Relena Darlian - Tumblr Posts

3 months ago

Lelouch: I'll kill Relena, lol.

Heero: That's neat. I'm still killing you.

What Lelouch Didn't Take Into Account Is That Heero And Relena's Love Language Is MUTUALLY ASSURED DESTRUCTION.

What Lelouch didn't take into account is that Heero and Relena's love language is MUTUALLY ASSURED DESTRUCTION.

Remember that the last time someone tried to use her this way he fired a double barrel buster rifle at their location till it exploded.

What Lelouch Didn't Take Into Account Is That Heero And Relena's Love Language Is MUTUALLY ASSURED DESTRUCTION.

Tags :
4 years ago

Historia de una noche de navidad

image

Anime: Gundam Wing

Rating: M

Pareja: Heero & Relena

Sinopsis: One-shot. Felíz Navidad... la guerra terminó. Relena tiene un pequeño obsequio para Heero, pero el exsoldado no tiene nada que darle... excepto su amor.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Era un silencio agradable el que había tomado posesión de la mansión Darlian. Quizás el silencioso pero hermoso sonido del viento era lo único que adornaba el ambiente del lugar.

 Fue una tranquila sombra la que recorrió fugazmente las largas escaleras que daban al segundo piso y los solitarios pasillos de este. Adentrándose en una de las habitaciones que estaban de tras de aquellas frías puertas de madera finamente tallada.

 Viéndose atraída por el destello de las blancas estrellas que entraba por la enorme ventana, la figura humana perdió su mirada en el basto cielo negro plagado de lucecitas. Esto, sin imaginar que la sombra de otro individuo acababa de ingresar a la mansión; recorriendo minuciosamente la enorme estancia del inmueble.

Los ojos de ésta persona fueron atraídos, a diferencia de la otra, por las incontables chispas de colores que subían y bajaban al rededor de un gran pino artificial.

* Heero !!. *

Al escuchar su nombre, el muchacho buscó a la persona que era dueña de aquella hermosa voz que lo llamaba; encontrándola en el segundo piso, recargada sobre el barandal y dispuesta a bajar y recibir a este inesperado invitado.

Una vez estando frente a frente con el ex-soldado, le sonrió para poco después preguntarle la razón de su visita. Yuy no respondió de inmediato, tan solo observaba incrédulo el significado de aquel adorno de la temporada.

* Es real, ¿no es cierto?. *

Alcanzó a decir el joven. La chica que con él se encontraba lo invitó a tomar un café y a conversar un rato para limar asperezas, y quizás... lograr conocer un poco más acerca de aquel joven.

 ~*~

~*~

~*~

Era Diciembre del año 197 después de la colonia, vísperas de navidad más exactamente.

Apenas llevaban cuarenta minutos conversando, más que nada de los disturbios del año anterior; pareciera que ya nadie más se opondría a esta nueva y verdadera paz que abrazaba a la tierra y sus colonias. Más sin embargo Heero no se sentía satisfecho del todo; al parecer el mundo entero había logrado una vida tranquila, pero... ¿y él?.

El seguía hundido en el pasado, en los recuerdos de la guerra con los cuales tendría que cargar por siempre.

 Relena lo miró atentamente adivinando todo esto sin que el chico le mencionase algo siquiera. Sonrió con ironía mientras sus ojos se posaban sobre el árbol de gran tamaño que se encontraba justo en medio de la estancia.

Para corresponder a las inexistentes palabras del chico, ella le confesó que a pesar de tanta tranquilidad añoraba aquellos días en que la alianza tenia el poder. Las razones, entre otras tantas: tenía más tiempo para ella misma, su vida no era tan complicada y en realidad no tenia nada de que preocuparse, en cambio ahora apenas y podía descansar por un par de horas, un precio bastante bajo a cambio de su aportación para el bienestar y buenas relaciones entre la tierra y las colonia.

Si ahora estaba descansando, había sido porque Noin casi la obligó a tomarse la noche y el día siguiente, de lo contrario estaría haciendo planes y estrategias de relación espacial.

* ¿Pero sabes?. Lo hago con mucho gusto. Sin embargo... lo que más extraño es a mi padre. *

Dijo finalmente. Sus ojos se tornaron tristes y Heero, quien no podía presenciar aquella tristeza, dirigió la mirada a la dirección opuesta.

* Pero eso ya no importa. *

Relena alcanzó a decir esto mientras se ponía de pie y caminaba en dirección al gran árbol navideño; tomando entre sus manos un paquete de mediano tamaño, el cual entrego a su amigo.

Yuy la miró interrogante, no sabia ni entendía que rayos se proponía ella con ese gesto.

* Es para ti, ábrelo. *

Con lentitud, las manos del chico eliminaron los moños y desprendieron el papel de una caja cuyo contenido era nada más y nada menos que un suéter tejido a mano.

* Esto... tu lo...? *

Ante la incredulidad del muchacho, la jovencita le indicó con la cabeza que efectivamente ella misma lo había hecho para él. Para terminarlo tuvo que dormir un par de horas menos durante cuatro meses lo que redujo su sueño a tres horas diarias y es que no era muy buena para ese tipo de cosas; pero bien había valido la pena.

Heero se sintió apenado, él no era el tipo de hombre que tuviese atenciones para con los demás, pero no le agradó el darse cuenta de que ni siquiera pensó por un instante en darle algo a Relena y eso que ella era la única persona que lo conocía y que trataba de comprenderlo.

Catalogó como emoción a una extraña sensación. El haber recibido aquel agradable detalle, y otro regalo más: la sonrisa que la joven mostraba; estaba sonrojada pero disfrutaba de aquel momento.

 * En realidad no esperaba que vinieras, pero tenía esa esperanza. *

Le dijo. Dejando el sillón donde estaba para acercarse más al muchacho, posarse a lado de el y recargar la cabeza en el hombro izquierdo del joven.

Relena cerró los ojos sin esperar reacción o comentario alguno por parte del soldado... pero sí hubo algo:

Yuy la rodeó con el brazo para acercarla más a su cuerpo, tomando la barbilla de la chica con su mano y de esta forma obligarla suavemente a mirarlo; cruzando las miradas por apenas unos instantes...

* ¡ Hee... ro !. *

La jovencita apenas y alcanzó a pronunciar el nombre su compañero poco antes de que este se apresurara a besarla.

Sorprendida y feliz, cubrió sus ojos con los párpados y se dejó llevar por aquel beso que tanto había esperado por casi dos años. Abrazó al muchacho con fuerza y decisión; tanto esperó este momento, momento que creyó jamás llegaría pues no había señal alguna de que él sintiese algo por ella.

Ahora este contacto, tan solo visto en sus sueños y fantasías, se hacía presente dejando de ser irreal; experimentando las mieles de la boca del soldado mientras se percataba de las manos de este sobre su cintura, delineándola con gusto.

 Y ya sin saber cuanto tiempo llevaban unidos con brazos y labios, la caricia se profundizó extendiéndose al cuello y hombros de la mujer al mismo tiempo en que las manos de Heero habían viajado con desesperación desde la espalda hasta los pechos femeninos.

Al sentir esto, Relena se separó apenas por centímetros de los labios del joven. Su mirada confundida, no se aparto del brillo en las pupilas del sujeto.

 * Heero !!. *

Le llamó con voz suave y suplicante. En un vago intento por postergar aquella situación, pero sin desearlo realmente.

 Invitándola a sentarse sobre el alfombrado piso, junto a el, Yuy acarició el rostro de la chica; dándose cuenta de como su corazón latía normalmente pero experimentando al mismo tiempo una especie de ansiedad por continuar. Era algo muy raro que lo hacia estremecer y lo alentaba a seguir uniendo sus labios a los de la ex-reina, o más... a probar por completo la silueta femenina de ésta.

 La temperatura en el lugar aumentó conforme los jóvenes se acercaban para abrazarse.

El calor que emanaba de la chimenea hacia las cosas más complicadas para sus confundidas mentes.

Yuy continuó a pesar de todo, intentando convencer a la chica de que fuera parte de sus deseos para aquellos instantes. Y ahí, tendidos sobre el piso, a unos cuantos pasos de distancia de la chimenea, Heero la logró persuadir con dulzura para que dieran inicio a su propia celebración navideña. Un intento por eliminar todo aquello que los separaba: trabajo, orgullo, la sociedad tan dependiente de ellos.

 El soldado se despojaba de la vestimenta que cubría su pecho para después mostrarlo desnudo ante una Relena que parecía haberse paralizado completamente.

Permaneciendo recostada e inmóvil de bajo de Heero, lo admiraba sonrojada por lo que sus ojos observaban mientras su mente divagaba.

