maeda-ai - Paradiso
Paradiso

Don't stop this love... | MAi | fanfics' writer | girl | FICS: | Bleach | Clamp | Shaman King | Otros | OTROS: | Ask |

343 posts

Ella Es... _C1_

Ella es... _C1_

image

Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Para él, ella era la mujer más hermosa, fría, pero fina y frágil al mismo tiempo, misteriosa e inalcanzable, única. Su amor imposible, ella era Anna Kyouyama... ella era su todo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 1: “Mirándola en silencio” ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

La joven mujer de cabellos dorados entró en la habitación de aquel lujoso hotel.

Con pereza, con fastidio, Anna se dejó caer sobre una de las dos camas que ocupaban la recamara. No podía creer que se dejara convencer por la chica de cabellos azules.

  * Debí suponer que pasaría algo así. *

 Sus palabras, casi un suspiro.

Giró sobre la cama hasta quedar sobre su costado derecho; conocía a Pilika desde hacía ya varios años, si ya sabía que le haría algo así, ¿por qué no se negó?.

  ““Date un par de semanas para descansar. . .  vamos a la playa, las montañas, donde tú quieras. . .””

Recordó las exactas palabras de la peliazul.

La playa fue la decisión; creyó que serían solo ella y Pilika, pero no. . .

  * Tenía que invitar a su hermano y su novio. *

  Era obvio que la idea no le agradaba, Anna quería distraerse un poco, pero la presencia de esos dos, en especial la del peliazul, le resultaba incómoda.

Más incomodo fue viajar con ellos en la camioneta durante tres largas horas.     Pilika y su novio, Ren, iban al frente conversando de esto y de aquello; Anna y Horo Horo en el asiento trasero.

A pesar de ser amiga de la chica peliazul por más de ocho años, nunca se llevó muy bien con el hermano de esta, quizá por eso fue que lo ignoró durante todo el camino.

 Ahora suponía que las dos semanas de supuesto descanso no le servirían de nada; seguro se pasaría la mayor parte del tiempo encerrada en esa habitación, a solas, porque Pilika se divertiría de lo lindo con Ren.

  * Creo que Pilika solo me utilizó como pretexto para pasar unos días con el picudito. *

  De pronto, la joven escuchó como la puerta se abría, dejando entrar a una persona, su compañera de habitación.

Anna no se movió en absoluto, seguía admirando el paisaje que el ventanal le permitía. . . hasta que aquella voz la sorprendió.

  * Si vamos a compartir la habitación, será mejor que intentemos llevarnos bien. *

  El muchacho peliazul traía consigo su equipaje y aunque su mirada parecía seria, traía consigo una imperceptible sonrisa, podía sentirlo.

  * ¿Qué haces aquí?. *

  Preguntó Kyouyama, su voz  seca, seria, con claro enfado y disgusto por tenerlo cerca.

Horo desempacaba e iba de un lado a otro de la habitación ignorándola completamente.

 ¿Qué hacia ahí?, pues su hermanita simplemente le dijo que compartiría la habitación con Ren. Dormiría con ese bastardo, maldición, aunque fuese su mejor amigo no podía soportar siquiera pensar en que iba a pervertir a su dulce e inocente hermana.

  * Sí, así es Pilika. *

* Ya lo sé, pero no me gusta en lo más mínimo que esté sola con él. *

  Anna se sentó sobre la cama, no sabía que el joven de azulados y rebeldes cabellos fuese un hermano celoso, aun con Tao que era su amigo.

Pero no tenía que preocuparse, al menos ya debía estar acostumbrado, la relación de esa pareja era ya muy intima, muy, muy intima. Pilika y Ren hacían el amor desde ya cuatro años y Horo Horo todavía no se hacía a la idea de que su pequeña hermana. . . ya no es tan pequeña.

  * Ahhh, que le vamos a hacer !!. *

 Anna dejó escapar un leve suspiro; no tenía opción, compartiría la recamara con este joven pues al parecer la menor de los Usui iba a estar muy ocupada durante el resto de la noche.

 Sin prestarle más atención a su compañero, la rubia se dirigió al cuarto de baño para cambiarse de ropas, sin percatarse de que Horo Horo la seguía con la mirada fija sobre su lindo cuerpo.

Para el muchacho, fue simplemente imposible apartar la mirada de la puerta del baño, pues la mujer más hermosa que sus ojos hayan visto estaba del otro lado de dicha puerta.

  ““Semidesnuda, seguramente, poniéndose ropa más cómoda.””

  Pensó el peliazul, imaginando aquella suave piel blanca con pocas prendas cubriéndola.

  La puerta finalmente se abrió, dejando ver a una bella joven vistiendo una pequeña bata de dormir que dejaba al descubierto sus largas piernas. Anna sintió la fijeza de la mirada de su compañero de habitación; le resultó extraño, pero no pudo evitar sonrojarse sutilmente.

Ignorando el brillo en los ojos de aquel hombre, terminó recostándose en la otra cama.

 Ella le daba la espalda; las delgadas sábanas cubrían casi todo su cuerpo, delineándolo sensualmente.

Horokeu aun mantenía los ojos fijos sobre aquella mujer. . . tantos años de conocerla, tantos años tratando inútilmente de dejar de pensar en ella y ahora era lo más cerca que había estado de Anna.

 Como deseaba tener su fina figura entre sus brazos, que su exquisito aroma lo envolviese, profanar sus tentadores labios femeninos, pero eso no podía ser. . .  durante años tuvo que conformarse con verla de lejos, siempre de lejos; al menos ningún hombre a su lado.

  ““Hasta que conoció a Yoh Asakura.””

 Recordó, su mente torturándolo.

Cualquier esperanza que hubiese guardado se vino abajo cuando se enteró de la relación que la rubia tenía con el castaño de estúpida sonrisa.

  * Pero ahora, Anna era libre de nuevo. *

 Kyouyama había terminado su relación con Yoh, y de nuevo, Horo Horo tenía la vaga oportunidad de poder acercarse a la bella mujer, una oportunidad que su hermana le había conseguido y que ahora, mientras cerraba los ojos, estaba dispuesto a aprovechar, para que Anna por fin le prestara un poco de atención.

  Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

HHxA, again.

¿Qué tal?, mi primer universo alterno. La verdad es que no hay gran ciencia para esta historia, se irían de espaldas si supiesen como me nació la idea para este fic, pero bueno ^^’. Para este fic tengo planeado mucho romance, sexo  y... nada más ¬¬’.

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 03 de Julio de 2006.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

      || Capítulo 2 ||


More Posts from Maeda-ai

4 years ago

Es como volver a empezar _C4_

image

Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 4: “Visitas inesperadas” ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Cuidadosamente, deslizó la puerta, no deseaba que la rubia despertase, no ahora, no.

Intranquilo, bajó las escaleras, guiado por la fuerte presencia que invadía toda la casa. A cada paso que daba, con cada segundo que pasaba, se cuestionaba el por qué de la visita de este shaman.

 El miedo lo invadió entonces; quizá esto significaba que debía alejarse definitivamente de Anna.

  * No, no... me moriría sin ella. *

  Aquello fue un susurró, escuchado tan solo por el mismo peliazul, quien oprimió fuertemente los puños. La sola idea de alejarse de ella, le destrozaba el corazón y más después de haber hecho el amor con tan maravillosa mujer.

 Bajó las escaleras, guiado por el poder espiritual del inesperado “visitante”, entonces, se percató que la luz que alumbraba el jardín estaba encendida, cuando el recordaba haberla apagado horas atrás.

Y al salir, pudo verlo...

Un joven se hallaba sentado sobre el pasillo de madera, admirando todas las blancas lucecitas que adornaban el oscuro manto del cielo.

  * ¡ Yoh !... *

  Un suave murmullo de sorpresa escapó de los labios del peliazul, sorpresa, sí, aunque ya sabía perfectamente, desde el instante mismo en que sintió un fuerte poder espiritual, que era el mismísimo Shaman King el que había venido esta noche.

