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Amarte Es Cuestin De Tiempo

Amarte es cuestión de tiempo

Amarte Es Cuestin De Tiempo

Anime: Gundam Wing

Rating: M

Pareja: Heero & Relena

Sinopsis: Saber lo que él deseaba hacer con ella, amarla o matarla... sólo era cuestión de tiempo.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Una figura ágil y sigilosa recorre rápidamente los extensos jardines de la mansión de los Darlian.

No es la primera vez que así lo hace. Y las razones por las que visita con frecuencia este lugar son cada vez más fuertes e importantes.

  Pronto, llega hasta la mansión. Escalando un gran árbol que le facilitará el acceso a su destino final: la habitación de la hija única de la familia.

Equilibrándose sobre una de las ramas del árbol, toca suavemente la ventana para que la persona que se encuentra en el interior le permita la entrada. Así es, una joven rubia se acerca a la ventana y cuidadosamente la abre; el extraño hombre entra sin mirar a su anfitriona, dirigiéndose al centro de la habitación.

Una vez dentro el invitado, la chica cierra nuevamente la ventana y mira a su compañero indicándole que tome asiento sobre el pequeño sofá que frente a él está.

  * Espera un momento, por favor. En seguida estoy contigo. *

Ella se sienta en el taburete frente al tocador y continua cepillando su largo y brillante cabello, con tranquilidad tal que tranquiliza también a su visitante.

Más sin embargo el chico no es tan paciente. Después de un rato comienza a caminar de un lado a otro de la habitación esperando a que la joven termine con lo que hace y así entablar una conversación, si es que puede esperar más. Es eso o saltarse esa pequeña e insignificante parte del proceso e ir directamente a lo que le interesa.

  * Disculpa por haberte hecho esperar. *

Le dice ella después de un rato.

De la forma más despreocupada, la jovencita comienza a hablar con el chico sobre algunos de sus asuntos de mujer, quizás para romper el hielo y no decir algo impropio, pero...

  * Nada de eso me importa; lo que quiero decirte es... *

La interrumpió. Sin amabilidad o intenciones de ocultar un poco su desinterés por lo que ella hace. De cualquier forma no completó la frase, la voz le falló en un momento clave y eso se tornó incomodo.

Aunque en la primera vez que vino aquí las razones que tenia para introducirse en propiedad ajena eran bastante distintas a las que ahora lo obligan a hacerlo, eso no quiere decir que su objetivo principal haya desaparecido o dejado de tener razón de ser. Aun había algo que le indicaba que debía aniquilar a la jovencita.

Más sin embargo la inseguridad y la confusión, que apenas y podía disimular, se apoderaron de su mente para dejarlo momentáneamente desarmado ante aquella mujer.

Y mirando fugazmente los femeninos ojos azules, se da cuenta de que la chica parece comprender sus emociones aunque desconozca la razón de estas.

  * En ese caso, dime que te trajo aquí. *

* Bueno, yo... *

  El joven se congela... se sonroja. Los motivos de eso son demasiado vergonzosos para él.

En ese momento, fue como si su conciencia dejara de funcionar ante aquella mujer; sumergiéndolo así en un conflicto que nunca antes había tenido, pero que disfrutó infinitamente.

No terminó la respuesta. Es más, sin saber lo que hacía, se acercó a ella manteniendo la mirada bien clavada sobre aquellos ojos.

 Acaricio lentamente una de las mejillas de la chica con el dorso de la mano, y poco después atrapó entre esta un delgado mechón de su rubio cabello para sentir la suavidad del mismo. Luego lo acercó a sus labios y lo besó suavemente, sorprendiendo con ello a la mujer.

 ¡Que demonios!. La intentó abrazar y, de hecho, lo hizo gustoso al mismo tiempo que respiró el agradable aroma que emanaba del cuello de la muchacha. Poco después la besó en el mismo lugar.

Escuchando satisfecho los tímidos gemidos que ella le regalaba en agradecimiento.

  * Oh, Heero. *

Sonriendo ante el llamado de su compañera, el asesino se separó de ella lo suficiente como para contemplar el brillo en las pupilas de la mujer. Delatando la tierna confusión pero también el gozo de su parte ante esta nueva situación.

El soldado dejó de hacerle caso por un momento a su lógica. Consciente del camino que sus manos estaban recorriendo, del como fueron a dar hasta la bata de dormir de la chica y desatar pacientemente los listones que sujetaban la prenda a su cuerpo; separando los extremos del atuendo nocturno después de unos instantes y así... admirar el desnudo cuerpo de la joven.

 * Eres tanto o más hermosa de lo que te recordaba, Relena. *

La misma joven lo tomó suavemente de la mano para guiarlo directo hasta su cama.

Habiéndola despojado por completo de aquella prenda la hizo recostarse ligeramente sobre el lecho que ahora los recibe a ambos.

Besándola con tranquilidad en los labios; disfrutando del momento. El tanto desearlo sin siquiera darse cuenta de ello.

Lo que hace, el dulce sabor de su boca lo apasiona... le gusta mucho.

 Todo esto por lo que había esperado. Aquello que siempre, y hasta ahora, fue desconocido para el. Monótonos actos humanos que no eran de su conocimiento y que puede descubrir con ella porque ella misma se lo permite.

Vivir, tocar y sentir... sentir su cuerpo, sus labios... su cariño.

 Consciente a la perfección de las caricias que la mujer le brinda. Totalmente enfocado en los escalofríos que la suave piel de sus manos le provocan.

  * ¿De verdad quieres hacer esto?. *      _Preguntó._      * Mis intenciones de aniquilarte siguen en pie... no quiero que  después te arrepientas. *

Las palabras de Heero no hicieron eco en el corazón de la doncella. Era como si en ese momento no existiera nada más que ellos dos y sus cuerpos. Por ello la voz del joven no se clavó en la mente de la chica.

Y ésta, que sabía perfectamente lo que quería, lo besó apasionadamente, callándolo, dando respuesta afirmativa sin saberlo a la cuestión del muchacho.

Ansioso, Yuy deslizó sus traviesas manos por la totalidad del cuerpo de la joven; acariciando y aprisionando constantemente los pechos femeninos que, ante dichos contactos, se endurecían para provocarle cierta necesidad al soldado de siempre tocar a la joven con más delirio y confianza.

  * ¿Por qué?. *

De pronto, la pequeña boquita de la mujer se abrió para interrogar al compañero. Fue una pregunta pequeña pero la misma fue comprendida ampliamente por el chico.

El hombre no quiso responder; dirigiendo las palmas de las manos hasta la estrecha cintura de su amante, donde se ajustaron a la perfección, le permitió a Relena sentir no solo la fuerza con que la sujetaba, acción que dejaba muy claro el deseo de pertenencia que el muchacho tenía por ella, sino también la lengua y los labios del asesino deleitarse con los pequeños y tremendamente endurecidos pezones. Aquellos que acariciaba dulcemente con la lengua, mordía suavemente, y succionaba y besaba con los ansiosos labios.

  * Aahh, Hee... Heero... *       _Gimió suavemente la joven._        * Esto es, esto es...*

Las entrecortadas frases se detenían conforme los labios de Heero Yuy avanzaban sobre la silueta de mujer en dirección a aquel lugar que le prometía recibirlo con calor, comodidad y placer.

Así, guiado por la impura sensación que ya se había apoderado por completo de su ser: excitación; profano la tierra, veces atrás virgen, blanca y suave.

 Tranquilo pero ansioso, besó los labios vaginales del cuerpo de Relena logrando que esta cerrara los ojos con fuerza debido a la sorpresa de la desconocida sensación que llegaba a su cuerpo. Los sonidos de satisfacción que escapaban desesperados de la boca de la jovencita se esparcieron por toda la habitación, recorriendo esta y llegando finalmente a los sensibles oídos del muchacho, incitándolo a profundizar aquel ataque.

De un momento a otro, Heero introdujo su lengua con un entusiasmo tal que Relena terminó temblando entre gritos... derramando la primera corriente de un flujo de excitación verdadera.

Yuy probó las mieles que extrajo de la carne interior de su amante. Saboreando desquiciadamente el sabor a mujer que en su paladar volvía a albergarse.

 Excitada, al borde de la desesperación, la joven colocó las manos sobre el cabello del muchacho para retenerlo ahí, en la parte más sensible de su cuerpo ante los labios del joven... la parte de su cuerpo que, con más ansias que ninguna otra, ardía de pasión por el complemento masculino que de ella se posesionaba: Heero Yuy.

