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Ella Es... _C3_

Ella es... _C3_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Para él, ella era la mujer más hermosa, fría, pero fina y frágil al mismo tiempo, misteriosa e inalcanzable, única. Su amor imposible, ella era Anna Kyouyama... ella era su todo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 3: “De sueños y mentiras vivirá” ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

¿Sus ropas?, ¡ja!, olvidadas en el piso.

¿Las sábanas?: algunas cayeron de la cama y algunas otras los abrazaban con suavidad, pegadas a sus húmedos cuerpos.

 El peliazul respiraba agitado; apenas y podía creerlo, la mujer más hermosa de todas, su amor imposible, yacía desnuda entre sus ansiosos brazos.

La besaba con locura, incapaz de apartar la mirada de tan bella figura de mujer.

  * Esto es algo que deseé por mucho tiempo. *

 Le confesó entre besos, logrando que Anna se sonrojara.

Era cierto, Horo Horo ansiaba poseerla desde el instante en que la vio por vez primera. No es que solo pensara en sexo, es solo que. . .

  * Me enamoré de ti. *

 Susurró, provocándole un escalofrío a la rubia mujer.

Entonces, con tan inusual confesión, Anna divagó un momento en sus recuerdos. . .

Conocía a Horo Horo desde hacía ya varios años y nunca lo había visto de este modo.

  ““Jamás me imaginé en la cama. . . con él.””

 Pensaba.

No es que el chico no le pareciera atractivo, era solo que su forma de ser no compaginaba en nada con la propia.

  Kyouyama seguía inmersa en sus recuerdos, cuando un par de traviesos dedos se alojaron en su intimidad, sacándola inesperadamente de pensamientos que ya no tenían importancia.

Jadeó agradada con el entrar y salir de los dedos del muchacho, quien en cada movimiento, parecía tomar más libertad, introduciéndose cada vez un poco más, realizando movimientos circulares que arrancaban sonoros gemidos a la rubia.

  * Creo que sí te gusta. *

* Ja,ja, en serio??, no me digas. *

 Usui sonrió con picardía al tiempo en que clavaba su mirada en los profundos ojos negros de Anna.

La noche era atrevida y ellos también.

 El muchacho besaba y mordía a placer la blanca piel de su nueva amante, dejando las marcas de sus desesperados labios, como si quisiera dejar huella en el cuerpo de la mujer, marcándola como suya. La deseaba desde hace tanto y pretendía que todo aquel deseo contenido se desbordase en esta ocasión.

  * Lo siento, pero tengo que desahogar esta pasión. *

 Le dijo él e inmediatamente después la hizo recostarse sobre la cama.

Le separó las piernas, guiando sus labios a la intimidad femenina, deleitándose con el sabor a mujer que inmediatamente pudo degustar.

Anna arqueó la espalda retorciéndose de placer, apretando con fuerza las sábanas blancas.

 ¡Kami!, este hombre si que estaba ansioso.

Introducía la lengua lo más que podía, logrando que Anna clamara por él mientras respiraba cada vez más agitada.

 Desesperado, el peliazul mordió suavemente el pequeño botoncito que coronaba la intimidad de la joven, para luego succionar con fuerza. Ella reprimía casi inútilmente los gritos cargados de placer mientras se retorcía ante el tremendo gozo que inundó su cuerpo.

Un prolongado orgasmo la hizo arquearse, permitiendo que la lengua del muchacho se hundiera un poco más en ella.

  * Deliciosa !!. *

 Susurró.

Horo Horo abandonó el sexo de la chica para luego marcar un camino de besos por todo su hermoso cuerpo. Besó su cintura, su vientre. . . sus senos.

Tanta tentación. . . ¡no resistió!. Atrapó su pecho izquierdo, mordisqueando el sonrosado y duro pezón.

  * Ho-Horo, ya. . . no me tortures. *

 Anna jadeaba; su rostro envuelto en tenue rojo.

  ““¡Qué bella es!.””

  Pensó el peliazul, quien la abrazó con fuerza, llenándola de besos.

 La rubia tenía razón, mucha razón. La estaba torturando; quería hacerla sufrir, que sintiera toda la frustración, toda la reprimida pasión que él sufrió por años, las ansias, el maldito deseo que no lo dejaba dormir. . . el amor no correspondido.

Pero al mismo tiempo, se estaba torturando a sí mismo, pues Usui se moría por hacerla suya y sentirla vibrar bajo su cuerpo.

  * ¡Tienes unos senos preciosos!. *

 Tras pronunciar aquellas palabras, una sonrisa adornó el rostro del joven.

  * Idiota... ¡solo hazlo!. *

 El peliazul la abrazó con fuerza y se acomodó entre las piernas de Kyouyama, quien lo recibió ansiosa.

Cómo si de un ensayo se tratase, Horo Horo deslizó suave y morbosamente la punta de su ya duro pene por la entrada de la vagina de la chica.

  * Horo, ya. . . *    _Se quejó ella._    * Deja de jugar y toma esto con más entusiasmo. *

  Las palabras de su amante le sonaron a suplica.

Sonrió con malicia.

  * ¿Quieres entusiasmo?. . . es lo que me sobra. *

 Dicho esto, el joven de cabellos azules comenzó a hacer presión, empujando sus caderas mientras admiraba como su hombría se iba perdiendo dentro del sexo de la mujer.

 * A-Anna. . . eres tan ardiente y sexy. *

 Horo Horo comenzó a besarla con desesperación. Estaba como loco; este era un sueño haciéndose realidad.

La mitad de su miembro yacía en el interior de la cavidad femenina, entonces, Horo empujó con fuerza, llenando completamente la vagina de la rubia.

 Y ahí estaba él, clavado hasta el fondo, dentro de la mujer que le robó el corazón; la inalcanzable, Anna Kyouyama.

Y quedó hipnotizado con el bello rostro de su amante; sus mejillas sonrojadas, su linda boquita entreabierta y algunos cabellos rubios que se adherían a su cara, mientras sus pechos subían y bajaban por la acelerada respiración.

  * ¡Qué bella!, insoportablemente hermosa. . . perfecta !!. *

 Su corazón latió emocionado; deseaba permanecer así, dentro de ella, por siempre.

En tanto ella. . . Anna se sentía invadida y le gustaba, se moría de placer mientras el muchacho mordía con lujuria la piel de su cuello y apretaba desesperado sus rígidos pechos.

 Lo sentía entrar y salir cada vez más fuerte, cada vez más rápido, haciéndola jadear y hasta llorar de placer.

Horokeu parecía no cansarse y se entregaba totalmente, sorprendiéndola.

  ““Nunca había sido tan intenso.””

 Pensó la rubia al tiempo en que encajaba sus filosas uñas en la espalda de su amante.

Estaban extasiados, completamente perdidos al deleite de unir sus cuerpos, que perdieron la noción del tiempo.

  * Ahh, Horo Horo, no pares, más rápido, más!!. . . *

 Anna le ronroneó al odio, haciendo que el peliazul clavase su pene con más fuerza aun.

Estaba como loco, no podía parar y solo era capaz de pensar en la bella mujer con la que estaba haciendo el amor. Y ella, que nunca le dio mucha importancia al sexo, ahora se derretía de gozo entre los fuertes brazos del muchacho, enamorada de su duro miembro que se deslizaba deliciosamente dentro de su vagina.

