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Rojo Mar

Rojo mar

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Anime: Gundam Wing

Rating: M

Pareja: Heero & Relena

Sinopsis: Heero no puede sacarse de la cabeza aquellas pesadillas donde Relena yace, sin vida, sobre el rojo de su sangre. La busca, desesperado... quizás estar con ella pueda disipar sus temores.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Paisaje rojo fuerte, ¿hermoso?, el que cubre el extraño lugar.

Llama ardiente y avivada la que nunca se podrá apagar.

Silencio sepulcral el de esta agua que teñida de rojo está...

Expandiéndose efusivamente; oh!, rojo mar.

  Su rostro logro ver entre las flamas que la abrazan protectoramente sin dejar

Que el vital plasma se detenga; oh!, rojo mar.

En medio de su sangre la observo, su tranquila sonrisa ya no está.

Pretendo que mis ojos se hacen ciegos, pero admiran todo con pesar.

  * Ah, maldición!. *

 Casi grito. Despierto bañado en sudor después de una loca pesadilla,

Aquella que mi mente creó mientras dormía.

Desesperante, sí; quizás más que la propia realidad.

Maldigo indignado con aquel escenario que observe antes de sucumbir

Ante el temor de la posible realidad de la visión.

Respirando agitado, imploro en silencio que esto jamás se llegue a cumplir.

  Triste estaría, lo acepto, sí.

Prefiero la muerte a no verla vivir.

Intranquilo, no puedo volver a dormir;

Lo intento sin resultados. Continua el miedo de revivir

Aquella desagradable escena donde no pude interferir.

  Me rindo... imposible intentar descansar.

¿Qué caso tiene si la paso mal?.

Increíble el temor que me inunda. Deseo tanto mirar

esos ojos azules, que me atrapan

dentro de la emoción tranquilizante de poderte tocar.

  Crece y crece la desesperación,

Cual lluvia que cae del cielo al corazón.

No puedo controlar el impulso, te busco.

Intento no parecer dependiente de ti;

Corro apresurado a tu refugio: la habitación a la que tanto envidio,

Por tenerte cautiva mucho más de lo que yo he soñado en mi delirio.

  Golpeo la puerta con autoridad.

Que demonios esperas... ¡abre ya!.

Despeja mis dudas y la ansiedad.

Insisto enfadado, temeroso, no puedo negar

Que el miedo corroe la integridad.

  Sal ya a detener esta locura

De padecer tremenda tortura.

  Se abre la puerta; te puedo ver

Mi ángel de amor; hiciste amanecer.

...Tremenda emoción.

  Me regalas aquella sonrisa que, por ahora,

Se haya cubierta de incertidumbre y curiosidad.

  * Es urgente que hablemos. *

  Te digo de inmediato y un tanto agitado.

Tu expresión me indica que no comprendes absolutamente nada

De esta inesperada visita que te hago.

Más sin embargo me permites el acceso a tu privacidad.

  No puedo perder más el tiempo.

Con delirio es con lo que te toco.

Rozando tus labios, sigo insistiendo.

Este inesperado amor... me vuelve loco.

  Pronto, siento la necesidad de rozar mis labios con algo más que los suyos.

Su cuello en primer lugar...

Suave y sensible, igual... me hace temblar.

Sus hombros, sí; más abajo he de llegar.

  Con grandes expectativas y ansiedad,

Sus senos logro probar.

Deleitándome con la excitante redondez de estos

Y la agradable sensación de su piel... tranquila suavidad.

Se estremece con esto, lo sé bien.

  El rojo en mi memoria se ha borrado.

Cielo santo logro descansar,

Porque al fin estoy a tu lado.

Me despido, oh!, rojo mar.

  Tímidos gemidos emanan de tus labios,

Guiándome desesperados al placer.

Y tomando mi rostro entre tus manos,

Permites que te bese otra vez.

  Ternura y ansiedad es lo que siento.

Mordiendo suavemente tus senos a la vez.

Tremenda locura experimento;

Excitado por tu hermosa desnudez.

  Abrazo aferrado la cintura de mi amante.

Estrujando tu cuerpo con amor.

Lluvia de besos en mi rostro cada instante.

Aumentad este delirio, por favor.

  ¡ Oh, bella mujer que me posees !.

Dejadme poseer a mi también

Este lindo cuerpo que tu tienes.

De igual forma lo deseas, lo sé bien.

  El placer me conduce a tu secreto.

Besando y succionando el manantial;

Lastimarte evitaré, yo lo prometo,

Pero dejadme llegar hasta el final.

  Tu respiración agitada logro escuchar.

Te oigo entusiasmado entre jadeos,

Constantemente mi nombre pronunciar

Al satisfacer tus exigentes deseos.

  Me alejo del bendito paraíso tuyo.

Sentiste un mar de sensaciones a la vez.

Deseas más aun, o al menos eso intuyo.

Me sorprendes, linda niña, con tu gran interés.

  Profanado esos labios tuyos, sabor a miel.

Me rindo ante el desesperado sentir.

Con locas y ardientes caricias sobre tu piel

Que no te amo, no... no puedo mentir.

  Pretendiendo ser tu dueño por esta vez... que loco.

Sin cuenta darme de que todo es viceversa,

Te siento agradecerme las caricias que provoco.

Con dulces besos me haces sufrir... mujer perversa.

  Delirante refugio encuentro entre tus protectores brazos.

Y el adorable aroma de tu piel... el mismo que me embriaga.

Rendido ante el dolor de tus besos tan escasos.

Intento todo por tu placer. ¿Qué más quieres que haga?.

  Incitación, paz... respeto y cariño; siento.

Calidez me da su hermoso cuerpo... belleza total.

Morir y vivir, dolor y placer. Todo por este sentimiento.

Amarnos u odiarnos, continua locura letal.

  Beso desesperado tus senos nevados... excitación.

Imposible separarme de ellos; mi droga eres amor.

Complacido con la perfección de tu cuerpo; siento pasión.

A cada instante te anhelo más... no importa el dolor.

  Tatuando de besos tu cuerpo entero y femenino;

Dejando huella en tu ser cual misión importante.

Señales de que me perteneces. Y aun no termino.

Tan solo mía mujer... mi amada amante.

  Entrecortados sonidos escapan de tus delgados labios.

Te escucho satisfecho; ataco con besos más profundos.

Apagando con estos tus labios... necesito probarlos.

Mirando tus ojos y su agradable misterio... en ellos me hundo.

  Eres bella, más que nadie. Envuelto necesito estar

Entre tus tiernas caricias para feliz permanecer.

Por ello esta frágil figura tuya insisto en probar.

Aquí en la oscuridad. Esperaremos el amanecer.

  Ansias recorren mi cuerpo; beso tus labios con delirio.

Separando cuidadosamente las delicadas piernas que posees.

Dirijo al espina a la entrada de mi amor...

Empujando lentamente, disfrutando el momento. Imploro me desees.

  Porque este loco corazón se revela ante la lógica mía.

Te poseo desesperado, detenerme jamás... oh!, pasión.

Ingresando entusiasmado entre mares de caricias.

Loca noche, loco amor. Te amo... mi corazón.

  Sintiéndote temblar bajo a mi cuerpo, y a este permanecer aferrada.

Confesando palabras y sentimientos entre mil besos.

Ahora estoy dentro tuyo... oh!, mujer amada.

Inseparables ahora somos. El uno por el otro... felizmente presos.

  Consciente a la perfección del recorrido de la espina a la rosa.

Cosquillas dentro de ambos cuerpos... loca, ansiada pasión.

Ataque certero de placer. Tuyo por siempre mi chica hermosa.

Adicción al femenino ser... bendita esta desesperación.

  Ingresando una y otra vez

Al paraíso de tu secreto.

Amor por primera vez.

Noche y calor... todo es perfecto.

  Palabras que al aire, desesperados dejamos volar.

Increíble: el momento, el vinculo; la inexplicable sensación de poderte amar.

  Tranquilidad, deseo y ansiedad embargan este cuerpo cansado,

El mismo que tu deleitas con caricias y besos desbordando la ternura.

Aparentando indiferencia y enojo, me pierdo... para mi jamás pensado

Lo fácil que fue para ti despojarme por completo de esta armadura.

  Logrando hacer relucir un sin fin de emociones que, no entiendo,

Siempre y sin pensarlo, no me doy cuenta... todas se dirigen a ti.

Suaves caricias en mi adolorida piel estoy sintiendo...

Tus besos amor querido yo anhelo... no puedo mentir.

  Disfrutando del momento. Ansiado y desquiciante placer pasional.

Sintiendo los atributos tan excitantes de tu figura.

Bendito el pecado... aceptando la necesidad carnal.

  Placer: excitación... sensación inigualable.

Con mi espina clavada en tu cuerpo, te destrozo, tierno amor.

Mía, ya completa. Admirando la agonía interminable.

Arrepentido, aguardo el momento en que disminuya tu dolor.

  Lluvia de besos a tu rostro que envuelto en lagrimas ya esta.

Gemidos me advierten. “Amor”, me logras llamar.

Tranquila te muestras... termina la tempestad.

“Perdón”, te pido arrepentido. No te quise lastimar.

  Continuación de los instintos; aun me permites dentro de ti estar;

Recorriendo el camino de tu cuerpo; oh!, Relena.

Más tranquilo y cuidadoso... me preocupa tu bienestar.

Extasiado de placer; sonrojado ante tu cara tan serena.

  “Te estoy queriendo demasiado”. Logro por fin entender.

Quizá por el mal sueño antes experimentado.

Perderte me mataría... tan solo eso comprender.

Sin tu cuerpo y cariño, me sentiría amenazado.

  Olvidando estos miedos que a mi mente enloquecen,

Te beso. El rojo se desvanece; no más rojo mar.

