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Durmiendo Con El Enemigo _C1_
Durmiendo con el enemigo _C1_
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Anime: InuYasha
Rating: M
Pareja: Sesshoumaru & Kagome
Sinopsis: No deseaba volver atrás, quería estar prisionera entre los brazos de un demonio, nada más que el amante perfecto. No deseaba la libertad, ya no más.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Prólogo ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
La tarde era hermosa, tanto o más que las anteriores.
La cuenta de las horas se le perdió en algún distraído rincón de su memoria; poco importaba, después de todo, más de un par de semanas habían pasado desde que llegó ahí, así que... las horas ya poco importaban.
* Ahhh, y aun así el tiempo se me escapa volando. *
Suspirando con resignación, la joven humana comprendió que su estancia en esa habitación no era tan aburrida.
Se sentía más tranquila en comparación al día en que llegó...
¿Cómo olvidar ese día?. Jamás podría hacerlo, todo su mundo se vino abajo justo en el instante en que al “cerebro de nuez” del Hanyou se le ocurrió buscar insistentemente a Kykio, llevarla a la aldea y por si fuera poco, decir que ellos siempre estarían juntos, aun cuando la sacerdotisa ya estuviera muerta, para él... eso era lo que menos importaba.
* InuYasha... eres un tonto. *
Su voz sonó resignada por completo.
Al principio lloraba amargamente al saberse derrotada en el amor, derrotada por ella misma. Bueno, después de todo, ella fue Kykio, o algo así; por lo menos compartieron almas.
Sin embargo eran tan distintas, quizás por eso le dolió tanto que le quitaran a InuYasha.
* La tonta soy yo... ¿hasta cuándo dejaré de pensar en ello?. *
Miró embelesada el cielo, admirando como la oscuridad comenzaba a devorar todo cuanto encontraba en el cielo: nubes y ese hermoso y tenue color azul que apenas y se podía percibir.
Era cierto, tenía otras cosas mucho más importantes en que pensar, después de todo, ahora era prisionera, ¿no?.
No había superado un problema cuando inmediatamente se tropezó con otro; en su intento por escapar del dolor, salió corriendo sin rumbo, el destino era lo último que cruzaba su mente, sólo quería alejarse.
Ni siquiera tenía idea de cuánto había corrido, por cuánto tiempo o dónde estaba, sólo se sabía pérdida.
Pero el dolor no se iba, dejando escapar delgadas lágrimas de sus hermosos ojos; se dejó caer sobre el abundante césped, cansada, dolida...
* Con que... la mujer de InuYasha está aquí. *
Recordó las precisas palabras del yokai que ahora la tenía “encerrada” en su castillo, ese hombre, ese demonio, ese monstruo... Sesshoumaru.
Sí, todo ese tiempo había estado en el castillo de Sesshoumaru.
No tenía claras ideas del porque no le había hecho daño alguno, de hecho, ni siquiera aparentaba ser una prisionera; no estaba encerrada, podía salir cuando quisiese, más por miedo solo lo hacía en contadas ocasiones.
Le ofrecieron nuevas ropas, más adecuadas para la época en la que se encontraba. Hermosos y entallados kimonos de variados colores y formas.
La manera en que los sirvientes del castillo la trataban le incomodaba, tanta amabilidad, casi miedo. La trataban como si fuese alguien importante, cosa que la hizo sospechar un sin fin de razones para ello, pero nada que le pareciese lógico.
Llegó a tener la sensación de que Sesshoumaru la observaba desde algún lugar que ella desconocía, sentía su pesada y fría mirada sobre ella, aunque creyó que solo era su imaginación, su miedo.
* No puede ser, estoy imaginando cosas que no son. *
Apenas trató de convencerse a sí misma con sus palabras, suspiró resignada a permanecer por tiempo indefinido en ese lugar, lugar del que desconocía cualquier posible ubicación.
Solo sabía que estaba con el enemigo, nada más. Eso sí, un enemigo bastante amable, aunque desconociera las razones de ello.
Se acababa de cambiar de ropas, dispuesta a ir a la cama y dormir, no sin antes cepillar tranquilamente su hermoso y suave cabello negro.
Un par de golpes sobre la puerta de la habitación que ocupaba, la sacaron inesperadamente de sus pensamientos y recuerdos.
Pensando que podía tratarse de Rin o alguno de los sirvientes del castillo, se dirigió tranquilamente a abrir la puerta, más al hacerlo, el miedo y la sorpresa la paralizaron.
* ¡¡S- Se, Sesshoumaru!!... * _El nombre de su visitante escapó de sus temblorosos labios. _ * Ah, y-yo no te esperaba. *
En todo el tiempo que ahí llevaba, lo pudo ver solo una ocasión. Pero ahora él estaba ahí, él la buscaba, la razón de su presencia la asustaba, más trataba de no pensar en ello.
Al escucharla, el yokai frunció el ceño con clara ira en el rostro.
Kagome no pudo más que intentar ocultar su miedo; esa mirada tan fría era atemorizante y, muy a su pesar, también lo hacía verse aun más atractivo.
* Mujer. *
Refiriéndose a ella con esa simple y seca palabra, el joven de plateados cabellos la sujetó fuertemente por los hombros, asustándola todavía más. Estaba tan cerca; si aplicaba un poco más de fuerza la destrozaría sin duda.
Quiso cerrar los ojos para no enfrentar la forma despiadada con que él la miraba, pero por alguna razón no podía, esos hermosos ojos plateados la hipnotizaron completamente, aun con el miedo que le infundían.
Confundida, esperó lo que vendría por parte del yokai, fuere lo que fuere, tenía el ligero presentimiento de que afectaría su vida... de alguna forma.
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por fin, otro fic de InuYasha y, mejor aun, de Sesshoumaru y Kagome.
El siguiente capítulo es el importante, el que tiene lemon, más también es el que concluye la historia. Y es que últimamente no tengo deseos de escribir fics largos.
Ahora, ¿por qué esta pareja?. Bueno, él es tan apuesto y necesitaba una pareja... yo solo pude pensar en Kagome ^0^ .
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 27 de Mayo de 2007.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 1 ||
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Es como volver a empezar _C3_
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Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 3: “Durmiendo tranquila en brazos del ainu” ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
Su corazón pareció detenerse por un segundo cuando los labios de la itako encontraron los suyos, más luego ya no estaba muy seguro de lo que pasaba.
Su lengua penetró en la boca de Anna hasta encontrar la lengua de ésta y jugar a entrelazarse una y otra vez; sus manos se aferraron a la cintura de la rubia, y de vez en cuando acariciaba su espalda.
““Era la esposa de Yoh, la mujer que él tanto quería y que yo detestaba… no debo seguir.””
Eran los desordenados pensamientos que agobiaban al shaman, pensamientos que de nada sirvieron, pues sus labios se aferraron a seguir unidos a los de la sacerdotisa; además, sentir como las suaves manos de la itako acariciaban su rostro y su pecho, sin mencionar los débiles jadeos que de la boca de ella escapaban, lo volvieron loco de deseo.
Su exquisito aroma lo relajaba y al mismo tiempo lo invitaba a seguir.
““Quiero estar con ella.””
Sí, no podía mentirse a si mismo, mucho menos con el vestido mal puesto de Anna y él habiendo perdido la camisa.
Escondió el rostro entre el cuello y el hombro de la sacerdotisa, mientras sus manos, presurosas, se deshacían de la vestimenta de la mujer, esto claro, sin perder la oportunidad de recorrer las largas piernas femeninas.
Las pequeñas manos de la rubia se enredaron juguetonas en el cabello del ainu, perdiéndose en el azul sin dejar de acariciarlo con un poco de desesperación, y reteniéndolo ahí, recargado sobre su hombro.
Quemaba, un calor agradable que la obligaba a respirar agitadamente.
““No puedo… Yoh… Horo Horo, yo...””
Sus ideas eran un verdadero caos.