Anna se aferraba al musculoso cuerpo de su compañero, gimiendo cerca de su oído.

 La ficción entre sus sexos pronto fue insoportable; un cosquilleo nació en la intimidad de la rubia, quien pronto fue invadida por un ansiado orgasmo.

La satisfacción se desbordaba en ligeros espasmos que la hicieron temblar, otro orgasmo tomaba su cuerpo; su vagina se contraía con fuerza, una y otra vez, apretando, reteniendo el pene del hombre que la poseía.

 Anna respiraba agitada, completamente cansada, mientras admiraba la fortaleza de su amante que no dejaba de enterrar su espina en la cansada flor de ella. Después de unos segundos, las vibraciones en el sexo de la rubia cumplieron su tarea.

Horo Horo apretó los dientes poco antes de lanzar un prolongado y ronco gemido, penetró una vez más a la mujer luego su pene se hinchó y derramó su esencia en el interior de la chica.

Se creían en el cielo, en medio de tan intenso éxtasis.

 Exhausto al entregarse por completo, se colapsó sobre la sensual figura de  Kyouyama, que lo recibió en un suave abrazo, mientras ambos disfrutaban de la sensación de mantenerse unidos.

Se besaban como si quisieran comerse.

  * Si esto es un sueño, no me despiertes. . . si es una mentira, no me dejes de engañar. *

 Le susurró el muchacho, abrazándola con fuerza.

Le confesó, que había quedado prendado a ella desde el día en que la vio por primera vez. Tan fina, tan hermosa y con ese carácter suyo, su frialdad. No supo cómo. . . se enamoró.

No hubo noche que con ella no soñara o segundo en que la deseara.

  * Para mi, esto siempre fue un simple sueño. *

 Le dijo, ya fuera de su cuerpo, con la mirada pérdida en algún lugar de la habitación mientras descansaba sobre los cálidos y suaves pechos de la rubia.

Anna acariciaba sus azulados cabellos, escuchándolo con atención.

  * Y cuándo supe de tu relación con Yoh. . . creí que había renunciado a ti, pero ahora. . . *

  Horokeu la miró, como esperando que la mujer dijese algo, más solo se encontró con los profundos y fríos ojos negros, ese mar negro en el que tantas veces quiso ahogarse.

Sentía que no la merecía, que no era para él y que él mismo no era para ella. . . que estupideces nos hace pensar el amor.

  * Baka!. *

 Anna lo besó con suavidad, acariciando su apuesto rostro. Él, confundido, aceptó aquella caricia como si fuese la última.

Rompieron el beso y con esto, Horo sentía que su corazón se rompía también.

Más ella seguía acariciando una de sus mejillas y mirándolo con fijeza, fue hasta entonces que el peliazul notó el intenso y hermoso brillo en los negros ojos de la rubia.

  * No soy un sueño, ni una mentira. . . soy real y estoy contigo. . . hice el amor contigo, Horo no baka. *

Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Cómo que estuvo muy simple, ¿no?. Bueno, yo así lo sentí.

Les digo que este fic no tiene una trama en sí, de hecho, escribí lo primero que se me vino a la mente, sin importar si la historia tenía un hilo que seguir o no ^//^.

En cuanto a la pareja, quería que cuando lo hicieran fuera fuerte, morboso, lleno de lujuria. . . pero creo que la inspiración no me dio para tanto T-T.

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 03 de Julio de 2006.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

    || Capítulo 4 ||

  • dinnu204
    dinnu204 liked this · 2 years ago

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4 years ago

Es como volver a empezar _C7_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 7: “Matándolo suavemente con sus palabras” ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Desnuda, disfrutando de las aguas termales, Anna yacía recargada sobre una de las rocas de la orilla; su cuerpo cubierto por el cálido líquido, dejando solo al descubierto la pálida piel de su espalda.

 Pensaba, pensaba mucho en lo que a su relación con el shaman de hielo se refería.

¿Qué hacer?, se hallaba muy confundida, en verdad había sido tan egoísta y ni siquiera se dio cuenta.

  * Es que así es el amor, egoísta. *

  La rubia itako decía para sí en apenas un susurro.

Y es que después de pensarlo tanto, aquellas palabras tenían mucha lógica. A veces somos tan felices, que solo se es capaz de ver lo que los ojos y el corazón quieren ver: felicidad. Tan es así, que al ser felices a plenitud, llegamos a pensar que a quien se ama es feliz de igual manera, más no siempre es así.

  * Ah, y ahora, ¿qué voy a hacer?. *

 Anna cerró los ojos mientras un sutil tono rosa teñía sus mejillas debido al calor del lugar.

Sumida en sus pensamientos, cuenta no se dio de que alguien más compartía con ella el calor de las aguas desde hacía varios minutos.

 A escasos metros, Horo Horo contemplaba, excitado, la bella figura femenina que ante él se mostraba.

¡ POR KAMI !, se sorprendía de no haberla tomado desde el momento en que se sumergió en las termas. Sonrió travieso. . .

  * Eso tiene solución. *

 Apenas susurró tan corta frase, se acercó tranquilo a la joven que aun ajena a su presencia, abrazaba una roca. Y él se sintió estúpido, sentía celos, Anna solo descansaba, solo eso.

 El ainu se posó suavemente detrás de ella, pegando totalmente sus cuerpos; sus manos deslizándose delicadamente por los contornos curvilíneos de la rubia itako, hasta entrelazarse con las propias manos de su amante.

Horo suspiró profundamente mientras recargaba la cabeza sobre los cabellos dorados de Anna, aspirando aquel agradable aroma a violetas; cerró los ojos, dejándose llevar por las sensaciones que la sacerdotisa provocaba en él.

  * Te amo. *

 Le dijo el shaman, haciéndola temblar casi imperceptiblemente.

Pronto, los cálidos labios del peliazul iniciaron un recorrido de pasión, estacionados por largos momentos en la suave piel del cuello de Kyouyama, mordiendo, succionando, marcándola como su territorio.

Anna suspiraba y respiraba con agitación tratando de resistirse, si continuaba este romance, el muchacho renunciaría a sus sueños. . . y eso no sería justo.

 Más los morosos besos del ainu, sin mencionar las ansiosas manos de este que se deslizaron, intrusas, en su intimidad, la hicieron ceder completamente.

  * Ah, espera. *

 Sonrojada, con entrecerrados ojos, Anna solo se limitaba a sentir como el shaman de hielo exploraba su sexo. Y dándole aun la espalda, la mujer separó un poco las piernas, permitiéndole al joven introducir en ella sus traviesos dedos a su entero gusto.

  * Te deseo tanto. *

 La rubia jadeaba; podía sentir el cálido aliento de Horo Horo, sobre su cuello o susurrándole suaves palabras al oído, que la hacían estremecer.

Más aun, la entrecortada respiración del muchacho la volvía loca, no podía pensar en otra cosa que no fuera hacer el amor con él.

  * Ah, Horokeu. *

  Ella gimió profundamente.

El ainu deslizaba un par de sus dedos, acariciando insistentemente su clítoris; hundiendo ocasionalmente el dedo medio en la intimidad de la joven.