Delirante por el calor permites que empiecen

Los gemidos y agitados gritos... solo nos podemos amar.

  Entrando y saliendo con rapidez de tu figura;

Te penetro alocado, ya cada vez más de prisa.

Me apoyo en tu cuerpo ; te sujeto por la cintura.

Ardientes y excitados... nos relaja la delgada brisa.

  Después de intensos gemidos, entre mis brazos te encuentras temblando.

A mi cuerpo te aferras desesperada; mi perfecta amante.

Te ha invadido un orgasmo... y aun te sigo penetrando.

“Que locura”. Jamás imaginar siquiera poder amarte.

  Varias veces has experimentado el éxtasis, oh mujer.

A tu rosa la dura espina mía sigue clavada.

Unido a ti de esta manera imploro permanecer.

Desesperados, excitados. Así contigo... oh, mi amada.

  Gran esfuerzo del cuerpo. Ya se encuentra muy cansado.

Termino dentro tuyo... río de vida que en ti ahora fluye.

Ligeros sonidos por parte de ambos; tranquilos... todo ha terminado.

Sobre tu cuerpo recostado. Sorprendido de la forma que en mi influyes.

  Agotado. Acaricio su suave piel; le agradezco... estoy satisfecho.

Besando con ternura los femeninos labios

Y acurrucando el rostro sobre su pecho;

Enredando los dedos en sus cabellos lacios.

  Respira agitada, después de todo.

La sigo abrazando; la sigo besando.

Protegerla antes que nada: lo estuve pensando.

 Deliciosa noche me hiciste pasar.

Como esta... dudo tener otra más.

Casi no hubo palabras. Fue escaso el verbo amar.

Pero negar que ahora te quiero... eso jamás.

 Y de nuevo aquella imagen a mi mente regresa.

En un lago de sangre te veo, oh mujer que ahora estas en mis brazos.

Rojo mar me atormentas. Me alejo de ella con sorpresa.

Pero eso no le importa. me devuelve a su lado entre tiernos lazos.

  Sus besos y caricias te alejan de mi, oscuro paisaje.

Calma miedos y penas... me ha regresado la paz.

Me lleva el deseo de besarla... lo hago. Es este mi mensaje...

  Que la adoro y, aunque increíble, puedo hacerlo aun más.

  Finalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

El fanfic toma lugar durante el tiempo en que Heero permaneció en el reino de Sank, con Relena aun como reina.

Se le puede llamar poem-fic?. Está escrito en versos, pero un poema no necesariamente tiene que rimar ^^.

Y la verdad... está bastante suavecito.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 15 de Octubre de 2002.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


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4 years ago

Amarte es cuestión de tiempo

Amarte Es Cuestin De Tiempo

Anime: Gundam Wing

Rating: M

Pareja: Heero & Relena

Sinopsis: Saber lo que él deseaba hacer con ella, amarla o matarla... sólo era cuestión de tiempo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Una figura ágil y sigilosa recorre rápidamente los extensos jardines de la mansión de los Darlian.

No es la primera vez que así lo hace. Y las razones por las que visita con frecuencia este lugar son cada vez más fuertes e importantes.

  Pronto, llega hasta la mansión. Escalando un gran árbol que le facilitará el acceso a su destino final: la habitación de la hija única de la familia.

Equilibrándose sobre una de las ramas del árbol, toca suavemente la ventana para que la persona que se encuentra en el interior le permita la entrada. Así es, una joven rubia se acerca a la ventana y cuidadosamente la abre; el extraño hombre entra sin mirar a su anfitriona, dirigiéndose al centro de la habitación.

Una vez dentro el invitado, la chica cierra nuevamente la ventana y mira a su compañero indicándole que tome asiento sobre el pequeño sofá que frente a él está.

  * Espera un momento, por favor. En seguida estoy contigo. *

Ella se sienta en el taburete frente al tocador y continua cepillando su largo y brillante cabello, con tranquilidad tal que tranquiliza también a su visitante.

Más sin embargo el chico no es tan paciente. Después de un rato comienza a caminar de un lado a otro de la habitación esperando a que la joven termine con lo que hace y así entablar una conversación, si es que puede esperar más. Es eso o saltarse esa pequeña e insignificante parte del proceso e ir directamente a lo que le interesa.

  * Disculpa por haberte hecho esperar. *

Le dice ella después de un rato.

De la forma más despreocupada, la jovencita comienza a hablar con el chico sobre algunos de sus asuntos de mujer, quizás para romper el hielo y no decir algo impropio, pero...

  * Nada de eso me importa; lo que quiero decirte es... *

La interrumpió. Sin amabilidad o intenciones de ocultar un poco su desinterés por lo que ella hace. De cualquier forma no completó la frase, la voz le falló en un momento clave y eso se tornó incomodo.

Aunque en la primera vez que vino aquí las razones que tenia para introducirse en propiedad ajena eran bastante distintas a las que ahora lo obligan a hacerlo, eso no quiere decir que su objetivo principal haya desaparecido o dejado de tener razón de ser. Aun había algo que le indicaba que debía aniquilar a la jovencita.

Más sin embargo la inseguridad y la confusión, que apenas y podía disimular, se apoderaron de su mente para dejarlo momentáneamente desarmado ante aquella mujer.

Y mirando fugazmente los femeninos ojos azules, se da cuenta de que la chica parece comprender sus emociones aunque desconozca la razón de estas.

  * En ese caso, dime que te trajo aquí. *

* Bueno, yo... *

  El joven se congela... se sonroja. Los motivos de eso son demasiado vergonzosos para él.

En ese momento, fue como si su conciencia dejara de funcionar ante aquella mujer; sumergiéndolo así en un conflicto que nunca antes había tenido, pero que disfrutó infinitamente.

No terminó la respuesta. Es más, sin saber lo que hacía, se acercó a ella manteniendo la mirada bien clavada sobre aquellos ojos.

 Acaricio lentamente una de las mejillas de la chica con el dorso de la mano, y poco después atrapó entre esta un delgado mechón de su rubio cabello para sentir la suavidad del mismo. Luego lo acercó a sus labios y lo besó suavemente, sorprendiendo con ello a la mujer.

 ¡Que demonios!. La intentó abrazar y, de hecho, lo hizo gustoso al mismo tiempo que respiró el agradable aroma que emanaba del cuello de la muchacha. Poco después la besó en el mismo lugar.

Escuchando satisfecho los tímidos gemidos que ella le regalaba en agradecimiento.

  * Oh, Heero. *

Sonriendo ante el llamado de su compañera, el asesino se separó de ella lo suficiente como para contemplar el brillo en las pupilas de la mujer. Delatando la tierna confusión pero también el gozo de su parte ante esta nueva situación.

El soldado dejó de hacerle caso por un momento a su lógica. Consciente del camino que sus manos estaban recorriendo, del como fueron a dar hasta la bata de dormir de la chica y desatar pacientemente los listones que sujetaban la prenda a su cuerpo; separando los extremos del atuendo nocturno después de unos instantes y así... admirar el desnudo cuerpo de la joven.

 * Eres tanto o más hermosa de lo que te recordaba, Relena. *

La misma joven lo tomó suavemente de la mano para guiarlo directo hasta su cama.

Habiéndola despojado por completo de aquella prenda la hizo recostarse ligeramente sobre el lecho que ahora los recibe a ambos.

Besándola con tranquilidad en los labios; disfrutando del momento. El tanto desearlo sin siquiera darse cuenta de ello.

Lo que hace, el dulce sabor de su boca lo apasiona... le gusta mucho.

 Todo esto por lo que había esperado. Aquello que siempre, y hasta ahora, fue desconocido para el. Monótonos actos humanos que no eran de su conocimiento y que puede descubrir con ella porque ella misma se lo permite.

Vivir, tocar y sentir... sentir su cuerpo, sus labios... su cariño.

 Consciente a la perfección de las caricias que la mujer le brinda. Totalmente enfocado en los escalofríos que la suave piel de sus manos le provocan.

  * ¿De verdad quieres hacer esto?. *      _Preguntó._      * Mis intenciones de aniquilarte siguen en pie... no quiero que  después te arrepientas. *

Las palabras de Heero no hicieron eco en el corazón de la doncella. Era como si en ese momento no existiera nada más que ellos dos y sus cuerpos. Por ello la voz del joven no se clavó en la mente de la chica.

Y ésta, que sabía perfectamente lo que quería, lo besó apasionadamente, callándolo, dando respuesta afirmativa sin saberlo a la cuestión del muchacho.

Ansioso, Yuy deslizó sus traviesas manos por la totalidad del cuerpo de la joven; acariciando y aprisionando constantemente los pechos femeninos que, ante dichos contactos, se endurecían para provocarle cierta necesidad al soldado de siempre tocar a la joven con más delirio y confianza.

  * ¿Por qué?. *

De pronto, la pequeña boquita de la mujer se abrió para interrogar al compañero. Fue una pregunta pequeña pero la misma fue comprendida ampliamente por el chico.

El hombre no quiso responder; dirigiendo las palmas de las manos hasta la estrecha cintura de su amante, donde se ajustaron a la perfección, le permitió a Relena sentir no solo la fuerza con que la sujetaba, acción que dejaba muy claro el deseo de pertenencia que el muchacho tenía por ella, sino también la lengua y los labios del asesino deleitarse con los pequeños y tremendamente endurecidos pezones. Aquellos que acariciaba dulcemente con la lengua, mordía suavemente, y succionaba y besaba con los ansiosos labios.

  * Aahh, Hee... Heero... *       _Gimió suavemente la joven._        * Esto es, esto es...*

Las entrecortadas frases se detenían conforme los labios de Heero Yuy avanzaban sobre la silueta de mujer en dirección a aquel lugar que le prometía recibirlo con calor, comodidad y placer.

