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Una Promesa Para Tres Aos
Una promesa para tres años
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Anime: Dragon Ball Z
Rating: M
Pareja: Vegeta & Bulma
Sinopsis: One-shot. Vegeta ya no estaba tan seguro de abandonar ese planeta. Pero no debía tomar una decisión apresurada, después de todo, tenía tres años para pensar en ello y mientras tanto... tener a esa mujer.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
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Bulma se la pasó trabajando hasta que no pudo más. Eso es lo que ella quería, mantenerse ocupada para no pensar. Así, por primera vez en la vida, la peliazul se rehusaba a pensar, pensar en la última infidelidad de Yamsha, la misma que dio fin a su historia con él.
Cómo deseaba ella no ser el genio que es, ser una total estúpida para poder tragarse la tonta excusa de su ex-novio.
Bueno, total, ya había pasado y ni siquiera le había dolido tanto cómo creyó que debía ser; esa relación era más tormento que nada.
Así fue cómo terminó trabajando en cuanto podía, todo lo relacionado con Capsule Corp., pero esta marchaba a la perfección, así que terminó por quitarle a su padre la responsabilidad de diseñar y construir todos los robots que Vegeta usaba en sus entrenamientos.
Entonces, Bulma agradeció en verdad que el sayajin destrozara en segundos las maquinas, porque así no solo ocupó su mente, sino que se sentía útil en esta futura batalla.
La mujer, incluso comenzó a ver al príncipe de otra manera. Como discutían a menudo sobre el funcionamiento de los robots, pasaron más tiempo juntos del que debían, quizá sin que ninguno se percatase de ello.
Y para cuando se dieron cuenta, ya estaban aquí, sobre la cama y completamente desnudos, él sobre ella, en silencio, tan solo mirándose fijamente.
El mirar de la mujer era más bien de cautela. Bueno, estaba un poco nerviosa, si, pero. . .
""¿En verdad está pasando?, ¿él y yo juntos?.""
Pensaba la joven, aun sin poder creer lo que estaba viviendo.
En cuanto a Vegeta, bueno, su ceño fruncido para variar, no dejaba mucho terreno para indagar que estaba pasando por su mente. Igual, quien sabe desde hace cuanto permanecía célibe. El guerrero necesitaba una mujer, eso era seguro y Bulma estaba ahí. Ella era la única y la más indicada, por así decirlo.
Esa agresividad le gustaba al sayan quien no pretendía acostarse con una chica que temblase de miedo ante él. Al menos la peliazul había dejado de temerle hace mucho tiempo.
""Eso está bien, me divierte.""
Pensó el guerrero mientras una sonrisa de superioridad le cruzaba el rostro.
Bulma se sonrojó, maldita sea, no necesitaba verse a un espejo para saber que así era.
* ¿Qué pasa, mujer?. . . ¿nerviosa?. *
La voz del príncipe sonó burlona y sin embargo tan varonil, esto provocó que el rojo en las mejillas de la mujer se intensificara, no obstante, Bulma fue capaz de enfrentar a ese hombre.
* ¿Por qué habría de estarlo?. *
* Podría matarte !!. *
* Atrévete y a ver quién te ayuda con tu entrenamiento. *
Vegeta alzó una ceja, su sonrisa se había borrado.
Él no necesitaba ayuda, necesitaba oponentes, pero incluso los robots eran más dignos que las basuras que ella tenía por amigos, así que. . .
El joven se dejó de conversaciones estúpidas que no lo llevaban a ningún lado y reclamó entonces los labios de aquella mujer; tan suaves y dulces, que al príncipe le resultaban algo irreal por lo que intensificó el beso, volviéndolo más profundo, exigente, agresivo, de forma casi salvaje, su lengua penetró en la boca de Bulma, obligándola a acompañarlo con la suya.
Fue tanta la brusquedad de ese hombre que incluso mordió el labio inferior de la joven, haciéndola sangrar.
¿Quién iba a pensar que él lo hizo superficialmente?. Vegeta se estaba controlando y sinceramente le estaba costando mucho trabajo. Todo fuese por no matar a la mujer.
""Dios sabe que si no lo hago, tendré que olvidarme del placer que estoy buscando.""
Pensaba el muchacho, una de sus toscas manos palpando el pecho izquierdo de la humana, quien cerró los ojos y gimió agradada.
Ese hombre era fuego, podía adivinar todo el deseo que embargaba a ese hombre en sus negros ojos.
La peliazul dejó a sus manos saciarse de aquel hombre y se enredaron en los alborotados cabellos del sayan, luego, mirándolo fijamente, se dedicó a llenarle de caricias el rostro.
Ella lo consideró atractivo desde la primera vez que lo vio.
""Lo malo no le quita lo terriblemente apuesto.""
Pensaba la chica, sin comprender porque ahora le parecía mucho más guapo.
Luego, sus pequeñas manos siguieron un camino imaginario, recorriendo los marcados músculos del guerrero, deleitándose con esa figura insoportablemente varonil; su fuerte tórax, esa espalda tan amplia que le encantaba y un poco más abajo, apretando su bien formado trasero.
El sayajin emitió un ronco gemido mientras Bulma sonreía traviesa.
Los ojos del príncipe lucían opacos a causa de la lujuria, misma que no pudo controlar.
Vegeta sostuvo por la cintura a la mujer y sin previo aviso, se dedicó a besar los redondos pechos de la humana, quien se arqueó ante la placentera sorpresa, deleitándose con la magia que ese hombre hacía sobre sus sensibles senos, mordiendo, lamiendo, succionando con nula delicadeza.
* Ahh, Vegeta. * _Ese hombre era un bruto cuando se trataba de acariciar a una mujer y sin embargo. . ._ * ¡ Me encantas !. *
Susurró la peliazul, aunque el guerrero parecía no escucharla, pues seguía dedicado a esa tarea de llenarla y llenarse de placer.
Aferrándose a aquella pequeña cintura, el sayan se deleitó con la suavidad de esa criatura, él era un guerrero, así que en su vida no había tenido un contacto con una mujer tan frágil y delicada, le parecían tan insignificantes y sin embrago, ahora no tanto.
Era agradable, en verdad estimulante.
* Exquisita !. *
Dijo él, más para sí que para la mujer, una vez que mordió suavemente el sonrosado pezón izquierdo.
El muchacho alzó el rostro, encontrándose con los azulados ojos de su compañera para esta noche, quien respiraba agitada, temblando, deseosa de más.
* ¿Qué pasa, mujer?, acaso soy demasiado hombre para ti?. *
* Hazlo !. * _Vegeta borró su sonrisa, ligeramente sorprendido ante la petición de la humana, petición que no esperaba._ * ¡ Hazlo ya !. *
Ella alzó la voz; sus hermosos ojos brillando intensamente. Ansiaba a ese hombre, por dios, estaba desesperada por sentirlo dentro suyo.
Vegeta arrugó el ceño.
""¡ Que mujer tan altanera !.""
Pensaba el sayan, ligeramente incomodo de que una simple terrícola lo apresurara y tratase de controlarlo. Pero al menos para sí, él tenía que aceptar que le atraía esa muestra de valor y carácter, lo incitaba y le fascinaba.
Así, Bulma separó sus piernas y Vegeta se posó entre estas, tomando el lugar que la chica le ofrecía. Ella buscó la mirada del hombre, cómo tratando de adivinar que pasaba por su mente en ese momento, más no logró que el mirar del guerrero se posara en ella.
Vegeta se posó sobre la mujer y empujó suavemente las caderas, clavando su espina en la intima flor de la mujer. Bulma arqueó la espalda, recibiendo al hombre; disfrutando el simple hecho de sentir cómo se abría y se amoldaba para él.
La chica no pudo evitar pensar en Yamsha, pues agradecía que Vegeta no hubiese sido el primero, de ser así, el dolor habría sido más grande y eso que el guerrero no aplicaba en su cuerpo ni la milésima parte de su fuerza.
""La destrozaría.""
Meditaba el sayajin, mordiendo el cuello de la mujer bajo su cuerpo, meciendo las caderas en un ritmo pausado, pero fuerte y constante.
* Eres muy grande !!. *
* Por supuesto. *
Los ojos azules de la mujer brillaban ante una emoción en la que se negó a profundizar, y en cambio, se adueñó de los labios del príncipe, negándose a abandonar su boca, luego, dedicándose a llenar de besos el apuesto rostro de su amante.
Él era fuerte, salvaje, bruto, era un hombre insaciable y lo adoraba. Bulma no se sentía completamente consciente de esta entrega, era tanto el placer que ese hombre le hacía sentir, que ella no podía hacer más que empujar las caderas una y otra vez, al encuentro del duro pene del sayajin, refregando su sexo contra ese palpitante miembro viril.
* Mmm, Vegeta. . . *
Bulma cruzó las piernas alrededor de la espalda del pelinegr6o, aferrándose a él. Cerró los ojos con fuerza, soportando el frenesí que nacía de su intimidad y que sacudió su frágil cuerpo.
Su vagina, agradecida, se contraía estimulando la espina del muchacho, induciéndolo a vaciarse en su interior.