Lo excitaba tanto como la rubia se dejaba hacer, la forma en que gemía y la manera en que levantaba las caderas buscando que el contacto fuese mayor.

  * Te gusta, lo sé. *

 Palabras que formaron susurros.

Horo Horo estaba ansioso, sus manos recorrían sin control la delgada figura femenina hasta detenerse cada una sobre los bien formados pechos de Anna. . . la parte que más le gustaba de aquella perfecta anatomía.

El shaman estrujaba con ligera fuerza aquel par de senos, arrancando gemidos de los labios de la itako, quien agradada, sentía como su amante jugaba entretenido con sus suaves esferas de mujer.

  Después de un rato, el shaman de hielo se detuvo; con un suave movimiento giró a la joven para quedar frente a frente. . . y se aferró a ella con labios y dientes, sorprendiéndola y haciéndola gritar de placer.

Horo estrechaba con fuerza la diminuta cintura de su mujer, mientras se deleitaba con sus preciosos senos, probándolos desquiciadamente, besándolos, succionándolos, hasta mordiendo ligeramente los duros pezones que coronaban el mayor atractivo de la chica.

Por su parte, Anna se mordía el labio inferior tratando de no gritar, el gozo era tanto que creía que no lo iba a soportar.

  Recargada aun sobre la roca, la sacerdotisa miraba embelesada la luna, al tiempo que su amante seguía incansable en su trabajo de amarla.

Finalmente, el Usui atrapó los labios de Anna con los propios, desesperado, queriendo comerla a besos.

 * Anna, no puedo más. *

 Le dijo él, aferrándose con fuerza a su cintura, mordiendo suavemente la oreja izquierda de la joven.

  * Yo igual. . . quiero más. *

 El shaman de hielo no pudo más que sonreír; no esperó más!, alzó ligeramente a la chica, tomándola por las caderas y haciéndola bajar casi inmediatamente, guiando su erecto pene hacia la intimidad de la itako.

Pero se detuvo sin entrar en ella; comenzó a deslizar la punta de su miembro sobre los labios vaginales de la mujer.

  * Oh, Horo, perverso. *

* No finjas, adoras esto. *

 Ese descarado tenía razón. A ella le encantaba que acariciase de aquella forma su intimidad; sentir la caliente punta de la masculinidad del muchacho, la desesperaba, se llenaba de ansias y no podía esperar a ser penetrada, sin mencionar la excitante y morbosa sensación que esto le producía.

 Y siguieron así por un rato más, disfrutando del contacto superficial entre sus sexos, mientras clavaban sus miradas el uno en el otro.

  * ¿Qué dices?. . . continuamos?. *

* Idiota !. *

  Horo Horo sonrió.

““Casi como la hacía Yoh.””

Pensaba la itako.

Sí, él es tan alegre como lo fue Yoh, y esa sonrisa suya a veces le recordaba al Shaman King, más la sonrisa del ainu era más picara, más traviesa. . . y así le gusta a Anna, lo adora.

Así que ella también sonrió, lo hizo de una forma casi perversa.

 La rubia se aferró al cuello de su amante con sus brazos, mientras le rodeaba hasta cruzar las piernas por la espalda del joven. . . bajando suavemente las caderas, ella sola hizo que el duro pene de Horokeu entrase en ella con lentitud.

Ambos suspiraron profunda y tranquilamente al principio, más fuerte y entrecortados conforme se deslizaba la hombría del peliazul en la intimidad de la sacerdotisa.

  Con un suave subir y bajar de sus caderas, Anna volvió loco de placer a su compañero, sumado a esto estaban las sensaciones que el agua provocaba en combinación con el roce de sus cuerpos, era delicioso, inigualable.

  El agua, la noche, las estrellas. . . todo en combinación formaron la situación más erótica que ambos jóvenes habían compartido hasta ahora.

Y así, con el agua caliente cubriendo la mitad de sus cuerpos, hacían el amor; él mordisqueando con suavidad los botones rosados que adornaban los perfectos senos.

 Pronto el calor de los amantes, sumado al de las termas, se tornó insoportable y el placer era tanto que el subir y bajar de sus caderas se volvió fuerte, rápido, desesperado, casi brusco, provocando que los gemidos de Anna se tornaran sonoros y prolongados. . .

  ““Una dulce melodía.””

Pensaba el peliazul sin poder ya apartar la mirada de la belleza desnuda que entre sus brazos, se entregaba a él.

Tan bella, tan intensa. . . tan Anna.

  * Te amo. *

  Horo Horo habló sin pensar.

Jadeante, entrecortado. Que increíble que semejantes palabras salieran de su boca en medio de tanta excitación.

Anna lo besó con desesperación, acariciando una de las mejillas del peliazul.

 Él seguía penetrándola, disfrutando de la deliciosa sensación que experimentaba con cada embestida.

La intimidad de Anna abrazaba y oprimía su miembro, como deseosa de retenerlo ahí, dentro de ella. . . y así era.

El roce, la constante fricción entre sus sexos, todo aquello logró que la excitación aumentara. Y pronto, Horo Horo forzó su hombría con mayor fuerza dentro de la vagina de la itako. El placer los obligó a romper el beso que hasta ahora habían mantenido.

 Y Anna rodeó el cuello del shaman, soltando gemidos que llegaban a oídos de su joven amante.

No podía más, el gozo recorría todo su cuerpo y una deliciosa sensación comenzaba a formarse en su vientre.

  * Oh, Ho-Horo Horo. . . *

  Sus cuerpos danzaban con un vaivén de sincronía, mientras Anna jadeaba intranquila; y ya no pudo más, su cuerpo tembló entre espasmos de placer, arqueando la espalda y lanzando un sonoro gemido que entonaba el nombre del ainu, recibió satisfecha el orgasmo que recorrió su cuerpo, agotándola por completo y provocando que las paredes de su vagina se contrajeran y abrazaran fuertemente la virilidad del shaman del norte, quien no pudo contener el semen que su miembro expulsó por tanta excitación y placer, desbordándose en la intimidad de la rubia.

  Ambos jóvenes respiraban agitados, aun moviéndose suavemente. Horo Horo aun con su hombría enterrada dentro de la mujer.

Compartían cortos besos y los susurros que formaban palabras y promesas de amor los acompañaron por largo rato. Pero unas cuantas de aquellas palabras hicieron que Anna perdiera bruscamente el encanto que su amante le había regalado.

  * Ya no me importa nada más, solo tu, Anna. . . Ai shiteru. *

  Kyouyama se congeló al escucharlo, tanto amor y placer la habían hecho olvidarse de algo que venía atormentándola desde hace poco.

Su mirada, antes llena de calidez por haber hecho el amor con el peliazul, se volvió seria, fría como siempre.

Se separó del shaman sin decir nada más, provocando desconcierto al muchacho, quien no entendía que le pasaba a su amante.

  ““Quizá no está tan satisfecha como yo lo estoy.””

Pensó Horokeu, agitando la cabeza y descartando casi inmediatamente esa idea.

No, esos besos, sus caricias, sus constantes gemidos le habían demostrado cuan grande fue el placer que le hizo sentir al unir sus cuerpos.

 Ella se detuvo aun dentro de las aguas termales.

