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Ella Es... _C7_

Ella es... _C7_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Para él, ella era la mujer más hermosa, fría, pero fina y frágil al mismo tiempo, misteriosa e inalcanzable, única. Su amor imposible, ella era Anna Kyouyama... ella era su todo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 7: “Susurrando un adiós” ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

* ¿Segura que eso es comestible?. *

  Anna le dirigió una mirada fría, casi asesina, a su compañero.

¿Cómo se atrevía a preguntarle eso?, todavía que ella se molestaba en preparar la cena.

  * Deberías agradecerlo. *

 Era desilusión lo que acompañaba la suave voz de la chica.

Horo Horo sonrió ligeramente. Acercándose a la rubia, la abrazó desde atrás, aspirando el dulce aroma de sus cabellos mientras le susurraba al oído.

  * Disculpa, solo bromeaba. . . no quise ser grosero, es solo que. . . no sabía que cocinabas. *

* Ja!, solo espera y verás, lamentarás haberte burlado de mi comida. *

Anna fingió indignación y aunque le hubiese gustado torturar al peliazul con el látigo de su desprecio, no pudo pues el muchacho comenzó a besarle el cuello, mordiendo suavemente de vez en cuando.

  * Mmm. . . *

 Un pequeño gemido escapó de los labios de Kyouyama, quien se giró hasta mirar de frente a su compañero.

Se besaron, primero tranquilos, luego con pasión.

Desde que vivían juntos simplemente no podían estar mucho tiempo sin besarse, lo necesitaba, se necesitaban. . . sentirse y saberse propiedad exclusiva el uno del otro.

 Fue Horokeu el que se mudó al departamento de Anna, y desde que puso el primer pie en ese lugar, la chica le amenazó con reglas y castigos.

Qué si llegas tarde te quedas a dormir afuera. Que si me molestas te echo a patadas. Además, él era el encargado de la limpieza.

  ““Maldición, parezco su sirvienta y no su pareja.””

 Pensaba el peliazul, un tanto cansado de todo aquello. Y sin embrago, no se quejaba.

Estaba con ella, la tenía todas las noches para él solo; podía hacerle el amor cada vez que se le daba la gana, lo cual era muy seguido ahora que vivían juntos.

Además no podía olvidarse de los pequeños detalles de ella hacia él. . . como este, que ella está cocinando para él.

  Los besos se volvieron más largos y profundos y las caricias se tornaron más atrevidas.

Horo posó sus grandes manos sobre las generosas porciones de carne que sostenían la espalda de Kyouyama, haciéndola suspirar agradada con el contacto. De seguir así hubiesen terminado haciendo el amor ahí mismo, sin preocuparse por la cena, más el repentino y luego constante sonar del timbre los hizo separarse, abochornados; alguien allá afuera había escogido el peor momento para interrumpir a la pareja.

  * Deja que se cansen de tocar, no vayas. *

 Pidió el peliazul a su chica.

Pero Anna estaba dispuesta a hacer efectivos dos tiros. Iba a matar a quien quiera que la haya interrumpido en un momento de intimidad y, de paso, dejaría a Usui con tremendas ganas de ella.

  ““Así las cosas se pondrán más interesantes para cuando regrese.””

 Pensaba la rubia, con una traviesa sonrisa atravesando su linda cara. Más la sonrisa se borró de sus labios en cuanto abrió la puerta, encontrándose con quien menos esperaba.

  * Yoh. *

 Susurró.

Una palabra, un simple nombre que logró articular con mucho esfuerzo.

  * Hola, Annita. ¿Cómo has estado?. *

 Esa estúpida sonrisa en su rostro, como un niño que hizo alguna travesura y sonríe, esperando ser perdonado.

  * ¿Qué haces aquí?. *

 Yoh dejó de sonreír, nunca la sintió tan fría como ahora.

Era cierto que fue él quien terminó la relación y solo para andar con otra mujer, pero y tenía la esperanza de que Anna lo hubiese superado ya.

 Se miraron fijamente por un buen rato; el silencio fue lo único que acompañó a los jóvenes. Incomodo e interminable silencio, mismo que se desvaneció al escucharse una voz varonil adentro de la casa.

  * Anna, amor, ¿te vas a tardar mucho?, porque ya tengo hambre y. . . *

 Horo Horo no pudo completar su frase; ver a Yoh Asakura no le agradaba nada, nada.

Frunció el ceño, estaba furioso con ese hombre por no valorar a la mujer que tenía.

  * ¿A qué viniste?, tu no tienes nada que hacer aquí. *

* Y tu sí?. *

 Las pupilas del peliazul se tornaron blancas. Estaba furioso y dispuesto a sacar a patadas a ese sujeto, más la intervención de la rubia no se lo permitió.

  * Basta!. Horokeu, por favor termina la cena, yo vuelvo en un rato. Vamos, Yoh. *

  Fue tan rápido, Usui no entendía muy bien que era lo que su chica estaba pensando en ese momento y por supuesto que no le gustaba para nada la idea de que ella se fuera por ahí con el castaño.

  ““Pero confío totalmente en ella.””

 Pensaba.

Con un suspiro de cansancio y resignación, entró al apartamento, dispuesto a terminar la cena y esperar a Anna.

~*~

~*~

~*~

   * ¿Y bien?. *

  Anna siempre tan directa y práctica.

Sentada en un columpio en el parque, se mecía suavemente, sin siquiera mirar al hombre que la acompañaba.

  * ¿Qué hacía él en tu apartamento?. *

* No es de tu incumbencia. *

 El Asakura frunció el ceño al escucharla.

¿Qué no le incumbía?, después de lo que habían tenido juntos, ahora ella le decía eso.

  ““¿Es que tan pronto se olvidó de mi?.””

  El solo pensar en ello lo hacía enfurecer.

Yoh la había ido a buscar con la esperanza, no. . . con la certeza de que ella lo perdonaría y que volverían a estar juntos.

Nunca esperó encontrar a ese tipo en su casa.

  * ¿Por qué él?. *

* ¿Y por qué no?. *

* Anna, por favor!. *

 El castaño le gritó eufórico, se paró de golpe, haciendo resonar las cadenas del columpio en el que hasta hace unos segundos estaba sentado.

Más la rubia ni se inmutó con la agresividad del muchacho. Con fastidio y cierto desinterés, volteó a verlo.

  * Debo regresar a preparar la cena, así que, ¿dime ya que quieres, Asakura?. *

* Nunca cocinaste para mi. *

* Sí, bueno. . . supéralo. *

  Yoh apretó fuertemente los puños, frustrado.

Esta platica no lo estaba llevando a ningún lado; ella solo se estaba burlando de él.

  * Anna, quiero que vuelvas conmigo. *

* ¿Qué yo vuelva?, tu me dejaste, no yo a ti.  Además llegas tarde. *

* ¿Qué quieres decir?. *

* ¿No es obvio?, Horo Horo y yo estamos viviendo juntos. *

  El castaño se mordió el labio inferior. No era eso lo que él quería escuchar, no era esa la actitud que esperaba de Anna.

Nada estaba saliendo como él quería.