Vegeta sonrió satisfecho y agradado, pero había pasado mucho tiempo desde que tuvo a una mujer para complacerlo, así que tenía mucha energía aun. Esa mujer no se iba a librar de él en toda la noche.
* ¿Qué pasa?, ¿es todo lo que me puedes dar?. *
* La verdad. . . * _Le hablaba ella, entrecortada, respirando agitada._ * es que quiero más. *
Tras estas palabras, Bulma comenzó a frotar su cuerpo contra el del sayajin, pegándose completamente a él.
Vegeta podía sentir bajo su pecho los senos de la mujer, y eso lo encendía, lo volvía loco, por Kami.
Y el hombre volvió a empujar las caderas una y otra vez, enterrándose completamente en el delicado y pequeño espacio que esa humana le ofrecía, regalándole este momento.
El guerrero buscó los labios de la mujer, ansioso por degustar su dulce calidez, ella gimió entre el beso, más poco después rompió este. El cosquilleo que la llevo al clímax volvía otra vez. Era el éxtasis más intenso, sofocante y maravilloso que solo un hombre cómo el príncipe sayajin, Vegeta, podía hacerle alcanzar.
* Ahhh, Vegeta. *
Bulma gritó su placer en el nombre de aquel que la poseía con fuerza y desesperación. Las fuertes palpitaciones de su vagina estimulaban y agradaron al príncipe, quien tras lanzar un ronco gemido, liberó su esencia, llenando a la mujer.
Las agitadas respiraciones eran lo único que se escuchaba en la oscuridad, lo único que esos dos amantes compartían ahora.
El sayan seguía con su pene clavado en la vagina de la mujer. Y fue Bulma la que buscó los labios de aquel hombre, probándolos sin ningún problema.
* Comprenderás que esta no será la única vez que te toque, ¿no es así?. *
Ella sonrió sutilmente, ante aquella amenaza, incluso sus ojos brillaban desafiando la oscuridad, ilusionada.
* ¿Lo prometes?.*
Sin dar una respuesta, Vegeta abandonó el cuerpo de su compañera, más no la habitación, ni siquiera la cama. Se quedó allí con ella, descansando de su locura.
Bulma lo miró por largo rato. El era un asesino, sádico, desalmado que solo pensaba en pelear y muy probablemente en destruir la tierra o en el mejor de los casos, conquistarla.
Más no le importó, ella quería estar con él.
""No puedes dejar ir a un hombre que te hace el amor de esa manera.""
Pensaba la joven, sonriendo, cerrando los ojos y durmiéndose poco después.
En cambio, Vegeta se preguntaba aun: ¿cómo pudo involucrarse con esa mujer gritona, mandona y vulgar?.
""Es verdad que es la mujer más hermosa que he visto, no solo de la maldita tierra, sino del universo entero.""
Pensaba el sayajin, recordando esa fragilidad que lo volvía loco.
* Tal vez quedarse aquí no sea tan malo.*
Susurró él para sí.
Vegeta había decidido largarse de este maldito planeta cuando venciera a los androides y por supuesto a Kakaroto, pero después de esta noche ya no estaba tan seguro.
El guerrero cerró los ojos, no tenía caso apresurarse a tomar una decisión, después de todo. . .
* Tengo tres años para pensar en ello. . . y para tenerla.*
Finalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Siempre tuve tantas ganas de escribir mi versión sobre este romance tan desquiciado y querido a la vez.
Creo que está bien, ¿no?, a mi me gustó mucho y es quería describir a Vegeta lo más fielmente posible a su personalidad y no darle sentimientos, los tiene, pero no en esa etapa, al menos no lo demuestra.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de "Fallen Angel".
Totalizado el 09 de Septiembre de 2007.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
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Porque me pertenece. --Capítulo 4--
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Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Hao & Anna
Sinopsis: Ella simplemente ha nacido para él, para Hao. Está destinada a él, porque le pertenece, siempre fue así... porque él la ama.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 4: “Ella no volverá” ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
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El grado de desesperación ya era insoportable incluso para un hombre tan despreocupado como lo era él.
La buscó como loco; sus amigos y espíritus no dudaron en recorrer minuciosamente por todo Funbarioka y las ciudades más cercanas, incluso el shaman recurrió a su amigo inglés, cuya técnica de radiestesia se tornó como su última esperanza. Pero nada... no había nada, la itako parecía haber desaparecido completamente.
* Maldición, maldición... ¿dónde demonios está?. *
Con palabras furiosas, Yoh Asakura dejó que su puño se precipitara hasta el piso de madera.
Estaba desesperado, ya no sabía que hacer para que la rubia regresara con él...
* Si al menos tuviera la seguridad de que ella está bien... *
La furia que lo embargara segundos atrás se volvió preocupación. Temía tanto por la seguridad de la sacerdotisa...
* Descuida, Anna está mejor que nunca... te lo aseguro. *
Escucharlo fue repentino, ni siquiera se había percatado de su presencia.
Su maldito hermano se encontraba a por lo menos cuatro metros alejado de él, sentado sobre el pasillo que daba hacia el jardín de la pensión.
La expresión tranquila en el rostro de su gemelo lo hizo fruncir el ceño. ¿Qué tan ciertas podían ser sus palabras?, después de todo se trataba del maniático shaman: Hao Asakura. Él era lo más parecido a un demonio sobre la tierra.
Yoh no pudo contenerse más, con tres o cuatro rápidos pasos eliminó la distancia entre él y su visitante.
* Más te vale no haberla lastimado, maldito... de ser así, juro que esta vez sí acabaré contigo. *
El menor, enfurecido, amenazó al intruso que no hace mucho se había llevado a su prometida.
Lo sujetó de la capa elevándolo ligeramente sobre el piso, no obstante, Hao sonrió divertido al ver la ira reflejada en los ojos de su hermano.
* Descuida... sufrió un poco al principio, pero después lo disfrutó mucho. *
El rostro del amo del fuego no podía estar más lleno de satisfacción.
Al escucharlo, Yoh lo soltó de mala gana; sus pupilas estaban contraídas, estaba sorprendido, sin duda. Y es que no era tan despistado como para no entender lo que Hao trataba de decirle.
¿A caso se atrevió a tocarla?. Si el desgraciado hablaba en serio entonces sí lo mataría.
Él amaba a Anna y no podía soportar la idea de que Hao la obligara a estar con él.
Celoso, desquiciado, Yoh le exigió al otro shaman que dejara de decir estupideces y le devolviese a la itako.
* No me crees?, ¿quieres pruebas?. *
Sin esperar una respuesta, el shaman de largos cabellos se despojó de la capa que a su pecho cubría, mostrando así la musculatura que con los años aumentó.
Su hermano menor lo observó seriamente... no entendía lo que significaba todo esto. Tan solo veía algunas cicatrices en su cuerpo y una que otra marca roja que apenas y se distinguía; tan solo rasguños en el cuello y pecho de aquel hombre.
* Y bien... ¿dónde están las pruebas?. *
* Ay !, hermanito, que inocente eres... las marcas que ves me las hizo tu querida Annita. *
El rostro de Yoh volvió a tornarse furioso, en tanto Hao se mostraba lleno de satisfacción de tan solo ver la reacción de su hermano.
El menor de los Asakura comenzaba a formarse ideas del porque Anna le había hecho eso al otro joven; el shaman de fuego adivinó la inseguridad que invadía a su rival y con gusto develó algo que le afectaría mucho más...
* Estaba loca de placer, ¿sabes?... bueno, se resistió al principio pero terminó por entregarse a mi por completo. *
Las pupilas de Yoh se dilataron.
Esa era una broma de muy mal gusto. Debía estar mintiendo, Hao le estaba mintiendo; la itako nunca permitiría que ese desquiciado la tocase, pero... ¿y si la obligó?, si la lastimó?.
El dueño del espíritu de fuego no recordaba haber visto a su hermano tan enfadado como lo estaba ahora. Sabrá dios que tanto pensaría en ese momento, pero por su expresión se notaba que lo odiaba. Hao estaba seguro de que su gemelo debía estar maldiciéndolo, hasta podía jurar que el menor de los Asakura deseaba matarlo con sus propias manos. Ese pensamiento hizo sonreír al shaman de largos cabellos, una sonrisa llena de satisfacción, una sonrisa de victoria.
* Pero, bueno... * _El tenso silencio fue roto por Hao mientras este se cubría de nuevo con su capa._ * solo vine para decirte que ella está bien... a mi lado. Así que no te preocupes. *
Las palabras del mayor de los shamanes estaban llenas de sarcasmo; le era tan divertido burlarse de su patético hermano.
Y francamente esa había sido la única razón por la que viniera a verlo... para burlarse de él, para echarle en cara que la itako ahora era suya y que mejor se olvidase de seguirla buscando pues aun cuando llegase a encontrarla él no la liberaría, e incluso estaba seguro de que la misma Anna se negaría a volver con el inútil de Yoh.
Justo cuando el shaman de fuego estaba por desaparecer del lugar, su hermano menor lo detuvo.
Es que no lo entendía... ¿por qué se la llevó?, por qué la está lastimando?. Si lo que quería era vengarse de él eso era algo que podía entender, pero no tenía porque haber metido a la rubia en todo esto, mucho menos ser capaz de hacerle daño físicamente.