  * Heerooo !!... *      

Gritó ella, suavemente; la emoción de un pequeño orgasmo que la invadía se reflejó en aquella reacción delatadora de sensaciones placenteras en su cuerpo.

Agitada rogó por unos segundos de descanso que el muchacho se negó a darle; lanzándose de inmediato contra el cuello de la joven, Yuy besó y mordió delirante aquel área que se encontraba severamente sensible por el reciente derramamiento de gozo en su cuerpo.

Algunas marcas fueron la huella y evidencia de que los labios del chico se habían ensañado con el cuello de la mujer... besándola una vez más, robándole el aire; extrayendo el poco aliento que ella conservaba después de haberlo tomado con desesperación.

Relena se permitió abrazar al joven durante aquella caricia de la que sus labios no querían, ni podían escapar. Siempre así... mientras el cuerpo de ambos no lo reflejaba abiertamente, pero vibraban en roja pasión por el otro ser que se encontraba pensando a su vez en el otro.

 La chica pareció relajarse y acostumbrarse a las exigentes caricias y actos de su compañero. Lo demostró al hacer un pequeño esfuerzo y resistirse a las tentaciones de la boca de Yuy e ir paseando sus labios por el cuerpo del chico. Deleitándose paulatinamente con el cuello del soldado, tal como él lo hiciera minutos atrás; disfrutando la piel del pecho varonil del muchacho y divirtiéndose con la agradable situación que se presentó al apenas rozar sus labios con el abdomen de Heero, quien tembló ligeramente, lo que hizo que Relena alzará la mirada para observar el rostro de su amante y percatarse de la agradable sonrisa que este le mostraba, sin mencionar el inusual rubor en sus mejillas.

El asesino amplió la sonrisa sin dejar de mirar por un solo instante a la chica...

  * Me haces cosquillas. *

Dijo mientras le sonreía un poco más. El comentario del soldado hizo que la única hija de los Darlian sonriera divertida como pocas veces lo había hecho. Y tratando de calmar esa sensación, por fin dirigió los labios hasta el miembro masculino de su acompañante; dando así el último paso que salvara la distancia entre el abdomen y el pene de Yuy.

 Primero tranquila y luego más constante, la chica recorrió con lengua y labios la absoluta longitud de aquel arma sexual. Estrujándolo con sus manos logro hacer que el pene alcanzara la tremenda erección que para esos momentos ya tenía. Permitiéndose saborear no solo el exquisito manjar de sensible carne que frente a ella y en su boca tenía, sino también de disfrutar los excitantes sonidos de placer provenientes del muchacho, quien entre bocado y bocado que sentía a la parte más vulnerable de su cuerpo, igual experimentó las desquiciantes succiones a su miembro.

Resistiendo tan solo gracias a que Relena se tomaba sus segundos de descanso; midiendo el tiempo en que el pudiese terminar.

 Alejándose de la más excitante pieza de la figura de su compañero, la joven colocó sus labios justo sobre los del soldado. Dando y recibiendo uno de los inconstantes besos llenos de locura y placer, ternura y pasión, que entre ellos a veces se presentaban y que solo Heero Yuy sabia brindarle.

Absorbiendo todo el placer, aquel intenso candor, el tan conocido y agradable sabor a miel. Tomando una posición más cómoda para realmente comenzar con el juego, el piloto se sentó en medio de la cama sujetando a Relena por la cintura para guiarla de tal manera en que ella pudiera sentarse poco a poco sobre su pelvis; y con cada descenso hacia su miembro, permitía que este se introdujera parcialmente en aquel cuerpo de mujer que tanto había anhelado.

  * Oohh, Heero, continúa. *

La voz de la chica delató las emociones que tomaban posesión de su cuerpo; un cuerpo presa de placer y cariño reprimido por el tiempo y que difícilmente creía que le fuese correspondido.

 * No voy a soltarte, ¿entiendes?. *    _Habló el soldado._     * Acostúmbrate. *

Después de un rato, Yuy inició con afirmaciones que aparentemente estaban fuera de lugar; más sin embargo estas se debían al presente, aunque pasajero, dolor que se originaba en la entrepierna de la joven. La brusquedad de Heero en realidad no era tanta, y esta no era la primera vez que se enredaban en las sabanas de una cama. Todo se debía a la estreches de la vagina de Relena; la cavidad que a pesar de haber recibido gustosa en ocasiones anteriores aquella espada masculina, aun no se acostumbraba por completo a esta.

Con todo y esto el pene del muchacho se abría paso con facilidad, quizás más aun que en ocasiones anteriores, por las paredes vaginales que lo estimulaban con cada roce, con cada contracción.

 Los fluidos y secreciones producto de la excitación acompañadas por un poco de plasma rojo que teñía ligeramente del mismo color a las sabanas, escapaban tímidamente del cuerpo de la joven.

Un par de gemidos ahogados y los rasguños en la espalda del mismo, fueron pasajeros una vez que la humedad de la vagina fue suficiente para facilitarle al chico el deslizarse libremente dentro de ella. Entrando y saliendo con frenesí, a un ritmo considerablemente rápido por el intenso incremento de la excitación en las siluetas y el calor en la habitación.

 * Me encantas !. *

Comentó Heero mientras acariciaba el rubio cabello de su amante desesperada.

Benditos roces que apenas y podían considerarse caricias. La lluvia de besos y mordidas suaves a la piel de la joven y los gemidos que abrazaban la habitación, los mismos que ya ni siquiera eran reprimidos se manifestaron sin razón.

  * Ah, Heero... te quiero tanto !!. *

La misma frase, las mismas palabras que el asesino ya se sabía de memoria, fueron elevadas al aire una vez más poco antes de devorar a besos los labios de un joven enamorado, aun sin saberlo.

 El va y ven de las caderas de ambos comenzaba a intensificarse mientras sus labios se confundían con los del otro. La aceleración del ritmo; el aumento del latir del corazón que pareciera clamaba por salir disparado de emoción y sentimientos que este aun no era capaz de comprender por completo.

Un par de gritos de placer por parte de Relena... y el clímax que se venía. Todo fue antecesor del orgasmo que se originaba en la vagina de la chica y se extendiera por medio de sensaciones mil a todo su cuerpo.

 Dejándose caer de espaldas sobre la cama, Heero la abandonó apenas segundos antes de liberar una eyaculación la cual cayó sobre la cama y la figura de la semiinconsciente mujer. Y luego, igual que lo hiciera ella antes, el se dejo caer rendido sobre el cuerpo femenino, con la respiración agitada y cada quien presa de sus propios pensamientos y conclusiones sobre sus actos.

  * ¿Aun deseas eliminarme, Heero?. *   _La interrogante voz surgió entre el silencio de la recamara._   * Es que yo no... *

Queriendo hablar de algo que no fuera muerte, pero... de hecho esa situación era una de las pocas que la unían a aquel asesino que, por ahora, se estaba reservando el derecho de aniquilarla como a cualquier otra persona.

Así, después de un considerable periodo de silencio por parte de Yuy, y una guerra interior sobre decidir la respuesta que le daría a la chica, finalmente habló:

  * Sí. *

El rostro de la joven se llenó de tristeza y decepción ante aquella palabra.

Entonces... Heero solo la estaba usando como un objeto de placer. No había ni cariño, ni perdón... nada.

  * Pero... *

Esa voz que Relena no deseaba oír más, hacía eco en el ambiente; exigiendo atención y una vez obteniéndola, proseguir con su cometido

* Por ahora, no sé por qué... no siento el deseo de hacerlo. *

Aquellas palabras tan simples no eran producto de la hipocresía o la mentira. La sinceridad las acompañaba y las resaltaba con la tranquilidad del muchacho y los besos que, de pronto, se posesionaron de los emocionados labios de la mujer. Mujer que gustosa recibió es acaricia con igual o mayor intensidad.

 Para ella era más que suficiente que las cosas fueran así. Si él la mataba más adelante o no, ahora eso no importaba realmente.

Tan solo... tan solo sabía que en estos momentos Heero la estaba besando con pasión y quizás... algo más.

 Saber lo que él deseaba hacer con ella, amarla o matarla... sólo era cuestión de tiempo.

  Finalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Si estrictamente tuviera que haber un lapso de tiempo para el fic, este sería  después de que Heero conociera a Relena y poco antes de que el padre de ella  muriese.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 31 de Octubre de 2002. 