Aquel hermoso ser. La faceta de asesino se rompió en pedazos al mirarlo así, tal como era. Tan solo un ser humano más, un ser humano al que ella quería por sobre todo lo demás.

 Los dedos varoniles se tornaban diestros y torpes al mismo tiempo al querer despojar de sus ropas a la mujer; a la cual le quitó primero el saco de vestir, prosiguiendo con la delgada blusa y terminando por romper el sostén... no era muy bueno para esas cosas.

Un suave suspiro surgió de los labios del muchacho al contemplar los senos de la joven; era la primera vez que podía ver a una mujer desnuda. Hasta ahora ni siquiera en sueños se había imaginado ver algo tan hermoso, mucho menos pensó que esto tan hermoso fuera la mujer a quien tiempo atrás prometió matar... ¡ Que estúpido fue !.

 Apenas por instantes se miraron a los ojos, hasta que el ex-soldado se recostó totalmente sobre la chica dejando sus labios a la altura de los pechos de ésta y así comenzar a besarlos. La excitación que ya albergaba su cuerpo se volvió repentinamente mayor como consecuencia de posar los labios sobre aquellas aureolas de un extraño color rosa y que adornaban el centro de los pechos de la joven.

Rozar sus labios contra los senos de Relena dejó de ser suficiente, pronto el joven pasó su lengua por la totalidad de aquel área, succionando y mordiendo intercaladamente tanto en el pecho izquierdo como en el derecho y cada vez que liberaba a uno de la prisión de sus labios, lo acaricia y apretaba con una de sus manos mientras la otra viajaba por la silueta femenina, sintiendo y enmarcando cada una de las curvas que caracterizaban al cuerpo de la mujer.

 * Aahh, Heero... *

Gemidos callados salían de la boca de Relena quien sentía que su corazón escaparía desesperado de su pecho ante las caricias del soldado.

Las manos del joven, no pudiendo mantenerse quietas ni por un segundo, viajaron hasta la falda que llevaba aun puesta la chica. Haciendo un par de intentos fallidos, la despojó tanto de la falda como de las pantaletas de un solo pero prolongado tirón.

 Y Heero, al verla desnuda sin intención de moverse, completamente entregada, acortó la distancia que mantenía al dirigirse de inmediato a la vagina ya tan mojada producto de sus constantes besos y caricias.

¿La besó?, sí. También lamió y succionó aquel área sensible, degustando locamente un lugar prohibido para el más que para cualquier otro. Lo pensó así pues no creía haber hecho algo para ganarse el que ahora Relena lo amase tanto. No se sentía merecedor de aquel cariño que la joven profesaba.

Es que no comprendía. ¿Cómo una jovencita tan dulce y pura como ella, podía sentir algo por una persona tan insensible como lo era él?. Pero si ya tenía su amor, entonces debía devolverle el detalle y con creces. Esta noche solo pensaría en Relena Darlian, en sus belleza y bondad. El único objetivo que se fijó para esta noche era el de darle placer, hacerla feliz, tanto o más de lo que ella ya lo había hecho a él.

Y por supuesto, recompensarla por todo el sufrimiento que le hizo pasar desde que la conoció, y... corresponder al regalo que tan esmeradamente le había dado.

Las manos del muchacho le ayudaron a despojarse, esta vez con agilidad, de la ropa que aun lo ocultaba ante aquella mujer.

Desnudo ya, tomó el miembro que comenzaba a levantarse desesperado por unirse con a la joven espectadora. Los ojos de Heero brillaron de pasión; lo que estaba apunto de suceder era algo que deseaba disfrutar pero más que nada, asegurarse de que la chica lo haría mucho más.

Mirando a su amante, Yuy eliminó los miedos de mostrarse tal cual era en realidad ante la chica; cariñoso, desquiciadamente enamorado... suyo totalmente.

 Con el pene listo y apuntando hacia la entrada femenina, el chico empujó una y otra vez con paciencia, deslizándose suavemente entre las piernas de la joven y gimiendo sin querer gracias a los estímulos que la vagina de Relena le brindaba.

De pronto, un obstáculo apareció en su camino; el himen prueba de la inexperiencia de la chiquilla. Esto le impedía el paso a las profundidades de un cuerpo al que amó mucho antes de desearlo.

Controlándose aun cuando increíblemente lo único que deseaba su cuerpo era acelerar el ritmo y disfrutar de aquello. Manteniéndose en constante movimiento de entrada y salida pero sin presionar la delgada membrana, todo con el objetivo de estimular aun más el cuerpo de su amada. Y luego, empujo levemente después de un rato, preocupado por la sensación que esto le fuera a provocar a Relena.

Fue un leve gemido el que lo alertó. La joven tomó el rostro del chico entre sus manos intentando lograr que la mirase. Apenas unos instantes atrás sintió como algo dentro de ella se había roto, obligándola a emitir un sonido de sorpresa y curiosidad, pero... el dolor no la tocó. Fue más la incertidumbre de no entender todo lo que su cuerpo experimentaba. Mucho menos entendía lo que su corazón sentía.

 Al no recibir reproche, el ex-piloto del Wing Zero abrazó fuertemente a la mujer y luego besó su cuello; sintiendo el latir agitado de su corazón que se percibía a través de las venas y la sangre que estas contenían.

 Ahora, entrando él en la silueta femenina una y otra vez, y otra vez, sin cansancio alguno; se sintió más animado al percibir que su propio corazón latía cada vez más fuerte. Alarmado, porque la abrazaba hasta casi lastimarla.

 Relena tenía sus propias formas de mostrarle cariño a Heero; acariciando el sedoso cabello del piloto en repetidas ocasiones mientras lo abrazaba y se dejaba abrazar con debilidad y gemía de forma constante a causa del miembro del muchacho que se empeñaba en clavarse en su cuerpo cuantas veces le fuera posible.

 La dolorosa sensación que oprimía el pecho de la joven la obligó a buscar los labios de su amante como si con eso se fuesen a curar todos sus miedos y realidades actuales de soledad. Llorando sin razón alguna terminó por entregarse completamente al chico que con fuerza la sostenía.

Mirándose ambos brevemente, la expresión que el ex-asesino portaba en el rostro no era muy grata.

 * Esto es lo único que puedo hacer por ti. No tengo nada más que darte, esto es... aahh. *

Después de las inesperadas palabras, las lágrimas escaparon con mayor facilidad de los azules ojos de Relena.

¿Esto era acaso el regalo que Heero le tenía?. Un hermoso recuerdo de la noche que dejó de ser fría gracias al cuerpo del joven.

 * ¿Por qué aun lloras?. *

Le cuestionó él, pues por alguna extraña razón Relena parecía estar más triste aun.

* Lo siento... Cuándo esta noche termine, no volverás conmigo, ¿no es así?... es solo por esta noche. ¡¡Después me dejarás!!.*

Yuy no pensó que sus palabras hubiesen sido mal interpretadas, pero dispuesto estaba a corregir el mal entendido.

Besó con increíble ternura los hombros de la rubia para poco después lanzarse a la boca de esta. Con tranquilidad, el contacto le hizo entender a la ministra su error en cuanto a las verdaderas intenciones de su amante. Sintió, que Heero deseaba repetir esta historia por siempre, o mejor aun... continuarla con besos y caricias nuevas cada día por el resto de su existir.

 Heero la recostó totalmente sobre la cama; después penetró con más fuerza y rapidez pretendiendo llegar lo más hondo posible.

Abrazado a ella, prendado totalmente a su cuerpo, acurrucó el rostro entre el cuello y el hombro derecho de la mujer: No permitiría que ella se diese cuenta de aquel par de lágrimas que irremediablemente escaparon de sus ojos y que recorrieron apresuradas sus mejillas.

Dos gotas de agua que no afectaron en lo más mínimo la expresión de seriedad y, al parecer, despreocupación del soldado.

Esas eran lágrimas de felicidad, felicidad que se desbordó apenas después de que Relena no soportase más la presión del miembro del chico y se dejase vencer por un amplio orgasmo que la invadió, arrancándola de los lazos de la realidad por apenas algunos segundos. Y finalmente abrazar al muchacho, agradeciendo a todos los dioses que esto haya sucedido.

 Heero por su parte no tuvo tiempo de reaccionar y retirar el pene de aquella figura frágil, no hubo remedio ni vuelta atrás, y por su puesto... no hubo arrepentimiento.

Yuy dejó salir desesperadamente el semen para, con el, inundar el interior de la joven, y así... dejando el aroma, la esencia de su ser en el alma de otra persona, en el alma de Relena.