Así, guiado por la impura sensación que ya se había apoderado por completo de su ser: excitación; profano la tierra, veces atrás virgen, blanca y suave.

 Tranquilo pero ansioso, besó los labios vaginales del cuerpo de Relena logrando que esta cerrara los ojos con fuerza debido a la sorpresa de la desconocida sensación que llegaba a su cuerpo. Los sonidos de satisfacción que escapaban desesperados de la boca de la jovencita se esparcieron por toda la habitación, recorriendo esta y llegando finalmente a los sensibles oídos del muchacho, incitándolo a profundizar aquel ataque.

De un momento a otro, Heero introdujo su lengua con un entusiasmo tal que Relena terminó temblando entre gritos... derramando la primera corriente de un flujo de excitación verdadera.

Yuy probó las mieles que extrajo de la carne interior de su amante. Saboreando desquiciadamente el sabor a mujer que en su paladar volvía a albergarse.

 Excitada, al borde de la desesperación, la joven colocó las manos sobre el cabello del muchacho para retenerlo ahí, en la parte más sensible de su cuerpo ante los labios del joven... la parte de su cuerpo que, con más ansias que ninguna otra, ardía de pasión por el complemento masculino que de ella se posesionaba: Heero Yuy.

  * Heerooo !!... *      

Gritó ella, suavemente; la emoción de un pequeño orgasmo que la invadía se reflejó en aquella reacción delatadora de sensaciones placenteras en su cuerpo.

Agitada rogó por unos segundos de descanso que el muchacho se negó a darle; lanzándose de inmediato contra el cuello de la joven, Yuy besó y mordió delirante aquel área que se encontraba severamente sensible por el reciente derramamiento de gozo en su cuerpo.

Algunas marcas fueron la huella y evidencia de que los labios del chico se habían ensañado con el cuello de la mujer... besándola una vez más, robándole el aire; extrayendo el poco aliento que ella conservaba después de haberlo tomado con desesperación.

Relena se permitió abrazar al joven durante aquella caricia de la que sus labios no querían, ni podían escapar. Siempre así... mientras el cuerpo de ambos no lo reflejaba abiertamente, pero vibraban en roja pasión por el otro ser que se encontraba pensando a su vez en el otro.

 La chica pareció relajarse y acostumbrarse a las exigentes caricias y actos de su compañero. Lo demostró al hacer un pequeño esfuerzo y resistirse a las tentaciones de la boca de Yuy e ir paseando sus labios por el cuerpo del chico. Deleitándose paulatinamente con el cuello del soldado, tal como él lo hiciera minutos atrás; disfrutando la piel del pecho varonil del muchacho y divirtiéndose con la agradable situación que se presentó al apenas rozar sus labios con el abdomen de Heero, quien tembló ligeramente, lo que hizo que Relena alzará la mirada para observar el rostro de su amante y percatarse de la agradable sonrisa que este le mostraba, sin mencionar el inusual rubor en sus mejillas.

El asesino amplió la sonrisa sin dejar de mirar por un solo instante a la chica...

  * Me haces cosquillas. *

Dijo mientras le sonreía un poco más. El comentario del soldado hizo que la única hija de los Darlian sonriera divertida como pocas veces lo había hecho. Y tratando de calmar esa sensación, por fin dirigió los labios hasta el miembro masculino de su acompañante; dando así el último paso que salvara la distancia entre el abdomen y el pene de Yuy.

 Primero tranquila y luego más constante, la chica recorrió con lengua y labios la absoluta longitud de aquel arma sexual. Estrujándolo con sus manos logro hacer que el pene alcanzara la tremenda erección que para esos momentos ya tenía. Permitiéndose saborear no solo el exquisito manjar de sensible carne que frente a ella y en su boca tenía, sino también de disfrutar los excitantes sonidos de placer provenientes del muchacho, quien entre bocado y bocado que sentía a la parte más vulnerable de su cuerpo, igual experimentó las desquiciantes succiones a su miembro.

Resistiendo tan solo gracias a que Relena se tomaba sus segundos de descanso; midiendo el tiempo en que el pudiese terminar.

 Alejándose de la más excitante pieza de la figura de su compañero, la joven colocó sus labios justo sobre los del soldado. Dando y recibiendo uno de los inconstantes besos llenos de locura y placer, ternura y pasión, que entre ellos a veces se presentaban y que solo Heero Yuy sabia brindarle.

Absorbiendo todo el placer, aquel intenso candor, el tan conocido y agradable sabor a miel. Tomando una posición más cómoda para realmente comenzar con el juego, el piloto se sentó en medio de la cama sujetando a Relena por la cintura para guiarla de tal manera en que ella pudiera sentarse poco a poco sobre su pelvis; y con cada descenso hacia su miembro, permitía que este se introdujera parcialmente en aquel cuerpo de mujer que tanto había anhelado.

  * Oohh, Heero, continúa. *

La voz de la chica delató las emociones que tomaban posesión de su cuerpo; un cuerpo presa de placer y cariño reprimido por el tiempo y que difícilmente creía que le fuese correspondido.

 * No voy a soltarte, ¿entiendes?. *    _Habló el soldado._     * Acostúmbrate. *

Después de un rato, Yuy inició con afirmaciones que aparentemente estaban fuera de lugar; más sin embargo estas se debían al presente, aunque pasajero, dolor que se originaba en la entrepierna de la joven. La brusquedad de Heero en realidad no era tanta, y esta no era la primera vez que se enredaban en las sabanas de una cama. Todo se debía a la estreches de la vagina de Relena; la cavidad que a pesar de haber recibido gustosa en ocasiones anteriores aquella espada masculina, aun no se acostumbraba por completo a esta.

Con todo y esto el pene del muchacho se abría paso con facilidad, quizás más aun que en ocasiones anteriores, por las paredes vaginales que lo estimulaban con cada roce, con cada contracción.

 Los fluidos y secreciones producto de la excitación acompañadas por un poco de plasma rojo que teñía ligeramente del mismo color a las sabanas, escapaban tímidamente del cuerpo de la joven.

Un par de gemidos ahogados y los rasguños en la espalda del mismo, fueron pasajeros una vez que la humedad de la vagina fue suficiente para facilitarle al chico el deslizarse libremente dentro de ella. Entrando y saliendo con frenesí, a un ritmo considerablemente rápido por el intenso incremento de la excitación en las siluetas y el calor en la habitación.

 * Me encantas !. *

Comentó Heero mientras acariciaba el rubio cabello de su amante desesperada.

Benditos roces que apenas y podían considerarse caricias. La lluvia de besos y mordidas suaves a la piel de la joven y los gemidos que abrazaban la habitación, los mismos que ya ni siquiera eran reprimidos se manifestaron sin razón.

  * Ah, Heero... te quiero tanto !!. *

La misma frase, las mismas palabras que el asesino ya se sabía de memoria, fueron elevadas al aire una vez más poco antes de devorar a besos los labios de un joven enamorado, aun sin saberlo.

 El va y ven de las caderas de ambos comenzaba a intensificarse mientras sus labios se confundían con los del otro. La aceleración del ritmo; el aumento del latir del corazón que pareciera clamaba por salir disparado de emoción y sentimientos que este aun no era capaz de comprender por completo.

Un par de gritos de placer por parte de Relena... y el clímax que se venía. Todo fue antecesor del orgasmo que se originaba en la vagina de la chica y se extendiera por medio de sensaciones mil a todo su cuerpo.

 Dejándose caer de espaldas sobre la cama, Heero la abandonó apenas segundos antes de liberar una eyaculación la cual cayó sobre la cama y la figura de la semiinconsciente mujer. Y luego, igual que lo hiciera ella antes, el se dejo caer rendido sobre el cuerpo femenino, con la respiración agitada y cada quien presa de sus propios pensamientos y conclusiones sobre sus actos.

  * ¿Aun deseas eliminarme, Heero?. *   _La interrogante voz surgió entre el silencio de la recamara._   * Es que yo no... *

Queriendo hablar de algo que no fuera muerte, pero... de hecho esa situación era una de las pocas que la unían a aquel asesino que, por ahora, se estaba reservando el derecho de aniquilarla como a cualquier otra persona.

Así, después de un considerable periodo de silencio por parte de Yuy, y una guerra interior sobre decidir la respuesta que le daría a la chica, finalmente habló:

  * Sí. *

El rostro de la joven se llenó de tristeza y decepción ante aquella palabra.

Entonces... Heero solo la estaba usando como un objeto de placer. No había ni cariño, ni perdón... nada.

  * Pero... *

Esa voz que Relena no deseaba oír más, hacía eco en el ambiente; exigiendo atención y una vez obteniéndola, proseguir con su cometido

* Por ahora, no sé por qué... no siento el deseo de hacerlo. *

Aquellas palabras tan simples no eran producto de la hipocresía o la mentira. La sinceridad las acompañaba y las resaltaba con la tranquilidad del muchacho y los besos que, de pronto, se posesionaron de los emocionados labios de la mujer. Mujer que gustosa recibió es acaricia con igual o mayor intensidad.

 Para ella era más que suficiente que las cosas fueran así. Si él la mataba más adelante o no, ahora eso no importaba realmente.

Tan solo... tan solo sabía que en estos momentos Heero la estaba besando con pasión y quizás... algo más.

 Saber lo que él deseaba hacer con ella, amarla o matarla... sólo era cuestión de tiempo.

  Finalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Si estrictamente tuviera que haber un lapso de tiempo para el fic, este sería  después de que Heero conociera a Relena y poco antes de que el padre de ella  muriese.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 31 de Octubre de 2002. 

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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4 years ago

Es como volver a empezar _C7_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 7: “Matándolo suavemente con sus palabras” ::.

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.

Desnuda, disfrutando de las aguas termales, Anna yacía recargada sobre una de las rocas de la orilla; su cuerpo cubierto por el cálido líquido, dejando solo al descubierto la pálida piel de su espalda.