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


More Posts from Maeda-ai

3 years ago

Durmiendo con el enemigo _C1_

image

Anime: InuYasha

Rating: M

Pareja: Sesshoumaru & Kagome

Sinopsis: No deseaba volver atrás, quería estar prisionera entre los brazos de un demonio, nada más que el amante perfecto. No deseaba la libertad, ya no más.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.:: Prólogo ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

La tarde era hermosa, tanto o más que las anteriores.

La cuenta de las horas se le perdió en algún distraído rincón de su memoria; poco importaba, después de todo, más de un par de semanas habían pasado desde que llegó ahí, así que... las horas ya poco importaban.

  * Ahhh, y aun así el tiempo se me escapa volando. *

 Suspirando con resignación, la joven humana comprendió que su estancia en esa habitación no era tan aburrida.

Se sentía más tranquila en comparación al día en que llegó...

¿Cómo olvidar ese día?. Jamás podría hacerlo, todo su mundo se vino abajo justo en el instante en que al “cerebro de nuez” del Hanyou se le ocurrió buscar insistentemente a Kykio, llevarla a la aldea y por si fuera poco, decir que ellos siempre estarían juntos, aun cuando la sacerdotisa ya estuviera muerta, para él... eso era lo que menos importaba.

  * InuYasha... eres un tonto. *

  Su voz sonó resignada por completo.

Al principio lloraba amargamente al saberse derrotada en el amor, derrotada por ella misma. Bueno, después de todo, ella fue Kykio, o algo así; por lo menos compartieron almas.

Sin embargo eran tan distintas, quizás por eso le dolió tanto que le quitaran a InuYasha.

  * La tonta soy yo... ¿hasta cuándo dejaré de pensar en ello?. *

 Miró embelesada el cielo, admirando como la oscuridad comenzaba a devorar todo cuanto encontraba en el cielo: nubes y ese hermoso y tenue color azul que apenas y se podía percibir.

Era cierto, tenía otras cosas mucho más importantes en que pensar, después de todo, ahora era prisionera, ¿no?.

No había superado un problema cuando inmediatamente se tropezó con otro; en su intento por escapar del dolor, salió corriendo sin rumbo, el destino era lo último que cruzaba su mente, sólo quería alejarse.

 Ni siquiera tenía idea de cuánto había corrido, por cuánto tiempo o dónde estaba, sólo se sabía pérdida.

Pero el dolor no se iba, dejando escapar delgadas lágrimas de sus hermosos ojos; se dejó caer sobre el abundante césped, cansada, dolida...

  * Con que... la mujer de InuYasha está aquí. *

 Recordó las precisas palabras del yokai que ahora la tenía “encerrada” en su castillo, ese hombre, ese demonio, ese monstruo... Sesshoumaru.

  Sí, todo ese tiempo había estado en el castillo de Sesshoumaru.

No tenía claras ideas del porque no le había hecho daño alguno, de hecho, ni siquiera aparentaba ser una prisionera; no estaba encerrada, podía salir cuando quisiese, más por miedo solo lo hacía en contadas ocasiones.

Le ofrecieron nuevas ropas, más adecuadas para la época en la que se encontraba. Hermosos y entallados kimonos de variados colores y formas.

 La manera en que los sirvientes del castillo la trataban le incomodaba, tanta amabilidad, casi miedo. La trataban como si fuese alguien importante, cosa que la hizo sospechar un sin fin de razones para ello, pero nada que le pareciese lógico.

 Llegó a tener la sensación de que Sesshoumaru la observaba desde algún lugar que ella desconocía, sentía su pesada y fría mirada sobre ella, aunque creyó que solo era su imaginación, su miedo.

  * No puede ser, estoy imaginando cosas que no son. *

 Apenas trató de convencerse a sí misma con sus palabras, suspiró resignada a permanecer por tiempo indefinido en ese lugar, lugar del que desconocía cualquier posible ubicación.

Solo sabía que estaba con el enemigo, nada más. Eso sí, un enemigo bastante amable, aunque desconociera las razones de ello.

   Se acababa de cambiar de ropas, dispuesta a ir a la cama y dormir, no sin antes cepillar tranquilamente su hermoso y suave cabello negro.

 Un par de golpes sobre la puerta de la habitación que ocupaba, la sacaron inesperadamente de sus pensamientos y recuerdos.

Pensando que podía tratarse de Rin o alguno de los sirvientes del castillo, se dirigió tranquilamente a abrir la puerta, más al hacerlo, el miedo y la sorpresa la paralizaron.

  * ¡¡S- Se, Sesshoumaru!!... *     _El nombre de su visitante escapó de sus temblorosos labios. _     * Ah, y-yo no te esperaba. *

 En todo el tiempo que ahí llevaba, lo pudo ver solo una ocasión. Pero ahora él estaba ahí, él la buscaba, la razón de su presencia la asustaba, más trataba de no pensar en ello.

 Al escucharla, el yokai frunció el ceño con clara ira en el rostro.

Kagome no pudo más que intentar ocultar su miedo; esa mirada tan fría era atemorizante y, muy a su pesar, también lo hacía verse aun más atractivo.

  * Mujer. *

 Refiriéndose a ella con esa simple y seca palabra, el joven de plateados cabellos la sujetó fuertemente por los hombros, asustándola todavía más. Estaba tan cerca; si aplicaba un poco más de fuerza la destrozaría sin duda.

 Quiso cerrar los ojos para no enfrentar la forma despiadada con que él la miraba, pero por alguna razón no podía, esos hermosos ojos plateados la hipnotizaron completamente, aun con el miedo que le infundían.

 Confundida, esperó lo que vendría por parte del yokai, fuere lo que fuere, tenía el ligero presentimiento de que afectaría su vida... de alguna forma.

   Sin finalizar.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por fin, otro fic de InuYasha y, mejor aun, de Sesshoumaru y Kagome.

El siguiente capítulo es el importante, el que tiene lemon, más también es el que concluye la historia. Y es que últimamente no tengo deseos de escribir fics largos.

Ahora, ¿por qué esta pareja?. Bueno, él es tan apuesto y necesitaba una pareja... yo solo pude pensar en Kagome ^0^ .

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 27 de Mayo de 2007. 

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

      || Capítulo 1 ||


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3 years ago

Rojo mar

image

Anime: Gundam Wing

Rating: M

Pareja: Heero & Relena

Sinopsis: Heero no puede sacarse de la cabeza aquellas pesadillas donde Relena yace, sin vida, sobre el rojo de su sangre. La busca, desesperado... quizás estar con ella pueda disipar sus temores.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Paisaje rojo fuerte, ¿hermoso?, el que cubre el extraño lugar.

Llama ardiente y avivada la que nunca se podrá apagar.

Silencio sepulcral el de esta agua que teñida de rojo está...

Expandiéndose efusivamente; oh!, rojo mar.

  Su rostro logro ver entre las flamas que la abrazan protectoramente sin dejar

Que el vital plasma se detenga; oh!, rojo mar.

En medio de su sangre la observo, su tranquila sonrisa ya no está.

Pretendo que mis ojos se hacen ciegos, pero admiran todo con pesar.

  * Ah, maldición!. *

 Casi grito. Despierto bañado en sudor después de una loca pesadilla,

Aquella que mi mente creó mientras dormía.

Desesperante, sí; quizás más que la propia realidad.

Maldigo indignado con aquel escenario que observe antes de sucumbir

Ante el temor de la posible realidad de la visión.

Respirando agitado, imploro en silencio que esto jamás se llegue a cumplir.

  Triste estaría, lo acepto, sí.

Prefiero la muerte a no verla vivir.

Intranquilo, no puedo volver a dormir;

Lo intento sin resultados. Continua el miedo de revivir

Aquella desagradable escena donde no pude interferir.

  Me rindo... imposible intentar descansar.

¿Qué caso tiene si la paso mal?.

Increíble el temor que me inunda. Deseo tanto mirar

esos ojos azules, que me atrapan

dentro de la emoción tranquilizante de poderte tocar.

  Crece y crece la desesperación,

Cual lluvia que cae del cielo al corazón.

No puedo controlar el impulso, te busco.

Intento no parecer dependiente de ti;

Corro apresurado a tu refugio: la habitación a la que tanto envidio,

Por tenerte cautiva mucho más de lo que yo he soñado en mi delirio.

  Golpeo la puerta con autoridad.

Que demonios esperas... ¡abre ya!.

Despeja mis dudas y la ansiedad.

Insisto enfadado, temeroso, no puedo negar

Que el miedo corroe la integridad.

  Sal ya a detener esta locura

De padecer tremenda tortura.

  Se abre la puerta; te puedo ver

Mi ángel de amor; hiciste amanecer.

