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Es Como Volver A Empezar _C10_
Es como volver a empezar _C10_
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Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 10: “Y no es una nueva vida” ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
El peliazul la miraba con cierto enojo; ella no debía estar aquí, podría hacerse daño, lastimarse.
* Anna, deberías estar en la casa, descansando. *
Le dijo el muchacho, sosteniéndola firmemente de los hombros, tratando de hacerle entender.
* ¿Crees que vine a ayudarte a plantar arbolitos?. Pobre idiota !. *
La voz de la rubia sonaba fría e indiferente; ni siquiera su estado actual la ablandaba un poco.
* Toma. * _Anna le entregó un paquete perfectamente envuelto en un pañuelo._ * Se te olvidó esto. *
Horo Horo la miró sorprendido, ella había caminado por más de treinta minutos tan solo para traerle su almuerzo que se le había olvidado en. . . un momento.
* Anna, se me hizo tarde en la mañana y no tuve tiempo de prepararlo. *
* Ya lo sé, baka !, Yo lo hice para ti. *
* ¡Tonta!, te he dicho que te cuides, ¿por qué no me haces caso?. *
La voz del shaman de hielo sonaba dura, aunque con un sutil aire de preocupación.
La sacerdotisa giró sus negros ojos a un costado, ignorándolo completamente y caminó hasta sentarse sobre una roca. No es que no le gustara que el ainu se preocupase por ella. . .
““Es solo que a veces, me sofoca.””
Pensaba la chica, mientras preparaba todo para que el muchacho degustara de su comida.
Más el peliazul seguía ahí de pie, mirándola con desaprobación; ahora sí parecía estar muy disgustado con ella.
* Vamos, ya quita esa cara, no me va a pasar nada con tan solo cocinar un poco de curri. *
Le dijo Anna, mostrando una sutil, pero hermosa, sonrisa que simplemente “desarmó” al shaman.
Horo cerró los ojos y suspiró resignado mientras se sentaba sobre la hierba del campo, al lado de la rubia.
Comenzó a comer en silencio, analizando un poco su actitud hacia Kyouyama; en verdad trataba de no ser tan exagerado y comportarse más tranquilo, pero le era muy difícil. Amaba tanto a esa amargada mujer, y ahora con lo de su embarazo, pues...
* Te ves muy linda. *
La voz dulce de su compañero la hizo sonrojarse.
Horokeu la abrazó delicadamente, al tiempo que la miraba con un amplia sonrisa que pareció contagiarle, pues la itako no pudo evitar sonreírle, aunque más sutilmente.
Anna cerró los ojos y giró el rostro a un costado, evitando el contacto visual con el que desde hace varios meses era su compañero.
* Sí, claro. Dudo que pienses lo mismo cuando tenga más de ocho meses y me vea tan gorda como una pelota de playa. *
* Ja,ja,ja, ¿me crees capaz de burlarme de ti?. No podría, no de la madre de mi hijo. *
Le dijo él, posando una mano sobre el vientre ligeramente abultado de la rubia.
Cinco meses de embarazo y este apenas comenzaba a notarse.
El ainu no pudo evitar recordar aquella vez en que Anna le diese la noticia.
~*~
~*~
~*~
La había visto tejer por lo menos dos semanas antes y él, tan tonto y distraído. . . ahora le causaban risa las palabras que le dijo. . .
* Oye, Anna, esto no ve va a quedar. *
Le decía, sosteniendo un pequeño suéter azul celeste.
Es que, si ya antes le había tejido ropa y sabía su talla, ¿por qué esta vez la hizo tan pequeña?.
* ¡ Si serás idiota !, no es para ti. *
* Entonces, ¿para quién?. *
La pregunta del shaman sonó tan inocente, más obtuvo la fría, fija y penetrante mirada de la itako, entonces, una de sus neuronas pareció trabajar. . .
* Es acaso lo que estoy pensando, Anna?, ¿estás esperando un bebé?. ¿Por qué no me lo habías dicho?. *
Tantas preguntas y la sacerdotisa tan callada y aun dolida con él.
Ese idiota !, por supuesto que ya se lo había dicho, precisamente la semana pasada, pero ese estúpido estaba tan “concentrado” devorando la cena de aquella noche, que no le prestó atención.
Usui se sentía como un patán; sin querer la había lastimado.
Anna miraba a un costado, claramente enfadad y triste por culpa suya, pero quizás también por los cambios que afectaban su estado de animo.
El shaman la miró enternecido; acercándose a la mujer, se arrodilló frente a ella, recargando la cabeza sobre sus piernas, muy cerca del vientre de la chica.
* Hola, bebé. . . * _Decía el ainu, acariciando con suavidad el vientre de su compañera._ * Yo soy tu padre. *
* Oh, Horokeu. *
Anna no pudo evitar sonreír, llena de felicidad y ternura.
El peliazul siempre sabía como hacerle olvidar todo disgusto.
~*~
~*~
~*~
Los labios de la rubia formaron una pequeña sonrisa al recordar esa ocasión.
Y dejó que su mente divagara un poquito más.
Es que nunca creyó que terminaría siendo la pareja del shaman de hielo.
La vida tranquila y sin preocupaciones que siempre quiso, la vivió al lado de Yoh, más todo aquello se vino abajo cuando murió el primer, y a quien siempre creyó el único, hombre de su vida.
““Y luego él. . . Horo Horo me hizo amar otra vez. ¿Quién lo diría?.””
Pensaba Kyouyama, con la mirada pérdida en el campo de plantas del ainu.
Ella había plantado el primer árbol y nada más. El shaman no la dejaba hacer casi nada, pero se sentía feliz de que el peliazul estuviese trabajando duro para ver realizado su sueño de un campo de plantas, el cual por ahora era pequeño, pero después, con el tiempo. . .
““Será un lugar enorme y hermoso.””
Pensó la sacerdotisa, completamente orgullosa del joven, quien le hablaba con voz suave, tratando de acaparar su atención.
* Anna. *
* Mmm. *
* Cuando nuestro hijo nazca. . . casémonos. *
La itako lo miró con sorpresa y emoción.
Hacía mucho tiempo que Horo Horo no mencionaba nada sobre el matrimonio.
* Pero no quiero que después te arrepientas de haberte casado con una mujer amargada. *
Le dijo ella, con voz divertida.
* Eso no pasará. Ven, te llevaré a casa. *
Anna aceptó la mano del peliazul.
Y caminaron tomados de la mano, de regreso a su hogar. Anna recargó la cabeza en el hombro del ainu; una linda sonrisa adornando su bello rostro.
Era muy feliz, estar al lado de Horokeu, enamorada una vez más, era maravilloso.
Y aunque a veces recordaba a Yoh y se preguntaba como serían las cosas si él no hubiese muerto, solo puede pensar que igual sería feliz, aunque quizá de distinta manera, en otro lugar, con otras experiencias.
““Más trato de no pensar mucho en ello, no tiene caso.””
Eran los pensamientos de la rubia, que no se arrepentía del rumbo que había tomado su vida, todo lo contrario. . .
* Te amo. . . arigatou.*
* Eh. Y eso?, ¿a qué se debe?. *
* Por estar conmigo y hacerme vivir este presente. *
La felicidad, el amor. . . la tranquilidad que tanto deseaba, todo había vuelto.
Y no es una nueva vida. . .
Es solo volver a empezar.
Finalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
POR FIN !!.
Mucho amor, mucha ternura, mucha miel, nada de lemon ^^’.
Me gustó este final, donde la itako esta feliz con lo que tiene y no lo cambiaría por nada, ni por el pasado. Y hasta les di un pequeño regalo ^o^.
—I love HOROxANNA—.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 25 de Mayo de 2005.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
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Es como volver a empezar _C8_
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Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 8: “Porque él ya no está” ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
Sentada sobre el pasillo de madera que daba al jardín, Anna miraba el cielo sin interés alguno.
Él se había ido, dejándola en completa soledad.
Dos semanas ya sin su compañía, sin sus bromas, sin reñir con él; dos semanas sin probar la comida que él preparaba, sin contemplar sus curiosas sonrisas. . .