 Pensaba, pensaba mucho en lo que a su relación con el shaman de hielo se refería.

¿Qué hacer?, se hallaba muy confundida, en verdad había sido tan egoísta y ni siquiera se dio cuenta.

  * Es que así es el amor, egoísta. *

  La rubia itako decía para sí en apenas un susurro.

Y es que después de pensarlo tanto, aquellas palabras tenían mucha lógica. A veces somos tan felices, que solo se es capaz de ver lo que los ojos y el corazón quieren ver: felicidad. Tan es así, que al ser felices a plenitud, llegamos a pensar que a quien se ama es feliz de igual manera, más no siempre es así.

  * Ah, y ahora, ¿qué voy a hacer?. *

 Anna cerró los ojos mientras un sutil tono rosa teñía sus mejillas debido al calor del lugar.

Sumida en sus pensamientos, cuenta no se dio de que alguien más compartía con ella el calor de las aguas desde hacía varios minutos.

 A escasos metros, Horo Horo contemplaba, excitado, la bella figura femenina que ante él se mostraba.

¡ POR KAMI !, se sorprendía de no haberla tomado desde el momento en que se sumergió en las termas. Sonrió travieso. . .

  * Eso tiene solución. *

 Apenas susurró tan corta frase, se acercó tranquilo a la joven que aun ajena a su presencia, abrazaba una roca. Y él se sintió estúpido, sentía celos, Anna solo descansaba, solo eso.

 El ainu se posó suavemente detrás de ella, pegando totalmente sus cuerpos; sus manos deslizándose delicadamente por los contornos curvilíneos de la rubia itako, hasta entrelazarse con las propias manos de su amante.

Horo suspiró profundamente mientras recargaba la cabeza sobre los cabellos dorados de Anna, aspirando aquel agradable aroma a violetas; cerró los ojos, dejándose llevar por las sensaciones que la sacerdotisa provocaba en él.

  * Te amo. *

 Le dijo el shaman, haciéndola temblar casi imperceptiblemente.

Pronto, los cálidos labios del peliazul iniciaron un recorrido de pasión, estacionados por largos momentos en la suave piel del cuello de Kyouyama, mordiendo, succionando, marcándola como su territorio.

Anna suspiraba y respiraba con agitación tratando de resistirse, si continuaba este romance, el muchacho renunciaría a sus sueños. . . y eso no sería justo.

 Más los morosos besos del ainu, sin mencionar las ansiosas manos de este que se deslizaron, intrusas, en su intimidad, la hicieron ceder completamente.

  * Ah, espera. *

 Sonrojada, con entrecerrados ojos, Anna solo se limitaba a sentir como el shaman de hielo exploraba su sexo. Y dándole aun la espalda, la mujer separó un poco las piernas, permitiéndole al joven introducir en ella sus traviesos dedos a su entero gusto.

  * Te deseo tanto. *

 La rubia jadeaba; podía sentir el cálido aliento de Horo Horo, sobre su cuello o susurrándole suaves palabras al oído, que la hacían estremecer.

Más aun, la entrecortada respiración del muchacho la volvía loca, no podía pensar en otra cosa que no fuera hacer el amor con él.

  * Ah, Horokeu. *

  Ella gimió profundamente.

El ainu deslizaba un par de sus dedos, acariciando insistentemente su clítoris; hundiendo ocasionalmente el dedo medio en la intimidad de la joven.

Lo excitaba tanto como la rubia se dejaba hacer, la forma en que gemía y la manera en que levantaba las caderas buscando que el contacto fuese mayor.

  * Te gusta, lo sé. *

 Palabras que formaron susurros.

Horo Horo estaba ansioso, sus manos recorrían sin control la delgada figura femenina hasta detenerse cada una sobre los bien formados pechos de Anna. . . la parte que más le gustaba de aquella perfecta anatomía.

El shaman estrujaba con ligera fuerza aquel par de senos, arrancando gemidos de los labios de la itako, quien agradada, sentía como su amante jugaba entretenido con sus suaves esferas de mujer.

  Después de un rato, el shaman de hielo se detuvo; con un suave movimiento giró a la joven para quedar frente a frente. . . y se aferró a ella con labios y dientes, sorprendiéndola y haciéndola gritar de placer.

Horo estrechaba con fuerza la diminuta cintura de su mujer, mientras se deleitaba con sus preciosos senos, probándolos desquiciadamente, besándolos, succionándolos, hasta mordiendo ligeramente los duros pezones que coronaban el mayor atractivo de la chica.

Por su parte, Anna se mordía el labio inferior tratando de no gritar, el gozo era tanto que creía que no lo iba a soportar.

  Recargada aun sobre la roca, la sacerdotisa miraba embelesada la luna, al tiempo que su amante seguía incansable en su trabajo de amarla.

Finalmente, el Usui atrapó los labios de Anna con los propios, desesperado, queriendo comerla a besos.

 * Anna, no puedo más. *

 Le dijo él, aferrándose con fuerza a su cintura, mordiendo suavemente la oreja izquierda de la joven.

  * Yo igual. . . quiero más. *

 El shaman de hielo no pudo más que sonreír; no esperó más!, alzó ligeramente a la chica, tomándola por las caderas y haciéndola bajar casi inmediatamente, guiando su erecto pene hacia la intimidad de la itako.

Pero se detuvo sin entrar en ella; comenzó a deslizar la punta de su miembro sobre los labios vaginales de la mujer.

  * Oh, Horo, perverso. *

* No finjas, adoras esto. *

 Ese descarado tenía razón. A ella le encantaba que acariciase de aquella forma su intimidad; sentir la caliente punta de la masculinidad del muchacho, la desesperaba, se llenaba de ansias y no podía esperar a ser penetrada, sin mencionar la excitante y morbosa sensación que esto le producía.

 Y siguieron así por un rato más, disfrutando del contacto superficial entre sus sexos, mientras clavaban sus miradas el uno en el otro.

  * ¿Qué dices?. . . continuamos?. *

* Idiota !. *

  Horo Horo sonrió.

““Casi como la hacía Yoh.””

Pensaba la itako.

Sí, él es tan alegre como lo fue Yoh, y esa sonrisa suya a veces le recordaba al Shaman King, más la sonrisa del ainu era más picara, más traviesa. . . y así le gusta a Anna, lo adora.

Así que ella también sonrió, lo hizo de una forma casi perversa.

 La rubia se aferró al cuello de su amante con sus brazos, mientras le rodeaba hasta cruzar las piernas por la espalda del joven. . . bajando suavemente las caderas, ella sola hizo que el duro pene de Horokeu entrase en ella con lentitud.

Ambos suspiraron profunda y tranquilamente al principio, más fuerte y entrecortados conforme se deslizaba la hombría del peliazul en la intimidad de la sacerdotisa.

  Con un suave subir y bajar de sus caderas, Anna volvió loco de placer a su compañero, sumado a esto estaban las sensaciones que el agua provocaba en combinación con el roce de sus cuerpos, era delicioso, inigualable.

  El agua, la noche, las estrellas. . . todo en combinación formaron la situación más erótica que ambos jóvenes habían compartido hasta ahora.

Y así, con el agua caliente cubriendo la mitad de sus cuerpos, hacían el amor; él mordisqueando con suavidad los botones rosados que adornaban los perfectos senos.

 Pronto el calor de los amantes, sumado al de las termas, se tornó insoportable y el placer era tanto que el subir y bajar de sus caderas se volvió fuerte, rápido, desesperado, casi brusco, provocando que los gemidos de Anna se tornaran sonoros y prolongados. . .

  ““Una dulce melodía.””

Pensaba el peliazul sin poder ya apartar la mirada de la belleza desnuda que entre sus brazos, se entregaba a él.

Tan bella, tan intensa. . . tan Anna.

  * Te amo. *

  Horo Horo habló sin pensar.

Jadeante, entrecortado. Que increíble que semejantes palabras salieran de su boca en medio de tanta excitación.

Anna lo besó con desesperación, acariciando una de las mejillas del peliazul.

 Él seguía penetrándola, disfrutando de la deliciosa sensación que experimentaba con cada embestida.

La intimidad de Anna abrazaba y oprimía su miembro, como deseosa de retenerlo ahí, dentro de ella. . . y así era.

El roce, la constante fricción entre sus sexos, todo aquello logró que la excitación aumentara. Y pronto, Horo Horo forzó su hombría con mayor fuerza dentro de la vagina de la itako. El placer los obligó a romper el beso que hasta ahora habían mantenido.

 Y Anna rodeó el cuello del shaman, soltando gemidos que llegaban a oídos de su joven amante.

No podía más, el gozo recorría todo su cuerpo y una deliciosa sensación comenzaba a formarse en su vientre.

  * Oh, Ho-Horo Horo. . . *

  Sus cuerpos danzaban con un vaivén de sincronía, mientras Anna jadeaba intranquila; y ya no pudo más, su cuerpo tembló entre espasmos de placer, arqueando la espalda y lanzando un sonoro gemido que entonaba el nombre del ainu, recibió satisfecha el orgasmo que recorrió su cuerpo, agotándola por completo y provocando que las paredes de su vagina se contrajeran y abrazaran fuertemente la virilidad del shaman del norte, quien no pudo contener el semen que su miembro expulsó por tanta excitación y placer, desbordándose en la intimidad de la rubia.

  Ambos jóvenes respiraban agitados, aun moviéndose suavemente. Horo Horo aun con su hombría enterrada dentro de la mujer.

Compartían cortos besos y los susurros que formaban palabras y promesas de amor los acompañaron por largo rato. Pero unas cuantas de aquellas palabras hicieron que Anna perdiera bruscamente el encanto que su amante le había regalado.