   * ¿Qué quieres?, ¿a qué has venido?. *

  Aquello fue un claro reproche por parte del ainu.

El tono de voz reflejaba su total desaprobación hacia el castaño, cuya sola presencia era, de cierta forma, indeseada, incomoda, inoportuna... le traía problemas.

Sin embargo, por otro lado, se sentía feliz de volverlo a ver, estaba consciente de ello. Quizá por eso una parte de él se sentía como un niño pequeño al que le esperaba un fuerte regaño por lo que recién había hecho con la bella itako.

  Horo Horo no obtuvo respuesta, tan solo observó como el shaman de morena piel lo invitaba a sentarse junto a él para admirar las estrellas.

El ainu se acercó con cierta reserva y es que de cierta forma ellos eran rivales, ahora tenían algo más en común, algo, o mejor dicho... alguien. Sí, ambos la amaban, la querían a ella... a Anna.

  * Te lo dije... ella es la mujer más maravillosa de todo el mundo. *     _Yoh le habló de pronto._     * ¿Ahora me crees?. *

  En el rostro del ainu podía apreciarse la melancolía.

Era verdad; la primera vez que escuchó aquellas palabras de parte del Asakura, lo creyó loco, un completo imbécil. ¿Cómo podía expresarse así de la rubia sacerdotisa?, considerarla maravillosa... Yoh no baka, si Kyouyama era una mujer fría, avara, cruel.

  ““Anna es el mismísimo demonio en persona.””

Eso pensaba el Usui de la rubia mujer y ahora...

 * Tenías razón, ella es... tan perfecta. *

  Yoh sonrió satisfecho, se notaba la sinceridad de su amigo, sin mencionar el cariño, los obvios sentimientos que el ainu profesaba por la que laguna vez fuese la esposa del Shaman King.

 Sí, el Shaman King, Yoh Asakura, había vuelto; ¿la razón?... no la sabía, pero sospechaba que la razón era separarlo de Anna, exigirle que termine su reciente relación con la rubia.

  ““Sí, eso debe ser.””

Pensaba con tristeza el joven del norte.

Y creía estar en lo correcto, después de todo, ella fue su esposa, la misma mujer a la que Horo Horo nunca trató con delicadeza; disfrutaba hacerla rabiar y sin embargo, ahora...

   * Y aunque me exijas alejarme de Anna, que la deje... me sería imposible. *

  Sí, imposible, sin ella se moría.

Sin su compañía, su suave voz entonando su nombre; esas suaves manos acariciando su cuerpo, el delicioso aroma de su frágil figura e incluso si ella no le gritaba como acostumbraba, no sería feliz.

  * Perdóname por haberme involucrado con ella; nunca ha sido mi intención que se olvide de ti, eso no, simplemente me enamoré... lo siento. *

* Pues no lo sientas. *

 La voz del difunto shaman lo sorprendió, obligándolo a alzar la mirada.     Seguía intacta la sonrisa en el rostro de ese joven.

 Así es, Horo no debía arrepentirse, ni disculparse por nada en absoluto, todo lo contrario.

  * ¿La sabes, Horo Horo?, ¿la razón por la que vine esta noche?. *

 El ainu negó con la cabeza, tan solo como respuesta. ¿Cómo iba a saberlo?, Yoh estaba muerto, eso era claro, solo era su alma la que estaba aquí, pero... seguramente sería por breves momentos.

  * Bueno, quería agradecerte por haber cuidado de ella todo este tiempo. De todos mis amigos, jamás creí que fueses tu el que la acompañara. *

  Horo lo miró incrédulo.

Y él que pensó que el Asakura vendría a exigirle que se alejara de ella por no creerlo merecedor de su cariño... que estúpido fue al pensar que así sería.

 Por otra parte Yoh sonreía tranquilamente; imaginaba que Manta podría acompañar a Anna como el buen amigo que siempre fue, Ryu e incluso Len, aunque este último quizá lo haría con sentimientos distintos desde un principio. Nunca estuvo muy seguro de que tipo de sentimientos tenía Len hacia su esposa.

Pero la sorpresa que se llevo el Shaman King, fue grande al enterarse de que fue el peliazul el que acompañó a Anna todo este tiempo.

  Horo Horo sonrió irónico, todo era demasiado bueno para ser verdad.

Yoh le estaba “dando permiso” para amar a la sacerdotisa; él vino especialmente para agrad... un momento !!...

  * ¿Cómo es que estas aquí?, ¿quién te invocó?, cómo...? *

  El chico de castaños cabellos rio divertido, llevaban un buen rato conversando y hasta ahora se le ocurría preguntarle el “cómo” de su presencia. Era obvio que su visita preocupó al ainu.

  * Fue mi abuela... yo... solo quería saber como estaba Anna. Ahora estoy más tranquilo. *

  Aquellas sinceras palabras, le arrancaron un amplia sonrisa al shaman de hielo. Sí, él se encargaría que la itako fuese completamente feliz.

 Horo estaba tan concentrado en sus planes a futuro, que tardó en percatarse de la sospechosa y extraña mirada de su amigo.

  * Lo sabía. *

* Qué cosa?. *

* Nunca te lo dije, pero... parece ser que lo descubriste por ti mismo. *

  El ainu no sabía a que se refería el otro shaman, pero su sonrisa acusadora y los suaves codazos lo estaban incomodando.

  * Su forma de hacer el amor... es maravillosa !. *

  Era más que intenso el rojo en las mejillas del muchacho peliazul.

Era obvio que Yoh estuviese al tanto de lo que él y Anna hicieron, más ese comentario era algo que... nunca esperó de él.

  * B-bu, bueno, Yoh... eso, eso no, bueno sí, es que... *

  Horo Horo tartamudeó un poco, tratando de salir de la vergonzosa situación, más nada pudo decir. Y es que era verdad, tener relaciones con la rubia itako era... sencillamente indescriptible.

Sentir su suave y pálida piel era la mejor sensación que pudiese haber sentido.

  * Prométeme que la amarás intensamente y cuidaras que nada la haga sufrir. *

* Claro, ni siquiera tienes que pe... ¿Yoh?... *

  El ainu giró el rostro a un costado, buscando la sonriente expresión de su amigo, pero este ya no estaba.

Lo buscó, confundido, en todas direcciones, pero nada...

  * Se ha ido. *

  Fue un suave susurro que venía cargado de nostalgia.

Levantó el rostro para admirar las estrellas... ¡ ese tonto !, quería asegurarse de que el joven de Hokkaido amaba plenamente a la sacerdotisa.

 Horo Horo respiró cansado, no esperaba una conversación como esa después de hacer el amor con Anna Kyouyama.

Después de un rato, simplemente se puso de pie y regresó tranquilamente a la habitación de la itako, dispuesto a dormir y descansar a su lado, cobijado por su piel de leche, y relajado con el exquisito aroma de su cuerpo.

~*~

~*~

~*~

 Deslizó la puerta de la recamara, entrando sigilosamente; contemplando la delgada silueta que descansaba bajo las sabanas, silueta que temblaba ligeramente.

  ““Quizá por el frío de la noche.””

Pensó, más fue una idea que desechó en cuanto se acercó para ocupar su nuevo lugar en ese futon.

 Ella temblaba, dejando que los sollozos escapasen sin remedio de sus dulces labios... Anna lloraba y eso le rompía el corazón. Así como la primera vez que la vio derramando lágrimas; ahora recordaba el viejo dolor de verla llorar así.

  * Anna... Annita, ¿por qué llo... *

* Él estuvo aquí, sentí su presencia. *     _Le dijo ella, interrumpiéndolo con voz que se quebraba en cada palabra._     * Pero, no sé porque.. no quiso verme. Es que no entiendo, tanto tiempo, ¿por qué ahora que estoy contigo?, ¿por qué?. Yo... no tengo intenciones de alejarme de ti. *

  Al decir esto último, Anna giró sobre el futon, enfrentando los sorprendidos ojos del shaman de hielo. Ella quería estar con él y estaba tan asustada como lo estuvo él mismo al sentir la presencia de Yoh.