* Sin que hagamos el amor. * _En un suave susurro, la itako bajó su triste mirada hasta el suelo._ * Es lo mejor. *
Trató de convencerse a si misma, lo ha venido haciendo desde que tuvo aquella discusión con él ainu, cuando este le exigió explicaciones sobre sus hirientes palabras.
~*~
~*~
~*~
* ¿Qué no escuchaste?, ya no quiero nada contigo. *
* Oh, claro que te oí, tus palabras están bien clavadas aquí. *
Le dijo el shaman, golpeando su pecho y mostrándole una mirada llena de confusión, de dolor, de ira.
* Pues, ¿qué esperas entonces para irte?. *
* No, Anna, no me hagas esto. *
Las oscuras pupilas del shaman de hielo comenzaron a deformarse por las lágrimas acumuladas.
La sacerdotisa, al verlo tan devastado, dudó por un momento, pero esto era por el bien de ambos, de él.
* Largo. *
Con esta simple palabra, le dio la espalda al peliazul, hundiéndolo en la tristeza, rompiéndole el corazón.
No fue necesario decir nada más, estaba bastante claro que esto se había terminado.
Derrotado, dolido, Horo Horo abandonó la pensión.
Ya no insistió, no tenía caso si ella no lo quería. Y si él irse la hacia feliz o simplemente la tranquilizaba. . . entonces simplemente se iría.
~*~
~*~
~*~
Varias lagrimas se deslizaron por sus mejillas. Como lo extrañaba.
Entre sus manos oprimía fuertemente la rosa de hielo que Horokeu le regaló no hace mucho tiempo. Era extraño, a pesar de ser de hielo, aun no se derretía.
* Sí, sé que es mejor así. *
Susurró con palabras tristes que se le atoraban en la garganta.
* ¡ NO !, no es así. *
Le dijo una voz femenina que de pronto se escuchó en el lugar y que con fuerza, desaprobaba las palabras de la rubia itako. Kyuoyama, quien no se había percatado de que tenía compañía, alzó la mirada, encontrándose con la dura expresión de Pilika.
* ¿Qué haces aquí?. *
Anna trató de ser fría y hasta grosera, más su pacifica voz no le ayudó mucho.
*No quiero seguir viendo como mi hermano se muere de amor.*
Ignorando a la sacerdotisa, casi histérica como era común en ella, la chica ainu le dio la respuesta, sin esta ser su verdadera intención.
Anna desvió la mirada, sabía muy bien que había lastimado al shaman de hielo, pero. . . no quería que, por ella, Horo hiciera a un lado sus sueños, así que. . .
* ¿Morir de amor?; por favor, Pilika, no digas tonterías. *
* ¡ No son tonterías !. *
Le gritó la más joven, demostrándole a la rubia que sus intentos por mostrarse fría e indiferente, eran vanos.
* Por favor, Anna. . . * _La peliazul se acercó hasta la itako, sacudiéndola suavemente por los hombros._ * Yo sé que tu también lo amas. *
Las palabras de la joven de Hokkaido no podían ser más ciertas, bastaba ver la tristeza en los ojos de la mujer, o la felicidad, cuando aun estaba con su hermano.
Entonces, la chica Usui simplemente no comprendía por qué la sacerdotisa alejó al shaman de hielo, diciéndole todas esas mentiras.
* ¿Por qué, Anna?. *
* Porque es lo mejor. *
* ¿Para quién?. *
La cuestionó, volviendo a alzar la voz, mientras que Kyouyama mantenía su negra mirada en un costado; era extraño, pero no podía sostener la pesada mirada de la chica del norte.
* Para él. * _Susurró. _ * No quiero que haga a un lado sus ideales. . . por mi. *
Al escucharla, el rostro de la peliazul se ensombreció.
Entonces, en parte era su culpa, pues fue ella quien le comentó a Anna que su hermano había hecho todo a un lado, con tal de estar a su lado.
* Lo siento, Anna, cuando dije eso, no quise. . . *
Pilika comenzó a llorar, se sentía culpable.
La itako negó con la cabeza. No, no era su culpa y, muy a su pesar, tampoco era la única razón que tuvo para romper su relación con el shaman de hielo.
* Desde que estoy con Horokeu, no puedo dejar de pensar en. . . aahh. . . *
* ¿En qué, Anna?. *
* S-si Yoh no hubiese muerto, yo no estaría con tu hermano. Entonces, ¿debo sentirme feliz de que Yoh se haya ido?. *
Anna, muchas veces se cuestionó si hubiese preferido que el Shaman King siguiese con vida. Pero en ese caso, no estaría con el shaman de hielo.
Se aterró al llegar a pensar que no.
La joven ainu la miró con serenidad, su llanto había cesado.
Estaba bien.
Pilika entrelazó sus manos con las de la rubia itako, pidiéndole que no pensara más en eso, después de todo. . .
* El hombre que elijas, sea o no mi hermano, estará ahí. . . porque Yoh ya no está. *
Increíble, ¿desde cuando Pilika decía palabras tan sabias?.
Por fin, el agua salada brotó de los negros ojos de Kyouyama, quien ligeramente sorprendida, se vio envuelta entre los brazos de la chica peliazul.
* Lo amo tanto. * _Susurró. _ * ¿Crees que me perdone?. *
Pilika sonrió enormemente, dándole su apoyo al estrecharla con más fuerza.
* Nada lo hará más feliz, que volver a verte. *
Entonces, un inamovible pensamiento cruzó la mente de la rubia.
Anna había decidido ir tras su felicidad.
~*~
~*~
~*~
Sobre la copa de un inmenso árbol, Horokeu miraba desinteresado la bella puesta de sol.
Sus sueños ya poco le importaban, su vida tampoco le importaba. No entendía, porque ya nada tenía caso, sin el amor de esa mujer.
* ¿Desde cuando me volví un romántico sin remedio?. *
Se preguntó el peliazul, una triste sonrisa adornando su rostro.
Desde que regresó a Hokkaido no podía sacarla de su cabeza, mucho menos de su corazón.
La extrañaba y mucho; echaba de menos sus negros ojos, sus dulces besos y más aun, hacerle el amor como un loco. . . la necesitaba.
* Pero Anna no me ama. *
Con fuerza, el shaman de hielo oprimió la corteza del árbol, necesitaba sacar su frustración, su enojo, su dolor.
* Yo nunca dije eso. *
De pronto, una voz femenina llegó a sus oídos, sorprendiéndolo, no tanto por creer estar solo, más bien porque sabía perfectamente a quien pertenecía dicha voz.
Y la miró, allá abajo; los ojos de la rubia brillaban por razones que él desconocía. Todavía más enigmática le resultaba la sonrisa que adornaba su bello rostro.
Se quedó mirándola por unos cuantos instantes, tratando de convencerse de que la itako realmente estaba ahí. Una enorme sonrisa atravesó su cara al convencerse de que así era.
Bajó del árbol con un ágil salto, y apenas sus pies tocaron el suelo, alcanzó a la rubia mujer, rodeándola con fuerza.
¿Cómo describir la sensación de ser correspondido?; simplemente se sentía flotar ligera y suavemente.
Así, se dio valor para atrapar los labios de la sacerdotisa con los propios, una delicia de la que fue privado por interminables días que no quería recordar.
La besó profunda y desesperadamente, casi devorándola a besos, nada le importaba, solo quería sentirla.
* Lo siento. *
* Pero, ¿por qué estas aquí, en Hokkaido?. *
Le cuestionó el shaman, poco después de que separasen sus labios.
La itako sonrió; ¿quién hubiese pensado que Pilika iba a tener el coraje para ir a buscarla, dispuesta a traerla a rastras?.
Por supuesto, esto último no fue necesario.
Más eso era algo que podían discutir después, por ahora, solo era necesario decirle una sola cosa.
* He venido para estar a tu lado, yo . . . ai shiteru. *
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Juntos otra vez. Se los dije, no puedo separarlos por mucho tiempo, pues los adoro como pareja.
En cuanto a los pensamientos de Anna. . . ¿Qué pasa cuando, después de la muerte de quien se amó, te vuelves a enamorar?, ¿es correcto?, después de todo, el volverse a enamorar es consecuencia de la muerte de quien se amó primero. De ahí el título de este capítulo.
—I love HOROxANNA—.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 25 de Mayo de 2005.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 9 ||
Es como volver a empezar _C7_
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Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.