Un largo beso por parte de Heero aprisiono los delgados y cansados labios de su pareja, la cual gimió suave y relajadamente. Prueba inequívoca de cuanto había disfrutado aquellas horas.

 Apenas unos minutos después de experimentar el orgasmo, el gran reloj de la estancia marcó la media noche; poco después el sonido artificial de las campanadas se dejó escuchar en la semi-desocupada mansión.

Esa noche tan solo Heero y Relena habían permanecido ahí, como si todo ya estuviese planeado, más sin embrago había sido improvisado en su totalidad.

 Con forme cada “campanada” se dejaba escuchar, el chico besaba a su mujer mientras se movía suavemente dentro de ella, más que por placer, para liberar de si mismo a aquel cuerpo tan agotado ya.

Totalmente fuera, la aprisionó entre sus musculoso brazos mientras la admiraba completa; ahí junto a el, resistiendo a dormir.

  No entendía, Yuy se sentía extrañamente satisfecho y afortunado. Esta bella mujer se le había no comprometido, sino entregado por completo. Además de haberle brindado aquellos corazón y sentimientos puros que poseía, escasos ya para esos tiempos.

 Ahora, él también se encontraba cansado. Con la imperiosa necesidad de no apartarse de ella, Heero acurrucó la cabeza sobre los senos de Relena logrando con ello escuchar el latir, ahora más tranquilo, de su corazón y despejar su ya tan atormentada mente.

Terminando completamente dormido, envuelto entre los brazos de aquella mujer.

~*~

~*~

~*~

Fueron los ojos de Relena los primeros en abrirse, o eso creía ella, pues cuando después de unos momentos asimilo donde estaba, como y porque, buscó ansiosa la figura masculina que se suponía junto a ella debía estar... sin ser esto cierto.

Ahora recordaba, creí que era un sueño o algo así, pero le pareció despertar por apenas unos segundos y percatarse de que Heero la llevaba en brazos mientras recorría los pasillos de la mansión, dejándola finalmente en su habitación y recostándose junto a ella para descansar lo que faltaba de la noche.

Ahora un tanto cansada, abandonó la cama sin saber que debía hacer. Era navidad, estaba sola y sin un solo asunto político por atender. Lo peor era que al parecer su único acompañante había escapado de ella.

Meditó esto mientras cubría su cuerpo con una delgada y transparente bata de dormir.

 Acercándose a la ventana, observó los extensos jardines que rodeaban la mansión, intentando, quizás, encontrar al joven que la tuvo presa entre sus brazos la noche anterior.

Las lágrimas resbalaron por sus mejillas sin remedio al no encontrar a la persona que ocupaba su mente más en ese momento que en cualquier otro.

Deslizó las cortinas con violencia debido a la mezcla de tristeza y enfado que se apoderaba de ella.

Dejándose caer sobre un pequeño sofá, cubrió el rostro con sus brazos permitiendo que el dolor fluyera de forma libre.

 * Lo sabía, sabía que me dejarías apenas terminara la noche, pero... ¿por qué tenía que caer en las hermosas promesas que me hiciste, por qué?. *

 Relena lloró amargamente durante un rato, tratando de asimilar el hecho de que Yuy no estaba en ese momento a su lado.

Descubriendo su rostro después de calmarse un poco, notó lo que al parecer era un sobre o una carta encima de la mesita que se encontraba junto al sofá. No recordaba que eso estuviese ahí.

Curiosa por lo que significaba la tomó, aun sollozante, y comenzó a leer lo que en ella estaba escrito. De inmediato se percató de que la letra era de Heero.

Más lágrimas rodaron por sus mejillas y por sus labios, ahora sonrientes, al terminar de leer aquel mensaje:

 ----------------

Problemas en las colonias.

¿Por qué no hacemos de esto nuestra única razón por existir?.

Deseoso de seguir amándote...

                                                    Heero Yuy.                                

----------------

La mujer calmó su llanto gracias al pequeñísimo detalle que el joven le había dejado antes de su partida.

No importaba cuan grandes fueran sus deseos de estar juntos, su deber para con la tierra y las colonias los mantendría a distancia por largo tiempo. Pero sabía que, al igual que ella, Heero buscaría desesperadamente la forma de que permanecieran juntos y así poder celebrar más que una fecha importante.

Celebrar el milagro que los unió aun en tiempos de guerra; aquel que los obligaba a satisfacer la necesidad de unir sus cuerpos...

El milagro del amor.

  Totalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Este fic fue creado más que nada, por las festividades navideñas. Pero el mensaje es igual, considerando o no esta fecha.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de Fallen Angel.

Terminado el 13 de Diciembre de 2002. 

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Tags :
3 years ago

Misión aceptada

Misin Aceptada

Anime: Gundam Wing

Rating: M

Pareja: Heero & Relena

Sinopsis: Tuvo tantas misiones de guerra en su corta vida, más ahora tiene una propia, la más importante... amar y proteger a la única persona que ha creído ciegamente en él... Relena.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Benditos oscuridad y silencio, ambos, imperantes en la gran habitación; el primero es opacado por el fino rostro de una chica... la chica a la que él observa desde hace horas, mientras que el silencio es roto tan solo por aquel débil pero constante sonido que emiten las manecillas del reloj al avanzar segundo a segundo...

Contra todo lo que realmente es su deber de soldado... de asesino, le perdonó la vida a esta mujer, a la única persona que sabe que es el piloto de uno de los Gundams... Relena.

Según las órdenes, debía matar a quien pudiera de alguna forma interferir o afectar la misión que le fue asignada. Pero... no pudo. No es que no intentase, que no quisiera matarla; lo quiso hacer en repetidas ocasiones y sencillamente no lo llevo a cabo.

Ahora la tiene por cuarta vez entre sus brazos, dormida... desnuda.

Con suma tranquilidad, alzando ligeramente la mano derecha, sostiene con esta la mejilla de la apacible durmiente. Un suspiro de cansancio emerge de los entreabiertos labios de la joven; con temor a incomodarla retira la piel de su mano de aquel hermoso rostro que descansa sobre su pecho varonil, a cambio, comienza a deslizar las inquietas manos una vez más para rozar con estas la sensible piel al descubierto de la chica rubia.

Obteniendo una respuesta a sus insistentes movimientos, ella abre parcialmente sus brillantes ojos para visualizarlo, antes que nada, a él... sonríe. Una sonrisa ligera que emana ternura, implorando que la misma sea regresada por la otra persona.

Pero no es así, no del todo, tan solo la estrecha con más fuerza de la utilizada anteriormente. Haciendo que su aterciopelada y blanquizca piel tuviese contacto con la del joven.

El soldado comienza a acariciarla sin descanso logrando percibir los escalofríos que la chica experimenta con cada roce entre las ásperas palmas de las manos del joven y la tibia piel pegada a su figura.

Yuy la hace suspirar un par de veces y después, sin avisar, la toma con brusquedad haciendo que su cuerpo quede de espaldas al de él; confundida, asustada, gira su rostro y mirada hasta encontrarse con los del que podría considerarse su atacante, pudiendo observarlo con ese semblante suyo de pureza, que a pesar de estar relacionada con este sujeto, aun conserva.

Al sentir esa pesada confusión e inocencia, Heero se siente dudar, retractándose poco después...

* Lo siento. *

Alcanza a decir apenas disminuye la fuerza que aplicaba a sus brazos. La joven le sonríe admirada al mismo tiempo que le abraza con suavidad, haciéndole sentir lo que la gente común describe como cosquillas en el estomago; pero ella parece no notarlo, y esto es porque a lo largo de toda la noche, desde que se conocen, desde que se encontraron por primera vez, no demostró emoción o expresión alguna al estar a su lado.

El muchacho devuelve el abrazo con sumo cuidado temiendo lastimarla; recostando la cabeza sobre el hombro de la fémina, se pregunta que le hizo esta mujer, ¿por qué parece estar hechizado con su presencia?. En qué demonios ha estado pensando en compartir su cama en más de una ocasión?.

* Te quiero. *

Un par de palabras que susurra en el oído del joven, lo hacen olvidarse de todas las preguntas y enfrentarla, indefenso contra aquella frase; no puede defenderse porque aun no sabe como hacerlo.

Toda vez que la joven hace emerger de sus lindos labios palabras tan hermosas y profundas como las anteriores, sencillamente lo deja sin armas en la pelea que lleva con ella; así es como cayó en sus redes; así es como se enredó con ella en la cama aquella vez, las siguientes y esta... así es como siente por ella lo que siente ahora.

Con la seda de ambas manos femeninas toma el rostro del joven entre aquellas para sostenerlo y acariciarlo con tranquilidad característica solo de ella y semejante solo con la tranquilidad de la brisa de la madrugada.