* ¿No lo entiendes, hermanito?. * _Hao miró con superioridad a su gemelo mientras, con paciencia, le explicaba._ * Ella me pertenece... ha sido mía incluso mucho antes de hacerle el amor. El herirte al quitártela fue simple consecuencia. *
La sonrisa dibujada en el rostro del shaman de fuego fue lo último que Yoh pudo ver; Hao había desaparecido ante sus ojos dejándolo confundido y furioso, pero sobre todo sintiéndose impotente... le habían arrebatado de una forma tan fácil a la mujer que amaba, mientras tanto él seguía ahí, consciente de que muchas de las palabras de su hermano eran ciertas.
En especial la realidad de que Anna ya no lo amaba.
... La había perdido y ya nada podía hacer para que ella volviese a su lado.
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Pido perdón a las seguidoras de Yoh.
Este capítulo responde a las preguntas de muchos a cerca de qué iba a ser de este “pobre” hombre. Bueno, no trataré más lo que fue de él, por lo que los capítulos restantes se enfocan solamente a la relación entre Hao & Anna.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 12 de febrero de 2004.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 5 ||
Porque me pertenece. --Capítulo 6--
![Porque Me Pertenece. --Captulo 6--](https://64.media.tumblr.com/4250c4979f423207a0787a05776e8204/916d66e2b6c44a0a-45/s250x400/5eed20593b36a2660c777d0a84197d12b413bb17.jpg)
Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Hao & Anna
Sinopsis: Ella simplemente ha nacido para él, para Hao. Está destinada a él, porque le pertenece, siempre fue así... porque él la ama.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 6: “Porque te amo tanto” ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
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La joven itako estaba de rodillas frente al miembro de su amante; lo contempló por apenas unos segundos antes de tomarlo con ambas manos e introducirlo en su boca, degustando aquel pedazo de carne y haciendo gemir al shaman de fuego.
* A-Anna !... *
Hao apenas fue capaz de llamar a la chica.
Estaba sorprendido, era la primera vez que la rubia hacía algo así, y pensar que ni siquiera se lo había pedido.
La sacerdotisa comenzó a deslizar la lengua a lo largo de aquel instrumento sexual que la volvía loca de placer. Cerró los ojos dejándose llevar mientras disfrutaba y hacia disfrutar a su hombre; degustando el miembro masculino como si de un helado se tratase.
El gozo, la sensación de sentirlo palpitar dentro de su boca la llevó a meterlo y sacarlo cada vez más rápido al tiempo en que una de sus manos estimulaba los testículos del joven shaman.
El muchacho dejó que la rubia lo escuchara gemir en varias ocasiones. ¡KAMI!, ella era maravillosa.
Esa mujer lamía y succionaba golosamente, provocando grandes estragos al amo del fuego; el placer que la itako le estaba proporcionando era tanto, que el chico se dejó poseer por el intenso placer que recorría su miembro.
Desesperado por clavar su pene el interior del sexo femenino, Hao hizo que Anna se apoyase sobre sus cuatro extremidades en la cama, y sin decir una sola palabra, la penetró apresurado y ansioso.
* E-espera, Hao... aahhh !!... *
Anna se sorprendió ligeramente al sentirse penetrada de esa forma tan fuerte y rápida, pero excitante y profunda a la vez. Lo único que sintió fue placer recorrer su vagina conforme el miembro del shaman se adentraba cada vez más en su excitado cuerpo.
Los sonoros gemidos inundaron la habitación; la sacerdotisa creía morir de placer al sentir como se le ensanchaba la vagina para poder recibir el grueso y duro pene que clamaba por llegar al fondo de ella y quedarse allí hasta derramar su esencia.
Después de hacerlo tantas veces, Kyouyama comenzaba a acostumbrarse a la forma tan posesiva en que el muchacho le hacia el amor. Y quizás era más que simple costumbre... Hao se había vuelto cuidadoso después de la primera vez que lo hicieron, no obstante seguía siendo un hombre fuerte y agresivo en el arte de amar.
Inconscientemente comenzó a compararlo con Yoh... No, no, nunca estuvo con el menor de los gemelos Asakura, pero teniendo en cuenta su pacifica y sumisa forma de ser, Yoh hubiese sido un amante pasivo que la hubiese hecho suya con un cuidado extremo...
“Y hasta exagerado.”
Pensó la itako.
Y eso no era lo que ella quería, no. De haberse casado con el niño bueno de la familia, viviría insatisfecha tanto sexual como sentimentalmente.
Más pensar en ello ya no tenia ningún caso. Ahora era la mujer de Hao Asakura, el shaman más poderoso que haya pisado la tierra; es cierto, él no se convirtió en Shaman King pero el título era algo sin importancia; de haber querido, el joven de largos cabellos lo hubiese ganado con suma facilidad.
Hao es el hombre fuerte y posesivo que Anna siempre quiso y se lo estaba demostrando justo en este momento, cuando sus fuertes envestidas hicieron que la rubia suplicase porque siguiera dentro de ella.
* N-no, no te detengas... *
Anna movía las caderas al ritmo que le marcaban las penetraciones del chico Asakura, quien había logrado introducir la totalidad de su pene; entrando y saliendo, siendo deliciosamente aprisionado por la vagina de la mujer.
Habiéndose tranquilizado un poco, Hao entraba y salía suavemente del interior de su mujer, siempre adentrándose un poco más en cada embestida; escuchando satisfecho como jadeaba la itako mientras recibía completamente aquel pedazo de carne caliente.
Esos bellos ojos negros estaban nublados por la ansiedad y el deseo, y al girar el rostro para poder ver a su amante, Anna solo pudo excitarse aun más.
Verlo tan dedicado y apasionado, penetrándola de aquella forma tan desquiciada, simplemente la hacia feliz, le hacia desear que esto fuera algo que hicieran eternamente.
* Hao... yo, yo... *
Las palabras de Anna se cortaron; el miembro de su amante se había enterrado completamente en su cansado cuerpo.
El joven de largos cabellos se detuvo por un momento, entreteniéndose al acariciar las caderas y la espalda de la joven.
* Me tienes loco de deseo por ti, un maldito deseo que no se acaba... *
* Haoo !!... *
El nombre de su amante fue apenas un pequeño susurro. Anna estaba tan cansada y entregada que recargó la cabeza sobre la cama, dejándose poseer al entero gusto del shaman de fuego mientras su vagina se llenaba completamente con el duro pene del muchacho.
* ¡ Te amo... Hao Asakura !. *
Su confesión fue acompañada por suaves suspiros y jadeos, mientras en medio de su cansancio, solo sentía como el shaman comenzaba de nuevo a moverse encima de ella.
La sacerdotisa gemía y pujaba fuertemente al sentir los golpes del pene del hombre sobre ella, ese miembro masculino que se ensanchaba cada vez más, haciendo que la excitación de la joven rubia llegara al esperado clímax.
Abrió desmesuradamente los ojos, el placer la recorría infrenable; su sexo se contraía, apretando el pene del shaman, como tratando de retenerlo dentro suyo por más tiempo.
Anna gimió cansada y satisfecha; en ningún momento esperó que Hao saliese por completo de su vagina e inmediatamente después la penetrase nuevamente hasta el fondo de una sola embestida.
* Aahh, Haooo !!... *
Un grito emergió de sus secos labios.
La itako fue presa de un nuevo y sorpresivo orgasmo el cual estremeció su cuerpo, haciéndola jadear de gozo y placer mientras el muchacho seguía penetrándola por un rato más hasta que, sin decir una sola palabra, salió completamente de su mujer.
Los ojos de Anna se posaron curiosamente sobre el atractivo rostro de Hao; él aun no terminaba y estaba frente a ella con el pene aun erecto... no lo pensó dos veces...
Por segunda vez en la noche, la chica tomó con sus manos el miembro de su compañero, introduciéndolo a su ansiosa boca.
Solo pudo recorrerlo con sus labios y lengua por breves momentos.
* A-Anna... oohh, Anna !!... *
El shaman suavemente la sujetó del rubio cabello mientras gemía profunda y sonoramente; eyaculando dentro de la boca de la mujer, quien saboreo y bebió lo más que pudo del salado semen de aquel hombre.
Cuando todo hubo acabado, Hao besó y abrazó a la sacerdotisa, para luego recostarla con suavidad, cubriéndose a ambos con las sábanas.
No importaba que el deseo sexual se hubiese esfumado, él seguía besándola insaciable, y ser correspondido por Anna le producía una sensación que no podría describir con simples palabras, solo sabía que lo que más deseaba en esta vida era la compañía de la joven.
Tanto la quería que incluso la acarició con tal suavidad que la itako apenas y sentía los delicados roces de las manos masculinas, como si éste temiese lastimarla de nuevo.
* Me tratas como si fuera de cristal. *
* Para mí lo eres. *
La chica sonrió.
Le había gustado mucho lo que hicieron; habiendo sentido emociones y sentimientos de por medio no era para menos el haber disfrutado de la compañía, las caricias y los besos de este hombre, de su cuerpo... de él.