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*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.:: Capítulo 7: “Matándolo suavemente con sus palabras” ::.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
.
Desnuda, disfrutando de las aguas termales, Anna yacía recargada sobre una de las rocas de la orilla; su cuerpo cubierto por el cálido líquido, dejando solo al descubierto la pálida piel de su espalda.
Pensaba, pensaba mucho en lo que a su relación con el shaman de hielo se refería.
¿Qué hacer?, se hallaba muy confundida, en verdad había sido tan egoísta y ni siquiera se dio cuenta.
* Es que así es el amor, egoísta. *
La rubia itako decía para sí en apenas un susurro.
Y es que después de pensarlo tanto, aquellas palabras tenían mucha lógica. A veces somos tan felices, que solo se es capaz de ver lo que los ojos y el corazón quieren ver: felicidad. Tan es así, que al ser felices a plenitud, llegamos a pensar que a quien se ama es feliz de igual manera, más no siempre es así.
* Ah, y ahora, ¿qué voy a hacer?. *
Anna cerró los ojos mientras un sutil tono rosa teñía sus mejillas debido al calor del lugar.
Sumida en sus pensamientos, cuenta no se dio de que alguien más compartía con ella el calor de las aguas desde hacía varios minutos.
A escasos metros, Horo Horo contemplaba, excitado, la bella figura femenina que ante él se mostraba.
¡ POR KAMI !, se sorprendía de no haberla tomado desde el momento en que se sumergió en las termas. Sonrió travieso. . .
* Eso tiene solución. *
Apenas susurró tan corta frase, se acercó tranquilo a la joven que aun ajena a su presencia, abrazaba una roca. Y él se sintió estúpido, sentía celos, Anna solo descansaba, solo eso.
El ainu se posó suavemente detrás de ella, pegando totalmente sus cuerpos; sus manos deslizándose delicadamente por los contornos curvilíneos de la rubia itako, hasta entrelazarse con las propias manos de su amante.
Horo suspiró profundamente mientras recargaba la cabeza sobre los cabellos dorados de Anna, aspirando aquel agradable aroma a violetas; cerró los ojos, dejándose llevar por las sensaciones que la sacerdotisa provocaba en él.
* Te amo. *
Le dijo el shaman, haciéndola temblar casi imperceptiblemente.
Pronto, los cálidos labios del peliazul iniciaron un recorrido de pasión, estacionados por largos momentos en la suave piel del cuello de Kyouyama, mordiendo, succionando, marcándola como su territorio.
Anna suspiraba y respiraba con agitación tratando de resistirse, si continuaba este romance, el muchacho renunciaría a sus sueños. . . y eso no sería justo.
Más los morosos besos del ainu, sin mencionar las ansiosas manos de este que se deslizaron, intrusas, en su intimidad, la hicieron ceder completamente.
* Ah, espera. *
Sonrojada, con entrecerrados ojos, Anna solo se limitaba a sentir como el shaman de hielo exploraba su sexo. Y dándole aun la espalda, la mujer separó un poco las piernas, permitiéndole al joven introducir en ella sus traviesos dedos a su entero gusto.
* Te deseo tanto. *
La rubia jadeaba; podía sentir el cálido aliento de Horo Horo, sobre su cuello o susurrándole suaves palabras al oído, que la hacían estremecer.
Más aun, la entrecortada respiración del muchacho la volvía loca, no podía pensar en otra cosa que no fuera hacer el amor con él.
* Ah, Horokeu. *
Ella gimió profundamente.
El ainu deslizaba un par de sus dedos, acariciando insistentemente su clítoris; hundiendo ocasionalmente el dedo medio en la intimidad de la joven.
Lo excitaba tanto como la rubia se dejaba hacer, la forma en que gemía y la manera en que levantaba las caderas buscando que el contacto fuese mayor.
* Te gusta, lo sé. *
Palabras que formaron susurros.
Horo Horo estaba ansioso, sus manos recorrían sin control la delgada figura femenina hasta detenerse cada una sobre los bien formados pechos de Anna. . . la parte que más le gustaba de aquella perfecta anatomía.
El shaman estrujaba con ligera fuerza aquel par de senos, arrancando gemidos de los labios de la itako, quien agradada, sentía como su amante jugaba entretenido con sus suaves esferas de mujer.
Después de un rato, el shaman de hielo se detuvo; con un suave movimiento giró a la joven para quedar frente a frente. . . y se aferró a ella con labios y dientes, sorprendiéndola y haciéndola gritar de placer.
Horo estrechaba con fuerza la diminuta cintura de su mujer, mientras se deleitaba con sus preciosos senos, probándolos desquiciadamente, besándolos, succionándolos, hasta mordiendo ligeramente los duros pezones que coronaban el mayor atractivo de la chica.
Por su parte, Anna se mordía el labio inferior tratando de no gritar, el gozo era tanto que creía que no lo iba a soportar.
Recargada aun sobre la roca, la sacerdotisa miraba embelesada la luna, al tiempo que su amante seguía incansable en su trabajo de amarla.
Finalmente, el Usui atrapó los labios de Anna con los propios, desesperado, queriendo comerla a besos.
* Anna, no puedo más. *
Le dijo él, aferrándose con fuerza a su cintura, mordiendo suavemente la oreja izquierda de la joven.
* Yo igual. . . quiero más. *
El shaman de hielo no pudo más que sonreír; no esperó más!, alzó ligeramente a la chica, tomándola por las caderas y haciéndola bajar casi inmediatamente, guiando su erecto pene hacia la intimidad de la itako.
Pero se detuvo sin entrar en ella; comenzó a deslizar la punta de su miembro sobre los labios vaginales de la mujer.
* Oh, Horo, perverso. *
* No finjas, adoras esto. *
Ese descarado tenía razón. A ella le encantaba que acariciase de aquella forma su intimidad; sentir la caliente punta de la masculinidad del muchacho, la desesperaba, se llenaba de ansias y no podía esperar a ser penetrada, sin mencionar la excitante y morbosa sensación que esto le producía.
Y siguieron así por un rato más, disfrutando del contacto superficial entre sus sexos, mientras clavaban sus miradas el uno en el otro.
* ¿Qué dices?. . . continuamos?. *
* Idiota !. *
Horo Horo sonrió.
““Casi como la hacía Yoh.””
Pensaba la itako.
Sí, él es tan alegre como lo fue Yoh, y esa sonrisa suya a veces le recordaba al Shaman King, más la sonrisa del ainu era más picara, más traviesa. . . y así le gusta a Anna, lo adora.
Así que ella también sonrió, lo hizo de una forma casi perversa.
La rubia se aferró al cuello de su amante con sus brazos, mientras le rodeaba hasta cruzar las piernas por la espalda del joven. . . bajando suavemente las caderas, ella sola hizo que el duro pene de Horokeu entrase en ella con lentitud.
Ambos suspiraron profunda y tranquilamente al principio, más fuerte y entrecortados conforme se deslizaba la hombría del peliazul en la intimidad de la sacerdotisa.
Con un suave subir y bajar de sus caderas, Anna volvió loco de placer a su compañero, sumado a esto estaban las sensaciones que el agua provocaba en combinación con el roce de sus cuerpos, era delicioso, inigualable.
El agua, la noche, las estrellas. . . todo en combinación formaron la situación más erótica que ambos jóvenes habían compartido hasta ahora.
Y así, con el agua caliente cubriendo la mitad de sus cuerpos, hacían el amor; él mordisqueando con suavidad los botones rosados que adornaban los perfectos senos.
Pronto el calor de los amantes, sumado al de las termas, se tornó insoportable y el placer era tanto que el subir y bajar de sus caderas se volvió fuerte, rápido, desesperado, casi brusco, provocando que los gemidos de Anna se tornaran sonoros y prolongados. . .
““Una dulce melodía.””
Pensaba el peliazul sin poder ya apartar la mirada de la belleza desnuda que entre sus brazos, se entregaba a él.
Tan bella, tan intensa. . . tan Anna.
* Te amo. *
Horo Horo habló sin pensar.
Jadeante, entrecortado. Que increíble que semejantes palabras salieran de su boca en medio de tanta excitación.
Anna lo besó con desesperación, acariciando una de las mejillas del peliazul.
