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Fuego En El Hielo

Fuego en el hielo

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: One-shot. Intentando alejarse del grupo, Horo se encuentra con Anna, descubriendo que la rubia no le es tan indiferente... ni él a ella.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

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Ella estaba entre sus brazos; decir que esto era como un sueño sería la peor mentira que de sus labios hubiese salido. Jamás lo soñó, nunca lo imaginó y ni por error se le ocurrió la idea de hacerlo... con ella.

Desde que ella y los demás los alcanzaron para ayudarlos con la bitácora mágica conversaron en un record de cero ocasiones, lo cual era muy normal considerando que ellos... bueno. Unos cuantos cabellos cubrían su femenino rostro y él se encargo de acomodarlos para poder contemplar su belleza. Se veía tan tranquila e inofensiva, muy distinta a como era cuando estaba despierta. Sin embargo el encanto se rompió, pues la joven abrió paulatinamente los ojos casi sin pereza. * Lo siento. ¿Te desperté?. * * No. * Su mirada era fría y sin emoción alguna, aparentemente, pero cuando el chico fijó los ojos en el profundo negro de los de ella, se sintió envolver por los recuerdos de lo acontecido hace sólo un par de horas...

~*~

~*~

~*~

La repentina llegada de los amigos, de sus amigos, lo incomodó un poco; es decir, de pronto tanta gente en el lugar. A veces sólo quería pensar un poco mientras era acompañado por la soledad, pero parecía que el deseo de privacidad se le vino abajo. Pudiendo percibir un exageradamente ligero aroma a perfume, se percató de la presencia de otra persona. Y la vio... agachada admirando su rostro reflejado en el agua clara del pequeño lago; por un momento fue como si todo a su alrededor se desvaneciera para permitirle admirarla sólo a ella... a Anna Kyouyama, que se encontraba, quizá igual que él, buscando un poco de privacidad. * ¿Qué tanto miras?. * Su exquisita voz sonó de golpe obligándolo a desembobarse, aun así continuó observándola embelesado, y es que semejante belleza no podía pasar desapercibida así nada más. Fue acercándose de nuevo, atraído a la belleza femenina como abejas a la miel, como el metal a un magneto. A todo esto, se podría decir que la rubia adoptó una actitud defensiva; bueno, con un joven un tanto más alto que ella, con la mirada totalmente fija en su cuerpo y aproximándose con quien sabe que ideas cruzándole la cabeza, pues, ¿quién la culparía por sentirse amenazada?. Aun así no mostró intención alguna de hacerle ver que, a ella, no le tocaban un sólo cabello, más que nada porque recordaba que se encontraban en el mismo grupo de viajeros. El “hubiera” llego rápidamente a su mente cuando se vio a si misma acorralada entre la espada y la pared, o mejor dicho, entre el joven y el ancho tronco de un árbol. El “hubiera“ evitado esto, le “hubiera” dado una paliza o, en el mejor de los casos, “hubiera” invocado a Zenki y Goki. Todos esos pensamientos simplemente se esfumaron de forma increíblemente rápida; él sujetó suavemente su barbilla obligándola a mirarle a la cara. Debía admitir que era muy guapo, bueno, nunca lo negó pero tampoco lo afirmo, vamos !... ni siquiera lo había pensado. * Va a besarme !!. * Pensó la joven sin estar cien por ciento segura de si sólo lo pensaba así o se autocuestionaba la probabilidad de que así fuere. Por un segundo se sintió completamente convencida de que los labios de este shaman tocarían los suyos, pero las manos del joven corrigieron esa errónea idea. La mano izquierda del muchacho se había posado así nada más sobre el seno derecho de una joven que sencillamente se quedó en shock. Él podía sentir la tela del vestido al intentar palpar y cubrir el pecho con un puño, claro que no era la tela lo que exactamente deseaba sentir. El shaman no tenia la menor idea del porque actuaba así, lo único que tenia bien claro era que lo que sucedía le gustaba; mientras tanto ella, ella perecía haberse quedado helada, incapaz de mover un sólo dedo ante las extrañas acciones que el joven tenia para con ella. * Anna. * La voz masculina pareció llamarla con ansiedad y pasión. El llamado no fue respondido, por lo que fueron los labios, todavía más desesperados, los que le rogaron a la joven por su atención. La joven salió de una fuerte impresión para entrar de inmediato en otra, sus labios estaban siendo acariciados suavemente... por primera vez. No pudo evitar el fuerte rojo en sus mejillas, ni tampoco la traviesa lengua que se abrió paso al interior de su boca con facilidad. Quiso quejarse emitiendo un ligero gemido, aunque más que una queja esta pareció ser un suspiro placentero. Sucumbió ante esta nueva y deliciosa sensación cerrando los ojos y entregándose al devolver, con suavidad y sin prisa, el entusiasmo con que el chico la besaba. Sintió como las líneas de su cuerpo eran exploradas y ni así quiso abrir los ojos; sólo quiso sentir, sentir esas exquisitas manos que delineaban su cuerpo y que jugaban insistentes con sus pequeños pechos de adolescente. Lo miró un poco más profundo cuando sintió esas varoniles manos posarse sobre su cintura y elevarla ligeramente para acomodarse en una posición más placentera. El shaman la sostuvo de las piernas sintiendo un escalofrío que le recorrió el cuerpo cuando estas lo rodearon hasta cruzarse detrás de su espalda, haciendo de esta una escena digna de recordar. Repentinamente, la chica se abrazó totalmente aferrada al joven, rodeándole el cuello con los brazos mientras rozaba ligeramente la oreja del muchacho con sus labios. Más el se detuvo en su labor, eran, ahora, sus ansiosas manos que se aventuraron por debajo del vestido negro acariciando esa suave y sensible piel jamás tocada. Fue inevitable!!; las pantaletas fueron arrancadas de un sólo tirón dejando el camino libre para que los dedos del shaman se adentraran en el cuerpo femenino. Primero con prudencia y luego con total confianza, los dedos medio e índice del chico se esmeraron por excitarla con frenéticos movimientos que tocaron y estimularon el clítoris de la joven itako. Fue como si pequeños choques eléctricos recorriesen cada célula de su cuerpo para relajarla y alocarla al mismo tiempo. Anna se abrazó al shaman, incapaz de sostenerse erguida por más tiempo. * Ohh !, es delicioso !!. * Las palabras se externaban casi a gritos; menos mal que se encontraban un poco alejados del grupo o seguro la hubiesen escuchado al tratar de desahogarse del tremendo orgasmo que acababa de deleitar a su cuerpo. Creyó que eso iba a ser todo, pero al sentir de nuevo esos dedos traviesos, esta vez entrando en la profundidad de su vagina, se dio cuenta de que el muchacho planeaba llegar más allá de una simple excitación y exploración. Él le sonrió, una de esas sonrisas a las que realmente no estaba acostumbrada; una expresión de diversión y satisfacción que la animaban a continuar. El apetito sexual se incrementaba conforme la mano del joven se hundía más y más en el interior de la sacerdotisa, la cual reaccionó con suaves movimientos ampliando así el contacto con los dedos del shaman, sumando a todo esto los constantes e inusualmente incitadores gemidos que Anna emitía. La figura de la joven comenzaba a sudar más; ella trató de no temblar, pero lo sintió venir de nuevo... el segundo orgasmo se apoderaría de toda su silueta para hacerla gemir de inmenso gusto, más no fue así. En su afán por satisfacerla y excitarse a si mismo, el joven shaman presionó más hondo en la vagina sin saber que esto le ocasionaría un pequeño problema... No creía haber alcanzado la barrera de la virginidad de la chica tan pronto; apenas la tocó, tan sólo presionó un poco y de inmediato los brazos de Kyouyama lo rodearon tratando de resistir el pequeño pero incomodo dolor que la había tomado por sorpresa. * Yamete, yamete !!... ¡ no sigas !. * Las palabras de la itako lo detuvieron de inmediato, y con la misma velocidad con que pospuso su labor, sacó los dedos de aquel lugar prometedor de placer. No quería lastimarla, derecho a hacerle daño no tenia; aunque se moría por continuar no le quedó más que resignarse a esperar un poco más. Mientras la oportunidad volvía sus labios tocaron al cuello femenino, besándolo, probándolo, mordiéndolo y, de vez en cuando, succionándolo dejando un par de áreas moradas, prueba del deseo que por ella tenia. Anna gimió, en parte por el ligero dolor y en parte también por la hermosa sensación de aquellos labios que le hacían sentir de esa manera. Los pechos de la itako se habían endurecido gracias a los constantes “cariños” que las manos del shaman le propinaban. La parte superior del vestido negro ya no cubría el busto de la chica y ahora la tela de aquel se encontraba arrugada en la cintura de la joven, permitiéndole una excelente visión al muchacho, dejándolo totalmente embelesado con tal belleza física. En ese momento, lo único que sus sentidos percibían era esas dos hermosas creaciones de la naturaleza; sus manos los acariciaban, sentían y apretaban, y sus ojos de ahí no podían despegarse, además, su olfato no podía captar otra cosa que no fuera el aroma de la joven; su perfume, el olor de su joven piel y aquel exquisito e incitador aroma que desprendía su sexo, un enloquecedor y excitante aroma producto de las ansiosas travesuras que minutos atrás a su vagina tocaron. No pudiendo contenerse más, el shaman hundió el rostro entre aquellas obras del cielo. El primer contacto fue un pequeño beso con ternura, después, su lengua salió a jugar con los pechos de la chica, recorriéndolos en su totalidad pero sintiendo especial atracción por las aureolas rosas que se tornaban erectas debido a la excitación. Su forma era tan tentadora que el chico sencillamente permitió que su lengua degustase una y otra vez aquel área; lamiendo con increíble dedicación y deseo, mordiéndolos ligeramente en un par de ocasiones para después succionarlos y degustarlos cual niño amamantando. Anna, sostenida y de alguna forma sentada sobre la cintura del joven, se percató que algo comenzaba a formarse suave y tranquilo, pero constante, contra sus piernas, buscando quizás retornar a su húmeda vagina. Creyendo en un principio que se trataba nuevamente de los dedos del shaman, no vio como mala idea el juguetear un rato más de esa forma; sin embargo se percató de que esta vez se trataba de algo un tanto más grande y grueso, y claro, también excitante. Dirigiendo la mirada por un momento a los pantalones de su compañero, notó como un bulto sobresalía de estos, levantándolos y delatando la condición de su cuerpo. * Por favor... *_Le suplicó el shaman._* Necesito entrar en ti. * Vaya, eso si que era increíble; ver a un hombre suplicar de esa manera tan atenta, la itako no estaba acostumbrada a eso. Con las manos sin un movimiento importante hasta ahora, la sacerdotisa deslizo estas hasta la entrepierna del joven, sujetando el zipper de los pantaloncillos y deslizando aquel hacia abajo con gran lentitud. Ambos se miraban a los ojos reflejándose cada uno en las pupilas del otro. Quizá fue magnetismo, quizá fue excitación o quizá simplemente algo para complementar la lluvia de contactos; el caso es que se besaron con profundidad y pasión; una pequeña entrega antes del platillo fuerte. Ni él, ni ella tuvieron justificación para esta caricia, fue la sensación en el pecho que coincidió en ellos al mismo tiempo. De pronto vieron algo en los ojos del otro... una sensación cálida fue provocada. La excitación y la lujuria los obligó a manifestarse de aquella forma y a no postergar más lo que ambos frenéticamente deseaban. Fue así que Kyouyama introdujo la mano derecha en los pantaloncillos del joven, sintiendo aquel duro, y de considerable tamaño, pedazo de carne humana. Emitiendo un sonido ronco, el shaman siguió besando y mordiendo el cuello de la chica en tanto que esta exploraba el miembro masculino; era