Drunk Harry

Drunk Harry

Harry : hey I said don't do it , don't take off my clothes , I have a boyfriend!!

Draco : yes and I understand that but let me just take off your shoes

Harry : do you know my boyfriend ? My my , he's gorgeous , like he's made of a pillow so soft and so comfortable. He's so beautiful . Like he's the King and I want to be the queen but can't be but I want to be , hell I am the queen !!

Draco : *smiling * * chuckling* oh yeah , bet he's not better than you

Harry : *gasps* HOW DARE YOU * grabs Draco by collar * HE'S THE MOST BEAUTIFUL , DARLING , SEXY , HOTTEST PERSON TO EVER EXIST, YOU GET THAT STUPID BLONDIE.

Draco : *laughs * okay fine.

Harry : stop taking off my clothes I said I have a boyfriend

Draco : *sighs* okay , fine

NEXT MORNING

Draco : *teasing* how's the queen doing ?

Harry :*groans * you know someone tried to take advantage of me last night , told them I had a boyfriend

Draco : I know , that was me

Harry : o-oh , OH MY GOD , you remember what I said ?*blushing in embarrassment*

Draco : yes and I love you * kisses Harry on cheeks*

Harry : *blushing*

( I have literally 11 drafts , someone stop my brain from imagining )

Harry: i may not know much...

Draco: ...but?

Harry: no, that’s it.

I ABSOLUTELY LOVE THIS

golden trio ot3 ❤️

Harry: Is that your hand on my ass, Malfoy?

Draco: Sorry, it was an accident.

Harry: It's still there...

Draco: It's still an accident.

ME ENCANTA 😭💕🥺

Drarry sin contexto.

Si alguien le hubiera dicho a Draco, hacía tan sólo unas semanas, que él se encontraría en una habitación rodeado de Gryffindors, se hubiera reído a carcajada limpia durante horas.

Y sin embargo, ahí está. Con la espalda tensa y los hombros caídos en una fingida pose de desinterés que le ha llevado años dominar. Harry se pasea alrededor, ayudando al resto de estudiantes que lo observan con caras brillantes y embelesadas sonrisas.

El Ejército de Dumbledore es una experiencia completamente diferente a lo que está acostumbrado. Sigue siendo un alto número de personas apiñonados en un lúgubre lugar, los ideales siguen marcados en cada frase dicha, el terror se sigue reflejando en cada una de las muecas proferidas. El miedo sigue siendo la razón principal de la reunión.

Pero no es Lord Voldemort el que tiene la palabra, no hay amenazas no dichas ni crucios en la mesa. Es Harry, solo Harry, con su infinita paciencia y unas tremendas ganas de ayudar.

—Malfoy, es tu turno.

La varita rueda entre sus dedos con experticia, su boca preparándose para lanzar el conjuro. Su mente, sin embargo, es un caos de recuerdos difusos que no se ponen de acuerdo nunca. Porque sabe que necesita un pensamiento feliz, y no es capaz de pensar en uno lo suficientemente bueno como para conjurar un patronus.

Tal vez cuando su madre y él plantaron narcisos en el jardín de la mansión, en uno de esos días en el que el sol era lo único visible cuando uno alzaba la vista hacia el horizonte. O cuándo su madre planeó una salida infraganti con Andrómeda, la hermana traidora a la sangre, Nym y él habían jugado todo el día, con ella cambiando de apariencia a lo que él dictaba dependiendo del juego. Incluso el día que entró a Hogwarts, la imagen del imponente castillo deslumbrándolo.

Pero entre más piensa en momentos felices, más se acuerda de Lucius enfurecido, clamando que su hijo es un heredero sangre pura y que el deber viene antes que la diversión.

Así que termina pensando en el día en el que todo cambió. El suceso que lo llevó a estar allí, rodeado de Gryffindors dispuestos a dar su vida por el bien común. Piensa en Harry, en sus ojos, de un verde tan común pero que parece brillar entorno a sus pupilas; en su cabello, que se enreda en sus dedos cuando pasa las manos a través de él; en sus labios, suaves y acolchados, que se amoldan a los suyos al instante en el que el contacto sucede.

Piensa en Harry y en cómo se enamoró de éste, aún cuándo no estaba predestinado a que sucediese, porque son de bandos contrarios y así como sus padres son Mortífagos, los de Harry en algún momento fueron parte de la Orden del Fénix. En Harry que está predestinado a brillar, ganar, ser el héroe que el mundo mágico necesita.

En Harry, que a pesar de todo lo escogió a él.

—¡Expecto Patronum! —Conjura con miedo, miedo a que su felicidad no sea suficiente, miedo a que esos rayos de luz que Harry infringe en su vida no consigan vencer la oscuridad que le domina. De la varita sale un potente rayo azulado, sin embargo, no tanto como para formar una figura corpórea pero sí como para hacerlo sentir orgulloso.

—¿En qué pensaste? —Susurra una voz a su espalda, y no tiene que darse la vuelta para saber a quién pertenece. Por instinto se recarga en el sólido cuerpo contrario, quién lo recibe con los brazos abiertos y castos besos en la base del cuello.

—En tí.

Goodnight My Little Prince.