  * Ya no me importa nada más, solo tu, Anna. . . Ai shiteru. *

  Kyouyama se congeló al escucharlo, tanto amor y placer la habían hecho olvidarse de algo que venía atormentándola desde hace poco.

Su mirada, antes llena de calidez por haber hecho el amor con el peliazul, se volvió seria, fría como siempre.

Se separó del shaman sin decir nada más, provocando desconcierto al muchacho, quien no entendía que le pasaba a su amante.

  ““Quizá no está tan satisfecha como yo lo estoy.””

Pensó Horokeu, agitando la cabeza y descartando casi inmediatamente esa idea.

No, esos besos, sus caricias, sus constantes gemidos le habían demostrado cuan grande fue el placer que le hizo sentir al unir sus cuerpos.

 Ella se detuvo aun dentro de las aguas termales.

Y dándole la espalda al hombre que conocía ya cada rincón de su cuerpo, dispuesta estaba a romperle el corazón. . .

  * No vuelvas a tocarme. Lo he estado pensando y he decidido que ya no me casaré contigo. *

  Y así como así, Anna salió de las termas sin siquiera cubrirse, dejando al muchacho más que sorprendido. No comprendía porque de repente ella se comportaba de esa forma y le decía cosas que lo lastimaban.

 Con pupilas descoloridas y contraídas, la expresión de Horo Horo delataba la sorpresa y el dolor que las palabras de la sacerdotisa le hicieron y le hacían sentir. . .

 Palabras que resonaban en su cabeza una y otra vez, palabras. . . que lo mataban suavemente.

  Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Amor, sexo y. . . un corazón hecho pedazos.

Haciendo el amor en las aguas termales, el ambiente y la temperatura  perfectos.

No separaré a estos enamorados por mucho tiempo, simplemente no puedo, así que aun habrá un poco más de romance y tan solo una última sesión de lemon  ^¬^’.

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 25 de Mayo de 2005.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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         || Capítulo 8 ||


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4 years ago

Es como volver a empezar _C8_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 8: “Porque él ya no está” ::.

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.

Sentada sobre el pasillo de madera que daba al jardín, Anna miraba el cielo sin interés alguno.

Él se había ido, dejándola en completa soledad.

 Dos semanas ya sin su compañía, sin sus bromas, sin reñir con él; dos semanas sin probar la comida que él preparaba, sin contemplar sus curiosas sonrisas. . .

  * Sin que hagamos el amor. *    _En un suave susurro, la itako bajó su triste mirada hasta el suelo._    * Es lo mejor. *

  Trató de convencerse a si misma, lo ha venido haciendo desde que tuvo aquella discusión con él ainu, cuando este le exigió explicaciones sobre sus hirientes palabras.

~*~

~*~

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 * ¿Qué no escuchaste?, ya no quiero nada contigo. *

* Oh, claro que te oí, tus palabras están bien clavadas aquí. *

  Le dijo el shaman, golpeando su pecho y mostrándole una mirada llena de confusión, de dolor, de ira.

  * Pues, ¿qué esperas entonces para irte?. *

* No, Anna, no me hagas esto. *

  Las oscuras pupilas del shaman de hielo comenzaron a deformarse por las lágrimas acumuladas.

La sacerdotisa, al verlo tan devastado, dudó por un momento, pero esto era por el bien de ambos, de él.

  * Largo. *

  Con esta simple palabra, le dio la espalda al peliazul, hundiéndolo en la tristeza, rompiéndole el corazón.

No fue necesario decir nada más, estaba bastante claro que esto se había terminado.

 Derrotado, dolido, Horo Horo abandonó la pensión.

Ya no insistió, no tenía caso si ella no lo quería. Y si él irse la hacia feliz o simplemente la tranquilizaba. . . entonces simplemente se iría.

~*~

~*~

~*~

 Varias lagrimas se deslizaron por sus mejillas. Como lo extrañaba.

Entre sus manos oprimía fuertemente la rosa de hielo que Horokeu le regaló no hace mucho tiempo. Era extraño, a pesar de ser de hielo, aun no se derretía.

  * Sí, sé que es mejor así. *

  Susurró con palabras tristes que se le atoraban en la garganta.

   * ¡ NO !, no es así. *

  Le dijo una voz femenina que de pronto se escuchó en el lugar y que con fuerza, desaprobaba las palabras de la rubia itako. Kyuoyama, quien no se había percatado de que tenía compañía, alzó la mirada, encontrándose con la dura expresión de Pilika.

  * ¿Qué haces aquí?. *

  Anna trató de ser fría y hasta grosera, más su pacifica voz no le ayudó mucho.

  *No quiero seguir viendo como mi hermano se muere de amor.*

  Ignorando a la sacerdotisa, casi histérica como era común en ella, la chica ainu le dio la respuesta, sin esta ser su verdadera intención.

Anna desvió la mirada, sabía muy bien que había lastimado al shaman de hielo, pero. . . no quería que, por ella, Horo hiciera a un lado sus sueños, así que. . .

  * ¿Morir de amor?; por favor, Pilika, no digas tonterías. *

* ¡ No son tonterías !. *

  Le gritó la más joven, demostrándole a la rubia que sus intentos por mostrarse fría e indiferente, eran vanos.

  * Por favor, Anna. . . *     _La peliazul se acercó hasta la itako, sacudiéndola suavemente por los hombros._     * Yo sé que tu también lo amas. *

  Las palabras de la joven de Hokkaido no podían ser más ciertas, bastaba ver la tristeza en los ojos de la mujer, o la felicidad, cuando aun estaba con su hermano.

Entonces, la chica Usui simplemente no comprendía por qué la sacerdotisa alejó al shaman de hielo, diciéndole todas esas mentiras.

  * ¿Por qué, Anna?. *

* Porque es lo mejor. *

* ¿Para quién?. *

  La cuestionó, volviendo a alzar la voz, mientras que Kyouyama mantenía su negra mirada en un costado; era extraño, pero no podía sostener la pesada mirada de la chica del norte.

  * Para él. *     _Susurró. _     * No quiero que haga a un lado sus ideales. . . por mi. *

  Al escucharla, el rostro de la peliazul se ensombreció.

Entonces, en parte era su culpa, pues fue ella quien le comentó a Anna que su hermano había hecho todo a un lado, con tal de estar a su lado.

  * Lo siento, Anna, cuando dije eso, no quise. . . *

  Pilika comenzó a llorar, se sentía culpable.

La itako negó con la cabeza. No, no era su culpa y, muy a su pesar, tampoco era la única razón que tuvo para romper su relación con el shaman de hielo.

  * Desde que estoy con Horokeu, no puedo dejar de pensar en. . . aahh. . . *

* ¿En qué, Anna?. *

* S-si Yoh no hubiese muerto, yo no estaría con tu hermano. Entonces, ¿debo sentirme feliz de que Yoh se haya ido?. *

  Anna, muchas veces se cuestionó si hubiese preferido que el Shaman King siguiese con vida. Pero en ese caso, no estaría con el shaman de hielo.

Se aterró al llegar a pensar que no.

 La joven ainu la miró con serenidad, su llanto había cesado.

 Estaba bien.

Pilika entrelazó sus manos con las de la rubia itako, pidiéndole que no pensara más en eso, después de todo. . .

  * El hombre que elijas, sea o no mi hermano, estará ahí. . .  porque Yoh ya no está. *

  Increíble, ¿desde cuando Pilika decía palabras tan sabias?.

 Por fin, el agua salada brotó de los negros ojos de Kyouyama, quien ligeramente sorprendida, se vio envuelta entre los brazos de la chica peliazul.

  * Lo amo tanto. *  _Susurró. _  * ¿Crees que me perdone?. *

  Pilika sonrió enormemente, dándole su apoyo al estrecharla con más fuerza.

  * Nada lo hará más feliz, que volver a verte. *

  Entonces, un inamovible pensamiento cruzó la mente de la rubia.

Anna había decidido ir tras su felicidad.

~*~

~*~

~*~

 Sobre la copa de un inmenso árbol, Horokeu miraba desinteresado la bella puesta de sol.

Sus sueños ya poco le importaban, su vida tampoco le importaba. No entendía, porque ya nada tenía caso, sin el amor de esa mujer.

  * ¿Desde cuando me volví un romántico sin remedio?. *

  Se preguntó el peliazul, una triste sonrisa adornando su rostro.

Desde que regresó a Hokkaido no podía sacarla de su cabeza, mucho menos de su corazón.

 La extrañaba y mucho; echaba de menos sus negros ojos, sus dulces besos y más aun, hacerle el amor como un loco. . . la necesitaba.

  * Pero Anna no me ama. *

  Con fuerza, el shaman de hielo oprimió la corteza del árbol, necesitaba sacar su frustración, su enojo, su dolor.

  * Yo nunca dije eso. *

  De pronto, una voz femenina llegó a sus oídos, sorprendiéndolo, no tanto por creer estar solo, más bien porque sabía perfectamente a quien pertenecía dicha voz.

 Y la miró, allá abajo; los ojos de la rubia brillaban por razones que él desconocía. Todavía más enigmática le resultaba la sonrisa que adornaba su bello rostro.

Se quedó mirándola por unos cuantos instantes, tratando de convencerse de que la itako realmente estaba ahí. Una enorme sonrisa atravesó su cara al convencerse de que así era.

 Bajó del árbol con un ágil salto, y apenas sus pies tocaron el suelo, alcanzó a la rubia mujer, rodeándola con fuerza.

¿Cómo describir la sensación de ser correspondido?; simplemente se sentía flotar ligera y suavemente.

Así, se dio valor para atrapar los labios de la sacerdotisa con los propios, una delicia de la que fue privado por interminables días que no quería recordar.

 La besó profunda y desesperadamente, casi devorándola a besos, nada le importaba, solo quería sentirla.