Anna acarició con cariño el rostro del shaman de fuego; no entendía, en verdad no entendía como es que alguien como él pudo haberse ganado su frío corazón. ¿Cómo lo logró?, si incluso la lastimó la primera vez, entonces... ¿por qué?, ¿por qué se enamoró de él?.
* Sabes?, Anna... desde que estás conmigo, me siento el hombre más feliz del mundo... ya no podría vivir tranquilo sin ti... *
* ¿Q-qué dices, Hao... ?. *
Ni siquiera se dignó a mirarla, los apasionados ojos del primogénito de los Asakura se posaron entretenidos sobre el fascinante techo de la habitación. Más fueron las palabras del amo del fuego la respuesta que ella tanto buscaba.
Él la necesitaba, y ella al darse cuenta se enamoró perdidamente de ese hombre. Es que... ¿quién iba a pensar que éste shaman tenía un corazón?... corazón que la amaba a ella y solo a ella.
Ya se lo había dicho con anterioridad, pero no le creyó del todo. Más ahora estaba segura de ello, que Hao la amaba... y ella a él.
* Y-yo soy feliz... de ser tu mujer, Hao. No quiero separarme de ti... nunca !!. *
El joven de largos cabellos sonrió, una sonrisa corta.
Los labios de la sacerdotisa se habían posado sobre los suyos, envolviéndolo en un mar de sentimientos que solo ella lograba despertar en él... y entre todas esas sensaciones, la que más le importaba era el amor, su amor por ella.
Anna terminó acurrucándose entre los brazos de su amante mientras con suavidad acariciaba el pecho de éste.
Lo sentía mucho por Yoh, pero incluso antes de que Hao se la llevara, ella sabia perfectamente que no amaba, ni llegaría a amar al menor de los gemelos Asakura.
El sueño ya comenzaba a cerrarle los ojos, pero el recuerdo de una inquietud que necesitaba preguntarle al muchacho, la hizo resistirse a dormir...
¿Por qué?, ¿por qué había dicho que ella le pertenecía?. No lo entendía, quería saberlo...
Hao Asakura sonrió complacido; comenzaba a creer que jamás se lo iba a cuestionar.
Le explicó que a lo largo de la historia de la familia Asakura, siempre se le destinaba la mujer con mayor poder espiritual al primogénito de la generación... en este caso, ella.
* Esa es la primera razón por la cual tenías que ser mía. *
Le dijo él
La itako no pudo evitar la sonrisa sutil que adornó su hermoso rostro.
Escuchó atenta cada palabra de su joven amante mientras éste le acariciaba su rubio cabello. Por un momento creyó que las razones serían otras; bueno, le hubiese gustado oír otra cosa, que la amaba... solo una vez escuchó esas palabras emerger envueltas en su voz varonil, pero... lo único realmente importante para ella era estar con Hao.
Él era su hombre, su dueño, su vida... su amor.
Con los ojos llenos de amor por el shaman de fuego, Anna terminó durmiéndose a los pocos minutos.
Mientras, Hao seguía observándola detalladamente, estrechándola para dormir abrazados. Cuidadoso de no despertarla, depositó un suave beso en la frente de la mujer.
Y cerrando los ojos, comenzaba a dejarse vencer por el cansancio, mientras la verdadera respuesta permanecía plasmada en su mente.
Un susurro escapó de sus labios, débil murmullo incapaz de llegar a los oídos de la chica, incapaz de despertarla y hacerle saber lo que en verdad llevó al muchacho a decir que ella le perteneciera.
* La segunda razón, y la única importante, Anna... ¡ es que te amo !. *
Con estas palabras, Hao se dejó envolver por el sueño, un hermoso y tranquilo sueño. Uno de esos sueños que solo tiene desde que ella está a su lado, desde que ella duerme entre sus brazos...
... desde que Anna y su amor... le pertenecen.
Finalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Tengo la sensación de que el final estuvo un tanto romántico, por no decir cursi ^^. Quise que éste último capítulo tuviera lemon y romance... espero que así haya sido.
En cuanto al shaman de fuego, creo que él es muy posesivo y al sentirse atraído por la itako decidió que ella tenía que pertenecerle solo a él, de ahí surgió todo el fic.
Anna... ella le correspondió por una de esas locas ironías del destino... ¬¬’ .
Y por último Yoh... quise hacerlo sufrir porque fue el más afortunado de los gemelos, lo cual es injusto, por ello hice que Hao le arrebatara lo más importante para él... Anna.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 12 de febrero de 2004.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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Porque me pertenece. --Capítulo 5--
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Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Hao & Anna
Sinopsis: Ella simplemente ha nacido para él, para Hao. Está destinada a él, porque le pertenece, siempre fue así... porque él la ama.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 5: “Lujuriosos pensamientos” ::.
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.
* ¿Le dijiste?. *
Con esa pequeña pregunta lo recibió.
Él había ido a hablar con su hermano; tenía que decirle que ella estaba bien y que no se preocupara más. Fue un favor que la itako le vino pidiendo durante varios días y que él aceptó.
Lo hizo por ella, por sus lindos ojos negros que suplicantes lo miraban, además aprovechó para hacerle la vida imposible a su gemelo menor.
Sí... le dijo cuanto disfrutaba de hacerle el amor a la joven sacerdotisa, y como ella terminó por entregársele plenamente. Ahh, ver la mezcla de furia y tristeza en el rostro de su hermano sería un grato recuerdo que permanecería en su mente por mucho tiempo.
Pero ahora tenía cosas mucho más importantes que hacer, que pensar... que desear.
Sin responderle a la chica, el shaman se acercó a ésta para abrazarla suave pero firmemente.
Quiso mirarla a los ojos y vagar en el mar de sensaciones que esto le provocaba; le gustaba hacerlo pues al clavar la mirada en esas bellas gemas negras, éstas le reflejaban lo que el joven de largos cabellos tanto deseaba saber... que le pertenecía. Era como si la misma Anna se lo dijera con palabras.
Deseoso por completo de ella, la besó intensamente, permitiendo que su lengua se aventurase a viajar el interior de la boca femenina para jugar traviesamente hasta encontrar a su compañera de juegos... la lengua de la chica.
Hao la sostenía aferrado a su pequeña y fina cintura, en tanto ella ni siquiera lo abrazaba, tan solo se dejaba hacer. Que el shaman la recorriese y besara a su entero gusto.
Y si bien pareciera que ella poco participaba en aquel contacto, sus ojos cerrados y el rojo en sus mejillas le hacían ver al joven lo mucho que su amante disfrutaba de sus caricias, sin mencionar que la rubia, al igual que él, parecía querer comérselo a besos.
Pronto el shaman de largos cabellos castaños deslizó sus ardientes labios hasta el cuello de la sacerdotisa; quería tatuar las huellas de sus besos en esa blanca piel de porcelana, esas marcas prueba de que la mujer era de él y solo de él.
* E-en serio, Hao... ¿solo le dijiste que no se preocupara, ni me buscara más?. *
La duda hizo que la itako, entre jadeos, insistiese en saber hasta que punto llegó esa conversación entre hermanos. Conocía al hombre que ahora la besaba; no iba a conformarse con solo decirle eso a su hermano, no!... seguro lo molestaría con, con...
* Le dije todo... * _Confesó sin siquiera hacer caso a las palabras de la rubia._ * ... que eres mía, que me amas, y que mejor se olvide de ti. *
Terminó de decirle mientras deslizaba los finos tirantes del vestido de Anna, haciendo que estos bajaran develando un poco del cuerpo de su linda mujer.
* Pero, Hao... no debiste de... *
Anna no pudo terminar de quejarse pues los labios del apasionado shaman habían vuelto a ocupar los suyos, elevándola suavemente y haciéndola olvidarse de todo aquello que no fuera el hombre frente a ella.
El joven de morena piel dejó que los tirantes del vestido se deslizaran por completo, provocando así que la prenda de ceda blanca cayera al piso.
En cuestión de segundos la itako quedó expuesta ante Hao, siendo la delgada ropa interior el único obstáculo para el shaman de fuego.
* Luces muy linda así. *
Las mejillas de la sacerdotisa volvieron a adquirir tonalidades rojas gracias a las palabras de su amante.
No sabía si el chico intentaba sonar tierno o sensual con aquella frase. Sin embargo no pudo pensar más en ello, Hao la besaba nuevamente y cada vez con más deseo mientras permitía que sus grandes manos exploraran el frágil cuerpo de la mujer.
Los besos eran tan intensos y ardientes, que la rubia ni siquiera se dio cuenta en que momento fue despojada del resto de su ropa; viéndose a si misma desnuda, una vez más, frente a aquel shaman de mirada seductora.
Era inevitable, ella también lo deseaba a pesar de no encontrar razón alguna para hacerlo.
Anna lo despojó de aquella ropa que tanto le estorbaba en ese momento; atenta, observó como los pantalones del joven caían al suelo, mostrándose ante ella el miembro erecto de su amante. No podía creerlo, él ya estaba listo para penetrarla y no había pasado mucho tiempo desde que se dieron el primer beso de la noche.
Las ideas iban y venían sin dejar recuerdos claros en ella; sintió como el shaman la tomaba entre sus brazos y la llevaba hasta la cama, haciéndola sentarse al borde de ésta.