curiosidad y excitación al mismo tiempo. La itako se sintió guiada por el deseo, un instinto dormido en ella hasta ahora, algo que la hacia masturbar el pene de su acompañante. La porción de carne era firme y con las caricias que la joven rubia le propinaba, el instrumento creció y creció al grado de no poder mantenerse aprisionado por más tiempo dentro de los pantaloncillos; comprendiendo esto, Anna liberó al miembro de aquel encierro, permitiéndole sentir aun mejor las caricias de sus manos. ""¿Qué estoy haciendo?."" Esa pregunta se había formulado desde el instante en que los labios de la chica fueron poseídos por la ardiente boca del shaman, y aun a estas alturas la respuesta sencillamente no apareció. La piel del joven la quemaba y le provocaba escalofríos, en especial cuando, por su descuido al no percatarse antes, el pene masculino intentaba adentrarse en su vagina. Anna suspiró excitada al sentir la punta del miembro adentrarse entre los labios vaginales de su sexo. Fue lento, muy, muy lento el avance de aquel arma sexual; era tan cálido, tan placentero... para ella, lo que estaba sucediendo, era hermoso!!. Su mente divagaba; se creía tonta al pensar por un sólo instante en que sus cuerpos fueron diseñados para explorarse justo en ese instante. ""¡¡ Que estúpido !!."" Ella pensó, pero al ver nuevamente los azules ojos de su acompañante, la idea ya no le parecía tan loca. Las manos del shaman sostuvieron con fuerza a la chica poco después de viajar de la cintura a las piernas de la itako. Anna le ayudó en gran parte al rodear la cintura de su amante con sus piernas, cruzando estas detrás de la espalda y aferrándose a él... nada la haría soltarlo. Lo que ambos deseaban era justamente esto: el roce constante entre sus sexos. Los gemidos volvieron, esta vez por parte del muchacho que al sentir la humedad y el fácil, y perfecto, deslizamiento en la vagina de la joven, sólo podía hacer eso, gemir... Y no sabiendo que fue lo que más lo excito, si las insistentes y suaves manos femeninas que lo acariciaban por doquier, los delicados labios que no paraban de llenarle de besos el rostro, o la constante fricción de sus sexos.... no sabia. La increíble mezcla de todos aquellos hermosos y excitantes contactos... pudo ser sólo eso. O quizás... que era con “ella” con la que estaba. No podía negar que él la observó hermosa desde el primer instante; y esa belleza fue el detonador de tanto deseo. ¡¡ Él estaba loco de pasión !!. Así, la sostuvo entre sus brazos, mientras él se inclinaba de forma que ambos quedasen recostados sobre el pasto. Con tan sólo la punta de su miembro en el interior de la jovencita, él se llevo las piernas de la misma hasta los hombros, adoptando una posición que le facilitaba enormemente la entrada. Acariciando por completo su silueta, desde los senos hasta las temblorosas y suaves piernas; el chico movía, agitado, de adelante hacia atrás las caderas, era un ritmo constante, fácil, aunque un poco lento. Disfrutaba del ir y venir de los pechos de la itako, movimiento propiciado por las duras y consecutivas entradas del miembro masculino. Oh, dios!!, se sentía incitado a probar nuevamente de aquel par de hermosos y suaves atributos de la mujer. Hubo un gemido, quizá de molestia, quizá de sorpresa; fue una penetración más fuerte que las anteriores la que provocó que la joven emitiera aquel sonido, esto sumado a que las filosas uñas seguían clavadas en la espalda del joven, obligándolo a mirar ambos sexos unidos... un delgado hilo de sangre emergía de la vagina de su amante. * No es n-nada. * Y fue su hermosa voz envuelta en un susurro lo que más llamó su atención. A los ojos la miro, y si bien su rostro no expresaba precisamente dolor, si denotaba cansancio e incomodidad. Como toda respuesta a las palabras de la rubia, el shaman buscó los labios de esta para devorarlos con pasión, quizá también con agradecimiento. Pasado un rato, reiniciando con aquella danza que fuese detenida. Movimientos que buscaban un insistente contacto entre sus sexos. Y a cada segundo transcurrido, a cada momento que el pene del chico entraba en ella, la silueta femenina se tornaba todavía más atractiva y desafiante. En parte era el agua salada que su cuerpo transpiraba y que parecía lograr que la figura de Anna brillara en la oscuridad de la noche. También su lindo rostro invadido de placer; sus negros ojos cerrados; su boca abierta al no poder contener los sonidos que de esta salían, y ese adorable color rojo en sus mejillas... ¡ Kami, no pudo evitarlo !!. * Creo... creo que t, te quiero. * Ante las palabras del joven, Anna abrió los ojos tan sólo para contemplar como el rostro de su amante se aproximaba al suyo. La besó, y la besaba. Parecía querer devorar su boca y contagiarse del delicioso sabor que habitaba en el interior de esta. Ella se le aferró utilizando las piernas para “abrazarlo” y hacerle entender que no deseaba que saliera de su cuerpo. Así, mejilla con mejilla, la sacerdotisa sintió el tierno calor humano que para ella existía; y cuando su corazón latió locamente al punto de creer que saldría de su pecho en cualquier momento, no por excitación, no por lujuria; fue ahí cuando ella se dio cuenta de que esta era la primera vez que se sentía amada, deseada. Y lloró; sólo fue una lagrima la que solitariamente se deslizó por la mejilla derecha, haciendo contacto con el rostro del shaman en un fino instante de roce. * Ho... Horo Horo. * De un momento a otro, la penetración se incrementó con bastante fuerza. A cada empuje de las caderas del shaman ella emitía gemidos cada vez más profundos. Esa penetración desenfrenada; un deslizamiento rápido y sencillo entre la antes virginal vagina de la itako. Tratando de no gemir, Anna apretaba los dientes con fuerza. ¿Qué si lo disfrutaba?: Si, pero no deseaba que el apuesto joven de cabellera azul se lo echase en cara después. Claro que con los entrecortados sonidos que él emitía, era muy difícil concentrarse en no demostrar placer; era más que evidente que ambos estaban disfrutando de esto. Ella, por la constante entrada y ataque del pene del shaman; él, por la fricción y roce entre su miembro y los músculos internos de la joven. El placer ha ido llegando a limites increíbles, tanto así que comienza a arrancarles gemidos y palabras que en condiciones normales no dirían. El chico de cabello azulado no podía sentirse más complacido y excitado cuando Anna hubo iniciado movimientos de entrada y salida, y de arriba a abajo, provocando ella misma que el trozo de carne de su amante entrase una y otra vez. De pronto no pudo evitar sentirse completamente dominado cuando fue ligeramente empujado contra el césped, para luego ver la rapidez con la que su mujer se sentaba con las piernas a los costados; tomando el miembro varonil entre sus finas manos para guiarlo lentamente hasta su vagina. Ella sólo tuvo que bajar un poco las caderas para que de un momento a otro la espina se le quedara clavada en el sexo nuevamente. Aquel cuyo espíritu manipulaba el hielo, pudo notar el fuego en los ojos de la itako; una mirada de pasión, excitación y lujuria, una provocadora mirada llena de deseo que iba dirigida a él y sólo a él. * Necesito más !!. * Anna habló de una forma un tanto seca, pero las ansias la llevaron a arañar el torso de su amante; un pecho bastante varonil y atractivo ante los ojos de la chica, el mismo que había sido despojado de sus ropas hace ya varios minutos, así como las demás que en determinado momento hubiesen cubierto a su cuerpo. En tanto, el chico peliazul sujetaba a su mujer de las caderas con una fuerza casi delirante, iniciando así con una serie de movimientos circulares para que ella lo montase mejor. Horo no pudo evitar estrujar con fuerza aquel par de senos que adornaban la figura de la joven. Besarlos era tan necesario que cuando sus labios hicieron contacto con al piel de la chica pareció devorarlos entre besos, lengüetazos y succiones. * Mmm... Horooo, no te detengas. * Ambos cuerpos parecían necesitarse y buscarse mutuamente. En cada penetración de fuerza y rapidez tremenda, el sonido que producía la entrada del pene del muchacho en la increíblemente húmeda vagina de la itako, era similar a una pelota al chocar con en suelo mojado. Todo era hermoso, perfecto; todo era pasión y placer, sin embargo, prolongar un poco más la intensa situación ya no iba a ser posible. El shaman se vio envuelto entre los brazos de la sacerdotisa, a la cual sintió temblar sobre su cuerpo. * Ohh, Horo Horo... por favor, mantente dentro mío. E-esto se siente tannn bien. * Las palabras apenas y pudieron ser entendidas por el joven oji-azul que sólo atinó a sonrojarse al mirar a Anna ser atacada por un fuerte orgasmo que la recorrió haciéndola gemir agradada y locamente. Para ella, esto había concluido. Era el cansancio, la satisfacción y comodidad lo que ahora embarga su ser. * Eso, eso fue... increíble !. * Poco después de confesar su sentir, la itako se recostó sobre su amante tratando de asimilar todo cuanto había acontecido. Quiso mantenerse así, con el pene del shaman aun dentro de su vagina, cosa fácil considerando que este aun continuaba penetrándola con insistencia. * Anna... no puedo más. * La chica apenas y pudo escuchar esa frase; para cuando se dio cuenta, Horo Horo abandonó inesperadamente su vagina para luego ofrecerle su pene duro y palpitante. No lo pensó dos veces, ella aceptó abriendo la boca y recibiendo en esta aquel instrumento que segundos antes la hiciera muy, muy feliz. Con sólo la mitad del miembro masculino en su garganta, ya que la longitud de este no le permitía degustar más, la sacerdotisa saboreó como pudo el pene de su poseedor, lamiendo cada centímetro de carne y succionando, delirante, la punta. Logrando, al cabo de unos minutos, que el chico no pudiese contenerse más y por ende expulsara una fuerte eyaculación que desembocó en la garganta de la itako. Bebiéndose lo que pudo, Anna permitía que una considerable cantidad de semen escapara de sus labios y que esta misma escurriera por su cuello y sus pechos aun excitados. * Ufff, no puedo creer lo que ha pasado. * Siendo estos los últimos segundos en que los labios y la lengua de la joven recorrían intensamente su miembro, Horo Horo no pudo evitar que las anteriores palabras de emoción se escapasen de su boca. Al oírlo, Anna se incorporo de frente al muchacho, mirándolo intimidante. Y a pesar de todo, ese momento fue un tanto incomodo; ellos dos, de pie, mirándose a los ojos y además... desnudos !!. Pero también fue un momento muy agradable, el mirarse mutuamente y descubrirse satisfechos el uno del otro; percibir el deseo de una “próxima vez”. * Y... ¿qué se supone que vamos a...? * La Kyouyama quiso decir algo, pero el repentino toque frío entre el viento de la noche y su desnuda piel la hizo callar y abrazarse a si misma. Aprovechando que al frío de la noche ella no era inmune, el shaman se atrevió a abrazarla, e instantes después a besarla. Decir que ella le correspondió a sus deseosos labios, esta de más. Y ahí, en medio de quien sabe que lugar, a quien sabe que horas de la noche, se encontraban dos amantes que se besaban apasionadamente. Descubriendo cosas muy interesantes el uno del otro. Él, que la itako podía ser más cariñosa de lo que parecía y, que quizás, podía ser ella quien apaciguara su deseo por una novia; sonaba absurdo considerando que ella estaba comprometida, pero ni siquiera eso le importó.... a ninguno de los dos. En tanto la sacerdotisa descubrió que el shaman era más interesante y atractivo de lo que aparentaba. Lo cierto es que, por ahora, Anna sólo quería permanecer entre los brazos del chico de Hokaido; quizás después consideraría la opción de vestirse. Ya que, contrario a lo que ella pensaba, los labios y piel de Horo Horo eran cálidos y ardientes, capaces de derretir a su escudo de hielo. ... El shaman y la reina de hielo... juntos encendieron el fuego en el hielo.