Y dándole la espalda al hombre que conocía ya cada rincón de su cuerpo, dispuesta estaba a romperle el corazón. . .

  * No vuelvas a tocarme. Lo he estado pensando y he decidido que ya no me casaré contigo. *

  Y así como así, Anna salió de las termas sin siquiera cubrirse, dejando al muchacho más que sorprendido. No comprendía porque de repente ella se comportaba de esa forma y le decía cosas que lo lastimaban.

 Con pupilas descoloridas y contraídas, la expresión de Horo Horo delataba la sorpresa y el dolor que las palabras de la sacerdotisa le hicieron y le hacían sentir. . .

 Palabras que resonaban en su cabeza una y otra vez, palabras. . . que lo mataban suavemente.

  Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Amor, sexo y. . . un corazón hecho pedazos.

Haciendo el amor en las aguas termales, el ambiente y la temperatura  perfectos.

No separaré a estos enamorados por mucho tiempo, simplemente no puedo, así que aun habrá un poco más de romance y tan solo una última sesión de lemon  ^¬^’.

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 25 de Mayo de 2005.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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         || Capítulo 8 ||


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3 years ago

Ella es... _C5_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Para él, ella era la mujer más hermosa, fría, pero fina y frágil al mismo tiempo, misteriosa e inalcanzable, única. Su amor imposible, ella era Anna Kyouyama... ella era su todo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 5: “Haremos que esto funcione” ::.

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.

Miraba el paisaje que le ofrecía el ventanal de su recamara; las personas ir y venir, uno que otro auto. Y aunque pareciera hacerlo atentamente, en realidad estaba desinteresada.

 Ya tenía dos semanas de haber regresado de sus “tranquilas” vacaciones en la playa.

  ““Y el muy valiente no me ha llamado siquiera.””

 Pensaba la rubia, frunciendo el ceño y buscando algo con que desquitarse. . . nada!.

* ¿Qué estoy haciendo?, no debería importarme. *

 Pero Anna no podía entender por qué la realidad estaba completamente alejada de sus palabras.

¿Qué no le preocupaba?, ¡por favor!, si en el momento en que Horokeu le explicó que debía irse por compromisos deportivos, ella misma se ofreció a acompañarlo. Así que regresaron juntos a Tokio, dejando a Ren y Pilika, sin siquiera darles la más mínima explicación.

  * Un torneo. *

 Susurró la chica, recordando las exactas palabras que el peliazul le dijera aquella vez.

Claro, Horo Horo es un jugador de tennis que tenía poco tiempo de haber incursionado en el terreno profesional, aunque ya se había hecho de cierta reputación.   Incluso, había quienes decían que el muchacho tenía mucho futuro y podía llegar a ser de los mejores, hasta tenía un grupo de admiradoras.

  * Niñas tontas y resbalosas. *

 Definitivamente, a Anna le disgustaba imaginar a ese hombre rodeado por mujeres que le gritaban que lo amaban.

  Kyouyama estaba bastante furiosa. ¿Por qué?, bueno, había varias razones para ello. . .

Pensar en quién sabe cuantas chicas se arrojarían desesperadas sobre el peliazul, sin mencionar que interrumpieron sus vacaciones. O quizás, el hecho de que todo aquello no tenía por qué interesarle, y sin embrago. . . así era.

 Pero lo que más la hacía rabiar, era que Horo Horo no la había visitado en esas dos largas semanas. . . ¡vamos!, ni siquiera la había llamado.

  * Maldición, ese idiota. . . después de lo que pasó entre nosotros, al menos debería tener la decencia de llamarme para saber como me va. *

  La rubia apretó los dientes, abandonando el borde de la ventana y comenzando a caminar por toda la habitación, cuál animal enjaulado, analizando la situación.

Estaba realmente ansiosa y molesta consigo misma; nunca dependió mucho de las personas a su alrededor, ni siquiera de Yoh. Tampoco recordaba haberse comportado como una chiquilla celosa, posesiva e irremediablemente enamorada. . .

 Anna de pronto se detuvo.

Sus ojos más abiertos de lo normal. Las dos últimas palabras que pasaron por su mente la hicieron dudar.

  * ¿Qué me está pasando?. *

  Preguntó a nadie en especial, al aire, a ella misma.

Confundida y desesperada, tomó su cartera y salió con el único propósito de despejar todas sus dudas. Quería saber que había cambiado en ella después de acostarse con Horokeu Usui.

~*~

~*~

~*~

Cuando escuchó que golpeaban la puerta, no imaginó que se trataba de Anna Kyouyama, quien, por cierto, estaba furiosa. Bastaba con percatarse de la mirada malévola y asesina que ella le dedicaba.

  * Ah, hola, Anna. . . *

* Ah, hola. . . ¿eso es lo mejor que me puedes decir, baka?. *

  Después del caluroso saludo de la bella rubia, Horo Horo muy amablemente la invitó a pasar.

Nótese el sarcasmo, pues la chica prácticamente empujó al muchacho, abriéndose paso al interior del departamento, cómo si estuviese en su propia casa.

 * Te pasa algo?, ¿por qué estás tan enojada?. *

 Las preguntas del peliazul parecieron enfadar más a Kyouyama, pues la ira en sus negros ojos se volvió más intensa. Pero no dijo nada, la mejor arma de Anna era el silencio.

 Horokeu comenzaba a sudar frío, por más que pensaba, no podía explicarse porque la mujer había venido con ese humor de los mil demonios.

  ““Si precisamente esto era lo que había venido evitando.””

 Pensó el muchacho. Y entonces, la escuchó. . .

  * Creí que eras diferente, Horo Horo, confié en ti. *

 La voz de la rubia se escuchaba más tranquila, sin embargo, un aire de tristeza no pudo pasar desapercibido para el joven peliazul, quien, con una seriedad en la cara que realmente daba miedo, preocupado, le preguntó qué le pasaba.

 * ¿Qué me pasa?. JA!!. . . Que eres como todos los hombres, una vez que consiguen lo que quieren, botan a las mujeres y fingen que nada pasó. *

* A, a qué te refieres?. Anna, no cre . . . *

* No has ido a verme, no has llamado, ni siquiera has dejado un mensaje. . . ¿Sabes cuántas veces me he quedado junto al teléfono esperando una llamada tuya?, o qué cada vez que tocan a la puerta, espero que seas tu.   Creí que algo había surgido entre nosotros, pero ya veo que. . . *

 Anna simplemente no pudo continuar, aunque estuvo agradecida por ello, pues de haber seguido seguramente habría terminado llorando.

Horo Horo la había abrazado así nada más, de pronto y sin decirle nada. Tan solo el impulso de su loco corazón que latía intensamente por las palabras de Anna.

  * Disculpa, nunca quise hacerte daño. *

 Él le susurró al oído, una sonrisa irónica cruzando su rostro.

Era gracioso, es cierto que la había estado evitando en lo posible desde que habían regresado. . . no quería verla. Pensaba que Anna simplemente no estaba interesada en él, aun a pesar del hecho de haberse acostado un par de veces. . . cinco para ser exactos.

  * Creí que para ti no había significado nada y que no estaba en tus planes hacerlo de nuevo, no conmigo al menos. *

* ¡Baka!. *

 En realidad, la joven no podría culparlo, después de todo, no hace mucho ella misma no estaba interesada en el peliazul.