Él seguía penetrándola, disfrutando de la deliciosa sensación que experimentaba con cada embestida.
La intimidad de Anna abrazaba y oprimía su miembro, como deseosa de retenerlo ahí, dentro de ella. . . y así era.
El roce, la constante fricción entre sus sexos, todo aquello logró que la excitación aumentara. Y pronto, Horo Horo forzó su hombría con mayor fuerza dentro de la vagina de la itako. El placer los obligó a romper el beso que hasta ahora habían mantenido.
Y Anna rodeó el cuello del shaman, soltando gemidos que llegaban a oídos de su joven amante.
No podía más, el gozo recorría todo su cuerpo y una deliciosa sensación comenzaba a formarse en su vientre.
* Oh, Ho-Horo Horo. . . *
Sus cuerpos danzaban con un vaivén de sincronía, mientras Anna jadeaba intranquila; y ya no pudo más, su cuerpo tembló entre espasmos de placer, arqueando la espalda y lanzando un sonoro gemido que entonaba el nombre del ainu, recibió satisfecha el orgasmo que recorrió su cuerpo, agotándola por completo y provocando que las paredes de su vagina se contrajeran y abrazaran fuertemente la virilidad del shaman del norte, quien no pudo contener el semen que su miembro expulsó por tanta excitación y placer, desbordándose en la intimidad de la rubia.
Ambos jóvenes respiraban agitados, aun moviéndose suavemente. Horo Horo aun con su hombría enterrada dentro de la mujer.
Compartían cortos besos y los susurros que formaban palabras y promesas de amor los acompañaron por largo rato. Pero unas cuantas de aquellas palabras hicieron que Anna perdiera bruscamente el encanto que su amante le había regalado.
* Ya no me importa nada más, solo tu, Anna. . . Ai shiteru. *
Kyouyama se congeló al escucharlo, tanto amor y placer la habían hecho olvidarse de algo que venía atormentándola desde hace poco.
Su mirada, antes llena de calidez por haber hecho el amor con el peliazul, se volvió seria, fría como siempre.
Se separó del shaman sin decir nada más, provocando desconcierto al muchacho, quien no entendía que le pasaba a su amante.
““Quizá no está tan satisfecha como yo lo estoy.””
Pensó Horokeu, agitando la cabeza y descartando casi inmediatamente esa idea.
No, esos besos, sus caricias, sus constantes gemidos le habían demostrado cuan grande fue el placer que le hizo sentir al unir sus cuerpos.
Ella se detuvo aun dentro de las aguas termales.
Y dándole la espalda al hombre que conocía ya cada rincón de su cuerpo, dispuesta estaba a romperle el corazón. . .
* No vuelvas a tocarme. Lo he estado pensando y he decidido que ya no me casaré contigo. *
Y así como así, Anna salió de las termas sin siquiera cubrirse, dejando al muchacho más que sorprendido. No comprendía porque de repente ella se comportaba de esa forma y le decía cosas que lo lastimaban.
Con pupilas descoloridas y contraídas, la expresión de Horo Horo delataba la sorpresa y el dolor que las palabras de la sacerdotisa le hicieron y le hacían sentir. . .
Palabras que resonaban en su cabeza una y otra vez, palabras. . . que lo mataban suavemente.
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Amor, sexo y. . . un corazón hecho pedazos.
Haciendo el amor en las aguas termales, el ambiente y la temperatura perfectos.
No separaré a estos enamorados por mucho tiempo, simplemente no puedo, así que aun habrá un poco más de romance y tan solo una última sesión de lemon ^¬^’.
—I love HOROxANNA—.
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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 25 de Mayo de 2005.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
|| Capítulo 8 ||
Es como volver a empezar _C6_
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Anime: Shaman King
Rating: M
Pareja: Horo Horo & Anna
Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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.:: Capítulo 6: “Todo por ella” ::.
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.
* ¡¡ NO !!, es una estupidez, me opongo a ello. *
Ninguno de ellos parecía estar muy de acuerdo que digamos, pero de todos, Manta era el menos “contento” con la reciente noticia.
Después de un considerable lapso de tiempo, se hallaban todos reunidos allí, en la pensión EN, solo que esta vez el motivo de la reunión fue una verdadera sorpresa para cada uno de los shamanes.
* Ni Anna, ni yo te estamos pidiendo permiso. . . vamos a casarnos y ya. *
Horo Horo parecía irritado, nunca pensó que sus amigos fuesen a oponerse a algo que le hacía feliz.
Manta decía que era demasiado pronto para que la itako reemplazara a Yoh, y peor aun, con uno de sus amigos. Lo estaban traicionando.
*Escucha, nosotros no provocamos esto, solo... solo pasó y ya.*
Casi gritó el ainu, completamente furioso por la actitud del pequeño.
Anna, por su parte, permanecía en silencio, observando como se desarrollaba una tremenda discusión entre su nuevo compañero y el que fuera el mejor amigo de Yoh.
En realidad no podía culpar al Oyamada por su reacción, ella misma, al principio, no podía evitar sentirse como una esposa infiel al recuerdo de su esposo, pero ahora. . .
Solo veía como los amigos de Yoh le negaban su apoyo. . . y se decepcionó. Claro, él era el importante, Yoh era el amigo al que todos querían, y ahora que ella podía recuperar su vida, ellos simplemente les daban la espalda tanto a ella como a Horo Horo.
Cuando el peliazul le pidió matrimonio, la sacerdotisa solo atinó a sonrojarse y abrazarlo con fuerza, uniendo sus labios a los de él, esa fue su afirmativa.
Emocionado, el joven de Hokkaido planeó una reunión para todos sus amigos; el motivo: anunciarles su futuro matrimonio con la bellísima Anna Kyouyama. . . nunca esperó que el grupo reaccionase así.
Como el ainu les echó en cara, ellos no les estaban pidiendo permiso, después de todo, era un hecho que se casarían, pero. . .
* Yo amo a Anna, estoy enamorado de ella y ella de mi, y eso es lo único que importa. *
Lo último fue un grito por parte del shaman de hielo, quien se incorporó para que todos comprobaran que hablaba en serio y no le discutieran más.
* Así que eso era. *
De pronto, una dulce voz femenina se dejó escuchar, llamando la atención de todos los reunidos.
Pilika recién llegaba de Hokkaido después de que su hermano le enviase una carta en la que solo le explicaba que necesitaba que fuera a Funbari y nada más.
* Hermano, si me hubieses explicado, lo habría entendido. * _Dijo la peliazul, tomando lugar junto a la rubia itako, regalándole una gran sonrisa de alegría._ * Me encantas para cuñada, Anna, eres la única mujer que puede someter al holgazán de mi hermano. *
La sacerdotisa se sonrojó, desviando la mirada, tratando de ignorar ese comentario, mientras Horo adivinaba cual sería su suerte si Anna y Pilika se ponían de acuerdo para planear sus entrenamientos.
““Será un infierno tras otros, todos los días.”” _Pensó._ ““Pero si Anna está conmigo, lo disfrutaré mucho.””
* No, no, no. . . ustedes no lo entienden, Anna fue la esposa de Yoh, ¿por qué no te fijaste en otra mujer?. *
* Porque los hombres no podemos elegir, Manta, el amor... el amor solo llega y ya. *
Los demás guardaban silencio.
No importaba que le dijeran al ainu, él estaba más que convencido.
Lo notaban ligeramente cambiado, un poco más maduro y decidido. . . ¿Sería acaso el amor que tanto decía sentir por la itako, lo que había logrado ese cambio?.
* No puedo creerlo, francamente todos ustedes me decepcionan. * _Dijo el peliazul, mirando a cada uno de sus amigos, quienes bajaron la cabeza, pensando si su actitud era la correcta o no._ * Y tu, Manta, solo dices Yoh, Yoh; para que lo sepas, él estuvo aquí, vino a pedirme que cuide de ella y eso haré. *
* Que Yoh, qué?, no, no puede ser. *
* ¡ Qué irónico !, ¿no crees?, ustedes me están llamando traidor, cuando el único “afectado”, me ha dado su confianza. *
* Pe-pero. . . *
De pronto alguien más decidió unirse a la discusión, más esta vez, a favor del peliazul.