  * Es por mi, ¿verdad?, fue despecho porque rompí nuestra relación, tu. . . *

* No lo sé. . . tal vez sí, tal vez no. *    _Lo interrumpió ella; su mirada reflejando serenidad._    * Quizás así fue al principio, pero ahora. . . *

  Anna pasó mucho tiempo pensando en las razones por las que había decidido iniciar un romance con el chico peliazul.

  ““Si lo conozco desde hace tanto, ¿por qué hasta ahora?, ¿por qué no me fijé en él antes?.””

  Se preguntó una y otra vez, y después de torturarse tanto, comprendió que siempre se había sentido atraída por ese hombre, sintiendo algo especial por él.

Pero siempre quiso ocultarlo hasta el grado de ignorar sus sentimientos por tanto tiempo.

  * ¿Ahora me dirás que siempre lo has querido?, no te creo. *

* Poco me importa si me crees o no, Yoh. *

 Ambos jóvenes se miraron por un rato; tantas emociones encontradas. Lo cierto es que ninguno de los dos tenía nada más que decir.

Anna se puso de pie y tras dedicarle una sutil sonrisa al que alguna vez creyó el hombre de su vida, se despidió.

  * Debo irme, Yoh. Que. . .  que te vaya muy bien. *

  Sus palabras, sinceras, sorprendieron al castaño.

Que distinta era Anna a aquella mujer que, histérica y furiosa, cerca estuvo de arrojarle encima la mesa cuando le dijo que había conocido a otra chica.

  * Estás más tranquila. . . sí que has cambiado, Annita. *

  O quizás, Usui simplemente había logrado que Kyouyama fuese ella misma.

Yoh cerró los ojos y bajó la mirada; una amarga sonrisa le adornó el rostro.    Solo fue capaz de susurrar la despedida.

  * Adiós mi querida Anna. *

   Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Corto, un tanto apresurado. Creo que tenía que meter a Yoh en esta historia.

Me gustó como quedó; sufre, Yoh, sufre, jajaja  —risa maléfica de MAi—.

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 03 de Julio de 2006.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

|| Capítulo 8 ||

  • brsandman
    brsandman liked this · 3 years ago

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3 years ago

Un regalo de despedida... para volver

Un Regalo De Despedida... Para Volver

Anime: Heat Guy J

Rating: M

Pareja: Daisuke & Kyoko

Sinopsis: Él se iría, dejándola con la alegría apagada de un amor apenas confesado. Por eso, la amaría hasta el cansancio; esta noche sería de ellos... este era su regalo de despedida.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

 * ¿Por qué me dices esto ahora?. *

 Kyoko terminó suspirando; la resignación acompañando sus palabras. Pero quería mostrarse tan insensible como él, como siempre lo hacía.

NO !!, quería gritarle, sacudirlo hasta obtener una respuesta, más no lo haría, no tenía caso y no tenía ganas, simplemente estaba cansada.

 Entonces dejó de mirar el piso, encontrándose con la seria expresión de Daisuke; ya no le daba la espalda.

* Hay algo que quiero buscar. *

 Fue su razón. Una no muy buena para ella, pero: ¿qué podía hacer?.

Una sonrisa fingida adornó su rostro.

 * Mientras no sea otra chica. *

 Fue lo único que ella dijo, provocando que el rubio soltara una carcajada.

 La joven arqueó una ceja, si bien trataba de poner fin a la tensión que se había formado entre ellos, tampoco era para exagerar. Más poco a poco, Kyoko tuvo que dejar de reprimir una sutil risa; él la había contagiado.

Y ahí estaban los dos, riendo en medio de una despedida.

 * Ya en serio, Daisuke, ¿por qué de pronto?, ¿por qué?. . . *

 De pronto se apagó la voz de la joven de rosados cabellos.

 * No por favor, no quiero hablar de eso ahora. *

 El chico Aurora acercó su rostro al de la joven, poco a poco hasta rozar sus labios con los de ella. Suave, lento, terminaron besándose profunda y apasionadamente.

La mente de Kyoko era un ir y venir de preguntas que no tendrían respuesta, mientras recordaba que este no era su primer beso con el muchacho.

Y tan pérdida estaba en sus pensamientos, que tardó en darse cuenta de que Daisuke la tenía de espaldas sobre la cama, aprisionándola bajo su cuerpo varonil, besándola con más fervor ahora.

 Estaba bien, esto era hermoso, así que Milchan simplemente se permitió disfrutar del momento. Pero entonces sintió la lengua del rubio penetrando en su boca, buscando con quien jugar.

 * E-espera, Daisuke. . . *

 Kyoko giró el rostro, moviéndose inquieta, tratando de salir de la prisión que habían forjado los fuertes brazos de aquel hombre.

 * Dame algo, Kyoko. *  _Le susurró él, besándole el cuello mientras apretaba suavemente un pecho por encima de la ropa._  * Dame algo para regresar. *

 Apenas dijo esto, el rubio buscó la mirada de la joven, esperando su respuesta.  Y aunque en sus lindos ojos encontró dudas y temores, también halló un inmenso cariño. . . para él.

Daisuke no lo dudó, besó a la mujer mientras sus manos se colaban, traviesas, bajo el vestido.

 * No !!, de, detente. . . *

 Kyoko se inquietó y agitó sus manos, tratando inútilmente de alejarlo de sí.

Tranquilo, él le mordió la oreja izquierda para luego susurrarle al oído.

 * Solo confía en mi. . . Kyoko, ¿confías en mi?. *

 Sus miradas se encontraron nuevamente.

Las cejas de la chica se curvearon con tristeza. ¿Cómo no iba a confiar en él, si lo amaba?. Esto era algo que ella igual deseaba, así que hizo sus temores y tristezas a un lado, acariciando las mejillas del muchacho. . . y lo besó.

 El mañana no importaba y era algo en lo que ella se resistía a pensar. Daisuke se iría, dejándola con la alegría apagada de un amor apenas confesado.

Así, el chico la abrazó con fuerza, escondiendo el rostro entre el cuello y el hombro de su amada.

En realidad no quería irse, el arrepentimiento le llegó con solo verla. Por eso, la amaría hasta el cansancio, esta noche sería de ellos.

  Las manos ansiosas de Daisuke iban y venían, palpando, acariciando, apretando suavemente de vez en cuando, hasta deshacerse del vestido de su compañera.

Las mejillas matizadas en rosa combinaron de pronto con el color de su cabello. Kyoko respiraba agitada, no podía evitar sentirse insegura y avergonzada. Ella no era Antonia, no tenía esas despampanantes y marcadas curvas, ni mucho menos grandes atributos.

No, la silueta de Kyoko era pequeña, delicada, casi frágil. De hecho aparentaba un par de años menos de los que realmente tenía.

 * Eres linda, Kyoko, en verdad me encantas. *

 Una tranquila y serena sonrisa adornó el rostro del muchacho, quien sujetó a la joven por la cintura, invitándola a sentarse sobre sus caderas.

Fue un movimiento rápido e inesperado, Milchan apenas pudo susurrar el nombre de su amado con sorpresa, pero su voz se apagó al sentir la hombría del rubio, haciendo fricción con su intimidad, aun por encima de la tela. Era delicioso. . . y quería más.

 Así, ella se entregó en un vaivén, buscando satisfacerse al rozar su sexo con el de Daisuke, quien la miraba atento, inmóvil aun, dejándola satisfacerse de esa manera.