Pero ahora. . .

  * Supongo que intentaremos hacer que esto funcione. *

 Decía la chica, cerca del oído del muchacho produciéndole una corriente eléctrica muy agradable y, de paso, ocultando su rostro adornado en matices rojizos.

  * Y supongo también, que haremos el amor más seguido. *

 Usui estaba seguro de que Anna le hubiese dado un golpe que lo dejase tumbado en el suelo por semejantes palabras. Pero esta vez, tan solo sintió como ella lo abrazó con más fuerza, refugiándose en sus fuertes y cálidos brazos.

 Con una sonrisa cómplice y unas cuantas palabras que, aunque no lo demostrase, significaban simplemente que ella compartía los mismos planes y deseos del apuesto joven.

  * Eres un hentai. *

   Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Anna poniendo las cosas en claro. Dejando a un lado la inseguridad del ainu, esta relación avanza.

Así que, próximo capitulo, como no, LEMON.

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 03 de Julio de 2006.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

  || Capítulo 6 ||


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4 years ago

Es como volver a empezar _C10_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 10: “Y no es una nueva vida” ::.

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.

El peliazul la miraba con cierto enojo; ella no debía estar aquí, podría hacerse daño, lastimarse.

  * Anna, deberías estar en la casa, descansando. *

 Le dijo el muchacho, sosteniéndola firmemente de los hombros, tratando de hacerle entender.

  * ¿Crees que vine a ayudarte a plantar arbolitos?. Pobre idiota !. *

 La voz de la rubia sonaba fría e indiferente; ni siquiera su estado actual la ablandaba un poco.

  * Toma. *    _Anna le entregó un paquete perfectamente envuelto en un pañuelo._   * Se te olvidó esto. *

  Horo Horo la miró sorprendido, ella había caminado por más de treinta minutos tan solo para traerle su almuerzo que se le había olvidado en. . . un momento.

  * Anna, se me hizo tarde en la mañana y no tuve tiempo de prepararlo. *

* Ya lo sé, baka !, Yo lo hice para ti. *

* ¡Tonta!, te he dicho que te cuides, ¿por qué no me haces caso?. *

 La voz del shaman de hielo sonaba dura, aunque con un sutil aire de preocupación.

La sacerdotisa giró sus negros ojos a un costado, ignorándolo completamente y caminó hasta sentarse sobre una roca. No es que no le gustara que el ainu se preocupase por ella. . .

  ““Es solo que a veces, me sofoca.””

Pensaba la chica, mientras preparaba todo para que el muchacho degustara de su comida.

Más el peliazul seguía ahí de pie, mirándola con desaprobación; ahora sí parecía estar muy disgustado con ella.

  * Vamos, ya quita esa cara, no me va a pasar nada con tan solo cocinar un poco de curri. *

  Le dijo Anna, mostrando una sutil, pero hermosa, sonrisa que simplemente “desarmó” al shaman.

Horo cerró los ojos y suspiró resignado mientras se sentaba sobre la hierba del campo, al lado de la rubia.

Comenzó a comer en silencio, analizando un poco su actitud hacia Kyouyama; en verdad trataba de no ser tan exagerado y comportarse más tranquilo, pero le era muy difícil. Amaba tanto a esa amargada mujer, y ahora con lo de su embarazo, pues...

  * Te ves muy linda. *

 La voz dulce de su compañero la hizo sonrojarse.

Horokeu la abrazó delicadamente, al tiempo que la miraba con un amplia sonrisa que pareció contagiarle, pues la itako no pudo evitar sonreírle, aunque más sutilmente.

 Anna cerró los ojos y giró el rostro a un costado, evitando el contacto visual con el que desde hace varios meses era su compañero.

  * Sí, claro. Dudo que pienses lo mismo cuando tenga más de ocho meses y me vea tan gorda como una pelota de playa. *

* Ja,ja,ja, ¿me crees capaz de burlarme de ti?. No podría, no de la madre de mi hijo. *

 Le dijo él, posando una mano sobre el vientre ligeramente abultado de la rubia.

Cinco meses de embarazo y este apenas comenzaba a notarse.

   El ainu no pudo evitar recordar aquella vez en que Anna le diese la noticia.

~*~ 

~*~

~*~

La había visto tejer por lo menos dos semanas antes y él, tan tonto y distraído. . . ahora le causaban risa las palabras que le dijo. . .

  * Oye, Anna, esto no ve va a quedar. *

Le decía, sosteniendo un pequeño suéter azul celeste.

Es que, si ya antes le había tejido ropa y sabía su talla, ¿por qué esta vez la hizo tan pequeña?.

  * ¡ Si serás idiota !, no es para ti. *

* Entonces, ¿para quién?. *

 La pregunta del shaman sonó tan inocente, más obtuvo la fría, fija y penetrante mirada de la itako, entonces, una de sus neuronas pareció trabajar. . .

  * Es acaso lo que estoy pensando, Anna?, ¿estás esperando un bebé?.   ¿Por qué no me lo habías dicho?. *

Tantas preguntas y la sacerdotisa tan callada y aun dolida con él.

Ese idiota !, por supuesto que ya se lo había dicho, precisamente la semana pasada, pero ese estúpido estaba tan “concentrado” devorando la cena de aquella noche, que no le prestó atención.

 Usui se sentía como un patán; sin querer la había lastimado.

Anna miraba a un costado, claramente enfadad y triste por culpa suya, pero quizás también por los cambios que afectaban su estado de animo.

 El shaman la miró enternecido; acercándose a la mujer, se arrodilló frente a ella, recargando la cabeza sobre sus piernas, muy cerca del vientre de la chica.

  * Hola, bebé. . . *   _Decía el ainu, acariciando con suavidad el vientre de su compañera._    * Yo soy tu padre. *

* Oh, Horokeu. *

  Anna no pudo evitar sonreír, llena de felicidad y ternura.

El peliazul siempre sabía como hacerle olvidar todo disgusto.

~*~

~*~

~*~

  Los labios de la rubia formaron una pequeña sonrisa al recordar esa ocasión.

Y dejó que su mente divagara un poquito más.

 Es que nunca creyó que terminaría siendo la pareja del shaman de hielo.

La vida tranquila y sin preocupaciones que siempre quiso, la vivió al lado de Yoh, más todo aquello se vino abajo cuando murió el primer, y a quien siempre creyó el único, hombre de su vida.

  ““Y luego él. . . Horo Horo me hizo amar otra vez. ¿Quién lo diría?.””

Pensaba Kyouyama, con la mirada pérdida en el campo de plantas del ainu.

 Ella había plantado el primer árbol y nada más. El shaman no la dejaba hacer casi nada, pero se sentía feliz de que el peliazul estuviese trabajando duro para ver realizado su sueño de un campo de plantas, el cual por ahora era pequeño, pero después, con el tiempo. . .

  ““Será un lugar enorme y hermoso.””

Pensó la sacerdotisa, completamente orgullosa del joven, quien le hablaba con voz suave, tratando de acaparar su atención.

 * Anna. *

* Mmm. *

* Cuando nuestro hijo nazca. . . casémonos. *

  La itako lo miró con sorpresa y emoción.

Hacía mucho tiempo que Horo Horo no mencionaba nada sobre el matrimonio.