  * Lo siento. *

* Pero, ¿por qué estas aquí, en Hokkaido?. *

  Le cuestionó el shaman, poco después de que separasen sus labios.

La itako sonrió; ¿quién hubiese pensado que Pilika iba a tener el coraje para ir a buscarla, dispuesta a traerla a rastras?.

Por supuesto, esto último no fue necesario.

 Más eso era algo que podían discutir después, por ahora, solo era necesario decirle una sola cosa.

  * He venido para estar a tu lado, yo . . .  ai shiteru. *

   Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Juntos otra vez. Se los dije, no puedo separarlos por mucho tiempo, pues los adoro como pareja.

En cuanto a los pensamientos de Anna. . .  ¿Qué pasa cuando, después de la muerte de quien se amó, te vuelves a enamorar?, ¿es correcto?, después de todo, el volverse a enamorar es consecuencia de la muerte de quien se amó primero. De ahí el título de este capítulo.

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 25 de Mayo de 2005.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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        || Capítulo 9 ||


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4 years ago

Solo con ella hacer el amor

Solo Con Ella Hacer El Amor

Anime: Yu-Gi-Oh !

Rating: M

Pareja: Joey & Mai

Sinopsis: Es algo que deseo desde que mis ojos se posaron por primera vez sobre su hermoso rostro... hacer el amor... solo con ella.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

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Ella salió de la ducha después de varios minutos, aunque con la misma ropa con la que entró; supuse que saldría envuelta en una toalla que me permitiría ver gran parte de su escultural figura, pero parece ser que a ella no le agradaba la idea.

El que mi padre fuera a estar ausente por todo el fin de semana fue una situación que nos vino como anillo al dedo.

  Ahora, yo la miraba profunda y atentamente.

Había sido toda una odisea el lograr estar aquí, en esta habitación, en este momento. Y la encuentro tan diferente; vistiendo unos jeans ajustados y un pequeño top similar al que vistió durante aquel lejano torneo, algo muy parecido a un corsé.

¡¡ Dios !!, el día en que debió lucir más sexy, es el día en que titubeó permitiéndose mostrar su lado serio.

No era que yo no me sintiese atraído, ahora, por ella; irónicamente era todo lo contrario. Tenía la imperante necesidad de estar con ella, aquí... ahora; entre más cerca mejor, y que mejor que sin ropa que nos impida conocernos más.

El que estemos aquí fue mínimamente planeado. Y hasta me siento un poco mal pues estoy perfectamente consciente de que fui yo el que insistió; el que la presionó para esto...

Ella, contrario a lo que cualquier otra persona imaginara, se sorprendió y me evitó cuando inútilmente comencé a proponerle este encuentro. Lo sé !!, estuve a punto de perderla pues ella creía que lo hacia solo para pasar el rato con alguien que aparentaba ser chica fácil...

Pero, cuán difícil fue demostrarle, y que creyera, que mis sentimientos eran y son extremadamente fuertes y sinceros; fue tan complicado. Mai no entendía que lo único que yo deseé era que nos uniéramos más; porque lo que siento por ella inició con una fuerte impresión por su belleza externa y terminó con un incontrolable sentimiento que nace en mi corazón y que clama porque logre hacerla mía... ¡ es amor !.

 ... Un amor que fue creciendo solo gracias a una coincidencia... ¡ sí !, la coincidencia de volverla a encontrar una tarde tranquila y lluviosa, y después de eso la necesidad. Necesidad de tenerla cerca, de verla y respirar su agradable y enloquecedor aroma.

Esa necesidad que me llevó a robarle, no solo uno, ni dos... fueron y han sido tantos besos que creo haber perdido la cuenta. Aunque todos esos besos fueron bien correspondidos desde el segundo... me costó mucho reunir el valor para atreverme.

  Ahora todo lo que arriesgué y esperé, ha valido la pena.

Por ello la abrazo con tanto cuidado que apenas y siento su piel; refugiando mi impaciente rostro en su largo y rubio cabello...

Ya nada me es suficiente. No puedo calmar el fuego interior que me quema obligándome a tenerla, ¡ya!.

Besé sus hombros, su delgado cuello; y de ahí ya nada ni nadie podría evitar que continuase.

 Habiendo comenzado a tocar sus senos por encima de la tela de su pequeño top, el mismo que en cuestión de segundos dejó de cubrir sus hermosos y apetecibles pechos, esos pechos que no tarde en besar y morder con deseo, con desesperación, con un incontrolable amor.

Mis labios estaban ya bastante ocupados, más sin embargo los suaves gemidos de mi adorada Mai provocaron que mis manos viajasen por todo su cuerpo, buscando mi placer y excitación, y el deleite de ella misma. Estas manos inexpertas, que se mostraron hábiles y conocedoras de las partes más sensibles de esta mujer.

 Sus jeans y sus bragas no tardaron más en ser despojadas, pudiendo así admirar aquella impecable figura de mujer. Todo lo que imaginé, el como seria y el cuanto deseaba mirarla así... No, no, nada de lo que llegue a imaginar puede parecerse al menos un poco a lo que observo ahora... ese cuerpo tan hermoso y delicado; el rubor en su rostro que no me esperaba y la imagen que se tornaba nueva para mi y que me volvió más loco de lo que ya estaba, y si que lo estoy... loco de amor, loco por ella.

 Lanzándome de nuevo a sus labios, quise probar la timidez de estos; quería agradecerle esto, este regalo que me hacia solo a mí: un muchacho inexperto, inseguro y ansioso.

  El hecho de estar cerca de la cama me facilitó todo; empujándola suavemente hacia atrás, hice que se recostara mientras mi cuerpo se posaba totalmente sobre ella... sin dejar de besarnos. Lo demás fue mero instinto de mi parte.

Introduciendo un par de dedos en su mojada vagina, me sentí satisfecho. ¿Yo la había puesto así?, la había excitado... ¿en verdad lo logré?. No tenia idea del como y en realidad en ese momento no le preste más importancia.

 Mis oídos se pusieron alerta; ella me estaba ofreciendo una serie de gemidos tan incitadores que me hacían desearla aun más; incluso mi boca volvió a sus, ahora rígidos, senos.

Me sentí mareado, de pronto era como si todo su cuerpo me invitara a continuar con las caricias y los besos curiosos... de pronto fue como si esa fuera mi única necesidad en el mundo. Una necesidad carnal, terrenal... esta necesidad de amar; amarla a ella y solo a ella.

  * Joey?!!. *

 Fue su dulce voz la que me llamó; no con ese tono imperativo con el que siempre se dirigía a mi; no era que me mandase como acostumbraba a hacerlo, ¡No!.

Quizás ésta era la primera vez en que me hablaba de forma suave y cariñosa; y es que no recordaba que su voz fuera tan hermosa como ahora la escuchaba. Puede que todo se deba atribuir a las circunstancias que estoy viviendo.

La miré atento; fuera lo que fuera aquello que debía decirme, para mi era importante.

  * Joey, yo aun, aun no... *

* Lo sé... lo sé. *

  Vaya que lo sabía. Bastó con que me lo dijera solo una vez para que le creyera, y como no creerle?, si lo que caracterizaba mi cariño hacia ella es la confianza que le tengo muy a pesar de todo; a pesar de sus trucos en el duelo de monstruos y de las tantas veces en que me dejó plantado... pero no hoy !!, esta vez era mucho más importante que cualquier otra.

  La besé de nuevo, callándola, tranquilizándola; tendría cuidado como si su dolor fuese el mío, algo muy verdadero últimamente.

Ese beso, un tanto corto, fue seguido por las caricias de estas manos que tocaban la tensa piel de sus brazos, sus piernas... ¡Dios, que piernas !.. Apenas y la había visto, apenas y le había conocido la piel desnuda y ya parecía haberme entusiasmado con exageración con todo su cuerpo; fue tonto!!. Sentí como si conociese esa figura con sumo detalle, cuando en verdad sería ahora que la descubriría en su totalidad; todos sus secretos, todo lo que ella trataba de esconderme hoy saldría a la luz para que yo la admirara.

Admirar su desnudes, su suavidad, su miedo y su cariño... su reprimido amor por mi.

 ¡ Fue demasiado !, yo y mi cuerpo no pudimos soportar las ansias, pero no besé sus labios, su cuello fue inexplorado, sus pechos me incitaron pero fueron ignorados... fui directo, deseoso y decidido: probé la vagina que ya bastante mojada estaba.

Sintiendo la extremadamente suave y cálida piel de aquel área, mi lengua se adentró en lo profundo de ese lugar inexplorado. Así, Mai dejó que de sus lindos labios emergieran sonidos que me indicaban lo bien que desempeñaba mi labor. Escucharla pronunciar mi nombre en variados tonos que iban de lo provocador y sexy a lo agotado y suplicante; todo esto sumado al embriagante aroma que desprendía el sexo femenino me hizo rendir totalmente al placer y al momento.

 Sé que fue hasta que su primer orgasmo la obligó, que se atrevió a enredar sus manos en mi rubia melena y a elevar las caderas como queriendo que mi traviesa lengua se adentrara más al fondo de su cuerpo.

 Me detuve, porque su cuerpo estaba ya bastante agitado al igual que mis emociones.

Sintiendo la necesidad de probar una vez más sus labios, así lo hice recibiendo una respuesta un tanto agitada. Mai me correspondió con tanto furor, con tal entrega que cada vez en que trataba de alejarme un poco y tomar aire, ella volvía a atraparme entre la piel de sus brazos y a aprisionarme con un beso lo suficientemente erótico como para recuperar el entusiasmo que tenía antes.

  De rodillas sobre la cama, comencé a despojarme de la ropa que aun a mi cuerpo envolvía para al final mostrarme tal cual era frente a ella. La chica me miró plenamente sonrojada. Me era divertido; verla así no era común.