Finalizado. *~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

He aquí mi primer fic de Shaman King, definitivamente no es el primero en español, pero sí de los primeros con esta “pareja”, si no es que el único... Me encantan estos dos 0v0 .

¿Por qué sobre ellos?: Bien, pues yo adoro a Horo Horo; es tan lindo, LO AMO. Y pues Anna es uno de los personajes más importantes. Eso y que he leído varios fics donde la itako es relacionada con Yoh, por obvias razones; con Hao y hasta con Len, pero nunca con Horo.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 17 de Julio de 2003.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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  • xx-kamiikaze-xx
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  • dinnu204
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4 years ago

1/3 de mis puros sentimientos.Capítulo 1

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Anime: Rurouni Kenshin

Rating: M

Pareja: Sanosuke & Kaoru

Sinopsis: Songfic. Aunque te ame al punto de quiebra, no sería capaz de decirte un tercio de lo que siento. Puros sentimientos corren y no soy capaz de decirte que te amo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 1 ::.

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La luz del sol cae sobre el Dojo Kamiya; Kaoru-chan despierta después de una larga y agradable noche de sueños relajadores y de descanso.

Aun algo somnolienta, escucha las risas de Ayame y Susume, quienes juegan con Kenshin como cada mañana.

Por lo regular ella es la primera en levantarse pero esta vez tenia un peculiar cansancio que la había debilitado por completo.

Salió de su habitación y lo primero que escuchó fueron los "saludos" de Yahiko. "¡Qué eres floja?!, es casi medio día y apenas te estas levantando, irresponsable, no tienes nada que hacer?!". Entre otros comentarios.

Otra cosa rara es que Kamiya lo ignoró por completo y solo respondió con un...

* Buenos días Yahiko. *

Pasó de largo sin prestarle mayor atención al chiquillo y dirigiéndose al patio, encontrándose con Kenshin y las niñas.

"Buenos días, te sientes bien?". Palabras que se dejaron escuchar; respondidas con tanta tranquilidad que asustaba.

Otras personas que se encontraban en el Dojo eran Sanosuke y Fox-Lady. Maravilloso, hasta ellos se levantaron antes que ella.

* Vaya, la niña está cansada; no puede con el ritmo de vida de un adulto. No me sorprende. *

Sí, era un día medio normal, tomando en cuenta el agradable saludo de Megumi el día podría considerarse como normal.

Claro que los saludos no terminaron ahí, Takani siguió dando indirectas a Kamiya, hasta que alguien intervino...

* Ella es una chica ingenua y dulce, no como tu, que eres oportunista y experimentada... no dejaré que sigas molestándola. *

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Aunque te ame al punto de quiebra

no sería capaz de decirte un tercio de lo que siento;

puros sentimientos corren y no soy capaz de decirte

"te amo", mi corazón.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Las palabras de Sanosuke, no habían sido escuchadas por vez primera en ese lugar o por todos los presentes.

Ya había dicho algo semejante en ocasiones atrás, especialmente cuando Megumi molestaba sobremanera a Kaoru.

Kamiya le ofreció una ligera sonrisa al muchacho en agradecimiento, sonrisa que de hecho iba a ser correspondida, pero, el joven desvió la mirada, para después soltar una gran carcajada.

* Claro, a menos que no esté yo... puedes molestarla cuanto quieras en mi lugar. *

Justo entonces Kaoru recordó la razón de su cansancio de los últimos días, era cierto, de todos los adultos que vivían en el Dojo, era ella la única que trabajaba y mantenía a duras penas a todos; aunque no se quejaba, lo cierto es que las constantes bromas por parte de sus amigos solo lograban ponerla de mal humor, lo que daba como resultado que estuviera estresada y sin ánimos para hablar con ellos.

Bueno, tampoco podía quejarse, le habían traído tantas alegrías que nada más importaba, por eso mismo y para no explotar, salió un rato del lugar.

* Ja, muy gracioso Sanosuke, pero no lo suficiente. *

Dijo poco antes de salir sin saber siquiera a donde se dirigía. No era extraño, de vez en cuando salía y al poco rato regresaba, igual, sin decir nada.

La joven mujer caminó algún rato por las calles tratando de despejarse un poco; se fue al rio para sentarse en la orilla y pensar... pensar en nada y todo al mismo tiempo.

Las horas pasaron y el atardecer llego al lugar; los pigmentos semi-naranja cubrían el cielo con delgadas nubes cruzándolo, un sol agonizante se desvanecía en el horizonte... ya era momento de regresar a casa y... dormir un poco más, vaya que lo necesitaba, sin razones se encontraba con gran cansancio, quizá era el estrés.

Mientras cruzaba el puente se encontró a dos hombres que le impedían llegar al otro lado.

* A ti te conozco, eres la dueña del Dojo Kamiya. *

Alcanzo a decir uno de los sujetos, el otro se llevó la mano derecha a la cabeza y después de un par de risas, también habló...

* Sí, es cierto, dicen que no hay hombre capaz de domarte, mujer. *

Ambos individuos sonrieron maliciosamente; esa estúpida sonrisa que cruzaba sus desagradables rostros decía más de lo que mil palabras pudieran explicar. Esos depravados querían algo de Kaoru, algo no muy decente por la forma en que clavaban sus miradas en el cuerpo de la mujer.

Kaoru ni se inmutó, ni sorprendió con las insultantes miradas sobre su cuerpo, sencillamente quiso pasarlos de largo sin armar un escándalo y ya, pero no pudo; uno de esos hombres le sujetó el brazo izquierdo, impidiéndole dar un solo paso. Carcajadas por parte de ellos resonaron por todo el lugar; un brillo de lujuria se hizo característico en los ojos de los mismos... Kaoru-chan comenzaba a asustarse, en esos momentos vestía un kimono por lo que no había pensado en portar su espada de bambú, y para colmo esos dos traían con sigo espadas; de seguro ningún miembro de la policía los había visto hasta esos momentos.

Uno de ellos haló a la chica para que estuviera más cerca de él y poder comenzar con su "jueguito".

Las pupilas de la muchacha se contrajeron al imaginarse las negras intenciones de sus atacantes. Kamiya interpuso sus manos entre su cuerpo y aquel individuo.

Maldición !!, tenía que admitirlo, su fuerza física no era suficiente como para oponerse a esos pervertidos.

La chica estaba al borde de la desesperación, cuando...

* No quiero ver sus asquerosas manos sobre el cuerpo de ella, así que suéltenla. *

Aquella voz juvenil hizo que el corazón de Kaoru diera todo un vuelco.