  * Pero no quiero que después te arrepientas de haberte casado con una mujer amargada. *

 Le dijo ella, con voz divertida.

  * Eso no pasará. Ven, te llevaré a casa. *

 Anna aceptó la mano del peliazul.

Y caminaron tomados de la mano, de regreso a su hogar. Anna recargó la cabeza en el hombro del ainu; una linda sonrisa adornando su bello rostro.

 Era muy feliz, estar al lado de Horokeu, enamorada una vez más, era maravilloso.

Y aunque a veces recordaba a Yoh y se preguntaba como serían las cosas si él no hubiese muerto, solo puede pensar que igual sería feliz, aunque quizá de distinta manera, en otro lugar, con otras experiencias.

  ““Más trato de no pensar mucho en ello, no tiene caso.””

Eran los pensamientos de la rubia, que no se arrepentía del rumbo que había tomado su vida, todo lo contrario. . .

  * Te amo. . . arigatou.*

* Eh. Y eso?, ¿a qué se debe?. *

* Por estar conmigo y hacerme vivir este presente. *

  La felicidad, el amor. . . la tranquilidad que tanto deseaba, todo había vuelto.

  Y no es una nueva vida. . .

Es solo volver a empezar.

  Finalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

POR FIN !!.

Mucho amor, mucha ternura, mucha miel, nada de lemon ^^’.

Me gustó este final, donde la itako esta feliz con lo que tiene y no lo cambiaría por nada, ni por el pasado. Y hasta les di un pequeño regalo ^o^.

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 25 de Mayo de 2005.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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Es como volver a empezar _C4_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 4: “Visitas inesperadas” ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Cuidadosamente, deslizó la puerta, no deseaba que la rubia despertase, no ahora, no.

Intranquilo, bajó las escaleras, guiado por la fuerte presencia que invadía toda la casa. A cada paso que daba, con cada segundo que pasaba, se cuestionaba el por qué de la visita de este shaman.

 El miedo lo invadió entonces; quizá esto significaba que debía alejarse definitivamente de Anna.

  * No, no... me moriría sin ella. *

  Aquello fue un susurró, escuchado tan solo por el mismo peliazul, quien oprimió fuertemente los puños. La sola idea de alejarse de ella, le destrozaba el corazón y más después de haber hecho el amor con tan maravillosa mujer.

 Bajó las escaleras, guiado por el poder espiritual del inesperado “visitante”, entonces, se percató que la luz que alumbraba el jardín estaba encendida, cuando el recordaba haberla apagado horas atrás.

Y al salir, pudo verlo...

Un joven se hallaba sentado sobre el pasillo de madera, admirando todas las blancas lucecitas que adornaban el oscuro manto del cielo.

  * ¡ Yoh !... *

  Un suave murmullo de sorpresa escapó de los labios del peliazul, sorpresa, sí, aunque ya sabía perfectamente, desde el instante mismo en que sintió un fuerte poder espiritual, que era el mismísimo Shaman King el que había venido esta noche.

   * ¿Qué quieres?, ¿a qué has venido?. *

  Aquello fue un claro reproche por parte del ainu.

El tono de voz reflejaba su total desaprobación hacia el castaño, cuya sola presencia era, de cierta forma, indeseada, incomoda, inoportuna... le traía problemas.

Sin embargo, por otro lado, se sentía feliz de volverlo a ver, estaba consciente de ello. Quizá por eso una parte de él se sentía como un niño pequeño al que le esperaba un fuerte regaño por lo que recién había hecho con la bella itako.

  Horo Horo no obtuvo respuesta, tan solo observó como el shaman de morena piel lo invitaba a sentarse junto a él para admirar las estrellas.

El ainu se acercó con cierta reserva y es que de cierta forma ellos eran rivales, ahora tenían algo más en común, algo, o mejor dicho... alguien. Sí, ambos la amaban, la querían a ella... a Anna.

  * Te lo dije... ella es la mujer más maravillosa de todo el mundo. *     _Yoh le habló de pronto._     * ¿Ahora me crees?. *

  En el rostro del ainu podía apreciarse la melancolía.

Era verdad; la primera vez que escuchó aquellas palabras de parte del Asakura, lo creyó loco, un completo imbécil. ¿Cómo podía expresarse así de la rubia sacerdotisa?, considerarla maravillosa... Yoh no baka, si Kyouyama era una mujer fría, avara, cruel.

  ““Anna es el mismísimo demonio en persona.””

Eso pensaba el Usui de la rubia mujer y ahora...

 * Tenías razón, ella es... tan perfecta. *

  Yoh sonrió satisfecho, se notaba la sinceridad de su amigo, sin mencionar el cariño, los obvios sentimientos que el ainu profesaba por la que laguna vez fuese la esposa del Shaman King.

 Sí, el Shaman King, Yoh Asakura, había vuelto; ¿la razón?... no la sabía, pero sospechaba que la razón era separarlo de Anna, exigirle que termine su reciente relación con la rubia.

  ““Sí, eso debe ser.””

Pensaba con tristeza el joven del norte.

Y creía estar en lo correcto, después de todo, ella fue su esposa, la misma mujer a la que Horo Horo nunca trató con delicadeza; disfrutaba hacerla rabiar y sin embargo, ahora...

   * Y aunque me exijas alejarme de Anna, que la deje... me sería imposible. *

  Sí, imposible, sin ella se moría.

Sin su compañía, su suave voz entonando su nombre; esas suaves manos acariciando su cuerpo, el delicioso aroma de su frágil figura e incluso si ella no le gritaba como acostumbraba, no sería feliz.

  * Perdóname por haberme involucrado con ella; nunca ha sido mi intención que se olvide de ti, eso no, simplemente me enamoré... lo siento. *

* Pues no lo sientas. *

 La voz del difunto shaman lo sorprendió, obligándolo a alzar la mirada.     Seguía intacta la sonrisa en el rostro de ese joven.

 Así es, Horo no debía arrepentirse, ni disculparse por nada en absoluto, todo lo contrario.

  * ¿La sabes, Horo Horo?, ¿la razón por la que vine esta noche?. *

 El ainu negó con la cabeza, tan solo como respuesta. ¿Cómo iba a saberlo?, Yoh estaba muerto, eso era claro, solo era su alma la que estaba aquí, pero... seguramente sería por breves momentos.

  * Bueno, quería agradecerte por haber cuidado de ella todo este tiempo. De todos mis amigos, jamás creí que fueses tu el que la acompañara. *

  Horo lo miró incrédulo.

Y él que pensó que el Asakura vendría a exigirle que se alejara de ella por no creerlo merecedor de su cariño... que estúpido fue al pensar que así sería.

 Por otra parte Yoh sonreía tranquilamente; imaginaba que Manta podría acompañar a Anna como el buen amigo que siempre fue, Ryu e incluso Len, aunque este último quizá lo haría con sentimientos distintos desde un principio. Nunca estuvo muy seguro de que tipo de sentimientos tenía Len hacia su esposa.

Pero la sorpresa que se llevo el Shaman King, fue grande al enterarse de que fue el peliazul el que acompañó a Anna todo este tiempo.

  Horo Horo sonrió irónico, todo era demasiado bueno para ser verdad.