  * No te preocupes; ya te lo dije, no pienso dejarte. *

  La acercó a él hasta envolverla en un fuerte abrazo que de inmediato fue correspondido.

Horo no tardó en contarle hasta el más mínimo detalle de la conversación que recién había tenido con el que alguna vez llegó a ser el Shaman King.

  * Él... ¿vino solo para eso?, para asegurarse de que yo era feliz?. *

* Sí, y te prometo que me aseguraré de que así sea. *

* ¿Por qué él te lo pidió?. *

* Por eso, sí, pero más que nada, porque usted, señorita amargada... es la mujer a la que amo. *

  Anna lo miró con ojos furiosos aunque un sutil brillo de cariño se reflejaba en sus gemas negras.

  * Horo no baka. *

  El peliazul sonrió divertido por la expresión de su amante, mientras esta se abrazaba nuevamente a él para poco después, recostarse, ambos, sobre el futon, tratando de conciliar el sueño.

 Estaban realmente cansados, no en balde, la noche casi terminaba y no habían dormido casi nada. Pues primero ocuparon la noche para amarse y luego, la inesperada visita del Asakura les había robado el sueño, ese sueño que de ahora en adelante pretendían compartir juntos desde esta noche....

 Y hasta la última que les quedara.

  Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Segun yo, era muy fácil adivinar que se trataba de Yoh, ¿no?.

En realidad, tomando en cuenta que todos aquí pueden ver fantasmas, me pareció buena idea meter a Yoh en esto ya después de muerto.

Por otra parte, la conversación entre ambos shamanes era con el objetivo de que compartiesen sus pensamientos sobre la mujer que aman, que es, nada menos que la misma chica, itako no Anna.

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 25 de Mayo de 2005.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

            || Capítulo 5 ||


Tags :
4 years ago

Durmiendo con el enemigo _C2_

Durmiendo Con El Enemigo _C2_

Anime: InuYasha

Rating: M

Pareja: Sesshoumaru & Kagome

Sinopsis: No deseaba volver atrás, quería estar prisionera entre los brazos de un demonio, nada más que el amante perfecto. No deseaba la libertad, ya no más.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 1 ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

 * ¿Esperabas a alguien más?... *

  Los ojos del yokai ardían por la cólera.

¿Acaso algún otro ya había venido aquí antes?... lo mataría si así fuere.

Sesshoumaru gruñó levemente, sujetando a Kagome por el brazo y empujándola dentro de la habitación, azotando la puerta con su cola esponjada.

  * ¿Quién es él?, ¡dímelo!... *    _Los misteriosos ojos del demonio brillaban intensamente_    * Es el lobo acaso?. *

La chica parpadeó unas cuantas veces.

¿Sería posible que Sesshoumaru estuviese celoso?.

  ““No, imposible... molesto quizás.””

  Pensaba ella, después de todo, este hombre despreciaba a los humanos, y por tanto a ella.

 El yokai oprimió con fuerza el brazo de Kagome, quien gimió levemente, tanto por el dolor cómo por el susto que se estaba llevando con este sujeto.

Más el ver la mueca de dolor en el bello rostro de la joven, lo hizo recuperar el autocontrol, tranquilizándose levemente. Al sentirse segura, Higurashi no pudo evitar el pensar en lo diferente que Sesshoumaru era de su medio hermano.

 ¿Qué le había pasado?. Nunca había perdido el control, por... ¡ celos !.

Desde que Rin apareció en su vida, se había vuelto, sin darse cuenta, un poco más tranquilo y ese era un proceso que Kagome iba a culminar... igual, sin que él pudiese siquiera imaginarlo, porque esto apenas había comenzado. Cómo prueba de ello estaba la curiosidad que esa mujer había despertado en él.

¿Pero qué diablos era lo que le interesaba de ella?, solo era una hembra humana, no más que carne suave y huesos frágiles. Pero no era su cuerpo débil, sino las sensaciones que la chica provocaba en el yokai.

  Más calmado, pudo notar cómo la mujer temblaba ligera, pero nerviosamente; le tenía miedo.

Y no supo realmente que fue lo que lo impulsó; para cuando se dio cuenta, se encontraba rodeando la frágil figura femenina, su rostro hundido entre el cuello y el hombro de la joven, aspirando el agradable aroma que desprendían sus cabellos.

No le importó. . .

Era agradable, lo disfrutaba, quería estar así por largo rato, tenerla para él, solo para él. ¿Por qué no?, él era un hombre después de todo y tenía sus necesidades.

  A Kagome, por su parte, por un momento se le detuvo el corazón por el miedo.    Estaba entre los brazos de este demonio, podría destrozarla si la apretaba con tan solo un poco más de fuerza.

Más su corazón poco tardó en latir acelerado después de lo que vino. . .

Estaba aturdida, solo pudo ver su apuesto rostro por unos instantes, luego, los labios del yokai habían tomado los suyos en un beso.

  ““Él e-está besándome. . . “”

  Pensaba la chica, aturdida, incrédula.

¿Qué estaba pasando?, ¿era esto un universo alterno?, él no era el verdadero Sesshoumaru. Fuese lo que fuese, poco importó, pues el contacto le resultó tan placentero a Higurashi, que al poco rato se encontró, sin siquiera pensarlo, correspondiendo aquel extraño y sorpresivo beso, permitiendo que el muchacho introdujera su lengua dentro de su boca; sus lenguas jugaban.

 En ese momento, la temperatura en la habitación se tornó alta, siendo superada tan solo por el silencio, silencio que fue roto por un débil susurro de parte de Kagome.

  * Rin. *    _Alcanzó a decir entre besos._    * Esperaba a Rin. *

  Sesshoumaru sonrió, rompiendo completamente el beso, mirando complacido las rojas mejillas de la chica, quien lo miraba embelesada.

La abrazó violentamente. . . así que todo se trataba de una niña; por una niña, se comportó como un imbécil, dejando la razón.

  * A veces viene a que le cuente historias y termina por dormirse entre mis brazos. *

  El yokai clavó la mirada en los profundos y oscuros ojos de la joven humana, quien sonrojada y temerosa, giró el rostro a un costado.

  * No esta noche. *    _Dijo el demonio, posando su mano sobre la mejilla de Kagome, obligándola suavemente a mirarlo._    * Pues tú y yo estaremos muy ocupados. *

  Los ojos de la mujer se contrajeron.

Las palabras de Sesshoumaru tomaron sentido cuando sintió las manos de este, recorriendo los contornos de su cuerpo por encima de la ropa.

  * Sesshoumaru, ¿qué, qué estás haciendo?, detente no, yo, aahhh. . . *

  El yokai tomó nuevamente los labios de la joven antes de que esta pudiese terminar.

Tomándola entre sus brazos, el apuesto demonio la recostó sobre la cama, posándose encima de la fina figura de la mujer, aprisionándola bajo su propio cuerpo.

Aun mantenían el beso, beso que Kagome correspondía ya sin resistencia, jadeando suave y dulcemente. Sus manos aun la recorrían a placer aun por encima de la prenda que vestía, más no era la tela lo que quería sentir en ese momento, así que deslizó las manos debajo de la fina bata, palpando la suave y tibia piel de la mujer.

Ninguna de las hembras que tuvo en la cama, poseía una piel tan delicada, que lo invitara a perderse en su suavidad y dulce aroma.

 Las ropas de la joven finalmente se deslizaron de su cuerpo para caer en el piso; las de él las siguieron.

Sesshoumaru la tocaba de tal manera, que ella creía que terminaría por desmayarse.

Era tal la pasión con que la tocaba en partes que la joven jamás hubiese imaginado, ni siquiera ella se había atrevido a tocarse para darse placer a sí misma y ahora, él. . . aahhh. . .

 Toda su figura estaba expuesta ante el yokai, al natural, como debía ser. Más el demonio parecía prestar más atención a los senos de la mujer.

Kagome giró el rostro y apartó la mirada.

 Los ojos del yokai centelleaban lujuria, sin esperar más, se inclinó para aprisionar el pequeño y duro pezón entre sus labios, primero lamiendo delicadamente y poco después, succionando con fervor.