Más la imagen de la chica al obtener un pequeño orgasmo, lo hipnotizó por completo. Sus labios entreabiertos, arqueada por el placer, pronunciando su nombre entre gemidos. . . fue demasiado y terminó despojándose a sí mismo de sus ropas, así cómo de la lencería de la pelirrosa.

Todo pasó en silencio, tranquilamente, solo compartiendo cómplices miradas hasta que el Aurora rompió el silencio.

 * ¿Satisfecha?. *

 No sabía que Kyoko podía sonrojarse aun más, pero sus palabras lo hicieron posible. Ella se moría de vergüenza, se había dejado controlar por la lujuria, esa no había sido ella.

 * Y-yo no, Da-Daisuke lo siento, yo. . . *

* No, disculpa, no lo dije para incomodarte. Yo también lo disfruté mucho. *

 El rubio la abrazó con suavidad, lo importante era complacerla.

 * ¿En verdad puedo hacer esto, Kyoko?. *

* Ya no quieres?. *

* Lo que no quiero es lastimarte. *

 Ella lo miró con tristeza, la estaba lastimando de todos modos. Él se iría y. . .

La chica sacudió la cabeza para luego sonreírle con dulzura. Quería hacerlo, lo deseaba, realmente quería hacer el amor con Daisuke, además. . .

 * Supongo que no podemos desperdiciar esto. *

 La chica bajó la mirada, justo a la virilidad del muchacho, cuya dureza erguida hacia arriba parecía clamar por la mujer.

Ambos jóvenes se miraron, compartiendo una traviesa sonrisa, luego un beso.

 Kyoko se acomodó sobre las caderas de su hombre, bajando lentamente, enterrándose a si misma aquel duro pene. La joven rompió el beso para gemir con fuerza, ella controlaba la penetración, por lo que esta era lenta y suave. . .placentera.

Sentía cómo su vagina se abría para recibir a su amado y retenerlo, cómo deseaba ella retenerlo a su lado.

El chico Aurora por su parte, respiraba con fuerza, cada vez más rápido, era delicioso sentir la calidez, la humedad que la chica le estaba regalando. Hubiese querido no hacerle daño. . .

 * Ya pasó, ya pasó. *

 Le susurraba él al oído, abrazándola con fuerza. Le besó las mejillas, probando sus lagrimas.

Daisuke estaba totalmente enterrado en ella y había sido muy placentero el sentir esa última embestida, aunque para ella fuese todo lo contrario.

No se movieron por unos segundos, respirando agitados.

 Las manos del rubio se aventuraron a recorrer la delgada figura de la mujer, acariciándola con ternura y suavidad hasta posarse en los dibujos que le sostenían la espalda, apretando con deseo.

 * Daisuke !!.*

 Kyoko abrió los ojos, más lo que intentó que sonase cómo una protesta, resultó ser un gemido cargado de gozo.

Daisuke comenzó a subirla y bajarla sobre su pene y ella gemía al ritmo de las embestidas, pidiendo más y más.

Susurros y jadeos llenaron la pequeña y desordenada habitación. Eran dos amantes que se entregaban por primera vez al maravilloso acto de amor. Él dentro de ella, dedicándose palabras dulces mientras sus bocas se buscaban continuamente.

 Y lo que empezó cómo una entrega tranquila, se volvió desesperación y locura.

El Aurora se aferró a la cintura de la joven mientras besaba sus senos, succionando y lamiendo un duro y sonrosado pezón; amasando el otro pecho mientras ella subía y bajaba las caderas, deseosa de aquel duro pedazo de carne que la penetraba y la quemaba deliciosamente.

 * Da-Daisuke, no. . . no puedo más. . . aahhh !!. *

 Entonces, el rubio la silenció con un beso al tiempo en que enterraba su miembro con más fuerza y rapidez.

Kyoko se aferró a su amante mientras gritaba su nombre. Ella tuvo su clímax que se expresaba con fuertes pulsaciones que aferraban la virilidad del muchacho, manteniéndolo dentro suyo.

Fue hermoso, insoportablemente placentero, pero fue aun más dulce ver y sentir el orgasmo de él. Su rostro reflejando el gozo que lo recorría; roncos gemidos en toda la habitación mientras la llenaba con su abundante semen, su esencia. . . dios !!; lo amaba tanto.

 Y le llenó de besos el rostro, agradecida por este pequeño regalo de despedida. Más también estaba triste, deseaba hacer el amor con él todas las noches de su vida. . . y él se iría.

Lagrimas amenazaban con escapar de sus lindos ojos, empujadas por el doloroso nudo en su garganta.

Entonces lo escuchó. . .

 * Ai shiteru. *

 Ella parpadeó sorprendida; él mismo le había dicho que los hombres no demostraban sus sentimientos con palabras y ahora le decía esto.

 * Daisuke, yo tam. . . *

 Kyoko quería decirle su sentir también, más él la calló con un beso y después se acomodó nuevamente entre sus piernas, desesperado por hacerlo una vez más.

Sin decir ya nada por el resto de la noche, no había tiempo para las palabras, solo para amarse.

~*~

~*~

~*~

 La joven de rosados cabellos abrió los ojos lentamente y con pereza.

Trató de moverse, más un par de fuertes brazos se lo impidieron.

 ““Ya recuerdo, anoche. . .””

 Se sonrojó, esa noche había sido un derroche y exceso de amor, se quedó tranquila, disfrutando de ese momento.

Él pronto se iría.

 * Buenos días, ¿dormiste bien?. *

 Le susurró el rubio al oído, haciéndola estremecer pues lo creía dormido. Ella suspiró soñadora, ilusionada.

Permanecieron así por un rato más, luego Daisuke abandonó el lecho y se vistió; ella le miraba atenta y en silencio, ya no había tristeza, solo resignación, era lo único que le quedaba.

 Miró embelesada el perfecto cuerpo de su amado, así cómo la devastadora sonrisa que él le regaló.

 * Vamos !!. *   _Le dijo, ofreciéndole su mano._   * Acompáñame hasta el final. *

 Kyoko sonrió, aunque hubiese preferido que Daisuke no le dijese esas palabras.

Poco tardó ella en vestirse; él contemplándola con dulce y sumo detalle y satisfacción.

  Siempre quiso pasear con él en su motocicleta, lastima que dicho paseo fuese el primero y el último.

Este era su regalo de despedida.

   Finalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Me encanta este anime, por eso quisiera hacer unos cuantos fics más de este.

A fin de cuentas esta pareja es oficial, pero no hubo mucho sobre ellos. Tuve que conformarme con el detalle de que Kyoko fue la única a quien Daisuke le habló de su partida.

Entonces, no tuve más remedio que echar a volar mi imaginación T-T.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 05 de Marzo de 2007.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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3 years ago

Mía  _C2_

Ma _C2_

Anime: Prince of Tennis

Rating: M

Pareja: Ryoma & Sakuno

Sinopsis: Él la acorraló violentamente contra la pared, mirándola furioso. Ella debía entender que era suya y de nadie más.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 2 ::.

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Un paseo discreto por la ciudad; que nadie conocido los viese juntos; nadie sabía de su relación, no tenían porque saber algo tan intimo y privado, además Ryoma es así, tan frío y distante.