Sus ojos tomaron otra dirección enfocándose a la nada de una de esas cuatro paredes.

  * ¿Y ahora qué, Joey?. *

* Esto... *

  Su pregunta había sido muy bien respondida con mi acción, un acción que ella observó tan solo para sonrojarse todavía más. Ante ella, me encontraba con el pene a toda su extensión dispuesto a lo que venía, más intentaba cubrirlo con un látex fluorescente.

Mai no quitó la mirada de esa escena y aunque avergonzada también la encontré ansiosa. ¡ Sus ansias no esperarían más!!.

Al terminar de cubrir mi miembro deforma correcta con el condón, habiéndolo practicado varias veces; la miré por apenas unos segundos, luego la besé fugazmente.

Abrazándola mientras dejaba a mi cabeza descansar sobre la de ella, guie este miembro masculino hasta la entrada de mi placer... nuestro placer.

  Con movimientos lentos y un tanto inexpertos, fueron más bien el instinto y el deseo los que me ayudaron a no hacerlo del todo mal; supongo que fue así ya que las palabras de Mai se resumieron en: “Continua” y “te amo”... o sencillamente en gritar mi nombre a secas: “Joey”.

 Sentirme en su interior, profanador de un lugar en el que muchos deseaban estar y yo eso lo sabia a la perfección. No me eran indiferentes los ojos de otros hombres que la miraban descaradamente aun en mi presencia y con ella abrazada a mi... pero pensar en ello no tenía sentido alguno y mucho menos ahora. Este momento era solo mío, de ella... nuestro.

El mundo entero se volvió ajeno en el instante mismo en que cerramos la puerta para quedarnos felizmente a solas.

De pronto, todos los pensamientos se esfumaron de mi mente, lo cual era bastante normal en mi, solo que esta vez sí poseía una sola idea en la cabeza: penetrarla, penetrarla cada vez más fuerte y profundo.

 El deslizarme por entre sus piernas fue un trabajo fácil; aunque su vagina parecía algo estrecha, la desesperación era tan grande que a duras penas me contuve de adentrarme con fuerza. Apreté los dientes un tanto ansioso, me tomó un poco de tiempo excitarla y en cambio ella había logrado ese mismo efecto en mi con una sola caricia.

La expresión frustrada en mi rostro no hizo buen juego con el semblante cansado y adolorido de mi amante lo que me obligó a decir algo que verdaderamente me parecía correcto, pero que no deseaba hacer...

  * Si así lo quieres, podemos dejar esto hasta aquí. Ya terminaremos otro día. *

 Sus ojos se mostraron suplicantes ante aquellas tontas palabras; con solo verla entendí tantas cosas que quizá con palabras no hubiese comprendido. Tanta espera, tanto dolor... ¿para qué?; ¿para dejarla así?: ¡ NO !.

Eso es lo que Mai me dio a entender o lo que yo quería saber; sin embargo había algo que no había dicho ni con palabras, ni con nada: todo esto lo hacía y lo toleraba por mi, no era que no lo disfrutara y deseara pero le insistí tanto, que creo que en parte aceptó para que la dejara en paz... que tonto.

 No la seguí atormentando, con rapidez introduje aun más a mi miembro, rompiendo la membrana que la protegía. Su dolor la llevó a abrazarse a mi y enterrar casi todas sus uñas en mis hombros y espalda, más de sorpresa que de dolor, lo sé pues sus labios y gemidos me lo hicieron sentir.

Solo un par de segundos permanecí quieto y luego, parecía animal en celo, no sé si los humanos tengan periodos de celo, pero si existiera uno se resumiría en esto, en el simple acto sexual.

¡ Lo mío no !, es algo más allá; son ansias, felicidad de tenerla unida a mi como nadie lo ha estado... es la primera vez que estoy con alguien y es más de lo que llegue a imaginar.

  Sujetándola por la cintura le propuse colocarse de espaldas a mi para penetrarla en esa posición; ella, gustosa, acepto al prácticamente sentarse sobre mi miembro. De esta forma ambos volvimos al placer que el deslizamiento entre nuestros sexos provocaba.

Mis manos ya no sabían de donde sujetarse y por ello viajaron explorando la figura femenina en más de un par de ocasiones, acomodándose finalmente sobre cada uno de los pechos de mi amante mientras mis labios se dedicaban a besar tanto su cuello como su espalda.

 Llevando sus suaves manos hacia atrás, Mai acarició tranquilamente mi cabello; la note con los ojos totalmente cerrados al tiempo en que gemía sin control.

Así, mis manos soltaron sus senos para sujetar sus largas piernas con el propósito de subirla y bajarla, penetrándola rítmicamente a mi gusto, a mi antojo.

Sus gemidos se incrementaron conforme el pene ingresaba a su cuerpo; el dolor que minutos atrás experimentara había sido vencido por el placer desde hacia ya un buen rato.

Escucharla decir mi nombre se volvió normal y melodioso. Sin detenerme un solo instante, gire la mirada hacia un espejo un tanto grande, observando con satisfacción la escena: Mai rendida de placer pareciendo no soportar más pero haciéndolo a fin de cuentas; con su largo y hermoso cabello rubio sobre sus pechos intentando inútilmente cubrir a estos que saltaban de arriba a abajo al compás de mis desquiciadas embestidas... todo era increíble.

La excitación estaba llegando al límite, llevándome a elevar la velocidad de entrada del pene; luego, fue cuestión de segundos el que escuchara los cansados gritos de Mai consecuencia de un prolongado orgasmo. Yo no tardé en reaccionar de forma similar con gemidos que sonaban un poco más roncos.

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Apenas habían transcurrido un par de minutos desde que sentimos la cima del placer y ya me sentía una persona totalmente distinta.

Ahora totalmente cansado y con la excitación ya inexistente, me relajé para por fin abandonar el cuerpo de mi linda amante... desde ese instante me sentí distinto, era felicidad lo que acogía mi corazón; los latidos se intensificaron y me sentí sofocado creyendo que este saldría disparado de mi pecho.

Abrace a Mai haciéndola recostar la cabeza sobre mi hombro derecho; ella estaba prácticamente dormida, con una sábana ultra delgada que apenas y le cubría las piernas... así era mejor.

 Busqué sus labios carmesí saboreándolos por apenas unos segundos; ella gimió adormecida y cansada...

  * Está bien !. *       _Pensé._      * Ya podré disfrutarlo en otra ocasión. *

  Ésta era la primera vez, más que sexo... para mi, para ella, para ambos fue hacer el amor y aunque por ahora ya todo había terminado, aun quedaban pruebas de nuestra travesura de amor: los cuerpos bañados en sudor, las sábanas mojadas. Pero aun me aferraba a su cuerpo.

 ¿Soltarla?: ¡ eso jamás !...

Quiero tenerla siempre cerca de mi, no desde hoy, no por su cuerpo, este deseo lo llevo conmigo desde el instante en que mis ojos se posaron sobre su hermoso rostro.

  Ahora sé, que la mujer con la que quiero compartir mi vida, mi cuerpo, todo... con la única que deseo hacer el amor es con ella... con mi Mai Valentine.

  Finalizado.

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El primer lemon de Yu-Gi-Oh ! que realizo.

Lo confieso: ADORO a esta pareja.

Joey es tan lindo, guapo, tierno, y que sé yo... y bueno, Mai es muy hermosa, y ha doblegado su carácter para mostrarse más cariñosa, solo con Joey. La verdad es la mejor pareja para él.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 04 de Abril de 2003. 

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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3 years ago

Ella es... _C4_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Para él, ella era la mujer más hermosa, fría, pero fina y frágil al mismo tiempo, misteriosa e inalcanzable, única. Su amor imposible, ella era Anna Kyouyama... ella era su todo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 4: “Tiempo compartido” ::.

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.

Tomaban un baño juntos en el jacuzzi y él acariciaba su bello cuerpo por debajo del agua.

 Horo Horo no paraba de besarla; creía que después de aquella noche, Anna ya no querría absolutamente nada con él, y sin embargo, aquí estaban ahora, acariciándose mutuamente mientras el agua se mecía en un sutil oleaje que los relajaba y excitaba al mismo tiempo.

 Entonces, la rubia dejó de ser pasiva y en un inesperado movimiento, se sentó sobre las caderas del peliazul, quién la miraba embelesado y con satisfacción.

  ““Me preguntó. . . ¿por qué será tan posesiva?, y. . . si lo ha sido con otros hombres o solo conmigo?.””

  Pensaba el muchacho.

Y hubiese seguido divagando un poco más en su relación con la chica, si esta no hubiese comenzado a lamer y morder suavemente su oreja izquierda.

  * Estás muy distraído, ¿en qué piensas?. *

 Anna le susurró al oído, haciéndolo estremecer con su cálido aliento.

En ese momento, Horo no se pudo controlar, estrechó firmemente a la rubia y acercando su boca, mordió la blanca piel del cuello de su amante. Con pasión, con verdadero frenesí, obligándola a gemir agradada, sorprendida y excitada.

  * En ti, solo en ti. *

 Le dijo él entre besos; sus grandes y ásperas manos recorriendo la delicada piel de la mujer, hasta aquel par de dibujos que iniciaban al terminar su espalda; apretando las generosas porciones de carne.

Y sus labios, ah, sus labios, que ya habían abandonado su cuello y se posaban ahora en el seno derecho de una Anna que gimió placenteramente al sentir como el muchacho mordía y succionaba de su duro pezón, como pequeño niño amamantando para extraer su alimento, más este era ya un hombre, quien solo alimentaba su deseo, la lujuria.

 La rubia arqueó la espalda, echando hacia atrás la cabeza, haciendo más fácil la labor de su compañero, que alternaba entre un pecho y otro, saboreando el sabor de la lechosa piel y disfrutando de los gemidos que Anna le regalaba.