Len, que había permanecido en silencio, atento a las razones del shaman de hielo, se puso de pie, captando la atención de todos. Posó la mano sobre el hombro de su amigo, apoyándolo.
Horo sonrió agradecido.
* Pues si ambos se quieren e Yoh está de acuerdo con esto, yo solo puedo desearles lo mejor. *
* Len. *
* E-escucha, Horo, Anna no te conviene, ya sabes como es, recapacita, por favor. *
Era claro que Manta ya no sabía que más decir para que el ainu desistiera en esa loca idea que se le metió en la cabeza; casarse con Anna. . . estaba loco.
* Mejor déjalo así, Manta. * _Habló Pilika, antes de beber un poco de su te, acaparando la atención de todos los demás._ * Mi hermano dejó todo por Anna, su sueño, su familia, todo ha pasado a segundo plano, Anna es su prioridad y sé que no desistirá en sus planes de casarse con ella. *
Manta bajó la cabeza al escuchar a la joven ainu.
Si Horo Horo había hecho todo eso por Anna, entonces debía quererla demasiado.
Pero Anna. . .
Estaba sorprendida por las palabras de Pilika, que le abrieron los ojos a algo que había ignorado, tal vez sin querer.
““Entonces, por mi. . . él dejó todo. Y yo, todo este tiempo he pensado solo en mi. . . que egoísta soy.””
Sin decir una sola palabra, la rubia abandonó la estancia, dirigiéndose al jardín, sentándose sobre el pasillo de madera.
* Quizá Manta tenga razón, Horo Horo no debe estar conmigo, no sería justo. *
La joven suspiró profundamente, había tomado una decisión y esta era definitiva.
* No puedo permitir que renuncie a todo por mi. . . será lo mejor para él. *
Sin finalizar.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Un capítulo muy cortito, y que, según yo, refleja muy poco de lo que quería.
Deseaba que la discusión fuese más fuerte y profunda, que los demás shamanes participaran, y a fin de cuentas, él único que lo hizo fue Manta, bueno, es que él es el más dramático de todos, por otro lado, creo que cuando escribí este capítulo no estaba inspirada del todo.
Pero descuiden, que el capítulo que se viene es LEMON, aunque con un poquito de sufrimiento.
—I love HOROxANNA—.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 25 de Mayo de 2005.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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|| Capítulo 7 ||
Rojo mar
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Anime: Gundam Wing
Rating: M
Pareja: Heero & Relena
Sinopsis: Heero no puede sacarse de la cabeza aquellas pesadillas donde Relena yace, sin vida, sobre el rojo de su sangre. La busca, desesperado... quizás estar con ella pueda disipar sus temores.
Advertencia: Lemon (NSFW)
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Por: Maeda Ai.
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Paisaje rojo fuerte, ¿hermoso?, el que cubre el extraño lugar.
Llama ardiente y avivada la que nunca se podrá apagar.
Silencio sepulcral el de esta agua que teñida de rojo está...
Expandiéndose efusivamente; oh!, rojo mar.
Su rostro logro ver entre las flamas que la abrazan protectoramente sin dejar
Que el vital plasma se detenga; oh!, rojo mar.
En medio de su sangre la observo, su tranquila sonrisa ya no está.
Pretendo que mis ojos se hacen ciegos, pero admiran todo con pesar.
* Ah, maldición!. *
Casi grito. Despierto bañado en sudor después de una loca pesadilla,
Aquella que mi mente creó mientras dormía.
Desesperante, sí; quizás más que la propia realidad.
Maldigo indignado con aquel escenario que observe antes de sucumbir
Ante el temor de la posible realidad de la visión.
Respirando agitado, imploro en silencio que esto jamás se llegue a cumplir.
Triste estaría, lo acepto, sí.
Prefiero la muerte a no verla vivir.
Intranquilo, no puedo volver a dormir;
Lo intento sin resultados. Continua el miedo de revivir
Aquella desagradable escena donde no pude interferir.
Me rindo... imposible intentar descansar.
¿Qué caso tiene si la paso mal?.
Increíble el temor que me inunda. Deseo tanto mirar
esos ojos azules, que me atrapan
dentro de la emoción tranquilizante de poderte tocar.
Crece y crece la desesperación,
Cual lluvia que cae del cielo al corazón.
No puedo controlar el impulso, te busco.
Intento no parecer dependiente de ti;
Corro apresurado a tu refugio: la habitación a la que tanto envidio,
Por tenerte cautiva mucho más de lo que yo he soñado en mi delirio.
Golpeo la puerta con autoridad.
Que demonios esperas... ¡abre ya!.
Despeja mis dudas y la ansiedad.
Insisto enfadado, temeroso, no puedo negar
Que el miedo corroe la integridad.
Sal ya a detener esta locura
De padecer tremenda tortura.
Se abre la puerta; te puedo ver
Mi ángel de amor; hiciste amanecer.
...Tremenda emoción.
Me regalas aquella sonrisa que, por ahora,
Se haya cubierta de incertidumbre y curiosidad.
* Es urgente que hablemos. *
Te digo de inmediato y un tanto agitado.
Tu expresión me indica que no comprendes absolutamente nada
De esta inesperada visita que te hago.
Más sin embargo me permites el acceso a tu privacidad.
No puedo perder más el tiempo.
Con delirio es con lo que te toco.
Rozando tus labios, sigo insistiendo.
Este inesperado amor... me vuelve loco.
Pronto, siento la necesidad de rozar mis labios con algo más que los suyos.
Su cuello en primer lugar...
Suave y sensible, igual... me hace temblar.
Sus hombros, sí; más abajo he de llegar.
Con grandes expectativas y ansiedad,
Sus senos logro probar.
Deleitándome con la excitante redondez de estos
Y la agradable sensación de su piel... tranquila suavidad.
Se estremece con esto, lo sé bien.
El rojo en mi memoria se ha borrado.
Cielo santo logro descansar,
Porque al fin estoy a tu lado.
Me despido, oh!, rojo mar.
Tímidos gemidos emanan de tus labios,
Guiándome desesperados al placer.
Y tomando mi rostro entre tus manos,
Permites que te bese otra vez.
Ternura y ansiedad es lo que siento.
Mordiendo suavemente tus senos a la vez.
Tremenda locura experimento;
Excitado por tu hermosa desnudez.
Abrazo aferrado la cintura de mi amante.
Estrujando tu cuerpo con amor.
Lluvia de besos en mi rostro cada instante.
Aumentad este delirio, por favor.
¡ Oh, bella mujer que me posees !.
Dejadme poseer a mi también
Este lindo cuerpo que tu tienes.
De igual forma lo deseas, lo sé bien.
El placer me conduce a tu secreto.
Besando y succionando el manantial;
Lastimarte evitaré, yo lo prometo,
Pero dejadme llegar hasta el final.
Tu respiración agitada logro escuchar.
Te oigo entusiasmado entre jadeos,
Constantemente mi nombre pronunciar
Al satisfacer tus exigentes deseos.
Me alejo del bendito paraíso tuyo.
Sentiste un mar de sensaciones a la vez.
Deseas más aun, o al menos eso intuyo.
Me sorprendes, linda niña, con tu gran interés.
Profanado esos labios tuyos, sabor a miel.
Me rindo ante el desesperado sentir.
Con locas y ardientes caricias sobre tu piel
Que no te amo, no... no puedo mentir.
Pretendiendo ser tu dueño por esta vez... que loco.
Sin cuenta darme de que todo es viceversa,
Te siento agradecerme las caricias que provoco.
Con dulces besos me haces sufrir... mujer perversa.
Delirante refugio encuentro entre tus protectores brazos.
Y el adorable aroma de tu piel... el mismo que me embriaga.
Rendido ante el dolor de tus besos tan escasos.
Intento todo por tu placer. ¿Qué más quieres que haga?.
Incitación, paz... respeto y cariño; siento.
Calidez me da su hermoso cuerpo... belleza total.
Morir y vivir, dolor y placer. Todo por este sentimiento.
Amarnos u odiarnos, continua locura letal.
Beso desesperado tus senos nevados... excitación.
Imposible separarme de ellos; mi droga eres amor.
Complacido con la perfección de tu cuerpo; siento pasión.
A cada instante te anhelo más... no importa el dolor.
