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Una parte de los dos

Do Kyungsoo x fem reader

Según el filósofo griego Platón, en su obra "The Symposium", hace mucho tiempo existío tres tipos de seres humanos: los hombres quienes eran descendientes del Sol, las mujeres quienes eran descendientes de la Tierra, y los andróginos (mitad hombre y mitad mujer) quienes descendían de la Luna.

Cada uno de estos seres humanos era completamente redondo. Tenían 4 brazos, 4 piernas, dos caras idénticas cada una a un lado, y con el resto de partes del cuerpo humano por duplicado.  Se movían como planetas, en círculos, girando alrededor de sus 8 extremidades. Se consideraban unos seres poderosos, y aspiran con derrocar a los dioses, pues eran ingobernables.

En vista de todo esto, Zeus decidió cortarlos por la mitad y amenazó con volver a cortarlos de nuevo para que solamente pudieran caminar sobre una pierna.

Cada una de las mitades se quedó con la mitad de las partes del cuerpo, quedando dos seres iguales y complementarios sólo entre sí. Para cerrar la herida, el dios Apolo les estiró la piel y la cerró alrededor del abdomen (ombligo), dejando unas marcas que aún podemos ver, para que siempre fueran conscientes de su castigo.

Tras esto, los seres humanos partieron sin descanso en busca de su media mitad. Lo que los hacía perfectos. La unión de ambas mitades. Algunos la encontraban y se unían a ella abrazados. Esto provocaba que terminarán por morir de inanición ya que no podían preocuparse de sí mismos, sino de la otra mitad.

En vista de ello, Zeus fue condescendiente y decidió conceder los genitales a los seres andróginos, para que estos, una vez encontrarán su otra mitad pudieran también procrear.

Es por ello que cuando un hombre y una mujer se encuentran y surge el deseo sexual y la necesidad de estar el uno con el otro, es que ambos eran andróginos. De igual forma los hombres que desean hombres, y las mujeres que desean mujeres eran anteriormente hombres y mujeres respectivamente.

Es algo inevitable, contra lo que no se puede luchar. Ya que hemos encontrado la otra mitad que creíamos perdida por tanto tiempo.

Cuando Do kyungsoo fue obligado a asistir a la fiesta de fraternidad a la que pertenecía su popular amigo Byun Baekhyung, dió un sin fin de excusas sobre porque no pensaba ir, y sin importar lo que quería, sus amigos lo terminaron arrastrando de todas formas.

Odiaba las fiestas, la música alta y las luces parpadeantes que lo hacían marear. Se sentía tan en desentono, había veces en que se preguntaba cómo era que terminó siendo amigo de Baekhyung quien nació para ser el alma de la fiesta y el centro de atención a dónde sea que fuera. Baekhyung siempre tenía un imán para las miradas, era físicamente atractivo, rebosaba simpatía, siempre participaba en muchas actividades sociales, y lo más normal para alguien como Byun, era de la clase popular en la universidad, las chicas hacían fila solo para poder estar cinco minutos a su lado. En cambio Kyungsoo… Kyungsoo confiaba en que tenía salud y buenas notas.

Pero tenía que confesarlo, la verdadera razón por la que se había quedado al final cuando pudo haberse escapado en cualquier momento ante la mínima distracción de Baek y Jongin, fue porque había sentido una especie de presión en el pecho que a la vez lo estaba empujando a buscar algo, o quizás a alguien, no lo sabía. Lo que sea que fuera, hacía que su corazón latiera como loco, tenía las palmas de las manos sudorosas y las piernas le temblaban.

Ansiedad, adrenalina, exaltación. Era un cóctel de sentimientos a los que siempre huía, lo más interesante que había hecho en los últimos dos años, había sido dejar su cabello un poco más largo de lo habitual y comer un dulce antes del almuerzo. Pero ahí estaba, por primera vez en mucho tiempo entregándose a la necesidad de algo más, solo sabía que tenía que seguir caminando hasta la cocina de ese edificio, que ahí había lo que estaba buscando para calmar la sed insoportable que experimentaban sus gruesos labios rosados.

Kyungsoo ignoró todo a su alrededor, la música alta, las molestas luces parpadeantes y el hedor a alcohol por todas partes, solo podía pensar en un suave perfume cítrico que asomaba entre la multitud estorbando el camino. Estaba tan desesperado sentir ese calor anticipado y no soltarlo jamás.

Entonces fue ahí, a dos pasos de llegar a su destino, divisó una chica hermosa que lucía como la respuesta a todas y cada una de sus preguntas, una hermosa chica que al igual que él, corrió a su encuentro, mirándolo a los ojos como si tuviera un universo en ellos. Era tan perfecta que se notaba hecha a su medida, como si su sola existencia pudiera complementar la suya y encajar a su cuerpo como una pieza de puzzle.

Por primera vez en mucho tiempo no lo dudo, Kyungsoo no pregunto su nombre ni la razón de porque se notaba que ella probablemente se sentía igual, solo colocó sus manos en la cintura de la chica y la beso con tanto anhelo que el molesto ruido blanco en su cabeza se convirtió en una sonata tranquila al ritmo de sus latidos.

Simplemente había encontrado aquella otra mitad de la que todo el mundo hablaba sin parar, la media naranja que todos estaban condenados a buscar para ser felices y vencer la adversidad caprichosa impuesta por los dioses quienes jamás sabrían lo que se sentiría estar conectados con una persona así...