No aparentaban ser novios, ni siquiera amigos. Pero a solas, el fuego y la pasión parecían estallar. Ryoma la acorralaba y la estrechaba con fuerza, tomaba sus labios con tremenda pasión, buscando el roce de su tímida lengua.

Sus grandes manos la acariciaban y la retenían con posesiva violencia; el fuego en sus ojos gateados, ardiendo.

  Y Sakuno solo suspiraba sutilmente, permitiéndole todo; sumisa, se entregaba en cada beso.

Pocas palabras compartían en la intimidad de una habitación, más a ella le era suficiente escucharlo decir que era hermosa, se derretía de amor y felicidad, dispuesta a darle todo de sí. Esto se había vuelto casi un ritual en su relación.

Y sin embargo no habían llegado tan lejos. . . hasta ahora.

 Hablaron de hacerlo en un par de ocasiones, pero no acordaron nada. Quizá por eso la espontaneidad les parecía perfecta.

Tranquilos en la oscura y desordenada habitación del muchacho, parecían esconderse del mundo y, de hecho, así era. . .

  Apenas pusieron un pie ahí dentro, el tenista no tardó en reclamar a la chica, atrapándola entre sus brazos para llenarla de besos y susurrarle cuanto la deseaba.

 No supieron cuando fue que las ropas comenzaron a estorbar y se deshicieron de unas cuantas.

Sakuno parecía endiosada con ese hombre, embelesada con su pecho desnudo formado por músculos apenas sutiles; su cabello ligeramente alborotado y sus misteriosos ojos brillando en la oscuridad.

 Estaba tan ensimismada con la imagen de aquel joven, que no se percató de la forma en que él la miraba. . .

Le parecía hermosa, ya se lo había dicho, pero ahora. . . sus hombros desnudos lo invitaban a estrecharla con todas fuerzas, sentir la suavidad de su joven piel.

El sostén cubriendo sus pequeños senos, los mismos que él quería volver a tocar y las pequeñas pantaletas cubriendo su objetivo final, la gloria.

Quería recorrerla de pies a cabeza, la quería toda para él, porque Sakuno era de él. . . solo para él.

  Pero lo más irresistible de esa belleza temblando en su cama, era la boquita entreabierta, que lo invitaba a beber de sus labios y no dejarla jamás.

Echizen no pudo contenerse más y, de rodillas sobre la cama, abrazó a la chica de largos cabellos, acariciándola con tranquila suavidad, besando sus hombros mientras se deshacía del resto de sus ropas. . . las de ella y las de él.

 * Eres muy bella. *

 Le susurró al oído, sincero, al tiempo en que palpaba sus redondos senos, haciéndola gemir.

Un beso surgió entre los amantes, mientras tanto, Ryoma no paraba de tocarla de esa manera, se negaba a hacerlo, le gustaban sus pechos, los pequeños y ahora duros pezones café claro bajo el tacto de sus grandes manos que los cubrían sin ningún problema.

Débiles gemidos comenzaron a llenar la habitación, era Sakuno que ya no podía acallar el delicado placer que la recorría, pues parecía que las manos del tenista no podían quedarse quietas en un solo lugar y se deslizaban ansiosas por todo el cuerpo de la chica, recorriéndole las piernas, moldeando su pequeña cintura o subiendo y bajando por su blanca espalda, enredándose en sus largos cabellos de vez en cuando.

 Pero sus labios apasionados no se quedaron atrás y pronto abandonaron su boca, jadeante, para marcar un camino de besos por su cuello, pasar por sus hombros y detenerse completamente sobre sus senos, los que succionó casi con devoción.

El rostro de Ryoma reflejaba tanta paz, ahí, bebiendo simple placer del pezón izquierdo.

Sakuno le rodeó la cabeza, acariciándole los oscuros cabellos; si por ella fuera, permanecería así por la eternidad. . . pero su amado tenía otros planes. . .

 Aunque le costó hacerlo, el muchacho abandonó el pecho de su amante; con tierna pasión volvió a besarla, profunda y posesivamente como solo él sabía hacerlo.

Lentamente se recostaron, él sobre ella, dominándola. . . le gustaba. Y a ella, sumisa, también.

 Las manos del tenista iban y venían por la delicada silueta de su chica y pronto se aventuraron a la intima flor de su sexo.

Su dedo anular se alojó en la cálida vagina mientras sus labios recorrían el cuello de la chica.

Sakuno cerró los ojos al tiempo que arqueaba la espalda; esa era una sensación nueva y maravillosa, era el placer provocado por la persona más importante en su vida.

Suaves gemidos escaparon de los labios de Ryusaki, quien se preguntaba como sería sentir dentro suyo la espina varonil de Ryoma. . . si por un solo dedo la estaba llenando de placer, entonces. . .

 * Oh, Ryoma, te. . . *

 De pronto, los labios de la jovencita fueron sellados por los del tenista, impidiéndole expresar más que gemidos entrecortados, sin dejar de devorarla a besos; solo quería llenarla de gozo, solo eso y vaya que lo logró.

Su dedo, travieso, entraba y salía libremente de la vagina de la mujer de castaños cabellos, quien rompió el beso para lanzar un fuerte gemido muestra del orgasmo que recorría su frágil figura.

  Al verla así, desnuda bajo su cuerpo, entregada al gozo físico, Echizen no pudo postergar más sus propios deseos.

Posando entre las piernas de la joven, sujetó su duro pene, guiándolo a la entrada del sexo femenino, más decidió jugar un rato, frotando su miembro con los pliegues vaginales, separando estos y hundiendo tan solo la punta caliente de su espina.

Aunque impaciente, el chico permaneció unos instantes sin avanzar o retroceder, tan solo gozando de la estrechez de la chica y su húmeda calidez.

Sakuno se movió intranquila, quería que Ryoma la penetrara por completo, él lo notó y comenzó a mecer las caderas, enterrando lentamente su hombría.

 Sofocantes sensaciones los recorrieron conforme el vaivén de sus caderas se hacia más rápido y constante.

Acompañando la unión de sus cuerpos, besos y caricias se regalaban el uno al otro, más luego, una pequeña punzada hizo que Sakuno se aferrara con fuerza a su amante, un gemido de dolor escapó de sus labios.

 * Arigatou. *

 Fue la última palabra que Ryoma le dedicó poco antes de besar su mejilla y probar el agua salada que por esta resbalaba.

Él sabía que era el primero, sabía cuanto lo amaba Ryusaki y que desde la primera vez que se vieron, cuando apenas eran unos niños, ella estaba destinada a él.

Sonará un tanto extraño, pero probablemente Sakuno se había entregado a Ryoma desde ese momento.

  Ryoma dejó de moverse por unos instantes, llenado de besos el hermoso rostro de su compañera, tratando de aliviar un poco su dolor.

Más luego, la estrecha vagina que envolvía deliciosamente a su miembro, lo llenó de cálido gozo, incitándolo a continuar.

 * Oh, Ryoma, Ryoma. . . *

 Ella parecía no cansarse de pronunciar el nombre de aquel que le estaba haciendo el amor.

El dolor que sintiese, ahora no era más que una pequeña molestia que poco a poco abandonaba su cuerpo, dando paso al placer que le arrebataba la calma.