Al estar con Horo, no podía evitar recordar a su esposo y que el peliazul fue su amigo, amigo con el que ahora se estaba abrazando, besando… quiso detenerse, separando sus labios de los del shaman del norte, pero al hacerlo inevitablemente se miraron el uno al otro. Fue como si el tiempo se hubiese detenido; en ese momento, descubrieron las emociones, dudas y sentimientos que cada uno experimentaba.
* Anna… yo no sé, no comprendo… *
Lo escuchó decir, con ese apuesto rostro tan cerca del suyo; lo sintió acariciarle las mejillas de forma tan suave que la tensión desapareció, más aun con el cálido aliento del shaman chocando con su rostro, tranquilizándola.
Volvieron a unirse en un beso más tranquilo, lento y profundo.
El joven se dedicó a guiar sus ansiosos labios por todo el cuerpo femenino, abandonando la dulce boca de la itako y recorriendo el cuello de la misma, sus hombros… haciéndola temblar.
* Eres hermosa… muy hermosa, demasiado. *
Fue un halago del que la rubia no tuvo mucho tiempo de disfrutar pues los labios del ainu se habían posado sobre uno de sus senos.
Un corto y repentino beso que le erizó la piel, seguido de la exquisita sensación de sus pechos siendo recorridos por la legua del shaman.
Intensos gemidos se le escaparon de la boca, haciendo que el silencio en la habitación se interrumpiera; eran las voces de ambos, entre jadeos, las que resonaban no solo en la habitación sino en toda la casa, esa casa que durante las noches se mantenía en absoluto silencio, y ahora se llenaba con los sonidos agitados de dos amantes improvisados.
Entregándose por completo a las disposiciones del muchacho, Anna solo se dejaba hacer sin esperar que los labios de Horo viajasen de sus senos hasta su entrepierna; fue un movimiento tan rápido e inesperado, que la mujer solo abrió desmesuradamente los ojos a causa de la sorpresa; el peliazul había hundido el rostro entre sus piernas, degustando la intimidad de la itako.
* ¿Qué, qué haces?… ¡ detente !… *
Anna quiso alejar de su cuerpo al joven, pero la fuerza se escapó de su cuerpo, terminando por rendirse ante la intensa excitación que esto le provocaba.
La lengua de Horo, que se adentraba en su vagina, logrando que esta se humedeciera una cada vez más. Por otra parte, el muchacho se aferraba a continuar, su rostro envuelto en rojo, esto era lo más atrevido que había hecho en la vida y era excitante, agradable… delicioso.
Hace mucho tiempo no hubiese imaginado tener la cabeza entre las piernas de Kyouyama… jamás. Pero agradecía al cielo el poder hacerlo ahora.
Casi aferrado al clítoris de la chica, lamió y succionó el pequeño botón femenino, arrancándole gemidos y suspiros de placer a la rubia, que temblaba sofocada entre los tantos orgasmos que el peliazul le provocaba.
Sus movimientos eran tan intensos, incluso lo sintió succionar y morder suavemente ese pequeño botoncito fuente de placer; era normal que se retorciera ante los incontrolables deseos de su compañero y rendirse a un orgasmo más.
* Ho-Horo Horo, ya... *
Las palabras de Anna se atoraban en su pecho, no podía jalar aire, estaba tan agitada.
Entonces, el shaman se incorporó ligeramente tan solo para poder observar complacido el cuerpo de la itako, ese lindo cuerpo desnudo y a su entera disposición.
Pasó la lengua por sus labios, degustando aun de los líquidos de la joven rubia.
Horo dejó que su cuerpo se acomodase encima de su amante para luego besarla con furor, con gran deseo, mientras ella le devolvía la caricia que recibía.
Se sentía tan cansada, por eso le pidió que se detuviera, se sentía como si fuese su primera vez, algo un tanto comprensible considerando que hace más de un año que no tiene un encuentro sexual.
Desde que Yoh se fue, ella estaba demasiado triste como para pensar en eso, ni siquiera la idea de satisfacerse a si misma le cruzó la mente en todo ese tiempo, mucho menos la de pasar la noche con otro hombre.
Kyouyama se sonrojó ampliamente mientras sus ojos se posaban en los del peliazul, se sentía insegura, no sabía que hacer o que decir, se quedó inmóvil, era como si hubiese perdido la práctica y de hecho… así era.
* Si no quieres seguir… lo entiendo. *
Incluso después de escuchar la voz del ainu, solo atinó a bajar la mirada.
* No es que no quiera, es solo que… todo ha sido tan repentino, tan irónico… *
Horo Horo sonrió ligeramente con las sinceras palabras de la sacerdotisa. Él se sentía igual, tan inseguro, aun preguntándose como podía estar con esta mujer que años atrás le provocaba miedo, sin mencionar que no tenía ningún tipo de interés por ella, y ahora… estaba apunto de hacerle el amor.
El shaman hizo a un lado todos esos pensamientos, dejando que sus manos se dedicasen nuevamente a recorrer la pálida piel de la itako, viajando por la totalidad de aquel cuerpo hasta detenerse entre las piernas de la joven, introduciendo su dedo medio en la vagina, logrando que Anna se retorciera de placer, más trató de calmar las ansias que la quemaban, permitiendo que Horo Horo la estimulase de es amanera, metiendo y sacando el dedo de su cuerpo, en un ciclo que la hizo gemir ya sin reserva.
Anna separó un poco más sus piernas, permitiéndole a su amante una mayor libertad para penetrarla así.
Se aferró al cuello del shaman de hielo al ser presa de una nueva oleada de placenteras sensaciones; sentía como su vagina se contraía aun después de que el dedo del peliazul saliese de su intimidad.
* Eres un ecchi… un adorable ecchi, hentai. *
Le dijo la itako, entre besos apasionados y ligeros jadeos.
La mujer dejó que una sonrisa se diera en medio de aquel beso mientras sentía como Horo Horo se acomodaba entre sus piernas, con el pene erecto apuntando hacia su sexo.
Lo sintió deslizarse tranquila y cuidadosamente hacia adentro.
Los primeros roces los hicieron gemir deseosos, tanto que tuvieron que romper el beso para poder jalar aire y continuar con la unión de sus cuerpos.
Con avance lento, tranquilo, pero en extremo placentero, el ainu experimentaba la pasión que esta mujer era capaz de desbordar.
Tan sexy, tan despampánate, tan intensa… tan Anna.
Ahora que ella esta con él, desde esta vez, le esta diciendo que disfruta de su compañía, por eso esta haciendo el amor con él, con el shaman de hielo.
El peliazul se dejó envolver por los brazos de la rubia, mientras el deslice de su miembro finalmente lo hizo llegar hasta el fondo del cuerpo femenino, después dejó que su pene entrara y saliera una y otra vez.
* No quiero soltarte. *
En verdad no quería soltarla, dejarla ir.
La adoraba, la deseaba, no podía, ni quería soltarla, así que se aferró a su estrecha cintura, sujetando firmemente la sutil, pero bien marcada, curva que delineaba su forma de mujer.
Horo bajó un poco la mirada, encontrándose con ese par de perfectos senos que, con ese danzar al ritmo de sus embestidas, lo incitaban a probarlos nuevamente. Poco tardó en atrapar entre sus labios el pecho izquierdo de la itako; como desesperado, succionó el duro pezón, siendo recompensado con los profundos gemidos que soltaba su amante.
El morbo y la excitación eran ya incontenibles.
Sin haber dejado de clavarle su espina a la chica, sintió como su miembro recibía magnificas vibraciones producto de las contracciones de la vagina de Anna, que lo aprisionaba dulcemente en su interior, volviéndolo loco de placer.
La ansiedad lo estaba sofocando, sentía que en cualquier momento sucumbiría ante la excitación, pero no deseaba arruinar el momento, quería hacerla gozar, que no dejara de sentirlo.