Callada, nerviosa, observaba como Hao le separaba lentamente las piernas; los escalofríos llegaron a ella conforme los traviesos dedos del joven le recorrían la piel, incluso arqueó al espalda al tiempo en que emitía un sin fin de gemidos placenteros.
Así, el shaman aprovechó para posar la cabeza entre las piernas de la itako. Las ansias eran tantas que de inmediato se dedicó a explorar el sexo femenino.
* No espera, Hao... no hagas... aahh !!. *
De nada servían las palabras de la sacerdotisa; el joven se dio a la tarea de separar cuidadosamente los labios vaginales de la itako para introducir lo más posible su lengua.
Anna se sintió incapaz de abrir los ojos, las caricias de su amante la estremecían y ni que decir de su lengua fungiendo como intrusa en su cuerpo.
Lo que hubo comenzado como pequeños besos a su clítoris cada vez se volvió más intenso, la mujer solo podía retorcerse conforme los labios del muchacho succionaban su vagina.
Fue entonces que la rubia separó completamente las piernas para que el contacto fuera mayor; le encanta lo que estaba sintiendo, le producía un placer increíble, era una sensación de choques eléctricos que la hacia jadear y gemir sin poderse controlar.
Estaba completamente agitada, apretando las sábanas mientras se retorcía de placer; hasta que llevó las manos a la cabeza del shaman, enredando los dedos en su largo cabello castaño, acariciándolo suavemente ya sin poder apartar la mirada de ese hombre tan apuesto.
Se mordía los labios para no gritar, no quería que esto terminara todavía. Y aunque hubo momentos en que estuvo muy emocionada y jadeaba sin parar, sentirlo introducir su lengua en su vagina mientras ésta se abría paso para permitirle la entrada a Hao, era algo que la estaba volviendo loca.
Su insaciable amante introducía y sacaba su lengua cada vez más rápido produciéndole a la joven una sensación de ansiedad muy grande dentro de ella y que crecía segundo a segundo.
* Hao, aahhh... Haaooo !!. *
Gimiendo locamente debido a un delicioso orgasmo, la itako se retorció nuevamente aun con la cabeza del chico entre sus piernas.
El corazón le latía rápidamente y respiraba agitada; terminó por extender los brazos hacia arriba como tratando de relajarse.
* No sé porque... pero creo que te gustó. *
* ¡Baka!. *
El joven Asakura rio divertido.
No era la primera vez que le hacia algo así a la sacerdotisa, pero siempre se sorprendía de la forma en que la chica gemía por él; adoraba escucharla.
La itako se encontraba cansada, pero el shaman apenas estaba entrando en calor, calor que lo llevó a deslizar sus atrevidas manos por todo el cuerpo femenino, sintiendo, explorando y disfrutando de cada rincón que tocaba.
Hasta que ajustó las manos a los bellísimos senos de la rubia, acariciándolos suave y lentamente, disfrutando de la incomparable sensación de sentirlos con sus manos, para luego estrujarlos con fuerza y excitación.
Complacido la escuchó gemir; estaba dispuesto a seguir hasta que....
* No, espera... * _Fue detenido por Anna._ * ... es que a veces... me lastimas. *
* ¿Te lastimo?. *
Su amante la miró incrédulo.
Solo le había hecho daño una vez, la primera noche que estuvieron juntos, cuando se la quitó al imbécil de su hermano. Recordaba muy bien el dolor opacando la belleza de rostro, estaba más que arrepentido de haberla forzado, pero... incluso ahora suprimía casi toda su fuerza con tal de no hacerle el más mínimo daño... porque la amaba.
La itako lo miró como si leyese su mente.
Él se excitaba tanto que la poseía de una forma tan fuerte y violenta que a veces le causaba dolor, aunque también mucho placer...
Permanecieron en silencio por unos momentos mientras se acariciaban mutuamente. Poco después, el shaman reinició con la lluvia de besos sobre aquel cuerpo de pálida piel, entreteniéndose con el sensible cuello de la chica con lo que la hizo gemir sutilmente.
* ¡ Lo siento !. *
¿Había escuchado bien?; se había disculpado con ella de la forma más tierna y tranquila que pudiera recordar.
Agradada, lo besó con pasión inusual en ella; primero posando sus labios sobre los del muchacho para luego trazar un camino por todo su musculoso y perfecto cuerpo.
Viajando de la boca al cuello del shaman para seguir bajando lentamente hasta detenerse frente al pene que ya varias veces había estado dentro de su cuerpo.
Ahí estaba ella, de rodillas observando el miembro de su amante. Contemplándolo por apenas unos pocos segundos; alzó la mirada y buscó la del chico cuyos ojos se hallaban clavados en ella.
El joven pasó la lengua alrededor de sus labios, como saboreando lo que Anna iba a hacer.
Hao le sonrió lujuriosamente a la rubia, incitándola a continuar y llevar a cabo los morbosos pensamientos que ocupaban su mente...
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Otro encuentro en la cama, aunque éste está algo suavecito.
La situación está inconclusa ya que la continuaré en el siguiente capítulo, que por cierto, contendrá el final.
Soy perversa, lo sé, dejé la parte más interesante para después 7w7.
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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 12 de febrero de 2004.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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|| Capítulo 6 ||
1/3 de mis puros sentimientos.Capítulo 3
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Anime: Rurouni Kenshin
Rating: M
Pareja: Sanosuke & Kaoru
Sinopsis: Songfic. Aunque te ame al punto de quiebra, no sería capaz de decirte un tercio de lo que siento. Puros sentimientos corren y no soy capaz de decirte que te amo.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 3 ::.
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Ya estaba la noche bien entrada en el Dojo Kamiya.
Kenshin permanece dormido en su habitación; su sueño solo pudo ser interrumpido por una sensación en el aire y unos débiles quejidos que apenas lograba escuchar.
Curioso, se dirigió al lugar de donde provenían aquellos sonidos: la habitación de Kaoru-dono.
Con extremo cuidado entreabrió la puerta corrediza de la recamara, sobreabriendo los ojos al presenciar lo que estaba pasando ahí dentro...
Kaoru; la "pequeña" Kaoru, estaba desnuda y empapada de sudor, con su largo cabello sobre sus hombros y espalda... ¡hermosa!.
Sí, realmente linda, si no fuera porque alguien estaba con ella con el cuerpo igualmente desnudo y bañado en sudor; un hombre bastante alto estaba sentado sobre el futón de la mujer, y además tenia a esta sentada sobre su cuerpo, tocando el mismo con ansias sin apagar.
Esas imágenes sorprendieron al rurouni... ver a la jovencita en esas condiciones sencillamente no le agradaba y mucho menos estando con alguien que no era él.
* Ahh, ah... sí, por favor sigue. *
Las suplicas de Kamiya trajeron a Kenshin al mundo real; la jovencita estaba gozando aquella situación; sus mejillas estaban sonrosadas y sus ojos entrecerrados por el esfuerzo.
* Jo-chan, eres maravillosa. *
Esas palabras... "Jo-chan". Sanosuke era el único que la llamaba así, entonces... él era...
En ese momento, el amante de Kaoru giró su rostro en dirección a Kenshin, no porque lo hubiese visto, sino porque buscaba el cuello de la chiquilla para recorrerlo con sus labios. Sí, definitivamente era Sanosuke, ¿Por qué él?.
El pelirrojo recordó que el jovencito le comentó en cierta ocasión, cuanto quería a Kaoru... pero Kenshin no pensó que se refería a quererla de ese modo. Pensó que Sano la quería como a una hermana pequeña y que por ello la protegía de todo, cuando el mismo no podía, o aunque pudiera... el trataba de que nada le pasase a la mujer.
Además, la forma como se portaba con ella; siempre la molestaba, le gustaba hacerlo... como un hermano mayor. Jamás creyó que su cariño fuera diferente.
Ahora que lo pensaba desde ese punto de vista, desde hace unos meses esos dos permanecían juntos gran parte del día; al principio Himura pensó que quizás habían logrado llevarse mejor... y vaya que así era, pero no pensó que tanto.
Una lluviosa tarde, Kaoru y Sanosuke habían llegado juntos al Dojo; empapados. Kaoru con la camisa del chico cubriendo su cuerpo y con cierto rubor en sus mejillas. No le tomó importancia en ese momento, pero ahora todo tenía más sentido... ese día había pasado algo.
Ahora, ahora Sanosuke tenía a la pequeña Kaoru entre sus brazos y de espaldas a él; aprisionando los senos de la mujer con sus fuertes manos y haciéndola subir al cielo y caer de nuevo a la tierra con cada beso, con cada caricia.
Observando como iba recorriendo el frágil cuerpo de Kaoru-dono; deslizándose desde sus pequeños senos hasta la intimidad de su vagina, y de paso recorriendo sus delicadas piernas... el rurouni comenzó a enfadarse, si seguía viendo esas escenas Battousai saldría a relucir y aniquilaría a Sanosuke por muy su amigo que fuese.
Mientras podía mantener el control, seguía "admirando" la unión de los cuerpos de los jovencitos. El pene erecto de Sagara estaba listo para entrar en el cuerpo de la chiquilla... seguramente ya llevaban rato juntos y estimulando sus cuerpos mutuamente.