Yoh le estaba “dando permiso” para amar a la sacerdotisa; él vino especialmente para agrad... un momento !!...

  * ¿Cómo es que estas aquí?, ¿quién te invocó?, cómo...? *

  El chico de castaños cabellos rio divertido, llevaban un buen rato conversando y hasta ahora se le ocurría preguntarle el “cómo” de su presencia. Era obvio que su visita preocupó al ainu.

  * Fue mi abuela... yo... solo quería saber como estaba Anna. Ahora estoy más tranquilo. *

  Aquellas sinceras palabras, le arrancaron un amplia sonrisa al shaman de hielo. Sí, él se encargaría que la itako fuese completamente feliz.

 Horo estaba tan concentrado en sus planes a futuro, que tardó en percatarse de la sospechosa y extraña mirada de su amigo.

  * Lo sabía. *

* Qué cosa?. *

* Nunca te lo dije, pero... parece ser que lo descubriste por ti mismo. *

  El ainu no sabía a que se refería el otro shaman, pero su sonrisa acusadora y los suaves codazos lo estaban incomodando.

  * Su forma de hacer el amor... es maravillosa !. *

  Era más que intenso el rojo en las mejillas del muchacho peliazul.

Era obvio que Yoh estuviese al tanto de lo que él y Anna hicieron, más ese comentario era algo que... nunca esperó de él.

  * B-bu, bueno, Yoh... eso, eso no, bueno sí, es que... *

  Horo Horo tartamudeó un poco, tratando de salir de la vergonzosa situación, más nada pudo decir. Y es que era verdad, tener relaciones con la rubia itako era... sencillamente indescriptible.

Sentir su suave y pálida piel era la mejor sensación que pudiese haber sentido.

  * Prométeme que la amarás intensamente y cuidaras que nada la haga sufrir. *

* Claro, ni siquiera tienes que pe... ¿Yoh?... *

  El ainu giró el rostro a un costado, buscando la sonriente expresión de su amigo, pero este ya no estaba.

Lo buscó, confundido, en todas direcciones, pero nada...

  * Se ha ido. *

  Fue un suave susurro que venía cargado de nostalgia.

Levantó el rostro para admirar las estrellas... ¡ ese tonto !, quería asegurarse de que el joven de Hokkaido amaba plenamente a la sacerdotisa.

 Horo Horo respiró cansado, no esperaba una conversación como esa después de hacer el amor con Anna Kyouyama.

Después de un rato, simplemente se puso de pie y regresó tranquilamente a la habitación de la itako, dispuesto a dormir y descansar a su lado, cobijado por su piel de leche, y relajado con el exquisito aroma de su cuerpo.

~*~

~*~

~*~

 Deslizó la puerta de la recamara, entrando sigilosamente; contemplando la delgada silueta que descansaba bajo las sabanas, silueta que temblaba ligeramente.

  ““Quizá por el frío de la noche.””

Pensó, más fue una idea que desechó en cuanto se acercó para ocupar su nuevo lugar en ese futon.

 Ella temblaba, dejando que los sollozos escapasen sin remedio de sus dulces labios... Anna lloraba y eso le rompía el corazón. Así como la primera vez que la vio derramando lágrimas; ahora recordaba el viejo dolor de verla llorar así.

  * Anna... Annita, ¿por qué llo... *

* Él estuvo aquí, sentí su presencia. *     _Le dijo ella, interrumpiéndolo con voz que se quebraba en cada palabra._     * Pero, no sé porque.. no quiso verme. Es que no entiendo, tanto tiempo, ¿por qué ahora que estoy contigo?, ¿por qué?. Yo... no tengo intenciones de alejarme de ti. *

  Al decir esto último, Anna giró sobre el futon, enfrentando los sorprendidos ojos del shaman de hielo. Ella quería estar con él y estaba tan asustada como lo estuvo él mismo al sentir la presencia de Yoh.

  * No te preocupes; ya te lo dije, no pienso dejarte. *

  La acercó a él hasta envolverla en un fuerte abrazo que de inmediato fue correspondido.

Horo no tardó en contarle hasta el más mínimo detalle de la conversación que recién había tenido con el que alguna vez llegó a ser el Shaman King.

  * Él... ¿vino solo para eso?, para asegurarse de que yo era feliz?. *

* Sí, y te prometo que me aseguraré de que así sea. *

* ¿Por qué él te lo pidió?. *

* Por eso, sí, pero más que nada, porque usted, señorita amargada... es la mujer a la que amo. *

  Anna lo miró con ojos furiosos aunque un sutil brillo de cariño se reflejaba en sus gemas negras.

  * Horo no baka. *

  El peliazul sonrió divertido por la expresión de su amante, mientras esta se abrazaba nuevamente a él para poco después, recostarse, ambos, sobre el futon, tratando de conciliar el sueño.

 Estaban realmente cansados, no en balde, la noche casi terminaba y no habían dormido casi nada. Pues primero ocuparon la noche para amarse y luego, la inesperada visita del Asakura les había robado el sueño, ese sueño que de ahora en adelante pretendían compartir juntos desde esta noche....

 Y hasta la última que les quedara.

  Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Segun yo, era muy fácil adivinar que se trataba de Yoh, ¿no?.

En realidad, tomando en cuenta que todos aquí pueden ver fantasmas, me pareció buena idea meter a Yoh en esto ya después de muerto.

Por otra parte, la conversación entre ambos shamanes era con el objetivo de que compartiesen sus pensamientos sobre la mujer que aman, que es, nada menos que la misma chica, itako no Anna.

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 25 de Mayo de 2005.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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            || Capítulo 5 ||


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Es como volver a empezar _C8_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 8: “Porque él ya no está” ::.

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.

Sentada sobre el pasillo de madera que daba al jardín, Anna miraba el cielo sin interés alguno.

Él se había ido, dejándola en completa soledad.

 Dos semanas ya sin su compañía, sin sus bromas, sin reñir con él; dos semanas sin probar la comida que él preparaba, sin contemplar sus curiosas sonrisas. . .

  * Sin que hagamos el amor. *    _En un suave susurro, la itako bajó su triste mirada hasta el suelo._    * Es lo mejor. *

  Trató de convencerse a si misma, lo ha venido haciendo desde que tuvo aquella discusión con él ainu, cuando este le exigió explicaciones sobre sus hirientes palabras.

~*~

~*~

~*~

 * ¿Qué no escuchaste?, ya no quiero nada contigo. *

* Oh, claro que te oí, tus palabras están bien clavadas aquí. *

  Le dijo el shaman, golpeando su pecho y mostrándole una mirada llena de confusión, de dolor, de ira.

  * Pues, ¿qué esperas entonces para irte?. *

* No, Anna, no me hagas esto. *

  Las oscuras pupilas del shaman de hielo comenzaron a deformarse por las lágrimas acumuladas.

La sacerdotisa, al verlo tan devastado, dudó por un momento, pero esto era por el bien de ambos, de él.

  * Largo. *

  Con esta simple palabra, le dio la espalda al peliazul, hundiéndolo en la tristeza, rompiéndole el corazón.

No fue necesario decir nada más, estaba bastante claro que esto se había terminado.

 Derrotado, dolido, Horo Horo abandonó la pensión.