Tatuando de besos tu cuerpo entero y femenino;
Dejando huella en tu ser cual misión importante.
Señales de que me perteneces. Y aun no termino.
Tan solo mía mujer... mi amada amante.
Entrecortados sonidos escapan de tus delgados labios.
Te escucho satisfecho; ataco con besos más profundos.
Apagando con estos tus labios... necesito probarlos.
Mirando tus ojos y su agradable misterio... en ellos me hundo.
Eres bella, más que nadie. Envuelto necesito estar
Entre tus tiernas caricias para feliz permanecer.
Por ello esta frágil figura tuya insisto en probar.
Aquí en la oscuridad. Esperaremos el amanecer.
Ansias recorren mi cuerpo; beso tus labios con delirio.
Separando cuidadosamente las delicadas piernas que posees.
Dirijo al espina a la entrada de mi amor...
Empujando lentamente, disfrutando el momento. Imploro me desees.
Porque este loco corazón se revela ante la lógica mía.
Te poseo desesperado, detenerme jamás... oh!, pasión.
Ingresando entusiasmado entre mares de caricias.
Loca noche, loco amor. Te amo... mi corazón.
Sintiéndote temblar bajo a mi cuerpo, y a este permanecer aferrada.
Confesando palabras y sentimientos entre mil besos.
Ahora estoy dentro tuyo... oh!, mujer amada.
Inseparables ahora somos. El uno por el otro... felizmente presos.
Consciente a la perfección del recorrido de la espina a la rosa.
Cosquillas dentro de ambos cuerpos... loca, ansiada pasión.
Ataque certero de placer. Tuyo por siempre mi chica hermosa.
Adicción al femenino ser... bendita esta desesperación.
Ingresando una y otra vez
Al paraíso de tu secreto.
Amor por primera vez.
Noche y calor... todo es perfecto.
Palabras que al aire, desesperados dejamos volar.
Increíble: el momento, el vinculo; la inexplicable sensación de poderte amar.
Tranquilidad, deseo y ansiedad embargan este cuerpo cansado,
El mismo que tu deleitas con caricias y besos desbordando la ternura.
Aparentando indiferencia y enojo, me pierdo... para mi jamás pensado
Lo fácil que fue para ti despojarme por completo de esta armadura.
Logrando hacer relucir un sin fin de emociones que, no entiendo,
Siempre y sin pensarlo, no me doy cuenta... todas se dirigen a ti.
Suaves caricias en mi adolorida piel estoy sintiendo...
Tus besos amor querido yo anhelo... no puedo mentir.
Disfrutando del momento. Ansiado y desquiciante placer pasional.
Sintiendo los atributos tan excitantes de tu figura.
Bendito el pecado... aceptando la necesidad carnal.
Placer: excitación... sensación inigualable.
Con mi espina clavada en tu cuerpo, te destrozo, tierno amor.
Mía, ya completa. Admirando la agonía interminable.
Arrepentido, aguardo el momento en que disminuya tu dolor.
Lluvia de besos a tu rostro que envuelto en lagrimas ya esta.
Gemidos me advierten. “Amor”, me logras llamar.
Tranquila te muestras... termina la tempestad.
“Perdón”, te pido arrepentido. No te quise lastimar.
Continuación de los instintos; aun me permites dentro de ti estar;
Recorriendo el camino de tu cuerpo; oh!, Relena.
Más tranquilo y cuidadoso... me preocupa tu bienestar.
Extasiado de placer; sonrojado ante tu cara tan serena.
“Te estoy queriendo demasiado”. Logro por fin entender.
Quizá por el mal sueño antes experimentado.
Perderte me mataría... tan solo eso comprender.
Sin tu cuerpo y cariño, me sentiría amenazado.
Olvidando estos miedos que a mi mente enloquecen,
Te beso. El rojo se desvanece; no más rojo mar.
Delirante por el calor permites que empiecen
Los gemidos y agitados gritos... solo nos podemos amar.
Entrando y saliendo con rapidez de tu figura;
Te penetro alocado, ya cada vez más de prisa.
Me apoyo en tu cuerpo ; te sujeto por la cintura.
Ardientes y excitados... nos relaja la delgada brisa.
Después de intensos gemidos, entre mis brazos te encuentras temblando.
A mi cuerpo te aferras desesperada; mi perfecta amante.
Te ha invadido un orgasmo... y aun te sigo penetrando.
“Que locura”. Jamás imaginar siquiera poder amarte.
Varias veces has experimentado el éxtasis, oh mujer.
A tu rosa la dura espina mía sigue clavada.
Unido a ti de esta manera imploro permanecer.
Desesperados, excitados. Así contigo... oh, mi amada.
Gran esfuerzo del cuerpo. Ya se encuentra muy cansado.
Termino dentro tuyo... río de vida que en ti ahora fluye.
Ligeros sonidos por parte de ambos; tranquilos... todo ha terminado.
Sobre tu cuerpo recostado. Sorprendido de la forma que en mi influyes.
Agotado. Acaricio su suave piel; le agradezco... estoy satisfecho.
Besando con ternura los femeninos labios
Y acurrucando el rostro sobre su pecho;
Enredando los dedos en sus cabellos lacios.
Respira agitada, después de todo.
La sigo abrazando; la sigo besando.
Protegerla antes que nada: lo estuve pensando.
Deliciosa noche me hiciste pasar.
Como esta... dudo tener otra más.
Casi no hubo palabras. Fue escaso el verbo amar.
Pero negar que ahora te quiero... eso jamás.
Y de nuevo aquella imagen a mi mente regresa.
En un lago de sangre te veo, oh mujer que ahora estas en mis brazos.
Rojo mar me atormentas. Me alejo de ella con sorpresa.
Pero eso no le importa. me devuelve a su lado entre tiernos lazos.
Sus besos y caricias te alejan de mi, oscuro paisaje.
Calma miedos y penas... me ha regresado la paz.
Me lleva el deseo de besarla... lo hago. Es este mi mensaje...
Que la adoro y, aunque increíble, puedo hacerlo aun más.
Finalizado.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
El fanfic toma lugar durante el tiempo en que Heero permaneció en el reino de Sank, con Relena aun como reina.
Se le puede llamar poem-fic?. Está escrito en versos, pero un poema no necesariamente tiene que rimar ^^.
Y la verdad... está bastante suavecito.
~*~
Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 15 de Octubre de 2002.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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Misión aceptada
![Misin Aceptada](https://64.media.tumblr.com/790d3ae47ced4cd9b66ac11cf65d3817/1f5442852dd90647-6f/s250x400/6e60021e4d04995600d6513134f8bcc5949b3ae4.png)
Anime: Gundam Wing
Rating: M
Pareja: Heero & Relena
Sinopsis: Tuvo tantas misiones de guerra en su corta vida, más ahora tiene una propia, la más importante... amar y proteger a la única persona que ha creído ciegamente en él... Relena.
Advertencia: Lemon (NSFW)
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Por: Maeda Ai.
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Benditos oscuridad y silencio, ambos, imperantes en la gran habitación; el primero es opacado por el fino rostro de una chica... la chica a la que él observa desde hace horas, mientras que el silencio es roto tan solo por aquel débil pero constante sonido que emiten las manecillas del reloj al avanzar segundo a segundo...
Contra todo lo que realmente es su deber de soldado... de asesino, le perdonó la vida a esta mujer, a la única persona que sabe que es el piloto de uno de los Gundams... Relena.
Según las órdenes, debía matar a quien pudiera de alguna forma interferir o afectar la misión que le fue asignada. Pero... no pudo. No es que no intentase, que no quisiera matarla; lo quiso hacer en repetidas ocasiones y sencillamente no lo llevo a cabo.
Ahora la tiene por cuarta vez entre sus brazos, dormida... desnuda.
Con suma tranquilidad, alzando ligeramente la mano derecha, sostiene con esta la mejilla de la apacible durmiente. Un suspiro de cansancio emerge de los entreabiertos labios de la joven; con temor a incomodarla retira la piel de su mano de aquel hermoso rostro que descansa sobre su pecho varonil, a cambio, comienza a deslizar las inquietas manos una vez más para rozar con estas la sensible piel al descubierto de la chica rubia.