...Tremenda emoción.

  Me regalas aquella sonrisa que, por ahora,

Se haya cubierta de incertidumbre y curiosidad.

  * Es urgente que hablemos. *

  Te digo de inmediato y un tanto agitado.

Tu expresión me indica que no comprendes absolutamente nada

De esta inesperada visita que te hago.

Más sin embargo me permites el acceso a tu privacidad.

  No puedo perder más el tiempo.

Con delirio es con lo que te toco.

Rozando tus labios, sigo insistiendo.

Este inesperado amor... me vuelve loco.

  Pronto, siento la necesidad de rozar mis labios con algo más que los suyos.

Su cuello en primer lugar...

Suave y sensible, igual... me hace temblar.

Sus hombros, sí; más abajo he de llegar.

  Con grandes expectativas y ansiedad,

Sus senos logro probar.

Deleitándome con la excitante redondez de estos

Y la agradable sensación de su piel... tranquila suavidad.

Se estremece con esto, lo sé bien.

  El rojo en mi memoria se ha borrado.

Cielo santo logro descansar,

Porque al fin estoy a tu lado.

Me despido, oh!, rojo mar.

  Tímidos gemidos emanan de tus labios,

Guiándome desesperados al placer.

Y tomando mi rostro entre tus manos,

Permites que te bese otra vez.

  Ternura y ansiedad es lo que siento.

Mordiendo suavemente tus senos a la vez.

Tremenda locura experimento;

Excitado por tu hermosa desnudez.

  Abrazo aferrado la cintura de mi amante.

Estrujando tu cuerpo con amor.

Lluvia de besos en mi rostro cada instante.

Aumentad este delirio, por favor.

  ¡ Oh, bella mujer que me posees !.

Dejadme poseer a mi también

Este lindo cuerpo que tu tienes.

De igual forma lo deseas, lo sé bien.

  El placer me conduce a tu secreto.

Besando y succionando el manantial;

Lastimarte evitaré, yo lo prometo,

Pero dejadme llegar hasta el final.

  Tu respiración agitada logro escuchar.

Te oigo entusiasmado entre jadeos,

Constantemente mi nombre pronunciar

Al satisfacer tus exigentes deseos.

  Me alejo del bendito paraíso tuyo.

Sentiste un mar de sensaciones a la vez.

Deseas más aun, o al menos eso intuyo.

Me sorprendes, linda niña, con tu gran interés.

  Profanado esos labios tuyos, sabor a miel.

Me rindo ante el desesperado sentir.

Con locas y ardientes caricias sobre tu piel

Que no te amo, no... no puedo mentir.

  Pretendiendo ser tu dueño por esta vez... que loco.

Sin cuenta darme de que todo es viceversa,

Te siento agradecerme las caricias que provoco.

Con dulces besos me haces sufrir... mujer perversa.

  Delirante refugio encuentro entre tus protectores brazos.

Y el adorable aroma de tu piel... el mismo que me embriaga.

Rendido ante el dolor de tus besos tan escasos.

Intento todo por tu placer. ¿Qué más quieres que haga?.

  Incitación, paz... respeto y cariño; siento.

Calidez me da su hermoso cuerpo... belleza total.

Morir y vivir, dolor y placer. Todo por este sentimiento.

Amarnos u odiarnos, continua locura letal.

  Beso desesperado tus senos nevados... excitación.

Imposible separarme de ellos; mi droga eres amor.

Complacido con la perfección de tu cuerpo; siento pasión.

A cada instante te anhelo más... no importa el dolor.

  Tatuando de besos tu cuerpo entero y femenino;

Dejando huella en tu ser cual misión importante.

Señales de que me perteneces. Y aun no termino.

Tan solo mía mujer... mi amada amante.

  Entrecortados sonidos escapan de tus delgados labios.

Te escucho satisfecho; ataco con besos más profundos.

Apagando con estos tus labios... necesito probarlos.

Mirando tus ojos y su agradable misterio... en ellos me hundo.

  Eres bella, más que nadie. Envuelto necesito estar

Entre tus tiernas caricias para feliz permanecer.

Por ello esta frágil figura tuya insisto en probar.

Aquí en la oscuridad. Esperaremos el amanecer.

  Ansias recorren mi cuerpo; beso tus labios con delirio.

Separando cuidadosamente las delicadas piernas que posees.

Dirijo al espina a la entrada de mi amor...

Empujando lentamente, disfrutando el momento. Imploro me desees.

  Porque este loco corazón se revela ante la lógica mía.

Te poseo desesperado, detenerme jamás... oh!, pasión.

Ingresando entusiasmado entre mares de caricias.

Loca noche, loco amor. Te amo... mi corazón.

  Sintiéndote temblar bajo a mi cuerpo, y a este permanecer aferrada.

Confesando palabras y sentimientos entre mil besos.

Ahora estoy dentro tuyo... oh!, mujer amada.

Inseparables ahora somos. El uno por el otro... felizmente presos.

  Consciente a la perfección del recorrido de la espina a la rosa.

Cosquillas dentro de ambos cuerpos... loca, ansiada pasión.

Ataque certero de placer. Tuyo por siempre mi chica hermosa.

Adicción al femenino ser... bendita esta desesperación.

  Ingresando una y otra vez

Al paraíso de tu secreto.

Amor por primera vez.

Noche y calor... todo es perfecto.

  Palabras que al aire, desesperados dejamos volar.

Increíble: el momento, el vinculo; la inexplicable sensación de poderte amar.

  Tranquilidad, deseo y ansiedad embargan este cuerpo cansado,

El mismo que tu deleitas con caricias y besos desbordando la ternura.

Aparentando indiferencia y enojo, me pierdo... para mi jamás pensado

Lo fácil que fue para ti despojarme por completo de esta armadura.

  Logrando hacer relucir un sin fin de emociones que, no entiendo,

Siempre y sin pensarlo, no me doy cuenta... todas se dirigen a ti.

Suaves caricias en mi adolorida piel estoy sintiendo...

Tus besos amor querido yo anhelo... no puedo mentir.

  Disfrutando del momento. Ansiado y desquiciante placer pasional.

Sintiendo los atributos tan excitantes de tu figura.

Bendito el pecado... aceptando la necesidad carnal.

  Placer: excitación... sensación inigualable.

Con mi espina clavada en tu cuerpo, te destrozo, tierno amor.

Mía, ya completa. Admirando la agonía interminable.

Arrepentido, aguardo el momento en que disminuya tu dolor.

  Lluvia de besos a tu rostro que envuelto en lagrimas ya esta.

Gemidos me advierten. “Amor”, me logras llamar.

Tranquila te muestras... termina la tempestad.

“Perdón”, te pido arrepentido. No te quise lastimar.

  Continuación de los instintos; aun me permites dentro de ti estar;

Recorriendo el camino de tu cuerpo; oh!, Relena.

Más tranquilo y cuidadoso... me preocupa tu bienestar.

Extasiado de placer; sonrojado ante tu cara tan serena.

  “Te estoy queriendo demasiado”. Logro por fin entender.

Quizá por el mal sueño antes experimentado.

Perderte me mataría... tan solo eso comprender.

Sin tu cuerpo y cariño, me sentiría amenazado.

  Olvidando estos miedos que a mi mente enloquecen,

Te beso. El rojo se desvanece; no más rojo mar.

Delirante por el calor permites que empiecen

Los gemidos y agitados gritos... solo nos podemos amar.

  Entrando y saliendo con rapidez de tu figura;

Te penetro alocado, ya cada vez más de prisa.

Me apoyo en tu cuerpo ; te sujeto por la cintura.

Ardientes y excitados... nos relaja la delgada brisa.

  Después de intensos gemidos, entre mis brazos te encuentras temblando.

A mi cuerpo te aferras desesperada; mi perfecta amante.

Te ha invadido un orgasmo... y aun te sigo penetrando.

“Que locura”. Jamás imaginar siquiera poder amarte.

  Varias veces has experimentado el éxtasis, oh mujer.

A tu rosa la dura espina mía sigue clavada.

Unido a ti de esta manera imploro permanecer.

Desesperados, excitados. Así contigo... oh, mi amada.

  Gran esfuerzo del cuerpo. Ya se encuentra muy cansado.

Termino dentro tuyo... río de vida que en ti ahora fluye.

Ligeros sonidos por parte de ambos; tranquilos... todo ha terminado.

Sobre tu cuerpo recostado. Sorprendido de la forma que en mi influyes.