Escuchar a Sagara la hizo sentirse aliviada; la aceleración que sufriera su corazón ante el temor de sufrir se detuvo repentinamente ante el alivio de sentirse segura.

Ahí estaba Sanza, con ambas manos en los bolsillos de los pantalones y mirando con desprecio a esos locos. Un aire frío se dejo sentir en el puente para dar paso a más y más nubes que comenzaban a cubrir el cielo para teñirlo de gris.

En poco tiempo el cielo indicaba que dejaría caer una fuerte lluvia; así pues al caer la primera gota, Sano se lanzó al ataque en contra de esos sujetos, quienes desenfundaron sus espadas, atacando a Sagara al unísono.

A pesar de que estaban armados, Sanosuke los evadió con facilidad para poco después propinarles varios golpes certeros que los dejaron inconscientes.

Para entonces la lluvia ya había comenzado; los atacantes yacían sin conocimiento en el suelo.

Mientras, el chico de cabello rebelde se giraba para ver a Kaoru; ella parecía tener la mirada perdida, permanecía estática en medio del puente, empapada y con el agua cayendo insistentemente sobre ella.

Sano se le acercó y al estar frente a frente la chica pareció salir de su trance para mirarlo a los ojos. El muchacho solo le sonrió ligeramente, ella... se lanzo llorando a sus brazos, no solo por lo ocurrido sino también por su estado de ánimo de los últimos días, el Dojo, Megumi... todo, ya no aguantó más y explotó en un inconsolable llanto que Sanosuke no supo como detener; solo pudo abrazarla y dejarla desahogarse.

* Anda, regresemos que ya es tarde y seguro nos enfermaremos con esta lluvia. *

Al decir esto, la soltó; Kaoru no supo explicarse porque pero cuando el se alejo sintió un gran frío recorrer todo su cuerpo, un fuerte y punzante frío; se abrazó a sí misma para tratar de contrarrestar esa sensación pero no sirvió de mucho.

Al darse cuenta, Sagara se quitó la camisa para dársela a ella; como Kaoru ni se inmutó y solo se le quedó mirando, el mismo se la puso al rededor de la espalda.

* Anda, que todos se han de preguntar donde estás. *

Kamiya afirmó con la cabeza y ambos se dirigieron al Dojo. Ella aun temblaba; el muchacho no sabía si se debía a lo ocurrido o a la copiosa lluvia que caía sobre Tokio y que por consiguiente provocaba que sus cuerpos tuviesen frío.

Sano quería hacerla sentir mejor, bien sabia que lo que tuvo que soportar con esos locos fue demasiado desagradable. Por eso puso su brazo derecho al rededor de la chica, tratando de decirle que ya estaba bien, no debía preocuparse más... él la protegería y no permitiría que le hiciesen daño.

La chica bajó la mirada para ver como se destrozaban las gotas de agua al estrellarse en el suelo, y también para ocultar el ardor de sus mejillas... sonrojada, solo por un "abrazo".

Durante el camino, no pronunciaron una sola palabra; la tensión era incomoda pero así se mantuvieron hasta llegar.

Al entrar al Dojo se encontraron con Kenshin, quien preguntó si se encontraban bien pues ya era algo tarde y además andaban quien sabe donde con esa lluvia. Lo más sospechoso era ver que Kaoru-dono trajera la camisa del guerrero cubriéndola del frío.

* Descuida Kenshin, estuve jugando a la guerra con unos tipos, luego me encontré a Jo-chan camino acá, la lluvia nos sorprendió y no pudimos llegar más temprano. *

* Si así fue... que bien que no les pasó nada, verdad Kaoru. *

Kamiya no respondió, estaba ocupada en sus propios pensamientos hasta había dejado de disimular el rojo de sus mejillas; dijo buenas noches y se retiró a su habitación sin decir más ante las miradas curiosas de Kenshin y Sanosuke.

* ¿Acaso le pasa algo malo?.*

Preguntó el samurai, rogando por una respuesta negativa.

* No, solo debe estar cansada, no te preocupes. *

Decía el chico alto mientras salía del lugar, acompañado de la mirada del pelirrojo, que se había percatado de su rara actitud.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

En las largas noches de insomnio

mis pensamientos hacia ti murmuran "eso es amor".

Los temblorosos latidos de mi corazón,

que hablan incesantemente,

cambian a suspiros mezclados

con un alta fiebre.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Sagara caminaba por las calles camino a su casa, con la lluvia a mediana fuerza cayendo sobre la ciudad; solo quería dormir, esta... ¿cómo decirlo?, aburrido, cansado.

Así pues, al llegar a su casa se recostó y trató de dormir... pero no pudo. Se pasó gran parte de la noche tratando de conciliar el sueño pero no podía.

La misma razón de siempre... ella, la niña que de una u otra forma se apoderaba por completo de sus pensamientos, pero desde esa tarde sin saber porque, cada vez que su rostro volvía a su mente un desesperante pero agradable cosquilleo surgía en su pecho y los latidos de su corazón aumentaban en velocidad... ¿qué demonios era?.

Esa noche no pudo dormir en lo absoluto. Se sentía acalorado, con grandes deseos de que la tortura de la noche terminara; y como una brisa que refrescaba su extraña fiebre, el rostro de Kaoru Kamiya regresaba fugazmente a sus pensamientos haciendo que sus pupilas se dilataran ante la extraña sensación de recordarla; luego la mujer volvió a aparecer en su mente con ese rubor delicado que cubría sus mejillas, la mirada clavada en el, su cuerpo empapado... su cabello rendido ante la lluvia que escurría por su rostro. Y por supuesto, el kimono pegado a su frágil cuerpo debido a la lluvia.

Esa imagen la había podido contemplar por la tarde y la verdad es que... le agradaba mucho.

Y entre tantas dudas que invadían la mente de Sanosuke, una que parecía ser la más importante y fuerte de todas logró salir del interior del chico, en forma de palabras, pregunta... quizás afirmación.

* ¿La amo?.*

La noche siguió sin dar cabida a una respuesta segura para aquella pregunta. Torturando así al muchacho, que no entendía bien lo que estaba pasando o lo que estaba sintiendo.

Los rayos del sol alumbraban las calles de Tokio.

Por primera vez en mucho tiempo Sanosuke Sagara se había levantado más o menos temprano, para él, permanecer un rato más en al cama hubiera sido tortura; se encontraba más cansado, era uno de esos días en que el cuerpo sin razón alguna, no tienen fuerzas ni para andar a pie unos minutos.

Se dirigió al Dojo, necesitaba comer y obviamente ahí podía conseguir comida gratis, también estaba la opción del Akabeko pero tenía la necesidad de ver a Jo-chan, aunque su comida no fuera igual de buena, se conformaría con verla.

~*~

~*~

~*~

Sano entró al Dojo, ya ni siquiera necesitaba tocar la puerta principal o ser invitado; de hecho nunca fue necesario, nunca pidió permiso el solo entraba y ya.

Se quedó parado en el pasillo que daba al jardín del lugar, saludó esperando que alguien le contestara; por unos momentos pareció que nadie se encontraba ahí, hasta que escuchó su voz...

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Dame sonrisas y días brillantes

con tu sonrisa.

Luego hasta el frío de la noche helada

sería bueno y yo lo aguantaría.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Kaoru lo saludó con más ánimos que el día anterior; la resplandeciente sonrisa que la caracterizaba estaba en su rostro, eso la hacía verse un millón de veces más linda que con los ojos distantes y la mirada triste... aunque aun así era muy linda.

* Vaya Sanosuke no esperaba verte hoy. Creo que últimamente vienes a visitarnos más seguido. *

Sagara no contestó, no articuló palabra o sonido alguno, solo la miraba atento; no estaba sonrojado, ni nervioso... tan solo sumergido en los profundos ojos de la mujer.

Kaoru no entendía nada; Sano no era tan callado, si había algo importante que decir, o algo estúpido daba igual, el lo decía sin mayor problema.

Creyendo que no era importante, tomó a Sanza por el brazo derecho y....

* Déjame adivinar... ¿Quieres desayunar?. *

Le decía la chica mientras lo invitaba al interior de la casa, sacándolo por completo de su trance y sumergiéndolo inmediatamente en otro más profundo aun.

* Vamos, a estas alturas me sorprende que esperes a ser invitado... nunca lo haces. *

Seguía diciendo mientras servía ramen. Sus movimientos eran seguidos con amplia precisión por los ojos del luchador; y a diferencia de la gran mayoría de las veces, siempre !, en que la comida es servida, Sagara no "atacó" al instante... tenía la mirada baja ahora esperando una reacción por parte de Kamiya.

Cuando la niña se dio cuenta de que el tazón del chico seguía intacto se atrevió a preguntar si algo le preocupaba ya que estaba realmente extraño esa mañana; a lo que Sanosuke contestó:

* Jo-chan... quiero hablar contigo es de algo que, que me inquieta y que en verdad es importante. *

Las palabras dejaron a la chica algo pensativa. ¿Qué podría ser tan importante para Sagara?; si el por lo regular no le da gran importancia a las cosas.

Kaoru aun sostenía el tazón; se encontraba entre confusa y tranquila, quizás no era nada, solo... deseos de hablar.

Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Las canciones de Rurouni Kenshin son las únicas que pueden competir contra las de Escaflowne, según yo.

Por eso me decidí a hacer mi primer songfic, que por cierto este primer capítulo no tiene nada de hentai, a lo más "perverso" que llegué fue a dar insinuaciones de un intento de violación, pero no pasó a mayores.

Para los siguientes dos capítulos sí habrá hentai 7w7.

Solo puse los primeros tres versos de esta canción, los demás vienen en el siguiente capítulo.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 14 de Diciembre de 2001.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

                                  || Capítulo 2 ||


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4 years ago

Mis 2 amores. --Capítulo 2--

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Anime: Card Captor Sakura

Rating: M

Pareja: Eriol x Sakura x Shaoran

Sinopsis: En verdad le gusta como le hace el amor. No es que su marido no la haga sentir placer, esto es diferente... simplemente los ama a los dos.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 2: ¿Me amas, Sakura Lee? ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Una mujer recorre sin rumbo las calles de Tomoeda; hace unas horas unió su cuerpo al de un hombre que no era su marido, y a pesar de que no fue la primera vez, se siente mal, más que nada por que no se arrepiente de ello, es más, seguramente lo volvería a hacer.

