femenino recibiese los estímulos que fueran.

* Lo sé... lo siento. *

Quizá Anna se sintió acusada como para haberse disculpado. Aunque con esto sólo logró que su esposo sonriera irónico mientras la impaciencia lo llevaba a sujetar a la itako por los tobillos y “ayudarle” a separar sus piernas.  Estaba totalmente entusiasmado.

Besar los suaves labios de su esposa de pronto ya no fue suficiente así que formó pequeños caminos de besos al pasar sus labios de la boca al cuello femenino, probando y succionando con leve fuerza. Kyouyama entró en calor, la delataba esa respiración agitada que se escuchaba entre las cuatro paredes de la habitación.

 Era hermoso, delicioso; sentir como los labios del shaman exploraban su sensible carne, desde el cuello hasta los hombros. Eran de las pocas cosas increíblemente agradables que ella hubiese experimentado en la vida; y aun así no se comparó en lo más mínimo cuando, después de permanecer varios minutos con los ojos cerrados, abrió estos con inmensa sorpresa al experimentar la sensación de los labios de Yoh al rededor de su seno derecho.

* ¡¡ Yoh, Yoh !!. *

Envuelto en un suspiro, el nombre del joven fue pronunciado por ella, la que prácticamente estaba temblando entre los brazos del shaman mientras este “jugaba” entretenido con sus encantos; moviendo circularmente la lengua al rededor del erecto pezón, sujetó a su esposa por la cintura cuando tanto placer la obligó a formar un arco con su espalda y echar hacia atrás la cabeza. Claro que al hacer esto, sus senos estuvieron por completo a la merced de Yoh, que cariñosamente los lamía una y otra vez, succionando de vez en cuando y mordiendo suavemente la tensa carne, provocando los constantes gemidos que de los labios de la chica escapaban.

Kyouyama estaba tan entretenida que no se había percatado de que una de las manos de su compañero estuvo acariciando sus piernas por largo rato, con la intención de abrirse paso y llegar hasta sus pantaletas.

Él no fue paciente, ni discreto, haciendo a un lado la prenda de la itako, introdujo un par de sus traviesos dedos en la húmeda vagina.

Si de por si Anna ya gemía sin reserva, al disfrutar del “masaje” que los dedos de su amante le practicaban, los sonidos que producía se volvieron todavía más profundos e incitadores. Yoh había encontrado el clítoris de la joven y lo acarició gentilmente, satisfecho con las reacciones que sus caricias provocaban en la sacerdotisa.

Anna, en un intento por recibir de lleno el contacto de esos mágicos dedos, arqueó la espalda mientras elevaba la mirada al techo; sentía, sólo sentía, no podía asimilar tantas sensaciones nuevas y agradables, tampoco el hecho de que Yoh, el siempre tranquilo e inocente Yoh, le estuviese dando un deleite tan asombroso. Era como si el shaman supiese exactamente las partes del cuerpo donde debía besar, lamer, morder o acariciar con afán; era como si él ya tuviese experiencia en estas cosas. Pero no!!, aun cuando Asakura se mostraba mucho más participativo que ella, sabia exactamente lo mismo que la chica acerca del sexo: ¡nada!.

Haciendo a un lado todos esos pensamientos, a la itako sólo le quedó mirar suplicante al techo, con la cara totalmente sombreada en matices rojos, mientras un fuerte y delicioso orgasmo llegaba para hacer gozar a su cuerpo como ella nunca hubiese imaginado, ni siquiera en sus sueños más locos y húmedos.

Este orgasmo, el primero de toda su vida, le demostró que podía temblar como jamás lo había hecho, tal vez no de miedo pero si de gozo, de un tremendo y exquisito gozo que la obligó a derramar un par de lagrimas.

En tanto Yoh se excitaba más y más con los dulces gemidos de su esposa.

 Sin dejarla descansar, llenó de besos la tensa piel femenina, recorriéndola y dejando marca por donde pasaban sus labios. Así, abandonó los senos de Anna, no sin dejar la húmeda prueba de cuanto le habían gustado, su saliva que en cuestión de segundos se secaba producto del intenso calor corporal de la itako.

Asakura besó suave y tiernamente, recorriendo un hermoso camino, deteniéndose por escasos segundos para jugar con el ombligo de la chica, y de ahí hasta llegar a un excitante objetivo... la vagina de la mujer; húmeda, o mejor dicho mojada, y todo gracias al pequeño juego de sus dedos.

Yoh simplemente no esperó a que ella reaccionase, así como así hundió el rostro en aquel divino lugar; Kyouyama tan sólo pudo callar por completo, siendo silenciada por la sorpresa de sentirse explorada por la lengua de su esposo. Ella se heló por completo y a pesar del inmenso placer que el shaman le ocasionaba no pudo más que permanecer estática, con las pupilas contraídas y sin color.