Ya no insistió, no tenía caso si ella no lo quería. Y si él irse la hacia feliz o simplemente la tranquilizaba. . . entonces simplemente se iría.

~*~

~*~

~*~

 Varias lagrimas se deslizaron por sus mejillas. Como lo extrañaba.

Entre sus manos oprimía fuertemente la rosa de hielo que Horokeu le regaló no hace mucho tiempo. Era extraño, a pesar de ser de hielo, aun no se derretía.

  * Sí, sé que es mejor así. *

  Susurró con palabras tristes que se le atoraban en la garganta.

   * ¡ NO !, no es así. *

  Le dijo una voz femenina que de pronto se escuchó en el lugar y que con fuerza, desaprobaba las palabras de la rubia itako. Kyuoyama, quien no se había percatado de que tenía compañía, alzó la mirada, encontrándose con la dura expresión de Pilika.

  * ¿Qué haces aquí?. *

  Anna trató de ser fría y hasta grosera, más su pacifica voz no le ayudó mucho.

  *No quiero seguir viendo como mi hermano se muere de amor.*

  Ignorando a la sacerdotisa, casi histérica como era común en ella, la chica ainu le dio la respuesta, sin esta ser su verdadera intención.

Anna desvió la mirada, sabía muy bien que había lastimado al shaman de hielo, pero. . . no quería que, por ella, Horo hiciera a un lado sus sueños, así que. . .

  * ¿Morir de amor?; por favor, Pilika, no digas tonterías. *

* ¡ No son tonterías !. *

  Le gritó la más joven, demostrándole a la rubia que sus intentos por mostrarse fría e indiferente, eran vanos.

  * Por favor, Anna. . . *     _La peliazul se acercó hasta la itako, sacudiéndola suavemente por los hombros._     * Yo sé que tu también lo amas. *

  Las palabras de la joven de Hokkaido no podían ser más ciertas, bastaba ver la tristeza en los ojos de la mujer, o la felicidad, cuando aun estaba con su hermano.

Entonces, la chica Usui simplemente no comprendía por qué la sacerdotisa alejó al shaman de hielo, diciéndole todas esas mentiras.

  * ¿Por qué, Anna?. *

* Porque es lo mejor. *

* ¿Para quién?. *

  La cuestionó, volviendo a alzar la voz, mientras que Kyouyama mantenía su negra mirada en un costado; era extraño, pero no podía sostener la pesada mirada de la chica del norte.

  * Para él. *     _Susurró. _     * No quiero que haga a un lado sus ideales. . . por mi. *

  Al escucharla, el rostro de la peliazul se ensombreció.

Entonces, en parte era su culpa, pues fue ella quien le comentó a Anna que su hermano había hecho todo a un lado, con tal de estar a su lado.

  * Lo siento, Anna, cuando dije eso, no quise. . . *

  Pilika comenzó a llorar, se sentía culpable.

La itako negó con la cabeza. No, no era su culpa y, muy a su pesar, tampoco era la única razón que tuvo para romper su relación con el shaman de hielo.

  * Desde que estoy con Horokeu, no puedo dejar de pensar en. . . aahh. . . *

* ¿En qué, Anna?. *

* S-si Yoh no hubiese muerto, yo no estaría con tu hermano. Entonces, ¿debo sentirme feliz de que Yoh se haya ido?. *

  Anna, muchas veces se cuestionó si hubiese preferido que el Shaman King siguiese con vida. Pero en ese caso, no estaría con el shaman de hielo.

Se aterró al llegar a pensar que no.

 La joven ainu la miró con serenidad, su llanto había cesado.

 Estaba bien.

Pilika entrelazó sus manos con las de la rubia itako, pidiéndole que no pensara más en eso, después de todo. . .

  * El hombre que elijas, sea o no mi hermano, estará ahí. . .  porque Yoh ya no está. *

  Increíble, ¿desde cuando Pilika decía palabras tan sabias?.

 Por fin, el agua salada brotó de los negros ojos de Kyouyama, quien ligeramente sorprendida, se vio envuelta entre los brazos de la chica peliazul.

  * Lo amo tanto. *  _Susurró. _  * ¿Crees que me perdone?. *

  Pilika sonrió enormemente, dándole su apoyo al estrecharla con más fuerza.

  * Nada lo hará más feliz, que volver a verte. *

  Entonces, un inamovible pensamiento cruzó la mente de la rubia.

Anna había decidido ir tras su felicidad.

~*~

~*~

~*~

 Sobre la copa de un inmenso árbol, Horokeu miraba desinteresado la bella puesta de sol.

Sus sueños ya poco le importaban, su vida tampoco le importaba. No entendía, porque ya nada tenía caso, sin el amor de esa mujer.

  * ¿Desde cuando me volví un romántico sin remedio?. *

  Se preguntó el peliazul, una triste sonrisa adornando su rostro.

Desde que regresó a Hokkaido no podía sacarla de su cabeza, mucho menos de su corazón.

 La extrañaba y mucho; echaba de menos sus negros ojos, sus dulces besos y más aun, hacerle el amor como un loco. . . la necesitaba.

  * Pero Anna no me ama. *

  Con fuerza, el shaman de hielo oprimió la corteza del árbol, necesitaba sacar su frustración, su enojo, su dolor.

  * Yo nunca dije eso. *

  De pronto, una voz femenina llegó a sus oídos, sorprendiéndolo, no tanto por creer estar solo, más bien porque sabía perfectamente a quien pertenecía dicha voz.

 Y la miró, allá abajo; los ojos de la rubia brillaban por razones que él desconocía. Todavía más enigmática le resultaba la sonrisa que adornaba su bello rostro.

Se quedó mirándola por unos cuantos instantes, tratando de convencerse de que la itako realmente estaba ahí. Una enorme sonrisa atravesó su cara al convencerse de que así era.

 Bajó del árbol con un ágil salto, y apenas sus pies tocaron el suelo, alcanzó a la rubia mujer, rodeándola con fuerza.

¿Cómo describir la sensación de ser correspondido?; simplemente se sentía flotar ligera y suavemente.

Así, se dio valor para atrapar los labios de la sacerdotisa con los propios, una delicia de la que fue privado por interminables días que no quería recordar.

 La besó profunda y desesperadamente, casi devorándola a besos, nada le importaba, solo quería sentirla.

  * Lo siento. *

* Pero, ¿por qué estas aquí, en Hokkaido?. *

  Le cuestionó el shaman, poco después de que separasen sus labios.

La itako sonrió; ¿quién hubiese pensado que Pilika iba a tener el coraje para ir a buscarla, dispuesta a traerla a rastras?.

Por supuesto, esto último no fue necesario.

 Más eso era algo que podían discutir después, por ahora, solo era necesario decirle una sola cosa.

  * He venido para estar a tu lado, yo . . .  ai shiteru. *

   Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Juntos otra vez. Se los dije, no puedo separarlos por mucho tiempo, pues los adoro como pareja.

En cuanto a los pensamientos de Anna. . .  ¿Qué pasa cuando, después de la muerte de quien se amó, te vuelves a enamorar?, ¿es correcto?, después de todo, el volverse a enamorar es consecuencia de la muerte de quien se amó primero. De ahí el título de este capítulo.

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 25 de Mayo de 2005.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

        || Capítulo 9 ||


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