  Agotado. Acaricio su suave piel; le agradezco... estoy satisfecho.

Besando con ternura los femeninos labios

Y acurrucando el rostro sobre su pecho;

Enredando los dedos en sus cabellos lacios.

  Respira agitada, después de todo.

La sigo abrazando; la sigo besando.

Protegerla antes que nada: lo estuve pensando.

 Deliciosa noche me hiciste pasar.

Como esta... dudo tener otra más.

Casi no hubo palabras. Fue escaso el verbo amar.

Pero negar que ahora te quiero... eso jamás.

 Y de nuevo aquella imagen a mi mente regresa.

En un lago de sangre te veo, oh mujer que ahora estas en mis brazos.

Rojo mar me atormentas. Me alejo de ella con sorpresa.

Pero eso no le importa. me devuelve a su lado entre tiernos lazos.

  Sus besos y caricias te alejan de mi, oscuro paisaje.

Calma miedos y penas... me ha regresado la paz.

Me lleva el deseo de besarla... lo hago. Es este mi mensaje...

  Que la adoro y, aunque increíble, puedo hacerlo aun más.

  Finalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

El fanfic toma lugar durante el tiempo en que Heero permaneció en el reino de Sank, con Relena aun como reina.

Se le puede llamar poem-fic?. Está escrito en versos, pero un poema no necesariamente tiene que rimar ^^.

Y la verdad... está bastante suavecito.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 15 de Octubre de 2002.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


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3 years ago

Es como volver a empezar _C10_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 10: “Y no es una nueva vida” ::.

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.

El peliazul la miraba con cierto enojo; ella no debía estar aquí, podría hacerse daño, lastimarse.

  * Anna, deberías estar en la casa, descansando. *

 Le dijo el muchacho, sosteniéndola firmemente de los hombros, tratando de hacerle entender.

  * ¿Crees que vine a ayudarte a plantar arbolitos?. Pobre idiota !. *

 La voz de la rubia sonaba fría e indiferente; ni siquiera su estado actual la ablandaba un poco.

  * Toma. *    _Anna le entregó un paquete perfectamente envuelto en un pañuelo._   * Se te olvidó esto. *

  Horo Horo la miró sorprendido, ella había caminado por más de treinta minutos tan solo para traerle su almuerzo que se le había olvidado en. . . un momento.

  * Anna, se me hizo tarde en la mañana y no tuve tiempo de prepararlo. *

* Ya lo sé, baka !, Yo lo hice para ti. *

* ¡Tonta!, te he dicho que te cuides, ¿por qué no me haces caso?. *

 La voz del shaman de hielo sonaba dura, aunque con un sutil aire de preocupación.

La sacerdotisa giró sus negros ojos a un costado, ignorándolo completamente y caminó hasta sentarse sobre una roca. No es que no le gustara que el ainu se preocupase por ella. . .

  ““Es solo que a veces, me sofoca.””

Pensaba la chica, mientras preparaba todo para que el muchacho degustara de su comida.

Más el peliazul seguía ahí de pie, mirándola con desaprobación; ahora sí parecía estar muy disgustado con ella.

  * Vamos, ya quita esa cara, no me va a pasar nada con tan solo cocinar un poco de curri. *

  Le dijo Anna, mostrando una sutil, pero hermosa, sonrisa que simplemente “desarmó” al shaman.

Horo cerró los ojos y suspiró resignado mientras se sentaba sobre la hierba del campo, al lado de la rubia.

Comenzó a comer en silencio, analizando un poco su actitud hacia Kyouyama; en verdad trataba de no ser tan exagerado y comportarse más tranquilo, pero le era muy difícil. Amaba tanto a esa amargada mujer, y ahora con lo de su embarazo, pues...

  * Te ves muy linda. *

 La voz dulce de su compañero la hizo sonrojarse.

Horokeu la abrazó delicadamente, al tiempo que la miraba con un amplia sonrisa que pareció contagiarle, pues la itako no pudo evitar sonreírle, aunque más sutilmente.

 Anna cerró los ojos y giró el rostro a un costado, evitando el contacto visual con el que desde hace varios meses era su compañero.

  * Sí, claro. Dudo que pienses lo mismo cuando tenga más de ocho meses y me vea tan gorda como una pelota de playa. *

* Ja,ja,ja, ¿me crees capaz de burlarme de ti?. No podría, no de la madre de mi hijo. *

 Le dijo él, posando una mano sobre el vientre ligeramente abultado de la rubia.

Cinco meses de embarazo y este apenas comenzaba a notarse.

   El ainu no pudo evitar recordar aquella vez en que Anna le diese la noticia.

~*~ 

~*~

~*~

La había visto tejer por lo menos dos semanas antes y él, tan tonto y distraído. . . ahora le causaban risa las palabras que le dijo. . .

  * Oye, Anna, esto no ve va a quedar. *

Le decía, sosteniendo un pequeño suéter azul celeste.

Es que, si ya antes le había tejido ropa y sabía su talla, ¿por qué esta vez la hizo tan pequeña?.

  * ¡ Si serás idiota !, no es para ti. *

* Entonces, ¿para quién?. *

 La pregunta del shaman sonó tan inocente, más obtuvo la fría, fija y penetrante mirada de la itako, entonces, una de sus neuronas pareció trabajar. . .

  * Es acaso lo que estoy pensando, Anna?, ¿estás esperando un bebé?.   ¿Por qué no me lo habías dicho?. *

Tantas preguntas y la sacerdotisa tan callada y aun dolida con él.

Ese idiota !, por supuesto que ya se lo había dicho, precisamente la semana pasada, pero ese estúpido estaba tan “concentrado” devorando la cena de aquella noche, que no le prestó atención.

 Usui se sentía como un patán; sin querer la había lastimado.

Anna miraba a un costado, claramente enfadad y triste por culpa suya, pero quizás también por los cambios que afectaban su estado de animo.

 El shaman la miró enternecido; acercándose a la mujer, se arrodilló frente a ella, recargando la cabeza sobre sus piernas, muy cerca del vientre de la chica.

  * Hola, bebé. . . *   _Decía el ainu, acariciando con suavidad el vientre de su compañera._    * Yo soy tu padre. *

* Oh, Horokeu. *

  Anna no pudo evitar sonreír, llena de felicidad y ternura.

El peliazul siempre sabía como hacerle olvidar todo disgusto.

~*~

~*~

~*~

  Los labios de la rubia formaron una pequeña sonrisa al recordar esa ocasión.

Y dejó que su mente divagara un poquito más.

 Es que nunca creyó que terminaría siendo la pareja del shaman de hielo.

La vida tranquila y sin preocupaciones que siempre quiso, la vivió al lado de Yoh, más todo aquello se vino abajo cuando murió el primer, y a quien siempre creyó el único, hombre de su vida.

  ““Y luego él. . . Horo Horo me hizo amar otra vez. ¿Quién lo diría?.””

Pensaba Kyouyama, con la mirada pérdida en el campo de plantas del ainu.

 Ella había plantado el primer árbol y nada más. El shaman no la dejaba hacer casi nada, pero se sentía feliz de que el peliazul estuviese trabajando duro para ver realizado su sueño de un campo de plantas, el cual por ahora era pequeño, pero después, con el tiempo. . .

  ““Será un lugar enorme y hermoso.””

Pensó la sacerdotisa, completamente orgullosa del joven, quien le hablaba con voz suave, tratando de acaparar su atención.

 * Anna. *

* Mmm. *

* Cuando nuestro hijo nazca. . . casémonos. *

  La itako lo miró con sorpresa y emoción.

Hacía mucho tiempo que Horo Horo no mencionaba nada sobre el matrimonio.

  * Pero no quiero que después te arrepientas de haberte casado con una mujer amargada. *

 Le dijo ella, con voz divertida.

  * Eso no pasará. Ven, te llevaré a casa. *

 Anna aceptó la mano del peliazul.

Y caminaron tomados de la mano, de regreso a su hogar. Anna recargó la cabeza en el hombro del ainu; una linda sonrisa adornando su bello rostro.

 Era muy feliz, estar al lado de Horokeu, enamorada una vez más, era maravilloso.

Y aunque a veces recordaba a Yoh y se preguntaba como serían las cosas si él no hubiese muerto, solo puede pensar que igual sería feliz, aunque quizá de distinta manera, en otro lugar, con otras experiencias.

  ““Más trato de no pensar mucho en ello, no tiene caso.””

Eran los pensamientos de la rubia, que no se arrepentía del rumbo que había tomado su vida, todo lo contrario. . .