Por fin las penetraciones de la lengua masculina tuvieron efecto en el cuerpo de la sacerdotisa; el rojo volvía a sus mejillas mientras trataba inútilmente de callar los sonidos que escapaban de su boca.

* Yoh, por favor detente ya... no hagas eso!!. *

Anna terminó rogándole a su esposo, al tiempo en que se llevaba la mano a la boca para cubrirla en señal de vergüenza; se encontraba lo suficientemente apenada como para ver lo que este hombre le hacia en ese preciso momento; sin embargo no lo detuvo, no insistió más en hacerlo. No podía... adoraba esto.

Y es que las ansias del muchacho no tenían limite. Tanta era la excitación de este joven que en su delirio por disfrutar, y hacer disfrutar a su itako, lamió desquiciadamente el pequeño botón fuente de placer de la chica, haciéndola temblar y casi gritar por el mar de sensaciones que se desbordaban dentro de ella; todo gracias al contacto entre su piel interna y la traviesa lengua masculina.

Sentirlo jugar de esa manera con las zonas más sensibles e intimas de su cuerpo, la hacían desearlo cada vez más.

Agradeció las atenciones de su amante cuando sus propios gemidos volvieron a resonar en la habitación. A Yoh se le enrojecieron las mejillas al sentir las suaves manos de su mujer recorriéndole la oscura cabellera.

Ella no pudo más, se rindió en un nuevo orgasmo que la atacó sin piedad hasta hacerla llorar de emoción cuando el placer se tornó insoportable. Incluso fue capaz de recibir al shaman en un cariñoso abrazo acompañado de besos sin control.

La curiosidad asaltó el ego masculino, ese que incluso este adorable jovencito tenia. Quería jactarse de haberla hecho rendirse ante sus emociones, y así había sido.

* ¿Te ha gustado, Anna?. *

La pregunta surgió entre los tantos besos que Yoh depositaba en aquellos divinos labios. Inconscientemente, en tal contacto, el shaman dio a probar a la sacerdotisa del sabor de su propio cuerpo, de su sexo. Sonrojándose aun más, Kyouyama descubrió cuán excitante podía ser ese tipo de besos.

Pasado un rato, Yoh puso cierta distancia entre ambos para así observarla detenidamente; Dios!!, de por si él siempre la consideró hermosa, pues ahora le parecía mucho más. Verla recostada sobre el futon sin una sola prenda que la cubriese, su deliciosa desnudes estaba siendo expuesta por él y para él... sólo para él.

Una sonrisa apareció en su rostro, no una sonrisa tonta y despreocupada como acostumbraba a mostrar, no con inocencia; reflejaba satisfacción, entusiasmo y a cada instante la mueca se tornaba malévolamente traviesa.

 Y ya no pudo esperar más.

Tomándola de los tobillos para jalarla suavemente hacia él, Yoh Asakura acercó a su esposa para terminar en una posición interesante.

El pene del joven, totalmente erecto, estaba más que listo para ingresar y conocer el placer de la vagina de su amante. Aun cuando desde el principio su miembro se había elevado al aire, ahora lucia con más fuerza y vigor, demostrando la impaciencia del chico justo en ese momento.

Ansioso, completamente excitado, el shaman sujetó con una mano su miembro de proporción envidiable y, como si de un objeto se tratase, lo introdujo en la cavidad femenina, entre las piernas de la itako que se separaban casi completamente ante él proporcionándole así un espectáculo más que divino.

La punta del miembro masculino se deslizo con suma facilidad, y todo gracias a los flujos vaginales de la sacerdotisa; no era para menos, las caricias del joven Asakura habían sido lo suficientemente efectivas.... y aun lo eran.

* ¡ Oh, por dios... Yoh !. *

Anna mantenía los ojos abiertos a duras penas. Sentía las manos de su esposo que le recorrían el cuerpo de una forma tan exquisita y sublime, sin mencionar aquel trozo de carne viva que poco a poco se hundía en su interior. Por otro lado la suave y entrecortada voz de la rubia provocaba cierto efecto en el shaman; lo incitaba y provocaba, le hacia perder el control, volviéndolo loco de pasión y amor.

 Felizmente, el shaman se adentraba entre los músculos internos de la itako; y ella que no podía dejar de gemir, las emociones se desbordaban y las sensaciones se volvían un cosquilleo constante que la ponían nerviosa impidiéndole estar quieta un sólo instante.

Anna no dejaba de acariciar a su esposo con aquellas suaves manos; quería acariciar todo su cuerpo, sus brazos, su cómodo pecho, su atractivo rostro.