Mientras tanto, Kyouyama respiraba cada vez más agitada ante las sensaciones deliciosamente perversas que este shaman le hacia sentir.
Las penetraciones se habían vuelto fuertes y profundas; sintió la llegada del placer, y aun cuando hizo lo posible por soportar un poco más, la sacerdotisa fue atacada por un delicioso orgasmo que la hizo gritar de inmenso gozo, aferrándose al cuerpo del muchacho, dejándole la piel marcada al haber clavado sus uñas en la espalda del ainu.
Sí, ese fue su clímax, pero el que Horo Horo sacara el pene por completo de su vagina y lo volviese a introducir con fuerza, fue algo que no esperaba sentir, la intensidad y la sorpresa prolongó su orgasmo, dejándola cansada y sin aire.
Ni siquiera tuvo fuerzas para gritar, tan solo dejó que la sensación la llenase hasta agotarla por completo mientras sentía a su vagina contraerse agitadamente, y al shaman que seguía penetrándola un poco más.
El muchacho apenas tuvo tiempo para acomodarse y penetrar una vez más a la itako, luego cerró los ojos con fuerza al tiempo en que se dejaba caer rendido sobre el cuerpo de la mujer.
Respiraba agitado cerca del rostro de la chica, sus alientos chocaban entre si, hasta que terminaron besándose lenta y tranquilamente, un beso que logró relajarlos.
* Lo siento. *
La sacerdotisa no entendió. ¿De qué demonios se estaba disculpando?.
Entonces, Horo Horo la miró con ternura; no pretendía que su semen invadiese su cuerpo, no quiso ser descuidado, pero estaba totalmente entregado y fascinado de tenerla entre sus brazos y solo para él, que, ahh. . .
La rubia, con expresión seria, tomó el rostro del shaman entre sus manos, acariciando suavemente ese apuesto rostro. Estaba bien, sentir su esencia escurrir entre sus piernas era una sensación verdaderamente excitante, deliciosa.
Permanecieron un rato más sin romper la unión de sus ya cansados cuerpos, hasta que el miembro del peliazul comenzó a reducir su tamaño, regresando a su forma normal.
~*~
~*~
~*~
Ahora ambos yacen recostados sobre el futon; el ainu justo detrás de ella, la abraza rodeando su cintura, le encanta estrecharla de esa manera, es como si la reclamase como de su propiedad.
Besa su oreja y le susurra algo de vez en cuando, pero ella se siente intranquila, nerviosa.
* Entonces… ¿te irás mañana?. *
Era claro el reproche en su hermosa voz.
Horo Horo la hizo girarse suavemente para recibirla entre sus brazos sin pretender soltarla por el resto de la noche.
Un beso suave y tranquilo, lleno de ternura, fue su intento por tranquilizar a la joven… y lo logró.
* No, no podría, a menos que… tú así lo quieras. *
Tan lindas y sinceras palabras no lograron que la expresión de Anna cambiase; el suyo era el mismo hermoso rostro reflejando frialdad.
La itako no dijo nada, solo se acurrucó sobre el pecho desnudo de su compañero mientras cerraba los ojos. Eso fue todo, no había nada más que decir.
Comprendiendo su silencio, el shaman de hielo, descansa la cabeza sobre el rubio cabello de su amada.
Horo Horo comienza a hacer planes para su futuro, porque ya no se imagina un futuro sin ella. Sin que Anna Kyouyama lo mande o lo obligue a realizar todo el trabajo de la casa, sin que le grite… sin hacerle el amor.
Anna terminó dormida tranquilamente entre los brazos del shaman, pero él no tiene sueño, le complace contemplar a esa mujer, le produce un sentimiento tan cálido.
Más repentinamente siente una presencia en la casa…
* ¡ No puede ser !… *
Exclama sorprendido, mientras clava los ojos en la puerta de la habitación; allá afuera hay alguien que lo espera.
Por primera vez en la vida no sabe si lo que siente es miedo o enojo, y se pregunta que debe hacer.
Aprieta los dientes con fuerza, pues no importa la razón por la cual el dueño de esta presencia haya venido precisamente ésta noche, no puede ser nada bueno para él. . .
* O, quizás, para Anna. . . *
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Ah, lemon por fin… en mi opinión, este es uno de los pocos escritos en que he realizado una muy buena mezcla de erotismo y romance; ustedes dirán.
Este par tendrá unos cuantos encuentros más adelante, aunque también habrá capítulos que serán más de explicación que de lemon, como el próximo ^^’…
—I love HOROxANNA—.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 25 de Mayo de 2005.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 4 ||
Ella es... _C4_
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Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Para él, ella era la mujer más hermosa, fría, pero fina y frágil al mismo tiempo, misteriosa e inalcanzable, única. Su amor imposible, ella era Anna Kyouyama... ella era su todo.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 4: “Tiempo compartido” ::.
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Tomaban un baño juntos en el jacuzzi y él acariciaba su bello cuerpo por debajo del agua.
Horo Horo no paraba de besarla; creía que después de aquella noche, Anna ya no querría absolutamente nada con él, y sin embargo, aquí estaban ahora, acariciándose mutuamente mientras el agua se mecía en un sutil oleaje que los relajaba y excitaba al mismo tiempo.
Entonces, la rubia dejó de ser pasiva y en un inesperado movimiento, se sentó sobre las caderas del peliazul, quién la miraba embelesado y con satisfacción.
““Me preguntó. . . ¿por qué será tan posesiva?, y. . . si lo ha sido con otros hombres o solo conmigo?.””
Pensaba el muchacho.
Y hubiese seguido divagando un poco más en su relación con la chica, si esta no hubiese comenzado a lamer y morder suavemente su oreja izquierda.
* Estás muy distraído, ¿en qué piensas?. *
Anna le susurró al oído, haciéndolo estremecer con su cálido aliento.
En ese momento, Horo no se pudo controlar, estrechó firmemente a la rubia y acercando su boca, mordió la blanca piel del cuello de su amante. Con pasión, con verdadero frenesí, obligándola a gemir agradada, sorprendida y excitada.
* En ti, solo en ti. *
Le dijo él entre besos; sus grandes y ásperas manos recorriendo la delicada piel de la mujer, hasta aquel par de dibujos que iniciaban al terminar su espalda; apretando las generosas porciones de carne.
Y sus labios, ah, sus labios, que ya habían abandonado su cuello y se posaban ahora en el seno derecho de una Anna que gimió placenteramente al sentir como el muchacho mordía y succionaba de su duro pezón, como pequeño niño amamantando para extraer su alimento, más este era ya un hombre, quien solo alimentaba su deseo, la lujuria.
La rubia arqueó la espalda, echando hacia atrás la cabeza, haciendo más fácil la labor de su compañero, que alternaba entre un pecho y otro, saboreando el sabor de la lechosa piel y disfrutando de los gemidos que Anna le regalaba.
Horokeu se mantuvo entretenido por largo rato, besando y lamiendo, suave y tiernamente con tranquilidad, cada uno de los senos de la rubia y, también, mordiendo y succionando con desesperación, complaciendo a su compañera y por supuesto a si mismo.
Sus manos palpando, recorriendo cada fina curva de tan bello cuerpo, aquel que él tanto amaba. La miró a los ojos, ¡qué bella expresión la de Anna!. . . suplicante y llena de placer.
Una idea le vino a la mente, haciéndolo sonreír con malicia.
Sin mediar palabras, tomó a la chica por las caderas, sentándola al borde del jacuzzi.
* ¿Qué pretendes, hombre?. *
Preguntó ella, con voz cómplice, fingiendo inocencia, mientras se recargaba sobre el húmedo y frío azulejo.
* Tan solo algo que sé que te gustará. *
Un leve escalofrío recorrió la espalda de la Kyouyama al oír las palabras de su compañero.
Sonrió ansiosa y se entregó a los brazos de este hombre.