Obteniendo una respuesta a sus insistentes movimientos, ella abre parcialmente sus brillantes ojos para visualizarlo, antes que nada, a él... sonríe. Una sonrisa ligera que emana ternura, implorando que la misma sea regresada por la otra persona.
Pero no es así, no del todo, tan solo la estrecha con más fuerza de la utilizada anteriormente. Haciendo que su aterciopelada y blanquizca piel tuviese contacto con la del joven.
El soldado comienza a acariciarla sin descanso logrando percibir los escalofríos que la chica experimenta con cada roce entre las ásperas palmas de las manos del joven y la tibia piel pegada a su figura.
Yuy la hace suspirar un par de veces y después, sin avisar, la toma con brusquedad haciendo que su cuerpo quede de espaldas al de él; confundida, asustada, gira su rostro y mirada hasta encontrarse con los del que podría considerarse su atacante, pudiendo observarlo con ese semblante suyo de pureza, que a pesar de estar relacionada con este sujeto, aun conserva.
Al sentir esa pesada confusión e inocencia, Heero se siente dudar, retractándose poco después...
* Lo siento. *
Alcanza a decir apenas disminuye la fuerza que aplicaba a sus brazos. La joven le sonríe admirada al mismo tiempo que le abraza con suavidad, haciéndole sentir lo que la gente común describe como cosquillas en el estomago; pero ella parece no notarlo, y esto es porque a lo largo de toda la noche, desde que se conocen, desde que se encontraron por primera vez, no demostró emoción o expresión alguna al estar a su lado.
El muchacho devuelve el abrazo con sumo cuidado temiendo lastimarla; recostando la cabeza sobre el hombro de la fémina, se pregunta que le hizo esta mujer, ¿por qué parece estar hechizado con su presencia?. En qué demonios ha estado pensando en compartir su cama en más de una ocasión?.
* Te quiero. *
Un par de palabras que susurra en el oído del joven, lo hacen olvidarse de todas las preguntas y enfrentarla, indefenso contra aquella frase; no puede defenderse porque aun no sabe como hacerlo.
Toda vez que la joven hace emerger de sus lindos labios palabras tan hermosas y profundas como las anteriores, sencillamente lo deja sin armas en la pelea que lleva con ella; así es como cayó en sus redes; así es como se enredó con ella en la cama aquella vez, las siguientes y esta... así es como siente por ella lo que siente ahora.
Con la seda de ambas manos femeninas toma el rostro del joven entre aquellas para sostenerlo y acariciarlo con tranquilidad característica solo de ella y semejante solo con la tranquilidad de la brisa de la madrugada.
Otro tipo de caricias tocan el cuerpo del piloto llegando hasta su corazón, son palabras que emergen desde el fondo del alma de la chica.
Esas palabras lo envuelven con su ternura y lo incitan a continuar la historia que comenzaron hace algunos meses y que, a pesar de haber continuado durante algunas noches, aun sigue inconclusa. Cuando esta mujer duerme con Yuy, parece adueñarse de él más y más.
La primera vez que la vio; aquella ocasión en que le juró matarla y la primera vez que salió con ella, no tenía la menor idea de que alguna noche, una muy cercana, ambos terminarían en la cama, pero... cada vez le era más difícil despedirse de la joven.
Más aun, se sorprendió a sí mismo cuando al otro día de que la tuviera por vez primera, pensara: "¡Que fabulosa mujer!". Se atrevió a no ahogar sus deseos y sentimientos para así meterse en la cama con él.
Ahora el hombre toma el control al acercar sus sedientos labios a los de Relena, rozándolos con una lentitud que solo demuestra en la cama, o al planear una misión que lleva a cabo en tiempo record.
La besa, primero con tranquilidad y poco después con una pasión que crece segundo a segundo. Y pareciera que sus cuerpos más pegados no podían estar aunque aun no la había penetrado.
Sin dejar de acariciar los labios de la joven, Heero guía sus desesperadas manos por todo el cuerpo de esta, sintiendo en especial su parte favorita de la figura de Relena, sus senos; pequeños, suaves al tacto sencillo de sus ansias, pero tensos al recibir la piel masculina constantemente.
El hecho de recorrer su piel cuantas veces le place da como resultado un sin número de sonidos placenteros por parte de la chica.
No lo entiende.
La forma en que la hija del viceministro Darlian externa sus emociones y sensaciones, porque él mismo nunca lo ha hecho, no sabe como. Aunque pareciere que la joven le esta enseñando como hacerlo.
Le ha enseñado a quererla, a aceptarla y perdonarle la vida... le ha enseñado tantas cosas... le ha enseñado a ser algo así como un humano. Lo ha enseñado a desearla sabiendo que el deseo conduce al amor.
¿Amor?. Qué es eso?... nunca lo ha sabido y cada vez que intenta preguntárselo a la joven ella esquiva las preguntas y lo besa con insistencia. A cambio, lo llena de dulces sensaciones que acarician el malherido cuerpo, tanto física como espiritualmente; doblegándolo, sí, lo vuelve frágil ante ella y aun así lo permite... lo disfruta.
Relena es la primera persona que lo trata con guantes de seda, que le brinda cariño, que le ha dado noches inolvidables desde aquella vez que todo aquel deseo contenido se desbordo.
Desnuda, tal como lo hace ahora, pues horas atrás probaron sus cuerpos mutuamente; pudiendo jactarse de ser el único que conoce ese secreto de mujer que tanto le atrae: su tierna desnudez.
Descargando besos sobre sus pechos, cierra los ojos permitiendo que la magia de su compañía lo envuelva, porque a su lado sueña que es normal. Un individuo que no vive solo por y para la guerra, aunque no sea así.
La erección va tomando fuerza conforme insiste en besar la totalidad de su cuerpo; la siente temblar y al mirarla solo puede notar el rubor imperante en su lindo rostro.
* ¿Qué demonios me hiciste?. *
Después de apenas tocar los delicados labios femeninos con los suyos y dejar escapar un brillo de emoción de sus ojos, Heero le pregunta algo que aun carece de respuesta para él.
Ella le sonríe con ligereza mientras guía sus pequeñas manos al pecho del joven para empujarlo suavemente hacia atrás, haciéndolo recostar sobre la acojinada y cómoda cama que sostiene ambos cuerpos; la chica se arrodilla sobre el colocando sus largas piernas a los costados.
Con suma paciencia y lentitud acerca su cuerpo al de Yuy, permitiendo que el miembro, totalmente elevado al aire, de este ingrese en su cuerpo conforme ella misma va bajando las caderas para permitirle el acceso.
Los agitados movimientos y sonidos desesperados por parte de la joven lo contagian y no logran más que hacer que el chico se involucre mas en esta relación.
El cuerpo masculino comienza a sudar al sentir el fondo de la intimidad femenina apretándole y reteniéndole ahí, con ella, con desesperación.
La chica se doblega un poco recostándose sobre su amante permitiéndole así percibir el agradable aroma de su largo cabello.
Ya lo había olvidado... que ha aprendido varias expresiones a su lado. Así, el chico cambia estas de sorpresa por unas de relajación o ternura. La siente respirar agitada sin poder reprimir los sonidos que emergen de sus labios y que llegan hasta sus oídos por tenerlos cerca de su linda boca.
Entierra, sin pensarlo, las agujas de sus manos en los hombros al mismo tiempo que su respiración se torna más ruidosa. Así, Heero la sujeta de tal forma que el rostro de la joven quede frente al suyo para besarlo sin reservas.
Aceptó ser su amante, sin siquiera detenerse a pensar de que forma afectaría su vida. Ahora solo se enfoca en provocarle sensaciones de gozo; que su cuerpo sienta un mar de emociones... lográndolo, a lo largo de varios minutos y frenéticas penetraciones, logra que un deseado orgasmo la recorra por completo.
Le gusta hacerle eso. Le agrada verla gemir al extremo del cansancio; que su delgada y apetecible figura femenina se retuerza ya sea de bajo o sobre su cuerpo, y que lo abrace y lo bese con desesperación durante estos momentos de locura. Porque sexo perfecto nunca faltará, y solo existe el que pueda experimentar con esta mujer... con su Relena.
El cálido aliento de la cansada chica toca la cara del joven, pidiéndole que no se detenga ahora.