Otro tipo de caricias tocan el cuerpo del piloto llegando hasta su corazón, son palabras que emergen desde el fondo del alma de la chica.

Esas palabras lo envuelven con su ternura y lo incitan a continuar la historia que comenzaron hace algunos meses y que, a pesar de haber continuado durante algunas noches, aun sigue inconclusa. Cuando esta mujer duerme con Yuy, parece adueñarse de él más y más.

La primera vez que la vio; aquella ocasión en que le juró matarla y la primera vez que salió con ella, no tenía la menor idea de que alguna noche, una muy cercana, ambos terminarían en la cama, pero... cada vez le era más difícil despedirse de la joven.

Más aun, se sorprendió a sí mismo cuando al otro día de que la tuviera por vez primera, pensara: "¡Que fabulosa mujer!". Se atrevió a no ahogar sus deseos y sentimientos para así meterse en la cama con él.

Ahora el hombre toma el control al acercar sus sedientos labios a los de Relena, rozándolos con una lentitud que solo demuestra en la cama, o al planear una misión que lleva a cabo en tiempo record.

La besa, primero con tranquilidad y poco después con una pasión que crece segundo a segundo. Y pareciera que sus cuerpos más pegados no podían estar aunque aun no la había penetrado.

Sin dejar de acariciar los labios de la joven, Heero guía sus desesperadas manos por todo el cuerpo de esta, sintiendo en especial su parte favorita de la figura de Relena, sus senos; pequeños, suaves al tacto sencillo de sus ansias, pero tensos al recibir la piel masculina constantemente.

El hecho de recorrer su piel cuantas veces le place da como resultado un sin número de sonidos placenteros por parte de la chica.

No lo entiende.

La forma en que la hija del viceministro Darlian externa sus emociones y sensaciones, porque él mismo nunca lo ha hecho, no sabe como. Aunque pareciere que la joven le esta enseñando como hacerlo.

Le ha enseñado a quererla, a aceptarla y perdonarle la vida... le ha enseñado tantas cosas... le ha enseñado a ser algo así como un humano. Lo ha enseñado a desearla sabiendo que el deseo conduce al amor.

¿Amor?. Qué es eso?... nunca lo ha sabido y cada vez que intenta preguntárselo a la joven ella esquiva las preguntas y lo besa con insistencia. A cambio, lo llena de dulces sensaciones que acarician el malherido cuerpo, tanto física como espiritualmente; doblegándolo, sí, lo vuelve frágil ante ella y aun así lo permite... lo disfruta.

Relena es la primera persona que lo trata con guantes de seda, que le brinda cariño, que le ha dado noches inolvidables desde aquella vez que todo aquel deseo contenido se desbordo.

Desnuda, tal como lo hace ahora, pues horas atrás probaron sus cuerpos mutuamente; pudiendo jactarse de ser el único que conoce ese secreto de mujer que tanto le atrae: su tierna desnudez.

Descargando besos sobre sus pechos, cierra los ojos permitiendo que la magia de su compañía lo envuelva, porque a su lado sueña que es normal. Un individuo que no vive solo por y para la guerra, aunque no sea así.

La erección va tomando fuerza conforme insiste en besar la totalidad de su cuerpo; la siente temblar y al mirarla solo puede notar el rubor imperante en su lindo rostro.

* ¿Qué demonios me hiciste?. *

Después de apenas tocar los delicados labios femeninos con los suyos y dejar escapar un brillo de emoción de sus ojos, Heero le pregunta algo que aun carece de respuesta para él.

Ella le sonríe con ligereza mientras guía sus pequeñas manos al pecho del joven para empujarlo suavemente hacia atrás, haciéndolo recostar sobre la acojinada y cómoda cama que sostiene ambos cuerpos; la chica se arrodilla sobre el colocando sus largas piernas a los costados.

Con suma paciencia y lentitud acerca su cuerpo al de Yuy, permitiendo que el miembro, totalmente elevado al aire, de este ingrese en su cuerpo conforme ella misma va bajando las caderas para permitirle el acceso.

Los agitados movimientos y sonidos desesperados por parte de la joven lo contagian y no logran más que hacer que el chico se involucre mas en esta relación.

El cuerpo masculino comienza a sudar al sentir el fondo de la intimidad femenina apretándole y reteniéndole ahí, con ella, con desesperación.

La chica se doblega un poco recostándose sobre su amante permitiéndole así percibir el agradable aroma de su largo cabello.

Ya lo había olvidado... que ha aprendido varias expresiones a su lado. Así, el chico cambia estas de sorpresa por unas de relajación o ternura. La siente respirar agitada sin poder reprimir los sonidos que emergen de sus labios y que llegan hasta sus oídos por tenerlos cerca de su linda boca.

Entierra, sin pensarlo, las agujas de sus manos en los hombros al mismo tiempo que su respiración se torna más ruidosa. Así, Heero la sujeta de tal forma que el rostro de la joven quede frente al suyo para besarlo sin reservas.

Aceptó ser su amante, sin siquiera detenerse a pensar de que forma afectaría su vida. Ahora solo se enfoca en provocarle sensaciones de gozo; que su cuerpo sienta un mar de emociones... lográndolo, a lo largo de varios minutos y frenéticas penetraciones, logra que un deseado orgasmo la recorra por completo.

Le gusta hacerle eso. Le agrada verla gemir al extremo del cansancio; que su delgada y apetecible figura femenina se retuerza ya sea de bajo o sobre su cuerpo, y que lo abrace y lo bese con desesperación durante estos momentos de locura. Porque sexo perfecto nunca faltará, y solo existe el que pueda experimentar con esta mujer... con su Relena.

El cálido aliento de la cansada chica toca la cara del joven, pidiéndole que no se detenga ahora.

Guiado por lo que considera el instinto del placer, sale de su cuerpo para tan solo tatuar de besos su entera silueta. Sin saber la razón, acerca los hambrientos labios a la entrepierna de la joven para probarla por primera vez, sorprendiéndose a si mismo y de paso a su pareja.

Loco, sediento de ella, explora su intimidad con gran entusiasmo y ansias que parece jamás se apagaran. Dejando salir al extremo su otro "yo", deseoso de todo lo que representa esta mujer.

La sujeta con fuerza al mismo tiempo que hunde su rostro en ella para degustar aquel nuevo sabor, ese sabor a mujer tan característico solo de Relena... este sabor que le agrada.

* Oh, ah... Heero !. *

La escucha suplicar por más de sus caricias; estando hipnotizado por la nueva sensación de la humedad que él mismo le provocó. Ingresando con su curiosa lengua al interior para clavarla lo más profundo posible, logrando extraer más de ella; haciéndola temblar como si fuera de frío pero lo hace de amor.

Yuy se aleja de aquel exquisito lugar solo para ahora probar delirante el sabor de su boca. Besándola con frenesí, cual adicto a un vicio que lo corroe por dentro y le provoca dolor si no intenta saciarlo.

Así une sus labios a los de Darlian sin intención alguna de alejarlos de ahí porque siente asfixiarse sin ellos.

Heero se separa apenas por milímetros después de un rato y...

* ¡ Eres deliciosa !. *

Le confiesa. El sabor de la mujer que en ella había, y que aun permanece en su paladar, es su favorito, sinceramente no planea probar a otra mujer.

El chico vuelve a deslizar sus manos por la suave piel femenina... se detiene. Mira ambas manos dejando así que surja la confusión; ¿Es correcto que continúe?, puede tener una vida tranquila a su lado?... ¿Qué tanto la merece a ella?.

* Heero !... *

Su nombre a sido susurrado por los pequeños y rosados labios de Relena quien lo mira triste y curiosa a la vez. ¿Por qué se detiene?. Mientras, la mirada del joven no ha cambiado, sigue con el semblante característico de enfado, pero en esencia hay algo distinto en su ser.

Tiene miedo... y con este miedo levanta la mano derecha hacia ella para tomar aquel fino rostro con la palma; la acaricia y la abrasa, recargando su cansada frente sobre los senos de la chica... suspira. Busca consuelo en la dulce e inocente persona que se encuentra frente a él, desea que le contagie un poco de su inocente pureza, pureza que Heero Yuy, a su corta edad, desconoce.

Suaves caricias sobre su alborotado cabello lo hacen verla a los ojos... le está sonriendo, ¿por qué?.

* Continua, por favor. *

Las pupilas del chico se dilatan. ¿Cómo es posible que ella lo desee?. No la merece.