Sin embargo, esto no quería decir que ya no amara a su esposo. Eso jamás, ella lo adoraba, moriría por él, de hecho no había persona más importante en el mundo para ella que su marido, pero...

¿Es posible amar a dos hombres a la vez?.

Sakura acababa de descubrir que sí podía suceder.

"Soy Sakura Lee, hoy, llegué a mi casa esperando encontrar a mi marido, pero aun no llega de su viaje; se fue a Hong Kong a visitar a su familia... se supone que llegaría en unas horas."

Pensaba para sí, como tratando de grabarse bien que su esposo, aun era su esposo, y por tanto debía amarlo a él, y solo a él.

Comenzó a despojarse de su ropa, hasta quedarse solo con la piel pegada al cuerpo. Entró a la ducha con el agua helada, como un auto castigo, tratando de borrar el pecado que permanecía en su cuerpo, no lo logro... la traición ya la llevaba en el alma y el corazón.

Salió un poco más despejada pero igualmente desolada y decepcionada de si misma. Maldición !!, como puede hacerle esto a la persona que más ama?.

Con su piel empapada y cubierta solo por una toalla, salió del baño y se disponía a dormir un rato, después de todo, la noche anterior solo durmió poco más de una hora.

De pronto, alcanza a escuchar como se abre la puerta principal de la casa, también, una voz familiar y muy querida que la llama.

* Sakura, amor... ¿estás aquí?. *

Gritó su esposo mientras entraba y dejaba una maleta al lado de la puerta.

Kinomoto va donde su marido y este al verla se sonroja sobremanera; aun sigue siendo igual. Con calma, se acerca a su mujer, toma el rostro de la misma entre sus manos y la saluda con un beso relativamente corto y tranquilo en los labios.

* Acordamos que me esperarías en el aeropuerto. ¿Por qué no estuviste ahí?. *

* Es que no me sentía del todo bien, lo siento en verdad. *

Respondía mientras bajaba la mirada sintiéndose justamente culpable. No quería que la viera después de haber dormido con su amante; maldita cobardía... ¿o era respeto?.

Una sonrisa se dibujó en el rostro del muchacho, de alegría, felicidad, mil sensaciones buenas. La abrazo contra su pecho con fuerza, mojando su atuendo con el cuerpo húmedo de la mujer.

* Y, por qué estás tan feliz?. *

Preguntó confundida; el no haber ido a encontrarse con él en el aeropuerto no era razón de felicidad, al contrario, debería estar enfadado... pero no era así.

El joven tomó la cintura de Sakura y la elevó al aire, dando vueltas con ella por todo el recibidor, sonriendo de gran alegría y arrancándole varias sonrisas de autentica felicidad a su cónyuge.

* Shaoran, ¿por qué tanta felicidad?. *

* Bueno, es probable que estés embarazada, ¿no crees?. *

Dijo Lee, dejando que los pies de su esposa tocasen el suelo. Y ella, dejó de sonreír. La verdad es que le encantaría ser madre, eso claro, si el hijo era de Shaoran, pero si en determinado caso quedara embarazada de Eriol, las cosas se complicarían bastante.

Más sin embargo ese no era el caso, no estaba esperando un hijo solo se sentía mal moralmente... su conciencia no la dejaba tranquila.

* No, no creo que sea por eso. *

* Eso puede arreglarse, ¿no crees?. *

Propuso Shaoran con una sonrisa picara y unos ojitos suplicantes, mientras le quitaba la pequeña toalla que a penas cubría el cuerpo de su esposa.

Al mirarlo, Sakura comprobaba lo diferentes que eran él y Eriol... Hiragizawa era más posesivo y dominante, mientras que el joven Lee es más tierno, complaciente y comprensivo.

* Amor, si no te molesta... prefiero dormir. *

* ¿Molestarme?, en lo absoluto. La verdad es que el vuelo me dejó algo cansado... pero no lograrás escaparte de mi, ya jugaremos más tarde. *

Y mientras se ponían melosos, el la tomó entre sus brazos y la cargó hasta su habitación, ahí, con delicadeza y cuidado la acostó; se quito el saco de su traje y se acostó junto a ella permitiendo que el sueño los envolviera a ambos; dándose un tiempo de descanso y reflexión.

Ella, desnuda entre sus brazos, él, cubriéndola con su cuerpo y protegiéndola de todo lo que pudiese lastimarle.

~*~

~*~

~*~

Había transcurrido ya una semana desde la llegada de Shaoran de su corto viaje. Por una u otra razón no había tenido tiempo de intimidad con Sakura, pero...

La chica recién entraba a su habitación, cuando se percato que su marido ya la esperaba allí. Ella puso cara de no entender que hacía su esposo a medio día en la cama, a lo que este le explicó:

* Recuerdas que te dije que jugaríamos después?... pues tengo infinitos deseos de jugar contigo. *

Le dijo el joven con una cara de felicidad inigualable; era normal, había extrañado a su Sakura aunque solo hubiese estado fuera por unos días.

Sakura pensó que ya era justo y necesario que Shaoran estuviera con ella, así que sin más, la muchacha fue a su lado y se metió bajo las sabanas con él para comenzar con una tarde de verdadero amor expresado con quien debía ser expresado.

Comenzaron con varios besos... cortos, largos, apasionados, tranquilos, profundos, juguetones... en fin, había variedad en cada beso; todos eran diferentes, pero en algo eran iguales... todos estaban llenos de amor.

Shaoran deslizó sus manos hasta los senos de Sakura, sintiéndolos debajo de la tela. Hacia días que la deseaba y no había podido tenerla por razones que no entendía, pero ahora no se escaparía de él.

En unos segundos, el pecho de ambos estaba al aire; él guio sus labios hasta los pequeños senos de su esposa y comenzó a probarlos; besaba y mordisqueaba los pezones hasta que se pusieron duros, haciéndose más sensibles a sus caricias.

Mientras degustaba los pechos de Sakura, con sus manos, Shaoran recorrió el cuerpo de su  esposa haciéndola estremecer por el contacto, y suspirar de excitación.

El chico condujo sus manos hasta la entrepierna de Sakura, introduciendo su mano derecha bajo la falda y acariciando la intimidad de la chica por sobre las bragas; en tanto mordisqueaba el lóbulo de la oreja de la joven, susurrándole mil y un palabras que Sakura apenas podía entender puesto que no lograba concentrarse de lleno en sus palabras, si no en sus caricias y besos.

Pronto, se despojaron de la poca ropa que aun llevaban puesta, quedando desnudos el uno ante el otro. Shaoran tomó la mano derecha de su cónyuge y la besó, subiendo con cada beso que le volvía a dar; recorrió su brazo haciéndole cosquillas con sus labios hasta llegar a su cuello... lo saboreó y por último unió sus labios a los de ella, introduciendo su lengua en la boca de Sakura, buscando la de ella para que ambas comenzaran una comunicación propia, como un pequeño juego.

Lee se sentó a media cama e invito a Sakura a sentarse sobre él. Así, se hincó frente a su marido y tomando el pene erecto de este entre sus manos, lo fue guiando hasta su vagina, la cual estaba deseosa, lista para retener el instrumento de amor de Shaoran.

Sosteniéndose de los hombros del joven, Sakura hacía que el pene de Shaoran entrara despacio en su vagina. La lubricación de la misma era tal, que a pesar de hacer movimientos lentos, el pene de Lee entró con facilidad sin provocarle dolor alguno a la chica.

El placer en ambos comenzaba a ser un poco más fuerte; con esto la imagen de Eriol se hizo presente en la mente de Sakura.

Ella parecía desligarse de lo que ocurría a su alrededor y aterrarse ante la idea de que Hiragizawa sabía muy bien lo que ella hacía en ese momento; era obvio que no la dejaría disfrutarlo por completo.

* Sakura, ¿te pasa algo?. *

Preguntó Shaoran algo preocupado. De pronto, su esposa había dejado de moverse y miraba a la distancia.

Ella solo sonrió y continuó moviéndose, tratando de que el miembro de su marido entrara hasta el límite en ella. Los jadeos aumentaron; el placer seguía creciendo y Sakura abrazaba frenéticamente la cabeza de Shaoran quien devoraba los senos de su mujer, sin llegar a saciarse.

Lee estaba desesperado, quería llegar al clímax de la relación y hasta ese momento había tenido la mayor paciencia posible... pero necesitaba sentir a su esposa.

Tomó las caderas de ella e impulsándose, le ensartó todo su miembro de golpe; Sakura gritó por los tremendos placer y dolor que esto le había provocado.

Unos segundos después, Lee se recostó sobre su esposa y comenzó un juego de mete y saca con la mayor velocidad que él podía alcanzar. Con cada embestida la jovencita sentía que moría y volvía a vivir con las salidas y entradas del pene de Shaoran, el cual a sí como salía inmediatamente volvía a entrar golpeando el útero de la muchacha.

El orgasmo estaba próximo a llegar; Sakura llevó sus manos hasta su entrepierna y con su dedo índice acarició consecutivamente su clítoris obteniendo un placer extra. También podía sentir los roces del miembro de Shaoran con sus dedos... maldición, adoraba sentirlo dentro suyo.

Pero nuevamente, Eriol aparece en su mente; la sacaba de quicio. Para que una mujer pueda disfrutar una relación sexual debe estar completamente enfocada en esta, y ver la imagen de Eriol cada vez que el placer aumentaba, la hacía recordar como traicionaba a su marido... ¿Cómo podía disfrutar del cuerpo de su esposo, si Eriol la torturaba a cada momento?.

Shaoran se hincó sobre la cama sosteniendo el cuerpo de Sakura sobre él, la elevó un poco... ahora tenía el control de la relación y el ritmo de los movimientos.