 El roce entre sus cuerpo y más, el de sus sexos, le estaba regalando un gozo insoportable.

Y fue una más cuando el tenista la estrechó con fuerza, aferrándose a su pequeña cintura y se dedicó a beber de su seno izquierdo, lamiendo y succionando el pequeño pezón.

Aquello fue demasiado para la joven Ryusaki, quien entre jadeos fue envuelta por el placer; un orgasmo la recorrió completamente, habiéndola temblar bajo el cuerpo de su amado.

 * Ryo. . . Ryoma, aahhh. . . *

 Echizen pronto acompañó a su mujer al éxtasis.

La vagina de la chica abrazaba fuertemente su miembro, regalándole una sensación sofocantemente placentera. . . no pudo más.

Penetró un par de veces más a la joven, y apretando los dientes con fuerza, se dejó vencer por el orgasmo, liberando todo el semen contenido en las esferas que descansaban bajo su pene.

 * Mmm, Ryoma. . . *

 Sakuno gimió dulcemente al sentir la caliente eyaculación que la quemaba deliciosamente, provocándole un relajante gozo.

Besos y caricias cubrieron el cuerpo de la mujer mientras su amante le susurraba una y otra vez que era suya, solo suya.

Y ella, dulce y sumisa, correspondía sus besos en silencio.

 Ryoma la miró embelesado, recordando a la niña torpe que había sido.

Su infantil apariencia había dado paso a una mujer de inocente belleza, de las pocas que te hacen suspirar y te roban el aliento con un sutil sonrisa.

Y las palabras entrecortadas por sus nervios, se habían convertido en silencio.

  Y ahí, abrazados, desnudos piel con piel, Ryoma comprendió que sintió algo muy especial por ella desde aquellos años.

Descubrió en ese momento, no solo que ella era para él, que estaba destinada a serlo, sino que, de igual manera, él le pertenecía por completo a la joven

Ella era suya. . . él era suyo.

  Finalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

No estoy segura de que las personalidades encajen muy bien, más o menos, tal vez las exageré a como en realidad son ^^.

Este fic es pequeñito y no muy fuerte, un poquito tal vez. La verdad es que tenía prisa por terminarlo.

Me dejó de gustar el anime, ¿qué más podía hacer T-T ?.

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Este fanfiction fue escrito por MAEDA AI y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 30 de Marzo de 2006.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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3 years ago

Ella es... _C6_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Para él, ella era la mujer más hermosa, fría, pero fina y frágil al mismo tiempo, misteriosa e inalcanzable, única. Su amor imposible, ella era Anna Kyouyama... ella era su todo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 6: “Sin ti un segundo más” ::.

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De regreso a casa, Horo Horo le habló de todo el torneo en sí.

Emocionado, le narraba cómo venció al rival de su último partido.

  * Yo estuve ahí, lo vi, ¿de acuerdo?. *

* Gomen na, aun estoy emocionado. *

  Ella solo sonrió.

 Usui casi se fue de espaldas al ver a su novia mirándole desde las gradas. Era la primera vez que Anna iba a apoyarlo en un partido, así que decidió que ganaría tan solo para impresionarla.

  ““Aunque Anna Kyouyama no es una mujer fácil de impresionar.””

  Pensaba el peliazul, mientras acompañaba a la chica hasta la puerta de su apartamento.

  * Un trofeo más, ¿no es así?. *

* Eh, sí. . . uno más. *

 Un tranquilo silencio se formó entre ellos, que no se atrevían a mirarse directo a los ojos.

Habían estado muy ocupados, cada uno con sus cosas y recién ahora habían podido verse.

  * ¿Quieres pasar?. *

 Preguntó la rubia; su rostro hacía un costado, cubierto por los dorados cabellos, aunque Horo podía alcanzar a admirar las mejillas encendidas en rojo.

 * Hai. *

~*~

~*~

~*~

 Cuando lo invitó a pasar, nunca mencionó que sería directo a su habitación, pero ambos lo deseaban y sabían que este encuentro iba a terminar así, en la cama, con las sábanas enredadas en las piernas de ambos.

 El peliazul la besaba suave y tranquilamente, quería disfrutar de esto lo más que pudiese pues no sabía hasta cuando volvería a tenerla así, entre sus brazos. . . solo para él.

  * Te extrañé, ¿sabes?. *

 Una tierna sonrisa adornó el rostro del muchacho al escucharla decir aquello.

Anna no era una mujer muy cariñosa que digamos, de hecho, a pesar de ser novios desde hace un par de meses, rara era la vez que ella mostraba un poco de interés.

  ““Siempre soy yo el que la busca, el que la acaricia, el que la besa y le dice que la ama.””

  Pensaba Usui, confundido porque esta vez fue diferente. . .

Fue Anna la que lo buscó, lo invitó a quedarse con ella y fue también la que comenzó con los besos.

  * ¿Por qué te estás comportando así?. *

 Anna sonrió entre los besos. Vaya, no sabía que había sido demasiado obvia.

  * Tengo ganas de esto. . . de ti. *

* Oye, ¿qué crees que soy?, un pedazo de carne?. *

 Ambos rieron, divertidos y conformes con la situación. Se olvidaron de las palabras y se dejaron envolver por la pasión y la necesidad que tenían el uno por el otro, necesidad que se habían guardado por las últimas dos semanas.

 Horo Horo deslizó sus ansiosas manos por los contornos del frágil cuerpo de la rubia, amoldando su figura por encima de las ropas. Pero no era la tela lo que él quería sentir, sino el cálido roce entre sus pieles, la suavidad de Anna y admirar esa piel tan blanca cómo la leche.

Fue tanto su deseo por ella, que poco tardó en despojarla de sus ropas, teniéndola totalmente desnuda ante él, que la miraba embelesado.

  ““No importa cuantas veces haya tenido la oportunidad de admirar su desnudez. . . cada vez la veo más hermosa y delicada.””

 Mientras la abrazaba con cuidado, el muchacho peliazul no pudo evitar aquel pensamiento.

Ja. . . era inevitable, él era mucho más alto que ella; su cuerpo fuerte y musculoso, mientras que Anna era pequeña y muy, muy delgada.

La veía tan frágil y delicada, que tenía la extraña sensación de que iba a lastimarla.

  * ¿Te vas quedar ahí parado tan solo mirándome, Usui?.  ¡Qué aburrido!. *

* Ahh, tanto me deseas, Annita?.  Pues ahora mismo voy a darte lo que quieres. *

  Hablaban en tono bromista y sin embrago, Horo Horo dejó de jugar. . .

No dedicó tiempo para disfrutar de la suavidad de la mujer. Apenas la tomó entre sus brazos, recostándola sobre la cama, mordió sutilmente los redondos senos que él adoraba, y sin más, dejó que sus labios se deslizaran sin detenerse hasta la delicada intimidad de la rubia mujer.

  * Oh, amor. *

 Suspiró Kyouyama al tiempo que alzaba las caderas para permitir que su amante la complaciera con mayor libertad.

Sonoros jadeos y gemidos comenzaron a inundar la habitación, era Anna que se movía intranquila ante los atrevidos besos y hasta mordiscos que el peliazul ejercía en su sensible sexo.