  * Te amo. . . arigatou.*

* Eh. Y eso?, ¿a qué se debe?. *

* Por estar conmigo y hacerme vivir este presente. *

  La felicidad, el amor. . . la tranquilidad que tanto deseaba, todo había vuelto.

  Y no es una nueva vida. . .

Es solo volver a empezar.

  Finalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

POR FIN !!.

Mucho amor, mucha ternura, mucha miel, nada de lemon ^^’.

Me gustó este final, donde la itako esta feliz con lo que tiene y no lo cambiaría por nada, ni por el pasado. Y hasta les di un pequeño regalo ^o^.

—I love HOROxANNA—.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 25 de Mayo de 2005.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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3 years ago

Mi muñequita de cristal

Mi Muequita De Cristal

Anime: The Prince of Tennis

Rating: M

Pareja: Momoshiro & Sakuno

Sinopsis: Ante él, la delicada figura de la jovencita, tan perfecta y frágil. De la muchachita sin formas solo le quedaba el recuerdo. Le gustaba llamarla: su muñequita de cristal.

Advertencia: Lemon (NSFW)

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Por: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

Se sentía un tanto extraña; no era la primera vez que estaba en ese lugar, con ese hombre; más esta vez sentía que era distinto.

Ese había sido el mejor día de su vida.

Salieron juntos desde temprano, paseando, riendo y hablando de tantas cosas.

Y es que, a pesar de ser novios, no salían muy a menudo; desde que Momoshiro ingresó a la universidad, había días en que ni siquiera la llamaba por teléfono.

* Kore. *

Momo le entregó una toalla para secar su mojado cabello; la lluvia los había sorprendido.

* Mmmm, arigatou. *

Él sonrió. Le encantaba ver como la chica se deshacía en nervios.

Ella era así desde la secundaria, se sonrojaba por cosas sin importancia, no había cambiado en absoluto. . . y le gustaba.

Momoshiro era mayor que ella tan solo un año, pero la diferencia era muy notoria.

* ¿Quieres tomar algo?. *

* Ie, estoy bien. *

Y volvió a hacerse el silencio.

Se miraron con intensidad, como analizándose cuidadosamente y luego pasó. . . se besaron.

El muchacho la tomó de la cintura, pegándola completamente a su cuerpo; la sentía tan frágil, vibrando entre sus brazos fuertes, totalmente oculta por su figura más alta y fornida.

Y esto era lo que ella temía; cuando se veían, lo único que hacían era besarse por largo rato.

Esta vez quiso evitarlo saliendo juntos. . .

""Pero a fin de cuentas terminamos besándonos.""

Pensaba la joven, mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar. Ya no podía luchar más, no cuando adoraba esto.

Quizá por ello permitió que las grandes manos del muchacho la recorriesen por completo.

* Ahh, Momoshiro. *

Los ojos de la chica se ensancharon sorprendidos.

Una corriente de placer la atacó de pronto al sentir las expertas manos del chico, que acariciaban de forma atrevida su trasero.

* Llámame Momo-chan, te lo he dicho. *

Ella no dijo nada, solo rodeó con sus piernas, la cintura de su compañero.

El tenista no lo soportó, sentir la parte intima de su chica en contacto con su virilidad, lo hizo encenderse al máximo. Su miembro ahora erecto, sufría dentro de la prisión de los pantalones, y todo por ese simple y superficial contacto por encima de la ropa interior de la joven.

La sujetó por los muslos, dispuesto a terminar esto en su habitación.

Así, en pocos minutos, Momoshiro ya la estaba recostando sobre la cama, presuroso, se posó encima suyo.

* Si vas a detenerme, hazlo ahora. *

Rogó, porque él simplemente no podía parar ya.

La amaba y mucho, quizá desde que lloró inconsolable entre sus brazos por el rechazo de Echizen, o quizás mucho antes de eso.

* Sakuno, si tu no. . . *

* Sí quiero. *

Se apresuró a decir la joven, sus mejillas coloreadas en carmín, temblando nerviosamente mientras su corazón latía cada vez con más fuerza.

Takeshi sonrió con ternura para luego dedicarse a despojar a la chica, prenda por prenda. Ante él, la delicada figura de la jovencita desnuda; tan perfecta y frágil, esbelta como un alfiler, su largo cabello suelto, su carita reflejando nerviosismo, ansiedad, curiosidad, pero también cariño y ternura. . . todo de ella le gustaba.

* Mi muñequita de cristal. *

Le gustaba llamarla así, pues siempre la vio tan frágil, que se rompería con facilidad.

""Y ahora, más que nunca, estoy convencido de ello.""

Pensaba el tenista, mientras la recorría con sus ojos, de pies a cabeza. Ahora que la tenía completamente desnuda ante él, había quedado maravillado con la belleza de Ryusaki.

Si con un montón de ropas encima, la veía hermosa, así, al natural, lo era mucho más.

De la muchachita sin formas solo le quedaba el recuerdo, ahora era una joven mujer la que le mostraba su tesoro más preciado e intimo. . . la desnudez de su cuerpo.

Con curvas suaves, pero notorias, se formaba aquella obra de arte cuya máxima expresión seguramente eran el par de senos que sostenían pezoncitos de un café suave, pero atrayente, endurecidos por el frío de la lluviosa tarde, y quizás también por la excitación del momento.

* Eres muy bonita. *

Aquello fue casi un susurro acompañado por una nerviosa risa por parte del muchacho, quien inmediatamente después posó sus labios sobre los de su novia, descubriendo que besarse inmersos en esa situación era extrañamente más agradable a las ocasiones anteriores.

Momoshiro estaba ansioso y no paraba de besarla; sus manos ya jugaban con ambos pechos de Sakuno, que se perdían bajo sus grandes manos. La estimulaba amasando las esferas y con pequeños apretones, lograba hacer que la chica suspirase complacida.

* Oh, pequeña mía. *

Takeshi no pudo soportarlo más.

Abandonó los labios de su chica tan solo para bajar la cabeza y, de inmediato, aprisionar el pezón izquierdo entre sus labios, como suaves pinzas succionando; pareciese que quisiera extraer algo de ellos, lo que de cierta forma logró, pues Sakuno gritaba extasiada por el delicioso cosquilleo que esto, sumado a los cariñosos apretones a su otro pecho, le provocaba.

Más nada de lo que hasta ahora experimentó en brazos de su compañero, se comparó en lo más mínimo a sentir un par de dedos que Momoshiro ya había alojado en su húmeda vagina, que los recibía cálida y dispuesta.

* Oh, Takeshi-kun, me encanta !. *

Fueron las palabras de una joven que ya se retorcía bajo el cuerpo de su novio, quien no dudo en simular una penetración con su dedo índice, que entraba y salía una y otra vez, con plena libertad, una y otra vez, de la intimidad femenina.

Y sus labios seguían ocupados con uno de los pechos de Ryusaki, sin deseos de dejar de lamer y succionar aquel par de pezones que, duros y alzados por la excitación, lo incitaban a beber de ellos un poco más.

Pronto, la mano izquierda del tenista se dirigió también al sexo de la chica, dedicándose a acariciar suavemente el clítoris de Sakuno, un pequeño botón que poco tardó en endurecerse y sobresalir de entre los pliegues vaginales que lo cubrían, buscando un poco más de aquel delicioso cosquilleo.

Siendo masturbada de aquella forma y por un hombre al que quería, Sakuno poco pudo soportar antes de que el primer orgasmo de su vida tomara su cuerpo, sacudiéndolo con las corrientes de placer que nacieron en su intimidad y que recorrieron su columna, obligándola a arquearse, tratando de recibir un poco más del ya necesitado gozo.

Terminó exhausta, sus pequeños pechos subiendo y bajando al ritmo de su agitada respiración.

Lágrimas resbalando por sus sonrojadas mejillas.

Tardó un poco en recuperar el aliento; ninguna chica en su lugar hubiese podido culparla. Había recibido por primera vez el placer y de una forma tremenda, con un dedo dentro suyo y otro más estimulando su sensible clítoris, era comprensible que hubiese tocado la cima del placer tan pronto.

Pero Momoshiro Takeshi aun no había tenido suficiente, o no !. Ese chico ya estaba listo para enterrar su pene en aquella estrecha vagina.

Así, mientras esperaba a que su acompañante se recuperara del éxtasis, el muchacho se despojó de las ropas que aun llevaba.