Horo Horo no tardó en acariciar las rodillas de la chica sentada frente a él, separando luego las sensuales piernas para descubrir la intimidad de la joven.
Y ahí estaba Anna, respirando agitada de solo ver como su amante la observaba con detenimiento; había admiración en sus oscuros ojos, sin mencionar la lujuria y la pasión.
La mujer vio atentamente como el muchacho escondía la cabeza entre sus piernas. Luego, un pequeño choque eléctrico la recorrió entera. El sentir como Horokeu clavaba dulcemente esa traviesa lengua en su intimidad, recorriéndola con paciencia, lamiéndola entera, separando cuidadosamente los pliegues para poder disfrutar más de ella. . era hermoso.
* Ahhh, Ho-Horo Horo. . . *
La rubia hubiese querido alargar aquel gemido, pero esos labios aprisionando su clítoris, casi la hicieron desmayarse. No sabía que Usui fuese tan apasionado.
““¿Será así solo conmigo?.””
Se preguntaba, recordando que le había conocido como tres novias. . . Marion, otra lunática pelirroja cuyo nombre no podía recordar y Tamao, ah, la dulce Tamao, ¿cómo olvidarla?, si la detestaba.
Jamás supo por qué, pero nunca le agradó encontrarse con ella en la casa de los hermanos Usui, lo cual era muy frecuente.
Más ahora comprendía la razón. . . estaba celosa. Porque esa mujer era muy melosa y Horokeu había dejado de mirarla a ella.
““Pero ahora. . .””
Anna sacudió suavemente la cabeza.
¿Para que recordar cosas que habían sucedido varios años atrás?. Horokeu era suyo ahora, todo suyo y solo tenía ojos para ella, la miraba a ella, solo a ella.
Así, el cuerpo de la mujer se relajó, disfrutando la forma en que el muchacho deslizaba su lengua, acariciando con insistencia el botoncito que coronaba la entrada de su sexo.
* Aahh, mmm. . . *
Horo estaba satisfecho de oírla gemir de forma tan sensual, cosa que lo incitaba a continuar. Más pronto, los bocados que daba al sensible sexo de la chica, se volvieron más desesperados.
Horo Horo estaba hambriento de ella y quería disfrutarla al máximo una y otra vez.
Succionó el clítoris de la rubia, sintiendo como esta se retorcía agradecida por ello, pues pequeñas convulsiones de placer la habían recorrido al sentir el orgasmo.
* Horokeu. . . eres perverso. *
Anna casi le gritó, arqueando la espalda y echando la cabeza hacia atrás, posando las manos sobre los azulados cabellos de su amante, intentando retenerlo entre sus piernas, que siguiera prodigándole placer.
Cansada, Anna se dejó caer sobre las tibias aguas de la bañera, siendo recibida entre los fuertes brazos del peliazul, quien la llenó de besos y caricias.
* No sabes... * _Le hablaba entre besos._ * cuánto te amo, Anna. Eres, eres... * _Muchas palabras iban y venían en su mente, pero solo dos pudieron describirla en ese momento..._ * ¡Exquisitamente perfecta!. *
Anna no sabía que tenía este hombre, que la estaba volviendo adicta a él.
Entonces, deslizó sus suaves manos, tocando cada músculo, cada rincón de aquel cuerpo, inmenso en comparación con el de ella.
Posando sus dulces labios en su perfecto torso, mientras sus manos, ansiosas, no perdían tiempo y ya se encontraban rodeando el pene del muchacho, sintiendo su dureza, su fuerza, la caliente piel que parecía vibrar con cada roce de tan bella dama. . . su vitalidad y, por supuesto, sus ansias por entrar en ella.
Más Kyouyama quiso esperar un poco. Quería hacerlo vibrar, que suspirase las cuatro letras de su nombre y lo hizo. . . la ceda de sus manos lo acariciaban con paciencia, disfrutando de la dureza que ella misma había provocado.
Lo seguía palpando, de arriba a abajo y viceversa, descubriendo la punta del pene, cubierta por la delgada piel, mientras ambos compartían pequeños besos.
* A-Anna. . . *
La chica sonrió con malicia al escuchar a su amante gemir entre sus labios; quizás ya lo había torturado suficiente.
Así, subiendo su pierna derecha a la altura de la cadera del muchacho, sujetó firmemente el miembro del peliazul y lo guio con tranquilidad a la entrada de su vagina.
Rodeando el cuello de Horo Horo, liberó por fin aquel pene de la prisión que sus manos ejercían en él.
Horo, al sentir los suaves pliegues del sexo de su amada, deslizó la punta de su virilidad por toda la parte externa de la abertura, con lo que Anna soltó un gemido cargado de placer, directo al oído de su compañero.
* Supongo que ya podemos continuar. *
Dicho esto, el joven sostuvo la cintura de la chica con sus grandes manos, preparándose para entrar en ella.
Empujo suave, tranquilo, pero firme y constante. Cada vez sus embestidas eran más profundas, con cada centímetro que él se adentraba en ella, la rubia gemía más y más, entregada por completo al placer.
El sutil oleaje provocado por sus cuerpos en movimiento, relajaba a los amantes, regalándoles un gozo extra.
* Ahh, Horokeu, jamás te detengas. *
Le dijo Anna.
Algo en esas palabras hizo que el corazón del peliazul latiera con mayor fuerza, mientras compartían cortos besos al tiempo en que sus caderas subían y bajaban en una danza de lujuria y amor.
Para el muchacho, era simplemente el paraíso, su nube personal de la que se negaba a bajar jamás.
Anna entre sus brazos, él dentro de ella. El ritmo era suave, tranquilo, pero profundo y apasionado, siempre manteniendo un beso igualmente tranquilo, tratando de prolongar esto.
No importaba que esto no fuese alocadamente rápido, igual era delicioso el roce con la suave piel interna de la joven mujer, que abrazaba y apretaba su espina. Dios!!. . . era el delirio.
Pronto, roncos gemidos escaparon de labios de Horo Horo; abrió los ojos, encontrándose con la inigualable imagen de la rubia, quien respiraba agitada, su lindo rostro matizado en rojo y sus ojos entrecerrados, completamente indefensa ante los choques eléctricos de placer que la recorrían entera.
* Oh, Horokeu!!. . . *
Alcanzó a decir, abrazándose del muchacho, meciendo sus caderas un poco más, hasta que un cosquilleo terminó en una ruptura de placenteras sensaciones.
La vagina de Anna se contraía, apretando con suave ternura el pene del hombre que la poseía, queriendo no solo retenerlo dentro suyo, sino también hacerlo derramar su esperma, exprimiéndolo.
Horo Horo no pudo más; rodeó la estrecha cintura de Kyouyama, buscando sus labios para besarla con hambre, hambre de ella, de su perfecto cuerpo, de su amor. . . jadeó entre los labios de Anna, sin atreverse a romper el beso, entonces liberó el semen retenido y que era para ella, solo para ella.
Siguieron meciéndose suave y tranquilamente, cómo un pequeño juego para relajarse, tan solo para eso, además de que aun les producía cierto placer.
* ¿Nunca te cansas?. *
Preguntó la rubia, regalando pequeños y dulces besos en todo el rostro de su amante peliazul.
* No contigo, amor. . . no contigo. *
* Ja, ja, ja. . . tonto, enamorado. *
Horo la miraba embelesado; la amaba loca e irremediablemente.
Buscó nuevamente sus pequeños labios, ansioso por perder la razón en ellos. . . más el repentino y persistente sonido del celular, los interrumpió.
Exasperado, el muchacho salió de las cálidas aguas del jacuzzi.
* ¡Maldición!. *
Anna se sonrojó ligeramente, mientras admiraba la perfecta desnudez de ese hombre. Ella simplemente no podía negar que él le hacia sentir. . . tantas cosas.
Y lo miraba fijamente, mientras intercambiaba unas cuantas palabras con. . . sabrá dios quién. . .