Pero no importando y quizás no sabiendo lo que el chico piensa en estos momentos, ella le besa con tranquilidad rogándole que prosiga, y así lo hace. Estrecha a Relena permitiéndole sentir a esta el tranquilo latir de su loco corazón, latir que clama por ella... por su cariño.

No pierde tiempo, la eleva ligeramente en el aire para dejarla sentarse poco a poco sobre él, sobre su miembro aun erecto, haciéndola bajar pausadamente sobre este. Con cada roce, con cada centímetro que logra ingresar en ella y en cada suspiro y gemido que ambos dejan salir producto de las ansias, siente que ya no puede alejarse nunca más de esta mujer.

Así, ajusta las fuertes manos a la pequeña cintura de la chica; es que su figura le encanta.

Heero ha ingresado más de la mitad de su hombría en la cavidad femenina que, gustosa, lo recibe con pequeñas contracciones que lo hacen gozar.

Durante el lapso de espera para entrar en totalidad, se enfoca en aquellos pequeños pechos; la verdad es que resaltan lo suficiente como para que pasen desapercibidos por el amante masculino. Con tal delicadeza, al grado de apenas hacerle sentir sus caricias, Yuy besa insistente los senos de Relena, aprisionando con los labios uno de los, levemente rosados, pezones que lo llaman a proseguir; succionándolo y mordiéndolo suavemente, lo libera de aquel pequeño dolor acompañado de placer. Después de unos cuantos minutos y de hacer cosas mil que le provocaran placer a su mujer.

Estuvo clavado en el frágil cuerpo femenino por largo rato; paciente, provocándole choques eléctricos a la joven, logrando que la chica se llenase y desbordara de mil sensaciones que iban desde el dolor y la ansiedad, hasta la felicidad producida por la placentera situación. Esto sin mencionar la tranquilidad de al fin tener el tan preciado amor del joven.

Por ello, Relena se colapsó sobre el atlético cuerpo juvenil de Heero, en medio de un sin fin de sensaciones hermosas y tan esperadas que solo Yuy provocaba en ella.

Relena pronunció el nombre de su amado en un tono cariñoso y ligeramente prolongado. Respirando apresurada, esperó y permitió a que el soldado llegase a la cima del acto sexual dentro de ella. Relena Darlian era invadida por un nuevo orgasmo por lo que, intranquila por la prolongada sensación, abrazó fuertemente a su pareja al mismo tiempo en que comenzaba a llorar de placer y felicidad.

No importaba la razón; ver el hermoso rostro de la joven bañado en lágrimas no era del agrado del muchacho. Liberando un tierno beso en la mejilla de la mujer, probó el doloroso sabor del agua salada que ella derramaba por él, siempre por él. Ya estaba harto de aquello; de sí mismo.

¿Cuántas veces la joven se había interpuesto entre él y los ataques de los enemigos?, ya había perdido la cuenta. Lo cierto es que Relena sufría mucho por su causa; por voluntad propia tomaba el papel de escudo humano, eso sin mencionar las lágrimas que la chica derramó sin cesar por Yuy.

Y no conforme con eso, Heero tuvo el descaro de poseerla, de tocar ese cuerpo femenil a su entero gusto con sus manos manchadas de sangre.

* Perdóname... no te merezco. *

Y se disculpó por ello. Aunque realmente sentía no tener justificación alguna.

La mujer lo miró sin entender; qué era lo que debía perdonar?. Su amante la miró por largo rato sin pronunciar palabra; finalmente le explicó su sentir y recalcó el hecho de que, como asesino, no merecía tener el amor que ella le profesaba.

Relena, que estaba recostada sobre el chico, besó tranquilamente la frente del confundido joven mientras mantenía los ojos cerrados, disfrutando de la preocupación y ternura que a veces salían a relucir por parte del soldado.

* No digas eso, yo... nunca permitiré que me toque un hombre que no seas tu. Porque... contigo soy feliz. ¿Entiendes?.*

El joven parecía sorprendido; no sabía si lo que hacia su chica era por pura necedad o por sus sinceros sentimientos.

La chica no tardó en dejarse vencer por el sueño nuevamente; quedando entre los brazos de la única persona que sabía como amarla.

* ¡ Amarla !... es verdad. *

Las respuestas parecían haber llegado al joven después de observar por largo rato el inocente rostro de la chica. Sintió, por vez primera, el latir de su loco corazón; como sus mejillas se encendieron en rojo, los infinitos deseos de besar a la mujer y abrasarla más fuerte. ¡ Por fin lo entendía !. ¿O era solo que no se había dado cuenta?.

* Misión... aceptada.*

Las palabras que mencionara Heero eran la respuesta a una misión... la de mayor prioridad de ahora en adelante; pero no era una referente a la guerra. Esta misión se refería a la primera orden que le dictaba su propio corazón; orden que, gustoso, llevaría a cabo así se le fuera la vida en el intento.

Tantos cambios positivos en él, un ser humano sin sentimientos o emociones, gracias a una sola mujer... gracias a Relena.

Totalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

El primer lemon de Gundam Wing que realizo; creo que también es de los primeros en español.

Lo confieso, ADORO a esta pareja.

Por cierto, la misión que acepta Heero es amar y proteger a Relena, todo dictado por su propio corazón.

Como él siempre anda aceptando las órdenes de otros para completar misiones, me pareció que si debía ejercer órdenes, esas debían ser las de su propio corazón.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 21 de Agosto de 2002.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Tags :
3 years ago

Rojo mar

image

Anime: Gundam Wing

Rating: M

Pareja: Heero & Relena

Sinopsis: Heero no puede sacarse de la cabeza aquellas pesadillas donde Relena yace, sin vida, sobre el rojo de su sangre. La busca, desesperado... quizás estar con ella pueda disipar sus temores.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Paisaje rojo fuerte, ¿hermoso?, el que cubre el extraño lugar.

Llama ardiente y avivada la que nunca se podrá apagar.

Silencio sepulcral el de esta agua que teñida de rojo está...

Expandiéndose efusivamente; oh!, rojo mar.

  Su rostro logro ver entre las flamas que la abrazan protectoramente sin dejar

Que el vital plasma se detenga; oh!, rojo mar.

En medio de su sangre la observo, su tranquila sonrisa ya no está.

Pretendo que mis ojos se hacen ciegos, pero admiran todo con pesar.

  * Ah, maldición!. *

 Casi grito. Despierto bañado en sudor después de una loca pesadilla,

Aquella que mi mente creó mientras dormía.

Desesperante, sí; quizás más que la propia realidad.

Maldigo indignado con aquel escenario que observe antes de sucumbir

Ante el temor de la posible realidad de la visión.

Respirando agitado, imploro en silencio que esto jamás se llegue a cumplir.

  Triste estaría, lo acepto, sí.

Prefiero la muerte a no verla vivir.

Intranquilo, no puedo volver a dormir;

Lo intento sin resultados. Continua el miedo de revivir

Aquella desagradable escena donde no pude interferir.

  Me rindo... imposible intentar descansar.

¿Qué caso tiene si la paso mal?.

Increíble el temor que me inunda. Deseo tanto mirar

esos ojos azules, que me atrapan

dentro de la emoción tranquilizante de poderte tocar.

  Crece y crece la desesperación,

Cual lluvia que cae del cielo al corazón.

No puedo controlar el impulso, te busco.

Intento no parecer dependiente de ti;

Corro apresurado a tu refugio: la habitación a la que tanto envidio,

Por tenerte cautiva mucho más de lo que yo he soñado en mi delirio.

  Golpeo la puerta con autoridad.

Que demonios esperas... ¡abre ya!.

Despeja mis dudas y la ansiedad.

Insisto enfadado, temeroso, no puedo negar

Que el miedo corroe la integridad.

  Sal ya a detener esta locura

De padecer tremenda tortura.

  Se abre la puerta; te puedo ver

Mi ángel de amor; hiciste amanecer.

...Tremenda emoción.

  Me regalas aquella sonrisa que, por ahora,

Se haya cubierta de incertidumbre y curiosidad.

  * Es urgente que hablemos. *

  Te digo de inmediato y un tanto agitado.

Tu expresión me indica que no comprendes absolutamente nada

De esta inesperada visita que te hago.

Más sin embargo me permites el acceso a tu privacidad.

  No puedo perder más el tiempo.

Con delirio es con lo que te toco.

Rozando tus labios, sigo insistiendo.

Este inesperado amor... me vuelve loco.

  Pronto, siento la necesidad de rozar mis labios con algo más que los suyos.

Su cuello en primer lugar...

Suave y sensible, igual... me hace temblar.

Sus hombros, sí; más abajo he de llegar.

  Con grandes expectativas y ansiedad,

Sus senos logro probar.