Y estando ya desnudo, mostraba un cuerpo bastante musculoso para su edad, él no parecía un estudiante en su primer año de universidad. Su cuerpo varonil era perfecto y en extremo atrayente para los inocentes ojos de Sakuno, quien simplemente no podía apartar la mirada de aquel pedazo de carne, duro y grande.

La chica se sentía insegura, tenía miedo de que semejante miembro la lastimara, pero no podía negar que se sentía atraída por él, que deseaba tenerlo dentro suyo.

* Si no quieres seguir, lo entenderé. *

Escuchó a su novio seguir.

Más ella lo miró a los ojos mientras pronunciaba un "no" por respuesta.

Momoshiro sonrió, acercándose a la chica y tomándola entre sus brazos; la sintió temblar ligeramente, aferrándose a él con todas sus fuerzas.

Él joven se acomodó entre las piernas de Sakuno; su pene apuntando a la entrada de la vagina de la chica de largos cabellos. Rozó un poco la punta de su miembro con al intimidad femenina, estimulándola para poder entrar. . . y lo hizo.

El flujo femenino se incrementó y Takeshi no dudó en presionar poco a poco para adentrarse en ella.

¿Cómo describir la sensación de prisión que experimentaba?, la calidez, la humedad. . . ¡Kami!, era delicioso.

Ya lo había hecho con un par de chicas más, pero, por alguna razón, a pesar de la inexperiencia de Ryusaki, Momoshiro lo estaba disfrutando más que nunca.

El tenista presionó un poco más, forzando su pene con un ligero empuje de sus caderas. . . entonces la escuchó quejarse ligeramente. . .

* Ah, Momo, espera un poco, por favor. . . *

Él la obedeció automáticamente, preocupado de haberla lastimado.

La miró a la cara, ella lloraba. Una mueca de dolor había tomado su lindo rostro.

* ¿Te duele mucho?. *

Preguntó el muchacho, acariciando una de sus suaves mejillas.

Mientras Sakuno respiraba agitada, trataba de soportar. Mentiría si dijera que no, aunque lo que en ese momento sentía, era un fuerte ardor recorrer el interior de su sexo y un poco de sangre escurrir del mismo

* Y-ya se me está pasando. *

Dijo ella finalmente.

Takeshi no aguantó las ganas de besarla; esperaría a que su pequeña se acostumbrara a tenerlo dentro suyo, porque sinceramente no planeaba que esta fuera la última vez que estuviera con ella en la cama.

Momo llevó su mano al clítoris de su novia, acariciándolo lentamente al principio, fuerte y rápido al final, tallando casi desesperado, loco al escuchar los gemidos de la chica que le pedía más y más. Eso era lo que él quería, que el placer la recorriera nuevamente.

Así, cuando otro orgasmo la hizo gritar, el joven tenista presionó fuerte y rápido, penetrándola completamente.

Ambos jadearon al sentir aquello; Sakuno sintió dolor, pero su cuerpo aun se estremecía por el gozo de los traviesos dedos de su compañero, frotando su ya escondido clítoris. Takeshi por su parte, estaba disfrutando de la estreches de su chica, su piel interna lo recibía húmeda y cálida, apretándola con fuerza, como queriendo retenerlo ahí lo más posible.

""Y si por mi fuera, viviría eternamente dentro suyo.""

Pensaba Momo, respirando agitado, excitado al máximo.

Desesperado y sin poder contenerse, besó nuevamente a su novia, recorriendo su frágil cuerpo a su entero gusto, apretando cada centímetro de carne, mientras daba inicio a un lento y tranquilo vaivén de caderas, saliendo y entrando sutilmente de la intimidad de la joven. Liberando gemidos y jadeos por parte de ambos.

¿Cómo describir aquel momento?. . . simplemente no podría.

Su pequeña y frágil compañera entregándose a placer, a él. . . un simple muchacho que no creía merecer nada de ella.

Momoshiro no paró de penetrarla, disfrutando la suavidad del roce entre sus sexos; loco por seguir sintiendo como Sakuno lo recibía, apretando su pene, reteniéndolo en su interior y estimulándolo para liberar su esencia dentro de ella.

* Te amo, mi pequeña. *

Lo escuchó decir, poco antes de que se descontrolara por completo y la penetrase con fuerza una y otra vez, sin intención de detenerse.

La besó con ansias, desesperado y agitado; ella le respondió al abrir lo más que podía el compás de sus piernas, dándole total libertad y comodidad para ingresar en su flor, cruzando las piernas alrededor del amplia espalda del tenista.

No supieron cuanto tiempo mantuvieron aquella danza, tenían la sensación de que fue por largo rato, pero igual sentían que aquello no duró más de un par de minutos

Para cuando se dieron cuenta, el constante ir y venir de sus caderas, la húmeda intimidad de la joven y la deliciosa fricción entre ambos sexos en cúpula, desató un orgasmo en cada uno de los cuerpos, que se arquearon buscando más de aquel placer que los recorría y los hacia sacudirse gloriosamente.

Besos eran lo que quedaba de aquella entrega. . . y la vagina de la chica, que palpitaba suave y lentamente, agradando a su amante, quien no tenía prisa por salir del cuerpo de Sakuno.

Pronto, las palabras de amor se convirtieron en susurros que terminaron por apagarse en medio del sueño que venció a dos cansados, pero satisfechos, enamorados.

Amantes que ajenos estaban a la sombra que, afuera en el jardín, temblaba de rabia.

Un muchacho que lo había escuchado todo, ante la poca prudencia de los jóvenes que adentro descansaban.

""Así que esto era.""

Pensaba el joven, apretando fuertemente los dientes.

Le había parecido extraño que Sakuno poco a poco dejase de ir a sus partidos, ella se había alejado de él y ya sabía la razón... Momoshiro se la había quitado.

* ¿Qué pudo darle él, que no encontró en mi?. *

Susurró entre dientes el tenista, ciego por los celos.

Ignorando que la respuesta a esa duda se resumía en dos simples palabras. . .

Atención . . . y amor.

Totalizado.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

Me encantó como quedó esta historia.

Disculpas por la pareja, rara e inexistente, sí... pero una buena noche me dieron tremendas ganas de escribir algo sobre ellos ^0^.

Sé que la muchachita no es del agrado de muchos y menos con Momo. Yo también soy de la idea de que Sakuno parece niña dramática, pero no me cae mal, creo que cuando crezca –mi mente vuela- será una chica muy tierna, bonita y, ¿por qué no?, deseable y sexy ^^.

~*~

Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 04 de Noviembre de 2005.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


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Es como volver a empezar _C9_

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Anime: Shaman King

Rating: M

Pareja: Horo Horo & Anna

Sinopsis: Después de la muerte de Yoh, hay alguien que se preocupa por Anna. Pero, ¿él?... ¿por qué él?.

Advertencia: Lemon (NSFW)

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Por: Maeda Ai.

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.:: Capítulo 9: “Contigo a mi lado” ::.

*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

.

* Espero que te sientas cómoda. *

  La voz del ainu la sacó de los agradables pensamientos que atravesaron su mente al observar el bello paisaje más allá de lo que parecía ser una ventana.

  * Lo siento, Anna. . . sé que tu mereces algo mucho más lujoso, pero yo no. . . *

 * Me gusta, es tranquilo, además. . . *  _La rubia se acercó lentamente al joven peliazul, acariciando sus mejillas y saboreando aquellos labios que tanto había extrañado._ * Estoy contigo. *

  * Anna. *

  Horo Horo sonrió y no tardó en estrechar con fuerza la esbelta figura de la itako, llenando de besos su hermoso rostro.

* ¿Quieres salir, dar un paseo?. . .  ¿conocer la aldea?. *

 Preguntó el shaman al tiempo en que deslizaba su boca por la blanca piel del cuello de la chica.

Anna rio ligeramente por las cosquillas, negándose a salir. Eso era algo que ya harían luego.

  * Es gracioso, ¿sabes?. *   _Le susurró ella, mordiendo suave y sensualmente la oreja izquierda del ainu._   * Siento que nos sobra tiempo para todas esas cosas, más no para hacer el amor. . . estoy muy ansiosa, desesperada. *

  Horokeu se excitó tan solo con oírla.

Mordiendo delicadamente la piel de los hombros de la rubia, comenzó a despojarla del vestido blanco que cubría su perfecto cuerpo; mirándola con completa, casi exagerada, atención, casi embelesado.

 Como había extrañado deleitar a sus ojos con tan bella imagen.

La desnudez de Anna era algo por lo que valía la pena esperar.

 La desesperación de aquellos cuerpos era increíble, tanto así que no tardaron en dejarse caer sobre el futon.