Kagome gimió poco antes de separarse del demonio y cruzar los brazos sobre sus senos, cubriendo al menos un poco su desnudez.

  * No te escondas de mi. *

  El hombre prácticamente gruñó cerca del oído de la chica, notablemente molesto al sentir nuevamente el rechazo.

Pero ella simplemente parecía no querer mirarlo, a pesar de que Sesshoumaru deslizó su mano hasta posarse encima del pecho izquierdo de la humana, apretando levemente, haciéndola sonrojar.

  * No. . . onegai. *

* ¿Qué?. *

* So, son pequeños. *

  El yokai arqueó una ceja.

Así que era solo eso.

  * Tonterías. *

  Susurró él, acariciando una de las mejillas de la joven.

Créanlo o no, Sesshoumaru tenía sus propias preocupaciones, matarla por no controlar su fuerza era una de ellas, o ser demasiado grande como para que la humana pudiese soportarlo.

No dijo más, en cambio le rodeó la cintura y la acercó a él, pegando su pequeño cuerpo al suyo. Kagome por fin alzó el rostro, clavando la mirada en los místicos ojos del yokai.

Sorprendida, ¿cómo más podría estar al sentir algo duro y grande frotarse contra su vulva?. No tuvo tiempo para decir palabra alguna.

Sesshoumaru la tomó por la cintura y la sentó sobre sus caderas, delineando las suaves curvas que formaban aquella delicada figura.

  * Eres perfecto !. *

 Susurró la joven al sentir el miembro caliente frotando contra los pliegues externos de su vagina.

La chica se estiró, buscando un nuevo beso mientras comenzaba a ondular las caderas, buscando aquel pene que se clavaría en su interior.

Kagome se le estaba ofreciendo y él no esperó más, la tomó por las caderas; su pene apuntando directo a su vagina.

Sus cuerpos se sacudieron de placer por aquel primer contacto directo. Pero Sesshoumaru notó que la blanca piel de su amante se había estropeado en un lugar. . . una pequeña cicatriz en su cadera.

Sorprendido, el yokai la miró interrogante.

  * La perla de shikon. *   _Le dijo ella con voz suave, casi en un murmullo. Él la miró confundido, así que ella no tuvo más remedio que explicarle._   * E- estaba. . . dentro de mi cuerpo. *

  Kagome desvió la mirada, recordando aquel momento en que conoció a InuYasha, la primera vez que vino al Sengoku.

Pero el demonio no podía apartar la mirada de aquella cicatriz, preguntándose: ¿cómo es que la joya fue extraída?.

  * ¿Fue InuYasha?. *

* ¡No!. *

  La mujer se sobresaltó, advirtiendo la mirada asesina de su acompañante.

Sesshoumaru quería matar a su hermano, Kagome podía leerlo en sus ojos.

  * Él. . . él destruyó al yokai que lo hizo, solo eso. *

* Entonces, ¿cómo es que?... *

 La joven sacudió la cabeza; no estaba de humor para hablar de eso.

En cambió, buscó los labios del hombre, incitándolo a olvidar todo eso y volver a concentrarse en el erotismo del momento.

Ella estaba lista para él, pero había un pensamiento que distraía al yokai.

Había tenido sexo con cuantas mujeres pudo, sin embargo, esta era la primera vez que estaba con una humana y era tan. . . extraño, pero maravilloso a la vez.

Las hembras de yokai se dejaban llevar por la lujuria y el acto era salvaje, con Kagome era diferente, ella era suave, delicada, tímida, increíblemente para Sesshoumaru, esto no le disgustaba cómo se suponía sería lógico, sino que le gustaba, hasta lo incitaba.

Ella era como su perfecta contraparte.

 La pegó más a su cuerpo, clavándose suavemente en ella; apenas la sintió, supo que era demasiado estrecha para él.

Sesshoumaru le besó los hombros, controlando su impaciencia, su deseo.    Podría penetrarla con fuerza, pero muerta no le serviría de nada.

Siguió besándola, penetrándola poco a poco, lento, esperando a que la humana se acostumbrase a tenerlo dentro suyo, que su pequeño cuerpo se amoldase a su tamaño, más grande de lo normal. Por supuesto, él era un yokai.

 Hasta ahora todo iba bien, Kagome se quejaba débilmente, aun cuando sus músculos internos apretaban el miembro del demonio, dificultando la penetración.

  * Aahhh!!. . . mmm. . . *

 La joven gritó, aferrándose al hombre que acababa de clavar su pene con fuerza, de una sola vez hasta el fondo. Robándose su virginidad y causándole un dolor intenso.

El joven de plateados cabellos la sujetó de las caderas, sacando casi completamente su pene tan solo para clavarse nuevamente en ella.

 Lágrimas resbalaron por el bello rostro de la mujer, lagrimas que mojaron el cuello y el hombro de su amante, quien no se detenía, seguía deslizándose dentro suyo, aliviando su dolor con placer.

Esa sensación de gozo que la hacía estremecer, temblar verdaderamente entre los brazos de aquel hombre joven y fuerte, que la estaba amando tan cabalmente.

Ese mecer casi salvaje de sus caderas que la estaba haciendo enloquecer, ese roce tan intimo, un empuje cada vez más profundo, cada vez más delicioso.

Sí, eso era, delicioso. . . un verdadero deleite sentir como los pliegues de la mujer se expandían para aceptarlo y confortarlo con su húmeda calidez.

 Kagome respiraba agitada, su corazón latía cómo si fuese a colapsar, había perdido las fuerzas y solo era capaz de sentir como ese demonio la poseía de forma salvaje y sin embrago. . . era hermoso.

Sus ojos desbordaban lujuria, su rostro apuesto reflejaba el gozo que compartía con ella; sus fuertes brazos la aprisionaban contra su musculoso pecho. . .

  ““Perfecto.””

  Pensó la humana, abandonándose al placer.

El constante y lascivo roce entre sus sexos tuvo su premio; Sesshoumaru se enterraba en ella con más fuerza, haciéndola jadear. Kagome arqueó la espalda mientras deliciosas pulsaciones nacieron en su vagina; el éxtasis la envolvió con fuerza y vigor.

Se estremeció gritando el nombre del yokai, apretando su duro miembro, obligándolo a regar su esencia en su interior, la chica se regocijó al sentir el fuego dentro de ella, quemándola de forma exquisita.

  Sesshoumaru colapsó sobre el frágil cuerpo de la mujer, siendo recibido por sus cálidos brazos y sus suaves manos que no dejaban de acariciarlo.

Más el yokai se mantenía aun dentro de ella, su virilidad sin perder fuerza y dureza. . . quería más. Así que instantes después, el demonio comenzó a empujar las caderas nuevamente, clavándose e invadiendo una vez más en aquel pequeño cuerpo que tanto placer le había regalado.

  ““¿Otra vez?, ¿tan pronto?.””

  Se preguntaba la joven, incrédula al sentir el vigor de su amante.

Ella sonrió, estaba feliz, temía tanto no haber sido del agrado del yokai, decepcionarlo en la intimidad, se moriría de tristeza después de lo mucho que disfrutó a su lado.

Pero no, el demonio no estaba decepcionado, al contrario, quería más, mucho más. Esa frágil figura de mujer humana que lo envolvió en el éxtasis total.   Suave, delicada, quería sentir a su amante humana una vez más y otra vez y otra. . .

 No obstante, Kagome curveó la cejas con tristeza.

Si llegaba a quedar embarazada. . .

  ““Sesshoumaru odia a los hanyous, y nuestros hijos no podrían ser más eso. . . si é no los ama por ser medios humanos, yo. . .””

  Pensando la joven, ocultando su temor, no tenía caso hablar de eso ahora, quizá más adelante, cuando tuviese que enfrentar ese problema.

Por ahora, solo por ahora. . . quería disfrutar de este hombre tan perfecto.

 Volvieron a entregarse por completo hasta alcanzar el clímax y caer agotados, pero satisfechos.