La excitación llegó a un punto insoportable en el que Lee tuvo que aumentar la velocidad de las embestidas. Su esposa lo sintió y aprisionó la cabeza de Shaoran entre sus brazos haciendo que sus senos tocasen una y otra vez la cara del muchacho, pues saltaban al ritmo de los "golpes" que el pene del joven chino daba al interior de su cuerpo.

Sakura no resistió más y permitió que un fuerte orgasmo poseyera su cuerpo; arqueó la espalda al no poder retener el placer que invadía su ser.

Para su desdicha, Hiragizawa volvía a su mente, esta vez con las palabras. . .

"Te amo, aunque le pertenezcas a él".

La chica de ojos esmeralda lloró sin intentar reprimir las lágrimas. Su amante la estaba torturando sobremanera haciéndole recordar que no volvería a disfrutar plenamente del amor de Shaoran.

Y así, el placer extremo que en algún momento experimentó el cuerpo de la mujer, desapareció drásticamente, frustrándola por no poder obtener el placer deseado y necesitado. Su marido se percató del llanto de su amada; se preocupó, detuvo sus entradas al cuerpo de Sakura, y...

* ¿Qué pasa?, te he lastimado?. *

Ante la pregunta, Sakura se asustó; no podía dejar que él se preocupara por ella, ni siquiera lo merecía.

La mujer no dio respuesta a las dudas de su marido; unió sus labios a los de él y llenó por completo de besos el rostro del joven.

A pesar de que ella ya había alcanzado el orgasmo y lo perdió, sabiendo que esa noche no lo volvería a tener por culpa de su amante, estimuló a su Lee. Él, apretó ojos y dientes tratando de retener el placer para que este durara un poco más... no pudo.

Sacó su pene del interior del cuerpo de Sakura y guio la cabeza de ella hasta la punta de su miembro para que degustase el sabor de su semen.

La muchacha bebía lo que podía de aquel liquido seminal, aunque también un poco de este escurría de su boca cayendo sin remedio sobre la cama.

Una vez que cesó la eyaculación de Shaoran, Sakura lo besó en los labios, compartiendo con su esposo el semen que aun permanecía en su boca.

Para relajar al muchacho, acariciaba el pene ya flácido de su acompañante haciéndolo suspirar en más de una vez con la dulzura de sus caricias.

Por hoy habían terminado, quedaron recostados en la cama; Lee la abrazaba por detrás rodeando su cintura con un brazo, acariciando el cabello castaño como juego.

Mientras, Sakura no estaba solo cansada sino también frustrada, pues había entendido que la situación seguiría así... Eriol no la dejaría ser feliz con su marido... la querría solo para el.

El sueño la estaba venciendo y justo antes de quedarse dormida, escuchó la voz de su querido Shaoran...

* Sakura... *

* Mmm, dime... *

* ¿Me amas?... me amas como yo a ti?. *

* ¿Tu qué crees?. *

* Lo que crea no importa, solo quiero oírlo de ti. *

* Bueno, soy Sakura Lee. *

* ¿Qué quieres decir?. *

* Que estoy casada contigo y es por amor. *

Sakura ya no supo más, se rindió al sueño; su cuerpo y su mente necesitaban descansar bastante. Shaoran le susurró algo al oído y también se dispuso a dormir.

En sus sueños, Sakura meditaba varias cosas que debía hacer. Primero debía hablar seriamente con Eriol o jamás volvería a disfrutar en la cama con su marido; también debía dejar de tener relaciones con Hiragizawa, al menos hasta quedar embarazada de Shaoran... ella quería ser madre, pero compartir esa dicha con el hombre que debía ser, con su esposo.

Y por último sus ideas peleaban entre sí; una batalla entre saber a cual de esos dos hombres amaba de verdad; No podía amar a ambos al mismo tiempo, ¿verdad?.

Era una locura, seguramente solo estaba obsesionada con Eriol, eso era algo que aun no sabía... quizás, en realidad sí los amaba a ambos; y si no era así, algo era seguro... los dos la amaban a ella y rivalizaban por su cariño, aunque uno de ellos... no lo supiera.

Totalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Bueno creo que esto quedó muy inconcluso.

No sé si en verdad sea posible amar a dos personas al mismo tiempo; en realidad yo creo que no es posible, pero es un tema interesante.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 01 de Septiembre de 2001.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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4 years ago

La mitad de ti

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Anime: Card Captor Sakura

Rating: M

Pareja: Eriol & Sakura

Sinopsis: One-shot. Lloraba amargamente... por un mal entendido había traicionado a Shaoran, su esposo, a quien amaba más que todo en el mundo. Lloraba... porque lo quería también a él, a Eriol.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

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Este one-shot está relacionado con el fic “MIS 2 AMORES”, ya que narra como Sakura y Eriol terminaron como amantes.

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Mujer de hermosos ojos esmeralda. ¿Qué haces caminando bajo la lluvia de Tomoeda?, ¿Qué razón existe para que permanezcas aquí?, no tienes a dónde ir?... Mis pensamientos me acosan de nuevo; me pregunto cosas que de sobra tienen respuesta. No puedo más, comienzo a correr bajo la lluvia dejando que mis lagrimas se unan con el agua que cae del cielo. Corro lo más rápido que puedo, quiero escapar de todo, de mis problemas, de él. Es que yo... yo los vi abrazados en nuestra casa. ¿Cómo pudo hacerme esto?; creí que me amaba. ¿Por qué Shaoran?, por qué te abrazabas con Tomoyo en nuestra casa?. Lo entendería de Mailing, ella es tu prima pero... de Tomoyo, jamás.

Y ahora que me detengo, la lluvia sigue incesante; tengo frío y creo que no debo sufrir este dolor físico por él. Giro la vista al otro lado de la calle; un bar. Vaya!, nunca he entrado a uno pero creo que esta ocasión amerita un considerable número de copas pata tratar de olvidar. Entro al lugar casi sin pensarlo; no hay muchas personas quizá soy la única que necesita de este sitio para olvidar. Me siento frente a la barra y espero a ser atendida; pido un vaso de sake y me lo bebo de un trago, le indico al barman que me sirva otro, y otro y así consecutivamente. Continuo con lo mismo por largo rato; no sé, esta vez parecía no tener fondo. ~*~

~*~

~*~

He perdido la cuenta de las copas y la noción del tiempo, me he emborrachado de verás y aun así no puedo olvidar lo que me hizo mi esposo, al contrario, me siento más deprimida; el ahogar mis lagrimas en el sake no ha sido de gran ayuda. Así que salgo a duras penas del lugar. Afuera, me encuentro con un joven, alguien a quien conozco.

* ¿Sakura?, qué haces en un lugar como este?. * Una voz masculina se oye detrás mío; me giro para encontrarme con un hombre guapo, alto y con un par de lentes que lo hacen ver muy maduro, claro, a sus veintisiete años supongo que lo es. Me sonríe ampliamente lo cual me hace preguntarme lo mismo interiormente. Trato de evadirlo; realmente conversar con alguien no es lo que deseo, así que me alejo con dificultad de aquel lugar con Eriol siguiéndome de cerca. Estuve a punto de caer en casi tres ocasiones por lo que el chico me sujeto del brazo y ofreció llevarme a casa. * No quiero !!. Podría ir a cualquier lugar excepto ahí. * Le grité como respuesta y aun así él no dejaba de sonreírme. * ¿Te enojaste con Lee?. * Apenas acabo de mencionar eso y comencé a llorar nuevamente. Sentí como sus brazos me rodeaban con suavidad y me desahogue ahí mismo. La lluvia había cesado hacia ya un rato al igual que mis lágrimas. El mencionó que no me obligaría a que le hablara de lo sucedido, además me ofreció pasar la noche en su apartamento lo que me pareció buena idea considerando que por ningún motivo regresaría a ver como esos dos me engañaban, además estaba muy cansada como para seguir caminando sin rumbo y tomando en cuenta que Hiragizawa era mi único amigo no habría ningún problema; nunca pensé que él... cuan equivocada estaba. ~*~