Antes que nada, Kaoru le dio un largo beso en los labios a Sanosuke; el joven se sonrojó y correspondió al beso con tal entusiasmo y dedicación, como si quisiese llevarse hasta el alma de la chica, explorando las profundidades de su boca.
Sus lenguas se encontraron e iniciaron su propia comunicación, se unían y deslizaban rozándose mutuamente buscándose y hallándose en cada beso, en cada mordida... se unían.
El fuego que alimentaba su pasión debía ser apagado lo más pronto posible; era casi imposible seguir soportando el calor... debían apagarlo y la única forma de hacerlo era uniéndose.
* Por favor Sano, deja de jugar y toma mi cuerpo. * -Pidió la jovencita.- * No ves que me torturas con tus caricias?. *
Sagara sonrió traviesamente por hacer sufrir a su victima; indicó que estaba de acuerdo en dejarse de juegos y llegar a la parte más emocionante de su encuentro.
Con cuidado, Sanosuke acostó a su chica sobre el piso; el se recostó suavemente sobre el cuerpo femenino y dejó que sus labios jugaran un rato con los de la muchacha.
Sin saciarse aun y tratando beber de la sangre de su Kaoru, el muchacho se enfocó en los pechos de la joven.
""Bendita sea la naturaleza por crear a las mujeres; aun más por darme a Kaoru y por supuesto... por los cambios femeninos que se han acentuado en su cuerpo.""
Pensaba Sanosuke, hipnotizado por la belleza y fragilidad del cuerpo al que poseía.
Con suavidad, llenó de besos el cuerpo femenino, cual lluvia que cae sobre la tierra... con gran insistencia.
* Cada beso que mis labios te brindan; cada beso en tu cuerpo y labios... suman lo mucho que te quiero... los has contado?. *
Confesó entrecortado por la emoción de tenerla entre sus fuertes brazos, de saberse y sentirse el primero en su cuerpo, vida y corazón.
Tal cual era la emoción del muchacho, que para nada se percató que tenia publico presenciando su momento más intimo y privado.
Sagara se deslizó con extremo cuidado entre las piernas de su Jo-chan. A sabiendas de que la mujer era demasiado frágil a pesar de que trataba de demostrar lo contrario. Luchaba contra su excitación tratando de no lastimar a la chica que en una tarde lluviosa de verano, le robara el corazón.
* ¡ Mmm !. *
Un débil quejido de incomodidad, quizás de dolor, alertó al muchacho.
Envolvió a Kaoru con sus brazos y prodigándole un calor que solo fluía para ella, la sentó sobre sí sin dejar de introducir su pene en la vagina de la chica, haciendo que su hombría entrara en ella con cada embestida, con cada empujón a la intimidad femenina.
Amasando el seno izquierdo mientras la miraba a los ojos, Sano logro entrar por completo en la cavidad de Kamiya; ella se refugió en sus brazos... descansando la cabeza sobre el hombro del joven; cerró los ojos dejando que un amplia sonrisa le inundara el rostro.
El joven al que amaba, en verdad amaba, estaba dentro de su cuerpo... mejor, mayor placer no conocía ni deseba conocer.
Pero... ¿y Kenshin?. Creía haberle tenido amor, pero no era así solo le tenia un incomparable cariño y respeto que fácilmente confundió con amor.
Cierto día se dio cuenta de cuan equivocada estaba... Sagara entro de golpe en su corazón con tan solo una sonrisa, y con tan solo un beso logro enamorarla por completo. O quizás solo esperaba a que el chico exteriorizara su sentir para con ella.
Por su parte, Sanosuke también sonreía, tanto su rostro como su interior. Se sonreía a sí mismo por lograr la plena felicidad al unir su cuerpo al de Jo-chan.
La vida no había sido muy bondadosa con el; no sabía que era la felicidad hasta que conoció a sus amigos, muy en especial a la jovencita.
El que no sonreía para nada era el samurai, en el, había renacido ese extraño e incontrolable deseo de matar, matar al hombre que estaba dentro de Kaoru-dono; matar a aquel que esa noche, quizás muchas atrás, dejara de ser su amigo, su mejor amigo.
Permaneciendo a la expectativa, desenfundaba su espada con extrema cautela y lentitud... estaba decidido a aniquilar al maldito traidor de Sano, pero...
* Te quiero. * _Pronunció Kaoru._ * En verdad, si no estuvieses conmigo, me moriría de dolor, no soportaría perderte ahora que te tengo. *
Esas palabras lastimaron a Kenshin tanto o más que el hecho de ver como esos dos fundían sus cuerpos en uno solo. Lo despertaban a la realidad y le hacían ver que matar a Sanosuke no arreglaría nada, no porque no lo hiciese sentirse mejor, sino porque Kaoru lo odiaría como nunca hubiese odiado.
El hecho de que no lo amase ya era demasiado como para todavía soportar el dolor de su desprecio. Todo eso sin contar que lo que más amaba Himura en la chiquilla era su pureza y bondad, el saber que nunca había sentido odio y rencor; si ella sintiese esas emociones al aniquilar a Sano, sería solo por su culpa y por consiguiente, la causa de que su espíritu se manchara... no quería eso.
Desistió de su intención de eliminar al chico, mientras presenciaba las interminables embestidas que Sanosuke daba al cuerpo de la mujer.
Como el sudor de ambos chicos se confundía al recorrer sus cuerpos y los gemidos de placer que la muchacha emitía en reacción a las caricias de Sagara.
Los interminables besos que intercambiaban los labios de aquella pareja... y esas miradas llenas de ternura que por supuesto nunca había visto en ninguno de ellos, todo; todas las demostraciones de amor que se prodigaban: besos, caricias, miradas, suspiros y sonrisas; todas y cada una de ellas eran más letales que la herida más profunda que cualquier espada pudiese hacerle a su cuerpo.
Le causaban más dolor y sufrimiento a su alma, y le hacían derramar lagrimas, quizás no sangre, pero vaya que dejar fluir las lagrimas era mucho más desesperante que ver una herida sangrar... Maldito destino.
Mientras tanto, Sanosuke devoraba a Jo-chan con besos y ella apenas era capaz de responder a las exigentes caricias del joven.
Con más rapidez, pero moderando su fuerza, Sagara se deslizaba con facilidad dentro de Kaoru, no en balde ya habían hecho el amor algunas veces atrás, además la excitación de la chica facilitaba las cosas.
* Jo-chan. *
La llamó mientras recorría su cuello y suspiraba con suavidad.
* ¿Sí?. *
* ¿Sabes cuanto te quiero?. *
* Sí, lo sé. *
Respondía ella, tratando de poner completa atención a sus palabras.
* ¿Pero que tanto?. *
* Lo suficiente para estar conmigo ahora. *
* Así es. * -La interrumpió.- * Y tanto... tanto que me duele el corazón... yo...*
Inesperadamente los labios de Kaoru se posaron sobre los de Sano, impidiéndole seguir confesando su sentir.
La emoción hacia vibrar no solo los cuerpos, sino también sus corazones.
¿Cuánto más podían soportar el fuego y calor que llevaban dentro?. Varias veces se hicieron esa pregunta y al final terminaban buscándose para acabar embriagados el uno del otro...
Kenshin cerró con cuidado la puerta y se dispuso a dejar en paz a la pareja. Debía irse, el era un vagabundo y aunque quisiera no podría ofrecerle algo a Kaoru... al menos Sanosuke tenía la juventud que él ya comenzaba a perder.
Caminó a lo lejos acompañado por los gemidos de amor de los muchachos, con eso, incapaz de dar marcha atrás.
Kaoru y Sanosuke no tenían la más remota idea de que alguien los había visto, mucho menos sabían que ese alguien ya se había alejado de sus vidas.
Estaban tan inmersos en si mismos que nada más importaba en esos momentos, solo la emoción y pasión que los desbordaba.
Intentando apagar las llamas que consumían sus cuerpos y corazones, se movieron frenéticamente; elevándose al cielo con cada roce entre sus cuerpos.
Respirando entrecortadamente y con dificultad, se desbordó el mar de sentimientos que escondían; Kaoru se aferró a los brazos de Sagara al sentirse desfallecer por el dolor y placer que experimentaba. Sano apretaba contra si el cuerpo de Jo-chan tratando de no dejarla ir jamás de su lado mientras besaba con pasión el cuerpo de la chica.
Entrando y saliendo del cuerpo femenino por última vez en la noche, dejando escapar el líquido seminal que hubiese retenido a lo largo de la relación, sólo para llenar a la mujer con su esencia.
Kamiya se dejó recostar en el suelo con el cuerpo de Sano sobre el de ella mientras respiraban apresuradamente.
Sanosuke recargó la cabeza sobre los pechos de Kaoru, tratando de escuchar el latir de su corazón; ese latir apresurado e incesante que clamaba por él; dejando pasar unos minutos para que ambos se repusieran del esfuerzo corporal.
Con su pulso e ideas más tranquilos, conversaron un rato en si debían debelar su relación o si era mejor mantenerla como un secreto para los demás durante un tiempo.