Esa fue la noche más hermosa para Kagome, no solo desde que el yokai la secuestrase, sino de toda su vida.

Se quedó dormida, decidiendo que quería más noches cómo esta.

Sesshoumaru por su parte, fue envuelto por un sueño tranquilo y relajador, como nunca en su larga vida.

~*~

~*~

~*~

 El sol del medio día cobijaba los cuerpos de dos amantes cuyos cuerpos yacían entrelazados.

Kagome suspiró entre sueños mientras Sesshoumaru la contemplaba en silencio. No lo había notado antes, pero ella era muy hermosa, frágil, tenía la extraña sensación de que debía protegerla.

 El yokai la acarició con delicadeza, mientras se acomodaba de tras de la joven, tomando su lugar entre sus piernas.

Rozó la punta de su pene en la entrada de la vagina de la humana, clavando tan solo la punta, despertando a la mujer.

Él la deseó desde el instante en que despertó, su pasión y su excitación a niveles ya insoportables. Ella despertó mientras era penetrada dulcemente, lentamente y con suavidad, entonces Kagome se arrodilló sobre la cama, recibiendo a su hombre.

 Él le besó la espalda, sus garras deslizándose por la longitud de aquella linda figura, rodeando su pequeña cintura o deleitándose con sus suaves senos.

Cubriendo su cuerpo con el propio, Sesshoumaru empujó hondo, penetrándola desde atrás. Ella lo aceptó completamente mientras arqueaba la espalda, fue una maravillosa plenitud que ambos compartieron en un gemido.

Kagome se retorció bajo el cuerpo de aquel adonis, su hombre, su dueño.

Felizmente fue envuelta por el placer de las contracciones en su vagina, impulsadas por el bienvenido orgasmo, luego escuchó un profundo gemido por parte de su amante, quien poco tardó en llenarla con su semen.

  Sus respiraciones agitadas y sus corazones desbocados.

Sesshoumaru supo en ese momento que no quería a ninguna otra mujer a su lado, ni siquiera a una yokai, mientras tanto, Kagome. . . ella no deseaba regresar con InuYasha, no si su felicidad se quedaba con el enemigo.

Quería ser la dichosa prisionera de un sanguinario demonio que en la intimidad podía llegar a ser el amante perfecto, dedicado e insaciable.

 Era feliz a su lado, no deseaba la libertad, ya no más. . .

   Finalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

ALELUYA.

Me tardé años en terminar esta historia; recuerdo que leí algún fic en inglés y me dije: vaya, quiero escribir algo similar, pero ya ni recuerdo cómo se llamaba aquel fic, ni hablar T-T.

Me gusta como quedó esta historia, pero siento que debió ser un poco más fuertecillo ^0^.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 27 de Mayo de 2007.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Tags :
4 years ago

Durmiendo con el enemigo _C1_

image

Anime: InuYasha

Rating: M

Pareja: Sesshoumaru & Kagome

Sinopsis: No deseaba volver atrás, quería estar prisionera entre los brazos de un demonio, nada más que el amante perfecto. No deseaba la libertad, ya no más.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Prólogo ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

La tarde era hermosa, tanto o más que las anteriores.

La cuenta de las horas se le perdió en algún distraído rincón de su memoria; poco importaba, después de todo, más de un par de semanas habían pasado desde que llegó ahí, así que... las horas ya poco importaban.

  * Ahhh, y aun así el tiempo se me escapa volando. *

 Suspirando con resignación, la joven humana comprendió que su estancia en esa habitación no era tan aburrida.

Se sentía más tranquila en comparación al día en que llegó...

¿Cómo olvidar ese día?. Jamás podría hacerlo, todo su mundo se vino abajo justo en el instante en que al “cerebro de nuez” del Hanyou se le ocurrió buscar insistentemente a Kykio, llevarla a la aldea y por si fuera poco, decir que ellos siempre estarían juntos, aun cuando la sacerdotisa ya estuviera muerta, para él... eso era lo que menos importaba.

  * InuYasha... eres un tonto. *

  Su voz sonó resignada por completo.

Al principio lloraba amargamente al saberse derrotada en el amor, derrotada por ella misma. Bueno, después de todo, ella fue Kykio, o algo así; por lo menos compartieron almas.

Sin embargo eran tan distintas, quizás por eso le dolió tanto que le quitaran a InuYasha.

  * La tonta soy yo... ¿hasta cuándo dejaré de pensar en ello?. *

 Miró embelesada el cielo, admirando como la oscuridad comenzaba a devorar todo cuanto encontraba en el cielo: nubes y ese hermoso y tenue color azul que apenas y se podía percibir.

Era cierto, tenía otras cosas mucho más importantes en que pensar, después de todo, ahora era prisionera, ¿no?.

No había superado un problema cuando inmediatamente se tropezó con otro; en su intento por escapar del dolor, salió corriendo sin rumbo, el destino era lo último que cruzaba su mente, sólo quería alejarse.

 Ni siquiera tenía idea de cuánto había corrido, por cuánto tiempo o dónde estaba, sólo se sabía pérdida.

Pero el dolor no se iba, dejando escapar delgadas lágrimas de sus hermosos ojos; se dejó caer sobre el abundante césped, cansada, dolida...

  * Con que... la mujer de InuYasha está aquí. *

 Recordó las precisas palabras del yokai que ahora la tenía “encerrada” en su castillo, ese hombre, ese demonio, ese monstruo... Sesshoumaru.

  Sí, todo ese tiempo había estado en el castillo de Sesshoumaru.

No tenía claras ideas del porque no le había hecho daño alguno, de hecho, ni siquiera aparentaba ser una prisionera; no estaba encerrada, podía salir cuando quisiese, más por miedo solo lo hacía en contadas ocasiones.

Le ofrecieron nuevas ropas, más adecuadas para la época en la que se encontraba. Hermosos y entallados kimonos de variados colores y formas.

 La manera en que los sirvientes del castillo la trataban le incomodaba, tanta amabilidad, casi miedo. La trataban como si fuese alguien importante, cosa que la hizo sospechar un sin fin de razones para ello, pero nada que le pareciese lógico.

 Llegó a tener la sensación de que Sesshoumaru la observaba desde algún lugar que ella desconocía, sentía su pesada y fría mirada sobre ella, aunque creyó que solo era su imaginación, su miedo.

  * No puede ser, estoy imaginando cosas que no son. *

 Apenas trató de convencerse a sí misma con sus palabras, suspiró resignada a permanecer por tiempo indefinido en ese lugar, lugar del que desconocía cualquier posible ubicación.

Solo sabía que estaba con el enemigo, nada más. Eso sí, un enemigo bastante amable, aunque desconociera las razones de ello.

   Se acababa de cambiar de ropas, dispuesta a ir a la cama y dormir, no sin antes cepillar tranquilamente su hermoso y suave cabello negro.

 Un par de golpes sobre la puerta de la habitación que ocupaba, la sacaron inesperadamente de sus pensamientos y recuerdos.

Pensando que podía tratarse de Rin o alguno de los sirvientes del castillo, se dirigió tranquilamente a abrir la puerta, más al hacerlo, el miedo y la sorpresa la paralizaron.

  * ¡¡S- Se, Sesshoumaru!!... *     _El nombre de su visitante escapó de sus temblorosos labios. _     * Ah, y-yo no te esperaba. *

 En todo el tiempo que ahí llevaba, lo pudo ver solo una ocasión. Pero ahora él estaba ahí, él la buscaba, la razón de su presencia la asustaba, más trataba de no pensar en ello.

 Al escucharla, el yokai frunció el ceño con clara ira en el rostro.

Kagome no pudo más que intentar ocultar su miedo; esa mirada tan fría era atemorizante y, muy a su pesar, también lo hacía verse aun más atractivo.

  * Mujer. *

 Refiriéndose a ella con esa simple y seca palabra, el joven de plateados cabellos la sujetó fuertemente por los hombros, asustándola todavía más. Estaba tan cerca; si aplicaba un poco más de fuerza la destrozaría sin duda.