Horo Horo acarició en su totalidad la suave y blanca piel femenina, satisfaciendo como nunca su sentido del tacto.

  * Oh, Horokeu. *

 La escuchó susurrar su nombre cuando, ansioso, estrujó cada uno de sus pequeños senos.

Si, ella era la única que lo llamaba por su verdadero nombre y le gustaba que así fuera.

 Las grandes manos del peliazul recorrieron la espalda de la sacerdotisa, provocándole escalofríos hasta posarse sobre su bien formado trasero, acariciando circularmente, amasando y apretando la abundante carne.

  * Mmm, perverso. *

 La voz de Anna formó un susurró mientras lo abrazaba fuertemente, entregándose por completo a este hombre que tanto había extrañado.

 El shaman de hielo sonrió mientras sus manos recorrían todas y cada una de las curvas de la mujer, quien gimió agradada al sentir aquellas traviesas manos estrujar con fuerza sus senos, jugando con los pequeños pezones ya duros por la excitación.

 El ainu quiso inclinarse para degustar los pechos de Kyouyama, más esta lo empujó sorpresivamente, haciéndolo caer de espaldas sobre el futon, desconcertándolo.

Ella lo miraba con lujuria, una sonrisa perversa adornando su fino rostro.

 La sacerdotisa no se resistió a la tentación, las ansias, y casi con desesperación, desabrochó los pantalones de un Horo que la miraba realmente sorprendido, pues Anna nunca había actuado así con él.

  *A-Anna, ¿qué haces?. *

* Tengo tantas ganas de ti, amor. *

 Apenas dijo esto, la rubia bajó los pantalones del shaman hasta las rodillas, dejándolo expuesto; su pene se alzaba por la sangre contenida en él, invitando a la chica a probarlo y beber de él. . . y lo hizo.

  * An-na, espera, ahh. . . *

 Más la itako no pretendía hacer tal cosa y continuó succionando la masculinidad del shaman de hielo, deslizando la piel de arriba hacia abajo, masturbando al chico de una forma que lo estaba enloqueciendo de placer.

 La chica parecía no saciarse y cuando no introducía el miembro en su boca, lamía este como si de una paleta dulce se tratase, incluso succionaba las esferas que descansaban bajo aquel miembro, rodeándolas alternadamente con sus labios o simplemente delineándolas con su húmeda lengua.

 Y cuando escuchó que los gemidos del shaman se habían vuelto más fuertes y continuos, ella se detuvo.

  * ¿Po-por qué hiciste eso?. *

 Le preguntó el peliazul, entrecortado y aun sorprendido.

Anna lo abrazó para luego besarlo con furor; una pasión que buscaba cualquier salida, enredando sus manos en el azulado cabello de su amante.

  * Solo quería hacerte sentir un poco de todo el placer que tu me has dado. *

 Horo sonrió, acariciando suavemente a la mujer, respirando aun con agitación; estuvo a punto de sentir el éxtasis cuando ella se detuvo.

  ““Sí que es perversa.””

Pensó poco antes de buscar los labios de la rubia para encontrarlos en un beso lento, tranquilo y cargado de ternura, dejando que sus lenguas se entrelazaran juguetonamente.

 Usui terminó por despojarse del resto de sus ropas; recostó a Anna nuevamente sobre el futon y se posó encima de ella.

 La contempló con impecable atención.

Era tan bella y él la había extrañado tanto, que aun le resultaba increíble que ella estuviese aquí, con él. . . a un paso de unir sus cuerpos una vez más y hacer el amor. . . como tanto lo habían ansiado.

  * Te amo, Anna. *

 El peliazul entrelazó sus manos con las de la itako, quien le sonreía con el mismo sentimiento que él acababa de expresar con palabras.

 Se besaron una vez más, mientras Horo Horo se acomodaba entre las piernas de la sacerdotisa.

 Apenas tuvo la punta de su pene en la entrada de la intimidad de la rubia, la embistió tres veces continuas, que fueron suficientes para que la totalidad de su hombría estuviese clavada hasta el fondo del sexo de Anna.

 Ella gimió, arqueando la espalda. Con la primera embestida del ainu, sintió la punta de su pene, haciéndola suspirar, en la segunda, él se deslizó suavemente fuera de ella tan solo para enterarse un poco más adentro, haciéndola jadear. Y con la última volvió a retroceder en su avance, tomando impulso para finalmente hundirse por completo en ella, haciéndola gritar de placer.

  * Ahh, esperé tanto por esto. *

 Susurró la itako, aferrándose al futon pues el mecer de las caderas de su Horokeu se volvió fuerte e intenso, casi salvaje.

 El shaman de hielo parecía insaciable e incansable, no paraba un solo segundo, y metía y sacaba su espina de la vagina de la rubia, gruñendo de placer con la delicada, pero excitante, caricia que la piel interna de la chica le regalaba cada vez que su miembro se deslizaba fuera de ella.

  * Oh, no pares, Horokeu. *

  Anna mantenía los ojos cerrados, disfrutando el gozo que abrazaba su sexo; moviéndose al ritmo de las fuertes estocadas que le daba su amante, quien la sostenía por las caderas para tomar impulso y penetrarla con más fuerza y profundidad.

 Kyouyama quería que nunca terminara esto, más su cuerpo reaccionó al pedazo de carne que se enterraba una y otra vez en ella, en un ciclo de placer agotador.

 Sintió como su vagina se volvía más sensible y como un pequeño cosquilleo terminó convirtiéndose en un dulce e insoportable orgasmo que la hizo gritar de gozo.

Los músculos de su sexo se contraían, apretando con fuerza el miembro del ainu, tratando de hacerlo derramar el semen dentro suyo.

  * Ahh, ahhh, amor. . . *

 La sacerdotisa se aferró a su amante, clavándole las uñas en su espalda.

 A esas alturas, el shaman de hielo ya no pudo más y tan solo pudo penetrar a su compañera unas cuantas veces más antes de detenerse en seco. Sus desteñidas pupilas se contrajeron cuando el orgasmo llegó a él y su pene comenzó a lanzar su esencia dentro de la mujer, quien al sentir ese liquido caliente que la quemaba exquisitamente, tuvo un pequeño orgasmo que la dejó ya sin fuerzas.

 Se besaron agitados, ella sobre él, llenando de besos su atractivo rostro y luego los marcados músculos de su tórax.

 Después simplemente recargó la cabeza sobre el pecho de su amado, escuchando los latidos de su corazón, que se volvían más tranquilos poco a poco.

  * Ahora si vas a decirme, ¿por qué me alejaste de tu lado?. *

*Lo siento, yo... no quería que renunciaras a todo solo por mi.*

 Fue hasta entonces que el shaman comprendió todo. ¿Cómo pudo ser tan ciego?.

Ella se había hecho a un lado creyendo que le estaba haciendo un bien a él.

  * Tonta. *    _Le dijo él, acariciando sus dorados cabellos._    * No pretendo olvidarme de mis sueños. *

* Pero tu dijiste que ya nada más te importaba, solo. . . *

* Tu. *

 El peliazul terminó la frase que él mismo interrumpió, recordando perfectamente todas y cada una de sus palabras.

 Y es que él mismo tuvo mucha culpa en todo esto, pudo ser más claro en lo que decía, además, hizo a un lado sus objetivos, si pero no porque renunciase a ellos, solo quería pasar el mayor tiempo posible con Anna, solo eso. . .

 * Quiero alcanzar mis sueños. . . contigo a mi lado. *

 La itako sonrió sin mirarlo, solo se acomodó un poco mejor sobre el musculoso pecho de su compañero.

¿Cómo describir la felicidad que los llenaba en ese momento?.

 Simplemente no había palabras suficientes para ello, por eso, permanecieron en silencio sin poder decir nada más, tan solo disfrutando de este momento. . . el momento de plenitud de su amor.

  Sin finalizar.

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LEMON, LEMON, LEMON y... AMOR.

Un capítulo muy breve pero que refleja todo lo que estos dos amantes tenían que expresarse.

¿No les ha pasado que al querer a alguien, descuidan muchas cosas e incluso a otros seres queridos, por ese alguien?. El amor nos vuelve ciegos y sordos.

Y después de tanto sexo con mucho amor, les digo que el siguiente capítulo es el final.

—I love HOROxANNA—.

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Este fanfiction fue escrito por MAEDA Ai. Y es material de “Fallen Angel”.

Totalizado el 25 de Mayo de 2005.

La dama del Hentai: Maeda Ai.

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       || Capítulo 10 ||


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