 Pero la voz finalmente se le apagó al sentir como Horo Horo aprisionó el clítoris entre sus labios, para luego succionarlo delirante.

Anna adoraba cuando él hacia eso, la volvía loca de placer y la desarmaba completamente, haciéndola entregarse sin reserva alguna.

La rubia se mordió el labio inferior para retener el gozo que inundaba su cuerpo, más finalmente cerró fuertemente los ojos, dejándose estremecer por la indescriptible e intensa sensación de un orgasmo.

  * Ahh, Horokeu mmm. . . *

 Un grito se escapó de sus labios; arqueando su cuerpo, disfrutó de un poco más de la ardiente lengua que aun recorría su intimidad con delicadeza, clavándose dentro suyo de vez en cuando, como si tuviese sed de ella.

  * E-eres un perverso. *

 Le decía la rubia mujer, su voz entrecortada por el cansancio.

Más Horokeu parecía ignorarla. En ese momento se dedicó a llenarla de besos y caricias, tratando de calmar la insaciable necesidad que tenía por esa mujer, por sentirla suya nuevamente.

La anheló tanto, que aun le costaba creer que Kyouyama en verdad estaba ahí, desnuda entre sus brazos, dispuesta a hacer el amor con él. . . solo con él.

  * Por favor, no me digas que ya estas cansada, si apenas viene lo mejor. *

 Horo Horo pronunció aquéllas palabras mientras se acomodaba entre las piernas de su amante, disfrutando del tranquilo placer que le producía el simple hecho de frotar la punta de su pene en la entrada de la vagina de Anna, quién lo miraba sonrojada con una sutil sonrisa adornando su lindo rostro.

 El muchacho ya no pudo resistirse y en un arrebato de amor y pasión, besó a la joven mientras forzaba su hombría, penetrando poco a poco a la mujer.

Lo disfrutaba, oh, vaya que disfrutaba cada centímetro que se adentraba en aquel cálido y húmedo refugio que le ofrecía tan perfecto cuerpo femenino.

  * Ahh, Ho, Horokeu. . . e-eres muy grande. . . *

 Le decía ella, refiriéndose al miembro viril del chico; respirando agitada por el esfuerzo y por el gozo que comenzaba a invadirla.

  * Y tu tan estrecha, amor. . . me aprietas tan bien. *

* Hentai. *

* Ey, tu empezaste, además. . . es la verdad. *

 Las risas de los amantes se escucharon en toda la recamara, para luego ser reemplazadas por fuertes gemidos. No les importaba si los vecinos los alcanzaban a oír; en ese momento, solo existían ellos dos. . . Horo Horo dentro de Anna, tratando de amarse.

 La chica elevó las piernas para luego flexionarlas alrededor de la espalda del peliazul, reteniéndolo dentro suyo, satisfecha... porque de esa manera sentía que sus frenéticas embestidas eran más profundas.

Él por su parte, se dedicaba a oprimir con moderada fuerza los redondos pechos de la mujer, a quién se le iba la voz gimiendo de placer.

  Hubiesen querido mantenerse así por siempre, más llegó el momento en que la excitación fue demasiada e insoportable.

Anna lanzó un gemido, formando un arco con su espalda mientras cerraba los ojos. Estaba disfrutando del éxtasis que solo te puede dar un orgasmo; su vagina palpitando, oprimiendo con fuerza el duro pedazo de carne que la invadía.

Horo Horo no pudo resistir tanto placer y, tras gruñir suavemente, con toda la fuerza que le quedaba, dejó que su propio orgasmo recorriese su cuerpo, haciéndolo eyacular dentro de la intimidad de su compañera.

  * ¿Qué tal estuvo eso, ah?. *

* Maravilloso. . . te amo. *

 Anna llenó de besos el apuesto rostro del muchacho, agradecida y feliz por el inmenso placer que acababa de hacerle sentir.

Con un amplia sonrisa estampada en el rostro, el peliazul acarició una de las blancas mejillas, quitando uno de los rubios mechones de cabello que se adherían a ese bello rostro.

 Era muy feliz, tanto o más de lo que llegó a imaginar. Y sentía terror solo de imaginar que este sentimiento no fuese para siempre.

Lo estuvo pensando por un tiempo, de hecho, desde la primera vez que él y Anna hicieron el amor. Algo que necesitaba y sin embargo mantenía en secreto por miedo a que la rubia no reaccionara de la forma en que él esperaba, pero. . .

 ““La necesito con locura y no sé hasta que punto pueda soportar el no tenerla para mi, solo para mi.””

  Los pensamientos del muchacho eran tortuosos; estaba consciente de que él quería algo más serio con esa mujer.

Inseguro, tomó los labios de su amada en un beso tierno y suave, casi suplicante.

  * Quiero que vivamos juntos. *

 La sorpresa no pudo contra el fuerte y constante latir del corazón de la bella chica, cuya única respuesta fue abrazarse con fuerza al hombre que, con unas cuantas palabras, la había hecho muy feliz.

   Sin finalizar.

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Después de la noche que compartieron y el placer que le hizo sentir. . . yo le diría que sí ^//^.

Por supuesto no todo es miel sobre hojuelas y en los siguientes capítulos los haré sufrir un poquito, pero. . . muy poquito.

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 03 de Julio de 2006.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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 || Capítulo 7 ||


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3 years ago

Just a woman _C9_

Just A Woman _C9_

Anime: Bleach

Rating: M

Pareja: Ichigo & Rukia

Sinopsis: Ahora más que nunca, se sentía tan mujer... plena, apasionada, feliz... enamorada.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 9 ::.

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Rukia Se estremecía dulcemente ante el toque del pelinaranja, cuyas manos recorrían a detalle su pequeño cuerpo, y cuyos labios se encargaron de tatuarla totalmente, prestando especial atención a los redondeados pechos de la pelinegra.

* I... Ichigoo !!. *

Kuchiki estrujó las sábanas, profiriendo gemidos de gozo.

Ese bastardo pelinaranja estaba succionando el pezón izquierdo, alternando fuerza y suavidad mientras con su mano derecha amasaba el pecho desatendido por sus labios, mientras su otra mano traviesa, hacía magia en la vulva de la chica, separando los pliegues y hundiendo un par de dedos en la cálida humedad de la chica, simulando el acto sexual con estos y deslizándolos de vez en cuando hacia el hinchado clítoris, mimándolo, tallándolo.

Rukia se retorció gozosa cuando todas esas sensaciones que Kurosaki infringía en ella se tornaron insoportables. . . no pudo más. . . se arqueó rendida ante el placer del intenso y dulce orgasmo que su compañero provocó en ella.

* Aahhh, Ichigooo !!. . . *

El nombre de su amante fue entonado con pasión. . . con amor.

Respirando agitada, la mujer se abrazó con sus pocas fuerzas al muchacho, besándolo ya sin voluntad, pues esa ya se la había entregado a él hacía mucho tiempo.

Ichigo la besó con pasión, con deseo. . . con todo su amor.

* Rukia !... Rukia !!. *

La llamaba entre besos, porque en ese momento ella era su mundo. . . no existía nada ni nadie más. . . o tal vez sí. . .