 Quiso cerrar los ojos para no enfrentar la forma despiadada con que él la miraba, pero por alguna razón no podía, esos hermosos ojos plateados la hipnotizaron completamente, aun con el miedo que le infundían.

 Confundida, esperó lo que vendría por parte del yokai, fuere lo que fuere, tenía el ligero presentimiento de que afectaría su vida... de alguna forma.

   Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por fin, otro fic de InuYasha y, mejor aun, de Sesshoumaru y Kagome.

El siguiente capítulo es el importante, el que tiene lemon, más también es el que concluye la historia. Y es que últimamente no tengo deseos de escribir fics largos.

Ahora, ¿por qué esta pareja?. Bueno, él es tan apuesto y necesitaba una pareja... yo solo pude pensar en Kagome ^0^ .

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 27 de Mayo de 2007. 

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

      || Capítulo 1 ||


Tags :
4 years ago

Es como volver a empezar _C3_

image

Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 3: “Durmiendo tranquila en brazos del ainu” ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Su corazón pareció detenerse por un segundo cuando los labios de la itako encontraron los suyos, más luego ya no estaba muy seguro de lo que pasaba.

Su lengua penetró en la boca de Anna hasta encontrar la lengua de ésta y jugar a entrelazarse una y otra vez; sus manos se aferraron a la cintura de la rubia, y de vez en cuando acariciaba su espalda.

  ““Era la esposa de Yoh, la mujer que él tanto quería y que yo detestaba… no debo seguir.””

Eran los desordenados pensamientos que agobiaban al shaman, pensamientos que de nada sirvieron, pues sus labios se aferraron a seguir unidos a los de la sacerdotisa; además, sentir como las suaves manos de la itako acariciaban su rostro y su pecho, sin mencionar los débiles jadeos que de la boca de ella escapaban, lo volvieron loco de deseo.

 Su exquisito aroma lo relajaba y al mismo tiempo lo invitaba a seguir.

  ““Quiero estar con ella.””

 Sí, no podía mentirse a si mismo, mucho menos con el vestido mal puesto de Anna y él habiendo perdido la camisa.

  Escondió el rostro entre el cuello y el hombro de la sacerdotisa, mientras sus manos, presurosas, se deshacían de la vestimenta de la mujer, esto claro, sin perder la oportunidad de recorrer las largas piernas femeninas.

Las pequeñas manos de la rubia se enredaron juguetonas en el cabello del ainu, perdiéndose en el azul sin dejar de acariciarlo con un poco de desesperación, y reteniéndolo ahí, recargado sobre su hombro.

  Quemaba, un calor agradable que la obligaba a respirar agitadamente.

  ““No puedo… Yoh… Horo Horo, yo...””

 Sus ideas eran un verdadero caos.

Al estar con Horo, no podía evitar recordar a su esposo y que el peliazul fue su amigo, amigo con el que ahora se estaba abrazando, besando… quiso detenerse, separando sus labios de los del shaman del norte, pero al hacerlo inevitablemente se miraron el uno al otro. Fue como si el tiempo se hubiese detenido; en ese momento, descubrieron las emociones, dudas y sentimientos que cada uno experimentaba.

 * Anna… yo no sé, no comprendo… *

 Lo escuchó decir, con ese apuesto rostro tan cerca del suyo; lo sintió acariciarle las mejillas de forma tan suave que la tensión desapareció, más aun con el cálido aliento del shaman chocando con su rostro, tranquilizándola.

Volvieron a unirse en un beso más tranquilo, lento y profundo.

 El joven se dedicó a guiar sus ansiosos labios por todo el cuerpo femenino, abandonando la dulce boca de la itako y recorriendo el cuello de la misma, sus hombros… haciéndola temblar.

 * Eres hermosa… muy hermosa, demasiado. *

  Fue un halago del que la rubia no tuvo mucho tiempo de disfrutar pues los labios del ainu se habían posado sobre uno de sus senos.

Un corto y repentino beso que le erizó la piel, seguido de la exquisita sensación de sus pechos siendo recorridos por la legua del shaman.

Intensos gemidos se le escaparon de la boca, haciendo que el silencio en la habitación se interrumpiera; eran las voces de ambos, entre jadeos, las que resonaban no solo en la habitación sino en toda la casa, esa casa que durante las noches se mantenía en absoluto silencio, y ahora se llenaba con los sonidos agitados de dos amantes improvisados.

 Entregándose por completo a las disposiciones del muchacho, Anna solo se dejaba hacer sin esperar que los labios de Horo viajasen de sus senos hasta su entrepierna; fue un movimiento tan rápido e inesperado, que la mujer solo abrió desmesuradamente los ojos a causa de la sorpresa; el peliazul había hundido el rostro entre sus piernas, degustando la intimidad de la itako.

  * ¿Qué, qué haces?… ¡ detente !… *

  Anna quiso alejar de su cuerpo al joven, pero la fuerza se escapó de su cuerpo, terminando por rendirse ante la intensa excitación que esto le provocaba.

La lengua de Horo, que se adentraba en su vagina, logrando que esta se humedeciera una cada vez más. Por otra parte, el muchacho se aferraba a continuar, su rostro envuelto en rojo, esto era lo más atrevido que había hecho en la vida y era excitante, agradable… delicioso.

 Hace mucho tiempo no hubiese imaginado tener la cabeza entre las piernas de Kyouyama… jamás. Pero agradecía al cielo el poder hacerlo ahora.

Casi aferrado al clítoris de la chica, lamió y succionó el pequeño botón femenino, arrancándole gemidos y suspiros de placer a la rubia, que temblaba sofocada entre los tantos orgasmos que el peliazul le provocaba.

 Sus movimientos eran tan intensos, incluso lo sintió succionar y morder suavemente ese pequeño botoncito fuente de placer; era normal que se retorciera ante los incontrolables deseos de su compañero y rendirse a un orgasmo más.

  * Ho-Horo Horo, ya... *

 Las palabras de Anna se atoraban en su pecho, no podía jalar aire, estaba tan agitada.

Entonces, el shaman se incorporó ligeramente tan solo para poder observar complacido el cuerpo de la itako, ese lindo cuerpo desnudo y a su entera disposición.

Pasó la lengua por sus labios, degustando aun de los líquidos de la joven rubia.

  Horo dejó que su cuerpo se acomodase encima de su amante para luego besarla con furor, con gran deseo, mientras ella le devolvía la caricia que recibía.

Se sentía tan cansada, por eso le pidió que se detuviera, se sentía como si fuese su primera vez, algo un tanto comprensible considerando que hace más de un año que no tiene un encuentro sexual.

Desde que Yoh se fue, ella estaba demasiado triste como para pensar en eso, ni siquiera la idea de satisfacerse a si misma le cruzó la mente en todo ese tiempo, mucho menos la de pasar la noche con otro hombre.

 Kyouyama se sonrojó ampliamente mientras sus ojos se posaban en los del peliazul, se sentía insegura, no sabía que hacer o que decir, se quedó inmóvil, era como si hubiese perdido la práctica y de hecho… así era.

  * Si no quieres seguir… lo entiendo. *

  Incluso después de escuchar la voz del ainu, solo atinó a bajar la mirada.

  * No es que no quiera, es solo que… todo ha sido tan repentino, tan irónico… *

  Horo Horo sonrió ligeramente con las sinceras palabras de la sacerdotisa.     Él se sentía igual, tan inseguro, aun preguntándose como podía estar con esta mujer que años atrás le provocaba miedo, sin mencionar que no tenía ningún tipo de interés por ella, y ahora… estaba apunto de hacerle el amor.

 El shaman hizo a un lado todos esos pensamientos, dejando que sus manos se dedicasen nuevamente a recorrer la pálida piel de la itako, viajando por la totalidad de aquel cuerpo hasta detenerse entre las piernas de la joven, introduciendo su dedo medio en la vagina, logrando que Anna se retorciera de placer, más trató de calmar las ansias que la quemaban, permitiendo que Horo Horo la estimulase de es amanera, metiendo y sacando el dedo de su cuerpo, en un ciclo que la hizo gemir ya sin reserva.