No quedaron en nada concreto, lo único que quedó claro fue que se querían y que seguirían teniendo esos tórridos encuentros de pasión.
¡Ja!, pensaron que el mayor problema sería Kenshin, que al enterarse él, se podrían complicar las cosas; no tenían ni idea de que su único problema se alejó del Dojo para seguir siendo un rurouni, llevándose los recuerdos de sus amigos... amigos que sin saberlo, ni desearlo... lo dejaron muerto en vida.
Totalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
La pareja Kaoru x Sanosuke, no es muy popular, de hecho K&K me gusta muchísimo pero Sano tiene un no sé que, que sé yo... en fin, el caso es que Sano me encanta y Kaoru me cae bien por eso se me ocurrió hacer un fiction de ellos.
Lo siento Kenshin ¬¬' .
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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.
Totalizado el 14 de Diciembre de 2001.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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1/3 de mis puros sentimientos.Capítulo2
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Anime: Rurouni Kenshin
Rating: M
Pareja: Sanosuke & Kaoru
Sinopsis: Songfic. Aunque te ame al punto de quiebra, no sería capaz de decirte un tercio de lo que siento. Puros sentimientos corren y no soy capaz de decirte que te amo.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 2 ::.
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Sanosuke Sagara y Kaoru Kamiya se encontraban desayunando en la casa de esta última.
Sagara seguía solo mirándola y tratando de decir algo que le costaba extremo trabajo, mientras que Jo-chan se mantenía a la expectativa sin comprender muy bien lo que le ocurría al muchacho.
De pronto, el joven se dio cuenta de algo y...
* Oye, ¿acaso no hay nadie más contigo?, por lo general este lugar parece un sitio de reuniones. *
Kaoru suspiró, llevaban varios minutos ahí y el ni se había dado cuenta siquiera; cerró los ojos por un momento, abriéndolos para mirar a un costado.
* Yahiko fue a ayudar a Megumi con sus pacientes parece que tiene muchos y el doctor Genzai no está en Tokio, creo que le dejó a las niñas así que entre ellas y la clínica, Megumi está muy ocupada. *
Se detuvo para beber agua; esta pausa fue aprovechada por el chico para preguntar porque ella no había ido a ayudarles. Ese comentario pareció tener una reacción extraña en la mujer, que dejó de beber y comenzó a golpear su pecho... se estaba ahogando.
* Jajaja, lo que pasa es que la última vez les di más problemas que ayuda con sus pacientes, así que supongo que decidieron dejar las cosas así. *
* Estás de buen humor, Jo-chan. * -Dijo Sanosuke.- * A propósito, ¿y Kenshin?. *
* Él fue a un pueblo cercano por medicinas, en la clínica hay muy pocas y el se ofreció a traer más. *
Sagara sonrió ante lo que escuchaba, su estado de animo pareció volver a ser el mismo cuando comento sarcásticamente que la habían dejado sola, preguntando la razón aun sabiéndola de sobra.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Solo como la lluvia en medio del verano,
tu sonrisa que humedece mi piel seca,
es muy alegre.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Kamiya tomó su tazón para darle un bocado a su desayuno, y para sorpresa de Sanosuke, ella comenzó a reír ampliamente mientras le decía:
* Jaja... vamos no estoy sola. Tu estás conmigo, ¿no es así?. *
Ella hizo una pausa para seguir riendo sin razón aparente, logrando con su comentario que Sano se sonrojara.
* Además...* -Continuó.- * Creo que tampoco te pidieron ayuda por las mismas razones que a mi... les darías más problemas; eso es algo que en cierta forma tenemos en común. *
Sagara se giró a un costado, cerro los ojos y sonrió irónicamente. Era cierto, eso si lo tenían en común, solo que a diferencia de ella él no le ayudaría en el trabajo a alguien, ni aunque le pagaran.
* Está bien, ya es suficiente de burlas... ¿qué quieres hablar conmigo?. *
* Bueno yo... es que... no sé si es realmente importante, aunque creo que si te hablo de ello te enfadarás conmigo. *
* Oh, por favor Sanosuke. *
Kaoru pareció enfadarse con la actitud confusa de su amigo; se levantó y se alejó de ahí diciendo que si no era realmente importante no debía molestarla o asustarla de cierto modo. Ella tenía sus propios problemas como para todavía cargar con los de Sagara, cuyo problema de seguro era de dinero y quería pedirle prestado, si era eso, pedía no ser molestada por nada.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Dame sonrisas y días brillantes.
No seas repentinamente indiferente,
porque, no importa cuan duro sea esto,
seré capaz de escalar los muros de la dificultad.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Kamiya se dirigió a su habitación dejando al chico un tanto impresionado con su repentino enojo.
El la siguió porque en verdad era importante lo que debía hablar con ella; la llamó por su nombre en varias ocasiones pero no obtuvo respuesta. Lo estaba ignorando a conciencia y eso le provocaba cierto dolor al muchacho.
Sagara la alcanzó y se le plantó en frente, impidiéndole seguir su camino; ambos se quedaron parados en el pasillo, Kaoru arqueó una ceja y se cruzo de brazos girando su rostro a un lado para no hacer caso a Sanosuke; el trató varias veces de llamar su atención para que hablaran de la situación en que él se encontraba, pero lejana a sus expectativas Kaoru no le prestaba la atención mínima obligando al muchacho a aplicar una forma, que aunque efectiva, también fue drástica para obligar a la chica a hacerle caso.
Los ojos de Kaoru se dilataron al ver como su amigo se inclinaba hacía ella y posaba sus labios sobre los suyos, acorralándola contra la pared y apretándola entre la misma y el cuerpo del luchador.
La chiquilla entrecerró los ojos y por un fugaz momento correspondió al cálido contacto que le ofrecía el muchacho, pero no por mucho tiempo... se alejó instintivamente de el fingiéndose indignada y un tanto indiferente en lo que Sanza acababa de hacer. La verdad es que su corazón vibraba de alegría y deseo, también de confusión y miedo; ahora ya nada tenía control parecía no ser su realidad.
* ¿Ahora sí vas a escucharme?. *
Preguntó Sagara de pronto, aunque más que una pregunta más bien pareció una orden.
Kaoru se mantuvo recargada a la pared buscando alejarse de su amigo y los problemas que le acarreaba; se armó de valor y le reprochó lo que había hecho; ella amaba a Kenshin y a él lo consideraba como un gran amigo. ¿Cómo fue capaz de hacerle eso?.
La mirada de Sanosuke cambió, se notaba enfadado por lo que acababa de oír; se acercó más a Kamiya quien temerosa cerró los ojos esperando lo peor... lo único que sintió fue la mano de Sagara sobre su mejilla izquierda; el chico mantenía la ligera y casi inexistente distancia entre ambos, su mirada ahora era suplicante, rogaba porque las palabras de la mujer no fueran ciertas... pero que esperanza podía tener si siempre la molestaba en vez de reconfortarla y apoyarla el la hundía más con sus comentarios.
Acercó nuevamente sus labios a los de ella pero Jo-chan movió minimamente su rostro a un lado; Sano lo intentó nuevamente obteniendo el mismo resultado, al siguiente intento no le dio oportunidad a la chica para reaccionar uniendo así sus bocas por segunda ocasión y obteniendo una mejor respuesta por parte de Kaoru quien suspiro entre los labios de su amigo dejando a su cuerpo relajarse ante aquella sensación; dejo que las manos del hombre se enredaran con las suyas para acercarse más aun, si es que eso se podía.
Sanosuke se alejó un poco de la niña, pero la distancia no duró mucho; como una adicta a sus labios, Kamiya se lanzó a los brazos de Sanza para besarlo con desesperación y locura, con sed de ellos, con sed de él.
* Jo-chan. *
Pronunció el joven entre los bocados que daba a los labios de Kaoru. Ella esperó a que continuara con lo que tenía que decir pero no lo hizo, no pudo, las palabras se atoraban en su garganta.
La mujer no esperó a que el chico terminara de hablar, volvió a unir sus labios exigiendo más de el y no estaba dispuesta a dejar de deleitarse con la boca del luchador.
Sanza la apretó contra sí y la elevó un poco sobre el aire, la sostuvo entre sus brazos caminando en dirección a la recamara de la chica mientras le susurraba algo al oído.
Abrió la puerta corrediza y entró a la habitación de la chica con esta en brazos.
La dejo pisar el suelo mientras seguían aferrados uno a los labios del otro. Las manos de Sanosuke no perdieron tiempo, las dirigió a la cintura de la chica y comenzó a quitarle el obi para poco después dejar caer al piso el colorido kimono de Kamiya, que resbaló por el cuerpo femenino antes de liberarla por completo; durante la caída de la prenda, Kaoru desató la cinta que mantenía recogido su hermoso cabello negro-azulado dejando a este último descansar con libertad sobre sus hombros y espalda.
Sagara quedó hipnotizado con aquel espectáculo digno de aplausos.
* ¡ Eres muy hermosa, Jo-chan !. *
En respuesta a las palabras del joven, Kaoru acercó su cuerpo al de su amigo... comenzó a besarlo tranquilamente, tomando las manos de su compañero con las propias para guiarlas al rededor de su cintura.