Deleitándome con la excitante redondez de estos

Y la agradable sensación de su piel... tranquila suavidad.

Se estremece con esto, lo sé bien.

  El rojo en mi memoria se ha borrado.

Cielo santo logro descansar,

Porque al fin estoy a tu lado.

Me despido, oh!, rojo mar.

  Tímidos gemidos emanan de tus labios,

Guiándome desesperados al placer.

Y tomando mi rostro entre tus manos,

Permites que te bese otra vez.

  Ternura y ansiedad es lo que siento.

Mordiendo suavemente tus senos a la vez.

Tremenda locura experimento;

Excitado por tu hermosa desnudez.

  Abrazo aferrado la cintura de mi amante.

Estrujando tu cuerpo con amor.

Lluvia de besos en mi rostro cada instante.

Aumentad este delirio, por favor.

  ¡ Oh, bella mujer que me posees !.

Dejadme poseer a mi también

Este lindo cuerpo que tu tienes.

De igual forma lo deseas, lo sé bien.

  El placer me conduce a tu secreto.

Besando y succionando el manantial;

Lastimarte evitaré, yo lo prometo,

Pero dejadme llegar hasta el final.

  Tu respiración agitada logro escuchar.

Te oigo entusiasmado entre jadeos,

Constantemente mi nombre pronunciar

Al satisfacer tus exigentes deseos.

  Me alejo del bendito paraíso tuyo.

Sentiste un mar de sensaciones a la vez.

Deseas más aun, o al menos eso intuyo.

Me sorprendes, linda niña, con tu gran interés.

  Profanado esos labios tuyos, sabor a miel.

Me rindo ante el desesperado sentir.

Con locas y ardientes caricias sobre tu piel

Que no te amo, no... no puedo mentir.

  Pretendiendo ser tu dueño por esta vez... que loco.

Sin cuenta darme de que todo es viceversa,

Te siento agradecerme las caricias que provoco.

Con dulces besos me haces sufrir... mujer perversa.

  Delirante refugio encuentro entre tus protectores brazos.

Y el adorable aroma de tu piel... el mismo que me embriaga.

Rendido ante el dolor de tus besos tan escasos.

Intento todo por tu placer. ¿Qué más quieres que haga?.

  Incitación, paz... respeto y cariño; siento.

Calidez me da su hermoso cuerpo... belleza total.

Morir y vivir, dolor y placer. Todo por este sentimiento.

Amarnos u odiarnos, continua locura letal.

  Beso desesperado tus senos nevados... excitación.

Imposible separarme de ellos; mi droga eres amor.

Complacido con la perfección de tu cuerpo; siento pasión.

A cada instante te anhelo más... no importa el dolor.

  Tatuando de besos tu cuerpo entero y femenino;

Dejando huella en tu ser cual misión importante.

Señales de que me perteneces. Y aun no termino.

Tan solo mía mujer... mi amada amante.

  Entrecortados sonidos escapan de tus delgados labios.

Te escucho satisfecho; ataco con besos más profundos.

Apagando con estos tus labios... necesito probarlos.

Mirando tus ojos y su agradable misterio... en ellos me hundo.

  Eres bella, más que nadie. Envuelto necesito estar

Entre tus tiernas caricias para feliz permanecer.

Por ello esta frágil figura tuya insisto en probar.

Aquí en la oscuridad. Esperaremos el amanecer.

  Ansias recorren mi cuerpo; beso tus labios con delirio.

Separando cuidadosamente las delicadas piernas que posees.

Dirijo al espina a la entrada de mi amor...

Empujando lentamente, disfrutando el momento. Imploro me desees.

  Porque este loco corazón se revela ante la lógica mía.

Te poseo desesperado, detenerme jamás... oh!, pasión.

Ingresando entusiasmado entre mares de caricias.

Loca noche, loco amor. Te amo... mi corazón.

  Sintiéndote temblar bajo a mi cuerpo, y a este permanecer aferrada.

Confesando palabras y sentimientos entre mil besos.

Ahora estoy dentro tuyo... oh!, mujer amada.

Inseparables ahora somos. El uno por el otro... felizmente presos.

  Consciente a la perfección del recorrido de la espina a la rosa.

Cosquillas dentro de ambos cuerpos... loca, ansiada pasión.

Ataque certero de placer. Tuyo por siempre mi chica hermosa.

Adicción al femenino ser... bendita esta desesperación.

  Ingresando una y otra vez

Al paraíso de tu secreto.

Amor por primera vez.

Noche y calor... todo es perfecto.

  Palabras que al aire, desesperados dejamos volar.

Increíble: el momento, el vinculo; la inexplicable sensación de poderte amar.

  Tranquilidad, deseo y ansiedad embargan este cuerpo cansado,

El mismo que tu deleitas con caricias y besos desbordando la ternura.

Aparentando indiferencia y enojo, me pierdo... para mi jamás pensado

Lo fácil que fue para ti despojarme por completo de esta armadura.

  Logrando hacer relucir un sin fin de emociones que, no entiendo,

Siempre y sin pensarlo, no me doy cuenta... todas se dirigen a ti.

Suaves caricias en mi adolorida piel estoy sintiendo...

Tus besos amor querido yo anhelo... no puedo mentir.

  Disfrutando del momento. Ansiado y desquiciante placer pasional.

Sintiendo los atributos tan excitantes de tu figura.

Bendito el pecado... aceptando la necesidad carnal.

  Placer: excitación... sensación inigualable.

Con mi espina clavada en tu cuerpo, te destrozo, tierno amor.

Mía, ya completa. Admirando la agonía interminable.

Arrepentido, aguardo el momento en que disminuya tu dolor.

  Lluvia de besos a tu rostro que envuelto en lagrimas ya esta.

Gemidos me advierten. “Amor”, me logras llamar.

Tranquila te muestras... termina la tempestad.

“Perdón”, te pido arrepentido. No te quise lastimar.

  Continuación de los instintos; aun me permites dentro de ti estar;

Recorriendo el camino de tu cuerpo; oh!, Relena.

Más tranquilo y cuidadoso... me preocupa tu bienestar.

Extasiado de placer; sonrojado ante tu cara tan serena.

  “Te estoy queriendo demasiado”. Logro por fin entender.

Quizá por el mal sueño antes experimentado.

Perderte me mataría... tan solo eso comprender.

Sin tu cuerpo y cariño, me sentiría amenazado.

  Olvidando estos miedos que a mi mente enloquecen,

Te beso. El rojo se desvanece; no más rojo mar.

Delirante por el calor permites que empiecen

Los gemidos y agitados gritos... solo nos podemos amar.

  Entrando y saliendo con rapidez de tu figura;

Te penetro alocado, ya cada vez más de prisa.

Me apoyo en tu cuerpo ; te sujeto por la cintura.

Ardientes y excitados... nos relaja la delgada brisa.

  Después de intensos gemidos, entre mis brazos te encuentras temblando.

A mi cuerpo te aferras desesperada; mi perfecta amante.

Te ha invadido un orgasmo... y aun te sigo penetrando.

“Que locura”. Jamás imaginar siquiera poder amarte.

  Varias veces has experimentado el éxtasis, oh mujer.

A tu rosa la dura espina mía sigue clavada.

Unido a ti de esta manera imploro permanecer.

Desesperados, excitados. Así contigo... oh, mi amada.

  Gran esfuerzo del cuerpo. Ya se encuentra muy cansado.

Termino dentro tuyo... río de vida que en ti ahora fluye.

Ligeros sonidos por parte de ambos; tranquilos... todo ha terminado.

Sobre tu cuerpo recostado. Sorprendido de la forma que en mi influyes.

  Agotado. Acaricio su suave piel; le agradezco... estoy satisfecho.

Besando con ternura los femeninos labios

Y acurrucando el rostro sobre su pecho;

Enredando los dedos en sus cabellos lacios.

  Respira agitada, después de todo.

La sigo abrazando; la sigo besando.

Protegerla antes que nada: lo estuve pensando.

 Deliciosa noche me hiciste pasar.

Como esta... dudo tener otra más.

Casi no hubo palabras. Fue escaso el verbo amar.

Pero negar que ahora te quiero... eso jamás.

 Y de nuevo aquella imagen a mi mente regresa.

En un lago de sangre te veo, oh mujer que ahora estas en mis brazos.

Rojo mar me atormentas. Me alejo de ella con sorpresa.

Pero eso no le importa. me devuelve a su lado entre tiernos lazos.

  Sus besos y caricias te alejan de mi, oscuro paisaje.

Calma miedos y penas... me ha regresado la paz.

Me lleva el deseo de besarla... lo hago. Es este mi mensaje...