 Horokeu se mantuvo entretenido por largo rato, besando y lamiendo, suave y tiernamente con tranquilidad, cada uno de los senos de la rubia y, también, mordiendo y succionando con desesperación, complaciendo a su compañera y por supuesto a si mismo.

Sus manos palpando, recorriendo cada fina curva de tan bello cuerpo, aquel que él tanto amaba. La miró a los ojos, ¡qué bella expresión la de Anna!. . . suplicante y llena de placer.

  Una idea le vino a la mente, haciéndolo sonreír con malicia.

Sin mediar palabras, tomó a la chica por las caderas, sentándola al borde del jacuzzi.

  * ¿Qué pretendes, hombre?. *

 Preguntó ella, con voz cómplice, fingiendo inocencia, mientras se recargaba sobre el húmedo y frío azulejo.

  * Tan solo algo que sé que te gustará. *

 Un leve escalofrío recorrió la espalda de la Kyouyama al oír las palabras de su compañero.

Sonrió ansiosa y se entregó a los brazos de este hombre.

 Horo Horo no tardó en acariciar las rodillas de la chica sentada frente a él, separando luego las sensuales piernas para descubrir la intimidad de la joven.

Y ahí estaba Anna, respirando agitada de solo ver como su amante la observaba con detenimiento; había admiración en sus oscuros ojos, sin mencionar la lujuria y la pasión.

 La mujer vio atentamente como el muchacho escondía la cabeza entre sus piernas. Luego, un pequeño choque eléctrico la recorrió entera. El sentir como Horokeu clavaba dulcemente esa traviesa lengua en su intimidad, recorriéndola con paciencia, lamiéndola entera, separando cuidadosamente los pliegues para poder disfrutar más de ella. . era hermoso.

  * Ahhh, Ho-Horo Horo. . . *

 La rubia hubiese querido alargar aquel gemido, pero esos labios aprisionando su clítoris, casi la hicieron desmayarse. No sabía que Usui fuese tan apasionado.

  ““¿Será así solo conmigo?.””

 Se preguntaba, recordando que le había conocido como tres novias. . . Marion, otra lunática pelirroja cuyo nombre no podía recordar y Tamao, ah, la dulce Tamao, ¿cómo olvidarla?, si la detestaba.

Jamás supo por qué, pero nunca le agradó encontrarse con ella en la casa de los hermanos Usui, lo cual era muy frecuente.

Más ahora comprendía la razón. . . estaba celosa. Porque esa mujer era muy melosa y Horokeu había dejado de mirarla a ella.

  ““Pero ahora. . .””

 Anna sacudió suavemente la cabeza.

¿Para que recordar cosas que habían sucedido varios años atrás?. Horokeu era suyo ahora, todo suyo y solo tenía ojos para ella, la miraba a ella, solo a ella.

  Así, el cuerpo de la mujer se relajó, disfrutando la forma en que el muchacho deslizaba su lengua, acariciando con insistencia el botoncito que coronaba la entrada de su sexo.

  * Aahh, mmm. . . *

 Horo estaba satisfecho de oírla gemir de forma tan sensual, cosa que lo incitaba a continuar. Más pronto, los bocados que daba al sensible sexo de la chica, se volvieron más desesperados.

Horo Horo estaba hambriento de ella y quería disfrutarla al máximo una y otra vez.

Succionó el clítoris de la rubia, sintiendo como esta se retorcía agradecida por ello, pues pequeñas convulsiones de placer la habían recorrido al sentir el orgasmo.

  * Horokeu. . . eres perverso. *

 Anna casi le gritó, arqueando la espalda y echando la cabeza hacia atrás, posando las manos sobre los azulados cabellos de su amante, intentando retenerlo entre sus piernas, que siguiera prodigándole placer.

  Cansada, Anna se dejó caer sobre las tibias aguas de la bañera, siendo recibida entre los fuertes brazos del peliazul, quien la llenó de besos y caricias.

  * No sabes... *   _Le hablaba entre besos._   * cuánto te amo, Anna. Eres, eres... *   _Muchas palabras iban y venían en su mente, pero solo dos pudieron describirla en ese momento..._   * ¡Exquisitamente perfecta!. *

  Anna no sabía que tenía este hombre, que la estaba volviendo adicta a él.

Entonces, deslizó sus suaves manos, tocando cada músculo, cada rincón de aquel cuerpo, inmenso en comparación con el de ella.

Posando sus dulces labios en su perfecto torso, mientras sus manos, ansiosas, no perdían tiempo y ya se encontraban rodeando el pene del muchacho, sintiendo su dureza, su fuerza, la caliente piel que parecía vibrar con cada roce de tan bella dama. . . su vitalidad y, por supuesto, sus ansias por entrar en ella.

 Más Kyouyama quiso esperar un poco. Quería hacerlo vibrar, que suspirase las cuatro letras de su nombre y lo hizo. . . la ceda de sus manos lo acariciaban con paciencia, disfrutando de la dureza que ella misma había provocado.

Lo seguía palpando, de arriba a abajo y viceversa, descubriendo la punta del pene, cubierta por la delgada piel, mientras ambos compartían pequeños besos.

  * A-Anna. . . *

 La chica sonrió con malicia al escuchar a su amante gemir entre sus labios; quizás ya lo había torturado suficiente.

Así, subiendo su pierna derecha a la altura de la cadera del muchacho, sujetó firmemente el miembro del peliazul y lo guio con tranquilidad a la entrada de su vagina.

Rodeando el cuello de Horo Horo, liberó por fin aquel pene de la prisión que sus manos ejercían en él.

Horo, al sentir los suaves pliegues del sexo de su amada, deslizó la punta de su virilidad por toda la parte externa de la abertura, con lo que Anna soltó un gemido cargado de placer, directo al oído de su compañero.

  * Supongo que ya podemos continuar. *

 Dicho esto, el joven sostuvo la cintura de la chica con sus grandes manos, preparándose para entrar en ella.

Empujo suave, tranquilo, pero firme y constante. Cada vez sus embestidas eran más profundas, con cada centímetro que él se adentraba en ella, la rubia gemía más y más, entregada por completo al placer.

 El sutil oleaje provocado por sus cuerpos en movimiento, relajaba a los amantes, regalándoles un gozo extra.

  * Ahh, Horokeu, jamás te detengas. *

  Le dijo Anna.

Algo en esas palabras hizo que el corazón del peliazul latiera con mayor fuerza, mientras compartían cortos besos al tiempo en que  sus caderas subían y bajaban en una danza de lujuria y amor.

 Para el muchacho, era simplemente el paraíso, su nube personal de la que se negaba a bajar jamás.

Anna entre sus brazos, él dentro de ella. El ritmo era suave, tranquilo, pero profundo y apasionado, siempre manteniendo un beso igualmente tranquilo, tratando de prolongar esto.

No importaba que esto no fuese alocadamente rápido, igual era delicioso el roce con la suave piel interna de la joven mujer, que abrazaba y apretaba su espina.    Dios!!. . . era el delirio.

 Pronto, roncos gemidos escaparon de labios de Horo Horo; abrió los ojos, encontrándose con la inigualable imagen de la rubia, quien respiraba agitada, su lindo rostro matizado en rojo y sus ojos entrecerrados, completamente indefensa ante los choques eléctricos de placer que la recorrían entera.

  * Oh, Horokeu!!. . . *

 Alcanzó a decir, abrazándose del muchacho, meciendo sus caderas un poco más, hasta que un cosquilleo terminó en una ruptura de placenteras sensaciones.

La vagina de Anna se contraía, apretando con suave ternura el pene del hombre que la poseía, queriendo no solo retenerlo dentro suyo, sino también hacerlo derramar su esperma, exprimiéndolo.

 Horo Horo no pudo más; rodeó la estrecha cintura de Kyouyama, buscando sus labios para besarla con hambre, hambre de ella, de su perfecto cuerpo, de su amor. . . jadeó entre los labios de Anna, sin atreverse a romper el beso, entonces liberó el semen retenido y que era para ella, solo para ella.

Siguieron meciéndose suave y tranquilamente, cómo un pequeño juego para relajarse, tan solo para eso, además de que aun les producía cierto placer.

  * ¿Nunca te cansas?. *

 Preguntó la rubia, regalando pequeños y dulces besos en todo el rostro de su amante peliazul.

  * No contigo, amor. . . no contigo. *

* Ja, ja, ja. . . tonto, enamorado. *

 Horo la miraba embelesado; la amaba loca e irremediablemente.

Buscó nuevamente sus pequeños labios, ansioso por perder la razón en ellos. . .  más el repentino y persistente sonido del celular, los interrumpió.

Exasperado, el muchacho salió de las cálidas aguas del jacuzzi.

  * ¡Maldición!. *

  Anna se sonrojó ligeramente, mientras admiraba la perfecta desnudez de ese hombre. Ella simplemente no podía negar que él le hacia sentir. . . tantas cosas.

Y lo miraba fijamente, mientras intercambiaba unas cuantas palabras con. . . sabrá dios quién. . .

  * Sí, nos vemos. . . *

 Horo Horo terminó por colgar, más sonaba preocupado, resignado.

  * ¿Pasa lago?. *

 El peliazul solo cruzó la mirada con la de la rubia, terminando por decir un par de palabras, que le dolieron en verdad.

  * Debo irme !. *

   Sin finalizar.

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Me encanta, sexo y amor ^^’.  Aunque creo que no he hablado mucho de los sentimientos de Anna ¬¬’.

Pero fue gracioso hacer una pequeña mención de las novias del peliazul y de como la rubia se sentía celosa, aunque se lo negase a sí misma . . lastima que no profundizare ese tema T-T.

—I love HOROxANNA—.

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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 03 de Julio de 2006.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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   || Capítulo 5 ||


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