 Anna separó un poco más sus piernas, permitiéndole a su amante una mayor libertad para penetrarla así.

Se aferró al cuello del shaman de hielo al ser presa de una nueva oleada de placenteras sensaciones; sentía como su vagina se contraía aun después de que el dedo del peliazul saliese de su intimidad.

  * Eres un ecchi… un adorable ecchi, hentai. *

  Le dijo la itako, entre besos apasionados y ligeros jadeos.

La mujer dejó que una sonrisa se diera en medio de aquel beso mientras sentía como Horo Horo se acomodaba entre sus piernas, con el pene erecto apuntando hacia su sexo.

 Lo sintió deslizarse tranquila y cuidadosamente hacia adentro.

Los primeros roces los hicieron gemir deseosos, tanto que tuvieron que romper el beso para poder jalar aire y continuar con la unión de sus cuerpos.

Con avance lento, tranquilo, pero en extremo placentero, el ainu experimentaba la pasión que esta mujer era capaz de desbordar.

 Tan sexy, tan despampánate, tan intensa… tan Anna.

Ahora que ella esta con él, desde esta vez, le esta diciendo que disfruta de su compañía, por eso esta haciendo el amor con él, con el shaman de hielo.

 El peliazul se dejó envolver por los brazos de la rubia, mientras el deslice de su miembro finalmente lo hizo llegar hasta el fondo del cuerpo femenino, después dejó que su pene entrara y saliera una y otra vez.

  * No quiero soltarte. *

  En verdad no quería soltarla, dejarla ir.

La adoraba, la deseaba, no podía, ni quería soltarla, así que se aferró a su estrecha cintura, sujetando firmemente la sutil, pero bien marcada, curva que delineaba su forma de mujer.

 Horo bajó un poco la mirada, encontrándose con ese par de perfectos senos que, con ese danzar al ritmo de sus embestidas, lo incitaban a probarlos nuevamente. Poco tardó en atrapar entre sus labios el pecho izquierdo de la itako; como desesperado, succionó el duro pezón, siendo recompensado con los profundos gemidos que soltaba su amante.

El morbo y la excitación eran ya incontenibles.

   Sin haber dejado de clavarle su espina a la chica, sintió como su miembro recibía magnificas vibraciones producto de las contracciones de la vagina de Anna, que lo aprisionaba dulcemente en su interior, volviéndolo loco de placer.

La ansiedad lo estaba sofocando, sentía que en cualquier momento sucumbiría ante la excitación, pero no deseaba arruinar el momento, quería hacerla gozar, que no dejara de sentirlo.

 Mientras tanto, Kyouyama respiraba cada vez más agitada ante las sensaciones deliciosamente perversas que este shaman le hacia sentir.

Las penetraciones se habían vuelto fuertes y profundas; sintió la llegada del placer, y aun cuando hizo lo posible por soportar un poco más, la sacerdotisa fue atacada por un delicioso orgasmo que la hizo gritar de inmenso gozo, aferrándose al cuerpo del muchacho, dejándole la piel marcada al haber clavado sus uñas en la espalda del ainu.

 Sí, ese fue su clímax, pero el que Horo Horo sacara el pene por completo de su vagina y lo volviese a introducir con fuerza, fue algo que no esperaba sentir, la intensidad y la sorpresa prolongó su orgasmo, dejándola cansada y sin aire.

Ni siquiera tuvo fuerzas para gritar, tan solo dejó que la sensación la llenase hasta agotarla por completo mientras sentía a su vagina contraerse agitadamente, y al shaman que seguía penetrándola un poco más.

 El muchacho apenas tuvo tiempo para acomodarse y penetrar una vez más a la itako, luego cerró los ojos con fuerza al tiempo en que se dejaba caer rendido sobre el cuerpo de la mujer.

Respiraba agitado cerca del rostro de la chica, sus alientos chocaban entre si, hasta que terminaron besándose lenta y tranquilamente, un beso que logró relajarlos.

 * Lo siento. *

  La sacerdotisa no entendió. ¿De qué demonios se estaba disculpando?.

Entonces, Horo Horo la miró con ternura; no pretendía que su semen invadiese su cuerpo, no quiso ser descuidado, pero estaba totalmente entregado y fascinado de tenerla entre sus brazos y solo para él, que, ahh. . .

 La rubia, con expresión seria, tomó el rostro del shaman entre sus manos, acariciando suavemente ese apuesto rostro. Estaba bien, sentir su esencia escurrir entre sus piernas era una sensación verdaderamente excitante, deliciosa.

Permanecieron un rato más sin romper la unión de sus ya cansados cuerpos, hasta que el miembro del peliazul comenzó a reducir su tamaño, regresando a su forma normal.

~*~

~*~

~*~

 Ahora ambos yacen recostados sobre el futon; el ainu justo detrás de ella, la abraza rodeando su cintura, le encanta estrecharla de esa manera, es como si la reclamase como de su propiedad.

Besa su oreja y le susurra algo de vez en cuando, pero ella se siente intranquila, nerviosa.

  * Entonces… ¿te irás mañana?. *

  Era claro el reproche en su hermosa voz.

 Horo Horo la hizo girarse suavemente para recibirla entre sus brazos sin pretender soltarla por el resto de la noche.

Un beso suave y tranquilo, lleno de ternura, fue su intento por tranquilizar a la joven… y lo logró.

  * No, no podría, a menos que… tú así lo quieras. *

  Tan lindas y sinceras palabras no lograron que la expresión de Anna cambiase; el suyo era el mismo hermoso rostro reflejando frialdad.

La itako no dijo nada, solo se acurrucó sobre el pecho desnudo de su compañero mientras cerraba los ojos. Eso fue todo, no había nada más que decir.

 Comprendiendo su silencio, el shaman de hielo, descansa la cabeza sobre el rubio cabello de su amada.

Horo Horo comienza a hacer planes para su futuro, porque ya no se imagina un futuro sin ella. Sin que Anna Kyouyama lo mande o lo obligue a realizar todo el trabajo de la casa, sin que le grite… sin hacerle el amor.

 Anna terminó dormida tranquilamente entre los brazos del shaman, pero él no tiene sueño, le complace contemplar a esa mujer, le produce un sentimiento tan cálido.

 Más repentinamente siente una presencia en la casa…

  * ¡ No puede ser !… *

  Exclama sorprendido, mientras clava los ojos en la puerta de la habitación; allá afuera hay alguien que lo espera.

Por primera vez en la vida no sabe si lo que siente es miedo o enojo, y se pregunta que debe hacer.

Aprieta los dientes con fuerza, pues no importa la razón por la cual el dueño de esta presencia haya venido precisamente ésta noche, no puede ser nada bueno para él. . .

  * O, quizás, para Anna. . . *

  Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Ah, lemon por fin… en mi opinión, este es uno de los pocos escritos en que he realizado una muy buena mezcla de erotismo y romance; ustedes dirán.

Este par tendrá unos cuantos encuentros más adelante, aunque también habrá capítulos que serán más de explicación que de lemon, como el próximo ^^’…

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 25 de Mayo de 2005.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

             || Capítulo 4 ||


Tags :
4 years ago

Es como volver a empezar _C8_

image

Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 8: “Porque él ya no está” ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Sentada sobre el pasillo de madera que daba al jardín, Anna miraba el cielo sin interés alguno.

Él se había ido, dejándola en completa soledad.

 Dos semanas ya sin su compañía, sin sus bromas, sin reñir con él; dos semanas sin probar la comida que él preparaba, sin contemplar sus curiosas sonrisas. . .

  * Sin que hagamos el amor. *    _En un suave susurro, la itako bajó su triste mirada hasta el suelo._    * Es lo mejor. *

  Trató de convencerse a si misma, lo ha venido haciendo desde que tuvo aquella discusión con él ainu, cuando este le exigió explicaciones sobre sus hirientes palabras.

~*~

~*~

~*~

 * ¿Qué no escuchaste?, ya no quiero nada contigo. *

* Oh, claro que te oí, tus palabras están bien clavadas aquí. *

  Le dijo el shaman, golpeando su pecho y mostrándole una mirada llena de confusión, de dolor, de ira.