~*~

~*~

Llegamos a su apartamento poco después de las once de la noche y lo primero que hice fue sentarme en el sofá de la estancia para tratar de descansar. Eriol me ofreció una toalla para secar mi mojado cabello, comenzando con esto una platica que se extendió por un par de horas... * Y eso fue lo que ocurrió. * Dije tristemente recordando aquella escena que me oprimía el corazón. Finalmente le había contado todo a aquel hombre que ahora parecía ser mi único apoyo; desahogue mis penas y me sentí aliviada de cierta forma, aunque herida a fin de cuentas. Eriol no dijo nada en absoluto, solo me abrazó, no sé porque pero lo hizo. Ya me sentía mejor y no había necesidad de hacer eso. * Lo que el te hizo debió haberte herido. * _Me dijo._ * Déjame consolarte y hacerte verdaderamente feliz. * Al terminar de decir aquello se apresuro a atrapar mis labios con los suyos; abrí los ojos lo más que pude, lo que estaba haciendo el joven me impresionaba en verdad, sin embargo me parecía bastante placentero y el toque de erotismo me embriago por unos instantes por lo que lentamente comencé a devolverle el beso. Noté como cerrabas los ojos y dejabas de tensar el cuerpo, fue entonces cuando te estreche con fuerzas al grado de casi lastimarte. Quería que tu cuerpo estuviese pegado al mío, ¿por qué?: sinceramente siempre me atrajiste físicamente, desde niños. Y ahora que estas casada con Lee el  desear tenerte, para mi, se ha vuelto una obsesión... y la quiero hacer realidad. Mis manos se aferran con fuerza a tu cintura, te sujeto con violencia y hago que tu cuerpo se extienda sobre el sofá; mi cuerpo cae pesadamente sobre el tuyo para detener cualquier oposición que llegues a externar. Siento tus manos que se interponen entre nosotros; has reaccionado y te resistes a mis besos y caricias; sin embargo todos tus esfuerzos por separarte de mi son inútiles, mi fuerza física es mayor y la aprovecho bien para doblegar tu cuerpo, además el alcohol aun tiene entorpecidos tus movimientos. * Sakura... resistirse está de más; es justo que le pagues a Lee con la misma moneda después de lo que te hizo. * Tu mirada se vuelve dura, me desprecias, lo sé. Aunque eso realmente no me importa ahora que tengo tu cuerpo a mi entera merced. Pero, de pronto siento un inmenso poder emanar de ti, tus ojos se tornan de un rojo ardiente. En verdad estas enfadada; con un grito haces explotar todo ese poder mágico que aun conservas en lo más profundo de tu ser. Tanto es tu poder que me arrojas hasta la pared; mis lentes quedan botados en el piso, alzo la mirada y te expreso mi rencor por lo que acabas de hacer. ¿Cómo pudiste hacerle esto al brujo más poderoso de la tierra?. El error fue mío por bajar la guardia ante la emoción de casi poseerte. Aprieto los dientes enfadado, me reincorporo y te reto con al mirada; me desquitaré de lo que has hecho y verás que será una forma muy dolorosa o placentera para ti... todo depende de como quieras verlo. Te lanzo un hechizo, que igual que con migo, te lanza hasta la otra pared. Te dejo lastimada; no importa cuan fuerte seas pues yo siempre lo seré más que tu. Maldición !, ¿qué está pasando?, qué?. No es mi realidad. Mi esposo y mejor amiga me engañan; Eriol quiere acostarse con migo por todos los medios y si sigue utilizando ese nivel de magia me vencerá en cuestión de segundos. Levanto el rostro y te veo; esos ojos llenos de furia, poder, deseo y lujuria: me asustas. Lo peor es que no traigo con migo las cartas pues hace mucho que no las necesitaba para defenderme; además mi poder mágico parece insignificante ante el tuyo. Levantas mi cuerpo adolorido y me aprisionas entre la pared y tu cuerpo. Haces que tus manos viajen libremente por los contornos de mi figura, retirando todos los obstáculos que encuentran en su camino, la falda, el saco... Intento resistirme de nuevo y solo gano que me lances un hechizo que me roba las fuerzas. Me siento débil... no, ¡ soy débil !. Si no hubiese dejado de practicar la magia esto no estuviese ocurriendo. * Te amo, Sakura. Y no importa el como, pero serás mía. * * Detente Eriol, por favor. Me estás lastimando. * No importan las suplicas, no dejas de explorar mi cuerpo ahora desnudo en su totalidad... gemidos escapan de mis labios y tu mencionas que he comenzado a disfrutar de esto. No, no, no... todos los sonidos son de dolor, tienen que ser de dolor. Me lastimas con tus manos al recorrer mi cuerpo, pero me lastimas más con tu actitud; siempre creí que éramos amigos y ahora... yo ya no sé. Tomo tu cuerpo entre mis brazos; te llevo a mi habitación y te dejo caer sobre la cama; me quito toda la ropa y me hinco sobre ti. Mi espina va tomando fuerza y se alza victoriosa sobre el aire. Lagrimas recorren tu rostro. ¿Por qué?, yo quiero que disfrutes de esto tanto como yo. Dejo caer mi cuerpo sobre el tuyo y me bebo tus lagrimas. Te lleno de besos; una y otra vez insistentemente pruebo tus labios y creo que te siento responder a mi favor. Te declaro mi amor nuevamente, me dices que estoy loco y con tus palabras solo logras que me aferre más a tu cuerpo. Es cierto estoy loco, loco por ti, loco de amor y loco de celos. Y hoy, esta noche quiero gozarte locamente, vivir con locura por tener una oportunidad de conseguir tu amor. Beso tus hermosos senos y te escucho suspirar; me dejo llevar, disminuyo mis fuerzas e intento tocar y besar tu cuerpo con la mayor ternura posible pero me es difícil, la poca ternura que siento en estos momentos se ve severamente opacada por la pasión y excitación que invaden mi  ser. Lleno de besos tu delgada figura; recorro con mis insistentes labios tu suave piel y te siento temblar ante mis insultantes caricias. Te miro, has dejado de llorar y respiras agitada, te aterra lo que hago contigo pero te aseguro que más tarde me suplicaras que sigamos juntos. Mis labios reinician su camino hasta llegar a tu entrepierna; exploro tu vagina con desesperación para intentar saciar el deseo que tengo por ti desde hace más de dieciséis años. Succiono tu intimidad y entre mi delirio te escucho gemir en repetidas ocasiones con un respirar apresurado. No soporto más mis ansias y me reincorporo. Te observo completa... desnuda, cansada sobre mi cama; admirando tu perfección física noto que tus mejillas se han tornado de un color rojo. Es más que obvio, por fin logre que disfrutaras de esto tanto como yo y lo mejor es que aun no ha terminado. * Eriol, no sigas más. No quiero que... * * ¿Esto llegue al punto más placentero. ? * _Interrumpí._ * A pesar de todo esto sé que le eres fiel a Lee... pero yo arreglaré esa situación. No importa cuantos años me tome lograrlo... te arrebataré de sus manos. * Me miras tristemente ante aquellas palabras. Después de lo que he conseguido hacer sentir a tu cuerpo, bien sabes que lo que planeo no es del todo imposible. Te observo con seriedad por segundos y cambio esa mirada por una maliciosa... * Lo siento, Sakura. Pero estoy muy impaciente. * Apenas dije esto último y enterré mi miembro en tu cuerpo. Abriste la boca al querer gritar y no te lo permití; callé tus labios con los míos y así los probé una y otra vez mientras te enterraba más y más aquella espina que te destrozaba por dentro. Nunca podré describir lo que sentía en esos momentos; tu vagina me apretaba tan bien que difícilmente creía que te hubieses acostado con Lee anteriormente. Además el deseo de tenerte y que se me volvió obsesión por fin se estaba haciendo realidad... la frustración de no poseerte a pesar de ser tan poderoso se estaba aliviando. Empuje una y otra vez hacia adentro y, con violencia, me desbordaba de pleno gozo... entonces te sentí abrazarme; abrí los ojos sorprendido. Aquí estamos, cubiertos por el manto de la noche y en tu habitación con los cuerpos enredados entre si. Y te abrace... sentado tú sobre la cama y yo sobre ti, unidos... Me miras, no tienes idea del porque de mi cambio de actitud. Desde que todo esto comenzó mi mente ha sido atormentada por las imágenes de ellos dos engañándome y aun así me he resistido a entregarme a ti, pero... no puedo más; tus besos y caricias me provocan y además, el refugio, consuelo que tus brazos me brindan son mi única salida. Es irónico, a pesar de las circunstancias, de que te has aprovechado de mi utilizando tus grandes poderes me siento extrañamente tranquila y desahogada, quizás... pagarle a Shaoran con la misma moneda es lo que me hace sentir un poco mejor... la venganza es dulce. Y aun así tengo una guerra contra ti, entre amarte u odiarte por obligarme a esto. Cierro los ojos, no quiero contemplarte más pues mi inseguridad aumentaría. Siento la humedad de tus labios entre los míos... por primera vez en la noche me estas besando con tranquilidad y ternura y yo... te agradezco eso infinitamente. Acaricias mi cuerpo con suavidad. Yo hago lo mismo, ¿por qué?, necesito sentirme amada, querida, al menos deseada. Después de lo que paso con mi esposo no me siento así. Me siento sobre ti; tu ingresas a mi cuerpo con fuerza y rapidez; las embestidas son tan profundas que me siento desfallecer en cada una de ellas. Me besas con desesperación, tanto me has deseado?. Tus labios han recorrido mi rostro en repetidas ocasiones, lo mismo has hecho con mis senos. No sé si esta bien aceptarlo, pero... me gusta lo que haces; no sé si sea el que me siento sola, el querer desquitarme de mi esposo de alguna forma, o el morbo de la infidelidad lo que me provoca este placer, pero... quiero estar así, con nuestros cuerpos entrelazados y llenos de candor... siempre. * Siempre te desee, Sakura; y ahora que te tengo, te deseo aun más. * Me dices, con un tono de deseo tranquilo que apenas esta siendo aliviado por el contacto de nuestros cuerpos. Mientras, yo te abrazo con cierta reserva debido a la poca vergüenza que aun me queda. Conduces tus labios hasta mi cuello y me haces gemir un par de veces; creo que te entregue por completo mi voluntad. Tus estocadas fueron más fuertes y profundas cada vez; en ellas me arrancabas gemidos que bien podían pasar como gritos de placer prohibido por mi situación actual. * Dame más. * Te pido. Quiero más y más de esta sensación que me provocas, más de tu cuerpo, más de ti. Me sorprendo a mi misma al compararte con Shaoran en la cama. Ambos me hacen disfrutar al borde del cansancio total, pero... tu, tu eres distinto; cuando dijiste que me harías tuya lo dijiste muy en serio, tanto que ahora me siento solo tuya mientras que Lee es tan solo un extraño que ya no importa más. * Ahh... Eriol, no puedo más. * Menciono, todos mis recuerdos y pensamientos se borran de pronto y solo hay lugar en mi mente para el orgasmo que recorre mi ser. Toda mi figura tiembla incontrolable por el sentir; comienzo a llorar para soportar esta plena sensación que apenas y puedo creer estar experimentando. ¿Acaso existe un placer tan grande como este?; si es así, y lo es, entonces me quedare a tu lado, Eriol. Giro la mirada hacia ti y de igual forma me miras. Sonríes ampliamente por lo que has logrado en mi, y también, porque de pronto un torrente de semen emana de tu miembro y desemboca dentro mío. Esta caliente; me provocas un orgasmo más durante el cual te escucho gemir insistentemente y mencionar palabras que no escuche bien. Me aferro a tu espalda, mis senos están frente a tu rostro y los besas con suavidad, relajado y relajándome a mi. El esfuerzo físico ha terminado, dejo caer mi cuerpo pero me sostienes con firmeza y haces que te mire directo a los ojos. * ¿Qué somos ahora?. * Me preguntas; es gracioso que la respuesta, no importa cual sea, siempre terminara en una historia de cama. * Te quiero. * Como toda respuesta te digo algo que creo no haber pensado siquiera. Es cierto que somos amigos de años atrás pero en esos años no tuve ojos más que para Shaoran, y hoy... yo ya no sé. Sonríes y me besas con profundidad y hasta con ternura y amor. Acariciando mi cuerpo mientras yo solo me dejo hacer. * Te amo, te amo... * Dices constantemente como cualquier hombre que ha logrado poseer al objeto de sus deseos. En un par de ocasiones te dije: "te quiero"; una verdad a medias. Pero debo agradecerte el que por unas horas me hicieras olvidar a Shaoran y el dolor que me provoca; sé que al menos te tengo a ti. Mis ojos comienzan a cerrarse y lo último que ven es tu rostro lleno de satisfacción. Estoy cansada!, todo el día fue una odisea llena de engaños, magia, peleas, sexo y hasta auto sorpresas. Siento tus brazos que rodean mi cuerpo y como me acercas a ti, recargo la cabeza sobre tu pecho y me rindo al sueño.