El Kurosaki siguió besando, pero sus labios abandonaron los de la chica, deslizándose por la blanca piel, dejando un camino de dulces besos que pasó por su mejilla, su cuello, que saboreó gustoso, sus pechos que no dudó en mimar un poco más, para finalmente terminar en su vientre. . . ya no tan plano.

Una sonrisa llena de ternura iluminó el rostro de Ichigo. El año y medio de casados por fin rendía frutos.

* Hola, pequeñín. . . soy papá. . . * _Le hablaba con suavidad y ternura, justo frente al abultado vientre de su esposa, acariciando con infinito cuidado, con devoción._ * Espero que mamá y yo no te estemos molestando. *

Tras las últimas palabras, el chico tenía una gran sonrisa estampada en la cara.

* ¡ Ichigo !. *

Rukia se sonrojó casi escandalizada. ¡ Que cosas le decía a su hijo !. Y encima el muy idiota sonreía; era un descarado, un maldito experto en el arte de amar cuyos labios terminaron por fin su recorrido en la vulva mojada y ansiosa.

Kurosaki lamía la pequeña línea vaginal, separando los pliegues y penetrando hondo en el sexo de su compañera, succionando el rosado botoncito de vez en cuando, enloqueciendo a Rukia de placer.

Las manos de la pelinegra se enredaron en los cabellos naranjas de su esposo, apegándolo más a su vulva, sin querer que se detuviese, quería que él siguiese dándole ese intenso gozo.

Ichigo entendió lo que su mujer quería y necesitaba y sus labios se prendaron del clítoris, lamiendo, succionando con fuerza e incluso mordiendo suavemente.

* Ichigooo, ahhhh !!. . . *

Rukia no pudo soportar tanto placer. Se cubrió la boca con ambas manos para acallar su gozo, pero fue inútil. Tembló llena de gozo gracias a la lengua y los labios del pelinaranja.

Todavía respirando agitada y temblando por tan fuertes sensaciones, la pelinegra no se percató de que su compañero le separaba las piernas y se posaba entre estas, penetrándola con esa verga dura y sin la cual ella no podría vivir, si es que él alguna vez se la negaba. . . pero eso nunca pasaría, lo sabía muy bien porque justo en ese momento él la penetraba con firmeza, aunque con cuidado, temeroso de lastimarla a ella o a su bebé de alguna forma.

Deslizándose sin parar, hacia adentro y hacia afuera, ambos se encontraban sumergidos en un trance donde el roce de sus sexos era la única forma de comunicación posible.

Suave, lento. . . Ichigo ni siquiera le penetró totalmente. Ya dejaría que la lujuria y el deseo desmedido por Rukia lo controlase cuando esa personita especial naciera, entonces él le haría el amor con locura y desesperación. . . pero, por ahora. . . Ichigo se hundía en ella con suavidad y lentitud casi desquiciada que desesperaba a Kuchiki, ya necesitada de la virilidad de ese hombre.

Más el placer se intensificó, obligando al muchacho a embestir más fuerte a su mujer, solo un poco más fuerte, llevándola hasta la locura.

* Ohh, Ichigooo !!. . . *

Rukia se aferró al cuello del Kurosaki, arqueándose gozosa ante el éxtasis, las paredes internas de su vagina se contraían constante y deliciosamente.

El pelinaranja apretó los dientes, tratando de soportar un poco más, pero al final fue vencido por los mimos del sexo de su esposa sobre su pene, vertiendo semen caliente en el interior de Kuchiki, su semilla. . . que no tendría efecto pues la pelinegra ya estaba preñada.

Los amantes se abrazaron mientras trataban de normalizar sus respiraciones él aun clavado en ella, disfrutando un poco más de aquella unión.

Después de un rato, Ichigo salió de ella y se recostó a su lado, abrazándola mientras su mano izquierda acariciaba el abultado vientre de su esposa. Cansada, Rukia poco a poco fue cerrando los ojos, siendo vencida por el sueño, no sin antes escuchar las palabras que le dedicaba el pelinaranja.

* ¡ Te amo, enana !. *

Ella se durmió con una linda sonrisa iluminándole el rostro. Pensando. . . en lo feliz que era, lo irónico es que nunca imaginó serlo al lado de un hombre. . . de este hombre.

Se sentía. . . deseada, protegida, respetada, necesitada, amada. . . y estaba embarazada. . . esperaba un hijo, el primero del hombre que amaba.

Se sentía tan mujer, ahora más que nunca, la más feliz; y más sabiendo que ella era la única para él.

Lesbiana, bisexual o heterosexual. . . ¡ que importaba !. . . tan solo una mujer. . . una muy enamorada !!.

Totalizado.

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Al final, quise mostrar a Rukia como una simple mujer, porque. . . ¿qué importa cuál sea la orientación sexual, cuando se encuentra a la persona que nos hace felices?, las preferencias sexuales son lo que menos importa. . . ¿no?.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA AI y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 04 de Febrero de 2010.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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3 years ago

Just a woman _C5_

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Anime: Bleach

Rating: M

Pareja: Ichigo & Rukia

Sinopsis: Ahora más que nunca, se sentía tan mujer... plena, apasionada, feliz... enamorada.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Capítulo 5 ::.

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* ¡ I-Ichigo !, mmm !!. . . *

Rukia se aferró al pelinaranja, quien la tenía acorralada contra la pared, sosteniendo su peso; ella con las piernas alrededor de la cintura de ese desgraciado cuyos dedos traviesos y expertos ya se hallaban hundidos en su cálida intimidad, acariciando, estimulando y deleitándola con el tan necesitado placer, pero también torturándola con sus caricias.

* Mo, motto, Ichi. . . *

La misma Rukia cortó abruptamente su ruego al buscar los labios del Kurosaki y besarlos con desesperación, al tiempo en que ella misma ondulaba suavemente las caderas, tratando de obtener mayor contacto con los dedos de su compañero.

Un par de minutos después, el entrar y salir de los dedos del pelinaranja, así como la fricción entre estos y el mojado sexo de Kuchiki, detonaron un fuerte y delicioso orgasmo que la hizo arquear su lindo cuerpo y gemir sonoramente por su gozo, deleitando a su compañero con la erótica e irresistible visión de ella entregada a la lujuria y al placer de la carne.

""Y solo por mí y para mí.""

Pensaba Kurosaki.

Rukia respiraba agitada, sin poder apartar sus lindos ojos del apuesto rostro del muchacho.

Ya llevaban un par de meses manteniendo esa extraña relación. Desde aquel primer momento en el departamento del pelinaranja, cada vez subía la intensidad de sus encuentros, como decía él, continuando lo que dejaban pendiente.

Pero esta era la primera vez que iban realmente más lejos, con sus manos bajo la falda de la chica, explorando la suavidad de su sexo, brindándole placer, masturbándola.

Kuchiki acarició una de las mejillas del muchacho, luego delineó los labios con sus pequeños y finos dedos.

Su corazón latía con fuerza.

""¿Por qué?. . . ¿por qué me gusta tanto?. ¿Por qué siento que él se ha convertido en una obsesión, en una adicción para mí?.""

Se preguntaba la pelinegra, sin hallar una respuesta.