Definitivamente estos eran los momentos más tiernos y placenteros que la pareja había compartido. Más no todo en estas relaciones es gozo y felicidad. No tardó mucho tiempo para que Yoh encontrase un molesto obstáculo en su camino, algo en la profunda intimidad femenina le impedía continuar.

Completamente poseído por el pacer, el shaman se preparó para forzar su pene al interior de la chica, sin notar las leves muecas de incomodidad y malestar que el rostro de la sacerdotisa adoptaba.

Las ansias y la excitación eran tal, que Yoh penetro con fuerza a la mujer; los sonidos cesaron en tanto el rostro de la joven ya no mostraba más emociones.

Las abundantes lagrimas escaparon inevitablemente de sus dolidos ojos. Anna se quejó, desgraciadamente su voz ya no era sensual e incitadora; el agobio la invadía intentando suplicar que esto terminara.

* Me lastimas !. *

Y se abrazó a él, rodeándole la cintura con sus largas piernas. E Yoh se vio forzado a apretar fuertemente los dientes mientras enterraba el rostro en el espacio aquel entre su cuello y los finos hombros. No podía verla de frente y percatarse del dolor que estaba experimentando.

Las embestidas se volvieron más lentas y suaves, todo con tal de que su querida Anna sufriese lo menos posible.

Si la memoria no le fallaba esta debía ser la segunda vez que le provocaba el llanto. Era él, siempre era él quien le hacia sufrir.

No paso mucho tiempo antes de que el dolor que invadía a la sacerdotisa se disipara paulatinamente, abriendo paso a una cálida aunque incomoda sensación que debía ser apaciguada, liberada.... era el placer mismo que nacía en el vientre de la chica; ansiedad desquiciante que disolvió por completo su dolor.

* Yoh, esposo. *

Su voz volvía a ser tentadora a los oídos del joven shaman quien de nuevo se vio envuelto en el paraíso aquel que formaban los brazos de la itako al rededor de él.

* Gomen ne, Annita, no quise... *

Un intento de disculpa que no pudo ser; los tentadores labios de la mujer callaron al shaman, otorgando un ligero y tierno beso envuelto en feminidad.

Asakura simplemente se dio el lujo de recibir los increíblemente cariñosos labios de su ahora esposa, abrazándola con todas sus fuerzas como si la poca distancia entre ellos lo matara de tristeza y soledad.

Y mirándola a los ojos con completa atención, se perdió por completo en el mar negro de tan hermosas joyas que la sacerdotisa utilizaba tanto para ver como para hipnotizarlo.

 Yoh volvió a introducir su pene con fuerza y pasión desenfrenados; la encantadora voz de la itako lo llamaba en forma de gemidos suplicantes.

* Esperé... esperé una eternidad por esto. *

Era cierto, el shaman tuvo que esconder y controlar todos esos profundos deseos que sentía por su antes prometida. Fueron años de fingirse sereno, cuando era precisamente esto lo que tanto deseaba: él y su Anna juntos en la habitación que compartirían como esposos... haciendo el amor.

Ella sólo cerró los ojos; confesarle que vivió la misma situación no era algo que deseara fuere del conocimiento de Yoh.

 La excitación y las demás sensaciones estaban llegando a un punto casi insoportable. Sus cuerpos cansados transpiraban irremediablemente, así ambas siluetas brillaron con la ayuda de la luz de la luna, testigo curioso que se asomaba por la ventana para ver como estos dos amantes no podían desperdiciar un sólo segundo, mucho menos un sólo beso.

La sacerdotisa luchó por contenerse y no dejar que las emociones fuesen liberadas tan rápido. Se sentía increíblemente bien; el miembro de su esposo que entraba y salía de su cuerpo de una forma casi desesperada. Exigente, constante, fuerte y desquiciante, pero... también suave, delicioso, excitante y cariñoso.

Anna no sólo había tenido una mezcla de dolor y placer cuya batalla fue el último el que ganara, sino también una inexplicable mezcla de emociones que apenas podía asimilar y distinguir.

Por un momento pareció que el cuerpo de la chica no soportaría más de aquellas delirantes penetraciones por parte de su esposo; la fuerza con que él ingresaba a su cuerpo era tal que hasta empujaba poco a poco la frágil figura hacia delante.

Luego, el escuchar gemir a Yoh casi sin control, la descontroló a ella también.  Quiere distraerse, pensar en otras cosas, pero con tan deliciosa sensación de ser penetrada, todo pensamiento que en su mente se alojaba se borró así nada más, dejando paso solamente a la exquisita y agotadora sensación del orgasmo que atacó su cuerpo.