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Ya es medio día, estamos frente a la puerta principal de mi apartamento. No quiero dejarte ir ahora que ya eres mía y sin embargo se que no puedo hacer más para convencerte, por ello es que prácticamente te ruego que te quedes a mi lado, que escapes con migo y dejes a Lee, pero... por ahora no puedo convencerte, sé que después conforme pase el tiempo tu serás totalmente mía y para entonces estaré completo, lo tendré todo. Te acaricio y beso con insistencia para retenerte un rato más; apenas y puedes zafarte de mis brazos y, entre risas juguetonas y de complicidad, finalmente nos despedimos. Me sorprendiste cuando te lanzaste a mis brazos y me besaste con ternura, te devolví el beso con mayor ternura aun, tanto así que te sonrojaste. Ja!, parecemos una pareja de enamorados; lo irónico es que somos amantes solitarios que están unidos más que de cariño, por las circunstancias. * Debo irme... te llamo luego. * Susurraste aun abrazada a mi. * Está bien. Desde hace un par de horas que llamó, parece estar muy preocupado por ti. Aunque has estado en muy buenas manos... lastima que el no lo sepa. * Sonreíste divertida ante aquellas palabras. Me gusta más esa sonrisa en ti que la tristeza y amargura que tenias cuando te encontré ayer. Ahora te vas a su lado; no sé como quedarás con el, pero lo que si sé es que la mitad de ti ahora es mía y esperaré el día en que me pertenezcas solo a mi y a nadie más. "Ya verás, Lee, que te arrebataré a tu esposa sin que si quiera te des cuenta".

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Llevo al rededor de quince minutos esperando frente a la puerta principal de la casa, nuestra casa o algo así; no sé que hacer... después de todo ambos nos traicionamos. Me decido y entro finalmente, me dirijo a la estancia; oh!, genial, estas ahí con Tomoyo. Ambos se giran a mirarme y expresan lo que para mi es una falsa felicidad. Te incorporas de inmediato y me abrazas con fuerza. * Oh, Sakura. ¿Dónde estabas?, me dejaste preocupado. * Dijiste, no te creí. Fingí una sonrisa y puse de pretexto a mi padre que volvía a la ciudad repentinamente. Tomoyo se unió a la conversación diciendo haber estado preocupada también. Que falsos y mentirosos. * Sabes?, Sakura. Tomoyo va a casarse con un joven que conoció en el extranjero en uno de sus viajes. Nos lo presentará pronto. * * Sí, estoy tan feliz que ayer cuando se lo conté a Shaoran no pude evitarlo y lo abrace hasta casi asfixiarlo. Ya sabes, es como mi hermano. * Mis ojos se contraen. A caso esa era la razón por la que ayer, ellos?... No, no, deben estar fingiendo o algo así, pero... la mirada de ambos es tan sincera que...

"Oh, dios mío. ¡¿Qué hice?!..." * Entonces... felicidades amiga. * Fingí interés en cuanto a ese tema. Contuve el llanto y me disculpe con ambos antes de retirarme a mi habitación, argumentando que estaba tan cansada que apenas y me mantenía en pie. Me miraron sin decir o entender nada. Entré a la recamara para poco después encerrarme con llave; me desplome sobre el suelo para comenzar a llorar amargamente. Por un estúpido mal entendido había traicionado a Shaoran, a mi esposo; que me amaba más que a todo en el mundo, prueba de ello fue aquel abrazo que me había dado hacia apenas unos momentos; me hizo estremecer de cariño. Lo peor no fue la traición, sino que en cierta forma no me arrepiento. Eriol despertó un hambre de placer que sinceramente solo el puede apaciguar. No... el "te quiero" que le dijera a Hiragizawa no estaba del todo errado. En estos instantes a pesar del sentimiento de culpa que siento no puedo evitar recordar la noche anterior que el me regalo, lo hermosa que me hizo sentir y el hecho de que extraño su cuerpo, sus caricias y besos; el que me haga el amor. Aun siento deseos de ti, Eriol. Y el hecho de que no pienso, ni quiero hacer de cuenta que entre la reencarnación de Clow y yo no hay nada. El que quiero estar contigo de nuevo, Eriol, me hace sentir como la peor mujer del mundo. * Te extraño, Eriol. * Digo en un suspiro y me dejo llevar por las lagrimas. Lloro inconsolable al saberme traidora del cariño puro e incondicional de Lee, y también, lloro porque te quiero... hechicero más poderoso... mí Eriol.

Finalizado.

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Para entender este fiction no es necesario leer el de "MIS 2 AMORES" y viceversa. Ya que este resulta independiente del otro.

Esto es un S/E/S. ~*~ Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 01 de Abril de 2002. La dama del Hentai: Maeda Ai. *~*~*~*~*~*~*~*~*~*


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4 years ago

Don’t stop the party. Capítulo 1

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Un fic que estaba guardadito y que ve la luz para “international ichiruki hentai weekend”. IIHWE 2020.

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Anime: Bleach

Rating: M

Pareja: Ichigo & Rukia

Sinopsis: AU. Cuando Rangiku la invitó a su despedida de soltera, Rukia imaginó que la rubia haría algo fuera de lo común, especialmente considerando la forma de ser de su amiga. Pero nunca, jamás. . . imaginó aquello.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 1 ::.

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Cuando Rangiku la invitó a su despedida de soltera, imaginó que la rubia haría algo fuera de lo común, especialmente considerando esa obsesión que tenía por el sexo. Pero nunca, jamás. . .

""... ¡ imaginé esto !.""

Rukia se preguntaba: ¿cómo lo que hace apenas veinte minutos parecía una despedida de soltera común y corriente, había terminado en esto... una orgia, no una verdadera orgy party?.

La pelinegra miraba en varias direcciones, buscando a sus amigas.

Encontró a Orihime sobre la barra, siendo penetrada brutalmente por un peliazul con cara de mafioso al tiempo en que devoraba el pene de un tipo de cabello negro y ojos verdes, quien a pesar del "servicio" que la pelinaranja le hacía, no reflejaba placer alguno en su rostro.

* ¿Quién la viera?, tan modosita e inocente que parece. *

Susurró para sí la ojivioleta, girando el rostro a la izquierda y encontrando a la festejada en el escenario siendo protagonista de una doble penetración en la que Gin la embestía por la vagina y Hisagi la sodomizaba sin compasión. Por la gran sonrisa en su rostro y la saliva escurriendo de su boca, era evidente que la mujer lo estaba disfrutando.

Rukia se agitó. A donde quiera que miraba había personas fornicando, parejas, tríos y un montón de combinaciones. Hombres y mujeres valiéndose de manos y lengua o simplemente de sus genitales para obtener el tan ansiado placer. Era inevitable no sentirse excitada pero igual se sentía sofocada.

Rangiku la había engañado al decirle que no habría nada extremo, pero lo cierto es que la intimidad no existía en medio de tanta locura, incluso había quienes, animados por la lujuria y la pasión, se entregaban a actos lésbicos y yaoi, profiriendo jadeos y gemidos cargados de placer.

Kuchiki miró en varias direcciones buscando una salida, la que fuese, solo quería salir de allí, todo le daba vueltas.

A nadie parecía importarle que todos los mirasen, total, todos allí estaban haciendo lo mismo.

La pelinegra divisó la salida a unos cuantos metros, estaba tan cerca, era cuestión de dar unos cuantos pasos. Y justo cuando bastaba con estirar el brazo, algo, mejor dicho alguien, la detuvo impidiéndole avanzar más, impidiéndole huir.

Rukia podía ver la puerta, tan cerca y tan lejos, pero no podía moverse; unos fuertes brazos la aferraban firmemente manteniéndola pegada a un cuerpo masculino que ella imaginaba perfecto, pues podía sentirlo a sus espaldas. Un torso musculoso y tan duro como un muro, pegado a su frágil espalda, y la verga ya erecta, aun apresada dentro de los pantalones, se restregaba sobre el lindo y perfecto traserito de la ojivioleta.

* No, tame !!. . . *

Kuchiki se mordió el labio para evitar que cualquier sonido de placer la delatara. El toque de ese hombre era delicioso, pero no podía, no debía.

Cuando las grandes y toscas manos se posaron sobre cada uno de los pechos, la joven hizo amago de la poca cordura que le quedaba para soltarse de aquellos brazos. Lo que vino después pasó en cuestión de segundos. . .

Sin finalizar.

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Originalmente, este era un one-shot larguísimo (bueno, no tanto ^v^ ). Preferí dividirlo en unos cuantos capítulos. Este primero quedó, según yo, perfecto. . . y muy "picante" ^¬^ .

No tenía idea de que título poner a este fic, mis opciones eran "Crazy party" o simplemente "Party". Cierta canción, pegadiza, y muy repetitiva ¬¬', me dio la idea. También me gustaba "Don't stop me now" ^^ .

_I LOVE ICHIRUKI_

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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 22 de Agosto de 2011.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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                                 || Capítulo 2 ||


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4 years ago

MIS 2 AMORES

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Anime: Card Captor Sakura

Rating: M

Pareja: Eriol x Sakura x Shaoran

Sinopsis: En verdad le gusta como le hace el amor. No es que su marido no la haga sentir placer, esto es diferente... simplemente los ama a los dos.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 1 ::. ¡ El maldito placer que me provocas ! ::.

.:: Capítulo 2 ::. ¿Me amas, Sakura Lee? ::.

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