* Sí, nos vemos. . . *
Horo Horo terminó por colgar, más sonaba preocupado, resignado.
* ¿Pasa lago?. *
El peliazul solo cruzó la mirada con la de la rubia, terminando por decir un par de palabras, que le dolieron en verdad.
* Debo irme !. *
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Me encanta, sexo y amor ^^’. Aunque creo que no he hablado mucho de los sentimientos de Anna ¬¬’.
Pero fue gracioso hacer una pequeña mención de las novias del peliazul y de como la rubia se sentía celosa, aunque se lo negase a sí misma . . lastima que no profundizare ese tema T-T.
—I love HOROxANNA—.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 03 de Julio de 2006.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 5 ||
Es como volver a empezar _C10_
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Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 10: “Y no es una nueva vida” ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
El peliazul la miraba con cierto enojo; ella no debía estar aquí, podría hacerse daño, lastimarse.
* Anna, deberías estar en la casa, descansando. *
Le dijo el muchacho, sosteniéndola firmemente de los hombros, tratando de hacerle entender.
* ¿Crees que vine a ayudarte a plantar arbolitos?. Pobre idiota !. *
La voz de la rubia sonaba fría e indiferente; ni siquiera su estado actual la ablandaba un poco.
* Toma. * _Anna le entregó un paquete perfectamente envuelto en un pañuelo._ * Se te olvidó esto. *
Horo Horo la miró sorprendido, ella había caminado por más de treinta minutos tan solo para traerle su almuerzo que se le había olvidado en. . . un momento.
* Anna, se me hizo tarde en la mañana y no tuve tiempo de prepararlo. *
* Ya lo sé, baka !, Yo lo hice para ti. *
* ¡Tonta!, te he dicho que te cuides, ¿por qué no me haces caso?. *
La voz del shaman de hielo sonaba dura, aunque con un sutil aire de preocupación.
La sacerdotisa giró sus negros ojos a un costado, ignorándolo completamente y caminó hasta sentarse sobre una roca. No es que no le gustara que el ainu se preocupase por ella. . .
““Es solo que a veces, me sofoca.””
Pensaba la chica, mientras preparaba todo para que el muchacho degustara de su comida.
Más el peliazul seguía ahí de pie, mirándola con desaprobación; ahora sí parecía estar muy disgustado con ella.
* Vamos, ya quita esa cara, no me va a pasar nada con tan solo cocinar un poco de curri. *
Le dijo Anna, mostrando una sutil, pero hermosa, sonrisa que simplemente “desarmó” al shaman.
Horo cerró los ojos y suspiró resignado mientras se sentaba sobre la hierba del campo, al lado de la rubia.
Comenzó a comer en silencio, analizando un poco su actitud hacia Kyouyama; en verdad trataba de no ser tan exagerado y comportarse más tranquilo, pero le era muy difícil. Amaba tanto a esa amargada mujer, y ahora con lo de su embarazo, pues...
* Te ves muy linda. *
La voz dulce de su compañero la hizo sonrojarse.
Horokeu la abrazó delicadamente, al tiempo que la miraba con un amplia sonrisa que pareció contagiarle, pues la itako no pudo evitar sonreírle, aunque más sutilmente.
Anna cerró los ojos y giró el rostro a un costado, evitando el contacto visual con el que desde hace varios meses era su compañero.
* Sí, claro. Dudo que pienses lo mismo cuando tenga más de ocho meses y me vea tan gorda como una pelota de playa. *
* Ja,ja,ja, ¿me crees capaz de burlarme de ti?. No podría, no de la madre de mi hijo. *
Le dijo él, posando una mano sobre el vientre ligeramente abultado de la rubia.
Cinco meses de embarazo y este apenas comenzaba a notarse.
El ainu no pudo evitar recordar aquella vez en que Anna le diese la noticia.
~*~
~*~
~*~
La había visto tejer por lo menos dos semanas antes y él, tan tonto y distraído. . . ahora le causaban risa las palabras que le dijo. . .
* Oye, Anna, esto no ve va a quedar. *
Le decía, sosteniendo un pequeño suéter azul celeste.
Es que, si ya antes le había tejido ropa y sabía su talla, ¿por qué esta vez la hizo tan pequeña?.
* ¡ Si serás idiota !, no es para ti. *
* Entonces, ¿para quién?. *
La pregunta del shaman sonó tan inocente, más obtuvo la fría, fija y penetrante mirada de la itako, entonces, una de sus neuronas pareció trabajar. . .
* Es acaso lo que estoy pensando, Anna?, ¿estás esperando un bebé?. ¿Por qué no me lo habías dicho?. *
Tantas preguntas y la sacerdotisa tan callada y aun dolida con él.
Ese idiota !, por supuesto que ya se lo había dicho, precisamente la semana pasada, pero ese estúpido estaba tan “concentrado” devorando la cena de aquella noche, que no le prestó atención.
Usui se sentía como un patán; sin querer la había lastimado.
Anna miraba a un costado, claramente enfadad y triste por culpa suya, pero quizás también por los cambios que afectaban su estado de animo.
El shaman la miró enternecido; acercándose a la mujer, se arrodilló frente a ella, recargando la cabeza sobre sus piernas, muy cerca del vientre de la chica.
* Hola, bebé. . . * _Decía el ainu, acariciando con suavidad el vientre de su compañera._ * Yo soy tu padre. *
* Oh, Horokeu. *
Anna no pudo evitar sonreír, llena de felicidad y ternura.
El peliazul siempre sabía como hacerle olvidar todo disgusto.
~*~
~*~
~*~
Los labios de la rubia formaron una pequeña sonrisa al recordar esa ocasión.
Y dejó que su mente divagara un poquito más.
Es que nunca creyó que terminaría siendo la pareja del shaman de hielo.
La vida tranquila y sin preocupaciones que siempre quiso, la vivió al lado de Yoh, más todo aquello se vino abajo cuando murió el primer, y a quien siempre creyó el único, hombre de su vida.
““Y luego él. . . Horo Horo me hizo amar otra vez. ¿Quién lo diría?.””
Pensaba Kyouyama, con la mirada pérdida en el campo de plantas del ainu.
Ella había plantado el primer árbol y nada más. El shaman no la dejaba hacer casi nada, pero se sentía feliz de que el peliazul estuviese trabajando duro para ver realizado su sueño de un campo de plantas, el cual por ahora era pequeño, pero después, con el tiempo. . .
““Será un lugar enorme y hermoso.””
Pensó la sacerdotisa, completamente orgullosa del joven, quien le hablaba con voz suave, tratando de acaparar su atención.
* Anna. *
* Mmm. *
* Cuando nuestro hijo nazca. . . casémonos. *
La itako lo miró con sorpresa y emoción.
Hacía mucho tiempo que Horo Horo no mencionaba nada sobre el matrimonio.
* Pero no quiero que después te arrepientas de haberte casado con una mujer amargada. *
Le dijo ella, con voz divertida.
* Eso no pasará. Ven, te llevaré a casa. *
Anna aceptó la mano del peliazul.
Y caminaron tomados de la mano, de regreso a su hogar. Anna recargó la cabeza en el hombro del ainu; una linda sonrisa adornando su bello rostro.
Era muy feliz, estar al lado de Horokeu, enamorada una vez más, era maravilloso.
Y aunque a veces recordaba a Yoh y se preguntaba como serían las cosas si él no hubiese muerto, solo puede pensar que igual sería feliz, aunque quizá de distinta manera, en otro lugar, con otras experiencias.
““Más trato de no pensar mucho en ello, no tiene caso.””
Eran los pensamientos de la rubia, que no se arrepentía del rumbo que había tomado su vida, todo lo contrario. . .
* Te amo. . . arigatou.*
* Eh. Y eso?, ¿a qué se debe?. *
* Por estar conmigo y hacerme vivir este presente. *
La felicidad, el amor. . . la tranquilidad que tanto deseaba, todo había vuelto.