  Que la adoro y, aunque increíble, puedo hacerlo aun más.

  Finalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

El fanfic toma lugar durante el tiempo en que Heero permaneció en el reino de Sank, con Relena aun como reina.

Se le puede llamar poem-fic?. Está escrito en versos, pero un poema no necesariamente tiene que rimar ^^.

Y la verdad... está bastante suavecito.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 15 de Octubre de 2002.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Tags :
3 years ago

Amarte es cuestión de tiempo

Amarte Es Cuestin De Tiempo

Anime: Gundam Wing

Rating: M

Pareja: Heero & Relena

Sinopsis: Saber lo que él deseaba hacer con ella, amarla o matarla... sólo era cuestión de tiempo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Una figura ágil y sigilosa recorre rápidamente los extensos jardines de la mansión de los Darlian.

No es la primera vez que así lo hace. Y las razones por las que visita con frecuencia este lugar son cada vez más fuertes e importantes.

  Pronto, llega hasta la mansión. Escalando un gran árbol que le facilitará el acceso a su destino final: la habitación de la hija única de la familia.

Equilibrándose sobre una de las ramas del árbol, toca suavemente la ventana para que la persona que se encuentra en el interior le permita la entrada. Así es, una joven rubia se acerca a la ventana y cuidadosamente la abre; el extraño hombre entra sin mirar a su anfitriona, dirigiéndose al centro de la habitación.

Una vez dentro el invitado, la chica cierra nuevamente la ventana y mira a su compañero indicándole que tome asiento sobre el pequeño sofá que frente a él está.

  * Espera un momento, por favor. En seguida estoy contigo. *

Ella se sienta en el taburete frente al tocador y continua cepillando su largo y brillante cabello, con tranquilidad tal que tranquiliza también a su visitante.

Más sin embargo el chico no es tan paciente. Después de un rato comienza a caminar de un lado a otro de la habitación esperando a que la joven termine con lo que hace y así entablar una conversación, si es que puede esperar más. Es eso o saltarse esa pequeña e insignificante parte del proceso e ir directamente a lo que le interesa.

  * Disculpa por haberte hecho esperar. *

Le dice ella después de un rato.

De la forma más despreocupada, la jovencita comienza a hablar con el chico sobre algunos de sus asuntos de mujer, quizás para romper el hielo y no decir algo impropio, pero...

  * Nada de eso me importa; lo que quiero decirte es... *

La interrumpió. Sin amabilidad o intenciones de ocultar un poco su desinterés por lo que ella hace. De cualquier forma no completó la frase, la voz le falló en un momento clave y eso se tornó incomodo.

Aunque en la primera vez que vino aquí las razones que tenia para introducirse en propiedad ajena eran bastante distintas a las que ahora lo obligan a hacerlo, eso no quiere decir que su objetivo principal haya desaparecido o dejado de tener razón de ser. Aun había algo que le indicaba que debía aniquilar a la jovencita.

Más sin embargo la inseguridad y la confusión, que apenas y podía disimular, se apoderaron de su mente para dejarlo momentáneamente desarmado ante aquella mujer.

Y mirando fugazmente los femeninos ojos azules, se da cuenta de que la chica parece comprender sus emociones aunque desconozca la razón de estas.

  * En ese caso, dime que te trajo aquí. *

* Bueno, yo... *

  El joven se congela... se sonroja. Los motivos de eso son demasiado vergonzosos para él.

En ese momento, fue como si su conciencia dejara de funcionar ante aquella mujer; sumergiéndolo así en un conflicto que nunca antes había tenido, pero que disfrutó infinitamente.

No terminó la respuesta. Es más, sin saber lo que hacía, se acercó a ella manteniendo la mirada bien clavada sobre aquellos ojos.

 Acaricio lentamente una de las mejillas de la chica con el dorso de la mano, y poco después atrapó entre esta un delgado mechón de su rubio cabello para sentir la suavidad del mismo. Luego lo acercó a sus labios y lo besó suavemente, sorprendiendo con ello a la mujer.

 ¡Que demonios!. La intentó abrazar y, de hecho, lo hizo gustoso al mismo tiempo que respiró el agradable aroma que emanaba del cuello de la muchacha. Poco después la besó en el mismo lugar.

Escuchando satisfecho los tímidos gemidos que ella le regalaba en agradecimiento.

  * Oh, Heero. *

Sonriendo ante el llamado de su compañera, el asesino se separó de ella lo suficiente como para contemplar el brillo en las pupilas de la mujer. Delatando la tierna confusión pero también el gozo de su parte ante esta nueva situación.

El soldado dejó de hacerle caso por un momento a su lógica. Consciente del camino que sus manos estaban recorriendo, del como fueron a dar hasta la bata de dormir de la chica y desatar pacientemente los listones que sujetaban la prenda a su cuerpo; separando los extremos del atuendo nocturno después de unos instantes y así... admirar el desnudo cuerpo de la joven.

 * Eres tanto o más hermosa de lo que te recordaba, Relena. *

La misma joven lo tomó suavemente de la mano para guiarlo directo hasta su cama.

Habiéndola despojado por completo de aquella prenda la hizo recostarse ligeramente sobre el lecho que ahora los recibe a ambos.

Besándola con tranquilidad en los labios; disfrutando del momento. El tanto desearlo sin siquiera darse cuenta de ello.

Lo que hace, el dulce sabor de su boca lo apasiona... le gusta mucho.

 Todo esto por lo que había esperado. Aquello que siempre, y hasta ahora, fue desconocido para el. Monótonos actos humanos que no eran de su conocimiento y que puede descubrir con ella porque ella misma se lo permite.

Vivir, tocar y sentir... sentir su cuerpo, sus labios... su cariño.

 Consciente a la perfección de las caricias que la mujer le brinda. Totalmente enfocado en los escalofríos que la suave piel de sus manos le provocan.

  * ¿De verdad quieres hacer esto?. *      _Preguntó._      * Mis intenciones de aniquilarte siguen en pie... no quiero que  después te arrepientas. *

Las palabras de Heero no hicieron eco en el corazón de la doncella. Era como si en ese momento no existiera nada más que ellos dos y sus cuerpos. Por ello la voz del joven no se clavó en la mente de la chica.

Y ésta, que sabía perfectamente lo que quería, lo besó apasionadamente, callándolo, dando respuesta afirmativa sin saberlo a la cuestión del muchacho.

Ansioso, Yuy deslizó sus traviesas manos por la totalidad del cuerpo de la joven; acariciando y aprisionando constantemente los pechos femeninos que, ante dichos contactos, se endurecían para provocarle cierta necesidad al soldado de siempre tocar a la joven con más delirio y confianza.

  * ¿Por qué?. *

De pronto, la pequeña boquita de la mujer se abrió para interrogar al compañero. Fue una pregunta pequeña pero la misma fue comprendida ampliamente por el chico.

El hombre no quiso responder; dirigiendo las palmas de las manos hasta la estrecha cintura de su amante, donde se ajustaron a la perfección, le permitió a Relena sentir no solo la fuerza con que la sujetaba, acción que dejaba muy claro el deseo de pertenencia que el muchacho tenía por ella, sino también la lengua y los labios del asesino deleitarse con los pequeños y tremendamente endurecidos pezones. Aquellos que acariciaba dulcemente con la lengua, mordía suavemente, y succionaba y besaba con los ansiosos labios.

  * Aahh, Hee... Heero... *       _Gimió suavemente la joven._        * Esto es, esto es...*

Las entrecortadas frases se detenían conforme los labios de Heero Yuy avanzaban sobre la silueta de mujer en dirección a aquel lugar que le prometía recibirlo con calor, comodidad y placer.

Así, guiado por la impura sensación que ya se había apoderado por completo de su ser: excitación; profano la tierra, veces atrás virgen, blanca y suave.

 Tranquilo pero ansioso, besó los labios vaginales del cuerpo de Relena logrando que esta cerrara los ojos con fuerza debido a la sorpresa de la desconocida sensación que llegaba a su cuerpo. Los sonidos de satisfacción que escapaban desesperados de la boca de la jovencita se esparcieron por toda la habitación, recorriendo esta y llegando finalmente a los sensibles oídos del muchacho, incitándolo a profundizar aquel ataque.

De un momento a otro, Heero introdujo su lengua con un entusiasmo tal que Relena terminó temblando entre gritos... derramando la primera corriente de un flujo de excitación verdadera.

Yuy probó las mieles que extrajo de la carne interior de su amante. Saboreando desquiciadamente el sabor a mujer que en su paladar volvía a albergarse.