* Onegai !. * _Le susurró, tocando sus labios con los propios en un beso fugaz._ * No me dejes así de nuevo, con las ganas... ¡ te necesito !. *

Los ojos de Ichigo brillaron ante el deseo y la lujuria que lo poseyó tras las palabras de su compañera.

Después, él se dejó llevar por el deseo y dejó de pensar racionalmente.

Con Rukia entre sus brazos, caminó hasta su habitación, donde, casi con brusquedad, recostó a la pelinegra sobre la cama.

* ¿Estás segura, enana?. *

Ella solo sonrió ante la pregunta, besando apenas la comisura de los labios de su compañero. Y el intenso brillo de sus hermosos ojos le dijo a Ichigo todo lo que necesitaba saber.

Con desmedida ansiedad, el Kurosaki la despojó de las finas ropas, quedando ante él la hermosa imagen de la total desnudes de Kuchiki.

Ambos respiraban agitados, él por la ya inevitable ansiedad, ella por el nerviosismo, pero igual deseaba a ese hombre y sus temblorosas y torpes manos tratando de despojarlo de la camisa se lo hicieron saber.

El chico se deshizo de sus estorbosas ropas, mostrando un musculoso pecho que Rukia admiraba con infinito deseo.

""Dios !. . . ¡¡ este hombre es perfecto !!.""

Pensaba, ya totalmente entregada.

Ichigo se posó sobre ella con suavidad; el contacto piel a piel los hizo estremecer, sintiendo plenamente el calor que los quemaba.

* Rukia, Rukia !!. . . *

El pelinaranja perdió la cordura al sentir los redondos senos de la mujer, aplastados contra su duro tórax.

La abrazó con fuerza, haciéndola sentir todo el deseo que por ella tenía, al restregar en su vientre el endurecido pene que clamaba por entrar en ella y poseerla con locura.

Kuchiki bajó la mirada, sonrojándose intensamente, curiosa por sentir la hombría de su compañero pero al mismo tiempo apenada.

* ¿Quieres verlo?. *

Rukia alzó la mirada, sorprendida ante la propuesta del muchacho; se moría de la vergüenza y sin embargo no pudo evitar afirmar sutilmente con la cabeza.

Ichigo sonrió con satisfacción. Se irguió frente a la cama, mostrando orgulloso su desnudez, así como su herramienta sexual.

Rukia se cubrió la boca con ambas manos.

* Ichigo !. . . ¡¡ es muy grande !!. *

Y no mentía.

Ella nunca tuvo un vibrador siquiera de la mitad del pene del Kurosaki pues se consideraba demasiado pequeña y estrecha para soportar algo tan grande. Y ahora, este hombre. . .

* Gracias !. *

Decía el pelinaranja, aparte de su miembro, con su ego ya bastante hinchado.

Pero la sintió temblar. . .

* ¿Qué pasa?. *

La chica desvió la mirada, avergonzada ahora por algo totalmente distinto y casi risible.

* Ichigo, yo. . . ¡ yo nunca he estado con un hombre !. *

* Entones es tu primera vez. *

Ella sonrió.

* Sí, podría decirse de esa manera. *

* Solo confía en mí. *

Rukia lo besó con total abandono. Confiaba en él. . . ciegamente.

Se aferró al muchacho con todas sus fuerzas y todo su deseo y sintió como la punta de la virilidad del joven rozaba con suavidad la entrada de su sexo, para luego deslizarse lenta y tortuosamente dentro suyo.

Kurosaki apretó fuertemente los dientes; Kami, ella era tan estrecha, que lo estaba matando de placer y tenía que hacer grandes esfuerzos para no perder el control y terminar por embestirla con brusquedad y lastimarla.

* I, Ittai !!. *

Rukia chilló entrecortada, realmente dolida ante el tamaño y grosor del pene que la poseía en ese momento. . . el primero de cierta forma, era como recordar el dolor de perder su virginidad.

""¡ Ichigo no baka !. . . ¿por qué tenía que ser tan. . . dotado?.""

Se quejaba internamente la mujer.

Irónicamente, un par de minutos después cuando el dolor se convirtió en placer y el gran tamaño del pelinaranja se tornó en motivo de placer, ella tuvo que retractarse, ya no se quejaba, sino que gemía de infinito gozo.

* I-Ichigo. . . Ichigo !!. *

A la mujer se le iba la voz llamando al hombre que la hacía gozar increíblemente en ese momento.

Lo sentía entrar en ella hasta el fondo, llenándola con toda su masculinidad. Y el sentirse amoldada a él la hacía sentir extramente orgullosa y llena de satisfacción.

Él era su hombre. . . solo suyo.

""Y yo mujer. . . ¡ su mujer !.""

La pelinegra se aferró a él, ondulando también las caderas, acompañándolo en el erótico baile de amor donde sus cuerpos se volvían uno solo.

El sentirlo entrar y salir de ella, escucharlo gemir y jadear roncamente cerca de su oído, demostrándole que él también estaba gozando. . . la envolvía en calidez y la hacía estremecer.

Pronto, Rukia se aferró a las sábanas, retorciéndolas bajo sus puños. El pene de Ichigo se hundía en ella con desquiciada rapidez y fuerza, casi lastimándola, pero no le importaba, también la estaba llenando de placer y cuando dicho placer se volvió insoportable, Kuchiki sintió un cosquilleo en su sexo que se apoderó de su vientre y finalmente de todo su ser.

* Ichigooo !!. . . *

La chica arqueó la espalda al tiempo en que gritaba su éxtasis entonando el nombre de su amante..

El Kurosaki la siguió poco después, las pulsaciones de la cálida intimidad de Rukia fueron su ruina y no pudo resistirse, se vino dentro de ella mientras apretaba los dientes para tratar de reprimir el jadear con voz ronca. . . sin conseguirlo.

Ichigo terminó por colapsarse sobre el delicado y divino cuerpo de la pelinegra, esperando a que su respiración se normalizara. Ella lo abrazaba; sus suaves y pequeñas manos lo acariciaban, reconfortándolo y agradeciéndole el placer brindado.

La chica se sentía extraña. Nunca tuvo un momento así con Orihime.

""Es tan diferente. . . el estar con Ichigo es. . . ¡ maravilloso !.""

Kuchiki cerró los ojos, acariciando los cabellos naranjas de su compañero.

Por supuesto que el caso era diferente. Además de las obvias razones, esta vez Rukia se sentía totalmente satisfecha y complacida. . . y tal vez. . .

""Necesitada, importante. . . no lo sé.""

La pelinegra buscó los labios del Kurosaki, ansiosa por embriagarse de él.

* ¡ Quédate conmigo !. *

Lo escuchó decir entre los tantos pequeños besos que compartían.

Y esa frase tan sencilla la llenó de felicidad, sin Rukia comprender el por qué. Pero no importaba, siempre y cuando pudiese mantener esos momentos con él. . . no pretendía razonarlo más. . .

""Solo sentir. . .""

Sin finalizar.

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Espero haber compensado el dejar las cosas a medias en el capítulo pasado.

Me gustó este capítulo, pues aquí se refleja el cambio de Rukia, un cambio más que nada personal y para bien, a mi parecer.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA AI y es material de Fallen Angel.

Totalizado el 04 de Febrero de 2010.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

|| Capítulo 6 ||


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