Y no es una nueva vida. . .
Es solo volver a empezar.
Finalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
POR FIN !!.
Mucho amor, mucha ternura, mucha miel, nada de lemon ^^’.
Me gustó este final, donde la itako esta feliz con lo que tiene y no lo cambiaría por nada, ni por el pasado. Y hasta les di un pequeño regalo ^o^.
—I love HOROxANNA—.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 25 de Mayo de 2005.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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Solo con ella hacer el amor
![Solo Con Ella Hacer El Amor](https://64.media.tumblr.com/5ca346063e0ae9f262bd208c694be39e/dddee3934129201e-86/s400x600/343686f6c25c068bc7828856cbd91caf96bf0f30.png)
Anime: Yu-Gi-Oh !
Rating: M
Pareja: Joey & Mai
Sinopsis: Es algo que deseo desde que mis ojos se posaron por primera vez sobre su hermoso rostro... hacer el amor... solo con ella.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
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.
Ella salió de la ducha después de varios minutos, aunque con la misma ropa con la que entró; supuse que saldría envuelta en una toalla que me permitiría ver gran parte de su escultural figura, pero parece ser que a ella no le agradaba la idea.
El que mi padre fuera a estar ausente por todo el fin de semana fue una situación que nos vino como anillo al dedo.
Ahora, yo la miraba profunda y atentamente.
Había sido toda una odisea el lograr estar aquí, en esta habitación, en este momento. Y la encuentro tan diferente; vistiendo unos jeans ajustados y un pequeño top similar al que vistió durante aquel lejano torneo, algo muy parecido a un corsé.
¡¡ Dios !!, el día en que debió lucir más sexy, es el día en que titubeó permitiéndose mostrar su lado serio.
No era que yo no me sintiese atraído, ahora, por ella; irónicamente era todo lo contrario. Tenía la imperante necesidad de estar con ella, aquí... ahora; entre más cerca mejor, y que mejor que sin ropa que nos impida conocernos más.
El que estemos aquí fue mínimamente planeado. Y hasta me siento un poco mal pues estoy perfectamente consciente de que fui yo el que insistió; el que la presionó para esto...
Ella, contrario a lo que cualquier otra persona imaginara, se sorprendió y me evitó cuando inútilmente comencé a proponerle este encuentro. Lo sé !!, estuve a punto de perderla pues ella creía que lo hacia solo para pasar el rato con alguien que aparentaba ser chica fácil...
Pero, cuán difícil fue demostrarle, y que creyera, que mis sentimientos eran y son extremadamente fuertes y sinceros; fue tan complicado. Mai no entendía que lo único que yo deseé era que nos uniéramos más; porque lo que siento por ella inició con una fuerte impresión por su belleza externa y terminó con un incontrolable sentimiento que nace en mi corazón y que clama porque logre hacerla mía... ¡ es amor !.
... Un amor que fue creciendo solo gracias a una coincidencia... ¡ sí !, la coincidencia de volverla a encontrar una tarde tranquila y lluviosa, y después de eso la necesidad. Necesidad de tenerla cerca, de verla y respirar su agradable y enloquecedor aroma.
Esa necesidad que me llevó a robarle, no solo uno, ni dos... fueron y han sido tantos besos que creo haber perdido la cuenta. Aunque todos esos besos fueron bien correspondidos desde el segundo... me costó mucho reunir el valor para atreverme.
Ahora todo lo que arriesgué y esperé, ha valido la pena.
Por ello la abrazo con tanto cuidado que apenas y siento su piel; refugiando mi impaciente rostro en su largo y rubio cabello...
Ya nada me es suficiente. No puedo calmar el fuego interior que me quema obligándome a tenerla, ¡ya!.
Besé sus hombros, su delgado cuello; y de ahí ya nada ni nadie podría evitar que continuase.
Habiendo comenzado a tocar sus senos por encima de la tela de su pequeño top, el mismo que en cuestión de segundos dejó de cubrir sus hermosos y apetecibles pechos, esos pechos que no tarde en besar y morder con deseo, con desesperación, con un incontrolable amor.
Mis labios estaban ya bastante ocupados, más sin embargo los suaves gemidos de mi adorada Mai provocaron que mis manos viajasen por todo su cuerpo, buscando mi placer y excitación, y el deleite de ella misma. Estas manos inexpertas, que se mostraron hábiles y conocedoras de las partes más sensibles de esta mujer.
Sus jeans y sus bragas no tardaron más en ser despojadas, pudiendo así admirar aquella impecable figura de mujer. Todo lo que imaginé, el como seria y el cuanto deseaba mirarla así... No, no, nada de lo que llegue a imaginar puede parecerse al menos un poco a lo que observo ahora... ese cuerpo tan hermoso y delicado; el rubor en su rostro que no me esperaba y la imagen que se tornaba nueva para mi y que me volvió más loco de lo que ya estaba, y si que lo estoy... loco de amor, loco por ella.
Lanzándome de nuevo a sus labios, quise probar la timidez de estos; quería agradecerle esto, este regalo que me hacia solo a mí: un muchacho inexperto, inseguro y ansioso.
El hecho de estar cerca de la cama me facilitó todo; empujándola suavemente hacia atrás, hice que se recostara mientras mi cuerpo se posaba totalmente sobre ella... sin dejar de besarnos. Lo demás fue mero instinto de mi parte.
Introduciendo un par de dedos en su mojada vagina, me sentí satisfecho. ¿Yo la había puesto así?, la había excitado... ¿en verdad lo logré?. No tenia idea del como y en realidad en ese momento no le preste más importancia.
Mis oídos se pusieron alerta; ella me estaba ofreciendo una serie de gemidos tan incitadores que me hacían desearla aun más; incluso mi boca volvió a sus, ahora rígidos, senos.
Me sentí mareado, de pronto era como si todo su cuerpo me invitara a continuar con las caricias y los besos curiosos... de pronto fue como si esa fuera mi única necesidad en el mundo. Una necesidad carnal, terrenal... esta necesidad de amar; amarla a ella y solo a ella.
* Joey?!!. *
Fue su dulce voz la que me llamó; no con ese tono imperativo con el que siempre se dirigía a mi; no era que me mandase como acostumbraba a hacerlo, ¡No!.
Quizás ésta era la primera vez en que me hablaba de forma suave y cariñosa; y es que no recordaba que su voz fuera tan hermosa como ahora la escuchaba. Puede que todo se deba atribuir a las circunstancias que estoy viviendo.
La miré atento; fuera lo que fuera aquello que debía decirme, para mi era importante.
* Joey, yo aun, aun no... *
* Lo sé... lo sé. *
Vaya que lo sabía. Bastó con que me lo dijera solo una vez para que le creyera, y como no creerle?, si lo que caracterizaba mi cariño hacia ella es la confianza que le tengo muy a pesar de todo; a pesar de sus trucos en el duelo de monstruos y de las tantas veces en que me dejó plantado... pero no hoy !!, esta vez era mucho más importante que cualquier otra.
La besé de nuevo, callándola, tranquilizándola; tendría cuidado como si su dolor fuese el mío, algo muy verdadero últimamente.
Ese beso, un tanto corto, fue seguido por las caricias de estas manos que tocaban la tensa piel de sus brazos, sus piernas... ¡Dios, que piernas !.. Apenas y la había visto, apenas y le había conocido la piel desnuda y ya parecía haberme entusiasmado con exageración con todo su cuerpo; fue tonto!!. Sentí como si conociese esa figura con sumo detalle, cuando en verdad sería ahora que la descubriría en su totalidad; todos sus secretos, todo lo que ella trataba de esconderme hoy saldría a la luz para que yo la admirara.
Admirar su desnudes, su suavidad, su miedo y su cariño... su reprimido amor por mi.
¡ Fue demasiado !, yo y mi cuerpo no pudimos soportar las ansias, pero no besé sus labios, su cuello fue inexplorado, sus pechos me incitaron pero fueron ignorados... fui directo, deseoso y decidido: probé la vagina que ya bastante mojada estaba.