Guiado por lo que considera el instinto del placer, sale de su cuerpo para tan solo tatuar de besos su entera silueta. Sin saber la razón, acerca los hambrientos labios a la entrepierna de la joven para probarla por primera vez, sorprendiéndose a si mismo y de paso a su pareja.
Loco, sediento de ella, explora su intimidad con gran entusiasmo y ansias que parece jamás se apagaran. Dejando salir al extremo su otro "yo", deseoso de todo lo que representa esta mujer.
La sujeta con fuerza al mismo tiempo que hunde su rostro en ella para degustar aquel nuevo sabor, ese sabor a mujer tan característico solo de Relena... este sabor que le agrada.
* Oh, ah... Heero !. *
La escucha suplicar por más de sus caricias; estando hipnotizado por la nueva sensación de la humedad que él mismo le provocó. Ingresando con su curiosa lengua al interior para clavarla lo más profundo posible, logrando extraer más de ella; haciéndola temblar como si fuera de frío pero lo hace de amor.
Yuy se aleja de aquel exquisito lugar solo para ahora probar delirante el sabor de su boca. Besándola con frenesí, cual adicto a un vicio que lo corroe por dentro y le provoca dolor si no intenta saciarlo.
Así une sus labios a los de Darlian sin intención alguna de alejarlos de ahí porque siente asfixiarse sin ellos.
Heero se separa apenas por milímetros después de un rato y...
* ¡ Eres deliciosa !. *
Le confiesa. El sabor de la mujer que en ella había, y que aun permanece en su paladar, es su favorito, sinceramente no planea probar a otra mujer.
El chico vuelve a deslizar sus manos por la suave piel femenina... se detiene. Mira ambas manos dejando así que surja la confusión; ¿Es correcto que continúe?, puede tener una vida tranquila a su lado?... ¿Qué tanto la merece a ella?.
* Heero !... *
Su nombre a sido susurrado por los pequeños y rosados labios de Relena quien lo mira triste y curiosa a la vez. ¿Por qué se detiene?. Mientras, la mirada del joven no ha cambiado, sigue con el semblante característico de enfado, pero en esencia hay algo distinto en su ser.
Tiene miedo... y con este miedo levanta la mano derecha hacia ella para tomar aquel fino rostro con la palma; la acaricia y la abrasa, recargando su cansada frente sobre los senos de la chica... suspira. Busca consuelo en la dulce e inocente persona que se encuentra frente a él, desea que le contagie un poco de su inocente pureza, pureza que Heero Yuy, a su corta edad, desconoce.
Suaves caricias sobre su alborotado cabello lo hacen verla a los ojos... le está sonriendo, ¿por qué?.
* Continua, por favor. *
Las pupilas del chico se dilatan. ¿Cómo es posible que ella lo desee?. No la merece.
Pero no importando y quizás no sabiendo lo que el chico piensa en estos momentos, ella le besa con tranquilidad rogándole que prosiga, y así lo hace. Estrecha a Relena permitiéndole sentir a esta el tranquilo latir de su loco corazón, latir que clama por ella... por su cariño.
No pierde tiempo, la eleva ligeramente en el aire para dejarla sentarse poco a poco sobre él, sobre su miembro aun erecto, haciéndola bajar pausadamente sobre este. Con cada roce, con cada centímetro que logra ingresar en ella y en cada suspiro y gemido que ambos dejan salir producto de las ansias, siente que ya no puede alejarse nunca más de esta mujer.
Así, ajusta las fuertes manos a la pequeña cintura de la chica; es que su figura le encanta.
Heero ha ingresado más de la mitad de su hombría en la cavidad femenina que, gustosa, lo recibe con pequeñas contracciones que lo hacen gozar.
Durante el lapso de espera para entrar en totalidad, se enfoca en aquellos pequeños pechos; la verdad es que resaltan lo suficiente como para que pasen desapercibidos por el amante masculino. Con tal delicadeza, al grado de apenas hacerle sentir sus caricias, Yuy besa insistente los senos de Relena, aprisionando con los labios uno de los, levemente rosados, pezones que lo llaman a proseguir; succionándolo y mordiéndolo suavemente, lo libera de aquel pequeño dolor acompañado de placer. Después de unos cuantos minutos y de hacer cosas mil que le provocaran placer a su mujer.
Estuvo clavado en el frágil cuerpo femenino por largo rato; paciente, provocándole choques eléctricos a la joven, logrando que la chica se llenase y desbordara de mil sensaciones que iban desde el dolor y la ansiedad, hasta la felicidad producida por la placentera situación. Esto sin mencionar la tranquilidad de al fin tener el tan preciado amor del joven.
Por ello, Relena se colapsó sobre el atlético cuerpo juvenil de Heero, en medio de un sin fin de sensaciones hermosas y tan esperadas que solo Yuy provocaba en ella.
Relena pronunció el nombre de su amado en un tono cariñoso y ligeramente prolongado. Respirando apresurada, esperó y permitió a que el soldado llegase a la cima del acto sexual dentro de ella. Relena Darlian era invadida por un nuevo orgasmo por lo que, intranquila por la prolongada sensación, abrazó fuertemente a su pareja al mismo tiempo en que comenzaba a llorar de placer y felicidad.
No importaba la razón; ver el hermoso rostro de la joven bañado en lágrimas no era del agrado del muchacho. Liberando un tierno beso en la mejilla de la mujer, probó el doloroso sabor del agua salada que ella derramaba por él, siempre por él. Ya estaba harto de aquello; de sí mismo.
¿Cuántas veces la joven se había interpuesto entre él y los ataques de los enemigos?, ya había perdido la cuenta. Lo cierto es que Relena sufría mucho por su causa; por voluntad propia tomaba el papel de escudo humano, eso sin mencionar las lágrimas que la chica derramó sin cesar por Yuy.
Y no conforme con eso, Heero tuvo el descaro de poseerla, de tocar ese cuerpo femenil a su entero gusto con sus manos manchadas de sangre.
* Perdóname... no te merezco. *
Y se disculpó por ello. Aunque realmente sentía no tener justificación alguna.
La mujer lo miró sin entender; qué era lo que debía perdonar?. Su amante la miró por largo rato sin pronunciar palabra; finalmente le explicó su sentir y recalcó el hecho de que, como asesino, no merecía tener el amor que ella le profesaba.
Relena, que estaba recostada sobre el chico, besó tranquilamente la frente del confundido joven mientras mantenía los ojos cerrados, disfrutando de la preocupación y ternura que a veces salían a relucir por parte del soldado.
* No digas eso, yo... nunca permitiré que me toque un hombre que no seas tu. Porque... contigo soy feliz. ¿Entiendes?.*
El joven parecía sorprendido; no sabía si lo que hacia su chica era por pura necedad o por sus sinceros sentimientos.
La chica no tardó en dejarse vencer por el sueño nuevamente; quedando entre los brazos de la única persona que sabía como amarla.
* ¡ Amarla !... es verdad. *
Las respuestas parecían haber llegado al joven después de observar por largo rato el inocente rostro de la chica. Sintió, por vez primera, el latir de su loco corazón; como sus mejillas se encendieron en rojo, los infinitos deseos de besar a la mujer y abrasarla más fuerte. ¡ Por fin lo entendía !. ¿O era solo que no se había dado cuenta?.
* Misión... aceptada.*
Las palabras que mencionara Heero eran la respuesta a una misión... la de mayor prioridad de ahora en adelante; pero no era una referente a la guerra. Esta misión se refería a la primera orden que le dictaba su propio corazón; orden que, gustoso, llevaría a cabo así se le fuera la vida en el intento.
Tantos cambios positivos en él, un ser humano sin sentimientos o emociones, gracias a una sola mujer... gracias a Relena.
Totalizado.
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El primer lemon de Gundam Wing que realizo; creo que también es de los primeros en español.
Lo confieso, ADORO a esta pareja.
Por cierto, la misión que acepta Heero es amar y proteger a Relena, todo dictado por su propio corazón.
Como él siempre anda aceptando las órdenes de otros para completar misiones, me pareció que si debía ejercer órdenes, esas debían ser las de su propio corazón.
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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.
Totalizado el 21 de Agosto de 2002.
La dama del Hentai: Maeda Ai.
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