  * Pues, ¿qué esperas entonces para irte?. *

* No, Anna, no me hagas esto. *

  Las oscuras pupilas del shaman de hielo comenzaron a deformarse por las lágrimas acumuladas.

La sacerdotisa, al verlo tan devastado, dudó por un momento, pero esto era por el bien de ambos, de él.

  * Largo. *

  Con esta simple palabra, le dio la espalda al peliazul, hundiéndolo en la tristeza, rompiéndole el corazón.

No fue necesario decir nada más, estaba bastante claro que esto se había terminado.

 Derrotado, dolido, Horo Horo abandonó la pensión.

Ya no insistió, no tenía caso si ella no lo quería. Y si él irse la hacia feliz o simplemente la tranquilizaba. . . entonces simplemente se iría.

~*~

~*~

~*~

 Varias lagrimas se deslizaron por sus mejillas. Como lo extrañaba.

Entre sus manos oprimía fuertemente la rosa de hielo que Horokeu le regaló no hace mucho tiempo. Era extraño, a pesar de ser de hielo, aun no se derretía.

  * Sí, sé que es mejor así. *

  Susurró con palabras tristes que se le atoraban en la garganta.

   * ¡ NO !, no es así. *

  Le dijo una voz femenina que de pronto se escuchó en el lugar y que con fuerza, desaprobaba las palabras de la rubia itako. Kyuoyama, quien no se había percatado de que tenía compañía, alzó la mirada, encontrándose con la dura expresión de Pilika.

  * ¿Qué haces aquí?. *

  Anna trató de ser fría y hasta grosera, más su pacifica voz no le ayudó mucho.

  *No quiero seguir viendo como mi hermano se muere de amor.*

  Ignorando a la sacerdotisa, casi histérica como era común en ella, la chica ainu le dio la respuesta, sin esta ser su verdadera intención.

Anna desvió la mirada, sabía muy bien que había lastimado al shaman de hielo, pero. . . no quería que, por ella, Horo hiciera a un lado sus sueños, así que. . .

  * ¿Morir de amor?; por favor, Pilika, no digas tonterías. *

* ¡ No son tonterías !. *

  Le gritó la más joven, demostrándole a la rubia que sus intentos por mostrarse fría e indiferente, eran vanos.

  * Por favor, Anna. . . *     _La peliazul se acercó hasta la itako, sacudiéndola suavemente por los hombros._     * Yo sé que tu también lo amas. *

  Las palabras de la joven de Hokkaido no podían ser más ciertas, bastaba ver la tristeza en los ojos de la mujer, o la felicidad, cuando aun estaba con su hermano.

Entonces, la chica Usui simplemente no comprendía por qué la sacerdotisa alejó al shaman de hielo, diciéndole todas esas mentiras.

  * ¿Por qué, Anna?. *

* Porque es lo mejor. *

* ¿Para quién?. *

  La cuestionó, volviendo a alzar la voz, mientras que Kyouyama mantenía su negra mirada en un costado; era extraño, pero no podía sostener la pesada mirada de la chica del norte.

  * Para él. *     _Susurró. _     * No quiero que haga a un lado sus ideales. . . por mi. *

  Al escucharla, el rostro de la peliazul se ensombreció.

Entonces, en parte era su culpa, pues fue ella quien le comentó a Anna que su hermano había hecho todo a un lado, con tal de estar a su lado.

  * Lo siento, Anna, cuando dije eso, no quise. . . *

  Pilika comenzó a llorar, se sentía culpable.

La itako negó con la cabeza. No, no era su culpa y, muy a su pesar, tampoco era la única razón que tuvo para romper su relación con el shaman de hielo.

  * Desde que estoy con Horokeu, no puedo dejar de pensar en. . . aahh. . . *

* ¿En qué, Anna?. *

* S-si Yoh no hubiese muerto, yo no estaría con tu hermano. Entonces, ¿debo sentirme feliz de que Yoh se haya ido?. *

  Anna, muchas veces se cuestionó si hubiese preferido que el Shaman King siguiese con vida. Pero en ese caso, no estaría con el shaman de hielo.

Se aterró al llegar a pensar que no.

 La joven ainu la miró con serenidad, su llanto había cesado.

 Estaba bien.

Pilika entrelazó sus manos con las de la rubia itako, pidiéndole que no pensara más en eso, después de todo. . .

  * El hombre que elijas, sea o no mi hermano, estará ahí. . .  porque Yoh ya no está. *

  Increíble, ¿desde cuando Pilika decía palabras tan sabias?.

 Por fin, el agua salada brotó de los negros ojos de Kyouyama, quien ligeramente sorprendida, se vio envuelta entre los brazos de la chica peliazul.

  * Lo amo tanto. *  _Susurró. _  * ¿Crees que me perdone?. *

  Pilika sonrió enormemente, dándole su apoyo al estrecharla con más fuerza.

  * Nada lo hará más feliz, que volver a verte. *

  Entonces, un inamovible pensamiento cruzó la mente de la rubia.

Anna había decidido ir tras su felicidad.

~*~

~*~

~*~

 Sobre la copa de un inmenso árbol, Horokeu miraba desinteresado la bella puesta de sol.

Sus sueños ya poco le importaban, su vida tampoco le importaba. No entendía, porque ya nada tenía caso, sin el amor de esa mujer.

  * ¿Desde cuando me volví un romántico sin remedio?. *

  Se preguntó el peliazul, una triste sonrisa adornando su rostro.

Desde que regresó a Hokkaido no podía sacarla de su cabeza, mucho menos de su corazón.

 La extrañaba y mucho; echaba de menos sus negros ojos, sus dulces besos y más aun, hacerle el amor como un loco. . . la necesitaba.

  * Pero Anna no me ama. *

  Con fuerza, el shaman de hielo oprimió la corteza del árbol, necesitaba sacar su frustración, su enojo, su dolor.

  * Yo nunca dije eso. *

  De pronto, una voz femenina llegó a sus oídos, sorprendiéndolo, no tanto por creer estar solo, más bien porque sabía perfectamente a quien pertenecía dicha voz.

 Y la miró, allá abajo; los ojos de la rubia brillaban por razones que él desconocía. Todavía más enigmática le resultaba la sonrisa que adornaba su bello rostro.

Se quedó mirándola por unos cuantos instantes, tratando de convencerse de que la itako realmente estaba ahí. Una enorme sonrisa atravesó su cara al convencerse de que así era.

 Bajó del árbol con un ágil salto, y apenas sus pies tocaron el suelo, alcanzó a la rubia mujer, rodeándola con fuerza.

¿Cómo describir la sensación de ser correspondido?; simplemente se sentía flotar ligera y suavemente.

Así, se dio valor para atrapar los labios de la sacerdotisa con los propios, una delicia de la que fue privado por interminables días que no quería recordar.

 La besó profunda y desesperadamente, casi devorándola a besos, nada le importaba, solo quería sentirla.

  * Lo siento. *

* Pero, ¿por qué estas aquí, en Hokkaido?. *

  Le cuestionó el shaman, poco después de que separasen sus labios.

La itako sonrió; ¿quién hubiese pensado que Pilika iba a tener el coraje para ir a buscarla, dispuesta a traerla a rastras?.

Por supuesto, esto último no fue necesario.

 Más eso era algo que podían discutir después, por ahora, solo era necesario decirle una sola cosa.

  * He venido para estar a tu lado, yo . . .  ai shiteru. *

   Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Juntos otra vez. Se los dije, no puedo separarlos por mucho tiempo, pues los adoro como pareja.

En cuanto a los pensamientos de Anna. . .  ¿Qué pasa cuando, después de la muerte de quien se amó, te vuelves a enamorar?, ¿es correcto?, después de todo, el volverse a enamorar es consecuencia de la muerte de quien se amó primero. De ahí el título de este capítulo.

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 25 de Mayo de 2005.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

        || Capítulo 9 ||


Tags :