Sintiendo la extremadamente suave y cálida piel de aquel área, mi lengua se adentró en lo profundo de ese lugar inexplorado. Así, Mai dejó que de sus lindos labios emergieran sonidos que me indicaban lo bien que desempeñaba mi labor. Escucharla pronunciar mi nombre en variados tonos que iban de lo provocador y sexy a lo agotado y suplicante; todo esto sumado al embriagante aroma que desprendía el sexo femenino me hizo rendir totalmente al placer y al momento.
Sé que fue hasta que su primer orgasmo la obligó, que se atrevió a enredar sus manos en mi rubia melena y a elevar las caderas como queriendo que mi traviesa lengua se adentrara más al fondo de su cuerpo.
Me detuve, porque su cuerpo estaba ya bastante agitado al igual que mis emociones.
Sintiendo la necesidad de probar una vez más sus labios, así lo hice recibiendo una respuesta un tanto agitada. Mai me correspondió con tanto furor, con tal entrega que cada vez en que trataba de alejarme un poco y tomar aire, ella volvía a atraparme entre la piel de sus brazos y a aprisionarme con un beso lo suficientemente erótico como para recuperar el entusiasmo que tenía antes.
De rodillas sobre la cama, comencé a despojarme de la ropa que aun a mi cuerpo envolvía para al final mostrarme tal cual era frente a ella. La chica me miró plenamente sonrojada. Me era divertido; verla así no era común.
Sus ojos tomaron otra dirección enfocándose a la nada de una de esas cuatro paredes.
* ¿Y ahora qué, Joey?. *
* Esto... *
Su pregunta había sido muy bien respondida con mi acción, un acción que ella observó tan solo para sonrojarse todavía más. Ante ella, me encontraba con el pene a toda su extensión dispuesto a lo que venía, más intentaba cubrirlo con un látex fluorescente.
Mai no quitó la mirada de esa escena y aunque avergonzada también la encontré ansiosa. ¡ Sus ansias no esperarían más!!.
Al terminar de cubrir mi miembro deforma correcta con el condón, habiéndolo practicado varias veces; la miré por apenas unos segundos, luego la besé fugazmente.
Abrazándola mientras dejaba a mi cabeza descansar sobre la de ella, guie este miembro masculino hasta la entrada de mi placer... nuestro placer.
Con movimientos lentos y un tanto inexpertos, fueron más bien el instinto y el deseo los que me ayudaron a no hacerlo del todo mal; supongo que fue así ya que las palabras de Mai se resumieron en: “Continua” y “te amo”... o sencillamente en gritar mi nombre a secas: “Joey”.
Sentirme en su interior, profanador de un lugar en el que muchos deseaban estar y yo eso lo sabia a la perfección. No me eran indiferentes los ojos de otros hombres que la miraban descaradamente aun en mi presencia y con ella abrazada a mi... pero pensar en ello no tenía sentido alguno y mucho menos ahora. Este momento era solo mío, de ella... nuestro.
El mundo entero se volvió ajeno en el instante mismo en que cerramos la puerta para quedarnos felizmente a solas.
De pronto, todos los pensamientos se esfumaron de mi mente, lo cual era bastante normal en mi, solo que esta vez sí poseía una sola idea en la cabeza: penetrarla, penetrarla cada vez más fuerte y profundo.
El deslizarme por entre sus piernas fue un trabajo fácil; aunque su vagina parecía algo estrecha, la desesperación era tan grande que a duras penas me contuve de adentrarme con fuerza. Apreté los dientes un tanto ansioso, me tomó un poco de tiempo excitarla y en cambio ella había logrado ese mismo efecto en mi con una sola caricia.
La expresión frustrada en mi rostro no hizo buen juego con el semblante cansado y adolorido de mi amante lo que me obligó a decir algo que verdaderamente me parecía correcto, pero que no deseaba hacer...
* Si así lo quieres, podemos dejar esto hasta aquí. Ya terminaremos otro día. *
Sus ojos se mostraron suplicantes ante aquellas tontas palabras; con solo verla entendí tantas cosas que quizá con palabras no hubiese comprendido. Tanta espera, tanto dolor... ¿para qué?; ¿para dejarla así?: ¡ NO !.
Eso es lo que Mai me dio a entender o lo que yo quería saber; sin embargo había algo que no había dicho ni con palabras, ni con nada: todo esto lo hacía y lo toleraba por mi, no era que no lo disfrutara y deseara pero le insistí tanto, que creo que en parte aceptó para que la dejara en paz... que tonto.
No la seguí atormentando, con rapidez introduje aun más a mi miembro, rompiendo la membrana que la protegía. Su dolor la llevó a abrazarse a mi y enterrar casi todas sus uñas en mis hombros y espalda, más de sorpresa que de dolor, lo sé pues sus labios y gemidos me lo hicieron sentir.
Solo un par de segundos permanecí quieto y luego, parecía animal en celo, no sé si los humanos tengan periodos de celo, pero si existiera uno se resumiría en esto, en el simple acto sexual.
¡ Lo mío no !, es algo más allá; son ansias, felicidad de tenerla unida a mi como nadie lo ha estado... es la primera vez que estoy con alguien y es más de lo que llegue a imaginar.
Sujetándola por la cintura le propuse colocarse de espaldas a mi para penetrarla en esa posición; ella, gustosa, acepto al prácticamente sentarse sobre mi miembro. De esta forma ambos volvimos al placer que el deslizamiento entre nuestros sexos provocaba.
Mis manos ya no sabían de donde sujetarse y por ello viajaron explorando la figura femenina en más de un par de ocasiones, acomodándose finalmente sobre cada uno de los pechos de mi amante mientras mis labios se dedicaban a besar tanto su cuello como su espalda.
Llevando sus suaves manos hacia atrás, Mai acarició tranquilamente mi cabello; la note con los ojos totalmente cerrados al tiempo en que gemía sin control.
Así, mis manos soltaron sus senos para sujetar sus largas piernas con el propósito de subirla y bajarla, penetrándola rítmicamente a mi gusto, a mi antojo.
Sus gemidos se incrementaron conforme el pene ingresaba a su cuerpo; el dolor que minutos atrás experimentara había sido vencido por el placer desde hacia ya un buen rato.
Escucharla decir mi nombre se volvió normal y melodioso. Sin detenerme un solo instante, gire la mirada hacia un espejo un tanto grande, observando con satisfacción la escena: Mai rendida de placer pareciendo no soportar más pero haciéndolo a fin de cuentas; con su largo y hermoso cabello rubio sobre sus pechos intentando inútilmente cubrir a estos que saltaban de arriba a abajo al compás de mis desquiciadas embestidas... todo era increíble.
La excitación estaba llegando al límite, llevándome a elevar la velocidad de entrada del pene; luego, fue cuestión de segundos el que escuchara los cansados gritos de Mai consecuencia de un prolongado orgasmo. Yo no tardé en reaccionar de forma similar con gemidos que sonaban un poco más roncos.
~*~
~*~
~*~
Apenas habían transcurrido un par de minutos desde que sentimos la cima del placer y ya me sentía una persona totalmente distinta.
Ahora totalmente cansado y con la excitación ya inexistente, me relajé para por fin abandonar el cuerpo de mi linda amante... desde ese instante me sentí distinto, era felicidad lo que acogía mi corazón; los latidos se intensificaron y me sentí sofocado creyendo que este saldría disparado de mi pecho.
Abrace a Mai haciéndola recostar la cabeza sobre mi hombro derecho; ella estaba prácticamente dormida, con una sábana ultra delgada que apenas y le cubría las piernas... así era mejor.
Busqué sus labios carmesí saboreándolos por apenas unos segundos; ella gimió adormecida y cansada...