Anna tembló incontrolable cuando los espasmos la recorrieron por completo, una pequeña sucesión de orgasmos la llenó plenamente, haciéndola llorar de placer mientras mordía con fuerza las sabanas y gemía más que satisfecha. Todo, en tanto sus cuerpos seguían moviéndose de adelante hacía atrás.

 * Yoh, ohh, Yoh... yo, yo... *

* ¡ Te amo, Annita !. *

* Yoh. *

El joven shaman retiró el miembro del interior de su amante-esposa tan sólo para venirse. Una copiosa eyaculación era derramada por su pene, salpicando el desnudo cuerpo de la mujer.

Asakura estaba exhausto debido a tanta actividad; ahora estaba cien por ciento consciente de que con Anna todo era cansancio para él, no sólo en los entrenamientos, sino también al amarla tan locamente como esta noche.

* ¿Te gustó, Anna?. *

* No, no... no me preguntes eso. *

El shaman rió traviesamente al notar la vergüenza expresada en el rostro de su mujer. Estaba claro que la itako era toda una dama, pues no podía tocar el tema del sexo tan abiertamente.

Pero no podía culparla, tan sólo contaba con diecinueve años, aun muy joven e inexperta, aunque no por eso inmadura. Quizás ese pudor se debía a la forma tan estricta y disciplinada con que ambos, no sólo ella, fueron educados.

Por su parte, Yoh, se había portado como todo un caballero, una actitud totalmente distinta a la del día de ayer. No es que la noche anterior fuera un grosero, pero si un chico enamorado que no podía soportar el estar lejos de su novia.

Hoy, un tanto arrepentido por su impaciencia y la difícil situación que le había hecho pasar a la sacerdotisa, la complació y amó cuanto pudo, en esta, su noche de bodas.

Esto aun no terminaba, si bien dudaban reunir fuerzas para continuar con otra frenética unión entre sus cuerpos, las suaves caricias y los dulces besos aun existían en la habitación.

* Yoh... *

* Dime, amor. *

* Bueno yo... *

El silenció siguió inmediatamente sus palabras.

La experiencia anterior le había hecho ver tantas actitudes y sentimientos ocultos en lo que al chico Asakura se refería, pero...

* Di-dime, ¿estas con migo tan sólo por el compromiso que nos unía, o para que tu familia tenga descendencia?. *

Yoh se mostró ligeramente sorprendido, para que la itako le preguntase esas cosas, quería decir que le valió el gran orgullo que la caracterizaba. Sonrió.

* Tonta, ya te lo dije. *

Anna no sólo se sobresaltó un poco, también se sonrojó. Su esposo la obligó a recordar cierta confesión que le había hecho escasos minutos atrás.

Si, él le había dicho que la amaba; aunque ella no le había puesto mucha atención; ¿cómo iba a hacerlo si las palabras las escuchó en medio de un fuerte orgasmo que deleitó a su cansado cuerpo?.

* Baka !!. *

Él amplió su sonrisa. No pudo evitarlo, ella sólo deseaba asegurarse de los sentimientos e intenciones del shaman, después de todo, los suyos ya los tenia bien claros.

* Y tu Annita, ¿qué me dices?. *

* No me vengas con eso de nuevo, ayer me hiciste la misma pregunta. *

* Si, y también recuerdo que a los pocos minutos abandonaste la habitación. *

La sacerdotisa arqueó una ceja. Si él creía que al haberle dicho que la amaba sería suficiente para que ella dijese lo mismo, pues el pobre estaba muy equivocado.

* Buenas noches, Yoh. *

* ¿Qué?. *

La itako no prestó atención a su esposo, sólo le dio la espalda y se cubrió, completamente dispuesta a dormir.

* Oye, Anna, Anna... no me hagas esto; no seas injusta. *

No importaba cuanto suplicase, ella simplemente lo ignoraba, demostrándole que lo de hace unos minutos, no cambiaria en nada la forma de ser de la joven.

* Anna??. Tan sólo dime: vamos a hacerlo más seguido, verdad?. *  _No hubo respuesta._ * ¿Anna?... Annita?. Ah, maldición. *

Yoh finalmente se rindió, abrazando desde atrás a su esposa y sintiendo su divino cuerpo. Resignado a dormirse sin saber que el obstinado silencio de su pareja, esta vez, significó una afirmativa a todas sus preguntas, sentimientos y deseos.

Después de todo, esta era la primera de muchas noches más.

  Finalizado .

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

El primer fanfic que escribo sobre ésta linda pareja, son la tercera pareja que apoyo de éste anime, después de HHxA, HxA ^^.

Deseaba realizar una historia sobre ellos, pero solo se me ocurrió unirlos después de su boda... y me encantó el resultado.

 ~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA AI.  Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 10 de Septiembre de 2003.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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4 years ago

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Ichigo And Tiny!Rukia
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