Las manos de Sanza no se quedaron ahí, comenzando a recorrer la suave piel de la niña.
De un tirón hacia atrás Kaoru liberó a Sagara de la camisa que le cubría la espalda siguiendo después con los pantalones, desatando la cinta que los mantenía fijos a la cintura del luchador. Una vez desnudos la joven enredó sus dedos en el rebelde cabello de su acompañante; aferrándose a él cuando este comenzó a recorrer su cuello dándole un sin fin de besos y suaves mordidas.
Aferrado como un vampiro al cuello de su victima, Sano siguió probando el cuello de Kaoru mientras sus manos se posaban sobre los senos de la niña; acariciándolos, sintiéndolos, apretándolos, conociéndolos... disfrutándolos; se prendó de ellos por largo rato.
Hasta que de pronto se separó un poco de la mujer para mirarla y tratar de decir algo en esos momentos, algo que valiera la pena.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Cuanto tengo que amarte.
Así mis pensamientos te alcanzarían.
No puedo decirlo cuando me miras,
las palabras danzan en el aire.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
La voz le falló en el momento en que más le hizo falta; a Kamiya no le molestó, entrecerró los ojos, le sonrió y le besó fugazmente. Se paró de puntitas para alcanzarlo un poco y abrazarlo. Se acercó a su oído derecho y le susurró...
* Aun soy virgen, Sanosuke. *
Sanza se desconcertó un poco con las palabras de Kaoru.
Eso lo tenía bien presente, después de todo, de cierta forma ella aun era una niña.
* Eres una niña dulce y pura, yo no puedo... *
Sano no pudo decir una palabra más, su boca fue sellada por los labios de su compañera. Ella recargó la cabeza sobre el pecho de Sagara, lo abrazó tiernamente y mientras cerraba los ojos frotaba su cabeza contra el torso del chico.
* Trata de no lastimarme. *
Sanosuke no se sorprendió del todo, en cierto modo ya se esperaba algo así; podía sentir las ansias en el cuerpo de la mujer, ansias que se dirigían a él.
Tomó el cuerpo de la chica y la recostó sobre el futón, dejo caer su cuerpo sobre la mujer y recorrió el mismo con sus labios; probó por primera vez una piel tan suave y fresca. No es que no hubiese estado íntimamente con alguien en ocasiones anteriores, pero lo cierto es que en ninguna había sentido la emoción que sentía ahora, el deseo al extremo de la desesperación y esto mezclado con la paz que Kaoru le daba a su ser.
Kamiya sentía que algo en el cuerpo de Sano crecía y rozaba con su vientre; sin saber que era se quedo quieta y dudosa. Sanza notó el rostro interrogativo de la niña, se sonrió a sí mismo por la graciosa situación de la primera vez de ella, ambos se hincaron para verse por unos momentos, Kaoru con su expresión de duda y Sagara con una divertida sonrisa estampada en toda la cara.
* ¿Quieres tocarlo?. *
La pregunta del chico avergonzó un poco a Kaoru, quien después de tartamudear un poco y decir que le daba mucha pena, sintió como una de las manos de Sagara tomaba una de las propias y la guiaba hasta la entrepierna del mismo joven.
Al sentir con la mano el pene erecto de Sagara, Kamiya cerró los ojos... en verdad su inocencia era graciosa.
Sanosuke guiaba la inexperta mano de la chica a través de toda la longitud de su arma sexual; acercó el cuerpo de Kaoru al suyo y lo estrechó con el brazo que tenía libre, sujetándola contra sí. La besó sediento por probar su boca de nuevo; después de un rato abrazó a la mujer con ambos brazos dejando que ella practicara lo nuevo que había aprendido, masturbando al chico de una muy buena manera a pesar de ser la primera vez que lo hacía.
* ¿Y todo esto me quieres meter?. *
Kaoru preguntó en tono gracioso provocando que ambos rieran entre los labios del otro; los gemidos por parte del ansioso Sanosuke comenzaron a escucharse en toda la habitación
El chico poso sus manos sobre el trasero de la mujer elevándola un poco, y con lentitud, guiando la vagina hasta su pene para dar el siguiente paso.
Tratando de sentar a la chica sobre él, se abrió paso rompiendo la frágil puerta de la niña, haciéndola gemir de dolor y derramar lágrimas.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Entre más me alejo,
más me doy cuenta de que eres querida para mi.
Entre más te busco,
más siento una distancia dolorosa, mi corazón.
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Sagara salió momentáneamente del interior de Kamiya, la vio sangrar ligeramente y no le gustó mucho haberle provocado tal dolor, ella le había pedido que no la lastimara y fue lo primero que el le hizo.
Quiso alejarse y no seguir lastimándola más, aun a sabiendas de que ahora que ella era suya, él sufriría si distanciaba sus cuerpos.
Miró a Kaoru y se extrañó al ver una linda sonrisa acompañada por lágrimas sobre su rostro. Le pidió que continuara, lo peor ya había pasado y en verdad quería sentirlo hasta el fondo de su cuerpo.
Sanza dudó... ¿era necesario lastimarla para hacerle el amor?...
* Me duele más que estés lejos de mi cuerpo, de mi, de mi corazón... *
La voz de Kaoru se dejó escuchar, haciendo que Sanosuke volviera a ella. La abrazó fuertemente apretándola lo más posible contra su cuerpo porque no importaba cuan cerca estaba de ella, sentía una gran distancia que lo hacia sufrir.
La recostó y con mucho más cuidado aun, la penetró insistentemente con un ritmo de mete y saca que se prolongó por mucho rato. Se deleitó con los pequeños pechos de la mujer y los disfrutó hasta el cansancio.
El dolor que Kamiya sintiera disminuyó aunque eso no quería decir que fuera inexistente, sin embargo el placer que le provocaba Sanosuke la invadió y fatigó por completo. ¿Cuánto más podía soportar?.
El ritmo de las entradas se aceleró y entre pequeños y cortos contactos entre sus labios se escapaban débiles gemidos por parte de ambos.
El calor del medio día era insoportable de por sí y más aun si el calor que producían sus cuerpos se encerraba en la habitación.
Ambos cuerpos enredados y húmedos por el sudor se tornaban más sexys ante los ojos del otro.
Sagara dio un empujón más hacía el interior de su mujer, empujón que ambos sintieron.
La vagina de Kaoru comenzó a contraerse y aprisionar el pene de Sanza, su respiración se entrecortaba con los suspiros y apenas y podían mantener los ojos abiertos... Jo-chan finalmente estalló en un grito de amor y placer que alcanzó a emitir al llegar a encontrar el éxtasis completo de la relación.
* ¡ Sanosukkeee... !*
Sanza tampoco pudo más y depositó todo su semen en el interior de su Jo-chan.
Kamiya arqueó la espalda durante la plenitud de su placer, placer que no olvidaría y que de ahora en adelante buscaría volver a sentir en él, en Sanosuke.
Sagara por su parte se acostó sobre la mujer; terminó cansado, nunca había puesto tanta energía, ganas y dedicación a hacerle el amor a una mujer, no hasta ahora.
Un último beso tranquilo entre ambos y el silencio y tranquilidad reinaron la habitación por unas horas.
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Dame sonrisas y días brillantes,
dame sonrisas y días agradables.
Si yo pudiera abrazarte con mis brazos...
Cuanto tengo que amarte.
Así mis pensamientos te alcanzarían.
Aunque pienso que es cierto que en mis sueños
yo he sido capaz de decirte...
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Sano salió al rededor de las 5:00 pm del Dojo, tuvo suerte de que nadie llegara cuando estaba con Kaoru... se la pasó de maravillas.
Cuando ya iba varias calles lejos del Dojo, recordó cuando ambos se vistieron y la mujer le sonreía ampliamente, agradecida por como le había hecho el amor; la besó profundamente y se despidieron por esa ocasión.
Después de recordar eso, se detuvo un momento y se dio cuenta de que no le había dicho nada... hicieron mucho pero dijeron poco.
Era increíble que haya sido capaz de acostarse con ella pero no de decirle lo que sentía.
Quizás en otra ocasión, al menos no solo se lo había dicho en sueños como otras veces, al menos en cierta forma, una muy efectiva, le dio a entender lo que quería decirle en realidad.
Aunque a fin de cuentas no dijo ni un tercio de su sentir, de sus sentimientos hacía ella... no dijo ni lo más mínimo.
Quizá después podría hablarle de lo que sentía y no solo decírselo al aire o a él mismo como lo había hecho antes, como lo hizo mientras caminaba en dirección a su casa...
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Aunque te ame al punto de quiebra,
no sería capaz de decirte un tercio de lo que siento.
Puros sentimientos corren y no soy capaz de decirte
"te amo", mi corazón.
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Ahora, lo único que quería hacer ahora era dormir, porque vaya que ahora sí tenía un buen motivo para estar cansado y dormir lo que restaba del día y toda la noche... soñando con hacerle el amor de nuevo.
Sin finalizar.
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Por fin lemon, ya con el segundo capítulo terminado junto con la canción. En el siguiente ya no hay más versos.
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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.
Totalizado el 14 de Diciembre de 2001.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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|| Capítulo 3 ||