* Está bien !. * _Pensé._ * Ya podré disfrutarlo en otra ocasión. *
Ésta era la primera vez, más que sexo... para mi, para ella, para ambos fue hacer el amor y aunque por ahora ya todo había terminado, aun quedaban pruebas de nuestra travesura de amor: los cuerpos bañados en sudor, las sábanas mojadas. Pero aun me aferraba a su cuerpo.
¿Soltarla?: ¡ eso jamás !...
Quiero tenerla siempre cerca de mi, no desde hoy, no por su cuerpo, este deseo lo llevo conmigo desde el instante en que mis ojos se posaron sobre su hermoso rostro.
Ahora sé, que la mujer con la que quiero compartir mi vida, mi cuerpo, todo... con la única que deseo hacer el amor es con ella... con mi Mai Valentine.
Finalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
El primer lemon de Yu-Gi-Oh ! que realizo.
Lo confieso: ADORO a esta pareja.
Joey es tan lindo, guapo, tierno, y que sé yo... y bueno, Mai es muy hermosa, y ha doblegado su carácter para mostrarse más cariñosa, solo con Joey. La verdad es la mejor pareja para él.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 04 de Abril de 2003.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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Es como volver a empezar _C6_
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Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 6: “Todo por ella” ::.
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* ¡¡ NO !!, es una estupidez, me opongo a ello. *
Ninguno de ellos parecía estar muy de acuerdo que digamos, pero de todos, Manta era el menos “contento” con la reciente noticia.
Después de un considerable lapso de tiempo, se hallaban todos reunidos allí, en la pensión EN, solo que esta vez el motivo de la reunión fue una verdadera sorpresa para cada uno de los shamanes.
* Ni Anna, ni yo te estamos pidiendo permiso. . . vamos a casarnos y ya. *
Horo Horo parecía irritado, nunca pensó que sus amigos fuesen a oponerse a algo que le hacía feliz.
Manta decía que era demasiado pronto para que la itako reemplazara a Yoh, y peor aun, con uno de sus amigos. Lo estaban traicionando.
*Escucha, nosotros no provocamos esto, solo... solo pasó y ya.*
Casi gritó el ainu, completamente furioso por la actitud del pequeño.
Anna, por su parte, permanecía en silencio, observando como se desarrollaba una tremenda discusión entre su nuevo compañero y el que fuera el mejor amigo de Yoh.
En realidad no podía culpar al Oyamada por su reacción, ella misma, al principio, no podía evitar sentirse como una esposa infiel al recuerdo de su esposo, pero ahora. . .
Solo veía como los amigos de Yoh le negaban su apoyo. . . y se decepcionó. Claro, él era el importante, Yoh era el amigo al que todos querían, y ahora que ella podía recuperar su vida, ellos simplemente les daban la espalda tanto a ella como a Horo Horo.
Cuando el peliazul le pidió matrimonio, la sacerdotisa solo atinó a sonrojarse y abrazarlo con fuerza, uniendo sus labios a los de él, esa fue su afirmativa.
Emocionado, el joven de Hokkaido planeó una reunión para todos sus amigos; el motivo: anunciarles su futuro matrimonio con la bellísima Anna Kyouyama. . . nunca esperó que el grupo reaccionase así.
Como el ainu les echó en cara, ellos no les estaban pidiendo permiso, después de todo, era un hecho que se casarían, pero. . .
* Yo amo a Anna, estoy enamorado de ella y ella de mi, y eso es lo único que importa. *
Lo último fue un grito por parte del shaman de hielo, quien se incorporó para que todos comprobaran que hablaba en serio y no le discutieran más.
* Así que eso era. *
De pronto, una dulce voz femenina se dejó escuchar, llamando la atención de todos los reunidos.
Pilika recién llegaba de Hokkaido después de que su hermano le enviase una carta en la que solo le explicaba que necesitaba que fuera a Funbari y nada más.
* Hermano, si me hubieses explicado, lo habría entendido. * _Dijo la peliazul, tomando lugar junto a la rubia itako, regalándole una gran sonrisa de alegría._ * Me encantas para cuñada, Anna, eres la única mujer que puede someter al holgazán de mi hermano. *
La sacerdotisa se sonrojó, desviando la mirada, tratando de ignorar ese comentario, mientras Horo adivinaba cual sería su suerte si Anna y Pilika se ponían de acuerdo para planear sus entrenamientos.
““Será un infierno tras otros, todos los días.”” _Pensó._ ““Pero si Anna está conmigo, lo disfrutaré mucho.””
* No, no, no. . . ustedes no lo entienden, Anna fue la esposa de Yoh, ¿por qué no te fijaste en otra mujer?. *
* Porque los hombres no podemos elegir, Manta, el amor... el amor solo llega y ya. *
Los demás guardaban silencio.
No importaba que le dijeran al ainu, él estaba más que convencido.
Lo notaban ligeramente cambiado, un poco más maduro y decidido. . . ¿Sería acaso el amor que tanto decía sentir por la itako, lo que había logrado ese cambio?.
* No puedo creerlo, francamente todos ustedes me decepcionan. * _Dijo el peliazul, mirando a cada uno de sus amigos, quienes bajaron la cabeza, pensando si su actitud era la correcta o no._ * Y tu, Manta, solo dices Yoh, Yoh; para que lo sepas, él estuvo aquí, vino a pedirme que cuide de ella y eso haré. *
* Que Yoh, qué?, no, no puede ser. *
* ¡ Qué irónico !, ¿no crees?, ustedes me están llamando traidor, cuando el único “afectado”, me ha dado su confianza. *
* Pe-pero. . . *
De pronto alguien más decidió unirse a la discusión, más esta vez, a favor del peliazul.
Len, que había permanecido en silencio, atento a las razones del shaman de hielo, se puso de pie, captando la atención de todos. Posó la mano sobre el hombro de su amigo, apoyándolo.
Horo sonrió agradecido.
* Pues si ambos se quieren e Yoh está de acuerdo con esto, yo solo puedo desearles lo mejor. *
* Len. *
* E-escucha, Horo, Anna no te conviene, ya sabes como es, recapacita, por favor. *
Era claro que Manta ya no sabía que más decir para que el ainu desistiera en esa loca idea que se le metió en la cabeza; casarse con Anna. . . estaba loco.
* Mejor déjalo así, Manta. * _Habló Pilika, antes de beber un poco de su te, acaparando la atención de todos los demás._ * Mi hermano dejó todo por Anna, su sueño, su familia, todo ha pasado a segundo plano, Anna es su prioridad y sé que no desistirá en sus planes de casarse con ella. *
Manta bajó la cabeza al escuchar a la joven ainu.
Si Horo Horo había hecho todo eso por Anna, entonces debía quererla demasiado.
Pero Anna. . .
Estaba sorprendida por las palabras de Pilika, que le abrieron los ojos a algo que había ignorado, tal vez sin querer.
““Entonces, por mi. . . él dejó todo. Y yo, todo este tiempo he pensado solo en mi. . . que egoísta soy.””
Sin decir una sola palabra, la rubia abandonó la estancia, dirigiéndose al jardín, sentándose sobre el pasillo de madera.
* Quizá Manta tenga razón, Horo Horo no debe estar conmigo, no sería justo. *
La joven suspiró profundamente, había tomado una decisión y esta era definitiva.
* No puedo permitir que renuncie a todo por mi. . . será lo mejor para él. *
Sin finalizar.
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Un capítulo muy cortito, y que, según yo, refleja muy poco de lo que quería.
Deseaba que la discusión fuese más fuerte y profunda, que los demás shamanes participaran, y a fin de cuentas, él único que lo hizo fue Manta, bueno, es que él es el más dramático de todos, por otro lado, creo que cuando escribí este capítulo no estaba inspirada del todo.
Pero descuiden, que el capítulo que se viene es LEMON, aunque con un poquito de sufrimiento.
—I love HOROxANNA—.
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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 25 de Mayo de 2005.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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|| Capítulo 7 ||