 Excitada, al borde de la desesperación, la joven colocó las manos sobre el cabello del muchacho para retenerlo ahí, en la parte más sensible de su cuerpo ante los labios del joven... la parte de su cuerpo que, con más ansias que ninguna otra, ardía de pasión por el complemento masculino que de ella se posesionaba: Heero Yuy.

  * Heerooo !!... *      

Gritó ella, suavemente; la emoción de un pequeño orgasmo que la invadía se reflejó en aquella reacción delatadora de sensaciones placenteras en su cuerpo.

Agitada rogó por unos segundos de descanso que el muchacho se negó a darle; lanzándose de inmediato contra el cuello de la joven, Yuy besó y mordió delirante aquel área que se encontraba severamente sensible por el reciente derramamiento de gozo en su cuerpo.

Algunas marcas fueron la huella y evidencia de que los labios del chico se habían ensañado con el cuello de la mujer... besándola una vez más, robándole el aire; extrayendo el poco aliento que ella conservaba después de haberlo tomado con desesperación.

Relena se permitió abrazar al joven durante aquella caricia de la que sus labios no querían, ni podían escapar. Siempre así... mientras el cuerpo de ambos no lo reflejaba abiertamente, pero vibraban en roja pasión por el otro ser que se encontraba pensando a su vez en el otro.

 La chica pareció relajarse y acostumbrarse a las exigentes caricias y actos de su compañero. Lo demostró al hacer un pequeño esfuerzo y resistirse a las tentaciones de la boca de Yuy e ir paseando sus labios por el cuerpo del chico. Deleitándose paulatinamente con el cuello del soldado, tal como él lo hiciera minutos atrás; disfrutando la piel del pecho varonil del muchacho y divirtiéndose con la agradable situación que se presentó al apenas rozar sus labios con el abdomen de Heero, quien tembló ligeramente, lo que hizo que Relena alzará la mirada para observar el rostro de su amante y percatarse de la agradable sonrisa que este le mostraba, sin mencionar el inusual rubor en sus mejillas.

El asesino amplió la sonrisa sin dejar de mirar por un solo instante a la chica...

  * Me haces cosquillas. *

Dijo mientras le sonreía un poco más. El comentario del soldado hizo que la única hija de los Darlian sonriera divertida como pocas veces lo había hecho. Y tratando de calmar esa sensación, por fin dirigió los labios hasta el miembro masculino de su acompañante; dando así el último paso que salvara la distancia entre el abdomen y el pene de Yuy.

 Primero tranquila y luego más constante, la chica recorrió con lengua y labios la absoluta longitud de aquel arma sexual. Estrujándolo con sus manos logro hacer que el pene alcanzara la tremenda erección que para esos momentos ya tenía. Permitiéndose saborear no solo el exquisito manjar de sensible carne que frente a ella y en su boca tenía, sino también de disfrutar los excitantes sonidos de placer provenientes del muchacho, quien entre bocado y bocado que sentía a la parte más vulnerable de su cuerpo, igual experimentó las desquiciantes succiones a su miembro.

Resistiendo tan solo gracias a que Relena se tomaba sus segundos de descanso; midiendo el tiempo en que el pudiese terminar.

 Alejándose de la más excitante pieza de la figura de su compañero, la joven colocó sus labios justo sobre los del soldado. Dando y recibiendo uno de los inconstantes besos llenos de locura y placer, ternura y pasión, que entre ellos a veces se presentaban y que solo Heero Yuy sabia brindarle.

Absorbiendo todo el placer, aquel intenso candor, el tan conocido y agradable sabor a miel. Tomando una posición más cómoda para realmente comenzar con el juego, el piloto se sentó en medio de la cama sujetando a Relena por la cintura para guiarla de tal manera en que ella pudiera sentarse poco a poco sobre su pelvis; y con cada descenso hacia su miembro, permitía que este se introdujera parcialmente en aquel cuerpo de mujer que tanto había anhelado.

  * Oohh, Heero, continúa. *

La voz de la chica delató las emociones que tomaban posesión de su cuerpo; un cuerpo presa de placer y cariño reprimido por el tiempo y que difícilmente creía que le fuese correspondido.

 * No voy a soltarte, ¿entiendes?. *    _Habló el soldado._     * Acostúmbrate. *

Después de un rato, Yuy inició con afirmaciones que aparentemente estaban fuera de lugar; más sin embargo estas se debían al presente, aunque pasajero, dolor que se originaba en la entrepierna de la joven. La brusquedad de Heero en realidad no era tanta, y esta no era la primera vez que se enredaban en las sabanas de una cama. Todo se debía a la estreches de la vagina de Relena; la cavidad que a pesar de haber recibido gustosa en ocasiones anteriores aquella espada masculina, aun no se acostumbraba por completo a esta.

Con todo y esto el pene del muchacho se abría paso con facilidad, quizás más aun que en ocasiones anteriores, por las paredes vaginales que lo estimulaban con cada roce, con cada contracción.

 Los fluidos y secreciones producto de la excitación acompañadas por un poco de plasma rojo que teñía ligeramente del mismo color a las sabanas, escapaban tímidamente del cuerpo de la joven.

Un par de gemidos ahogados y los rasguños en la espalda del mismo, fueron pasajeros una vez que la humedad de la vagina fue suficiente para facilitarle al chico el deslizarse libremente dentro de ella. Entrando y saliendo con frenesí, a un ritmo considerablemente rápido por el intenso incremento de la excitación en las siluetas y el calor en la habitación.

 * Me encantas !. *

Comentó Heero mientras acariciaba el rubio cabello de su amante desesperada.

Benditos roces que apenas y podían considerarse caricias. La lluvia de besos y mordidas suaves a la piel de la joven y los gemidos que abrazaban la habitación, los mismos que ya ni siquiera eran reprimidos se manifestaron sin razón.

  * Ah, Heero... te quiero tanto !!. *

La misma frase, las mismas palabras que el asesino ya se sabía de memoria, fueron elevadas al aire una vez más poco antes de devorar a besos los labios de un joven enamorado, aun sin saberlo.

 El va y ven de las caderas de ambos comenzaba a intensificarse mientras sus labios se confundían con los del otro. La aceleración del ritmo; el aumento del latir del corazón que pareciera clamaba por salir disparado de emoción y sentimientos que este aun no era capaz de comprender por completo.

Un par de gritos de placer por parte de Relena... y el clímax que se venía. Todo fue antecesor del orgasmo que se originaba en la vagina de la chica y se extendiera por medio de sensaciones mil a todo su cuerpo.

 Dejándose caer de espaldas sobre la cama, Heero la abandonó apenas segundos antes de liberar una eyaculación la cual cayó sobre la cama y la figura de la semiinconsciente mujer. Y luego, igual que lo hiciera ella antes, el se dejo caer rendido sobre el cuerpo femenino, con la respiración agitada y cada quien presa de sus propios pensamientos y conclusiones sobre sus actos.

  * ¿Aun deseas eliminarme, Heero?. *   _La interrogante voz surgió entre el silencio de la recamara._   * Es que yo no... *

Queriendo hablar de algo que no fuera muerte, pero... de hecho esa situación era una de las pocas que la unían a aquel asesino que, por ahora, se estaba reservando el derecho de aniquilarla como a cualquier otra persona.

Así, después de un considerable periodo de silencio por parte de Yuy, y una guerra interior sobre decidir la respuesta que le daría a la chica, finalmente habló:

  * Sí. *

El rostro de la joven se llenó de tristeza y decepción ante aquella palabra.

Entonces... Heero solo la estaba usando como un objeto de placer. No había ni cariño, ni perdón... nada.

  * Pero... *

Esa voz que Relena no deseaba oír más, hacía eco en el ambiente; exigiendo atención y una vez obteniéndola, proseguir con su cometido

* Por ahora, no sé por qué... no siento el deseo de hacerlo. *

Aquellas palabras tan simples no eran producto de la hipocresía o la mentira. La sinceridad las acompañaba y las resaltaba con la tranquilidad del muchacho y los besos que, de pronto, se posesionaron de los emocionados labios de la mujer. Mujer que gustosa recibió es acaricia con igual o mayor intensidad.

 Para ella era más que suficiente que las cosas fueran así. Si él la mataba más adelante o no, ahora eso no importaba realmente.

Tan solo... tan solo sabía que en estos momentos Heero la estaba besando con pasión y quizás... algo más.

 Saber lo que él deseaba hacer con ella, amarla o matarla... sólo era cuestión de tiempo.

  Finalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Si estrictamente tuviera que haber un lapso de tiempo para el fic, este sería  después de que Heero conociera a Relena y poco antes de que el padre de ella  muriese.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 31 de Octubre de 2002. 

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Tags :